sábado, 21 de marzo de 2020

Reculo, al fin y al cabo odio esta idiocracia

Si una manada de monos empiezan a darse de hostias y a ti te respetan sólo para tomarse un descanso de un segundo, acaba siendo muy frustrante cómo se siguen dando de hostias mientras te obcecas en que se dén por un momento alguna tregua..., pero creo que debo hacer mi cometido por minúsculo que sea.

Había pensado no cursar FAXes del hospital, ni tampoco hacer fotocopias por las admisiones - ya que la gestión no respeta mi existencia humana (no tanto mi negocio, que en un autónomo es parte de lo mismo). Se ríen de mis necesidades higiénicas, cuando de vez en cuando venía algún que otro guardia a pedirme un favor, así como mucha gente: cambio para las máquinas expendedoras, mi competidor en el hospital.

Otras empresas no dan cambio. Sólo los del parking, y esta gente lo hace porque sus máquinas suelen necesitar monedas - o devolvería demasiadas monedas por cada billete. Y a mí el director me quería echar, y además a base de insultos y vejaciones morales.

Pero no. El servicio que la gestión del hospital desprecia sigue siendo un servicio. Servicio que no me compensa. Pero sigue siendo un servicio. Para cuando llegue Abril dudo que pueda seguir haciendo tal servicio: alquiler + Internet (recargas) + Electricidad. Como negocio no me compensará. Aún me quedan unos nueve días para decidir si hacer o no hacer, o qué hacer. Pero el desprecio está claro.

En el mismo hospital podrían hacer tales fotocopias, o enviar los FAXes. No es un problema de primera necesidad, salvo por el detalle de que representa una carga. Por eso pensé ayer que podría servir ese acto como un buen acto de rebeldía, sin embargo hay que pensarlo bien: ya nadie va a al hospital o, quizás más bien, la dirección ya habrá previsto el boicotear mi empresa haciendo cargar sobre la secretaría tales servicios.

En el fondo lo había enfocado mal: creo que el director del hospital lo que quiere es aumentar la carga administrativa y declararse víctima de las circunstancias para pedir aumentos de dinero. Es decir: se trata de un FRAUDE que se pretende potenciar aumentando en lo posible el número de contagiados (de ahí que enclaustraran a todos los residentes del hospital en pasillos sin ventanas y con una única puerta para ABSOLUTAMENTE todo el recinto).

Parte del supuesto de que no aparecerá un psicótico con un puñal, un loco que se ponga a toser a todo el mundo..., o un mero incendio. Entoces es cuando las salidas de emergencia estaban previstas para ser usadas. Es de sentido común. Y ante un cúmulo de muertes provocados por un "imprevisto", que sí que será no previsto, siempre podría decir que fue un acto de mala suerte..., como hacía en su momento cada uno de los peores genocidas de la historia: le echan la culpa a las circunstancias, cuando tenían una normativa que JAMÁS podrían dejar de cumplir y, sin embargo, asumieron la ¿responsabilidad?..., no. En este país la palabra responsabilidad ha desaparecido. Asumen el CARGO de abusar de la ley sin rendir cuentas a la cadena de mando en pleno estado de alarma.

Hablaba con un bombero, me decía: eso es cosa de llamar a la policía. Pero claro, tambien pienso: ¿y por qué no hace él una inspección? ¿Tanto miedo le tiene al director del hospital, colocado muy seguramente, bajo los mandatos de una mafia murciana, en base a la realidad de las empresas que consiguen sobrevivir en dicho centro?

Encauzan el mercado de los aperitivos a las máquinas expendedoras, reducen la carga de trabajo en la empresa murciana (no cartagenera) Salzillo y promueven el número de contagios inherentemente a través de los asintomáticos. Una jugada que no es maquiavélica, pues Maquiavelo establecía que las políticas debían hacerse para mantenerse en el poder: estos enfoques son pura suerte, si no ocurre nada te sale bien pero, ¿y si alguien se queja? ¿Y si alguien lo denuncia?

Emití una consulta externa al colegio de arquitectos. Bien podría haber hablado con mi antiguo jefe, pero no me gusta tirar de enchufes. Preferí transmitir lo que vi directamente, a la espera de que el sistema telemático no esté en desuso.

Mi error, por el momento, es no pretender esperar respuesta. Y creo que me frustro innecesariamente porque espero que los expertos se comporten como tal y actúen por cuenta propia. Creo que he esperado en vano, si realmente defiendo que vivimos una idiocracia.

Si el hospital quería controlar los accesos bien podrían haber puesto un furgón en el exterior del recinto, y así los controles se harían desde una única cola. En consideración con los movimientos que hay esa cola no sería problemática. Pero no, prefirieron controlar exclusivamente el edificio.

¿Y qué pasará con los no admitidos? Si fueran como zombies desbocados, que actúan de manera anárquica, entonces los guardias deberían de tener gafas, y algunos enfermeros del exterior. Pero no. A la hora de la verdad todos sabemos que estas medidas de contención no es porque haya gente violenta que no acepte la autoridad: no existe tal ventaja, tal necesidad. Pues la EPI lo niega.

Todo es una farsa, según parece, para ganar más dinero. Y todos los hospitales murcianos lo están llevando a cabo. Si ya teníamos experiencia del año pasado con otro coronavirus, ¿cómo es que no se comparten los datos o se pone de manifiesto en las noticias una descripción de lo que pasó años atrás en Cartagena?

¿Os gusta las conspiraciones? A saber si habrá datos: porque esta gente lo entierra todo. Y ahora no veremos reporteros paseándose por aquí o por allá... Tierra sobre tierra. Y los que deberían de actuar no lo hacen: idiocracia.

