sábado, 14 de noviembre de 2020

El dios de la lluvia existe.

La estadística es un estudio que trasciende a la capacidad que tiene el ser humano para razonar. Por encima de nuestra intuición, es capaz de argumentar resultados inesperados no fácilmente inferibles por otros lenguajes.

Creo que nadie podría negarme la posibilidad de que puedan haber muchas personas, un contingente, que desde el día en el que nacieron la mayor parte de su tiempo sólo hayan visto un tiempo lluvioso siempre que salían de casa. Es probable que existan lugares donde el clima pueda ser lluvioso la mayor parte del tiempo, igual que hay personas cuya libertad puede verse coaccionada por su salud, por su dinero o por su falta de amor propio.

Así que si jugamos con ese contingente, ¿acaso no sería posible pensar en la existencia de una persona que, llegada a la edad de un adulto, sólo fuera capaz de experimentar al salir a la calle un clima lluvioso? Los requisitos para que se den una circunstancia así sólo es superpoblación y capitalismo.

Estaría bien que, de vez en cuando, nos pudiéramos parar a pensar sobre la existencia de tales dioses: pues son criaturas meméticas que trascienden a nuestra cultura y representan un recurso literario de un poder inconmensurable para darle lecciones a nuestra civilización. El dios de la lluvia no es sino el perfecto proletario: un señor que es víctima del sistema social al que pertenece y no ha encontrado la manera de pensar que podría liberarse de su propia jaula.

Cuando "el burgués" se encargó de hacernos creer que éramos libres en realidad externalizó sus problemas a terceros. Tan pronto como se enorgullece de lo que tiene se olvida de a quién se lo arrebata, y es entonces cuando el perfecto proletario agacha la cabeza y piensa con esa falta de amor propio que quizá sus defectos le sean propios y aplicables por su propio destino.

En cuanto existe un contingente de personas afectadas por la injusticia del sistema siempre existirá un máximo representante que mostrará las vergüenzas de la sociedad aplicadas sobre un ser humano para convertirlo en un completo dios: en un martir. 

Y es esa la sensación que nos debe quedar cuando vemos un indigente en la calle, que hable cinco idiomas. Cuando observemos un niño moribundo en África citando a Platón sin conocerlo. Cuando veamos a un niño muy pequeño de la clase media, con sus zapatos de pequeño burgués, ahogado y tirado en una playa para abandonarlo a su suerte lejos de los cadáveres de sus padres que huían de una guerra que no les incumbía.

Se convierten en iconos de la sociedad, en elementos que son intercambiables como los cromos. Se convierten en referencias para saber cuál debe ser el objeto de nuestro arrepentimiento, o el objeto de nuestra necesidad de cambio para alcanzar la heroicidad. Se mantendrán en el tiempo con los eones, no perderán su rigor y la estadística avalará su existencia en mundos injustos, incivilizados, impropios, ruínes...

Como si fuera una historia vivida por el Principito, el dios de la lluvia encabezará a esos vivos pródigos hacia un lugar donde conformarán el cuerpo del templo del que siempre está insistiendo, del obcecado, del vivo absurdo, el necio, el incapaz, el atormentado, el absurdo, el ¿tonto?, no..., me caen bien los tontos..., el autoembrutecido, el orgulloso de su propia torpeza... Cada criatura viva que pretenda valerse de estos iconos sin sacarles provecho en realidad hará arrodillar a su propia alma por debajo de su falta de criterio.

Esos que dañas, esos que atormentas, esos apartas y que crees que no te afecta..., el dios de la lluvia existe y algún día te lo cruzarás por un camino lluvioso y ni te imaginarás de porqué sufre ese ser por tu culpa.

La estadística es maravillosa.


viernes, 13 de noviembre de 2020

No se puede modelar la legitimidad de un empujón

El cielo sólo se conquista mediante asalto: los partidos políticos no son la solución, y hace falta buscar fórmulas para que la gente sea consciente de que están siendo arrastrados hacia su propia infelicidad.

Puedes ser un experto en creación de partidos que acabarán gobernando en una socialdemocracia, ser un experto en memes, en cultura, conocer a los más grandes, haber bebido de pequeño de todos ellos... Puedes conseguir una hucha infinita de dinero incluso, que el problema no está ahí: cuando el líder del partido se corrompe no podrá echarle la culpa a su familia, de Principios recios, no podrá echarle la culpa sus maestros... Toda esa gente fue más coherente que él mismo.

Tampoco podrá echarle la culpa a su idea de amistad, pues los hay que entran en política para acabar con sus propios amigos, y la ley natural le dice que no hizo bien. Se corrompen por la envidia, y no podrán echarle la culpa al experto que les señaló el camino del éxito. Porque vimos incluso cómo su serie favorita era una advertencia a la idea de sucumbir a la tiranía, y no fue capaz de pillar el concepto.

Una y otra vez, se puede acusar a un mal maestro o mentor de haber construido un tirano, alguien que destruyó la democracia, pero cuando observamos tanta tiranía en sujetos cultos y con una economía estable, así como con relaciones estables..., sólo podemos hacer una cosa y tomarla como conclusión definitiva: FUE EL SISTEMA. 

