Que de mi micrófono siempre se oiga ruido de fondo, que no tenga la pestaña que lo anula, que no pueda reinstalar los drivers de hp..., todo es como un ruido de sables, una obsesión continua.
Mientras tanto, más allá de si grabo Youtube con esta máquina o desde otra, preparo una aplicación para que quien no haya aprendido un segundo idioma de manera instrumental antes de la mielización de su cerebro pueda enseñarle a su oído a escucharlo de la manera más psicológica posible.
Si se me confirma este proyecto podría vender esos lotes por Internet y..., no sé, podría aspirar a encontrar un nicho de mercado.
Pero haría gracia que, justo cuando lo que falla en mi equipo de trabajo es el micrófono, sea el micrófono el dispositivo más importante para desarrollar la aplicación. Sea como fuere, veremos en qué desemboca todo esto.
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