viernes, 3 de abril de 2020

Ni un alma

Hoy, a las 8 am, era un día esplendoroso. El sol enrojecido había encontrado los colores de los edificios, de los automóviles. Los charcos mohosos de las carreteras y las aceras relucían esplendorosamente. Parece que en estas latitudes esa era la hora punta, o una de ellas.

Ayer a la misma hora quizá no me fijé. Quizá había nubes, o éstas acosaban mi cabeza. Con un chute de cafeína procuré salir de casa y se me cruzaron varias ideas por la cabeza. Entonces, llegado a caminar lo suficiente, una idea intrusa se me cruzó por la mente y, mientras iba rumbo a mi kiosko, se me escapó una inocente risotada. Un tanto muda, sí. Pero quien estuviera cerca la habría oído, y el crugir de mis huesos provocó un movimiento claramente visible a distancia.

Había un coche de policía cerca. Había decidido mantener la compostura y seguir caminando, pero el pensamiento intruso volvió a fulminarme y el conductor se me quedó mirando. Ya me había parado la policía otras veces en estado de alarma, pero nunca me había parado un coche yendo al trabajo, como ocurrió ayer.

Que si adónde iba, que si tal..., todo normal. Entonces cuando dije que iba a abrir mi tienda de móviles el policía se preguntó si ese negocio se permitía..., eso me estremeció: ¿a santo de qué paran a la gente si van de indocumentados? Sin perder la compostura fui respondiendo y, entonces, me pidieron "los papeles" ¿Los papeles? Era la primera vez, y nunca hubo anuncio de que hubiera de ir "con papeles". Nunca me habían pedido "papeles". Yo era autónomo, no me iba a conceder permiso..., y claro, todos los "papeles" que tuviera los tenía en la tienda, no encima.

Al final me dejaron pasar, pero me dijeron que tenía que llevar "papeles". Algo. Claro, viniendo de un agente que no sabe que las telecomunicaciones tienen permiso para abrir, pues nada..., yo le seguí el juego y pensé en los médicos que ni sabían que había que tener papeles y que iban en mi misma dirección.

Pero no, hoy mismo, con "papeles" en la cartera, lo estuve pensando. Se me ocurrió que era como en la universidad: cuando el profesor pone unas restricciones para entregar un trabajo. Entonces yo entregaba tal "trabajo" y cuando la mayoría había decidido incorporar de motu propio una serie de añadidos entonces el profesor incorporaba tales añadidos como requisitos básicos.

Así, si ciertas mayorías iban con papeles, cuando el estado no había establecido ninguna normativa al respecto, corríamos ciertas minorías el peligro de no llevar ninguno. Y todos saben que los que siempre buscarán tener papeles de muchos tipos serán los que quieran saltarse la normativa. En este juego lo hago con desventaja. Pero, por otro lado, a mí no me han multado aún.

Para cuando llegué hasta la altura de las banderas de la universidad de Cartagena observé cómo la bandera de la región estaba cosida y aguantada por la española; para que haya o no viento siempre esté mostrándose. Esto iba en contraposición contra la pequeña bandera rojigualda de un balcón que hondeaba alegremente mientras, al mismo tiempo, la enorme bandera de la comisaría se mantenía impasible y triste. Me reía de lo chovinistas y burros que son en la región de Murcia con su nacionalismo parásito contra el interés general.

Los murcianos habían conseguido "convencer" a los madrileños que los nacionalistas éramos los cartageneros. Que esas cosas se curaban con ese tipo de comportamientos: cosiendo banderas. Y no será lo peor que se haya visto, claro.

Justo cuando enderezaba la mirada se me cruzó un coche de policía, que no se detuvo ante mí. También es cierto que se me cruzó por la mente echar una risotada ante el espectáculo bochornoso de la política de la región en lo referente a las banderas... Pero no pasó.