En vez de tomármelo todo tan a pecho lo mejor que puedo hacer es, simple y llanamente, trabajar menos. No sé..., en vez de trabajar 12 horas seguidas, hacer solo 10... Al fin y al cabo lo que realmente quiero es aislarme de mi madre, que si pilla el bicho..., con su anterior neumonía a saber cómo la tratarán. Supongo que mejor que la última vez, con la que está cayendo.


viernes, 20 de marzo de 2020

Mobbing

Creía que no lo volvería a vivir, a mis años. Pero estoy siendo víctima de un linchamiento social en el lugar donde trabajo.

Tan pronto como pregunto por si incorporan algún mecanismo para ir al cuarto de baño en el hospital para aquellos que tengan fiebre, no me lo comunican y entran en un bucle absurdo sin sentido para reirse de mí. El objeto: incitarme a abandonar mi puesto de trabajo.

Han bloqueado el hospital con un sistema de control y yo, que trabajo de 9'00 a 21'00 horas, sólo tenía una pregunta: ¿qué pasará si tengo fiebre y lo descubro justo cuando tengo que ir al baño?

Según parece se habían preocupado de que esa pregunta no obtuviera respuesta: dejarme en la incógnita, obligarme a preguntar a Servicios Generales, luego a dirección, luego a dirección de la gestión. Constantemente llamando, para hacer una pregunta TRIVIAL. Todo para estresarme.

Al final, tuve que ir a la otra punta del hospital, preguntar a los que estaban en urgencias: y me desmintieron lo que guardas y administradores me habían negado a saber. Me estaban torturando psicológicamente.

Y sí, estas cosas bloquean. Porque no hay motivos para seguir actuando así. Para empezar el hospital comete infracciones graves contra la salud pública, y luego encima arremete contra un kioskero. Pero no, es peor: con el fin de girar la respuesta, de seguir con la demencia, el director de la gestión del hospital se enzarzó contra mí como si ese perfecto vago tuviera mucha responsabilidad encima: como si fuera médico, o como si se documentara cada vez que pone otra vez en peligro a la gente con sus decisiones ilegales.

Yo no sé si va a producirse una oleada de muertes, o ninguna. Pero no está en mi mano: los políticos son los que deciden que la ley no va con ellos. Deciden saltarse las normas emitidas por el Ministerio en pleno estado de alarma sin ninguna justificación.

El director de la gestión del hospital aprovecharía para despreciar mi trabajo en el hospital, reducir mis preocupaciones a las de un simple comerciante. Y se equivoca: yo trabajo más que él. De eso estoy seguro. Y cada vez que hacía esa pregunta a las correspondientes secretarias todas actuaban con risa, con esa sorna, lo más probable es que estuviera perfectamente preparada: Si cierran el hospital, ¿cuáles son los protocolos que debo seguir para ir al cuarto de baño? Y se reían ¿Qué tiene eso de gracia? Despreocuparse de la sanidad de los que se queden fuera en un hospital alejado del resto de las casas es importante.

Esos soldados que suelen pasearse no pueden satisfacer las necesidades de ir al cuarto de baño por parte de los que tengan fiebre. Pero eso no me lo contaron: no me contaron que ya tenían preparadas un par de letrinas. Tuve que verlas por mí mismo y, por así decirlo, de casualidad.

Así que he decidido dejar de hacer gestiones para el hospital. Me dedicaré, mientras se mantenga el bloqueo, a hacer lo propio de mi "comercio", como decía ese sujeto. Se escuda en un nombre falso para ser mencionado: propio de aquellos que no están a la altura como funcionarios públicos. Sólo podemos entenderlo desde la posición de quien necesita esconderse para cometer el mayor número de delitos posibles.

Es a eso a lo que llama tomar decisiones: sabe que seguirá cometiendo delitos, uno detrás de otro. Que esos delitos matará a muchas personas, y que ningún juez lo detendrá: porque estamos en la Región de Murcia. Donde los amigos se entienden entre ellos y se protegen entre ellos.

El Hospital de Santa Lucía ya ha conocido algún que otro asesinato de alguna enfermera a la que se preocuparon de esconder. En lo que se refiere al sistema vertedero, Cartagena es un Gulag, y necesita perros asesinos que se encarguen de esconder la realidad de la morbilidad: la responsabilidad. Para proteger a los amigos; aquellos que han adquirido el puesto por ser políticos, ricachones..., a saber.

Quiero marcharme de este hospital. Huele a sangre putrefacta.






jueves, 19 de marzo de 2020

Me han hecho jaque mate sin avisar

No me he leído el pliego de condiciones del hospital, pero han convertido el hospital de Santa Lucía en una ratonera, y eso contradice una normativa de urbanismo básica del Ministerio de fomento.

Efectivamente, este es el fin. Puede que este sea mi último mensaje en el blog, pero todo apunta a que voy a empezar a tramitar la baja del autónomo. Veré si la dirección se digna a hablar conmigo, porque lo que han hecho ha sido a mis espaldas: se me mean encima y nisiquiera avisan de que llueve.

Al salir de casa asumí la vuelta al paro. Al llegar a la nevera observé una libreta Rubio con la que mi sobrino practica la ortografía. Me ha hecho recordar lo que nos obligó la profesora a hacer con mi libreta: escribir mal mi nombre, para que así la funcionaria se lleve el mérito de las mejoras ortográficas. Malo era hacer las cosas bien, porque te castigaban.

