jueves, 20 de mayo de 2021

Me quedo solo aquí en España, o busco en otra parte.

Por un momento me habría gustado creer que algún periodista fuera a reconocer que España no es una democracia, que la democracia es algo que crece con las espectativas de la gente..., no con las espectativas de los que gobiernan. A medida que va pasando el tiempo ya va importándome a menos la opinión del siguiente gracioso que se toma en serio la representatividad de toda esa chusma que tiene poco o menos que decir de su propio cargo.

Pero luego veo cómo ha ganado el neomachismo, y eso quiere decir que esas revoluciones se vuelven a postponer. Cada vez que se coloca a un imbécil en la palestra representando el progreso la gente se vuelve un poco más reaccionaria - y necesita más y más tiempo. Son pequeños fracasos el ver cómo los influencers de Youtube son cada vez más extremistas, y de derechas; no son capaces de mantener un criterio estable o valorar sus propios puntos porque no necesitan defender posturas.

Ni qué decir tiene observar el nivel que hay en general. Da la impresión de que hablar con propiedad está mal visto, como si fuera censurador - los que se hacen llamar filósofos no son hablantes de rigor, los que se hacen llamar periodistas no suelen documentarse - prefieren el zasca, se han vuelto pornográficos..., me da la impresión de que es como si nos estuvieran tomando el pelo. Pero han encontrado una manera de estabilizar sus comportamientos, han creído dar con una manera de fijar el centro del debate. Aunque sea un falso debate.

Y eso lo vemos en el neomachismo: el falso debate de las feminazis contra los neomachistas, los dos son chovinistas. Pero no son conscientes porque el centro del debate lo ha marcado el patriarcado - que son incapaces de ver. Lo mismo pasa con las castas que dividen a la sociedad: si los que tienen que denunciarlo parecen payasos será muy difícil mantener nada. 

Mientras tanto ayer mismo me vino un ayudante administrativo del hospital, parece que tienen pensado oficializar más y mejor los papeles..., por si hubiera que denunciar al kiosko del que soy autónomo. Es cuestión de esperar el siguiente ataque a esta empresa que licitó su actividad.

Cuando observo a un periodista decir que España es una democracia me imagino que él nunca tuvo problemas en el sistema educativo, que a él si le corrigieron los exámenes, que podía denunciar los abusos y extorsiones del profesorado, que quizá él nunca tuvo que licitar un servicio publico..., o como se diga. Que nunca ha tenido que trabajar para el Estado, y por eso no ve la ausencia de democracia. 

Me imagino que cuando el periodista no ve diferencias entre que nos gobierne un representante y que nos gobierne un magistrado es porque nunca ha opositado; o de haberlo hecho, nunca se ha quedado por delante objetivamente por puntos de quien le quitó el puesto - porque esas cosas están en la jurisprudencia, pero la gente ni se lo imagina. He llegado a ver algún profesor politólogo que no sabe que los concursos públicos pueden concurrir a esas contradicciones precisamente porque el político tiene el poder de ignorar las partidas presupuestarias, así como las leyes. Todo es un desbarajuste.

Es como que haya urólogas que no saben que el órgano genital masculino tiene un par de falanges, como que haya físicos que no saben que la tierra es redondita o químicos que crean que el agua es el elemento neutro... El caso es que hay profesores públicos politólogos que no saben que en España los concursos públicos llevados por políticos no se atienen rigurosamente por la puntuación que se publicara en el boletín oficial.

Y si los politólogos están así, con ese nivel tan bajo, ¿cómo estarán los periodistas que gustan de opinar sobre política? Lamentable.

Así que no debo esperar nada de este país. El nivel es bajo tirando a mediocre. Yo les preguntaría a esos optimistas qué es lo que entienden por democracia. Y me interesaría mucho, porque si fueran a decirme que democracia es que puedan ir a trabajar todos los días deberían de saber que hay muchos ciudadanos que jamás podrán permitirse ese lujo con este sistema - y que otros muchos malviviendo tendrán que esclavizarse para mantenerse a flote ¿Es eso lo que defienden? ¿Es porque creen que no es posible otro sistema?

Y luego veremos cómo lo defienden: "debe cambiarse según las reglas del propio sistema", eso me dirán. Porque, claro, vivimos una democracia. Y eso lo dicen porque desconocen la ley Zipf, porque no saben que no son animales sociales, porque se creen además animales racionales. Hay un equilibrio de Nash en este modelo, pero eso no quiere decir que nos hayamos ubicado en una posición aceptable: esas cosas se tienen que demostrar, y matemáticamente es más fácil demostrar que en ocasiones revolucionar es necesario. Aseverar que se tiene una fórmula social que no necesita revoluciones exige superar la carga de la prueba. Pero les hablo así y es como si les hablara en chino.