Una autoridad oscura que no se atiene a la ley vigente, que no aplica con rigor las normas y que se le permite saltarse normativas de básico cumplimiento siempre estará en entredicho - y no es lo más adecuado para gobernar. Y no hablo de la policía de Cartagena - hablo del Gobierno. Que yo haya puesto en conocimiento del Gobierno que, en pleno estado de alarma, un hospital haya cerrado a cal y canto las puertas de emergencia y no haya una respuesta inmediata sobre qué normativa han aplicado para hacer tremenda barbaridad es lo que me parece preocupante - no tanto que unos funcionarios armados se puedan permitir el lujo de ponerme una multa arbitraria y que, por arbitrariedades judiciales relativas a cómo funciona lo contencioso en la región, encima deba de pagar las costas judiciales para cuando me librara de la multa.

En pleno estado de alarma es cuando las autoridades deberían de andarse con más ojo sobre qué normativas hay vigentes.

Pero hoy me he dado cuenta de que igual que ayer había mucho movimiento, hoy he tenido la suerte o el prestigio de observar que había muchos menos coches, menos personas andando..., estando hoy el día mucho más esplendoroso.

Asímismo, al llegar al hospital, observé que ya habían empezado a repartir/prestar mascarillas lavables para aquellos que entren al centro hospitalario. Por supuesto, aun estando yo en el recinto no hay ninguna de esas para mí..., no me quejo, me hace gracia, como siempre. Pero al menos han resuelto, a buenas horas, algunas EPI's que contradecían las decisiones adoptadas varias semanas antes... Vamos, que ahora el interior del recinto hospitalario, en lo que se refiere a contagios, puede que sea ALGO más seguro que si estuvieras en el exterior.

Todo eso gracias a las mascarillas prestadas.

Pero, aún así, cuando entro al cuarto de baño, no hay mascarilla para mí. Y no me quejo, porque, de hecho, me parecen innecesarias cuando se tiene cultura - pero sólo daba una nota de color al cinismo de la dirección.

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Aún así los poderes intermedios se saltan algunos protocolos en virtud de cuál es mi función en el hospital - y me permiten el paso al cuarto de baño con un control más laxo, otro me ofreció guantes al tener él de sobra, etc...

Sea como sea, hoy ha sido un día hermosísimo nada más salir de mi casa y me siento..., un privilegiado al poder tener derecho a pasearme durante kilómetros para contemplarlo mientras camino, como siempre, a marcha de legionario.

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Y es que ayer tomé una decisión: probé este mes a enchufarme a Disney+. A ver qué tal. Y encontré un documental que me dejó estupefacto sobre el verdadero rostro de Walt Disney: resulta que los ingenieros de Disney influenciaron a los ingenieros japoneses antes de que el partido comunista revolucionara Japón.

Es decir, el sistema Toyota tiene un antecedente: la creación del Disneyland Tokio. Y eso era algo que no sabía. Un visionario japonés, debido al arraigo histórico de las películas de Disney, decidió poner toda la carne en el asador y arriesgarlo todo y más para conseguir traer Disneylandia a Japón. Y curiosamente fue un acierto, primero a largo plazo y después..., para cuando esos ingenieros se quedaran en el paro..., sospecho que a muy largo plazo.

Ese espíritu de trabajo que tenían los de la secta que vestían de rojo y que se juntaron muchos ingenieros y cosas así..., se observó dentro de la empresa Disney - fue el secreto de su éxito. Por un lado, Disney inició un proyecto absurdamente soso pero, como se rodeó de críticos con ganas de aportar y no hubo toxicidades aparentes, el proyecto se fue transformando al mismo tiempo que se iba construyendo. Me parece fascinante esa manera de tirarse al vacío y tejerse el paracaídas mientras tanto.

De no haber conseguido su objetivo, no sabríamos de Disney. Pero tampoco del sistema Toyota. Por lo que tampoco de la Calidad Total. Puede que la revolución del mercadeo se hubiera quedado en la nada. Puede que entonces yo, de adolescente, no hubiera tenido suficiente peso con mis consejos de calidad y entonces nadie me hubiera hecho caso - y nadie habría sabido de mí. O habría hablado bien de mí.

