sábado, 6 de febrero de 2021

Un artículo del marco legal y una ley. Cómo deberían de ser.

A lo largo de la historia ya hemos visto cómo se redactan las leyes, cómo se organizan y se montan su fiesta los letrados. Sin embargo el marco legal en el que estas se sustentan no creo que sea objeto de quienes estudian derecho. Quienes definen la libertad y enquilosen nuestra moral tendrían que ser los de letras puras.

La cultura no puede ser sometida por los juristas. La ley no puede cambiar un comportamiento, pues la naturaleza de la ley es el comportamiento, el buen comportamiento. Es por ello que cuando se crea un marco normativo, una constitución, de esa orgánica debe esperarse que responda a una serie de preguntas fundamentales. Algo que estructure el cómo se va a organizar el estado de derecho.

Y sin entrar en cuáles deben ser los distintos elementos que esperaría el jurista o el politólogo, yo sí que reconocería que la manera de redactar un artículo dentro de su apartado o sección no podría ir más allá de dos principios fundamentales:

1. El número de secciones en el documento, así como el número de artículos en cada sección, debe ser un número sencillo.

2. La manera que se tenga de redactar cada artículo con independencia debe regirse por los estándares de un comentario de texto filosófico.

Y estos principios, empero, no son fácilmente cuestionables. Por no decir que puedo dar respuesta a cada disquisición que surja por los temas que se presenten.

En el primer punto hago incapié en la ventana de Overton: el pueblo debería de ser capaz de leer cada artículo, así como entender el número de secciones dentro de un sistema, y recoger la idea general para observar qué falta y qué sobra con sencillez.

Es por ello que cada artículo bien se podría indexar por su número de sección seguido del número de artículo. Y esto es debido a que para cuando se redacte una ley es de esperar que del artículo se extraigan ministerios, igual que el marco normativo principal de un estado se divide en secciones. Y desde cada ministerio se enumeraría una ley. Es decir, nada de que este año redactamos una nueva gama de leyes para marear a la gente; lo propio es que la ley esté indexada desde su marco normativo; así como la jurisprudencia, para su firmeza, deba estar indexada a las leyes a las que referencia.

Y, sí: los ministerios pueden ser un número pequeño; pero los técnicos ya pueden valerse de los índices que consideren oportuno porque es normal que el histórico de leyes y su jurisprudencia se conviertan en un elenco mucho más importante.

Pero más allá de cómo se redacte una ley, en modo crudo y cocinado; así como siempre se verá redactada la jurisprudencia: desde y para los juristas. A mí me interesa desfogarme de la poca calidad democrática de un país que no tiene los artículos de su carta magna bien redactados para que puedan ser bien sometidos al referendo vinculante.

Y es que, como ocurre en los exámenes de filosofía, a la hora de comentar un texto hay que dividirlo en cuatro secciones: un título, un resumen, un contexto y un análisis. 

El título es el artículo en sí, y debe ser autoexplicativo y suficiente - sin importar cuántas palabras se precisen para suplir los conceptos pertinentes, siempre y cuando se reserve al detalle técnico del análisis los pormenores. Por lo que, para que sea fácil de recordar, siempre se requerirá que el título no exceda de más en el número de palabras: debe ser conciso sin que menosprecie su claridad por ello.

El resumen es más apropiado escribirlo al final, pues el título nos llevará a un cúmulo de aclaraciones ya sea en lo relativo a su contexto y necesidad de aplicarlo de cara a los comportamientos cotidianos, así como de explicar qué se entiende por cada palabra usada y así analizar la teoría social que pretende formarse a partir del marco normativo. Todas aclaraciones se resumirán en el resumen a modo de introducción para que se entienda qué temas se van a tener que tratar.

El contexto es la parte que nos desvela de dónde nace la necesidad del artículo, así como lo que haya tenido que eliminar o dejar obsoleto al aprobarlo. Aclara de manera trasparente sus consecuencias de cara a la sociedad actual y adelanta los distintos ministerios en los que se divida el artículo para poder indexar las futuras leyes que emanen de él.