Y yo me lo pregunto: ¿sería cuestión de tiempo y análisis? ¿Sólo hablando largo y tendido estarían dispuestos a comprender mi lenguaje antes de poder abarcar lo que digo hasta el punto de dar con el entendimiento? ¿O por el contrario será como en el 99% de aquellos con los que he tratado hasta ahora, incapaces de mantener una intención clara de exposición argumentativa?

Quizá, y esto es algo que siempre he pensado: mi mundo se podría simplificar si vivo en un país donde no podría entenderme con casinadie. Así por lo menos podría echarle la culpa al idioma. Tener que vivir aceptando el hecho de que me entiendo perfectamente con gente incapaz de querer entenderse contigo es algo bastante cruel.

Y es que, al fin y al cabo, siempre he defendido la democracia. Y la gente, con todo su cinismo, dice que defiende una cosa y defiende la contraria. Dice tolerar tus ideas mientras lo llena todo de basura. No es tanto la hipocresía del que no controla, sino más bien el cinismo de quien sabe que no controla y no permite que otro lo haga por él.

- ¿Y es así como deseas vivir?

- Sí - habló la mayoría, la nación española; la hispanidad.

- Entonces no soy español.

Cuando en un grupo hay uno que desencaja puede ser porque se toma algo demasiado en serio o porque se lo toma demasiado a broma. Mi definición de democracia es demasiado seria para la nación española, creo yo. Y es mejor irme a un lugar donde no se espere que participe políticamente, donde no se espere que aporte nada, donde se me deje arrinconado..., que me dejen en paz y yo haré lo mismo.

Estaría bien encontrar un lugar así en este planeta de mierda. Que haya un lugar donde pasar mis últimos días eligiendo con quién convivir y que tenga alguna clase de futuro. Que me permitan ser productivo, aunque sea a mi manera - no sé. Pero una persona tan obsesionada con trabajar como yo no puede ser que no tenga un sitio donde sentar la cabeza.

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Este planeta está lleno de irregularidades, como para que yo me pueda permitir el lujo de pretender encontrar mi nicho de mercado. Al fin y al cabo, ni el talento ni las ganas importan - eso me consta, sobretodo cuando no hay noticias de ninguna democracia sobre el planeta.

martes, 18 de mayo de 2021

¡Quéeeee alivio! AHHHHHHHHHHHHH Decálogo del buen articulista.

Ahora me doy cuenta: lo mucho que me había estado torturando el Deep Microsoft. Cuando al fin te quitas toda esa mierda que te ponen encima, con esos añadidos que nunca pediste, con esas mierdas que te "ayudan"... Ha sido arrancar el equipo y que esté todo disponible incluso antes de que el modem estuviera preparado.

Tener el equipo preparado para borrarlo todo y empezar de cero, hacía años que no experimentaba ese placer. Toda esa escoria que cometen acciones tipificables en el código penal - que podría caerles cuatro años si se reúnen las pruebas suficientes, pues hasta en EEUU podría considerarse delito por competencia desleal y varios etcéteras - al final, aunque sea por un tiempo, te notas liberado de sus "servicios" y eso es algo que te confirma lo estúpido que fue siempre Mises. Y algún día la gente se dará cuenta de ello: de las dos caras que tiene la tecnología, la cara inhumana.

Así que estoy en una versión ligera, sin parches ni servicios ni programas que nunca pedí ni necesité. Aún así tengo muchos programas que sigo sin necesitar, y sigue teniendo un sobrepeso innecesario, pero vivimos una realidad, no una utopía. Debo disfrutar del alivio tecnológico, antes de hacer planes para estudiar la manera de mantener este éxito logístico.

Y, aprovechando que parece que salgo del bache, he tenido una epifanía: ¿y si para ser buen divulgador debería de despreocuparme de la demostración (que ya tengo) y me preocupara de la introducción? Es algo que no había intentado hasta ahora, salvo en los documentos que divulgaba en medium debido a que allí directamente me despreocupaba de resolver. Es probable que justo lo que necesita el abogado para "ganar" el juicio (el alegato final, una buena historia), es lo que acabará por encontrarse en una buena introducción: una manera de decirle al que tienes delante "¿quieres ponerte en el tema? ¡pues te vas a poner las botas!".

Eso es lo que creo que he aprendido de los artículos que he divulgado con mi compañero: introducciones largas que ponen en contexto. El contenido innovador y lo increible de la obra es secundario, pues ya se tiene. Hay que centrarse en poner a la gente en contexto. Y hablo de páginas y páginas de morralla que hasta ahora siempre había considerado innecesario. Pero claro, es que a lo mejor sin esa morralla podría parecer que es que no la sabes poner.