Eso fue lo que me maravilló siempre de Japón. De hecho, fue la Sirenita y sus ojos descomunales los que provocaron el nacimiento del manga, con el sello japonés de la idea que tienen de lo que es una imagen en movimiento...

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Escribo esto y no veo ni un alma. Parece que la gente se mueve por picos de días, creía que era por la lluvia. Quizá es cierto que ayer los policías estuvieron espantando a la gente. No lo sé. Hay una manera correcta de hacer las cosas, nos lo dice la historia, y es en torno a hacer las cosas como exactamente se hayan establecido que se tienen que hacer. Cuando dejamos que hayan iniciativas no cubiertas siempre se les puede permitir a los profesionales que se muevan dentro de sus competencias. Pero también hay que ser inflexible con aquellos que no aportan nada bueno - ser un mal gobernante te puede llevar a tu empresa al fracaso.

Hay que aprender de los grandes porque, para cumplir con las espectativas, hay que cumplir con los estándares.

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Vale, acabo de darme cuenta: si no hay un alma es porque hoy es el día de la patrona de la ciudad - y he abierto el negocio. Me la estoy jugando..., ya veré cómo salgo de ésta. Pero hasta ahora nadie me ha dicho nada.


miércoles, 1 de abril de 2020

Llega el mayor de los retos

"Pues haber estudiáo", "Pues trabaja en el campo", "Pues haber invertío", "Pues eso es que eres mal empresario", "Al menos eres hombre..."

Son las frases a las que muchos se habrán acostumbrado a decir. Cuando, de todas esas, la única que tiene alguna base es el hecho de que sí, soy un hombre, con todas las trabas que eso supone administrativamente, las discriminaciones a las que me veo sometido, la ausencia de ayudas y, cómo no, de avales o posibilidad de inversión.

Mis estudios son más profundos que los de la mayoría, pero no en el sentido oficial porque ya se encargaron las mafias académicas de sacarme de la carretera. Mis investigaciones no son sólo teóricas, sino también prácticas e innovadoras. Además de útiles y baratas de comprobar. Lo que sí es difícil es encontrar trabajo en el campo: ¿para qué contratar a un blanquito que te "exigirá" pagos a la seguridad social y tendrá contingencias comunes? A saber los motivos, pero el hecho consumado es que dudo que incluso los inmigrantes tengan tantas posibilidades buscando trabajo en el campo. Luego está la inversión: lo hice en Febrero, a principios, sin saber lo que me vendría después. Cuando llegó marzo me eché las manos a la cabeza, pero pensé que el hospital no haría burradas..., me equivoqué. El problema es que el director de la gestión hospitalaria no "hubo estudiao", y lo mismo con el ministro que gestiona la alarma. Si las direcciones no cumplen con las normativas la gestión siempre será un caos.

Y nada de eso me hace un mal empresario. Me hace destacar entre la idiocracia como alguien que va contracorriente. Y en estos momentos no tengo ningún grupo o ideología al que acogerme.

Llega el mayor de los retos para mí: ¿liquidación o aguantar? Este mes va a ser decisivo. Con el hecho consumado de que si el hospital puede saltarse las normativas a la torera sin rendir cuentas ante nadie entonces nunca me convendrá aguantar, pues mi kiosko siempre saldrá mal parado. Me han despreciado, han intentado humillarme psicológicamente..., se habrán reído. Y, lo que es peor, lo hicieron porque había mucho político detrás que no "hubo estudiao". Rodeado de imbéciles, a más no poder.

Puedo tomarme este mes como unas vacaciones lúgubres. Mientras sospecho que los que se apelotonan en el hospital bien podrían estar más expuestos que los pocos que salen del recinto, donde está mi kiosko. Cuando llega la hora de cerrar y llego a casa me quedo en blanco: no tengo nada que hacer. No tengo fuerzas para nada. Estoy muerto.