El análisis consistirá en poner todas las aclaraciones oportunas, por muy extensas que éstas sean, para que no sea posible que por faltar alguna coma o haber fallado en la gramática se tenga la pretensión de no haber entendido el título. Es, por tanto, tema del análisis anular toda hermenéutica o triquiñuela jurista que pretenda eliminar una ambigüedad que no corresponde eliminar de la frase por cómo se escriba sino por cómo se analiza en el análisis.

Una vez concluidas esos preámbulos se comprenderá que su interpretación tendrá tanta fuerza como el resto del articulado: pues la aplicación de cada título no se puede desligar del comentario hecho por los legisladores. Y es ahí donde entra el Pueblo: que leídas las secciones entenderán el objeto de las mismas. Y leído cada titular para cada artículo tendrá una idea de qué se pretende. Por lo que aparecerá el jurista y el filósofo también advirtiendo que posiblemente cierto título no corresponda con cierto análisis llevado a cabo en él..., esto es, es propio del proceso constituyente que el refinado pueda señalar con el dedo lo que a su juicio no está bien redactado para dirigir la atención a un tema muy técnico y, al mismo tiempo, específico y fácil de señalar y constatar.

Compuestas así las leyes muchos dirán que la mayor parte de los comportamientos deseables no estarían reflejados, salvo a lo largo de nuestra historia. A lo que yo les respondo que para eso están los estándares: normas de no obligado cumplimiento que deberíamos acatar si las autoridades nos lo ordenan sin entrar en contradicción a ninguna emergencia social.


viernes, 5 de febrero de 2021

La televisiones se están metiendo contra los usuarios

Poco a poco el lobo va enseñando más y más la cola. Los medios suelen estar más vinculados a las empresas que suelen defender preceptos de izquierdas en la nación a cambio de abrir sus fronteras a la globalización extranjera y dejar al país con el culo al aire ante la especulación del Imperio. Sin embargo, Youtube no funciona bajo esos esquemas, ni tampoco el resto de las redes sociales.

El llamado stablishment suele tender al progresismo en apariencia. Principalmente porque la cultura siempre tiende al progreso y, aunque es cierto que en EEUU odian todo lo que recuerde al socialismo, al final la ética material de establecer un contrato social siempre acaba prevaleciendo - por mucho que se quiera intentar evitar. Pero eso es porque el socialismo es inherente a la democracia, por mucho que se quiera negar este principio fundamental de todas las civilizaciones - y que es demostrable.

Lo primero que habría que hacer es reconocer la definición intensiva (o como decía Bueno, dermatológica) de lo que es la democracia, de manera que se ajuste lo máximo posible a la extensiva, la tecnológica, la de las fórmulas, el cómo... En este blog habré dado varias aproximaciones en formato de postulado sobre qué es la democracia, pero si tuviera que hacer un compendio de cómo acaba demarcándose sería algo así como: el sistema que permite transformarse en virtud de las exigencias de quienes estén siendo explotados. Lo que nos lleva a que la democracia debe ser un concepto que va a más y que escucha a un grupo de personas que hayamos podido demostrar que merecen ser escuchadas, no porque sean representantes - lo cual es absurdo, sino porque han sido víctimas del sistema y sus injusticias más materiales.

Dicho esto, sorprende que los influencers sean importantes para la sociedad y, al mismo tiempo, no se les reconozca su trabajo. Sorprende que se les llame antipatriotas porque no comparten que se tenga tanto apego por lo que generan y, al mismo tiempo, ni se molesten en darse cuenta de lo marginales que son con respecto a toda la sociedad.

La ley no reconoce al influencer, tampoco hay impuestos especiales, no hay un trato oficial reconocido desde los organismos públicos para reconocer ese nicho electoral, no hay campañas publicitarias dirigidas oficialemente hacia los influencers, no existe una extensión de la marca España a través de los influencers españoles, no hay protección de ningún tipo ante los vaivenes de las plataformas digitales por cómo trata a sus usuarios cuando éstos son influencers profesionales, etc...

