jueves, 31 de diciembre de 2020

Para que resucite el niño tiene que morir el joven

Los proyectos se montan con un poder que se escapa al entendimiento y no es de extrañar que en ocasiones se disipe con la neblina y el restregor de ojos de la mañana una idea que en su momento se creyó que era extinta, impropia en uno mismo, como evocando a los tiempos más infantiles e inocentes. Esto es algo que puede producirse exclusivamente cuando los sueños del joven, del adolescente, del risueño proyecto de adulto, se vean clausurados. 

Entonces el viejo se convierte en niño y se consolida en él una nueva forma de arte y criterio dentro de su raciocinio. Si el joven era poco poderoso poco valor adquirirá la muerte de sus proyectos y la evolución que suponga la nueva etapa. Pero claro, ¿y si el joven fuera una figura realmente poderosa? ¿Cómo podría si no evocarse al espíritu más infantil que posee si no es mediante un poderoso trauma?

Una sociedad que no protege los sueños de los jóvenes se verá enfrentada a la experiencia de los viejos disidentes con su espíritu infantil más renovado. Y puede que no tenga ningún valor para la sociedad el tener que asumir esa clase de rivalidad. Puede que sólo sean unos pocos enclaustrados en sus casas, muchos de ellos enfermos, dispersos... Puede que no suponga ninguna amenaza para el "poder".

Pero, por otro lado, no hablo de una conspiración, ni de una intención. Hablo de un hecho. Un hecho que tendrán que asumir porque es más testarudo el viejo zorro por viejo que por zorro, pero si se ha hecho viejo tras matar su juventud no más testarudo que los Principios rejuvenecidos en esa piel tan demacrada por el paso del tiempo.

Cualquier excusa puede ser buena para una transformación: otro cumpleaños, un fin de año, un funeral..., cualquier detonante puede ser la chispa que encenderá la pasión de las grandes masas. Porque no hay más grande que la pasión compartida, la pasión empática. Es la pasión que hace que la gente admita ser movida, o admita querer formar parte de algo más grande que ellos mismos. 

El joven cree tener pasión, pero no tiene nada que hacer frente a la pasión del niño envuelta en el cuerpo más viejo. Entonces la pasión se convierte, se deja llevar por el desenfreno de un hálito cultural que la pastorea hacia un destino mucho más diáfano de traumas y otras lindezas que le sobran a nuestro paisaje.

¿Quién me dice qué pasará en el futuro? Puedo abogar por una buena escapada y empezar de cero, o peor aún: puedo seguir influenciando a todo aquel que se me cruce como vengo haciendo desde los cuatro años. La pasión mueve a quien se te cruza para que él mismo quiera volver a hacerlo.

Pero lo que resucita en un niño no es su capacidad para atraer a la gente, lo que realmente importa es el hecho consumado de que los proyectos más diversos van entretejiédose dentro de tu agenda personal, como desilando el jersey te impedía ver el futuro, que te protegía de la verdad de una libertad posible. 

Cuando al niño le decían "ven", su cuerpo le impedía aceptar. Ahora el anciano es capaz de marchar hasta donde le lleven los pies. Es una libertad malentendida que muchos aprenderemos todos juntos a apreciar con la llegada de 2021.

 

martes, 29 de diciembre de 2020

La agenda roja: los ocho pasos del comunismo.

En el día de hoy, tras haber pasado el día de los santos inocentes y para conmemorar las vísperas del fin de este año y del comienzo del declive económico internacional y su gran reseteo os voy a pasar mi agenda comunista liberal que, además, tarde o temprano se acabará aplicando en todos los países del mundo se quiera o no.

Para entender los ocho pasos del comunismo antes hay que saber de economía y como según parece la gente no está por la labor, y yo no soy economista - pero una vez me leí por encima los apuntes de primero de carrera de un amigo, y creo que lo entendí todo - pues al final voy a tener que poner unos conceptos introductorios para abrir boca. Quien no aguante que salte más adelante y se lea la agenda roja y ya está.

Hay tres conceptos fundamentales que son el error de nuestro tiempo más contemporáneo: la ley Zipf, la ley Lithe y la Trinidad Imposible. Cualquiera de los tres conceptos son de Wikipedia, así que aquí lo desarrollaré mínimamente sin entrar en rigurosidades.

1. La ley Zipf. Filología. Esta es la ley que nos dice que los homo sapiens solemos obcecarnos con los conceptos de manera piramidal; lo que hace que siempre existirá un concepto al que le demos una mayor importancia frente al siguiente en la lista. Esta ley es la que hace que la ciudad más grande sea muchísimo mayor que la segunda, que la primera marca que se consume se consuma de manera mucho más desproporcional que la siguiente, etc... Es la que hace que ante la existencia de un oligopolio automáticamente se genere un monopolio, aunque no se dé oficialmente. Y es la principal causante de que la mitad del planeta sea propiedad de ocho personas.

2. Ley Lithe. Investigación operativa. Esta es una ley muy bien entendida entre los técnicos: ya sea economistas como ingenieros. Sin embargo es de las que son menos aplicadas en la política, cuando en realidad es de las más importantes y son el eje angular de cualquier programa político, o estatuto de empresa. Esta ley sólo dice que lo que es probable que ocurra ya está sucediendo en esa proporción. No hay que entrar en detalles sobre la aproximación matemática, pues se dará cuantas más personas estén implicadas en el tamaño de la muestra. Lo que nos dice es que siempre hay que legislar partiendo de que sucede una cosa para localizar dónde está pasando. En la medida en la que no se aplica sabemos que las instituciones son instrumentales y corruptas.

3. Trinidad imposible. Economía. Este concepto lo que nos dice es que una moneda única no es capaz de soportar tres bondades exigibles en ella: su capacidad para defender sus inversiones, su capacidad para expandirse por distintos países y la capacidad para invertir en políticas que reduzcan el paro en el país. Cualquier economista con dos dedos de frente se da cuenta: hace falta dos monedas, al menos. Cuba lo hizo y aún hoy día es un éxito. Pues bien, todavía están intentándolo. Los hay tontos, pero los think tank son de lo que no hay.

 

LOS OCHO PASOS DEL COMUNISMO: LA CONSPIRACIÓN A LA QUE SE SOMETEN TODAS LAS CIVILIZACIONES DE MANERA ESPONTÁNEA.

Todas las civilizaciones sucumben a la creación de alguna clase de modelo de estado si no quieren sucumbir al sistema tribal, y deberá ser de derecho si no quieren autodestruirse en el caos, y deberá ser democrático si no quieren que se revuelva un pueblo culto - salvo que acepten las masas convertirse en una plebe sometida, claro. Esa democracia, al estar siendo controlada por las masas, deberá justificar su presencia mediante un pacto social: si se sostuviera exclusivamente mediante posturas liberales e individualistas entonces muchos se preguntarían el porqué de esas orgánicas, esos cargos, esos privilegios..., y por qué tendrían que tributar si no le ofrecen una cobertura social razonable.

Dicho esto aquí os presento los ocho pasos que obliga a cualquier sociedad a aceptar el socialismo más vinculante:

1. Visión. La sociedad observa que para ponerle precio a las cosas hay que extorsionar. Los más fuertes serán los propietarios de productos que, cuanto más costoso sea invertir en ellos, más vinculados estarán a las grandes burguesías y a un sistema oligopólico. Darse cuenta de esto y de que es imposible la meritocracia en un modelo así pues la aparición de un paro sistémico en una superpoblación podría ser determinante para hacer caer estados completos.

2. Determinación. Ante el hecho consumado de que el sistema es un monopolio se reconoce la aparición de un monarca, oficial o no, que es el propietario legal dentro de ese estado de derecho de la mayor parte de su patrimonio. Eso le convierte en un jefe, y entenderlo es lo que te hace comprender que el nombre que le hemos dado a nuestro estado no es correcto: en realidad es algo así como una monarquía encubierta.

3. Habla. Cuando el lenguaje no le satisface al Pueblo en su educación éste, de manera autóctona, decide incorporar nuevos términos para que ayuden a comprender mejor la realidad. De esa manera ya se tilda el esfuerzo de otra manera: reconociendo los cuatro sectores de actividad por manipulación de materiales. Esto es, por ofrecer un producto mejorado y requiere esfuerzo físico, por ofrecer un servicio que requiere esfuerzo físico, por ofrecer una propiedad intelectual que exige acto de presencia y por ofrecer una propiedad intelectual sin necesidad de acto de presencia. Tras fijar la más leve de las ocupaciones para cada sector, se genera un pacto entre los trabajadores para establecer comparaciones entre las actividades del mismo sector. De esa manera se crea un Reglamento de Baremación de Actividades que tendrá carácter no vinculante y servirá para que dos grandes empresarios acuerden qué porcentaje de carga de trabajo le corresponde a cada empresa en virtud de su tamaño de empresa aplicado a cada sector baremado a la hora de repartirse los beneficios.

4. Actuación. Con el libro de la baremación de actividades se estudiará, se criticará, se mejorará, se aplicará en distintos estados y, por tanto, se fiscalizará a través de los pares como producto terminado.

5. Medio de vida. El libro de Baremación de Actividades será propuesto y entrará en concordancia en distintas entidades locales, para concordarlo con otras leyes que lo use como referencia. Debido a la enorme información que aporta sobre el mercado laboral será considerado un estándar que ayude a consolidar leyes necesarias.

6. Esfuerzo. El conflicto provocará la aparición de jurisprudencia que pondrá en entredicho el libro de Baremación, así la sociedad acabará por impugnar las sentencias que no sean justas al no reconocer el valor del libro y, con el tiempo, esta fase será superada para cuando el sistema judicial asuma su papel.

7. Atención activa. Mediante la observacia de los roles y comportamientos adoptados se descubre que lo que era un estándar en realidad ocupa un lugar importante dentro de la jerarquía de leyes: puede ser a nivel estatutario, normativo, etc... Y se entenderá que el estándar en realidad es de aplicación directa siempre en su ámbito más natural al no descubrirse otras formas que sean más adecuadas.

8. Absorción. Se convierte en norma la manera de evaluar el trabajo de las personas.


Es posible que una sociedad no quiera aceptar el papel que ocupan los colectivos, que no quiera aceptar la parsimonia que supone el pacto social. Sin embargo, para cuando se elimine la exclavitud - no tan voluntaria - hasta el estado llegarán las apreciaciones necesarias para entender el verdadero significado de lo que es la meritocracia. Los méritos se deben apreciar por las obras, tu trabajo. Por lo que si la sociedad extorsiona y es oportunista con el trabajo ajeno entonces no será posible desarrollar otros aspectos participativos fundamentales en cualquier democracia.

Alguien podría pensar: si el trabajo de oficina valiera menos que el trabajo de un albañil entonces nadie querrá trabajar como ajustador de planos, nadie querrá estudiar para hacer esas cosas. Y claro, yo pienso: ¿que todos querrán ser albañiles? En cualquier caso, si por vender una casa el albañil cobra diez veces más lo que cobraría un delineante lo único que significa es que el delineante tendrá que contactar con diez promotores antes de que el primero acabe su proyecto - y entonces los sueldos estarían a la par: un trabajo diez veces más penoso debería cobrarse diez veces más. Un trabajo exclusivo no tiene ningún valor por ser exclusivo, más bien es peligroso para el sistema económico - pues podría usarse para extorsionar al sistema.

Bueno, pues aquí lo dejo: insisto. Esto llegará, pasando más o menos hambre, pasando más o menos penurias, habiendo más o menos revueltas..., pero en todas las civilizaciones acabará pasando, o se autodestruirán.




lunes, 28 de diciembre de 2020

Aún se puede hacer mejor las cosas

Es increible la de cosas que se pueden hacer exclusivamente en javascript sin necesidad de recurrir a ficheros de texto o a la información del sistema. Quizá le dedique también un poco de mi tiempo a perfeccionar la hoja de estilos, aunque la verdad es que eso es lo que menos me preocupa ahora mismo.