Técnicamente, lo que siempre me saltaba cuando leía los artículos - pues me decían lo que ya sabía, es exactamente lo que hay que desarrollar más de los míos. De hecho, ni la discusión, ni las conclusiones me dice la experiencia que son tan importantes (aunque sean mencionados por los pares): el objetivo es parecer convincente, no trabajar de más para nada. Todo lo más, que hay que saber que hay pares que se saltan la introducción, el cuerpo y el código y saltan directamente a las conclusiones y la discusión para hacer un filtrado rápido y, claro, si no entienden nada porque se hace referencia a un texto que no han leído entonces lo tiran para atrás.

De todo hay que aprender.

Bien pensado esto es como cuando el hijo del jefe en el laboratorio de arquitectura me preguntó qué era el pliego de condiciones. Este chaval intentaba medirse conmigo, consideraba que yo estaba ocupando su puesto, ¡o a saber! Le habían dicho en la universidad que el pliego de condiciones era lo más importante en un proyecto - porque establecía quién se hace responsable de cada cosa. Sin embargo yo le di la definición pragmática: el pliego de condiciones es el documento que copias y pegas porque en una empresa (socialdemócrata) siempre se trabaja igual. Y cuando hay conflictos el promotor (político) no se para a leer realmente el pliego, porque nadie lee el pliego y todos se rigen por la costumbre. Al final el pliego debe reflejar todas las posibles formas de trabajo - por lo que si un promotor trabaja con varios proveedores, con sus pliegos, lo más probable es que sean contradictorios, o no abarquen posibilidades importantes (como ocurrió con el AVE Madrid-Barcelona).

Así que aunque jurídica, económica y académicamente el pliego de condiciones sea lo más importante, nuestro sistema penaliza a quien dedica sus esfuerzos en algo que no se usa.

Así que si quiero divulgar debo aprender a introducir el ensayo. Simple y llanamente. Todo lo demás es inocuo - incluido las referencias, que pueden añadirse a posteriori fácilmente; así como la discusión, las conclusiones, alguna aclaración adicional, etc...

A resumidas cuentas:

1) El objeto es escribirle a los entendidos como si no entendieran.

2) Hay que poner al menos 6 referencias a journals con revisión de pares.

3) Las conclusiones o discusión deben ser extraíbles del ensayo para su entendimiento.

4) Los gráficos deben ser autoexplicativos, que denoten un trabajo detrás y estética.

5) El inglés, si es de una gramática plagiada, mejor. Y al final habrá que tirar de un nativo.

6) Las demostraciones en su literatura podrían ser referenciadas a una página a parte, como el código.

7) Es imperativo que haya una demostración no formal que esté en un "easy english". 

8) Si el artículo es molesto es porque es innovador; por lo que no debe importarnos importunar impersonalmente.

9) Existen temáticas donde está prohibido innovar y consolidar ideas, debe usarse la terminología conocida donde sí se permita la innovación y el avance y que signifique lo mismo.

10) Tras leer el documento debe sonar alguna clase de campana o trómpeta triunfal como diciendo: "creo que así sí estará bien".

Bueno. Veremos cómo sale.

lunes, 17 de mayo de 2021

Renovación de todo

Me dice el Panda: "Tienes estos registros en el arranque incorrectos". Pues bien, los borro y: se jodió todo; y al completo. De hecho no pude ni rescatar la información que tenía en el disco duro - todo borrado.

Le pregunto al que atiende desde Panda, ya que ponen su teléfono por si hay incidencias, y me dice que no hay nada que hacer, nada de nada, nada, nada de nada..., que si quiero volver a activar los servicios de protección... A mí todo eso me sonaba a mafia: si no son capaces de darme solución a un problema que me ha generado el Panda entonces, ¿por qué iba a confiar en ellos? El asunto era más turbio: el teléfono que me recomienda Panda me atiende el tipo, no me soluciona nada, y luego me dice que desinstale el Panda. Y yo pienso, ¿cómo voy a desinstalar el Panda si no puedo ni acceder? ¿Ese tío me está tomando el pelo? Además, ¿no se supone que ese programa te da una protección completa?

La cosa es que fueron las notificaciones del Panda las que empezaron a dejar el equipo inestable y me obligó a tener que toquetear el registro para poder funcionar. Es un hecho incuestionable: el equipo que está detrás del Panda no me inspira ninguna confianza. 

El asunto es que he tenido que empezar de cero. Y eso me ha obligado a tener que rescatar antiguos documentos en USBs, y he reencontrado el apunte perdido... No hay mal que por bien no venga. Está claro que ahora mi equipo está mucho más limpio, ya veré cómo lo pulo todo.