Si ya de por sí a los informáticos no se nos hace caso por motivos políticos, de grupos de presión, mafias, etc..., difícilmente los influencers serán escuchados hasta que no entren en el juego de la socialdemocracia - cosa que no recomiendo, o hasta que caiga la propia socialdemocracia.

Lo malo de entrar en el juego de la socialdemocracia es que es como el que permite que esa buscona que no conoces de nada sea la que aporte el preservativo, sin saber que lo mismo está agujereado. Es una falsa seguridad, o algo meramente momentáneo - una incomodidad que puede que te lleve a una nueva gama de problemas.

Los partidos políticos, así como los sindicatos, son empresas o asociaciones que existen siempre que existe el caos, siempre que no haya un pacto social acordado entre las partes. Eso quiere decir que cuanto más caos haya más poder adquiere el partido o el sindicato. Por ejemplo, la ministra de Igualdad, jugando al juego del loco, propone una ley que promoverá aún más los asesinatos machistas, la violencia contra las mujeres, el paro, la corrupción machista, la brecha salarial, etc... Y, para hacerlo, sólo tiene que etiquetarlo como "Ley trans". Es decir, le pone una etiqueta de apariencia LGTBI pero cuyo contenido atenta contra los derechos más fundamentales.

Ya se comprobó en España que esa fórmula funcionaba bien (ley de violencia de género), cuando lo legítimo habría sido una denuncia a España ante el tribunal de la Haya por vulnerar los derechos más básicos, los que se aprobaron en la ONU tras la segunda guerra mundial. Pero poco a poco a los países se les cae la careta: todos están interconectados por ese stablishment, por esas empresas que quieren unas leyes de apariencia progresista para que se abran por completo a la globalización. Se le llama socialdemocracia, es un recuerdo de antes de terminar la segunda guerra mundial. La razón por la cual se redactó esa carta era precisamente para que no se repitiera la historia. La socialdemocracia sólo evoluciona de una única manera: hacia la tiranía, el estado policial, la dictadura institucional, la tecnocracia y, de ahí, a la idiocracia y la autodestrucción como civilización.

Ya hay evidencias de idiocracia con la llegada de la pandemia. No tendré que razonar lo dicho.

Más allá de que con suerte la pandemia se lleve lo peor de la clase política, idealmente debería de concedérsele a la ciudadanía el poder de decidir de manera directa y vinculante el mayor número de asuntos, considerando que vemos cómo los presupuestos son llevados con intereses mafiosos, clientelares y poco autoritarios.

Pero la televisión está muy bien pagada y subvencionada. No querrán que se acabe su chiringuito. Esos periodistas querrán fingir que son independientes, que no reciben dinero de lo público, que ocupan un puesto importante en la sociedad..., pero en realidad lo que están haciendo no es sino mantener el sistema clientelar y mafioso del gobierno. Están matando a muchas personas y no son conscientes de porqué puedo usar ese verbo - no tienen capacidad para asimilar la realidad desde un punto de vista estadístico.

Suena gracioso que le levantemos una estatua al Rubius en España por salvarnos la vida al irse a Andorra. Obviamente el lenguaje lo carga el diablo. A nadie le interesa saber las consecuencias de los actos, de lo que se defiende, de lo que se mantiene..., prefieren que Alcapone sea el dueño de Chicago porque moverlo del sitio es muy cansado, frustrante... Necesitamos unos intocables que nos ayuden a incitar el cambio. 

En aquella época el racismo pudo ayudar para ir contra Alcapone. Otro gallo habría cantado de haber sido un mafioso irlandés. Entonces ahora sería presidente o millonario, algún alto cargo haciendo experimentos con la sociedad estadounidense. 

La sociedad necesita más cultura, exponer más hechos que se contradigan en la gran pantalla. Como la película de Ted Kennedy hecha hace un par de años: donde se muestra una sociedad de votantes tan estúpidos como lo son los votantes de todo el planeta hasta hoy día. Hay que hacer las correctas lecturas de lo que significa el sistema de urnas, si eso se vincula con la democracia o si, por el contrario, es contrario a ella.