Ahora vuelvo a vivir lo mismo. Han bloqueado todos los accesos al Hospital, de manera que sólo hay dos exclusivamente. Esa medida de contención es contra la intrusión. Exclusivamente. O también de contención forzosa: una cárcel. Para llevar a cabo esa medida hace falta una justificación que venga desde un arquitecto, si se hiciera bien, para atribuir las medidas dentro de las normativas marcadas por Fomento para interpretar la doctrina aplicable. Pero, en el fondo, me imagino lo que van a hacer: es más simple hacer la vista gorda y fingir que todo es correcto. Es más fácil dejarse llevar.

Las medidas han provocado mi completo aislamiento del hospital: si alguien quiere acceder a mis servicios tendrá que salir por una de las dos puertas; pero aún se pone la cosa peor. Tienen pensado poner un enfermero (y un policía) vigilando termómetro en mano ambas puertas de manera que si alguien tiene fiebre entonces no dejarle entrar. Esa es la medida que, directamente, me boicotea al 100% sin que me hubieran avisado.

Si me hubieran dicho que tenían esa medida pendiente yo no habría invertido en mercaderías para suplir a mis clientes. Además de que esa medida no sólo no es efectiva (por los asintomáticos) sino que además induce al caos. Es decir: al echar a las personas de las instalaciones también se les echa de poder ir al cuarto de baño; eso deshumaniza mi puesto de trabajo y las motivaciones de las personas para salir del recinto a ir a mi kiosko.

Se han cargado mi negocio. Además, si por cualquier motivo, por estrés o porque me esté aguantando de ir al cuarto de baño, se me sube la temperatura del cuerpo, entonces el enfermero - según me cuentan - no me permitiría entrar ni al cuarto de baño, por lo que: ¿dónde lo hago? Y a lo largo del día, al menos, tendría que pasar unas cuantas veces - es decir, varias veces tendría que pasar la prueba del termómetro, con lo variable que es.

Esa enorme inseguridad jurídica e inhumana me impulsa a pensar que, efectivamente, me han cerrado el negocio sin avisar y sin justificar debidamente. He hablado con dos guardias y algunos de servicios generales, todos curritos, ninguno de oficina porque aún no he tenido la oportunidad, me dicen que si ha venido la alcaldesa, que si es una decisión de los distintos alcaldes, de la Comunidad..., todo muy difuso, sobretodo pensando que las normativas vienen del Ministerio de Fomento, y la Comunidad Autónoma no tiene competencias como para cerrar las salidas antiincendio.

Y es que el problema es mucho más grave de lo que cuento: al convertir el hospital en un coladero de asintomáticos se apelotonarán todos en la terraza y, cuando llueva, en los pasillos. Estamos hablando de que se va a aumentar el ambiente estanco, que no hablamos de un ambiente propicio para que el virus se contenga sino de un ambiente propicio para que se expanda. Además, si hubiera aviso de bomba, o si la gente entra en pánico por cualquier motivo, no habría salidas físicas por las que salir, debido a que han sido soldadas las puertas, y han puesto vayas físicas a escaleras de emergencia. Según la normativa, ese coladero contradice la capacidad para reducir estados de pánicos al escapar. Más en concreto, hablamos de callejones sin salida, zonas donde hay que andar más de 100 metros (el doble de lo legal) para poder escapar, bloqueos físicos a los bomberos para que puedan acceder..., y todo esto sin las debidas normativas que justifiquen lo que hacen (de lo contrario habrían hecho alarde de tal existencia en los "comunicados", que no son sino meros carteles infantiles que no cita a ninguna autoridad o ley).

Este abuso de poder aún es posible que tenga alguna justificación, sin embargo, si existiera tal justificación lo habrían puesto por escrito: lo habrían citado. Así que no: se trata de una decisión arbitraria de los políticos reinantes, sin consultar a expertos que sancionen las decisiones y que, además, me deja en la más completa indefensión y rumbo al paro.


Se han cargado mi negocio. Por no decir lo que le espera a los que están en el hospital...

Cualquier reacción en cadena de pánico, un sobreesfuerzo de estrés, el hecho de que las administraciones ahora van a tener que hacer el doble de trabajo administrativo por cada admisión (porque van a tener que hacer las fotocopias y encargarse de las comunicaciones al exterior - y dudo que lo hagan de antemano, porque todo esto es muy fortuito). Pienso en lo que pasará cuando las cabinas fallen, o cuando tengan problemas con las máquinas que te hacen las recargas; cuando descubran que tienen que hacer los bonos manualmente, o configurar su APN, cuando las ancianas vean que no se enciende el móvil y serán las enfermeras sobre las que proyecten su frustración y pánico, cuando alguien empiece a toser, y todos los que estén alrededor recuerden haber compartido un espacio muy cercano...

Lo que están haciendo es tal calibre de ESTUPIDEZ SUPINA, y además muy probablemente ilegal, que en pleno estado de alarma no sé ni cómo afrontarlo.

Me he querido imaginar varios escenarios para resolver la situación, pero no contemplo ningún estado de madurez por parte del responsable de los servicios generales. Me han boicoteado el kiosko, han despreciado el factor higiénico que aportaba y que sólo yo podía saber que aportaba. Y lo han hecho sin nisiquiera consultarme o avisarme: más inconscientes imposible.

Así que veré si esta mañana consigo hablar con el director. Pero todo apunta a que, efectivamente, me va a decir una estupidez encima de otra, que la tecnocracia en su IDIOCRACIA prevalecerá y de que va a asumir el aumento de morbilidad sin pensar en las consecuencias.