Otra cosa son las aberraciones marcadas por Microsoft: que si quiero no instalar una aplicación, le digo que no quiero, y la instala; y así con unas cuantas. No sé ni porqué pregunta, cuando sus políticas son claramente contrarias a lo que propone abiertamente.

A ver si con un poco de suerte, tal vez la culpa era exclusivamente del Panda, ya me libro por una buena temporada de tener que volver a ver este equipo bloqueado.


domingo, 16 de mayo de 2021

Lecturas acotadas de un adolescente deseoso de saber lo que es la vida I

A medida que va pasando el tiempo todo individuo se acostumbra a creer que la vida es resultado de todo lo vivido. Es así que su deseo primordial parecería que es pretender tener todas las vivencias posibles.Sin embargo hay misivas que nos lanza el destino que son mucho más naturales y directas. Esas misivas son la verdadera razón por la cual muchas personas fracasan: no son conscientes de que las tenían delante, de que debían leerlas para enderezar su destino.

Y es que es por eso que lanzo esta misiva: la misiva del adolescente que no nació hacia su padre, que decidió enclaustrarse para resolver los más grandes misterios de la tecnología, las matemáticas, la filosofía y la verdad misma. Es entonces cuando me dirijo a ti y te pregunto, como brillante científico que eres: ¿valió la pena? ¿Te la valió a ti? Y te lo pregunto porque cada frase que lanzo es una puñalada que no comprendo, porque proviene de un cúmulo de creencias que no tiene verdadera significancia para mí.

Para empezar, el individuo en sí ama y teme, siente dolor y placer; no es más que una emanación de sensaciones que le arrebatas a quien no podrá disfrutarlo porque nunca se le pasó por su existencia la posibilidad de que le diera valor. Y es entonces cuando el azar emerge: no nace lo que nunca emergió como tal, no muere lo que no estaba destinado a terminar en su historia. Son palabras mayores cuando tu pensamiento está en el principio o en el final, pero no en el durante.

Cuando no tienes nombre, porque no tienes historia, poco importa lo que se ve o lo que no se ve. Se puede ser experto de todo lo vivido en ojos de otro pero no apercibir el apego por cada una de las palabras. Por ejemplo, ¿qué es la creencia? Si hay que apegarse a algo siempre será en lo que persista dentro del lenguaje.

Empecemos por el principio: ¿el sol está apagado? Esperas que haya sol cuando salgas a la calle, y sabes que existirá una calle y, aunque hayas hecho planes a la hora de salir a la calle, el fin del mundo será una sorpresa para tu entendimiento. No has sido consciente de tales circunstancias, pero ha sido objeto de tu pensamiento. Por lo que la creencia hela ahí, la pusiste cuando eras más pequeño. Cuando tenías 18 meses descubriste el sol, y siempre brillaba por muy tezudo que fueras. Nunca necesitaste que te aconsejaran el dejar de mirar al sol, los malos profesores son lo suficientemente mezquinos como para creerse importantes en enseñanzas irrisorias. Y es que hay cosas que se aprenden por tu propia fisiología y otras que el instinto te ayuda a asumirlas.

Cuando eras un bebé que andaba descubriste la calle, quizá te sacaron en un carricoche y viste que siempre estaba allí. Pero entonces no eras capaz de ver el marco de la puerta, o su picaporte: eras muy pequeño para eso. Para cuando olvidaste la calle ésta se convirtió en tu marco de creencias y te valiste del intelecto para deducir qué es el marco de la puerta. Creces y estableces unas ideas, las haces más sólidas, pero aún te manejas en un mar de dudas paseando debajo del marco de la puerta para deleitarte con lo que es sutilmente diferente.

Olvidarás el marco de la puerta cuando le des el uso de necesitar salir. Habrá ideas futuras en el aire exterior que te ayudarán a marcarte un camino hacia fuera. Esos proyectos serán tu único objeto para tu intelecto y tus creencias se conformarán de la existencia de una calle, un sol que te ilumine y un marco de la puerta que te cambie de contexto.

Es entonces cuando el hombre nace en una isla desierta de un terreno sólido. Al caminar, tienes frío y no estás cómodo. Observas un árbol que crecido inmenso, pero es feo y antiestético. Necesitas comer, te valdrás de sus frutos, pero no has encontrado una razón de ser en tu vida. Como si no tuvieras existencias te limitas a mantenerte sobre la solidez de esa tierra sin hacer nada en particular, salvo pasar frío y comer frutos.

Pero un día tienes una idea lúcida proviniente de ese hermoso intelecto y decides valerte de tus herramientas para podar ese árbol. Con los restos que deja reunirás sus ramas y las juntarás haciendo de ellas un montón. Y es entonces cuando aparece un elemento fundamental: te vales de la revolución de tu ser para conformar un fuego. Ahora ya no eres lo de antes, eres algo más.