Son pequeños ejercicios que hay que hacer de vez en cuando.

miércoles, 3 de febrero de 2021

¿Qué hacer?

 He estado palpando el avanzar en javascript, programación, etc..., podría continuar por ahí. También tengo algunos proyectos preparados para desarrollar el "Principal Component" en Python, asociado a ciertos logros de tecnología punta que mucha gente aún no entiende. Me he bajado unas normativas y he especulado en un método de estudios para prepararme alguna oposición, y sobrevivir en esta dictadura. Decida lo que decida será mejor ir a una.

En cualquier caso, otros proyectos como escribir otra novela, algún manual técnico, desarrollar para su divulgación ciertas teorías en filología, iniciar una revolución social, hacerme influencer en las redes sociales, postularme como proveedor en Fivers, y algunos pequeños etcéteras viables en parte pero cuya variabilidad es demasiado elevada dadas mis circunstancias lo debo ir apartando. Ese conjunto de cosas las puedo hacer en modo pasivo, como un espectador más.

Ya no digo lo que ya ha muerto en mí: las investigaciones tecnológicas, los avances en filología, los estudios de modelos neurológicos aplicados a la informática, etc... Poco importa lo que tengo, igual que no sé hasta cuántas personas estarán como yo con una gran revolución no reconocida debido a que no existe una comunidad científica. Todo es nepotismo, amiguismos, camaraderías, etc... Ni siquiera es todo tan turbio como para decir que es una plutocracia o que vivimos bajo el mandato de una oligarquía: esos conceptos son meras utopías, alimento para que la plebe entienda su situación - pero que la realidad es mucho más turbia, si cabe.

Puedo avocarme en mi desempeño de una de las tres grandes tareas, para darle terminación y así probar suerte en el más corto o medio plazo posible. Al fin y al cabo no hay dónde elegir ni qué hacer. Sólo probar suerte, mientras el que tenga la vida resuelta se limitará a mirar para sí y olvidar a quiénes pisotea - porque muchos lo hacemos y da la impresión de que importa más o menos a cada cual.

Esperan que lideremos un cambio social si algo estuviera mal. Pero sólo son como los mafiosos de Chicago de los años 20 ¿Quién mandaba en esa ciudad? Hasta que no se restaure la ley la democracia será cosa del pasado.

Los políticos han descubierto que esa es la fórmula que mejor encaja en la sociedad, que mejor se capitaliza. Y al Pueblo le parece bien. Entonces se traslada al mundo judicial. Y al Pueblo le parece bien. Y toda ley deberá de emerger de esas maneras. Y al Pueblo le parece bien. Entonces nos dicen: "¡Eh! Si hay algo que no os gusta, sólo tenéis que proponerlo". No hay sitio para las ideas, las propuestas, las exposiciones..., cuando todo está bien ¿Es eso democracia? Pues esperad a que nos termine de aplastar China y os siga pareciendo bien lo que se nos viene encima.

El estado está obeso, hay que ponerlo a dieta. Se ha puesto a toser youtubers y le echa la culpa no al tabaco y a sus vicios, sino a que corre por las mañanas. No va a pillar ninguna dieta, y lo peor es para cuando se ponga a competir en la carrera de fondo. La terminará andando, junto al resto de los competidores. Un espectáculo lamentable.

No hay estado capaz de enseñar músculo porque o es un país peligrosamente gordo de más o es un imperio con obesidad mórbida al que le permiten competir con un patinete. Al resto de los muertos de hambre que sí que compiten con cierta musculatura no se les permite ni desayunar antes de una carrera tan crucial. Y puede que ni la terminen.

¡Menudo panorama la economía internacional y sus políticas sociales!

Mientras tanto, veo escuchar al clásico sujeto que dice que no se casa con nadie y, al mismo tiempo, sostiene teorías que le mojan demasiado en el aspecto político. Lo malo es cuando no se reconocen a sí mismos como poseedores de una ideología: desde hace cien años se sabe que toda teoría no puede ser coherente y relevante a la vez. Nadie puede hablar defender teorías políticas desde la neutralidad sin citar posibilidades y contradicciones, referencias mutuamente excluyentes, enfoques distintos... Múltiples opiniones varias.