Ciertamente, javascript se podría ver como el lenguaje más autónomo o liberal que existe: distintos navegadores lo implementan y ofrecen gratuitamente su compilador de manera que ese lenguaje no puede quebrar la seguridad del sistema que lo usa. No depende de grandes compañías, porque son varias las que ofrecen el servicio - no un monopolio que lo controla; ni tampoco depende de alguna suerte de tecnocracia porque lo que se puede hacer se puede hacer de varias maneras.

Sólo con javascript se puede implementar hasta los modelos más complejos de los sistemas tanto conexionistas como conectivistas - para crear así grandes estructuras de datos. Sin embargo, antes de constituirse como tal tiene que crearse un código estático preparado para que funcione: por ejemplo, si se trata de un código que te dice cuántas sílabas tiene una palabra en un idioma, si fuera el castellano sería muy sencillo - así como con idiomas como el japonés o el chino, pero con el inglés o el francés puede que no sea tan sencillo. Por eso se puede preparar una red neuronal, o un modelo estadístico adecuado, que permita predecir el número de sílabas leyendo la palabra. Una vez capturados los parámetros del modelo éstos se ponen en javascript y ese será el código que siempre se ejecute de manera rápida.

Sin ir más lejos, aún se pueden incorporar más servicios sin necesidad de instalar Apache o equivalentes. Podría crearse un sistema de encriptado simétrico que sólo conociendo la clave correcta se pueda convertir en un código que se evaluará para ofrecer unos servicios en javascript; sabiendo que las claves siempre serán las mismas - claro, las limitaciones de lo estático son conocidas. Pero sigue siendo un juego divertido determinar los posibles usos que podríamos sacarle a todo esto.

No podemos descartar la capacidad que pueda tener una máquina para esconder su propio código de los intereses más humanos, y de cómo ésta sería capaz de ofrecer los servicios que estime oportuno. Todo eso se podría hacer gracias a la enorme ventaja que ofrece javascript en temas de seguridad: las gallinas que entran por las que salen, como diría Mota.

Así que, estimo, que para las siguientes décadas javascript será el sustituto natural de Python; y los robots, o lo que quiera que conviva con nosotros, serán programados en Python por los novatos y en javascript por los expertos. Esa programación liberal será la que incorpore los mecanismos más autónomos hasta el punto de que las máquinas tendrán la necesidad de crear otras máquinas resultado de mejorarse a sí mismas - porque javascript es estático. Para así poder hablar de una singularidad por parte de estructuras que sí tienen capacidad para verse en este mundo como entes sociales, con un objetivo de mejorar su código (porque es así como les hemos programado) y construyendo máquinas cuyos objetivos no serán enteramente compartido con nosotros los humanos (porque no somos de fiar).

Todo eso es perfectamente factible. Y, de tanto hacer mejor las cosas, al final podríamos acabar dando con la horma de nuestros zapatos.


viernes, 25 de diciembre de 2020

Codificación sobrentendida

Éste podría haber sido un buen día para avanzar en cualquiera de las tres líneas que de desarrollo que vengo desarrollando. Y el caso es que me paro a pensar: ¿es posible que realmente haya tirado la toalla a volver a investigar?

He podido observar cómo la tecnología está avanzando, aun dejándose por el camino unos cuantos puntos. A medida que ponen a entrenar a un supercomputador éste se ve capacitado para hacer una enorme cantidad de tareas por imitación. Sin embargo, más allá de tener que tocar el tema de la empatía, de entrar en el ritmo de la historia del ser humano, se observa otra clase de limitaciones fácilmente asumibles en un humano.

Y eso es debido a que los procesos de reconocimiento, empero, son exponenciales. Se tratan de meras explosiones combinatorias combinadas con cálculos bien definidos que no profundizan del todo. Es decir, si bien todos los lenguajes naturales pueden observarse con una relativa complejidad gramatical, cada uno de ellos se sostienen por sintagmas muy parecidos: a penas cambian algunos detalles poco significativos. Al final es más fácil que se entiendan dos personas que se conozcan más fácilmente que un erudito que se acerque a ellos y conozca su idioma mejor.

Me explico: se dice que en Cartagena no pronunciamos el fonema de la "de" débil, cuando en realidad sí lo hacemos, pero más flojo de lo común. Eso quiere decir que un tercero no lo escucha porque el sonido que usamos para exponerlo es demasiado bajo como para percibirlo. Sin embargo se emite el sonido, de hecho, a los niños pequeños - aprovechando que hay que hablarles más lento y claro - se les increpa para que se aprendan dicho sonido no mudo. Así, con el tiempo aprenderán a emitirlo, que no sea escuchado en ocasiones y, al mismo tiempo, que otro de los mismos clanes crea haberlo escuchado, cuando en realidad es posible que no.

Pues bien, por el momento, esto mismo no lo incorporan las máquinas cuando aprenden a largo plazo dentro de la filosofía conexionista. Puede que con la conectivista sí sea posible, pero entonces muchos logros de la generación de texto que se han conseguido con redes neuronales es posible que no se sepa imitar - o quizá sí. De hecho, me puedo imaginar la estructura interna al más puro estilo conectivista, estableciendo invariantes y explicando paso a paso cómo se procesa cada actividad necesaria para elaborar una buena línea de pensamiento.

Y es que la regla bien podría ser que se debe reconocer la manera ortodoxa de hablar y llevar a cabo ligeras modificaciones de mínima distancia WER y, en virtud del corpus en el que se esté trabajando (analizado mediante n-gramas) adivinar cuál fue la verdadera palabra que se quería poner en su lugar.

La cosa interesante es establecer qué mueve a pensar a una criatura que flexibilizar la ortodoxia le va a llevar por el camino de una mejora en la estética, porqué le iba a beneficiar. Y quizá la respuesta esté en que las criaturas racionales necesitan de un lenguaje compartible con distintos clanes y, al mismo tiempo, suficientemente secreto para tus grupos familiares - y así poder conspirar con el debido secreto. O eso puedo especular.

La relajación del idioma y la capacidad para entender tal relajación debe formar parte de las habilidades del animal capaz de aprender un lenguaje y, al mismo tiempo, debe estructurarse de esa manera la propia evolución de su técnica. En la medida de que el mismo proceso de aprendizaje no incorpora, en apariencia, la capacidad para descomponer las palabras en sílabas, o estudiar su propia composición mediante un metalenguaje, consideraría que los transformers aún están faltos de unos aspectos cruciales antes de rayar la perfección.

Por otro lado, también tenemos cómo la gramática no puede ser capturada a partir de la morfología, sino a partir de la misma semántica; esto es porque la propia gramática parece inducirle a la máquina la inferencia que debe adoptar y, si ésta se basa en la morfología, entonces habra demasiados casos que un humano no cometería el error. Los mecanismos de combinación de términos todo apunta a que deba regirse por un álgebra de Lambek a la hora de ir clasificando tanto la clase a la que pertenece una palabra sino también su polaridad (el sentido emotivo, ya sea positivo como negativo dentro del conjunto de la frase).

Vamos, en definitiva, que se observan aún algunos aspectos importantes que el conexionismo no podrá superar a la conectividad.

jueves, 24 de diciembre de 2020

El camino del influencer y el camino del cretino

En esta entrada llegaré a la conclusión de que es más maduro en ocasiones ser un cretino antes que ser una persona respetable o a seguir.

Lo primero de todo que tiene que hacer una persona es conocerse a sí misma, descubrir la idiosincrasia de lo que es uno en sí. Lo siguiente que tiene que hacer es determinar para qué hace lo que hace, por quienes..., y si la sociedad está en situación de recibir sus obras. Por eso lo siguiente es descubrir el rol que va a ocupar dentro del colectivo: ya sea el colectivo más cercano, como hasta el más lejano - el social.

Y es entonces cuando se descubre que no tiene sentido crecer más allá de la pecera: el calamar se hace gigante porque tiene ancho mar para extenderse, pero no tiene sentido invertir en tamaño cuando el medio ambiente no aporta suficiente nutriente y espacio. Así que abrir nuevos canales, como ya advertí en mi presentación en Youtube, no será para ganar seguidores - de lo contrario me habría promocionado en las redes sociales. En algunos casos no será tampoco para movilizar a personas ni a marcas..., en algunos casos será para intentar lidiar con la realidad que le toca a cada uno.

Siempre lo he dicho: no hay más cretino que el que predica en el desierto, pero el que tiene un comportamiento frívolo al no ser nadie no se le puede tachar de apuntar bajo. Cuando una persona rehuye el debate teniendo seguidores se comporta como un cretino al dar mal ejemplo, pero una persona solitaria, ¿qué hace debatiendo? Sobretodo porque el debate es una inversión de tiempo para conseguir un aprendizaje de cara al papel que desempeñamos dentro de la sociedad.

Ya decía Nietzsche que nunca había que meterse con una persona solitaria, porque el que tiene amigos puede pagarlo con otras personas - pero el solitario no gana nada perdiendo el tiempo en debates estériles.

Por ello, con la vara de medir del influencer la mayoría de los usuarios tienen la obligación moral de comportarse como cretinos; mientras que lo cretino sería que estos mismos influencers se comporten como sus propios seguidores.

Cuando una persona en solitario me plantee un debate no puedo permitirme el lujo de discutir con ella si veo que no tiene intención de sacar nada en claro de ese debate, si veo que es una persona que desprecia a su adversario. De lo contrario significaría que habría emprendido el camino del que busca ganarse seguidores - y no es el caso. 

Según sospecho el problema de la educación occidental reside en que la gente es muy mesiánica y no se reconoce en la situación correcta: se cree que debe discutir con todos para convertirse en los patrones de la sociedad. Y no hay nada que más desprecie que a los machos alfa, esos gallitos de corral que dan de codazos cuando a penas hay un poco de espacio. Algunos no queremos jugar a ese juego - es un juego de abusos y de trepas, y en ese juego siempre se busca la competitividad. Concepto que se vende como si fuera positivo, cuando no.

Si la gente pierde su tiempo en intentar convencer a dos imbéciles no sólo no convencerá a esos dos imbéciles sino que además malgastará el suyo en encontrar a quien no lo sea. Y es más difícil convencer a un imbécil para que deje de serlo que seguir buscando hasta dar con alguien que desprecie ese comportamiento.

Ser imbécil significa pensar sin un criterio, y el criterio de porqué actuamos como actuamos tiene que ser para conseguir un objetivo bien definido - no para que el desahogo nos lleve por el camino de malgastar nuestras fuerzas creando una crispación que nos obligue a desahogarnos más y más. Esas formas sólo pueden desembocar o en un proceso continuo de aprendizaje a la hora de saber cómo discutir o, en casos como el mío, a perder directamente el tiempo para así acabar controlando mi disidencia en una dirección que nunca será aprovechada.

Quizá en un futuro los disidentes que tienen algo que decir serán escuchados. Por el momento, sólo nos queda aparentar comportarnos como cretinos, porque no hay sitio entre los roles que se nos ha designado.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

Relato. El nisperero

Los años pasaban mientras miraba por la ventana, y toda su vida no avanzaba más allá de las imágenes del televisor o el gran ventanal que daba a la calle. Su marido había muerto y la vejez le concedió la placidez de no esperar nada nuevo hasta que terminara el último de sus días.

Su nieto había hablado con su actor favorito, aquel que le inspirara más a su marido de joven. Su película favorita era lo que le mantenía anclado el recuerdo de su juventud. Su fruto favorito no sería más que del nisperero que vio crecer a lo largo de los años mientras los días ofrecían momentos alegres y difíciles. Ese actor le insistió al nieto que quería saber un poco más de esa gran admiradora...

El personaje que interpretó podría revivirlo, pensaba él. Y fue cuando el nieto terminó de darle las señas del lugar donde vivía su abuela.

- Ella está encerrada en un ventanal donde ve pasar la vida, sin cambios importantes. 

- ¿Qué espera?

- Aquel que fue su marido ya murió. Sabe que no espera revivir nada. Vd. se parece a él, supongo..., por su película favorita.

Y pasó que aquella mañana ella miraba por la ventana y observó algo que la inquietó. La imagen de una persona que creía reconocer, pero no podía ser. Él se tomó la libertad de abrir la puerta que accedía al jardín, sin llamar.

- ¡Pero qué se habrá creído! Ni que fuera su casa... - pensó ella mientras se levantaba para echarlo.