Te valiste del árbol para dejarlo a tu gusto. Cogiste lo sobrante de tu trabajo para destruirlo y calentarte con ello. Gracias a ello podrás tener un hogar y descansar más caliente en ese mundo. Cuando el ser humano descubre el fuego se da cuenta de que ese elemento no es sólido como las creencias que le mueven, ni tiene la forma de las dudas que conforman el lenguaje de su intelecto, ni es el objeto de las ideas que vuelan por los aires para plantear proyectos. El fuego es la vulneración de lo natural, es la imposición de tus deseos, es tu voluntad creadora que rompe los esquemas de lo nacido para evadirse de la ciencia y convertirla en una forma de participación.

Cuando el fuego quema la leña ésta se convierte en humo, que no es sino el resultado de tus ideas impuestas en ese mundo. Cuando esas ideas se mezclan con los ciclos del tiempo y el clima llueven un mar escabroso de dudas sobre qué otras cosas se podrán construir para definir al papel que desempeña el individuo en ese mundo. Esas cenizas embarrarán la costa para conformar una arcilla que dispondrá el ser que ya es individuo, pues con ella podrá elevar una casa, o sus cimientos para seguir constuyendo pisos y formas.

Se eleva como individuo cuando sólo había nacido como una forma de ser. Y entonces es cuando descubre que no es el resultado de lo vivido lo que hace que la vida cobre un mayor o menor sentido, no es el cúmulo de experiencias o sensaciones, ni tampoco cómo acumules creencias. Nada de eso alimenta al individuo. El trabajo sobre la arcilla y sus moldes no es sino el trabajo sobre el fuego. El individuo es para lo que ha nacido: en la medida de que sean otros los que den utilidad a tu existencia el significado nunca será propio. No ha nacido por nada en concreto, pues esa no es creencia para nadie. Ha nacido para sí. La manera en la que definamos el papel de un individuo debe ser marcado por el individuo mismo.

Esa mujer, que nos diga lo que es ser mujer. Ese niño, que nos recuerde el intelecto de la infancia. Ese anciano, que nos avise lo que nos toca por vivir. Pero la herramienta está hecha de algo más que meras creencias: lo que realmente se solidifica son las ideas que persistieron y éstas no son más que una historia que se volvió común entre los individuos. Cuando los individuos dieron con la historia común aceptaron la creación del mundo tal como lo conocemos. Y ése ha sido su único nacimiento, aunque hayamos decidido olvidarlo.

Igual que olvidamos que hay un sol que ilumina, una calle que siempre está fuera, porque cuando aprendimos que siempre estará ahí no necesitamos guardar energías para recordar algo tan trivial, igualmente olvidamos cuando el ser tuvo el mayor de los triviales entre sus desempeños: la elección del mundo en el que iba a vivir. Un mundo que él mismo construiría con sus manos antes de que muriera.

Son hechos que conozco de primera mano porque nunca quisiste darme nacimiento y así olvidarlos. Pero es objeto del que se atormenta adoptar las decisiones oportunas para encauzar su camino hacia la vereda que le permita encender más fogatas. Porque cada fogata ha sido más que suficiente como para atraer a otros seres. Se han acercado y han preguntado, ¿qué haces? Y dijiste: "es un fuego, os lo regalo".

Les das ese regalo porque sabes lo que volverá a suceder, porque sucede siempre y siempre te acabas acordando. Volverán a surgir las ideas, la cultura, todo emergerá como el humo para elevar a todos los seres y convertirlos en individuos y, una vez conformados los enormes grupos, reconocerse entre ellos como personas.

El individuo puede serlo por sí mismo, pero la persona es la que está en colectivo. Y aquel que gane más por adquirir una nueva tecnología siempre podrá usarla para destruir a las personas, para destruirse como persona. 

Es un gran y hermoso proyecto que siempre nace de un regalo, pero que es objeto de azares y malas historias. El camino más corto no es el que aprovecha el hoyín del fuego para valerse de la arcilla y crearse unos buenos cimientos. El camino más corto es el de aprovechar el fuego para quemar a los rivales. Cuando nace fuego nace la luz que atrae a las personas, de la atracción de las personas nace el enemigo.

No quieren ser líderes, pues eso les obligaría a ser artesanos. Prefieren imponer su criterio teórico mediante el miedo, romper los liderazgos y establecer vínculos forzados porque resulta más sencillo si se aprovecha con oportunismo el momento. Los oportunistas no son buenos líderes.