El sistema socialdemócrata no es capaz de conjugar el socialismo, el pacto social. No se puede crear un sistema representativo porque los partidos políticos necesitan capitalizar los principios a través de los grupos de presión y, aun cuando científicamente se observe que no son representativos de los problemas de la sociedad, aún se seguirán manteniendo esos grupos de presión sólo porque consiguen dar votos.

Entonces es cuando observamos que para que haya democracia desde una socialdemocracia se debe pasar por una fase de revolución: empujar a la sociedad más allá de su idea moral de lo que es legítimo. Cuando una ley es injusta lo legítimo es no aplicarla, o así decía Mandela. 

Dicho esto, dirá el periodista: ¿y quien vigila entonces al vigilante? Las leyes y la constitución de una orgánica democrática es lo que debe perseguirse, cuando observamos una desvinculación con la soberanía popular es cuando debemos adoptar decisiones que no se pueden entender desde la parte teórica.

Recuerdo un politólogo que decía: ¿cuál es el proceso constituyente que genera el proceso constituyente? Tal como veo las cosas este politólogo no entiende qué es una revolución: si es cierto que los esquemas actuales pueden representar filedignamente la legitimidad democrática entonces una mera asociación sería suficiente para crear las fórmulas pertinentes. Y que sea la democracia de esa sociedad la que decida las fórmulas del proceso constituyente.

Sin embargo la realidad de las socialdemocracias es que las asociaciones que puedan ponerlas en peligro son convenientemente perseguidas. Es por ello que hay una idea en mente: para cada circunstancia siempre es posible tener que asumir el empujar a la sociedad en una dirección que no será formal, pero que será justificada por el momento.

En ocasiones hay que saltar hacia el invariante que buscamos: George Washintong fue un general que se ganó su posición con las armas. En una monarquía poca importancia podría dársele a sus pretensiones de ser elegido por los suyos; lo primero era crear el estado de libertad para habilitar las votaciones. Es decir, primero hay que empujar a la sociedad, y después se ponen las urnas.

De la misma manera, igual que los procesos revolucionarios son empíricos, también ocurre que tienen ligados pares de conceptos como tenebrismo/terrorismo, donde el matiz está en el daño que se está dispuesto a asumir. No es lo mismo empujar que agredir, no es lo mismo olvidar que manipular... Y el matiz está en la manera que se tiene de definir el extremismo.

Cuando un maestro te enseña unos preceptos morales que superan los preceptos de tus padres, de tu patria, tus chovinismos..., es entonces cuando como alumno tienes dos caminos: o asumes las ideas para sustituir a tu maestro con sabiduría maquiavélica, o te vuelves un tirano. Y es que todo acto de maniobra que intente doblegar la moral para Maquiavelo tenía siempre por objeto la nobleza de hacer posible el gobierno de una república - y la república para Maquiavelo no era el gobierno de unos pocos, sino la habilitación de que las familias pudieran gobernarse de manera autóctona con respecto a sus gobernantes: soberanía, democracia...

Ser comunista es hoy día un acto de por sí revolucionario, no por tener tales pensamientos que, por cómo habla la gente, son compartidos por ciertas mayorías, sino por hacer el acto reivindicativo de saber hacer una recopilación histórica. El acto revolucionario de mostrar las manipulaciones y engaños que la moralidad se ha preocupado de crear con su Santa Desvergüenza, sin que la gente sea consciente de que Dios no está en más partes que el Hierofante de turno. Es otra mentira que nadie asume que repite.

¿Pero cómo se corta la parte ponzoñosa de una mordedura? No se trata de matar a la serpiente que ya te ha mordido. La ponzoña se extrae localizando la mordedura y chupando hasta que el sistema esté limpio. Por lo que hay que reconocer las tres características:

1) Reconocer dónde extraer.

2) Empujar asumiendo la pérdida de plasma.

3) Reconocer cuándo se ha ido la ponzoña.

En una ocasión fui al 15M y los de la cúpula quisieron hacerme un test para comprobar si yo era de confianza para llevar a cabo planes ejecutivos. Según parece no superé el test, y cuando me preguntaron por la idoniedad del test les dije que me parecía adecuado: la necesidad de una cúpula exige unos mecanismos de purga eficientes e impolutos. No hay serpiente venenosa que pueda extraer el veneno de otra serpiente venenosa.


jueves, 12 de noviembre de 2020

Gobierno y Monarquía

 Toca tragar, en muchos aspectos. Y la monarquía es una de esas cosas que menos me molestan. Y en esta entrada explicaré el porqué.

A mí me tocó este blog, con este diseño que no me gusta. No es flexible en muchos aspectos: prefiero el blog de luces y espectros que tengo: donde los títulos llaman la atención y pueden ser escogidos por su gancho. En este blog estás obligado a tener que adivinar el número del día dentro del mes. Así que, por mi parte, tocaría tragar. Quizá, si me hiciera blogger de verdad, me preocuparía de crear otro blog, y otro, y otro..., cada uno para el tipo de entrada para la que estuviera mejor condicionada dentro de la estructura de diseño de ese blog. Ahora bien, se ve que no voy a dedicarme profesionalmente a esto. Y eso es, entre otras cosas, porque el sistema de alta publicitaria de Google es un completo caos.