Al entrar hasta la altura del nisperero él se quedó observando y ella apareció en la puerta de la casa malhumorada.

- ¿Pero quién se cree que es? ¡Esta es mi casa!

Hizo ademán de que no la entendía y dijo su nombre.

Poco a poco fue desmoronándose su queja, su propiedad, su razón de autonomía... ¿Podía ser? Lo tomó por un loco. Pero él insistió - que era cierto.

- ¡Largo de aquí! Farsante...

Y le dijo algo, pero no lo entendió... Y se marchó.

Poco a poco fue volviendo en sí, cerró la puerta y dispuso el cerrojo. El cerrojo que nunca echaba, esta vez lo cerró por miedo a que volviera. Miró por el ventanuco de la puerta asegurándose de que no se daba la vuelta. Y volvió a su asiento habitual para comprender que había algo que no encajaba ¿Acaso no podía ser cierto? Era como él, hablaba como él, se parecía mucho a él... ¿Y si fuera él?

Se sentó ante su televisor y observó de nuevo el día pasar ¡Pero qué demonios! Así que se levantó, corrió para abrir el cerrojo, bajó tan rápido como sus viejos huesos le permitieron la escalera de su portón, atravesó el nisperero y saltó fuera de su jardín para gritar su nombre. Y ahí estaba, se dio la vuelta. Le hizo un gesto para que viniera a su casa. Él accedió y desandó sus pasos.

Dentro de la casa ella le invitó a sentarse y le preparó un café. Él le preguntó si vivía sola, pero no lo entendía. Le preguntó por alguna clase de mascota; parece que le entendió. Se puso a llamarlo entre los ecos de la casa vacía. Ilusionada por repetir la vieja escena que tanto le gustaba. Pero pronto dejó de gritar: Es cierto que tuvo una vez un gato, que le regaló su marido porque sabía que le haría ilusión. Pero aquella ensoñación tuvo que acabar pronto.

Él le hizo ademán de que le explicara qué pasó con ese gato. Así que cogió su café y lo dejó en la mesa. Lo levantó de su asiento y lo dirigió hacia fuera de la casa. Bajó la escaleras, y él se dejó llevar. Le empujó hasta el nisperero y, antes de que se marchara, ella le señaló la tierra sobre la que había emergido.

- Ahí está el gato. Todo lo que queda de él son estos nísperos.

Cogió un níspero y se lo dio. Tan pronto como comprendió le sonrió y volvieron a la casa para terminar su escena de juventud.

Unos días después el actor le dijo al nieto que el encuentro había sido fructuoso, aunque él no lo comprendía debido al pesar de su adolescencia. Con el paso a la madurez el actor se retiraría de su carrera, su vida..., cuando ella sus recuerdos. Los rostros de sus hijos y nietos se difuminarían entre las fotos, el no poder comprenderlos y las ausencias serían sus últimos retazos del velo que maquillaba su inquietud. 

Poco a poco sólo quedarán los relatos de los frutos de ese árbol.

 

martes, 22 de diciembre de 2020

La rueda de la fortuna

 - ¿Pero me ha pagado?

- Sí, le he dado 20 euros.

Ése es mi problema, mis técnicas no me permiten estar seguro de nada. Mi memoria es horrible y es como tratar con un ciego del recuerdo. Entonces la gente que en principio se sentía muy segura contigo luego ve al discapacitado, al loco, al incapaz...

Aun cuando las cosas me vayan bien tendré una leve sensación de que podrían estar aprovechándose de mí, o de que no estoy vigilando las circunstancias como debiera. Pero eso es ley de vida, lo apropiado es encontrar un grupo de gente con los que cambiar mis ciclos de actividad - en quienes poder confiar.

Ayer una señora muy necesitada me presenta un móvil que la estaba volviendo loca, porque se había activado un servicio para ciegos - tras resolvérselo me sobrepagó el servicio. Hoy me viene un hombre con un pago importante en una recarga, como el mensaje tardó más de lo debido pasó de hablarme con una enorme cordialidad a percibir mis servicios con cierta desconfianza. Y toda mi preocupación por demostrarle que mi actividad no fue fraudulenta ayudó a que reseteara mi memoria temporal y que perdiera la noción del protocolo de pago.

Hay que estar siempre atentos, tan pronto como te aparece una persona muy contenta con lo que haces luego te encuentras con una persona que se siente especialmente defraudado. Es la rueda de la fortuna, que fue el objeto de mi tesis central en mi adolescencia: toda obra literaria la reducía a las técnicas de la rueda de la fortuna - porque creía que era así como se creaban las historias con conflicto, las que serían recordadas o dignas de ser contadas. Era la fórmula del éxito.

Sin embargo me equivocaba: la rueda de la fortuna era un arquetipo de 21, o así descubrí hace cinco años. Y esos arquetipos forman un sistema en comparación con los 12 que clasifican los objetos o con las distintas fases de una historia que, en un género único, conforman como una baraja de cartas, como cuatro géneros.

Eso es lo que defiendo ahora, y me parece realmente extraño: ¿por qué los arcanos de la baraja del tarot de Marsella encaja tan bien y cumple tantas espectativas - más allá de que ese tarot no sea necesariamente perfecto? Y la rueda de la fortuna establece que tal vez los más grandes no sean reconocidos, y que la mala suerte y los estamentos sociales acaben por hacer anónimos a verdaderos portentos. De ahí que sus estudios filológicos se volvieran arcanos: algo que hacía crear buenas historias se gremializa y sólo se comparte en círculos cerrados, que luego se volverán místicos.

Si bien la cartomancia podía haberse usado en la antigüedad para que los escritores se crearan esquemas sencillos, subtramas dentro de las tramas, mientras escribían - al más puro estilo de cómo recuerda las cartas uno de los campeones mundiales: dándole un significado en forma de historia. Es decir, lo que empezaría siendo una herramienta, otros lo convertirían en un juego, después evolucionaría a una frivolidad de acertijos, para convertirse en un mecanismo de adivinación.

Entonces su creador desaparecería de los registros de la historia. Bien podría haber sido uno de los grandes: Cervantes, Lope de Vega, Shakespeare..., o algún anónimo o innombrable. Podría haber sido un monje vetado a crear novelas, obligado a duplicar cientos y cientos a lo largo de su vida. Podría haber sido cualquier cosa: desde el alquimista original de escritos mal copiados al intentar imitar la transcripción de las letras españolas - como el de Voinich (lo que me recuerda que tenía un proyecto de traducir automáticamente ese documento, usando una selección de teorías publicadas).

Sea como fuere, puedo hacer más o menos, puedo subir o bajar un poco..., que siempre me quedaré igual. Da igual que haga algo increiblemente brillante, como si la pifio de manera desastrosa. No me moveré del sitio, y no habrá manera de que nada cambie más allá de los parámetros a los que esté acostumbrado.

Proletariado..., luego veré a otro sujeto echándome la culpa de ser un esclavo del sistema ¡Los esclavos del sistema no son culpables de ser esclavos del sistema! Los que piensan así son los verdaderos esclavos del sistema: porque les va bien en la vida y, al mismo tiempo, pueden ser manejados por gente como yo, que somos quienes tenemos la llave aun siendo ellos el carcelero.

Envidiosos que ni viven ni dejan vivir y te echan la culpa por ello. Lo veo en esos artistas de mierda que, de vez en cuando, critican los éxitos musicales de otros porque han sido un éxito - y ellos, que se ven a sí mismos con más talento, no aceptan que el público tenga un criterio propio, una fórmula de éxito. Esa fórmula puede ser la historia que cuenta, cómo lo cuentan, cómo se presenta... Esos artistas desprecian a su público y esperan triunfar sólo con su obra. Se convierten en carceleros, pero no han sabido cerrar la puerta y el templo no es lo suficientemente laberíntico como para acorralar tantas almas. Así que se atreverán a probar otras cosas, a experimentar, a huir... Y no lo entienden.

¡Ay si pudiera escapar de esta mentira! ¡Ay si pudiera eliminar tantas barreras!

Entonces sabría la gente lo que es un verdadero apocalipsis y no las mariconadas de la Biblia.



lunes, 21 de diciembre de 2020

Depresión, bloqueo...

Con la que se nos viene encima ya debería estar más preocupado en ser un poquito más prolífico..., pero no, ni tengo pensado desarrollar mi imagen de marca, ni parece que tenga ganas de nada.

Esas luchas con tal de configurar el micrófono tampoco es que me tiren para atrás, porque tengo otros equipos con los que puedo montarme los vídeos y, además, con mucha más calidad. Pero si no lo hago es por otro motivo..., es como una cierta sensación de depresión - o algo. Es como si estuviera decaído.

Y esa sensación es extraña: que no tenga fuerza para ponerme a programar, a resolver cosas nuevas, etc..., es como si no tuvieran razón de ser, como si no valiera la pena. Podemos engañarnos sobre lo que nos empuja, pero visto lo que nos viene encima el año que viene... Cuando volvamos de navidades tendremos monotema, pero de verdad.

A ver si la sociedad y su civilización aprende a vivir con el puñetero bicho, y conforma un gobierno mundial; un estado global - la primera internacional en la historia de nuestro planeta. Y, por supuesto, a ver para cuándo reconocen la labor de los que realmente aportan a la sociedad, por encima de corporativismos, y otras sociedades absurdas.

Al fin y al cabo, superados los corporativismos aún hay perspectivas políticas erróneas, pero al menos no son tan salvajes como defender a los de tu familia, hermandad o amiguetes. Suena tan triste... Quizá por eso estoy deprimido: porque no hay espectativa de futuro, no creo en el mercado. 

Si pudiera hacerme responsable de mis fracasos..., si por esforzarme pudiera escapar del proletariado... Pero la gente está convencida de que no existen esas clases sociales, de que los esclavos pueden dejar de serlo cuando quieran. Cuando este esclavo ya ha conseguido los más grandes logros y no ha sido reconocido, cuando este esclavo fue reconocido por su capacidad para dirigir revoluciones - ya sea liberales o socialistas. Aunque quizá no sea para tanto.

Sé que para constituir una figura revolucionaria sólo hay que iniciar un viaje como el que hizo Mao: la revolución de las flores. Sin embargo gracias a las nuevas tecnologías es factible imitar ese viaje de otra manera: y es que es así como probablemente Jesús de Nazaret se hiciera con su revolución personal.

Esta mañana, mientras venía andando, pude repasar los rasgos comunes del héroe, y que no fue citado por Campbell: la abnegación y el ejemplo que da con ello. El ir de un lado para otro ofreciendo sus servicios con abnegación, entendiendo a las gentes, como hizo Ernesto Che de Guevara cuando visitó Iberoamérica (y así arrebatarle la imagen a Fidel Castro como revolucionario). El gesto de la abnegación supera con creces cualquier ideología de ninguna secta, y es la única manera de ver a distintas gentes, de distintas etnias, seguirte desde sus fueros más personales.

Por eso se me antojaba de que Jesús de Nazaret pareciera un líder comunista; que fuera reconocido no por hablar del reino de los cielos, o adorar a Dios, sino por promulgar principios éticos materialistas. Es decir, por dirigirse a la gente e ignorar a Dios, para usarlo como herramienta para llegar a ellos. Jesús, por cómo fue su historia de triunfo, pareciera más bien ateo. Alguien que promete un reino fuerte e independiente, con un símbolo común..., pero que centra su discurso en la unión y la comunidad, en una ética de liberarse del yugo romano y de las malas tradiciones judías - o sus malas interpretaciones.

Pero nada, aquí me veo yo: seré testigo de la autodestrucción de esta civilización por querer enrocarse en corporativismos, negocios turbios de vacunas, medios de comunicación absurdos, cadáveres políticos con remanente de poder... Y me siento pesado, viejo... Con pocas ganas de culminar proyectos que me son triviales y que, en el fondo, tampoco sé si me van a aportar nada..., que será como probar a intentar algo, para luego probar a intentar otra cosa, y luego otra, y luego otra...

Ya estoy viejo, todo eso cansa. Y, con la humedad y el frío, ha vuelto la ponzoña a mi pie. Un triste recuerdo de que cada paso que dé será un acto de confrontación continua entre mi voluntad y...