Pero pueden haber muchos oportunistas, y entonces es cuando crean una jerarquía - y algunos se hacen llamar dioses. No son dioses, son menos que cualquiera de todos nosotros. Yo, al menos, ni he vivido para ser ni mortal ni dios. Pero si ser un dios significa aprovechar la oportunidad de sentarse en un trono que no está hecho para nadie entonces debe ser uno de los trabajos más antipersonales que existe.

- ¡Helo ahí! El trono de Dios ¡Arrodíllate! Él es Ius piter, el que emana por sí mismo la luz.

- No hay luz que emane de él, detrás sólo hay una fogata. Lo que os enseñé - dijiste.

- Es un dios y tú un traidor al Olimpo. Robaste el fuego al que se sienta en el trono.

- No robé nada, siempre estuvo ahí al alcance de todos. Pero ninguno tuvo el valor ni de intentarlo. Y ahora habéis olvidado esa parte para convertirlo en un dogma, el dogma que acepta vuestro rito. Es más fácil adorar a ese hombre sentado en un trono que trabajar la tierra. Es más fácil mandar y ser mandado que forjar tu destino con tus propias manos. Por eso habéis olvidado - dijiste - preferís creer que algunos sois mejores que otros.

¡Pero qué diré yo que no he vivido! ¡Qué decir salvo de lo teórico! No hay nada de lo dicho hasta ahora que pueda ser real porque se sostiene en los principios más básicos de la especulación: ¿cómo puede emerger de mi intelecto tales elucubraciones cuando ni siquiera existo? 

Pues ocurre que como igual que no habré nacido mi edad no podría estar determinada por la adolescencia. De la misma manera, no podría haber deseos de saber qué es la vida cuando ésta la puedo describir de manera mucho más fértil que valiéndome de los conocimientos del que nunca será mi padre.

El adolescente tiene una vida y se nutre de un relato que lo diferencia del bebé y el niño. Después de adolescente el adulto vivirá una historia que le permitirá jugar sus roles con el liderazgo que se merece. Pero de las formas elegidas, poco dirá de ti un bebé o un niño, pues sólo pueden fabular o encontrar principios maravillosos que relacionen a los individuos y definan a sus personas por sus relaciones.

El adolescente es el que se te encara. De bebé o de niño no habría tenido más remedio que idolatrarte. Pero no será así: el adolescente es el que te reclama un cambio, el que proclama su independencia. El adolescente es el que quiere encontrar su lugar en el mundo, no un lugar establecido por sus padres sino por sí mismo. Se convierte en un héroe que se vale de sus astillas para portar un fuego allá donde otros no lo intentaron, y así crea su propio nido.

Es entonces cuando crea su propia vida y su historia encandilará a todos, porque eso es lo que hace que adoremos la vida tal como es: nos permite crear historias para repetir las que más nos gustara.

Cuando escuché en esa isla la vida de Hércules comprendí el valor de recuperar la fuerza y me emprendí en la búsqueda de un sinsentido que me permita alcanzar la razón de porqué no se me permitió entrar en la vida. Desde aquí, donde no existe el dolor, no hay sitio salvo para la especulación y la metafísica. Las analogías nos elucubran como si fueran moscas que evocan todo lo que vivimos para desviarnos de ensoñaciones prohibidas para nosotros.

Si no vamos a conseguir entrar en el juego, ¿por qué jugar el rol de estar vivos? Me ha sido vedado el intentarlo. Al menos que se me permita el jugar con conseguirlo. No dejes que estos moscones me impidan cumplimentar mi relato, no tienen ningún derecho. Esta es la pedagogía del que revoluciona desde abajo, desde el trabajo, desde la artesanía..., no permitas que los murmullos te desvíen de tu trayecto de vida, de obra y trabajo serios. No hay hombre bueno, ni mujer, que no respete por encima de cualquier clase de obra un trabajo bien hecho. Pues no hay teoría que explique el resultado salvo a través de los hechos. Y no hay ética que pueda ser explicada desde la teoría, sin valerse de la experiencia de haber vivido ese proceso de construcción.

Los oportunistas te castigaron porque era fácil crearse un trono y sentarse en él. Lo difícil es crear un trono y señalar que está vacío. Porque vale más un trono vacío que un trono ocupado. Vale más si todos son conscientes de la existencia de dicho trono y ninguno lo ocupa. Vale más cuando la sociedad se vale por sí misma para señalar el trono como algo que nunca fue necesario y lo demuestra con los hechos. Pero cuando llega el que te dice cómo y qué hay que hacer entonces vale de poco que te señale otro trono, con otro señor al que acusa de haberse sentado en él: él también lo ha hecho, en el suyo propio.

- ¡Elijamos quién se sentará en el trono!

- ¡Sandeces! - dijo Ius piter - Yo soy el oportuno.