Todos los proyectos que tengo no tienen ningún valor cuando no tienen destinatario, beneficiario. Ése es el mayor de los retos: buscarle un beneficiario a lo que tenga que hacer. Este mes va a ser un mes muerto y si culmino un producto final perfecto y con lacito en su cajita, y el destinatario vuelve a ignorarlo... Creo que ya no tengo fuerzas para meter nada en ninguna clase de caja.

Me veo hablando solo mientras vengo, con mucha fuerza e ilusión en el desarrollo de conceptos, en la memoria. De cuando hablaba con gente, me relacionaba. Es increible lo que me apego a cualquier clase de clavo ardiendo. No es que estuviera rodeado de aquellos que quisieran apoyarme. Alguno habrá..., justo los que están envueltos en problemas sociales demasiado complejos como para que quiera involucrarme en su mundo.

Puedo dedicar este mes para purgar lo que queda de esta tienda. Para eliminar lo que queda de lo que jamás será vendido. Puliendo y puliendo quizá descubra cuál es el último tramo por recorrer. Pero no basta con decir que debo pensar sólo en mí: es absurdo.

Tengo demasiadas cosas hechas que aportan y hay demasiados escollos humanos a los que les molestaría que se innovara en esos temas.

¿Cuántos habrá como yo?

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Debo admitir que igual que esta vida me ha salido falluta, considerando que es la única, aún no puedo quejarme con respecto a otros cuyo día a día es la indigencia. Y lo estoy pensado: quizá sea este mes cuando se me despejen todas las dudas sobre mi futuro - me refiero a morir en la indigencia.

Estoy poniendo demandas de empleo por dóndesea. Pero sospecho que yo, con 42 años, habré perdido el atractivo para muchos ofertantes.

¿Aprovechar para hacerme un art-book este mes? Algo que me posicione como informático. Que defina mi perfil para aquellos que no saben leer currículos (los que se encargan de decidir el puesto en las empresas).

También he pensado en hacerme un viaje definitivo a Japón..., y marcarme una conferencia. Pero para pegarme el viaje antes tendría que saber si sería capaz de organizarme la conferencia..., porque por correo electrónico no te responden los hoteles. Si ya eres cliente..., ¿cómo haría publicidad de la misma? ¿Con folletos en los campus o en el barrio tecnológico? ¿Dejarían pegar carteles en sus puertas? ¿Contratar a un friki para que los reparta vestido de lolita? ¿Qué pondría el folleto? ¿Cómo se expondría?

Uhmm..., estaba pensando en el anillo único..., mi tesoro... Podría exponer el bitcoin... No. No está bien.

Pienso también en el Mana Project. Si este proyecto sale adelante la economía mundial podría sanearse. Bien podría ver de qué manera aportar algo... O también buscar la manera de apartarme más de ese proyecto, porque está claro que los que quieren joderme lo harán a todo lo que se me acerque.

Y no saben que algunos somos muy vitales para que todo funcione.

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Llega el mayor de los retos: descubrir cuál es. Esperar y ser estoico. Dejar que la vida fluya porque no puedo ser protagonista de lo que sucede. Hay que ser muy idiota como para ser protagonista, porque la gestión se está llevando evidentemente mal. Así que me tocará esperar ¿Acaso puedo elegir?





lunes, 30 de marzo de 2020

La filosofía que me apacigua

Tras darle vueltas y vueltas, cada vez que intento motivarme para llevar a cabo un proyecto siempre se me cruza por la mente un agresor de Hacienda, o algún administrador facha hijo de papá que quiera aparecer sólo para hacer posible alguna clase de jodienda..., lo único que me tranquiliza es recordar un principio: esto no es una democracia, el poder no está en el pueblo y, además, los idiotas están en el poder gracias a preceptos basados en la apariencia.