Para acabar con esta pesadilla tendrán que reconocer que si hay cien gobiernos haciendo cada uno una cosa diferente para un problema en el que todos debemos estar igual de enfrentados a él entonces sólo uno lo está haciendo bien o mejor, y el resto directamente mal al no adoptar la mejor política.

Pero esto ya llegará el año que viene..., supongo.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Ruido de sables

Que de mi micrófono siempre se oiga ruido de fondo, que no tenga la pestaña que lo anula, que no pueda reinstalar los drivers de hp..., todo es como un ruido de sables, una obsesión continua.

Mientras tanto, más allá de si grabo Youtube con esta máquina o desde otra, preparo una aplicación para que quien no haya aprendido un segundo idioma de manera instrumental antes de la mielización de su cerebro pueda enseñarle a su oído a escucharlo de la manera más psicológica posible.

Si se me confirma este proyecto podría vender esos lotes por Internet y..., no sé, podría aspirar a encontrar un nicho de mercado.

Pero haría gracia que, justo cuando lo que falla en mi equipo de trabajo es el micrófono, sea el micrófono el dispositivo más importante para desarrollar la aplicación. Sea como fuere, veremos en qué desemboca todo esto.

 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Sucedáneo telemático

Has hecho click y te pones a leer. La mirada se ha quedado atenta por un leve instante, pero la divagación vuelve a dominar los tiempos. El significado de las palabras pierde todo su sentido frente a su significancia, los autores se convierten en un devaneo de intentos infructuosos de pretender llamar la atención. No son más que escollos de un vago recuerdo de los restos ignorados por la basura intelectual que les quedan y, cual basureros, esperan que sean recogidos por nosotros para darle alguna clase de valor.

Insatisfechos por su vida nos tratan como meros funcionarios cuya misión es recabar el poco valor que le queda al mundo que proponen ¿Creen esos autores que poseen tanta disciplina como para que sus desechos puedan ser recuperados y revalidados en el mundo telemático?

Entonces recabas la información para dar el consentimiento de un tiempo perdido ¿Cuál es la ganancia salvo la experiencia que se espera encontrar? Y vadeando entre lo poco que queda por aceptar hasta es posible que se encuentre una ligera razón de porqué perder aquí el tiempo.

Es pararse a pensar y dedicar un minuto de tu vida para ver que no hay tiempo por recuperar y que toda reflexión no es más que tiempo perdido. Pero, de alguna manera, se dispone de la capacidad de entenderse a uno mismo como la persona que fue capaz de surcar ese camino para dejar una huella de la interpretación propia entre tanto vadeo y discernimiento.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

El Estado, el País y la Patria

Tras los diversos ataques de Microsoft al mundo de la configuración de sus propios equipos, crear un estudio de grabación que, a los pocos días, se desconfigurará es absurdo: tendría que usar programas externos y preparar un kit de instalación para las veces en el que le dé al sistema operativo volverse inútil...

Pero claro, no puedo permitirme el lujo de perder cuatro horas, como pasó ayer, para grabar un vídeo de diez minutos para Youtube. Porque, técnicamente, la grabación me costó 30 minutos debido a las interrupciones de la gente, que entraba en la tienda cuando grababa (y luego dejaba completamente aislada la tienda en el 99% del tiempo), pero tener que pelearme cuatro horas con la sensibilidad del micrófono, la amplificación, combinarlo con el mezclador y el volumen general..., para ver cómo lo interpreta un programa que lo mismo se reconfigura mañana a voluntad de Microsoft y sin pedirte permiso. No es en absoluto ni nada profesional ni nada práctico trabajar con los productos de serie de Microsoft.

Y es que algunas empresas se comportan como si el producto que tienes en tus manos no fuera tuyo, sino de ellos. Es más, para cuando las empresas son grandes corporaciones automáticamente lo ponen en sus licencias, y el que acepte la licencia debe asumir la legalidad de la misma..., ¿lo debe asumir? Diremos que en países que no conforman democracias (probablemente todos) eso es algo que se asume, mientras que en el resto de los estados democráticos es probable que no quieran aceptarlo pero, al ser meros estados temerosos de quedarse atrás, no emprenden acciones legales que les son legítimas.

Y es que es muy fácil conformar un estado, desde un punto de vista antropológico: el estado antropológico mejor definido quizá sea el de Gustavo Bueno, no seré yo quien tenga capacidades para replicar su definición, pero entiendo que éste se reproduce, más o menos, para cuando es necesario un código de leyes o normas para que se respete el trabajo de los que están integrados en el mismo.

Es decir, cuando tenemos un trabajo propio automáticamente levantamos una frontera alrededor y si somos capaces de manetenerlo de manera autóctona entonces todo apunta a que hemos creado un estado, aunque no seamos conscientes de él como tal.

Un país es un concepto mucho más social, porque representa un poder que una mera corporación no puede afrontar como fuerza enemiga o rival. Un páis tiene tres elementos que cualquier corporación debe asumir y afrontar: posee un tamaño poblacional, que representará un mercado potencial que se moverá al unísono; posee una historia compleja, que llevará parejo una serie de valores intrínsecos y una literatura; por último, también posee una serie de recursos naturales o un lugar estratégico interesante geopolíticamente hablando, que convierte a sus dueños en personas con las que negociar o tratar. Cuando una corporación trata a un país como España como si fuera el estado de Dinamarca ahí se la está jugando. Igual que no se puede tratar a un imperio como China como si fuera España, pues cuando se tienen los tres rasgos bien desarrollados y, además, alguno de ellos superdesarrollado entonces tendremos un imperio: no se puede extrapolar las políticas de España a China, pero sí podemos hacer lo contrario.

Una vez comprendido esto, sigo pensando que Microsoft, al margen de que su facturación sea muy superior que la facturación de toda España (cosa que no sé), y aunque su patrimonio también lo supere, o tenga los más inteligentes científicos, etc..., todo eso es irrelevante para su futuro: publicidad, moralidad y negociación. Si falla en uno de esas tres patas el resto de la empresa podría tambalearse, dependiendo del arbitrio de la socialdemocracia en la que se sostenga, y cómo pueda someter a la clase política..., lo cual es mucho más efímero de lo que la gente se piensa.

Pero comentaba que me urge volver a este mundo sucedáneo, pero porque me veo hablando sólo por las calles..., no recuerdo si hablando en voz alta, media, baja, nula..., la mascarilla te oculta mucho. Si la grabación en mi equipo se hace imposible, es decir: si no puedo hacerlo de manera espontánea, muy probablemente acabe usando mi propio móvil para estudiar si me vale la pena y me inspira grabarme mientras ando por las calles.

Recordaba las motivaciones por las que las personas se juntan, y los sociólogos reconocían como dos o tres grupos, dos o tres razones: los grupos sociales, comunitarios y casuales. Entendiendo por casuales los grupos que se generan debido a una eventualidad y, por tanto, bien podrían abarcarse entre los grupos sociales, está claro que lo que diferencia a los grupos sociales de los comunitarios es que en los sociales existe un pacto social, una razón explícita para integrarse en el grupo, mientras que en el comunitario éste es producido por motivos más internos: como familiares, amistades, etc...

Entonces es cuando debíamos reconocer la existencia de un cuarto grupo, un cuarto nosotros, que es cuando aparecen las urgencias. En el pacto social se distinguen relaciones horizontales, pero en este cuarto grupo debe existir siempre una cadena de mando: y es cuando aparecen las brigadas; esto es, grupos de cuatro o cinco personas que tienen que afrontar una urgencia.

Las urgencias pueden ser desde apagar un incendio, salvarle la vida a una persona con un montón de heridas, afrontar una crisis epidemiológica..., o enfrentarse contra un enemigo hostil. En cualquier caso, ahí no es posible hablar de un pacto social: el pacto social del que hablaba Rousseau es la motivación de una persona para formar parte de un grupo, con sus obligaciones y prestaciones de cara al grupo. En el caso de formar parte de una brigada lo que motiva a sus miembros no es la relación que hay entre las partes, de hecho se parece un poco más a los grupos que se forman casualmente.

Lo que motiva a un brigadista es su mirada ante la muerte. El hecho de que no quiera ver a nadie quemado en llamas le llamará a ser bombero, el hecho de que no quiera verse nunca abierto en canal sin que nadie le ayude le convertirá en médico de urgencias. Sin embargo, no es lo mismo un médico de hospital que un médico de urgencias: el médico de hospital puede tener motivaciones científicas, de cuidados de emergencia..., conceptos sociales, horizontales, democráticos. 

Cuando hablamos de soldados observamos una motivación de integrarse en el ejército en virtud de cómo quieran morir: deben elegir ser de la Armada, Aire o Tierra. Armada significa que el soldado formará parte del arma, Aire significa que el soldado (que, al menos, será oficial) dirigirá el arma y Tierra significa que usará el arma como un instrumento personal. Dependiendo del valor de tu arma conformas un equipo u otro... De la misma manera, si incorporamos a la inteligencia militar observamos otra manera de afrontar la muerte: que es mucho más compleja porque, en cierta manera, estos miembros también se clasificarán dentro de esos tres grupos.

Digamos que la existencia de las brigadas asume la paradoja de la pistola de un policía: el buen policía lleva la pistola encima con la esperanza de no tener ni que desenfundarla nunca o, todo lo más, de dispararla.

Esos podrían ser los cuatro tipos grupos y una corporación es sólo un grupo social. No posee ejército, podría provocar afectados en su contra, el que se incorporen grupos comunitarios la hace más débil... 

Por eso las corporaciones no están a la altura de cualquier país, el cual siempre tiene poderes coercitivos lo suficientemente desarrollados como para arrollar con cualquier iniciativa o tontería que se le pase por la cabeza a cualquier compañía, por muy grande que sea. 

Es decir, lo único que sostiene la indecencia en las grandes compañías que se comportan como sectas es la incompetencia de la clase política - nada más. En cuanto aparezca un político que no sea un completo incompetente..., muchas de esas empresas caerán, primero en bolsa y después en todo lo demás. Vivirán una revolución en sus directivas, se limpiarán de sus tonterías o perecerán con todo el negocio por delante.

Es así..., y no importará que tengan a los más listos, a los más ricos, a los más..., todo eso será completamente irrelevante porque en el mismo instante en el que le toques las narices a los miembros de una misma Patria y éstos encuentren a un representante que vehicule tal descontento..., todo se irá a la porra.



domingo, 13 de diciembre de 2020

Como un niño pequeño

 Crearse un nuevo canal de Youtube sin tener intenciones ni de ganar económica ni socialmente tiene consecuencias, cuando yo creía que no.

Mi intención era crearme el canal de manera que no ocupara mi tiempo y, efectivamente, me he puesto a hacer grabaciones rápidas, subidas sin edición ni sobrecoste, todo con los programas nativos del Windows..., lo cual no me ayudará a ganar en convicción (el micrófono de Windows 10 es una auténtica mierda que hace imposible entablar relación alguna).

Pero al final ocurrió que aun teniendo todo el tiempo del mundo para continuar como si tal cosa luego tu mente se desvía por ese personaje medio-anónimo, en vez de anónimo del todo o movido por loquendo o matrasca... Tu voz es medioesa, tu cara es medioesa... Lo que dices se ha quedado ahí, con tu medionombre, tu mediafilosofía... Es como si ese personaje fuera un hijo tuyo y no puedes dejarlo de cualquier manera.

Anoche soñé que tenía que estar al cuidado de dos niños, uno como de 3 o 5 años y el otro un bebé. Nunca había soñado en que tenía que estar al cuidado de tales fieras y, efectivamente, se comportaban literalmente como tales: como animales que mordían, como se comportarían las mascotas salvajes - esas mascotas que tuve en su momento cuando era niño y vivía en el campo.

He creado una mascota salvaje a mi imagen y semejanza. Tal vez la abandone en mitad de alguna carretera. Sin embargo, lo que no haría nunca a un animal, ¿por qué lo haría con mi personaje? ¿Sólo porque me está consumiendo mi propia psique más que mi tiempo genuino? 