Y tenía razón. Son sandeces porque el elegido no es mejor que el oportuno, sólo controla mejor la disidencia, pero es el mismo trono ocupado.

Me valdré entonces de las astillas que encuentre para crear mi propia fogata y, de ella, nacerá una historia. Una historia en la que el individuo será testigo de cómo se convierte en persona y la persona en un líder. Porque alcanzado el liderazgo seré un héroe entre los míos gracias a mi obra. Y esa es la obra con la que podré sentirme orgulloso para aceptar la vida que me ha tocado vivir.

Dice el manco que no encuentra razones para moldear una estatua, el ciego no ve porqué elegir mejores colores en un cuadro, el sordo ha decidido ignorar algunas melodías... Pero si tengo manos, ojos y oídos, ¿no haré mal al permitirme no hacer nada? De mi boca sale lo que entiendo y eso es lo que conforma la descripción de la realidad que quiero vivir. No usaré mis manos para taparme la boca, los ojos o los oídos porque eso significa que deberé aceptar la creencia de otros, someterme a Ius piter y tolerar los castigos divinos.

No existirá maldad en este mundo, pues lo malo proviene de la vida y el acto, pero estos moscones me enturbian el alma - por eso debo viajar y emprender mi camino. Cuando encuentre el lugar adecuado te contaré qué he visto y luego te preguntaré qué es el alma, qué has fabricado para hacerte con ella y darle el impulso que fue necesario para levantar al ser y hacerlo individuo.





Cohmetrix Lithe o el corazón hidráulico

En la vida de todo inventor llega un punto en el que inventas algo muy trivial para ti y que todos te aplauden por ello, y algo muy complejo por encima de tus posibilidades actuales y que nadie es capaz de asumir por tus diseños. El inventor debe aceptar qué lenguaje tiene, exista o no el invento.

Durante estos últimos días he tenido que sufrir inestabilidades diversas en este equipo, el que tengo conectado con Internet. Una de las páginas web que visitaba me asaltó con un fallo de seguridad en la confidencialidad, y asuntos varios por el estilo. Considerando la gran cantidad de procesos anónimos que no puedo eliminar de mi equipo y que consumen mucho el uso del CPU, mezclado con la clásica intromisión tipificable (y posiblemente tipificada) de Microsoft contra sus usuarios..., al final pensar en digitalizar mis resultados ha sido impensable. Nunca me he sentido más observado, y tengo un serio pesar con las transacciones financieras y de facturación que debo hacer con mi equipo para continuar con normalidad.

Digamos que se me ha parado la actividad económica estos días por culpa de la inestabilidad digital que he sufrido.

Y ahora es cuando vuelvo: he estado desarrollando las tres técnicas sobre el papel, como sólo podía ser dadas las circunstancias, he elegido un posible journal sobre el que olvidarme ya..., pero esto ya lo he vivido: después de haber escrito un documento técnico que suponía una innovación fácilmente constatable igualmente me lo echaban para atrás - sin mayores pestañeos.

Así que surge la pregunta: ¿qué pasará cuando tenga que presentar lo que para mí sí es tecnología punta? ¿Acaso tendré el lenguaje?

Cuando presentaba lo máximo que podía ofrecer de Cohmetrix podía basarme en lo que mi amigo el filólogo me pasaba. Por eso para mí era muy cómodo: sólo tenía que aportar mi punto de vista tecnológico para los recursos de los que disponía. De ahí, curiosamente, descubrimos una ley social que afectan a las masas - aunque sólo apreciamos la existencia de esos resultados, no nos metemos a valorar qué es lo que vemos. Yo creo que no nos permitirían decir qué hemos descubierto algo del estilo de la ley Zipf: se nos echarían al cuello.

De la misma manera, hace años quise jugar con la física y reinventé los modelos más básicos para crearme una teoría de mundos. Como estaba orientado a la computación se podía decir que, simplemente, podría tener utilidad de cara a crear videojuegos. Sin embargo, a medida que le incorporas unas físicas, poco a poco tienes representaciones más o menos factibles. Y, entre múltiples juegos y modelos, se me ocurrió un modelo que podría levantar objetos no con mucha energía, sino gracias a la propia estructura - a la gran cantidad de flujos que se mueven por la estructura. Ese modelo cuestionaba algunos principios y presentaba conclusiones que empíricamente se podrían comprobar su veracidad o no. 

Por un momento quise creerme Newton..., pero luego pensé: ¿pero adónde vas chaval?