Pero voy a lo que voy: la monarquía todos sabemos lo que es, es el gobierno de uno solo. Ahora bien, históricamente las monarquías son todas hereditarias, porque parten del ejercicio de gobernar un reino, que sería patrimonio de la familia real. Y, claro, como ya dije: la defensa de la familia, o del patrimonio, se pueden hacer incompatibles con el liberalismo cuando se quieren defender dosis de meritocracia dentro del sistema. Eso mismo es lo que expliqué el último November The Fifth, Remember, Remember...

Así que el rey hereda la corona porque es el gran patriarca, defensor de la familia y de la propiedad privada. Porque es así como lo quiere la gente: quiere que la familia, y la propiedad sean defendidos como valores dentro del sistema..., dentro del reino, no será dentro de la democracia, claro.

 Pero, al mismo tiempo, mucha gente no quiere defender la idea de una monarquía. Tan pronto como los falangistas adoraban a Franco y a su puñetera familia burguesa, tan pronto como aceptaron los títulos autoimpuestos para convertirse en aristócratas, cambiar la historia, crearse una heráldica..., luego vuelven a querer defender valores liberales, no quieren reconocer conceptos nobiliarios - siempre y cuando se les respete sus tierras, propiedades, herencias familiares...

Así que me saltaré a los hijos de Primo, esos hijos de P no tienen criterio. 

Lo más importante a la hora de defender un discurso programático es defender una orgánica que justifique la idea de meritocracia: justo y exactamente lo que Primo de Rivera nunca hizo. Lo remarcaré aquí y siempre, para que quede claro dónde está mi crítica. Que no me venga nadie con atar perros con longaniza, que eso lo podemos prometer todos - sólo que a algunos se nos caería la cara de vergüenza.

Volviendo a la realidad, cuando veo que hay gente que a día de hoy sigue demandando la necesidad de un poder ejecutivo lo que veo es:

a) el miedo a que el ejecutivo controle al judicial al estar fusionados

b) el deseo de ofrecer soluciones más eficientes que las asamblearias

c) tener un chivo expiatorio sobre el que echar todas las culpas

d) tener un referente que será protagonista de nuestros éxitos y fracasos como colectivo

Cualquiera de las cuatro situaciones anteriores sucumben, tal como lo veo, en una falacia.

Empezaremos por el final, de más fácil a más difícil...

 

Tener un referente que será protagonista de nuestros éxitos y fracasos como colectivo

Los políticos no son referente de nada. El poder ejecutivo sólo es referente de sí mismo. Cada cual está en el poder sólo para su propio beneficio. Algunas personas quisieran poner a otro chimpancé con el que sentirse identificado, para despotricar contra el chivo expiatorio que representa el bando contrario. Y es sencillo: si eres conservador el tuyo es tonto y el contrario es un bueno para nada, si eres progresista el tuyo es un simpático y el contrario es un genio del mal. Estos enfoques son patéticos porque no son meritocráticos, ni representativos..., salvo de la moralidad polarizada de la gente. No son un reflejo de la sociedad, es una proyección que emite la sociedad a partir de su visión superficial que tienen de la política.

Y además es tremendamente previsible.


Tener un chivo expiatorio sobre el que echar todas las culpas

Muchos quieren que exista un poder ejecutivo para poder despotricar contra alguien. Sin embargo eso es lo mismo a tener que admitir que existe un problema en nuestro colectivo y que no quieren abordar. Una sociedad meritocrática y justa procura valerse de los poderes constituidos para darles uso, no para convertirlos en la putita de los medios. Los políticos no son los encargados de azuzarnos, de dirigir la ventana de Overton, no son los que nos darán una de cal y otra de arena para que nos impliquemos en Política como el experimento de Skinner..., todo eso es circunstancial, y existe para que se mantenga la clase política: si no existiera el líder de la oposición no existiría tampoco el líder político de tu partido.

Dejarse llevar por esta creencia nos acerca a las bestias.

 

El deseo de ofrecer soluciones más eficientes que las asamblearias

Ya lo decía Rousseau: la monarquía es más eficiente que la asamblea. Pero eso no quiere decir que debamos tirar la toalla: ¿qué modelo de Iphone tenía Rousseau? Las cosas como son, hoy día tenemos tecnología, hemos revolucionado el mercadeo con las ideas de calidad total, las máquinas pueden pensar de manera más eficiente que las personas, etc... Algunas ideas hay que revisarlas: ¿qué entendemos por ser eficientes? ¿Es un problema exclusivamente humano o se puede automatizar? Hay que hablarlo con los informáticos y los politólogos. Según el caso, las soluciones más eficientes son las que aporta el técnico, el experto..., que será contratado por la asamblea de manera temporal y controlada. No hace falta un Gobierno permanente si ya tenemos unos legisladores y unos jueces que dirijan el cotarro ¿O acaso lo que queremos es que se siga manteniendo la red clientelar y la jerarquía de inútiles que no rinden cuentas por su trabajo?