Se está perdiendo el lenguaje de la legitimidad del diálogo. Cada vez prevalece más el extremismo. El más intrínseco, el que hace que la gente no se dé cuenta de que está adoptando un lenguaje extremista: el lenguaje del que no quiere reconocer la relevancia de unos hechos que no encajen con su teoría personal. Se trata del más peligroso de los dogmas políticos: el de aquél que no se autoconsidera dogmático.


martes, 2 de febrero de 2021

Aplicación Beta de Misterio (inestable)

Si valiera la pena le quitaré los cuadros de diálogo y el combo para, acto seguido poner el mapa y algunos añadidos. Pero eso si realmente valiera la pena

El juego te entrena la mente en el idioma targe

lunes, 1 de febrero de 2021

El proceso constituyente. Método

No hay misterio cuando el ser humano se comporta según la ética oportuna, pero todo animal es torpe naturaleza y no entiende cuáles deben ser los procesos que conforman una sociedad ordenada, civilizada...

De manera instintiva los individuos conforman sociedades comunitarias. Estas sociedades son fáciles de identificar: es ahí donde está tu familia y [el resto o no de] los seres más queridos. Estas sociedades cuando pretenden sustituir a los grupos sociales conforman una suerte de nepotismo, mafia, etc..., justo lo que Engels criticó en su famoso libro sobre la familia a partir de estractos de la antropología, para desarrollar una idea de sociología que nos permita comprender mejor el contrato social.

Cuando aceptamos que la naturaleza humana se vuelve violenta ante la ausencia de recursos comprendemos que es el estudio de la economía de lo común lo que nos devuelve a una posición digna, sociable..., nos hace personas. Una buena filosofía económica reordena y reorganiza al ser humano para que no entre en disputas absurdas de posesión y egoísmos.

La lucha por el poder está llena de miedos, miedo a morir de hambre, a no tener opción, sucumbir a la esclavitud..., esas cosas. Y es cuando emergen las ambiciones, los egoísmos y el resto de las formas de violencia en el comportamiento humano. El poder es un concepto inútil. Como me dijo una vez un artista del que nadie recordará su nombre salvo por los iconos que protagonizó exclusivamente él, "resuelve el hambre en el mundo y el resto se hace solo".

Las políticas y tensiones: izquierdas, derechas... Se puede comprobar lo fácil que es dar un puñetazo en la mesa cuando muestras una fórmula con la que todos estén objetivamente de acuerdo conque resuelve los problemas más trágicos e importantes. El resto, es tema de burgueses, de ricos, adinerados, acomodados, gente con corbata, yupis... Que se acomoden a partir de lo importante; pero que sólo discutan lo importante con temas de la misma envergadura - o con la refutación de la teoría imperante. Es lo único que exijo.

Y en estas exigencias encontramos eruditos en la derecha y en la izquierda, que erran y saben de unos temas u otros. Capaces de constituir un proceso capaz de entender mejor el mundo. No hay fórmula maestra, como pasa en el software: no habrá una descripción universal que reduzca cualquier problema a la trivialidad.

Sin embargo, cuando era pequeño, ya me di cuenta de que sí existe un algoritmo capaz de resolver todos los problemas. Hoy día, superando la cuarentena, puedo permitirme el lujo de sancionar el procedimiento para observar en él lo que podemos llamar "el proceso constituyente". Y es que para conformar dicho proceso siempre deberemos tratar con los miembros que acepten unos postulados comunes: si alguno de ellos no comparte tales postulados lo propio sería que se dediquen a conformar su propio proceso constituyente de manera independiente.

Esos principios que les debe ser evidentes debe incorporar también una jerarquía a la hora de entender qué es la ley, la ética y la moral. Pues si bien no se acuerda tales principios de algo estoy seguro: lo que se redacte volverá a ser como un golem, una criatura semiviva y semimuerta que, con el tiempo, deberá ser rectificada.

