Como ocurre recurrentemente, las técnicas del oscurantismo pueden funcionar por un tiempo, pero luego el boom va perdiendo fuerza, la gente tiene derecho a sospechar, se actualizan las técnicas de siempre..., siempre más despacio que las que simplemente es meter datos a saco y ya está..., y entonces de nuevo volvemos a filosofías simbolistas, de nuevo vuelven a quedar mal los estadistas por no respetar su espacio, por ser tan conductistas...
"The current machine learning concentration on deep learning and its non-transparent structures is a hang-up. They need to liberate themselves from this data-centric philosophy."
Judea Pearl. A él sí le haréis caso, y no a mí, ¿verdad?
Como ocurre casisiempre, hay algunos que reciben premios, otros no tenemos la apariencia debida y nos quedaremos en el anonimato. Y es curioso: quienes reciben premios por sus aportaciones a la informática no tienen que haber aportado nada, salvo palabras, palabras y más palabras. Y sí, la filosofía científica está bien, pero seguro que es compartida por parte de quienes sí inventan máquinas. Y, muy probablemente, también los que inventan máquinas tengan múltiples entrevistas y muchos libros si, al menos, éstos recibieran menciones...
Pero es el pez que se muerde la cola: quienes se preocupan de premiar trabajos en realidad puede que sepan perfectamente de la existencia de un puto chino que está creando auténticas virguerías, por ejemplo, en Corea hay unos informáticos en el underground descomunales. Pero, eso sí, ¿se le va a dar un premio mainstream a alguien del underground? No es estético: y estos premios son financiados por fascistas, el verdadero y paradógico rostro del sionismo.
El sionismo es el que se ha marcado el tanto de la moda filántropa de qué significa ser rico en la civilización occidental. Decir que el sionismo son judíos es no entender nada en absoluto.
El sionismo es una postura política que nace de pretender poner a unos clanes con el control de todo lo que sucede en el mundo, para organizar la vida de la gente. Esos primeros clanes se autoconsideraban de la etnia judía, y empezaron a hacer famosos unos documentos conspirativos que, un tiempo después, se descubriría que son un montaje..., montaje que aprovecharon los propios nazis para defender su máquina propagandística del odio a los judíos y sus teorías conspirativas... Da igual hasta dónde termine de explicar, el asunto se complica cuantos más años pasen - cualquier explicación me da la impresión de que se queda corta.
El asunto es que en EEUU ser masón está de moda. Y, entre las mayores élites masónicas, los ritos que recuerdan a los de los judíos pues..., eso: molan. Los masones son simplemente gilipollas: son una representación perfecta de lo que significa hacer el gilipollas y tenerlo como una forma de vida a la que respetar. En palabras del masón, las gilipolleces que hacen lo hacen porque les gustan mantener esos ritos..., lo hacen por un afán de pertenencia..., es como los bailarines: bailan para mantener una sincronía. Pues bien, el bailarín lo puede hacer por un afán deportivo, para desahogarse, para generar espectáculo, mensaje..., el masón no: él hace lo mismo que el bailarín pero sin afán deportivo ni mensaje ni nada, pues es un asunto privado. Entonces, ¿por qué lo hace? Porque es gilipollas.
Pues esa es la idea del sionismo: un grupo de gilipollas que se han convertido en la élite de los gilipollas a los que les gusta hacer el gilipollas y que tienen una visión del mundo que todos nos podemos imaginar..., una visión gilipollas. La estética ritual masónica de los sionistas es judía..., sí, pero cualquier parecido con el pueblo judío es pura ficción o, en este caso, pura micción: porque es para mearse y no echar gota de sólo pretender insinuar que sean ambos enfoques comparables.
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Una vez entendido que todo el mundo tiene que ir con corbata, según parece existe otro conjunto de reglas estéticas que son fijadas por el mainstream. Y claro, ¿qué es lo que asevero yo? Que un mundo donde el mainstream sea fijado no por los mejores, sino por razones estéticas o de pertenencia a un clan en realidad es un mundo fascista. Y no es exagerado: nepotismo y formas, eso mismo, mezclado con el dogmatismo + propaganda + misantropía genera el caldo de cultivo perfecto para resucitar a Hitler.
Y es que debería de darnos igual: que si la raza aria, que si la raza semita..., que si la corbatita, que si las manos en alto..., todo se me transmuta, se repite una y otra vez la misma historia..., las víctimas convertidas en verdugos y no pasa nada, bipolaridad, extremos..., negación del pasado, reinterpretaciones dudosas, simplismo y no simplicidad..., así vamos.
Esos señores son los que subvencionan a los premios. Y los premios se centran en la estética acorbatada que todos conocemos. Y eso, señores, es oscurantismo: lo que se supone que es contra lo que luchamos. Así que, una vez más, durante unos años volverán de nuevo a ser mencionados los de siempre, volverá a ocurrir de nuevo el mismo mantra..., será como si nada.
Se ha establecido un techo de cristal muy fácil de romper. Y de ahí una duda: ¿qué ocurrirá para cuando se rompa ese techo? ¿Se imagina nadie a un periodista entrevistando a alguien del underground?
Esto me recuerda el día en el que una periodista me entrevistó. Todo era a título individual, no había ningún techo de cristal en esa entrevista (cuando me entrevistó el de EFE por una demostración, no tendría él constancia de que nadie estuviera para darle el visto bueno y, de hecho, la demostración acabó siendo falsa - está claro que esa entrevista sí tenía un techo de cristal).
En el caso de esa periodista, que se le veía muy novata, me estuvo preguntando si había sido capaz de entender la visita (era una visita guiada en inglés por el Teatro Romano de Cartagena, promovido por la concejalía relativa a idiomas y cosas así). Me estuvo entrevistando sin saber que, supuestamente, a mí no me entrevista nadie. Nadie tiene lo que hace falta: independencia + valor + ubicación. Esta chica estaba empezando y su desubicación provocó un azar a mi favor. Pero era lógico, de todos los que estábamos ahí yo era el más activo con la que organizaba la visita. Es decir, su obligación era entrevistarme a mí. Otra cosa es que para cuando fuera a publicar su entrevista..., ¡vete tú a saber si los jefes le dijeran que no hacía falta poner nombres y tal! Porque claro..., a todos nos molesta que se publiquen nuestros datos personales por la prensa...
Y es lo que acaban diciendo todos sobre la gente que es como yo: que no nos gusta que se publique nuestro nombre..., que se encargan de proteger nuestra intimidad..., ¡claro! Como que esa no es la palabra, pero sí es la excusa.
Es muy difícil labrarse un prestigio con tanta buena gente preocupándose por preservar tu intimidad.
Me imagino a un vendedor de chuletas de cerdo que, nada más comerme una, voy y le digo:
- Son las mejores chuletas de cerdo que me han cocinado en la vida. No pienso decírselo a nadie para preservar tu intimidad.
El mundo está loco. No, peor: el mundo es sionista; está lleno de gilipollas.