Y es que me pregunto, porque me pinchan y no sangro: ¿qué arquitecto habría incorporado en un pliego de condiciones la posibilidad de cerrar unas instalaciones públicas de esa manera? Como no soy arquitecto no puedo saberlo, es hasta posible, pero sigue pareciéndome todo demasiado inconsecuente. No me transmite ninguna confianza: lo peor que me podría pasar es que me ponga enfermo y me traten en ese hospital. Y es el único que hay.


Que vuestro dios nos pille confesados.




miércoles, 18 de marzo de 2020

La administración me ha boicoteado

Cualquiera podría decir que, efectivamente, una puerta que muchos empujan o tiran es una puerta con muchos gérmenes en su picaporte. Ante algo así una medida que adoptarían algunos es..., sellar la puerta para que no pueda ser usada.

Se trata de algo de sentido común: cuando una puerta se usa mucho es precisamente porque es útil. Y hablo de las puertas que salen de las torres, entre otras, de oncología. Ahora resulta que en el Hospital han cerrado justamente las puertas que daban acceso a mi kiosko. Ahora mi kiosko está completamente aislado. Todo sin previo aviso. Esa misma mañana había ido al cuarto de baño, unas horas después soldaron la puerta y pusieron un cartel que no incorporaba ninguna referencia legal.

Han bloqueado varias puertas antiincendios. Han convertido el hospital de Santa Lucía en una ratonera. Y si alguien del hospital quiere ir a mi tienda tiene que dar muchas vueltas.

Está claro que esta medida a quien favorece es a los que tienen el negocio de las máquinas expendedoras. Eso cuanto menos. Porque bien que pudieron adoptar medidas intermedias, como cerrar la mitad de las puertas, o así. Pero no, al cerrar todas las puertas lo que hacen es abogar contra la seguridad - por definición, y contra la ley, cuanto menos.

Por si eso fuera poco, luego está el hecho de que cuando yo acepté el pago de la subasta por el kiosko partía del supuesto de que debían haber una serie de accesos - por lo que si cierran esos accesos, máxime si es de manera injustificada, entonces tendría motivos incluso para una demanda.

Y puedo decir que se ha cerrado de manera injustificada en la medida de que en la nota no aparece ninguna referencia a un reglamento público o medida hacia la cual documentarse. Se trata, de hecho, de una medida arbitraria adoptada desde el ejecutivo. Y cuando le pregunto a un guardia éste se moja diciendo que si la alcaldesa..., ¿la alcaldesa? ¡Pero si esa señora no tiene competencias!

Cualquier hijo de vecina puede ir con un soldador y cerrar unas puertas. Ahora bien, convertir un hospital en una ratonera con un ambiente estanco es aún más peligroso que permitir que varias personas toquen un mismo picaporte. Aprisionar a todas las personas en pasillos estrechos, o en las habitaciones o pequeñas salas de espera es, cuanto menos, desearles que se vayan o estresarles innecesariamente.

Ahora deciden aislar al kiosko ¿Qué pasará si reúso de dar cambio? Entonces no podrán usarlo para las máquinas.

Estoy harto. Me ha dado un dolor cervical por el disgusto. Es la administración y su indocumentada manera de actuar la que hace que sea más difícil trabajar aquí. En el hospital ya hemos tenido fugas de coronavirus, ya tenemos experiencia, vengo trabajando aquí 8 años: ¡JAMÁS SE HA TENIDO QUE ADOPTAR UNA DECISIÓN TAN ESTÚPIDA!

Justo cuando veía cómo la gente empujaba la puerta para no tocar el picaporte, con la cultura que tiene la gente de saber qué toca y qué deja de tocar, con los guantes encima..., y tienen que aislar el kiosko. No digo que bloqueen la puerta para dejarla abierta. Pero claro, si es por eso, ¿acaso el guardia no podría haber tenido una información de primera mano sobre por qué consideran más costoso tener esas puertas abiertas? Eso mismo llegó a pasar en los primeros años en los que estuve trabajando: los guardias preferían hacer sus rondas más fácilmente controlando sólo dos salidas - si es por ellos toda la gente del hospital debería de morir ardiendo en un incendio.

Pero claro, todo para que unos pocos estén mejor. El que sí que va a estar mejor voy a ser yo: ya no atenderé a esas señoras que dicen que se le ha roto el móvil, o no tendré que enviar un fax con el riesgo de que a la otra parte le dé por cortar la comunicación y obligarme a mí a darle explicaciones, no tendré que preocuparme por limpiar unos teléfonos que no parece que vayan a ser usados de nuevo..., y cada vez que un paciente sea vapuleado por la gestión hospitalaria no seré yo la vía de escape que necesite para desahogarse.

Visto lo visto, probablemente cierre a las 18'00 o a las 19'00. Si voy a estar aislado prefiero estarlo en mi habitación jugando a la consola, en vez de tener que lidiar con algún transeúnte que quiera que le dé calderilla, la que me he tenido que esforzar yo en conseguir yendo al banco. Y tampoco tendré que lidiar con la típica señora que pregunte por la prensa, "que no hay señora, que no la distribuyen en toda la zona desde hace años, que no vienen los proveedores, que no es mi culpa, etc...". Tampoco tendré que lidiar con el imbécil que entra en el establecimiento, estando en estado de alarma, sólo para ver. 

Es decir, si me quedo en casa me quito muchísimo estrés, y además ahorraré en electricidad - costes que nadie me va a pagar.

De hecho, bien visto, como es posible que la cosa se alargue es posible que tenga que abandonar el negocio. Al fin y al cabo, sólo veo imbéciles gestionando estos asuntos.