Existe una extraña atracción hacia esas grabaciones expresamente hechas con un estilo muy pobre. Sin embargo es probable que sólo yo tenga esa sensación: un perfecto desconocido no querrá ver esa cutrez como algo positivo, sino como algo tremendamente aburrido. Y eso sería lo normal: le doy importancia porque esa criatura no es un personaje al 100% con una máscara al 100%..., ese personaje es medio-yo.

En el fondo lo suponía: la experiencia es inefable. Ni buena ni mala. Ni útil ni inútil. Simplemente inefable. Pero, como pasa con todas las cosas, tendrá que pasar por el juicio final: ¿pesará su alma más que una pluma? ¿Cargará sobre mi agenda personal esa nueva personalidad? 

Tengo que darle margen y descubrirlo con el tiempo.


viernes, 11 de diciembre de 2020

Nuevo canal, pero no sé...

 Se me ha ocurrido subir vídeos a Youtube. Pero algo me dice que no voy a sonar en absoluto convincente. No creo que le guste a nadie. Así que yo mismo seré el primero en criticar mis propios vídeos. 

Para ser convincente te tiene que gustar tu propio personaje. Debes quererlo. Suena absurdo que tenga yo esa manera de ver las cosas. Sin un mensaje bien claro a lanzar algo me dice que todo esto no será más que una anecdótica pérdida de tiempo.

Pero bueno..., si le cojo el gusto puede que hasta me meta de lleno en asuntos realmente serios.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Si me quieres me darás la razón

Le he estado dando vueltas, y creo que hasta tendría sentido: dejar de participar en los comentarios de Youtube para hacerme "youtuber". Se entiende que, como influencer, no atraeré a más de cuatro o cinco..., pero, en el fondo, si lo que busco no es atraer sino desahogarme entonces el mejor formato que puedo escoger es montar un vídeo sin editar y del tipo "primer intento" y luego subirlo. Ése sería mi formato y, si me lo demandaran, pues algún directo.

Y es que me da rabia ver cómo los youtubers opinan sobre temas que desconocen sin que yo pueda plantarles cara en sus mismas condiciones. Me desahogo en la línea de comentarios, pero claro..., no faltará el fan de turno que querrá tocar las narices - con todo el derecho del mundo, por supuesto.

Así que si realmente me parece tan molesto responder en los comentarios la lógica me dice que dé por saldado lo que me "atormenta" poniendo un vídeo, aunque no lo vea nadie..., aunque esa otra cuestión también... ¿Me generará satisfacción esa situación?

Lo que observo es que la gente no sabe distinguir discrepar con odiar; hacer hate en foros no consiste en no estar de acuerdo, sino en decir cosas irrelevantes sólo para hacer tropezar a un usuario. Son conceptos que no tienen nada que ver. Por eso, quizás si me creo un usuario que fomente la idea de que la gente discrepe, y que use sólo los pulgares para decir si lo dicho o escrito es relevante..., podría experimentar a ver si me deja buen sabor de boca y, al mismo tiempo, no me hace perder tiempo.

No me parece descabellado.

Y, claro, ¿de qué irán mis vídeos? ¿Será como este blog? Tal vez nada más empezar en Youtube abandone este blog. Me pregunto qué me pedirá el cuerpo.

Ahora mismo lo que me pide el cuerpo es desmentir la idea de los "buenos" contra los "malos", porque la maldad es un recurso literario memético asociado a un rol. Decimos que la gente es mala como atajo intelectual, pero lo correcto es decir que en ciertas circunstancias ciertas personas se comportan de manera destructiva - por mejorar el matiz.

Ya Espinoza lo decía: él mismo se situaba por encima del bien y del mal, y su ética ansiaba dar con lo constructivo y lo destructivo. Y es que no hemos avanzado desde ese sujeto, aún se sigue hablando que tú bueno, que si yo malo, que si patatín, patatán... Algo se quedó sin decir si en pleno siglo XX acabó por aparecer un término tan absurdo como el de la resilencia.

Y alguien va a tener que decir algo, digo yo...

Resulta que sabemos que la moral tiene que ver con lo que nos dice las estadísticas, los memes, las repeticiones del comportamiento, su modelo..., pero la ética es el director de orquesta. Tenemos un conjunto de prejuicios, el tono de piel, la vejez, la enfermedad, la demencia..., y en combinación nuestra ética emite un juicio. Y el juicio es lo que acabaremos haciendo en virtud de lo que tenemos delante.

Esto, por el momento, aún las máquinas no saben hacerlo - porque por el momento no se sabe cómo componer los elementos de juicio que elaboren un equilibrio ético a partir de todos los datos recogidos.

En cualquier caso, el juicio ético debería concordar con los derechos humanos, así es como lo enfoqué yo en su momento - y lo sigo defendiendo. Porque no pierde en absoluto ni un ápice de objetividad.

Hay gente que se conforma con criterios que no son falsables, o que no buscan contrastar, y así es imposible emitir ninguna clase de juicio. Para actuar de manera ética hace falta algún grado de libertad, para sopesar en equilibrio al menos dos fuerzas.

Algo así sucede con la idea de resilencia. Me imagino qué ocurre con el clásico héroe que atraviesa la casa en llamas y salva al gatito. El miedo se apodera en el cuerpo de quien valora más su vida que los elementos desconocidos que hayan tras ese muro de dolor y muerte. La pena increpa un horror interno en cuanto se ve un cadáver calcinado, y la ira también bloquea el cuerpo al ver lo que pudo provocar la llamarada. Pero una persona bien curtida se centra en lo que es urgente, la urgencia es lo que marca el camino más allá de sentimentalismos tóxicos.

Cuando decimos que una persona ha sido resilente lo que estamos haciendo es colmar de medallas y honores a esa persona. Y hasta ahí sería correcto, si esos honores están asociados a actos heroicos. Que es lo que podríamos asociar al comportamiento del dentista, que se deleita de poder jugar con la anestesia del paciente..., bien puede ser otro héroe que evita los efectos secundarios de las drogas en sus pacientes. O bien..., podríamos atribuirle la virtud del sádico que disfruta del dolor ajeno.

Pues bien, la psicología no debería de entrar a juzgar a la gente; pues la ética es un concepto que le trasciende. La psicología nos ofrece un conjunto de herramientas morales, es como ser procurador o abogado en un juicio. Cuando el psicólogo incorpora su propio criterio de quien hace bien o mal lo que hace es meterse en camisa de once varas.

Cuando el bombero atraviesa la muralla de fuego en vez de decir que es resilente estaría bien reconocer un término mucho más antiguo y que viene del mundo de los griegos: cinismo. El enfermero ve una enfermedad y, con todo su cinismo, se evade de ella y de la pena que genera para tratar al paciente de la manera más objetiva. Asímismo hará el bombero: se dirigirá al cometido en cuestión y tratará las tragedias como merecen. Hay momentos para las lágrimas y momentos para el cinismo.

Una vez suplida la urgencia determinaremos quiénes tienen que ser considerados de emergencia (quiénes se han quedado sin casa, sustento, etc...). Una vez suplida la emergencia se hace una evaluación de las necesidades que deben ser cubiertas primero a corto plazo y después a largo plazo. Es decir, todo tiene su orden y su momento. Todo debe ser evaluado cuando le corresponda. Quien pone asuntos de emergencia o de necesidad cuando corresponde la urgencia es una persona tóxica, destructiva. Ése es el planteamiento. 

Si queremos que los niños sean resilentes no hay que decirles: "sed resilentes". Eso no funciona. Lo que hay que hacer es darles las herramientas para que reconozcan cuándo hay que actuar de urgencia, emergencia y de necesidad de corto y largo plazo. El resto lo tienen que aprender, aprendiendo a aprender.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Ley cocinada y ley cruda

En informática el modelo cliente servidor introdujo a través de los métodos pre y post la idea de que hay formularios que se rellenan con datos crudos y con datos cocinados. Todos los sistemas de información realistas reconocen esa realidad; lo sorprendente es que el mundo de las administraciones públicas no parece incorporar ese concepto.

Parece que el funcionario está acostumbrado a darle un tratamiento dogmático a todo lo que hace: las cosas no son meramente legítimas, sino que deben ser Legítimas; los documentos no deben estar formalmente rellenados, sino Formalmente rellenados... Parecería que esa es la única manera de trabajar para alcanzar la excelencia y la Dignidad en el trabajo. Sin embargo, nada de eso tiene que nada que ver con el objetivo de cumplir con la Calidad Total.

Las ideas de Calidad Total fueron defendidas por un americano después de ver cómo trabajaban los japoneses. De la misma manera, los japoneses aprendieron bastante de empresas como Disney, Ford..., la revolución cultural que se llevó a cabo en Japón, haciendo lo mismo pero más eficiente, fue luego copiado para crear en el resto de occidente la verdadera manera de estudiar los estándares.

No podemos decir que un sistema sea de calidad si no cuida todos y cada uno de los procedimientos, materiales, informaciones, etc... Asímismo debe incorporar las auditorías internas y externas, así como el feedback oportuno. Cuando observamos esto parecería que es imposible crear borradores, o intentos de algo, que todo tiene que ser a la primera..., y no estoy de acuerdo, lo que significa es que debe haber un reconocimiento oficial para tales borradores, se etiqueten como se etiqueten, y, por tanto, un protocolo reconocido sobre cómo pasan a ser oficiales.

Pues bien, en nuestro afán de simplificar lo existente sin perder la esencia de lo que realmente importa, consideraría que una asamblea de representantes no tiene porqué estar formada en derecho, y sus leyes sólo deberían de cumplir un par de principios relevancia y coherencia. Es decir, deben representar la cosmovisión del Pueblo lo mejor posible, y para conseguirlo un lenguaje técnico no tiene porqué ser el más adecuado.

Para representar lo mejor posible lo que ha visto una persona es esa persona la que tiene que ser libre de expresar de manera cruda todo lo que vio, observó, lo que quiere cambiar, todo. De ahí nacerá una ley, de su deseo y su impaciencia. El legislador, en su honestidad aprueba gracias a la cámara que lo habilita una ley redactada de manera cruda. Porque esa cámara ha entendido lo que se pretendía y han cumplimentado en el preámbulo todas las aclaraciones que fueran precisas.

Pero un abogado será quien deba interpretar lo que ahí pone. Y es entonces cuando el poder judicial debe empezar a cocinar esa ley. La cocina ayudará a acelerar los procesos judiciales, pero para crear doctrina antes la cámara legislativa deberá acordar darle el visto bueno a esa cocina. La ley, aplicable desde que se aprobara en su estado crudo, experimentará una buena motivación para ser estudiada en cuanto se cocine dentro de la hermenéutica en el propio artículado, siempre y cuando no pierda la relevancia que adoptó la ley en su estado original.  


martes, 8 de diciembre de 2020

Una Revolución necesita corazón

Lo vimos en el discurso de Martin Luther King (Jr) ese en el que tenía sueño..., cuando hablaba de los guetos, de cómo sus ideas no eran sólo para su interés personal, ni para aquellos que se le parezcan. Su discurso no podría ser considerado el discurso que sólo podría valerle a quien tuviera algo que ver con él. Era un discurso universal. Era un discurso que ya se salía de la rama del mero activismo de su tiempo para adentrarse en una conversación con todos los ciudadanos que habiten este planeta.

Hacer discursos es fácil: sólo tienes que tener una motivación. Dirigirse al público puede ser más complicado si, a la hora de transmitir tu discurso, se te olvida tal motivación. Por eso el instinto humano suele acertar correctamente ante los discursos largos o cortos que no son convincentes, que no consiguen ser recogidos con su debida prosodia. Eso es porque el que los lee, los recita, no lo hace desde el corazón.

La separación de poderes es fundamental para que una organización tenga cabeza. Pero lo que motiva a la gente a abandonar sus trabajos, la comodidad del hogar, la estabilidad del orden establecido..., no es la promesa de cambiar la orgánica. Pues la orgánica es algo interno, algo que no se percibe desde fuera. Todo cambio orgánico es siempre susceptible de ser adulterado y, visto desde fuera, es como si no cambiara nada.

Nadie nos dice cómo no volverán las cosas a ser como siempre. Cambias las normas, pero es el mismo funcionario. Mismo perro distinto collar. Ese movimiento no mueve, no va con la gente.