Ese pensamiento es de vendidos y cobardes.

 

El miedo a que el ejecutivo controle al judicial al estar fusionados

Acabar con el poder ejecutivo implica que las decisiones ejecutivas serán tomadas según las leyes por juristas y, por tanto, será aplicable jurisprudencia y una arbitrariedad según corresponda de manera trasparente. Tener miedo a que el ejecutivo sea controlado por el judicial es algo que los cartageneros lo conocemos de primera mano: La Asamblea Regional aprobó pedir una provincia para Cartagena y un único murciano fue suficiente para tumbar el derecho de petición sin necesidad de fundamentar jurídicamente nada. Lo que hace que la ley no se cumpla no es la fusión de poderes, sino la no ejecución de las leyes. Un juez puede controlar a un juez con independencia. El poder judicial puede ser auditado por el pueblo mediante referendo, y el juicio de un tribunal puede ser vetado por un jurado espectador activo al que no le convenza las formas. No es un problema de separación de poderes, sino de fe en cómo funciona la Justicia y cómo es contemplada por el Pueblo.

Quien teme esto es porque no se fía del Pueblo.

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Pero si hay gente de quien sí que no me fío es de los gobernantes. Los que gobiernan deberían someterse a una cadena de mando, y quienes mejor entienden las cadenas de mando son los militares. El corte y la disciplina militar implica respetar la cadena de mando por encima de tu propia vida. Quien está dispuesto a gobernar debe aceptar el gobierno de alguien que le juzga y que está por encima de él. Para el caso, la única fórmula cuando se quiere tener un presidente electo es que éste tema de los militares y, a su misma vez, que los militares sean fieles a la Corona. Es la mejor y única fórmula.

¿Y qué pasa cuando permitimos que quien tenga el control del gobierno lo tenga permanentemente por varios años y de manera incondicional? Un político sólo necesita dos legislaturas en España para jubilarse con la máxima. Lo que ocurre cuando pasan estas cosas es que los amigos que le pusieron ahí querrán su parte: ése es el problema.

Una persona que se ganó el voto privado en su partido es de las personas menos fiables a la hora de controlar el ejecutivo. Es mucho más fiable quien se ganara el puesto por motivos no meritocráticos, porque no necesitó negociar con nadie para ganárselo - como conseguir el poder hereditariamente.

Si, por el contrario, el gobernante es contratado de manera técnica y temporal, por ser de los mejores, por una asamblea entonces cada pocas semanas tendrá que rendir cuenta el gobernante por las decisiones que se le habilitó adoptar en tal situación de emergencia - y sólo podrá disponer de los recursos que los legisladores (los únicos representantes del Pueblo) le habiliten para el siguiente periodo de mandato. Un tecnócrata no debería de tener demasiado tiempo calentando el sillón del poder, porque podría condicionarlo a sus financiadores.

Y ése es el principal problema de los partidos políticos en todas las socialdemocracias: los que más cosechan votos son los que están mejor financiados, que son los que saben mejor su llegada al poder tras minar las leyes y el gobierno a favor de los tenedores de deuda, y ante el pueblo son los que mejor se adaptan con ser representante y chivo expiatorio; más allá de ellos es como si no existieran. El programa, por tanto, acaba siendo lo de menos; y la gente acaba votando con el estómago, unos pocos con el corazón y, marginalmente, alguno con la cabeza.

Ante tal despropósito las oligarquías dentro del neoliberalismo se hacen propietarias de los poderes que gobiernan los partidos políticos y, hereditariamente, van cediendo el poder a sus hijos. La socialdemocracia tiende a ser monarquías encubiertas porque, en el fondo, la monarquía, como decía Rousseau, es el modelo más eficiente que se conoce... 

Porque no se quiere habilitar un modelo asambleario.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Las Leyes se desentendieron del Derecho.

 En los años 80 los niños jugaban en las calles, y los adolescentes sólo podían disponer de libros accesibles y referencias genéricas. La generación X era muy teórica y no estaba actualizada. Cuando llegó el año 2000 los niños jugaban en las casas, y los adolescentes disponían de las leyes y noticias de actualidad al momento - los milenials dejaron la teoría y la filosofía a un lado.

Los milenials se hicieron expertos en leyes, mientras que la generación X en derecho. Ahora tenemos la generación de cristal, que es producto del desentendimiento de la generación X por entrar en el debate - la hegemonía de los grupos de presión por encima del debate de la teoría, de la lectura concienzuda. Las novelas de historia podrían haber sido un buen acicate, pero los grupos de presión también atacaron a los escritores, se emperraron. Entonces las leyes se desentendieron del derecho.

Esta es una de las razones por las cuales considero que Bernstein no tiene razón. Siempre que este hombre es citado suele listarse sus rectificaciones al marxismo de manera que la más importante se deja para el final... ¿Pueden los partidos políticos y sindicatos confluir hacia un Pacto Social?