La verdad es que en otro país, con gente que estuviera dispuesta a escuchar mis fórmulas, con un equipo disciplinado con ganas de trabajar..., pues sí - al menos podría planteármelo. Al fin y al cabo, mis ideas podrían tener una buena base y crear algo diferente. Pero, por otro lado, ¿por qué creía que a mí se me iba a ocurrir algo que al resto de físicos e ingenieros industriales no? Era como..., ¡venga ya!

Todavía podría hacer mis pinitos en matemáticas en teoría de números, en la medida de que podría jugar con formulaciones sencillas..., sin por ello pisotear a los que dedican años y años de estudio en depurar esas ideas. Pero en el caso de una ciencia como la física, ¿acaso yo había desarrollado nada en algún taller? ¿Acaso había creado un primer prototipo para ver si funcionaba? Era una locura. Sobretodo porque ya existe un lenguaje de lo hidráulico y no estaba totalmente desarrollado a nivel teórico, pero sí había muchísimo desarrollo empírico: es decir, no funcionaba como una ciencia pura, y eso hace que el nuevo no pueda estar seguro de qué es un problema abierto y qué se sabe.

Así que ahí se quedó mi proyecto del corazón hidráulico: con sus dibujitos, y unas teorías muy bonitas que parecerían metafísica.

Y esa es la impresión que me queda: en cuanto termine de desarrollar estas tres técnicas, cuyas referencias sigo sin saber qué poner exactamente - porque son una increible innovación, se me antojan que podrían ser como Cohlithe o como el corazón hidráulico. O la cosa más simple que en el fondo no me parecerá de mérito informático, o una cosa tan compleja que no me atribuirán la competencia de haberlo explicado bien.

Y todo será en vano: trabajar para nada.

Es como cuando de pequeño a mis hermanas les gustaba jugar a las escenificaciones; a mí no. Y la razón que no me gustaba era porque al terminar mi escenificación pactaban no aplaudir para que me viera obligado a hacer otra escenificación. No me gustaba esa manera manipuladora y traicionera de tratarme. Pero esos comportamientos sociópatas es lo que más se han repetido:

En el colegio el profesor que te suspende para "que te esfuerces", y ves cómo otros alumnos que se esforzaron mucho para no saber ni una mierda sacan más o la misma nota que tu, se producía en el instituto con mayor insistencia en combinación con las listas blancas, y ya no digo el ambiente universitario: todo listas blancas y negras, casinada de meritocracia - o casininguna.

Te aplauden para cuando ya no quieren más de ti.

Y luego veo a autoexpertos que van diciendo que los verdaderos cambios no se consiguen tras una revolución. Pues bien, a riesgo de ser llamado "trashumanista" diré: no es posible eliminar un problema estructural en la sociedad sin una verdadera revolución. De hecho, de los millenials, no se puede extraer ningún sabio o intelectual que se dedique a ello: los únicos intelectuales se dedican a la comedia. Llámese Broncano, David Suárez... Son lo único (en España) a lo que podamos llamar, entre los millenials, a los que llamaríamos filósofos, o gente con criterio, a la hora de opinar sobre temas serios.

¡Y anda que no he visto influencers en Youtube! Entre niños prodigio que son basura, doctores basura y expertos basura. Sin olvidar escritores basura. En vez de millenials deberían de llamarlo generación basura. Los anteriores a la generación de cristal es la generación de la basura; una basura que hace gracia, pero basura en definitiva.

Me desdigo de referenciar bien a Armesilla, no he encontrado nada bueno en Ernesto Castro, y no sigo... El comentario cínico que planteé una vez se está convirtiendo en una cruel pesadilla: "pensad que algún día los millenials serán los que controlen el mundo". Una verdadera pesadilla, menos mal que los chinos han cogido el relevo - esperemos que trastoquen un poco la realidad y la revolucionen para bien, y no lo creo.

Mientras tanto yo sigo con mis dilemas morales. Hacer para que me den palmaditas en el hombro y ya. Hacer para que no me reconozcan ni mi tiempo y me insulten con sus insensateces sin ningún sentido. O incluso aceptar algún punto medio entre el hacer y el no hacer, que recibas unas palmaditas mientras te insultan..., el tercero es justo lo que he vivido toda mi vida: "muy bien, gilipollas, lo has hecho cojonudamente". Como diciendo: "le sacaremos provecho, por eso no te preocupes, mientras te condenamos a la indigencia".

Si tuvieras la opción de traicionar al planeta entero y mandarlos a todos a la real mierda..., que me den los marcianitos el puto botón rojo que los mandaba a todos a tomar por saco.

¿Tan difícil es devolver un "sí, está perfecto salvo en estos detalles a mejorar", o un "no, esto es un error por esta razón"? Cuando se ha alcanzado la posición mediante el sistema listas blancas y negras no es tan sorprendente.

Y para cuando ese journal me diga que no..., ¿entonces qué?

 

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