Si algo no tiene solución, ¿por qué cabrearse? Si tiene solución, ¿por qué cabrearse?

Mis enfados me han levantado de la cama, con esa sensación de impotencia porque son proyectos que no serían realizables ante un estado tan corrupto. Entonces, siempre tengo la oportunidad de tranquilizarme. No puedo denunciar la corrupción en Hacienda. No puedo denunciar la corrupción en el Hospital. Entonces, ya está. Lo asumo. Tampoco puedo denunciar la corrupción del sistema académico. Tampoco puedo denunciar la corrupción de los centros de investigación. Pero ya está. A otra cosa. Has vivido un engaño. Pero no pasa nada. Vuelve a la cama.

Y justo cuando consigo conciliar el sueño, suena el despertador.

Por eso odio los Domingos: porque cuando existen te planteas la posibilidad de que hoy no sea Lunes. Y era Lunes.

Ayer estuve bloqueado debido a la apatía de no ver para qué me pongo a hacer proyectos de nada. Aún así diseñé un nuevo juego de salón, para la familia. Para todos los niveles. Luego me planteé si una familia de cultura baja podría jugarlo, sin llevarse los trastos a la cabeza en el instante de que algún alfa se sintiera dolido..., y poco a poco abandoné a la hora de poner todas las reglas punto por punto. Rehusé de maquetarlo del todo.

¿Proyectos ilusionantes? ¿Dónde?

El juego podía jugarse de manera cooperativa, o competitiva. Incorporaba los elementos propios de las aventuras gráficas, pero sin necesidad de electricidad, ni calculadora. Sólo cuadernos y bolígrafos; si eso un tablero de ajedrez, o soporte físico donde colocar fichas.

Me gustaban las habilidades que se potenciaban: orientación, sensación de viajar, indagación sobre dónde se encuentra cierto objeto... Ideal para los que vivan un confinamiento. Pero claro..., ¿cómo lo pondría en conocimiento?

Me puse a leer unos artículos sobre etnología, filología..., y redescubrí el mundo de las letras para mí. Resulta que he comprobado porqué Propp no es tan famoso más allá de su mundo técnico: resulta que dio en el clavo, principalmente, en lo referente a las religiones y los cuentos. Y eso molesta..., a un religioso.

Quise seguir investigando con esos documentos que me había bajado para la cuarentena del Domingo, y efectivamente: también teníamos la figura de un tal Muller, quizá el máximo esponente en el tema de la mitología comparada. Si hay que atacar a alguien, que sea a Muller y, efectivamente, a través de ad hominem los etnólogos se quedan satisfechos. Jamás se les perdonará a algunos el querer trivializar el origen de la fe...

Y es que los detractores de Propp o Muller, y derivados, nunca admitirán la verdadera razón de porqué usan esos sesgos cognitivos, o por qué se preocupan tanto por temas accesorios. A falta de razonamientos necesitaría buscar una motivación..., y la única que encuentro es la de la propaganda religiosa, el sentimiento interno de no querer abandonar la autenticidad de su fe: creer que el que sigue a una deidad es por alguna clase de exposición original en algunos casos.

Muller llegó a sostener algo inaceptable: que no es que se rija la gente por muchos o pocos dioses, que en realidad cada cual tenía su propia idea de deificación y, de ahí, podía entrar o no en convivencia con otras ideas de otros dioses. La posición de la fe, por otro lado, de los proppianos cabe esperar que sea incluso aún más jocosa: ya que Propp era un ruso, y se le llegó a acusar de seguirle el juego al estalinismo..., como si esa acusación se pudiera sostener leyendo su obra.

Las raíces del cuento, la razón por la cual existe, no estaré de acuerdo con lo expuesto por ambos sujetos, pero sí es cierto que mi explicación puede partir como base de sus afirmaciones. Porque pensar que todos los cuentos vienen de la India, sin más, o darle un carácter más romántico...

