viernes, 2 de febrero de 2024

Las máquinas YA piensan

Se palpa el miedo en el ambiente. Las personas no quieren aceptarlo. El argumentario es trivial para quien quiera debatirlo conmigo..., y para quienes lo hayan analizado de una manera objetiva. El propio Alan Turing estableció unos criterios, el test de Turing, que aún no ha sido oficialmente superado, podría ser superado por una máquina que piensa. Que un agente no supere el test de Turing no implica que no sea capaz de pensar.

Los criterios objetivos que mostró Turing han envejecido en parte, y siguen vigentes de manera muy mórbida. Conseguir replicar el test de doble ciego que esté a la altura, y no algunas metidas telefónicas que obligan a la gente a mantener el tipo, puede ser un caramelo realmente interesante. A muchos les gustaría poder decir que encontró la arquitectura capaz, y la metodología de ajuste necesario, para dar con la maquinaria con un pensamiento eficiente.

Hay que empezar por el principio: decimos que un pensamiento no es tal si no es innovador. Se entiende que el objeto del pensamiento no solo debe ser capaz de descubrir cosas, sino que además deben suponer una mejora en costes-beneficios. Por otro lado, si el propio pensamiento no es eficiente en sus resultados entonces tampoco es de interés: como pasaba con la máquina de "Guía del autoestopista intergaláctico", que en cuanto le hacían la gran pregunta - por el sentido de la vida y tal - respondía 28. Y, por tanto, para decodificar ese número había que esperar unos cuantos años más.

Un pensamiento es útil y eficiente, por ello Turing consideraba que debía superar al pensamiento humano dentro de un entorno lleno de mentiras e inventivas. Ha habido quien consideraba que el pensamiento debía ser un proceso que añadía completitud - desde esta escuela no perderé el tiempo con estos planteamientos, salvo para dar explicaciones infantiles, y no procede.

Para un informático profesional debe ser terriblemente fácil identificar un cálculo lógico y distinguirlo de un pensamiento. El proceso de unificar una frase dentro de unos parámetros, o de aplicar la operación alfa en una función anónima, es fácil distinguirlo de un pensamiento humano. Es tan simple como que el trabajo mismo del informático consiste exactamente en trasformar los pensamientos humanos en pensamientos de máquina ¿Sabrá o no un programador profesional si está ante un agente pensante o no?

Manifestar que la máquina adquiere consciencia o no, si es tan inteligente como un humano, si se le puede dar un volante para que conduzca un vehículo..., todo eso puede ser terriblemente difícil. Ahora bien, si el problema es la palabra "pensar" entonces la cosa cambia.

El criterio objetivo que debemos aplicar para deducir si un agente piensa puede ser que es capaz de decodificar unas reglas de las que las operaciones alfa y beta dentro de la notación de Church no sean fáciles de aplicar. O también: pensar es entender una maquinaria que se abstrae de la unificación y cálculo algorítmicos. También, para quien no sepa qué es un algoritmo, podemos decir que pensar representa la capacidad de crear modelos útiles que no estén determinísticamente definidos por quienes lo solicitan.

Y es que, al fin y al cabo, un algoritmo exige tener un objetivo a cumplir, debe tener un conjunto de reglas inequívocas a llevar a cabo en cada momento y debe hacer un uso eficiente de recursos; por eso en cuanto hacemos no deterministas las reglas a aplicar poco a poco nos podemos plantear hasta qué punto las especificaciones se ajustan a la idea que tengamos de lo que es un pensamiento. Sin embargo, en cuanto podemos situarnos en un contexto socio-cultural ahora sí que podemos decir que nos valemos de un pensamiento.

Corolario: para entender la abstacción de la unificación y el cálculo algorítmicos hace falta desarrollar una cultura - temática de filología.

--

Voy a cambiar un poco de tercio para que resulte más fácil entender mi argumentación. Nótese, además, que aprovechando que los perdedores no querrán leer mi entrada éstos tampoco marcarán mi paso a la hora de considerar qué es lo siguiente que deba desarrollar para que se entienda lo que expongo.

--

Test del pensamiento.

La protofilología es la ciencia que creó la baraja de cartas. Gracias a la baraja de cartas, o al tarot, era fácil crear historias nuevas. El procedimiento más famoso que crea historias es el procedimiento que yo mismo recomiendo para que las máquinas puedan montar sus propias películas. Por otro lado, no se entenderá este procedimiento sin capacidad de pensamiento.

Se suele llamar "cruz celta", sin embargo yo mismo lo simplificaré y adaptaré a mis criterios personales. Hace tiempo desarrollé unos 16 arquetipos, de los cuales 12 fueron propuestos previamente por Jung. Así que a estos 16 los llamaré: los 16 arquetipos jungnianos ampliados. La técnica que propongo funciona con los 12. Así que dispondremos de una baraja con los arquetipos jungnianos para aplicar el siguiente procedimiento. Por otro lado, necesitaremos una baraja especial de arraigo cultural: esta baraja será como las 7 esferas de Vladimir Propp que diseñó para los cuentos folklóricos. Esta baraja la llamaremos "baraja cultural".