Marx, posiblemente, habría llamado a los que respondían que sí el socialismo del pequeño burgués: porque pretende mantener los esquemas de la propiedad simplemente para acabar con el monopolio de las grandes burguesías que reparten oligopólicamente el pastel. Pero el socialismo del pequeño burgués el propio Marx lo critica como utópico; es decir, mediante medias tintas no se puede conseguir la revolución. Y, claro, la historia le contradice al mismo tiempo a la hora de buscar aliados: no eran más que pequeños burgueses.

¿Cómo hacer realidad el triunfo del proletariado? A mi juicio con el triunfo de una Internacional Comunista: haciendo que una megaasamblea defina desde los Derechos Humanos qué se entiende por el Estado y su relación con el Pueblo. Lo que muchos socialdemócratas habrían considerado que es algo fluido..., una política, una ideología... No: hay una fórmula de participación, hay mecanismos que si no se detallan lo único que se conseguirá será que el azar de la tradición marque los mecanismos de participación.

Ahí es donde coincido con Marx: es una utopía irrealizable que el pequeño burgués quiera anteponer sus ideales contaminados por la alta burguesía para recibir una parte; y lo vemos por cómo ha evolucionado la generación X y su vínculo con los milenials para influenciar a la generación de cristal.

Se creó la generación de cristal porque los grupos de presión (sindicatos y partidos políticos) hacían prevalecer sus cábalas de participación, su financiación..., poco a poco ocurría lo que ya predijo Marx con respecto al sometimiento de los medios de comunicación hacia el poder del partido, así como vemos que el poder del partido es suficiente como para influenciar en todos los poderes estatales... Bueno, en todos no: en los países monárquicos los reyes y papas pueden desmarcarse; y en EEUU, así como en países con democracia directa como Suiza, de vez en cuando aparece alguna noticia de independencia judicial ante una decisión gubernamental.

Pero lo normal es el sometimiento del gran partido a los lobbies, así como el empozoñamiento de las leyes en su hermenéutica a favor de la banca; todo esto podría haberse contenido mediante teóricos que centraran el debate en el Derecho, en la filosofía de las leyes, en la historia de la democracia... Pero estas voces fueron identificadas y apartadas del centro de atención.

Siempre era más llamativo ver a unas chicas enseñando las tetas. Pero raro era ver a algunas de ellas sentarse en plató y plantear sus posturas no digo con mesura, sino con criterio - que es distinto: se puede tener el rigor de la radicalidad ausente de extremismo, pero hay quien confunde la educación con la cultura. Y según parece vendía más educada incultura: la gente retorcida con muchas leyes, quienes se alocaban y desequilibraban el debate en direcciones absurdas pero bien expresadas. La gente asistemática que defendía preceptos egoístas destinados a desvanecerse tras olvidarse el meme.

Y es que eso es la generación de cristal: han constituido sus formas a partir de una estructura que no tiene base, que no persiste. De ahí que se ofendan por todo, son las estructuras que han prevalecido. El puto milenial ha prevalecido por encima del X, las incursiones por Internet de un chavalote le dio mil vueltas a los viajes de Willy Toledo hablando con la gente.

Al final lo que prevalece es la joya: que en realidad no es más que un valor inculcado por esos memes que se perderán con el tiempo. El miedo al comunismo o a Cuba no están fundamentados. Igual que no está fundamentada la creencia de que los partidos políticos sean representativos del pueblo, de que la financiación de partidos sea ventajosa para el Pueblo, etc...

La cosa es que legisladores e intérpretes de la ley tienen que trabajar en conjunto, porque la historia no se puede desentender de la realidad como tampoco la realidad debió desentenderse de la historia.

martes, 10 de noviembre de 2020

Otro sueño conque despierto

Creía que lo dejaba atrás: soñé que despertaba en mitad de la noche y, acto seguido, desperté en mitad de la noche.

Quizá esto me haya pasado después de que recuperara el norte. Mi nueva musa: la imagen de Eva Green en mi fondo de escritorio haciéndome el gesto de la higa. Acto seguido, en esa misma noche, quise volver a retomar mi tecnología informática allá donde lo dejé - no me puedo engañar, eso es lo que me da la vida.

Aún he podido avanzar en mi notación para estudiar qué ocurre con la clase de problemas que se pueden resolver logarítmicamente con un número polinomial de máquinas, o con esos problemas que probablemente se resuelvan en tiempo polinomial... Se me han ocurrido mejoras en la notación, formas de resolver. Pero el equipo que tengo conectado a Internet es demasiado dependiente al deep Microsoft: en cuanto mencione los servicios secretos españoles me volverán a sabotear la máquina para asumir costes económicos innecesarios.

Aunque la verdad es que, con lo poco que se consume ahora, son pocos los costes que tengo que asumir por hacerme perder el tiempo con los sabotages a mi ordenador.

Quizá el haberme dado cuenta de esa nueva realidad es lo que me ha hecho despertar del sueño para entrar en otro estado más inestable, pero que también crea resonancia entre el neocórtex y el cerebelo. Siempre he sido un especialista en creación de mundos paralelos, aunque dudo que la ciencia haya sido capaz de capturar esa doble resonancia REM.