Es interesante la aportación que le hace Muller al origen del mito, concretamente: la creencia de que nombres como Zeus, Afrodita, etc..., pudieran provenir de un intento romántico de explicar los fenómenos de la naturaleza, cometiendo licencias lingüísticas que se irían perdiendo. Las evidencias de que eso deba ser así no se remontaría por necesidad en lo que se sepa de griego, sino en el hecho consumado de que se puede encontrar en casi todas las lenguas indicios de cosas "por el estilo". Es decir, eso en concreto yo no lo defendería, pero algo por el estilo sí y con todas las letras.

Por eso, centrarse en las leyes naturales exclusivamente no es suficiente para explicar el origen del mito; pero aún así, hay una muy buena base para empezar la discusión.

El problema es que los etnólogos, en cuanto a que sean religiosos, nunca aceptarán el verdadero origen de la inteligencia, la fe, la razón... En cuanto se empiece a desarrollar dos o tres conceptos cortarán la baraja - será imposible compartir ideas, aprender, depurar. A Muller, por ejemplo, le faltó depurar sus tesis sobre el origen del mito; a Propp sus tesis sobre el origen del cuento desde el mito. Pero nadie quería hablar con ellos, eran unos..., ¿apestados? Unos ateos.

Cuando un ateo da en el blanco se convierte en el objetivo de los religiosos. Le pasó a Simone de Beauvoir: el zenit del ateísmo a través del existencialismo. Las feminazis buscarán cualquier medio para silenciar su obra: necesitan el dogmatismo, la demencia..., el victimismo que las hace dependientes del primer sexo, el del varón.

Entonces yo me quejaba de los informáticos, los matemáticos, porque se comportaban como idiotas; sin embargo, la tarde anterior a esta noche fatídica, observé otros dos nombres a la lista de los malditos. Mientras Propp esté enclaustrado en sus cuentos nadie se planteará el carácter automático de los mismos, la poca originalidad que representan y, por tanto, lo poco interesante que pueda resultar el inventario humano a la hora de crear historias. De la misma manera, mientras puedan desprestigiar los errores humanos de Muller, por efecto halo se podrá hacer creer que todo el imaginario creado en torno a la figura de, por ejemplo, Jesús de Nazaret era real..., es decir, que la propaganda cristiana podría valerse de desprestigiar a científicos, quemarlos en otra clase de hoguera... Poder confundir al personaje con el histórico.

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He pensado que podría convertirme en uno de esos para los de letras también. Me refiero en un apestado. Podría escribir la teoría del género único de manera que echen espuma por la boca: "Cuando éramos máquinas". Y acto seguido rescatar a Propp, Muller, mezclarlo con Campbell... Tendré que buscar a un ruso que empieza por A y tirar de su clasificación. Hasta ahora la clasificación de historias que yo conocía era la que correspondía con Murcia (con eso me bastaba para hacer mis propios estudios), pero si quiero globalizar mis resultados tendré que buscar otros esquemas más usados globalmente.

También me he visto a mí mismo haciendo alguna conferencia con respecto a este tema. Quizá tire más que una de tecnología..., pero, por otro lado, ¿si viajara a Japón sería capaz de hacer una conferencia en japonés sobre mi tecnología? Bien podría preparar las diapositivas de cara a cuando acaben las cuarentenas y, para celebrarlo, costearme mi propia conferencia. Aunque, para hacer una conferencia hace falta lo más difícil y con diferencia: público.

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Mientras venía andando al kiosko recuerdo que había varias cosas que me asaltaban la cabeza. Sin embargo, la razón por la cual me asaltaban era porque me decepciona el mundo que me ha tocado vivir. Juntar a dos personas con buena fe que puedan depurarse puede ser tan sencillo como que encuentren ese tema de conversación en el que son expertos exclusivos y, al mismo tiempo, que cada término que usen posea un equivalente en el lenguaje del otro.