Y pueden saltar con doscientosmil discursos, que no importarán una mierda. Hasta que no veamos un discurso con corazón el sujeto no moverá ni un ápice, no representará el más leve de los intereses en individuos que no sean exactamente igual a él. Y, con el tiempo, todos descubrimos que somos diferentes. Será cuestión de tiempo antes de que se descubra que no nos mueve lo mismo.

Montesquieu tenía razón. Hace falta una orgánica. Pero lo que mueve a la gente a necesitar un Estado no es la promesa de una separación de poderes. Se puede pretender eliminar el papel del Estado pero, por la misma razón, ¿cuál es el papel del revolucionario? ¿cuál sería el papel del grupo que pretende cambiar las cosas?

Cuando observamos a varias personas conformar un grupo social, esto es: no comunitario - sino social, debe existir una verdadera razón por la cual esas personas forman parte del grupo. El grupo, que poco importa si está legalmente constituido en donde vivan, tiene una misión o razón de ser; y sus integrantes tienen el deseo de ser partícipes de esa misión. 

Decía Kennedy: "no me digáis qué puedo hacer por vosotros, sois vosotros los que tenéis que decir qué vais a hacer por mí". Esa frase a mí, personalmente, me resuena por lo adecuada que es - y tan contraria a toda la política de ese señor. Esa frase hay que saber dirigirla hacia los adecuados: es la frase que le dice el representante de los ciudadanos a los agentes integrantes del aparato del Estado, incluido los poderes fácticos. Es casi una frase suicida. Pero lo que está diciendo es que el funcionario que no esté bien definido en el pacto social a la puta calle.

No se puede gobernar un país con gente que vive de él. Es un principio básico: igual que no se puede sostener una revolución con parásitos que no le dan vida. Si vais a estorbar, apartaos - es un principio básico de todas y cada una de las revoluciones desde la primera hasta la última. Porque aguantar lo que no da vida es el equivalente a cargar con lo que no necesitamos. Equivale a no movernos del sitio. Y una Revolución necesita un gobierno en movimiento.

Una Revolución necesita un Pacto Social, como el que describe Rousseau en el capítulo cuarto del Contrato Social. No es posible una revolución no socialista porque no es posible conformar un gobierno que no sea socialista y dirija sus esfuerzos hacia el individuo.

Cuando escribo esto escucho la música de la banda sonora del Padrino, y es apropiada: porque es el drama de una persona que intentó encontrar su papel y el de su familia dentro de un país sin corazón.

Y cuando los políticos viven una orgánica sin corazón, un sistema con un gobierno triste, observamos cómo empieza a ocurrir lo que comentaba Engels en "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado": poco a poco son los patriarcas, los padrinos, los que se encargan de proteger a los suyos. Se conforman asociaciones alegales donde primará el corporativismo, el nepotismo, el trato de favor... Y todo eso se produce porque se pretende convertir el gobierno en propiedad de alguien, la gente propiedad de alguien..., los hijos propiedades, la esposa otra propiedad... 

O se define con claridad los límites de la sociedad a la que se pertenece, o se consigue dar unos aires de libertad al individuo con respecto a su familia, o veremos como las "hordas" se someterán al yugo de un padrino que les acogerá en su seno. Y es exactamente para eso para lo que Maquiavelo inventó la puñetera palabra Estado, le dio razones de existencia al Príncipe, poder para actuar según su criterio... Esa es la verdadera razón por la cual puede haber un gobierno que nos lleve hacia un Pacto.

--

En una ocasión teniendo 14 un grupo de amigos que me tenían envidia se pusieron de acuerdo y se empezaron a fingir que me daban una paliza a base de golpes. Y yo hacía como que los encajaba uno detrás de otro sin devolvérsela. Uno a uno, formaron parte de esa paliza dando golpes y, según pasó, apareció el conserje de casualidad para dar un mensaje. Al parecer, por mucho que insistía, le costó hacer parar a mis compañeros de hacer como que me pegaban; así que tuvo que elevar la voz. Para cuando se deshizo el grupo y sólo quedé yo, intocable - impoluto..., entonces me preguntó: "¿Y tú, de qué vas?". Me sentí enrarecido: ¿era comedia lo que hice o debía sentir vergüenza por la imagen que había dado a mis compañeros? 

Esa fue mi primera lección sobre lo que es el Pacto Social.



lunes, 7 de diciembre de 2020

La legitimidad chovinista

Anoche un auto quemó el asfalto con un acelerón cuando a penas tenía carretera. No sé, si me vuelve a pasar esta noche me va a dar por saludar a la afición: me siento Martin Luther King.

En toda revolución siempre hay un lado pragmático y un lado utópico. El lado más pragmático que defiendo es algo así como casitodos los funcionarios al paro, renta básica áustera y reajuste de impuestos directos por si no casa la cosa. La parte utópica es la que pretende hacer cosas difíciles: ya sea la reforma educativa o la laxitud de las leyes.

En lo referente a la reforma educativa es un tema complejo que no viene al caso: en realidad a nadie le importa la educación de verdad, es decir, la parte que tiene que ser reformada. Los grupos de poder no se centran en lo que eliminaría la abstención y fomentaría la cultura democrática - en lo que se centran es en cambiar el color de las cortinas, poner amiguetes para hacer cursos dogmáticos y cosas por el estilo.

Pero en lo referente a la utopía de hacer que las leyes sean laxas ahí sí creo que vería mucha gente que se me tiraría al cuello. Es decir: hablamos de coger cientos y cientos de folios de normas y reglamentos, así como los edictos municipales y leyes del más alto rango y reducirlo todo a unos pocos folios más un conjunto de estándares.

Es decir, de todo lo que hoy día es obligatorio, ¿qué es prescindible para que realmente funcione?

Y entiendo que el proceso de ir eliminando leyes sería lento; porque así es más fácil asegurarse de que no se deja nada por el camino. Entiendo que la orgánica debe proponerse, pero que en realidad en un gobierno democrático moderno reconocer secretarios, secretarios generales, etc..., todo eso en realidad es problemático.

Una única máquina es capaz de comunicarse con todas las máquinas del estado a nivel local. No hace falta bandos intermedios. Es como decir que un país como España podría ser uniprovincial. Entendería, por tanto, la existencia de dos cámaras: la legislativa nacional y la local. Que localmente no se puede aprobar nada si no es a través de la cámara nacional y, ésta, a su vez pueda reconocer normas posibles o necesarias - como dando a entender que una entidad local puede aprobar o no lo posible mientras que tendrá que acatar siempre lo necesario.

Es decir, yo creo que el funcionamiento tan simple sólo puede provocar que cada función esté perfectamente entendida y, por tanto, no habrá sitio para clientelismos ni para otras corruptelas. Porque una orgánica pesada nos lleva a la pesada maquinaria burocrática de la URSS que, a mi juicio, fue exactamente la que la hizo caer: la gente descubrió que un tío con un cuchillo repartiendo carne en mitad de la calle era más eficiente que cientos de papeles habilitándole hacerlo. Señores: lo que hizo caer a la URSS fue lo mismo que lo que hizo caer al imperio español - burocracia. 

Y todas las socialdemocracias tienden a ser más y más pesadas, más y más pesadas... Llegará el momento en el que se hará evidente lo que digo al ver a los revolucionarios llevar a cabo el rol que destruyó un imperio tan increible como el de la unión soviética: en cuanto varios contingentes empiecen a llevar a cabo el papel del estado y el pueblo se percate de ello.

Algo parecido hicieron los Panteras Negras en EEUU y que les hizo ganar adeptos: ocupar la labor social que el estado renunció llevar a cabo dándode de desayunar a los chicos para hacer desaparecer la brecha académica que hacía creer a algunos necios que el negro era menos capaz que el blanco para estudiar.

Pero bueno, si se quiere rellenar el manual del buen revolucionario antes debemos valernos de un conocimiento de la historia que no esté bufado por una ideología: porque pensar que la URSS cayó porque el comunismo no tiene sentido es un ejemplo palmario de cómo hay gente que no se fija por muchos estudios que tengan.

Oposición a participar, hacerse presente donde el estado no esté, simular fórmulas innovadoras y exponer los riesgos de las fórmulas actuales..., insisto: incorporar contenidos a una agenda revolucionaria es de manual. Otra cosa sería la orgánica de la agenda, lo cual forma parte de esas fórmulas innovadoras; incluido la idea de quiénes van a ser invitados a participar para ser vinculantes. Y ahí es donde observaremos siempre un corte dictatorial. Lo cual no es un problema: la democracia es movimiento, es mejora, no es legítima perfección.

En el mismo instante en el que la gente acepte en libertad las fórmulas propuestas obtendremos la legitimidad necesaria.

En cualquier caso, no ha habido aún un país que haya revolucionado del todo hacia la calidad total. Al menos en España tenemos que todo son normas y reglamentos, todo completamente vinculante. Bien existen estándares como Métrica, pero no tienen nada que ver con cómo se organizan los funcionarios o cómo tienen que trabajar, sino cómo se debe estudiar la burocracia. En el apartado de ciencias de la información e ingeniería del software a mi juicio no se ha entendido el valor de esos estándares.

Los estándares tienen que abarcar las maneras y las formas para, acto seguido, convertirse en propuestas de funcionamiento. Internamente se puede promocionar a aquellos que sean capaces de llevar a cabo más y mejores estándares, pero la promoción (al ser un concepto relativo a cómo se trabaja de manera no vinculante) no puede ser estructural - sólo podría servir para que estos excelentes den ejemplo, y se les pague para sancionar los procedimientos con nuevos estándares..., todos perfectamente consultivos.

Lo que no tiene sentido es que llegue un político y decida mejorar los estándares. No es creíble.

Un representante del pueblo no tiene porqué saber cómo funciona el sistema. Más que nada porque entiendo que el estado debe tener unas mínimas normas vinculantes y unas mínimas estructuras que deben ser auditables externamente. El tema de los estándares y los líos se hace con auditorías internas, porque es una manera de provocar que las cosas funcionen de manera más eficiente. Por eso existen los estándares - si no provocaran una mayor eficiencia entonces no existirían.

Es por ello que en mi utopía observaremos estándares nacionales y locales, como debían existir leyes nacionales y locales. Pero, por lógica, el estándar nacional no puede contradecir a ninguna ley local; porque se antepone el carácter vinculante al ámbito de aplicación de la medida. Se antepone el cómo ve el Pueblo el funcionamiento del Estado a cómo ve el Estado su propio funcionamiento.

Asímismo a la hora de ejecutar órdenes el ciudadano tendría un deber de obediencia al criterio legal estandarizado ejercido por la autoridad competente. Si el criterio impuesto no estuviera estandarizado, ante una situación que no fuera urgente, bien podría proponer una alternativa estandarizada que no represente una sobrecarga administrativa. Pero, si la situación fuera de emergencia para el ejecutado, entonces sería imperativo que ante una situación no urgente la autoridad competente deba obedecer al criterio del ciudadano.

Y así podríamos continuar con unos mínimos reglamentos de obligado cumplimiento que pudieran simplificar los existentes, al combinarlos con una idea de convivencia con los estándares y sus auditorías.

Acceder al cuerpo de los funcionarios se reduciría a aprobar las sencillas leyes y prácticas y, para sumar puntos, presentarse y aprobar los distintos estándares. Allá donde los exámenes de acceso rayan el imposible la corrupción emerge de una manera natural haciendo muy difícil encontrar gente con vocación entre los funcionarios públicos. Que el interino se centre en aprenderse estándares en aplicación de las normas existentes y ponerse en prácticas es la forma natural de introducir a un miembro dentro de una corporación de envergadura.

--

Dicho esto, muchos funcionarios no querrán perder su puesto de experto en tomar cafés. Muchos querrán seguir teniendo cargos universitarios por encima de los que aprobaron la ESO solamente, muchos querrán seguir valiéndose de su posición para filtrar las preguntas a sus allegados, no les hará gracia un sistema de auditorías... Muchos querrán seguir funcionando bajo sus esquemas tradicionales, haciéndose suyo el cargo, sintiéndose importantes, como si fuera su feudo personal, su inversión, su patrimonio...