Despertar de la inopia puede vincularse con una mayor capacitación para generar una resonancia REM..., sería digno de mención internacional quien lo descubriera. Porque es una manera de asociar lo trascendental en el mundo diurno con lo calculable en el nocturno.



lunes, 9 de noviembre de 2020

Ahora me ha dado por Eva Green

 La gente solitaria debería resignarse a limitarse por no soñar más allá de lo que le presta el mundo en el que vive. Aspirar a lo intocable, desear un mundo mejor..., eso puede estar bien, pero cuantos más años tienes más motivos te puede dar para entristecerte.

Se me ocurrió tantear Internet y me bajé una película de casualidad: "Dreamers", de uno de los más grandes directores que ha habido en la Tierra. Y se puede ver una historia muy adulta, mientras defiende esas peculiaridades absurdas contra el comunismo..., pero eso es lo de menos: la película tiene buenos mensajes. Muy bien contados.

Fue viendo esa película cuando observé a esa actriz. Ya me había dado cuenta, viendo la serie "Camelot", que Eva Green no era una mujer muy normal: como actriz presenta una imagen compleja, una forma especial de usar su cuerpo para transmitir una idea muy potente. Esos ojos que te arrastran con su carácter, entre la sorpresa y la dureza; la inocencia de sus andares, tan firmes a la vez. Bien pude darme cuenta en "The witcher" que realmente es una "tipa dura", nada sobreactuada. Muestra sus debilidades de manera convincente, para dejar llevar los sentimientos frívolos de su personaje con dureza.

Pero fue viendo "Dreamers" donde me percaté de esos atributos mejor que nunca. Y entonces se me dispararon los recuerdos, recordé la película de Tim Burton, los niños - que ahora ya habrán entrado en años. Me pasó como en su tiempo con el actor del Juego de Ender, hasta que no pasa el tiempo no me doy cuenta de su existencia..., la memoria a corto plazo, el reconocimiento de rostros..., todo eso me funciona muy mal.

Y entonces vuelvo a recordar, a darme cuenta de que no puedo vivir con nadie... Que sería una carga. Sé cuáles son mis limitaciones, puedo ser dócil con la gente a la que quiero y que me quiere. Pero vivir al límite significa no poder reconocer los mismos escenarios, las mismas personas..., y será un reto de imposible solución cuando te pongas a andar a ciegas, si pretendes hacerlo solo.

Ahora mismo nos han puesto nuevos confinamientos y nuevos muros. Y me siento bastante estúpido por todo lo que me habría gustado preguntar, vivir..., y, por otro lado, soy consciente de que no hay nada que hacer. Nunca lo hubo: ¡cómo osaría! El triunfo no es para los más listos, ni para los más fuertes, sino para los más valientes. La valentía es una manera de afrontar la cobardía y lanzarse con conocimiento de causa porque se valoró la oportunidad que supone tomar una decisión.

Sin embargo, ¿quién adopta la decisión de convertirse en una carga para nadie, en convertirse en un proyecto de futuro y un reto, en un muñeco con el que podrían jugar contigo para experimentar y mejorar como persona? Yo habría sido el entrenador personal que...

Nada me mueve en mi mundo de manera que, de manera autónoma, pueda ofrecer nada a la sociedad. Si hubiera sido lo suficientemente valiente en su tiempo habría renunciado a todos mis proyectos sólo por hacer posible una única manera de vivir.

Y eso es lo que representa para mí esos personajes. Rompen los esquemas marcados por la sociedad, están dispuestos a salir de su celda, destruyen los techos de cristal, no se conforman con lo que ven. Y se equivocan, porque son impulsivos, pero hacen lo correcto porque ése es su papel ¡Cómo me gustaría ponerme en el lugar donde deba ser impulsivo para hacer lo correcto! Poder moverme por instinto, dejarme llevar por el sentimiento.

Pero sigo tanteando racionalmente dónde está mi nicho de mercado. Sigo buscando mis alternativas de futuro mientras sigo sin encontrar futuro con mi negocio - ahora menos todavía. Me preparo para marcharme pero cualquier futuro es desesperanzador.

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Recuerdo hace años cuando un profesor de formación profesional aseveró que los trabajadores deberían de evitar entretenerse en las horas ociosas donde al jefe no se le ocurra ninguna nueva orden. Decía que si no había nada que hacer que lo que les correspondía era quedarse quietos mirando la pared.

Eso es lo que ofrece el capitalismo: convertir al ser humano en un capital más. La relación laboral, en la medida de que no ha sido correctamente bien explicada, se hiperregula en muchos aspectos que son de locos, pero se olvida el valor del trabajador como ser humano lleno de sentimientos. Potenciar a la persona hace que el trabajo sea más enriquecedor, y ahí hay un mensaje que, al menos, Bernardo Bertolucci fue capaz de observar.

Yo creo que se equivocaba al pensar que el comunismo gritaba con una única voz, porque el objeto del socialismo no es ser iguales - esa es una mala lectura de Rousseau. El objeto del socialismo consiste en que el pacto social tenga el mismo valor para todos los individuos, y me temo que es algo muy fácilmente alcanzable si se dispusiera del sistema de participación más adecuado - más apropiado para tal objetivo.