Así que no sé qué haré.

martes, 17 de marzo de 2020

Increíble velocidad de adaptación

Más de uno pensaría que esta crisis pandémica provocaría la incapacidad de los proveedores para reaccionar y ofrecer productos de primera necesidad. Pues bien, de primera mano puedo decir que no es así.

Más allá de que los proveedores tenían margen de sobra como para preparar "alimentación apocalíptica", pues al final, en el peor de los casos, podrían exportarla a China - o donde sea. Estaba claro que las previsiones apocalípticas de las películas clásicas de zombies que nos trae Hollywood suelen ser demasiado apresuradas.

En ningún país se está dando (o eso creo) los saqueos clásicos. Y la cosa es que en esta película de zombies el muerto viviente lo más probable es que se cure y, por otro lado, ni siquiera sepas que es él. Por lo que no puedes cargártelo de un escopetazo en la cabeza: es decir, creo que el escenario apocalíptico es peor que en las películas y, al mismo tiempo, la reacción de la ciudadanía es mejor.

Un zombie necesita morderte, o compartir su sangre de alguna manera, el infectado asintomático sólo necesita echarte su aliento o empaparte con su sudor lleno de esputos propios. Si es sintomático puede toserte encima a los ojos, y ya no tendrías nada que hacer. Entonces, bien visto, veo que la gente comete el error temerario de formar colas..., pero al menos ya no se besan y se abrazan como en el 8M.

A medida de que se vayan mostrando qué ciudades lo están haciendo mejor bien podría estandarizar tales comportamientos hacia las ciudades que lo estén haciendo peor porque, al fin y al cabo, según dice la teoría, todos los españoles tenemos una cultura común..., bueno, obviamente no es así: hay que vigilar el orgullo chovinista que se antepondrá a la moral del colectivo.

Ahora bien, tras llamar a mi proveedor para sonsacarle a que me traiga productos de alimentación éste, con mascarilla y guantes, se presentó en mi tienda. Yo, por mi parte, soy más de guardar distancias y desinfectar lo que toquen mis clientes. Incluso, cuando toco el dinero, me echo un poco de gel. Algo que venía haciendo desde hace años, porque todos sabemos cómo son los hospitales, así como guardar distancias. Pero lo que me sorprendió fue comprobar cómo mi proveedor me ofrecía productos increiblemente económicos (una ganga) que permitía hacerse bocadillos con productos enlatados. Era como si se hubiera adaptado a la nueva realidad - lo que pasa es que reusé el comprar eso porque yo no vendía pan, no encajaba con mi tienda. Yo no tengo manipulación de alimentos. Y esas latas exigían comérselo con pan.

Un error que veo en algunos medios es obsesionarse con la seguridad. De hecho, los primeros días el ayuntamiento (o cada comunidad de vecinos) hizo bien limpiando las calles; pues las calles limpias se correlacionan con la disciplina comunitaria - como algún estudio en EEUU demuestra. Pero al pasar por encima, con el olor del veneno que echan, corremos el riesgo de volvernos más autoinmunes, que nos afecte al sistema inmunitario y, según mis pesquisas personales no profesionales, eso puede darle cancha al coronavirus.

Es decir, sobreexcitar con venenos, y limpieza es malo. Pero, por otro lado, esas limpiadoras supervagas que hasta ahora nunca nunca nunca terminaban de limpiar cierto cuarto de baño en el hospital, ayer lo visité y ahora sí estaba completamente desinfectado. Es decir, es imposible ser demasiado crítico con cómo se están haciendo las cosas porque, si bien hay excesos, puede que la orden que los emita es lo que se necesita hacer para pulir los defectos. En cualquier caso, ser conscientes de lo que se hace y cómo se hace debería de ser ideal.

Yo, por mi parte, he encontrado un ensayo mucho más fascinante que el último libro que encontré (o de mismo nivel) como para tenerme entretenido - aprovechando que parece que sólo me va a visitar un cliente cada dos horas..., lo cual, en fin, ¿por qué vengo? Porque estoy seguro que el que viene realmente me necesita al pie del cañón..., ciertamente lo creo. No me imagino a alguien teniendo que volver a Cartagena para suplir "necesidades menores" o resolver según qué contingencias. Independientemente de que tengo acceso a Internet y me pueden usar como..., no sé, informador de lo que esté pasando fuera (en vez de darle el follón a los guardias o a las enfermeras). Aunque esto último veo que no se da tanto, en el sentido de que no se da el escenario apocalíptico de las películas.

Pasa como con la renta básica: en las películas todo el mundo cree que va a pasar como en Guerra Mundial Z y, al mismo tiempo, se ven a sí mismos resolviéndose y sacrificándose como Brad Pitt. Es decir, tan pronto como piensan que la mayoría no trabajaría teniendo renta básica, luego esas mayorías confiesan que ellos en cambio sí lo harían. Ese pesimismo es lo que hace que no tengamos un pensamiento colectivo, el que hace que la gente se abalance hacia los supermercados. Si las autoridades lo vieran pertinente, bien podrían incorporar mecanismos de control sobre quiénes pueden salir a comprar a partir de su letra del DNI..., ya veremos si se necesita hacer.

Cuando ayer fui a conseguir calderilla, el del banco contaba a su compañero cómo en su casa había un pasillo bloqueado por paquetes de papel higiénico... ¡yo alucinaba de lo que confesaba del comportamiento de su familia!

Distancias y jabón. En el caso de los establecimientos, además desinfección. Y si se tiene síntomas, mascarilla. Comprar más generosamente, pero no patológicamente. Añadirle más historias, ok, pero puede ser contraproducente.

Emparanoiar a la gente conque limpie continuamente puede provocar que los suelos se llenen de esos venenos que pueden anular el sistema inmunológico. Malo: el paciente puede empeorar. Cuidado con esos médicos que se pasan de listos; ahí el estado bien podría estandarizar mejor: he visto declaraciones oficiales que se contradecían, y eso da derecho a criticar a lo que dicen los "magisters".

Yo, por mi parte, estoy más tranquilo que la mayoría de mis clientes - por lo que estoy doblemente más tranquilo. Puede que yo sea un asintomático, o puede que los virus por los que he pasado no me hayan dado la experiencia suficiente como para soportar lo que me viene encima, pero si hay algo que realmente me da miedo y con diferencia es el morir ahogado. Por eso quiero tener mi sistema inmunológico 100% preparado y no cometer errores para cuando me pase por delante.

He visto a doctores y alguna doctora hablar demasiado juntos para mi gusto, incluso con algún paciente. Creo que cometen errores protocolarios básicos; pero no les cuestiono: sin mascarilla, ni guantes, mantienen la cercanía sabiendo lo que está pasando fuera... Eso me dice que en mi hospital aún no ha empezado la juerga, si no, ellos mismos estarían más nerviosos. Pero los familiares de los pacientes..., ellos sí son más disciplinados y están más obsesionados por los protocolos (en su enorme mayoría).

Veremos lo que pasa.





lunes, 16 de marzo de 2020

Un escalofrío...

Anoche, mientras volvía a casa, me recorrió un extraño escalofrío: y muy peligroso si se me ocurriera intentar ser convincente sobre lo que ello pudiera significar.

Mientras andaba por las calles desiertas observé personas claustradas en sus casas. Cada cual haciendo lo debido. Pero se respiraba algo en el ambiente: eso me recordaba a algo que no había vivido nunca, salvo en sueños.

Siempre que dormimos corremos el riesgo de visitar otros mundos, y que éstos sean recurrentes. La memoria, azarosa y cruel, va con su vaivenes, los devaneos, la locura..., recordé el sueño que tuve cuando se votó el jefe del Congreso. Y es que esa es la extraña sensación: es como si el significado del sueño adquiriera un papel hasta ahora no contemplado, como si fuera más adecuado - aunque imposible.

Y es que habían dos poblaciones, una asiática y otra occidental. Ambos recluidos, quise interpretar por cómo eran esos barrios que una era el barrio pobre y el otro el barrio rico, pero ahora recobra un extraño giro al argumento del sueño que tuve: soñé que tenía que ir al supermercado, que las calles estaban cortadas por las autoridades, que la gente estaba recluida..., pero había muchas cosas que no encajaban con mis recuerdos, o con la idea que deba tener de lo que es un supermercado.

Es triste pensar que esta clase de cosas ya las he vivido en mi mente: ese mundo donde nadie se cruza por la calle, o donde tan pronto eres un héroe como luego te tratan como un apestado. La gente es muy bipolar cuando está altamente interconectada.

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Me veo obligado a no poder escribir todo lo que pienso. Es muy extraño. Pero más extraño aún es que toda España esté recluida y obligada a vivir la realidad que me ha tocado durante años. Y es que, si nos damos cuenta, existen siempre dos interpretaciones a los mismos hechos: y si estamos dispuestos a colorear las cosas desde perspectivas peculiares entonces toda la realidad podría acabar siendo presentada de una manera muy estrambótica.

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No quiero llenarle a la gente sus cabezas de pájaros. No me gusta. Constantemente veo que es terriblemente sencillo montarse historias de sanadores, curanderos, mentores sabios..., grandes brujos, magos oscuros, dominadores de los grandes arcanos, nigromantes..., y la gente desesperada es muy fácil que te siga. Si es para alimentar la psicosis colectiva sí: porque sólo tienes que localizar "su historia", capturar el patrón límbico que ha elegido para su género, y replicar las fases haciendo que tus objetivos formen parte del siguiente elemento de su corpus.

Pero si se trata de decirle a una perturbada, como me pasó con una enfermera en prácticas, el decirle que se equivoca, que tiene que ser intransigente, que dude, que sea escéptica..., entonces no sólo me mira mal, sino que además juega a intentar atropeyarme con su bici (ya que somos vecinos). Tan pronto como era una fan de mi libro, luego se convierte en alguien que fantasea con mi muerte. La gente no debería de ser tan bipolar... La gente es muy bipolar.

La gente se deja llevar por las historias, como lo que dicta el género único. Es como los compositores de música: es más fácil elegir el 4:4. Es el ritmo al que estamos acostumbrados. Pero luego vemos un ritmo diferente..., más rápido... Como el de Regreso al Futuro III, con Doc el duro... Me recuerdan a la pareja con los que vivía en su casa en mi sueño: gente que no conozco de absolutamente nada. Aunque yo vivía de gorrón, o algo así - nunca me ha gustado creer en la propiedad, y a ellos les pasaba algo por el estilo.

Las personas normales buscan la clásica historia de amor cortés, lo cual es un arcano creado por la cultura latina: te enamoras, la cortejas, se casa, acaban en una casa... Es una historia arquetípica. Todo falso. La boda, el color blanco, el velo de la novia... Pero la gente lo necesita porque cree que así es como se educa la felicidad. Pero todo es falso...

Tampoco creo que gane nadie nada diciéndole que ese constructo que se está montando no es más que una novela de fantasía arquetípica que corre el riesgo de volverse efímera en cuanto algo mucho más emocionante se le cruce por delante, como un amante con una muy buena historia en el momento justo, el trasfondo de alguna clase de historia que le convierta en villano por la sencilla razón de que no es capaz de verse víctima de sus vicios culturales.

No sé ni cómo enfocar esta clase de consejos para que no hagan daño o provoquen alguna clase de implosión no controlada.

En cualquier caso, me encantó la serie de Rick y Morty. Me recuerda lo poco que me gusta el mundo de los alfas, cuando éstos buscan la manera de imponerse a codazos. Nada que ver con lo que importa.

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Ha llegado el frío y la humedad. Algunos tienen mucho miedo al coronavirus, otros se ríen en la calle. Ha vuelto la actividad, pero solo en parte. Me huelo que va bien la cosa. Lo malo es que este ambiente es el peor posible para aislar al virus, pero no pasa nada, al menos en mis alrededores sé que se podrá controlar. Lo que no entiendo es porqué a mi madre le han puesto a cuidar a uno de sus nietos, cuando ella es de riesgo. Tanta paranoia conmigo, conque no trabaje..., y luego...

Yo ya renuncio de intentar hacer entender nada.






domingo, 15 de marzo de 2020

Salida en VU

Como ya se viene previniendo en casitodas las reuniones en Davos, o de eso al menos se presume, más allá de estudiar posibles crisis financieras, resulta interesante hablar sobre cómo reaccionar ante una singularidad en la economía - un cisne negro. Esto es lo que se viene a llamar una crisis económica, pero de las de verdad: hay un quiebro en la generación de recursos y ello siempre irá parejo con una crisis financiera hasta que se recupere la economía.

La verdad es que no sé porqué hablo de esto en este blog. Más allá de un "os lo dije" que provendría de mis dos blogs anteriores. Y es que lo que no podía saber yo era cuál singularidad llegaría antes: y al parecer la sanitaria era nuestro punto más flaco. Como, de hecho, ya lo previeron precisamente el año anterior mediante una simulación de pandemia para ver si se tenía capacidad de reacción. O eso se dice que se dijo, claro.

Está claro que los que se reúnen allí no son tomados muy en cuenta, porque también recomendaban iniciar una renta básica universal con el fin de evitar la singularidad de la inteligencia artificial, la cual se puede desdoblar en dos tipos: la que tiene que ver con la consciencia de la máquina hay que esperar a que puedan conducir un coche (10 años mínimo) y la que tiene que ver con el control de las vidas humanas ya se viene dando desde hace tiempo, por lo que la bolsa podría darnos quiebros inaceptables en la economía antes de que nos demos cuenta.

En cualquier caso ahora estamos centrados en la crisis sanitaria: la pandemia. A mí me está pasando el mal del Hércules de Disney: si en mi ciudad la gente se porta como es debido entonces no saturarán los servicios sanitarios y, por tanto, nadie visitará mi kiosko. Pero si la gente se vuelve loca entonces yo haré mi agosto. Obviamente, que necesite una catástrofe para lucirme no es que sea muy aliviante; además de que prefiero tener pérdidas.

En vista del comportamiento de este sábado y este domingo podría especular que los servicios sanitarios de Cartagena van a estar desahogados y sin problemas. Espero no equivocarme. Por lo que voy a ir a mi tienda sin aportar demasiados servicios, salvo los mínimos para que los pacientes y familiares no acaben aislados del mundo por acabar en el hospital.

La reacción de Sánchez, y no hablo a toro pasado, fue lenta; desconozco si apropiada políticamente, pero lenta. Él ya sabía desde justo antes del 8M que la cosa estaba mal, muy mal; pero optó por mirar a otro lado, como hizo Rajoi rezando a las Meigas cuando ocurrió el Prestige. Como esperando que algún viento o marea sople a su favor. Mal jugado, sanitariamente; puede que le haya funcionado políticamente. Es como si hubiera hecho alguna clase de pacto con el diablo. Ahora bien, conmigo no fue.

Por otro lado, aun tarde, las medidas ahora mismo son las adecuadas. De hecho están bien expuestas (con inteligencia). Habría estado bien que remarcara que los bancos tenían que abrir, casi como obligación. Pero ya veremos qué pasa el lunes, porque yo necesito calderilla si quiero seguir funcionando, al igual que lo necesitan las farmacias y supermercados. Así que mañana veré.

Ahora mismo el hospital está desértico. Nuestra UCI, para el área 2 de la región de Murcia está prácticamente deshabitada. Buenos chicos..., me vais a hacer perder mucho dinero..., pero al menos mi gente hace bien. A cincuenta kilómetros al norte y a cincuenta al este los dos hospitales están sufriendo un poco más - se las tienen que ver con los cosmopolitas murcianos y madrileños. Nada que ver con la disciplina cartagenera y nuestra cultura de barrios de tratamiento sanitario localizado por barrios.

Los chinos de Cartagena no lo saben, creen que seremos como nuestros hermanos del norte. Tanto murcianos como madrileños suelen mirar con mucho desprecio la cultura milenaria cartagenera, puede que respeten nuestra historia (que dudo que la estudien en sus respectivas escuelas, de hecho, recuerdo las tonterías que escuchaba por parte de un madrileño sobre el cantón de Cartagena), pero el modelo disciplinado que se sigue replicando con rigor es algo difícil de aceptar/entender. Los chinos no distinguirán a un cartagenero de un murciano, sobretodo porque coincidimos en nuestra mayor parte en el acento, en la comida, en el arte, etc..., pero donde se ve la diferencia está en el folklore: la seriedad de las procesiones frente al despendoleo del entierro de la sardina. Y ojo, no digo que unos sean mejores que otros: me refiero a que hay diferencias culturales que, de hecho, en ocasiones provocan discusiones por teléfono roto (partiendo de la buena fe entre las dos partes). Y si hay matices con los murcianos, ya no digo con los madrileños: que desprecian nuestra gestión, nuestras decisiones, nuestra manera de defendernos, nuestra rigurosidad en la aplicación de las leyes, nuestro respeto a la autoridad, etc...