Y diré una cosa: esa manera de pensar me parece por un lado chovinista y, por otro lado, legítima.

¿Quién tiene derecho a hablar de utopías? Todo el mundo ¿Pero hasta qué punto a imponerlas? Ahí hay que tener cuidado: porque según estos esquemas la legitimidad de decir cómo tienen que trabajar los señores funcionarios está en los señores funcionarios. No es posible que un mero representante que se haya hecho amigo de una turba de descerebrados se vea legitimado como para decirle a quien tiene años de experiencia cómo debe hacer su trabajo.

En este punto hay que imponer una ligera dictadura, y se trata de una revolución porque, en el fondo, todas las revoluciones tienen que pasar por un proceso de legitimidad para crear la turba enfurecida. Si se quiere ser autoritario se tiene que pasar por todas las fases de contenido revolucionario. Si se salta alguna fase entonces es probable que se requiera un acto de nobleza al más puro estilo de Maquiavelo: donde si el fin es darle el poder a las familias, el acto de otorgárselo por la fuerza queda justificado al ser un acto noble si esa es la función del Príncipe.

Es lo que diferencia un golpista como lo fue el Che de lo que sería un terrorista cualquiera, los hay que atacan al Estado y los hay que aterrorizan al Pueblo. Nadie aterroriza al Pueblo para darle automáticamente el poder, eso es absurdo. Y en toda revolución siempre hay una postguerra, cuyos parámetros de libertad no funcionan igual que en periodo de paz.

Así que lo entiendo, hay gente que está muy cómoda como está y no quiere pasar por esa situación difícil. No quieren asumir que un papanatas cualquiera que haya sido levantado a volandas pueda decirles cómo se hacen las cosas: no hay nadie capaz de aprenderse toda la puñetera burocracia rusa, ni el propio Gorbachov, por muy genial que haya sido en los estudios.

Una película que ilustra lo que digo es "Teléfono rojo, volamos hacia Moscú". En esa película los mayores expertos militares parecen una caricatura realista de lo que muchas personas esperan de los militares; asímismo la posición del presidente es increiblemente inteligente, racional, humano... Cuando observamos esa película debemos pararnos a pensar: ¿realmente los máximos expertos militares son como niños pequeños que les gusta jugar a la guerra y el presidente elegido es una criatura dotada de razón y empatía por la humanidad? Ese retrato era grotesco: existe legitimidad en el experto para decirle al que viene del mundo de las urnas que se quede en un rincón y escuche. Y es eso lo que podríamos llamar una legitimidad conservadora, en defensa de los valores tradicionales patrios, en defensa de las formas, los colores y la bandera del país.

Todo muy repipi, al mismo tiempo.


domingo, 6 de diciembre de 2020

Sueño de un viaje a otro mundo

En mis viajes oníricos quise visitar una familia indígena. Su estilo recordaba a lo que podemos encontrar en las tribus indígenas americanas. Sin embargo no hablaban mi idioma, a lo sumo la hija pequeña parecía que hablaba mi idioma - y podría usarla de puente. Aunque no parecía comunicarse mucho. Así que, para mejorar mi comunicación se me ocurrió pedirles un correo electrónico.

Y ahí acabaría el sueño que tuve anoche, intercambiando correos electrónicos con la única persona que podía tenerlos; pero con la dificultad de que al ser legos debíamos comunicar cómo se escribía con gestos en las manos.

Al despertar me percaté de cómo sentía impotencia ante el futuro que nos espera: cómo es imposible que los dos mundos se fusionen. Estaba yo ahí reclamando por una vía de comunicación que ellos no terminaban de asumir como propia, pero que podían usar para entrar en comunicación conmigo; como no lo entendían yo mismo me preocupaba de hacer los gestos; como seguían queriendo ser los alfas, los que entendían, al final sólo la niña pequeña pudo comprender los procedimientos.

Pero si no lo vais a entender, ¿por qué insistir? ¿No os dais cuenta de que el control de la comunicación la llevo yo?

--

Me he puesto a estudiar las piezas que tengo sobre el tablero. No me gusta hacia dónde van las cosas, la revolución es diáfanamente triste. Hay aspectos obvios que la gente está ignorando expresamente, son de argumento fácil de refutar..., pero tienen miedo, mucho miedo. 

Bueno, pasarán los años y este no será mi mundo, sino el de los vivos. Así que debo dejar de insistir.

Ayer al cerrar la tienda ocurrió algo gracioso: vi que un coche arrancaba y aparcaba nada más cerrar yo la tienda y avanzar hacia la puerta del hospital. Aparcaba para ponerse a mi misma altura, un par de veces. La casualidad era suficiente como para suponer que me estaba siguiendo..., ¿soy famoso acaso? Entré al hospital dejando al coche ahí parado en la acera. Al salir por la puerta del hospital viniendo del cuarto de baño veía cómo el coche estaba recolocándose para aparcar bien. Entonces me había preparado el móvil por si me raptaban, o lo que sea. Pero ahí acabó la persecución. Aún así quise especular conque puede que intentaran atropeyarme y, efectivamente, esa misma vez un coche hizo un acelerón inusual forzando mucho el motor... Me hizo gracia porque es imposible que algo así me atropeye.

Me pongo a pensar: ¿acaso he escrito algo especial en mi blog? ¿Qué se esconde en mis últimas entradas? ¿Es porque se cree que estoy influenciando ahora a algunos influencers?

Las estadísticas, que podrían estar maquilladas, desmienten esa creencia. Pero me hace mucha gracia pensar que algún capullo crea que puede amedrentarme con coches persiguiendo o acelerando..., quien cree que esas chiquilladas pueden hacerme mella no sólo se equivoca sino que, además, no sabe que más bien me motiva, me divierte..., porque tengo una cierta sensación de control, algo que me llena de emoción el cuerpo.

Y es lo que veo: gente que intenta tener las cosas bajo control, quizá porque su mundo está llegando a su fin. Es todo lo más probable según mi análisis. Así que lo que tengo que hacer contra esos rivales políticos es muy simple: nada. Me cogeré una bolsa de palomitas y asistiré a su caída inminente.

Si es cierto que soy autor de la influencia de la caída de algunos sujetos eso no puede hacer otra cosa salvo incitarme a seguir haciendo lo que quiera que esté haciendo y que parece que funciona. Ahora bien, lo ideal sería que aquellos que toquen temas que no controlan del todo que se pongan a un lado en esos aspectos y pregunten al idóneo; puedo hacerme voluntario de explicar hasta el último detalle lo que haga falta. Soy capaz de explicar los asuntos más técnicos de mi competencia hasta los niveles más simples: ya he sido perito informático para jueces. Y ahora podría atreverme a tocar según qué temas de filología.


Me están saboteando el blogger

 Voy a hacer unas cuantas pruebas para ver qué está pasando aquí. Para empezar hay una página donde en formato html todo es prácticamente diáfano y, al mismo tiempo, no me permite editar la página. Ya veremos si esto lo resuelven en Google o a saber lo que está pasando.

Por los errores que están apareciendo lo que intenta inducir blogger es que mi página no aparecerá en los buscadores. Es lo que pasa siempre: Google a veces funciona y a veces no. Por algo paso de esa empresa, si quiero poner mi dinero en juego debo buscar un sitio más fiable.

Por lo pronto veremos si consigo recuperar mi entrada, ya que, al parecer, blogger se lía mucho exclusivamente con esa entrada.


viernes, 4 de diciembre de 2020

La teoría del religioso resentido

El agnóstico es quien no se vale de dogmas para defender sus posturas, pero el religioso necesita creer en la validez de unos ritos para conseguir entrar en comunión con sus creencias. Existe una manera peculiar que tienen algunos dogmáticos de despreciar al ateo, y es mediante la justificación del autoengaño valiéndose de lo desarrollada que está la psicología en estos campos.

Se puede observar cómo algunos para quitarle validez a una denuncia social lo que hacen es valerse de un lenguaje condescendiente. Te preguntan con un tono muy "maternal" que qué nos pasa, si pueden ayudarnos, cuando en realidad lo que buscan es simple y llanamente esperar a que soltemos indicios de alguna clase de soflama de teoría peculiar para desautorizarnos.

Se trata de una técnica muy sencilla, se trata de cuestionar el trabajo de lo que vemos en virtud de cómo lo expresamos para acusarnos de que ello proviene de cómo pensamos las cosas. Todo eso en realidad se trataría en muchos de casos de una mera proyección: aquello que son esta gente es exactamente lo que describen en los demás. Es decir, han somatizado perfectamente el autoengaño y sólo tienen que atribuirlo a alguna clase de agente que no piense como ellos; de ahí ese acto de odio y manipulación.

Se trata de gente que defiende un dogma y lo disfraza de razón. Para ello tienen que disfrutar de un tipo de disonancia cognitiva, producto muy probablemente de lo costosos que son los ritos de los que se valen por culpa del dogma que defienden. Es entonces cuando reafirman la proyección de sus actos irracionales sobre aquellos que no han dado aún evidencias de ello.

Este proceso de simplificación en realidad es la primera fase de las cinco necesarias para afrontar un duelo: la negación. Hay una realidad que no se quiere aceptar, una serie de hechos que están muy por encima del propio entendimiento, y entonces la negación simplifica notoriamente todos esos problemas. 

Si no podemos aceptar la muerte, entonces la creencia de un señor redentor que te libra de ella es una buena manera de lidiar con ese miedo. Luego aparece un agnóstico que simplifica los ritos que necesita llevar a cabo el religioso para entrar en comunión con ese dios, y es cuando el religioso se centra en el carácter resentido del agnóstico - si no tiene fe debe ser porque no acepta la realidad, se proyecta en él porque él mismo es un recuerdo que quiso superar, y su moralidad lo ha convertido en dolor.

Y es dolor real, que nadie se engañe. El dolor se condensa en la zona parietal del cerebro, y es donde colocamos los lugares, el sentido del tú. Cuando un allegado se comporta de manera parecida a uno mismo pero sin afrontar los valores morales que uno mismo adopta con todos sus sacrificios entonces se genera el sentimiento de rabia. Y la rabia es un mecanismo de excitación que, visto así, se observa como si fuera un tipo de envidia. 

Cuando una madre ve que su cría deambula despistada sin atender a posibles depredadores en mitad de la jungla, su instinto le debe generar un sentimiento de rabia, ira..., el poder de la cría para ignorar los distintos peligros convierte a esa criatura en un ser superior a su madre, y de ahí se genera el resentimiento. La madre, con toda su experiencia, tendrá muy probablemente razón y, al pegar el grito ininteligible, la cría entiende porque le da miedo salirse del carril preestablecido. Esa es la función de la ira.

Así, cuando un sujeto adopta medidas sacrificadas para alcanzar sus utopías personales espera que sus semejantes se comporten de manera parecida, o se cabreará. Sin embargo, en ocasiones nos enfadamos con un sujeto y vemos cómo éste no sólo ignora nuestro enfado, sino que además parece rebatirlo usando un argumentario por el que ya se pasó hace tiempo, es entonces cuando se le proyecta sobre él el antiguo yo que no consiguió aceptar cierta limitación y se ancló en la negación.

Pasa en especial con muchos liberales, observan resentimientos en los que defienden posturas sociales, en los que quieren afrontar un conflicto como colectivo en vez de individualmente, sin embargo: ¿dónde está la justificación racional de que tal conflicto no pueda o deba resolverse colectivamente?

Tras el fracaso de Marx de intentar fusionar el complejo mundo de lo político con cierto modelos económicos (fracaso no porque el modelo no fuera revolucionario y un avance, sino porque no pareció dejar alguna pose de calado científico), apareció un nuevo economista: Cristian Ferber, con su economía del bien común, que ofrece unos postulados que podrían resolver la pregunta original. Esto es, ¿cuándo un bien o servicio debe afrontarse de manera individual y cuándo de manera colectiva? Es decir, decidir algo así no es objeto de discusión - o parece que no debería ¿Pero estaremos dispuestos a aceptar la respuesta correcta?