Me pregunto con respecto a esto tantas cosas..., sobre si hay gente así, si los centros de investigación buscan que jamás se produzca, si hay especiales malas intenciones en lo académico...

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Cuando observo los detractores de Muller y Propp observo con especial desazón cómo sostienen una teoría aberrante: defienden el cuento mediante los arquetipos marcados por el psicoanálisis y, además, acaban entrando en discusión sobre "el complejo de Edipo".

Desplazar el cuento de la filología a la psicología y, peor aún, a una psicología ocultista y sin fundamento científico, es el gran fracaso de la etnología ¿Cómo estudiar los pueblos a partir de la visión personal de unos señores que dicen ser psicólogos? ¿No se dan cuenta de que ese enfoque personal no es sino un arquetipo creado desde sus ojos occidentales?

Un ejemplo clarísimo del reducido nivel de basura en el que nos enfrentamos es el cómo debaten sobre lo que llaman "el complejo de Edipo". No podré alardear de haber conocido en persona al autor de la obra que narra el drama vivido por ese personaje, pero de haber sido yo el autor me parecería aberrante todo lo que se estuvo diciendo del personaje desde Freud.

Lo primero que haré será reducir la historia de Edipo a lo siguiente: trata de un niño al que profetizan que matará a su padre y se acostará con su madre así que, por avatares y dramas griegos, a pesar de que intentan evitarlo a toda costa acaba haciéndolo y, para cuando descubre la verdad, él mismo se arranca los ojos".

Los distintos análisis que se hacen, hasta el punto de hablar de un complejo de Edipo, ya digo: enfermizos. Peor aún si quieren basarse en tales análisis para intentar darle explicación al origen del cuento.

Mi análisis es diferente: la historia trata de montar el drama más inasumible y enervante que ninguna persona pudiera soportar; en una sociedad patriarcal sería (querer y hacer) matar al padre y, además, tener relaciones sexuales con tu propia madre. De hecho, para expresar lo enervante de la obra, el autor incorpora que el personaje se quiera arrancar los ojos: en señal de que es imposible que a nadie le guste experimentar algo tan asqueroso. Ironía maravillosa para una obra tan taquillera.

Pues bien. El complejo de Edipo da a entender que el hijo odia al padre, ama a la madre, u otros etcéteras..., pasando por teorías de que los padres quieren hacer sexo con los hijos o asuntos varios.

Mi interpretación sobre varones que se relacionan con sus madres mejor que con sus padres, y viceversa con las mujeres, es que los adultos suelen proyectar sobre sus hijos el cómo vivieron ellos su juventud - por lo que el padre será más duro con el varón y la madre con la hija. De la misma manera, en una sociedad machista la madre "tiene que" motivar al niño más que a la niña, por lo que el padre, al ser de una sociedad "igualitaria", necesitará motivar más a la niña... Obviamente, sólo el Patriarcado puede ser machista e igualitario a la vez [si alguien no lo entiende que lea "El segundo sexo"].

Así, si un psicólogo tiene la peculiar defensa de que los niños quieren más a las madres que a los padres, o cosas extrañas, antes debería de superar la carga de la prueba: porque el complejo de Edipo tiene formato de patología, y se ha escrito mucho más de lo que se han preocupado sus defensores de evidenciarlo.

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En definitiva. Si me metiera en el campo de "los cuentos" sé que podría aportar algunas cosas nuevas; para empezar nuevos matices sobre el origen del cuento, que no es exactamente un origen - yo me centraría en el origen de los cuatro corpus del cuento: el origen de los estereotipos, de los idealismos, de los pragmatismos y las justificaciones. Y, de la misma manera, en vez de centrarme en el origen del mito dentro de los fenómenos naturales, me fijaría más bien en la clasificación de los distintos tipos de religiones, con sus ritos o doctrinas, para así depurar qué se sale de esa literatura de dogmas y réplicas.


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