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He tenido que abandonar la redacción, ya ni me acuerdo de lo que estaba escribiendo. Bueno..., tenía la intención de exponer el algoritmo social que resuelve los conflictos hasta volverlos triviales. Así que me limitaré a exponer la jerarquía tal como la defiendo:

En principio toda criatura que se comporte según la ética oportuna dentro de su marco no necesita mayor dictamen que el que provenga de su propia conciencia. Así que diremos que ante la ausencia de la ética oportuna siempre es bueno acudir a la moral imperante, la dictada por la cultura en la que pertenece el individuo. Esto es, las costumbres pueden ayudar a enderezar los comportamientos falstos de ética.

Si no disponemos de una moral que esté a la altura de las circunstancias es ahí donde entra la ley. Esta ley irrumpe como un contrato o compromiso mutuo. Y, por tanto, la ley se convierte en el referente necesario o explícito que encasilla a la moral para que no sucumba al caos. 

Y hasta aquí algo que habremos oído tantas y tantas veces...

Pero cuando no tenemos una ley necesitaremos establecer el marco en la cual se sitúe. Ese marco establecerá los organismos y la dogmática necesarios para aprobar las leyes que nos regirán. El marco, por tanto, estructurará la ley de manera que no se pueda aprobar cualquier tipo de modelo lógico.

Ante la ausencia de un marco es cuando reunimos a los expertos que ayuden a confeccionarlo. Éstos deben reconocer unos preceptos comunes para entenderse a la hora de comunicarse entre ellos y, al mismo tiempo, un objetivo común. En la medida de que el objetivo sea diferente bien se pueden redactar varios marcos de convivencia desde el mismo comité; pero en la medida de que partan de puntos de vista irreconciliables éstos deberán separarse para dirigir la redacción del documento.

Si no disponemos de los expertos entonces deberá reunirse un comité de seguimiento. Este comité deberá recoger los perfiles oportunos para confeccionar una idea de comité de expertos. Se presupuesta el coste de reunirlos y cómo fijar sus objetivos para así aprobar el plan de seguimiento.

Sin embargo el propio plan de seguimiento deberá ofrecer un estándar al comité de expertos sobre cómo deberían debatir, sobre qué, qué clase de documento redactar... Así el comité de expertos sabrá qué es lo que se espera de ellos presuntamente.

El estándar a cubrir bien puede ser el objeto de ultrasimplificar las leyes y de determinar cuáles deben ser los estándares por los que se regirá el estado para ofrecer un cierto continuísmo a partir de unas normas de convivencia muy meticulosas.

Es decir, el texto a aprobar por parte del pueblo no tendría sentido que se extendiera más allá de unos decálogos; como así debería de estar redactada la Constitución del Pueblo. Y, de la misma manera que tenemos leyes extensas sobre el enjuiciamiento criminal y tipos penales, la mejor manera de afrontar la continuidad sería convirtiendo el 90% de tales obligaciones en meros estándares consultivos que deberían acatarse exclusivamente cuando un poder fáctico decida que éstos son el medio para llegar a alguno de los dogmas impuestos por la ley - siempre que no contradiga alguna emergencia social.

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El pueblo suele reaccionar de manera natural ante los problemas y la gran diferencia entre una revuelta y una revolución es que en la revuelta el Pueblo demanda lo que quiere, mientras que en la revolución la sinceridad es el grito común - no la proclama aparente de lo que nos diga las circunstancias. Por ello, lo primero que hay que hacer ante una revuelta/revolución es determinar cuáles son los líderes naturales: pues en una revuelta el líder podrá frenarla tras entenderse con él, pero en revolución no hay líderes, hay catalizadores.

Entendiendo cómo funcionan hay dos maneras de actuar; y cada cual desde cada bando ayudará a hacerla crecer o a hacerla menguar. Para asímismo descubrir que si cada facción opta por contradecirse en su intención de hacer crecer o menguar la acción de levantamiento entonces la apreciación de qué actos son autoría de cada resultado quedará más y más ofuscado.

Nadie puede decirnos por dónde se relaja el levantamiento, como nadie puede decirnos hacia dónde saldrá disparada la expansión de una explosión.


Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

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