La gente no quiere participar en política, pero se obsesiona por trapitos que están llenos de consignas. Bien podrían olvidarse de esos trapos por una vez y centrarse, de vez en cuando, en definirse con respecto a qué políticas quieren, mediante democracia directa con un voto parcial y persistente. 

Esto mismo no lo contemplaba Bertolucci, para él toda revolución que recuerde al socialismo no traerá pensamientos múltiples. Pero como él mucha gente piensa igual. Es un grandísimo director, pero no ha encontrado a su par: quien le cuestione.

En la película anterior a la suya "Requiem for a dream", otro director aprovechó para lanzar otro mensaje: la sociedad puede sucumbir a las adicciones, pero si la gente se mantuviera unida sabría complementarse porque todos buscamos lo mismo. 

Y eso no nos convierte en "iguales". Cuando buscamos lo mismo es porque somos en sí diferentes, pero nuestro papel de para-sí es también diferente para encontrarnos en un mismo punto: el puñetero pacto social. Y ese pacto debe ser redactado por todos, complementándonos, de manera que todos y cada uno pueda poner su pequeño granito. No es tan difícil, y no contradice al socialismo.

Bertolucci hizo un alegato por el cine y las discrepancias que allí se encuentran, la capacidad para albergar distintos conocimientos, culturas, ideas..., distintas voces que perduran más allá por todos los tiempos.

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Cuando algunos construimos el proyecto de Podemos, recuerdo que no quise ser valiente y aceptar la posibilidad de que él se convirtiera en mala persona. Le apoyé desde el minuto uno para que se hiciera famoso en las televisiones, pero en mi interior mi otro yo me decía: "te va a traicionar". Pasaron los años y me creé planes para cuando me traicionara, mi alter ego se preocupaba por mí, porque mi memoria a largo plazo funciona diferente dependiendo de con quién estoy.

Y al final ocurrió. Se trata de un principio básico, lo mismo le está pasando a Netflix: cuando un proyecto funciona siempre es posible encontrar un director de marketing al que se le ocurre una idea "brillante", cuando en realidad lo único que consigue es torcer el proyecto. 

La última vez que me suscribí a Netflix el precio me lo aumentaron 4 euros, haciendo que por otro euro más pudiera disfrutar de una serie de servicios adicionales que no necesitaba. Obviamente un servicio que no necesitaba no vale ni diez céntimos. Ahora bien, esos 4 euros de más me pesaron, me pesaron mucho, mucho, mucho, mucho..., y si no hubiera aceptado ahora mismo se me habría olvidado - pero sigo dándole vueltas. Me jode mucho esa decisión de encarecer el producto básico sin un buen motivo, que podría haber aguantado un mes sin Netflix esperando a que pusieran el precio al que estaba acostumbrado... Pero ya digo: siempre hay un director que hace el gilipoyas, en vez de dejar las cosas como estén piensa "¿puedo hacerlo? ¡pues lo hago, experimento!".

Y no son conscientes de que ganan a la corta, y enfurecen a su mercado a la larga. Y peor, el mercado que más se enfurece es el más culto que, supuestamente, es su más fructífero mercado.

Y eso mismo pasó con el partido Podemos: era un partido asambleario, sólo necesitaba un politólogo que se encargara de plasmar la voluntad de la gente mediante una democracia directa. Y observamos cómo hizo exactamente lo contrario - era exactamente lo contrario que lo que se propugnaba en el 15M.

Una traición en toda regla: ganará votos a la corta, pero enfurecerá a los suyos a la larga. Y peor, los votantes que más se enfurecen son los de izquierdas que, supuestamente, son sus más aguerridos votantes.

Quizá no pueda volver a ver a Eva Green, disfrutar de sus películas, porque dudo que quiera volver a perder mi dinero en Netflix, o quién sabe..., es una plataforma muy diversa. Quizá se me pase el enfado, no controlo mi memoria, mis compulsiones... Sólo puedo gestionarlas para llevar una vida más saludable. Y he creído encontrar la rutina que más me conviene.

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La gente aún no se da cuenta de que absolutamente todos defienden un modelo parecido, pero se obsesionan más por la fórmula dogmática que más se asemege a su modelo que en plantearle a un técnico el modelo conceptual: los informáticos nos manejamos con un diseño conceptual y, después, exponemos en qué consiste el diseño físico. La gente se salta el primer paso, y es por ello que confunde los términos - y hay mucho griterío sin sentido.

Pongan a un informático en vuestros asuntos políticos, por favor. Se puede elegir de manera ordenada y bien.

Pero cuidense de partidos que provienen de países que aún no saben lo que es la democracia porque censuran a los disidentes: el Partido X quiso ofrecer una plataforma informática, pero también ofrecía mecanismos para censurar y acallar voces sin dar explicaciones de ningún tipo. Mediante sistemas de privilegios que no habían sido otorgados democráticamente, y que permitía el anonimato de usuarios que tenían poder absoluto contra los participantes. Esa gentuza contradice el código ético de un buen informático, pervierten la democracia y lo destrozan todo - por no decir de que probablemente hayan cometido ilegalidades o incluso delitos informáticos con toda su "buena fe".

Pongan a un informático en vuestros asuntos políticos, pero cuidaos de quienes no dan la cara por su trabajo.


domingo, 8 de noviembre de 2020

La inteligencia y la cultura moral marca el valor de un chiste

 Aún no tengo gobernado el cálculo de las emociones que genera un chiste. Poco a poco he estado perfeccionando tales fórmulas, pero siempre me encuentro con pequeñas limitaciones. Me pregunto si son lo suficientemente simples como para proponerlas para su divulgación, o si por el contrario podría parecer su defensa aún demasiado..., como propio de arcanos.

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Test.

(E) - Hace tiempo vi cómo una ambulancia se acercaba a mi casa. Fue algo muy extraño.

(JP) - Pasaría de largo.

(EI) - No, yo creo que paró por aquí cerca. Además también vi que venía un coche de policía.

(J) Y acto seguido uno de bomberos...

 - ¿Pero cómo no pudiste ver si paraban en tu casa? 

(I) Debiste fijarte mejor.

(P) - El humo me lo impedía. Supongo que es mi culpa.

No debí quemar la cocina

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Este chiste no me encaja del todo. Según mi teoría la transformación de género genera la gracia: la ironía de estar contando una cosa que frívolamente acabe siendo otra provoca la risa. Sin embargo, este chiste tiene un cierto calado "infantil", porque no tiene sentido que una persona quemara su propia cocina, eso generara humo y no supiera porqué la policía o los bomberos fueran a ir a su casa. Ahí la frivolidad acaba siendo "kafkiana", lo cual es uno de los tres requisitos para que una historia sea considerada infantil (según mis formulaciones).

Aunque claro, también es cierto que mi novela la diseñé para que fuera juvenil y a mí me han llegado a decir que les parecía una novela más de adultos: ya sea por la crudeza o por el mensaje.

Tal como lo veo, el mensaje profundo es compatible con lo infantil; así como la crudeza. Uno de los aspectos que hacen que algo tenga lectura infantil es que no encaje dentro de la complejidad cultural - que parezca salirse de nuestros esquemas para hacer una mirada superficial o de poca lógica. Algo así como plantear una distopía sin mayores contemplaciones, o de presentar una fábula...

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De la misma manera, solemos aceptar algunos comportamientos infantiles en los personajes que presentan los artistas por cómo van vestidos: es como si el disfraz les permitiera trabajar con una mayor facilidad en el chiste. Lo kafkiano puede usarse para vertebrar historias. Sólo hay que descubrir dónde se encuentra el campo abonado de ironías, comprender dónde radica la confusión y tener capacidad para trabajar el doble sentido.

Un acento característico recuerda el papel moral del artista y se excusa el comentario y su tendencia al chiste infantil. Una vestimenta fuera de lugar nos recuerda que se trata de un rol teatral dentro de nuestra sociedad. Y, claro, todo esto hay que combinarlo con la idea de los influencers de hoy día: por un lado serios, por otro lado tolerantes con el error. 

Se les perdona el personaje, el tono gracioso de sus saludos y despedidas, los chascarrillos..., es como si constituyeran el papel del "payaso" en el buen sentido, para tener una mascarada que les sirva de margen para que sus seguidores acepten sus miserias, sus intentos, sus chistes no tan buenos... Al fin y al cabo, intentas ironizar, pero las ironías no tienen porqué ser perfectas, enormemente profundas, indagaciones filosóficas que nos hagan pensar durante meses, puede que, incluso, años... La gente madura, no quiere aceptar a esos personajes..., esos perfiles disfrazados..., ¿o sí?

El maquillaje perdura porque forma parte del mensaje. La caladura moral que hay detrás de la preparación del personaje hace que se entienda el entretenimiento que provoca como algo más; y con los años la gente se percata de que esos chistes fáciles fueron los que marcaron su carácter.

Así que no será tan sencillo saber qué se entiende por un chiste infantil, por un tono que sirva para que perdonen tu falta de talento, tu disfraz..., todos esos maquillajes son los que usan los sociópatas en su realidad, y los artistas en su escenario. Por eso, en el mundo de los influencers, donde su escenario suele ser nuestra realidad compartida, puede convertirse en un mundo muy loco, como peligroso para la psicología de muchos, difícil de asumir en soledad y que requiere cierta apreciación por parte de la sociedad.

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Twitter:

(E) Tuistar: En los polvos te puedes dormir, 

(P) pero no puedes dormir un polvo...

(E) Kiiroi: Pues cuando yo me hago polvo 

(J) lo que me hace es una siesta. 

(I) No sé si es a eso a lo que se le llama dormir un polvo, 

(P) o si es mi perro que aprovecha entonces para chupármela.

(J) Tasew: Eso es por que duermes en bolas!!

(I) Kiiroi: No..., yo creo que es por la mermelada.

 

Aún queda mucho por estudiar.  

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