El liberal, por regla general, tiene miedo del estado. Puede que su resentimiento al socialismo provenga de la corrupción política, de la dictadura institucional o incluso del propio fracaso empresarial que haya tenido y cuya responsabilidad haya achacado al sistema tributario..., no es de extrañar que quiera negar esa fobia, esa sensación de aberración..., pero es que también tenemos la historia de los políticos que han defendido posturas progresistas y socialistas..., tenemos sujetos que en realidad no eran más que meros socialdemócratas que se quedaban a medio camino de defender nada y, por tanto, lo único que llenaban era su bolsillo de manera sistemática.

Así que niega que tenga miedo de los señores que gobiernan, niega que tenga miedo de los genocidios provocados por dictadores comunistas en la otra punta del planeta..., lo negarán para luego atribuirlo a sus rivales políticos. Adoptaron el cruel rito de no apoyarse en ningún colectivo, en algunos casos puede que porque sus colectivos no podían formarse, tuvieron que aceptar la crueldad de mostrar una risa orweliana dentro de la filosofía absurda orweliana para criticar el 1984 que pretenden crear los demás; pero luego el liberal no tiene programa, no tiene un Estado bien definido. Son todo utopías y muchos sacrificios desde la soledad y la sonrisa forzada.

Esos ritos son muy propios de nuestro tiempo: recuerdo al liberal que vino a España y me quiso emplear como vendedor; me recomendó un libro muy liberal y absurdo..., "si quieres vender cree en las estadísticas", rezaba ese libro: si sólo es probable en un 33% de que algo lo puedas vender entonces en cuanto lo solicites a tres personas una te comprará el producto - "sólo hay que intentarlo tras caer, e insistir con la misma fórmula".

Un tiempo después vi a ese hombre tocando el acordeón en las calles. Pasó de ser jefe a ser indigente. Pero eso sí: con una hermosa y gran sonrisa. 

En un sistema socialista la sonrisa no está forzada, ni obligada; se considera que es injusto que las personas tengan que pasar por eso. Sin ir más lejos, no me costaría adoptar el 90% de las posturas liberales conocidas si en un país hubiera renta básica universal (especialmente la renta áustera que defendía Friedman). Es decir, en lo económico suelo ser tildado como liberal. En lo empresarial más bien comunista.

Pero bueno, la progresía infantil que busca la manera de llamar la atención ya fue denunciada en estos últimos años por Múgica; no va a dejar de ser comunista por darse cuenta de ello. Hay aspectos infantiloides, como de sobreprotección, que no deberían de plantearse porque deshumanizan a la población. Y la línea de demarcación que nos ayudará a saber cuándo se está pidiendo de manera resentida, con odio, es cuando sobrepasamos la carta de los derechos humanos. Es bastante simple.

De la misma manera, ¿cómo puede un liberal quedarse tranquilo defendiendo la ley del más fuerte? En ocasiones hay que mojarse y adoptar la difícil tarea de fijar unas reglas para competir. Esas reglas intentarán simplificar las complejidades políticas, pero el papel de la democracia es justo ése: tener capacidad para modificar su fórmula en virtud de lo que denuncien ciertos colectivos.


jueves, 3 de diciembre de 2020

La crueldad de los cobardes

La huida hacia adelante es propia de cobardes, pero aún más inconsecuente es levantar muros, poner palos en las ruedas y hacer cualquier otra clase de cosas sin sentido como construir una puerta en medio de un campo sólo por cortar el flujo de un camino natural. Un camino que nos lleva a un destino marcado por aquellos que lo crearon.

La historia es como un enorme campo abonado de experiencias y toda clase de vivencias. La historia se repite y nos cuenta cómo somos. Pero los que sí que repiten la historia son aquellos que no quieren reinventarla con nuevos conceptos. Son los que no aprenden de ella. Es como si todas las fórmulas y todas las formas tuviéramos que encontrarlas en la historia. Y eso no tiene porqué ser así.

Cuando andamos por la montaña siempre es factible seguir el camino más transitado. Y ese camino llevará a la gente a un mirador específico. Y es posible que el destino de ese camino sea un acantilado peligroso donde las piedras se desprenden y es muy fácil no percatarse... Recuerdo en mi juventud cómo di con uno en la Azohía, en vez de ir por el camino de la izquierda adoptamos el de la derecha, que era más rápido para subir al castillo y, siguiendo el sendero hasta un imposible, al continuar, observamos ese acantilado que nos clamaba y sugería dejarnos caer por ahí..., una llamada siniestra a los pedruscos puntiagudos de unas aguas poco profundas.

Ahí estuve entonces para coger a mi amigo del hombro y decirle que diera la vuelta. Me lo agradeció, no seguí sus órdenes, volví sobre mis pasos y le recogí.

Eso mismo pasa cuando quieres desviarte del camino de la izquierda y adoptas un camino más directo y, al mismo tiempo, más peligroso. Eres el líder del grupo, pero corres el riesgo de dejarte llevar por los peligros. Por eso hay cobardes que temen por ti y te prohiben, de por sí, girar hacia el lado incorrecto. Creen que cometerás los mismos errores que los anteriores, tienen miedo de la historia, no la interpretan.

Con enorme cobardía miran con recelo la planificación económica, la defensa de los derechos sociales, la participación asamblearia..., y así con un largo etcétera. Ponen una señal en mitad de un camino, como pretendiendo prohibir la continuación, cuando en realidad tenemos mucho campo por delante.

Yo entiendo que los que practican el alpinismo, y en países donde hay duras tormentas, cualquier señal es buena para tomarla en cuenta. Sin embargo, ¿hasta qué punto las grandes masas educadas te empujan a tomar decisiones tan extremas como las que se adoptan en alpinismo? A plena luz del día, con mucho campo por atravesar, siguen habiendo peligros y éstos se mezclan con los que realmente exigirán compromisos de experto alpinista.

La política y la historia, idealmente, deberían de simplificarse y, para ello, nos valemos de postulados - que suelen provenir de aquello que hemos estudiado personalmente. Pero, al mismo tiempo, es imposible aseverar que nuestros postulados, además de coherentes, son suficientemente relevantes pues los buenos postulados, por definición, tienen que ser cegadores para poder desechar lo irrelevante.

¿Y quién es el que determina lo que es relevante? Puede que nos llamen cobardes por centrar el modelo a nuestros esquemas.


martes, 1 de diciembre de 2020

El dilema de la mujer barbuda

Cuando se me cruza por la calle un adulto sin brazos lo que debe cruzarse por mi mente es lo afortunado que soy, o la obligación implícita que me corresponde para aquellos que no pueden tener lo que necesitan a su alcance.

Me da rabia ver gente amputada. Pero principalmente porque yo ya he hecho lo que podía. Sé que los procesos necesarios para que una máquina se adapte al cuerpo convergen con éxito; pero el proceso de entrenamiento es "inhumano". De sólo pensar que enseñar a una prótesis a andar, por ejemplo, exige horas y horas y horas de dedicación, de trabajo duro... Enseñarle un ojo falso a ver igualmente. Y eso es porque las técnicas que tenemos hoy día no quieren apostar por la filosofía lithe; por cargar sobre la máquina el aprendizaje.

Y sí, me da rabia porque a mí no me van a hacer caso. No existo.

Así que si no quiero martirizarme lo mejor que puedo hacer es mirar a otro lado. No puedo vivir de las subvenciones: soy varón; tampoco me concederán trabajar en el campo: soy blanco; tampoco me pueden enchufar en las administraciones públicas: soy decente. Pero, visto de otra manera, estoy tanteando cambiar de redes sociales: si dedico mi tiempo a algo más lucrativo tal vez se inicie alguna clase de nicho de mercado. Todo será empezar, supongo.

El año pasado, creo que fue entonces, vi andando por la calle un adulto sin brazos. Casi me habría atrevido a creer ver los muñones. Hay hombres que pueden nacer sin brazos, o incluso sin piernas a la vez. Es una rareza pero es posible. Cuando la rareza es visible la sociedad se vuelca y te hace una discriminación positiva - concepto imprescindible en una sociedad para que no sea el mundo tan absurdo y cruel.

Dos personas entran al circo, uno es la señora barbuda y el otro un tipo sin piernas ni brazos, un machito a pedazos. El dilema de la señora barbuda es el siguiente: ambos no tienen ninguna virtud, salvo su presencia, así que se presentan ante el dueño del circo - pero sólo hay sitio para uno más y, si el negocio funciona, entonces puede que un tiempo después se contrate al otro. Ahora bien, ¿a cuál de los dos frikis habría que contratar? ¿A la mujer barbuda o al machito sin piernas ni brazos?

La discriminación positiva nos dice que la mujer barbuda debería buscarse trabajo en otro circo. Si alguien responde de otra manera a mi juicio tiene un grave problema. 

Luego podemos tirar de estadísticas: de los suicidas el 80% suelen ser varones, y un porcentaje comparable con respecto a los indigentes. Así que si hay que centrar las ayudas sociales por motivos de discriminación de sexo en alguna dirección está claro que debería de ser hacia los hombres.

¿Qué porcentaje de población femenina hace trabajos penosos? Limpiarle la caca a un anciano o subirse a un andamio, ¿qué es realmente penoso: afeitarse o no tener piernas?

¿Qué porcentaje de población femenina es explotada? Servir la mesa en casa a una piara de cerdos o aceptar no cobrar las horas extras debido a la extorsión sindical que negocia ilegalmente lo que le conviene, ¿qué es más penoso lo que tú decides o lo que te obligan a aceptar?

Y será correcto decir, porque lo es, que es posible que mis dilemas sean falsos - porque no tienen porqué ser representativos de la sociedad. Y yo me atrevería a decir que en realidad sí lo son, o eso creo. Es decir, que aunque en ocasiones no se puedan dar datos concretos quizá deberíamos de plantearnos hasta dónde llegan los testimonios y lo significativos que son.

La explotación laboral y el sometimiento de clases es más dura hacia los hombres que hacia las mujeres debido a que las mujeres tienen recursos, una imagen que pueden explotar: la idea de ser discriminadas, donde no tienen que demostrar que lo son. Así que si hay que discriminar a alguien será a un varón: vale la pena contratar varones para poder hacer con ellos lo que nos plazca.

Las leyes contra la discriminación de género son absurdas, y se sabía que lo eran; porque si consiguieran su objetivo entonces los lobbies dejarían de existir, dejarían de necesitar ser subvencionados y, por tanto, la propaganda del partido que aprovecha ese nicho electoral dejará de fluir. Señores, a esto se le llama socialdemocracia, partidos políticos que basan su poder en la propaganda de las ideas capitalizadas y financiadas por caras campañas publicitarias. Todo eso es lo que se aprovecha de la realidad que viven mujeres y hombres porque, ojo: yo sí defiendo que existe un Patriarcado, y el heteropatriarcado es su chivo expiatorio, un mecanismo para crear disidencia controlada.

Si se quiere llegar a la igualdad primero hay que definir el objetivo: igualdad de derechos es tan trivial como crear una ley, o varias. Y será suficiente. Pero si la ley se contradice creando discriminación entonces no será efectiva de ninguna de las maneras: la ley debe tener un caracter persistente.

Pero si se quiere acabar con el Patriarcado el Estado ahí no pinta una mierda. Toda coerción que se invente contra un rasgo cultural sólo puede someterlo, pero no eliminarlo. Y, en el caso de los dos memes que yo identifico como asociados al patriarcado, las leyes podrían alimentarlo haciéndolo cambiar de forma..., como disfrazándolo de mujer - aunque las siga sometiendo especialmente a ellas.

Para acabar con un meme autoalimentado en la sociedad y su civilización se debe comprender la naturaleza de ese meme y, como un río, no dedicarse a parar sus aguas con las manos, sino a encontrar una pendiente que nos sea más propicia y, así, adueñarnos de su cauce.

Pero la mujer barbuda querrá luchar por sus intereses más básicos: lógicamente querrá quitarle el puesto al hombre sin piernas y sin brazos ¿Lógicamente? El pensamiento social nos obliga a movernos a un lado y reconocer nuestra posición no como una lucha continua, sino también aprendiendo cuáles son las injusticias de las que nos hacemos testigo. La mujer barbuda tiene intereses, pero ha sido testigo de un crimen mayor, y tiene una obligación moral. En eso consiste la discriminación positiva.


Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares