En ocasiones hay que levantar el puño, clamar por una vida mejor y recordarles a todos y cada uno que todos tenemos derecho a lo básico, a que se nos reconozcan como seres humanos con nuestros propios proyectos y asuntos. Y no será la socialdemocracia la que habilite el entendimiento, cuando siempre es posible que no encuentre la manera de tratar con algunos individuos desde los colectivos. Nos volvemos molestos, parasitarios...
El domingo pasado vi cómo un grupo de caravanas había cortado la acera con la que los vecinos tenían acceso a una zona del parque, y al hospital. Ese corte de la acera era completamente innecesario - porque no lo usaban desde esa zona de caravanas - simplemente lo habían hecho para aislarlas aún más de la gente, para invadir el parque entero. Terriblemente sádico y antisocial.
Al principio supuse que esta desproporción debía darse a un exceso de algún productor del Rock Imperium, que le había dado a las caravanas un poder ilimitado. Así que hablé con una pareja de policías que estaban en el Rock Imperium diciéndoles que esas caravanas habían invadido la acera. Lo curioso del tema es que uno de ellos se limitó a decirme que ya habían enviado una patrulla para allá. Así que me fui a casa tranquilamente.
Al día siguiente todo estaba doblemente sellado, aún más que antes. Me dirigí a uno de los vigilantes, que era un vecino del barrio, y muy humildemente me cedió el paso rompiendo con una navaja el sello que le habían puesto para que nadie pasara por esa valla.
Todo mal: ¿por qué no podían ceder el paso al hospital? ¿Qué ganan aislando a un barrio de ese acceso?
Estuve hablando con un transeúnte, que coincidía conmigo. Ese día me enteré que, al parecer, esas caravanas estaban ahí para rodar una película - era la comidilla del barrio, algo que todos allí sabían. Por esa razón, en esta ocasión, decidí informarme un poco antes de volverme estricto con ese abuso de poder.
Según parece Marvel iba a hacer una película en Cartagena, concretamente en uno de los barrios más pobres - porque recuerda a México. Y los vecinos de Santa Lucía y Los Mateos estaban encantados. Y ahí estaba el detalle, que se cortaban calles o se dejaban focos y grúas aquí y allá - perfecto, dejaban un dinero en la zona. Y, por si fuera poco, callegeando, comprobé que la gente estaba ilusionada no solo materialmente, sino además culturalmente - que si quieren ver un cierto actor, que si tal...
Visto lo visto, me apené. Algún productor había decidido abusar de su posición, pero yo no tenía fuerzas para ser la nota discordante. En esos dos barrios humildes, uno más trabajador que el otro, tenían ante sí un caramelito que no querían soltar. Y entonces recordé lo que me dijo el policía: ¿era posible que el muy hijodeputa me dijera que habían enviado una patrulla solo para hacerme callar? Eso es muy típico de esos agentes con el síndrome de Wendy: tenía derecho a saber que no iban a hacer nada, a que me inviten a denunciarlo a la comisaría si así lo considerara oportuno. Pero ese agente no tenía ni el más leve de los derechos a no ser trasparente, a hacerme creer que una patrulla se encargaría del asunto. Si no pasara tanto en este país esa clase de comportamientos...
Así que hago recuento mientras vengo a mi lugar de trabajo, elijo el camino que siempre escogía cuando llovía y el camino más corto estaba embarrado - ahora, después de que el ayuntamiento invirtiera tanto dinero se asfaltó y creó un parque, que ha sido absurdamente cortado. Así que hacía años que no pasaba por Lo Campano, que no hacía ese rodeo tan poco gratificador, sin ese paisaje digno... Ahora para cuando vuelva tal vez elija la vía del tren - no sé.
Pero hago recuento: un policía que me trata como a un infantil, un barrio que quiere cederle todo a la productora y a penas unos pocos transeúntes a los que se les obliga a romper su rutina. Si reivindicara lo único que conseguiría es que mis propios vecinos me miren mal por la calle, se trata de hacer un ejercicio de Clase - eso significa formar parte de un colectivo, y que el capital establezca el valor de los Principios.
Me ha deprimido y me ha alejado un poco más de lo que estaba de ese mundo: lo humildemente público al servicio de los intereses de los grandes capitales. Es tan antiestético... Es, cuanto menos, deprimente.
Pero no soy presidente de ese barrio, ni he debatido con la asociación de vecinos que, todo apunta, les parecerá bien. Se sospecha que actúan sin permisos, pero a los vecinos en su mayor parte no les importará. Prefieren doblegarse, hacer de criados del amo. Y no, no me gusta - pero no tengo ningún derecho a decirles que no lo hagan. Aunque ese comportamiento no sea ético: no hay sitio para la ética ante una moralidad capitalista.
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Ese mundo cultural, que siempre lo veía con una cierta sospecha al ser de EEUU, siempre me pareció demasiado abusivo. Tenía una alfombra muy sucia. De pequeño siempre me lo pareció, igual que también he desconfiado de sindicatos y partidos. Desde siempre he querido jugar al juego de influenciarles al margen del capitalismo, "tanto tienes tanto vales" debe quedar obsoleto. "El poder no se demuestra si no abusas de él", es otra de esas cosas que deberían quedarse obsoletas. Toda esa cultura americana que tanto desprecio, y que podría quedar obsoleta con formas de hacer las cosas más inspiradoras y, por ende, más creativas.
La globalización de la información nos ha traído el poder de compartir la cultura y de hacer trascender los proyectos más allá de los intereses de unos pocos. Asímismo, el abuso se ha ido quedando como algo a marginar, poco a poco han ido apareciendo intereses más generales, de interés de un consenso por encima de grupos y corporaciones.
Y, por supuesto, si con mi acción u omisión, pudiera cambiar las maneras de relacionarse del actor con el productor..., si de alguna manera pudiera influir para que los abusos, el sadismo, la especulación contra el recurso humano..., pudieran ser substituidos por el perfecto egoísmo o el formar parte de una idea a más allá del muy largo plazo...
De todas formas lo veremos tarde o temprano, creo recordar que era para dentro de cuatro décadas: una sociedad en evidente decadencia hacia la idiocracia, de cuyas crisis solo un sujeto con pensamiento menos idiota, pero aún con pocas ideas lógicas, podría ser una inspiración para salir de ese agujero capaz de autodestruir una civilización completa.
¿Pero qué será lo que remate a la sociedad? ¿Guerras, epidemias, arma biológica, radiación, enfermedad endémica, ataque de zombies...? Imposible de saber.