Así que los chinos han cerrado automáticamente, por imperativo del "partido único" - supongo. No les juzgo por ello, sólo espero que vuelvan a abrir pues en Cartagena la gente es disciplinada y hay hoteles de sobra para que los militares adopten medidas excepcionales.

Supongo que en los hospitales que rodean a la ciudad es donde lo están pasando mal. Pero es la administración pública la que tiene que decidir cómo ir adaptándose a la realidad que vaya observando. Espero que no nos llenen de burocracia y papeles, o que nos sometan a revisiones de temperatura, en ciudades donde la contención sea objetiva. Espero que los expertos sean buenos estadistas y sepan dar órdenes bien definidas para saber reaccionar a tiempo.

En cualquier caso, dada mi experiencia sobre los propios militares españoles, mi idea es que en 15 días obtendremos los resultados satisfactorios de contención del virus y la recuperación de la V. Siempre y cuando se sepa contener la indolencia madrileña y murciana, que cuanto más orgulloso es el cosmopolita más difícil es contenerlo. Es el precio que hay pagar con el individualismo que nos trae el liberalismo, cuando se mezcla con el chovinismo hacia tradiciones egoístas.

Pero el miedo hace su función, y el chovinismo siempre cede ante la muerte. No hay que olvidar que eso es algo que siempre he defendido: el chovinismo que conocemos en nuestra civilización no mata. Mata la psicopatía, el racismo, los abusos..., pero no las formas chovinistas, como el nacionalismo o el machismo. El chovinismo siempre se queda de lado cuando aparece algo de carácter urgente (como nos dice la pirámide de Maslow). El chovinismo es como un coronavirus para la estabilidad humana: es muy compatible con su realidad social y es contagiosa; rara vez mata como patología..., pero esto los sociólogos no lo querrán estudiar, y menos aún como si fuera un coronavirus.

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Acaba de venir una extranjera. Al parecer la cafetería del hospital ha cerrado; no lo entiendo ¿Qué va a pasar con los familiares de los pacientes? Mi tienda les será un alivio, aunque no tengo ni bebidas ni bocatas - sólo galletas, aperitivos... Tendrán que acudir a las máquinas para comprar bebidas, pero si me quedo sin calderilla para que ellos se las gasten en las máquinas entonces me cierran el kiosko como no abran los bancos. Veremos qué pasa.

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El asunto es que tenemos personas que se han recluido de más, otros que se lo han pasado todo por el arco del triunfo..., pero gracias al estado de alarma y la presencia de la autoridad se conseguirá hacer que todos estemos más centrados y actuemos de una manera individualizada con inteligencia de cara a la realidad que nos toque: mi kiosko ofrece un servicio de comunicación al exterior, además de dar aperitivos, algo de parafarmacia y reparo eventualidades en los móviles, además de ofrecer locutorio. Si desaparece la única fotocopiadora del hospital, o su fax; si los familiares no tienen a una persona para lidiar con los bonos de Internet o las recargas..., todo eso supondrá un aumento de la carga administrativa en el hospital de una manera muy, pero que muy, alarmante. Por eso, en su momento, me encaré con mis hermanas cuando me dijeron que debía quedarme en casa. A pesar de que parecía el decreto del presidente de Murcia insinuar que yo debía quedarme en casa a riesgo de fuertes multas. Hice bien, y el presidente reculó - además de que las autoridades ni se inmutaron ante mi negocio (entendieron correctamente que mi función era una medida de contención para reducir la carga en el hospital).

Veremos qué pasa el lunes, cada día es una necesidad de actualización, aunque hasta ahora he encajado bastante bien mi conexión con las autoridades (salvo con Hacienda, que los muy hijosdeputa me han puesto una multa porque según ellos tenía que declarar el IRPF, sin explicar cómo es posible que trabajar sin patrimonio y desde la severa pobreza y más del doble de lo que es un trabajo digno me obliga a tener que declarar en contra de lo que ellos tienen declarado de mi IVA, algunos funcionarios deberían de acabar en prisión, sobretodo en estos momentos excepcionales).

En cualquier caso, sé que EEUU no dará la talla. Y se trata de un Principio Redneck, que es como me gustaría llamarlo: ¿dónde existen los chovinistas más egoístas y bestiales asesinos en todo el planeta? Pues ya lo digo: ¿tendrán lo suficiente patriotas como para respetar las cuarentenas marcadas por Trump? Y, por otro lado, para cuando mueran como perros (y lo siento, pero es tal como lo veo, ellos lo votaron y se sienten orgullosos de vivir en un país así) ¿acaso no veremos una nueva crisis financiera producida por nuevos picos en el consumo de EEUU? La crisis en L provocará un cambio de paradigma donde los chinos puede que se lleven el gato al agua y salgan al rescate.

Esto lo sabremos en menos de tres meses. Las epidemias no se rigen por nuestros tiempos sociales tan lentos. Pero, como pasa con los organismos, nada más curarnos corremos el riesgo de una recaída (otra U, pero más larga). Esto es si no se han terminado de hacer las cosas bien. No soy un especialista en la distribución de Weibull, pero creer que la pandemia va a ser estacional, que distintos países podrán tomar distintas soluciones sin que afecte financieramente, que el 2008 fue peor..., todo eso me induce a pensar que vamos a tener varias recaídas durante todo el año. Ahí espero equivocarme.





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