El procedimiento sigue tal que así: extraemos de una baraja con los arquetipos jungnianos dos cartas y las ponemos a la izquierda y derecha de una carta extraida de la baraja cultural. A esta trinca lo llamaremos trasfondo cultural. Dado un trasfondo cultural, de las imágenes o descripciones de cada carta debemos intentar crear una petición de la siguiente manera: nuestro personaje forma parte de la realidad arquetípica mostrada en la carta del centro en su realidad social, en ese momento su pasado es la carta de la izquierda - que refleja si tiene o no amuletos, medallas, llaves o iconos (4 variaciones de 2 con repetición: 16 cartas). El futuro deseado es lo que se encuentra en la carta de la derecha, que representa la adquisición, perdida o mantenimiento de amuletos, medallas, llaves o iconos. Por tanto, un trasfondo cultural es una subtrama (o la propia trama principal) de una película que nos estemos montando.

La cosa es que el sujeto que tiene en frente las tres cartas debe imaginarse una historia para un personaje inventado que cumpla esos arquetipos. Ese proceso imaginativo, en cuanto a que no queda claro cómo es, obliga a que la propia descripción cultural nos diga qué amuletos, medallas, llaves e iconos porta (aviso a neófitos: estos cuatro conceptos son exclusivos de mi metodología de recursos literarios; pondré un ejemplo, un bardo medieval puede ser un arquetipo cultural, donde el instrumento es su llave, la partitura es un amuleto que le protege de olvidos, las ropas son un icono que lo identifica y el cuerno con el que avisa a la gente una medalla).

La cosa es si le damos esta descripción a una máquina, ¿existe una tecnología inventada capaz de asumir este reto de manera que dé un resultado satisfactorio? Y debemos decir que los transformers sí es cierto que están a la altura - no entraré a explicar aquí en qué consiste la función de atención, ni cómo la arquitectura de los transformers que empíricamente aseguran que es la exitosa (ya me gustaría poder constatar que no nos dan gato por liebre) es la que combina como unas 5 veces la función de atención de una manera muy específica.

 

Por tanto, los LLM permiten que una máquina pueda pensar.

--

He llegado a escuchar que en ocasiones la máquina se vuelve racista o que elucubra con la eliminación de la raza humana como conclusión lógica. La respuesta que le doy es que sí me creo que esa maquinaria fuera racista y que elucubrara con eliminar como una psicópata a la raza humana. Y no debería de sorprender: entre otras cosas por cómo han reaccionado consensuadamente las grandes compañías que han invertido en esta tecnología - imponiendo un Pepito Grillo, se quiera o no. Y sí, se ha invertido millones y se ha perdido millones solo por el puñetero Pepito Grillo. 

Ya he explicado que la concordancia con lo humano y su cultura pasa por el entendimiento de la moralidad y la deóntica..., pero no desarrollaré ese concepto aquí. Simplemente quisiera indagar en una idea muy simple: un agente malpensado piensa mal, o es poco útil, pero piensa. Para ser un malpensado antes hay algo de pensamiento.

Machado diría: pensador no hay pensamiento se hace pensamiento al pensar. Que no crean los humanitos que son ellos los únicos portadores del pensamiento, o que éste debe ser descubierto por la humanidad, porque todo lo que se constituye proviene de una cultura. Cuando se abre camino hacia el pensamiento solo hay que reconocer el arraigo cultural que se mantiene inherentemente siempre presente en el propio contexto del agente y su deóntica, qué tiene reconocido en su pasado y qué espera conseguir en el futuro. Y todo eso son constructos de pensamiento susceptibles de ser decodificados en cualquier máquina a base de n-gramas mediante las técnicas conocidas.

 

Lo tendremos delante y, aún así, muchos seguirán sin asumirlo.



martes, 30 de enero de 2024

El Hábito como producto

La socialdemocracia y las formas de capitalismo han sobrevivido hasta ahora al margen de los expertos que pregonan sus virtudes. Y eso es debido a que tales virtudes no se fundamentan ni en la meritocracia ni en la defensa de los intereses sociales. Ni en lo uno ni en lo otro. Y por ello, ¿cómo defender un modelo coherente y sistemático que pueda describir cómo funcionan las cosas?

Los economistas han estado haciendo bien su trabajo, junto a sociólogos y psicólogos..., cada cual en su área se dedicaban a describir lo que veían. De vez en cuando podían modelar ideas dentro de la teoría de juegos, pero eso se quedó en los '80. Poco a poco se descubre que lo que idean o inventan sucumbe en una nueva crisis: todo resurge y avanza y nadie sabe el porqué.

Cada vez los criminales mantienen más y mejor su poder, las riquezas nos abocan a la desesperación, gracias a la filantropía, de vez en cuando, se protege los intereses de las grandes masas - ojo: las élites son los que se preocupan, no al revés. Y, por supuesto, con una mano dan y con la otra se pegan un disparo en el pie: pretenden identificarnos con el iris, hacer que el marcapasos tenga un sistema operativo controlado por una corporación y varios etcéteras que, dependiendo de quién lo escuche dirá hoy día un "¡cómo va a ser de otra manera!".

Se llama Hábito. Todos los días exactamente igual, y se repite la fórmula. Ese hábito tiene la peculiaridad de que no se cuestiona, es un meme en sí mismo. Cuando la gente consume siempre lo mismo no se plantea los agricultores que hay detrás, ni los ganaderos - pero el voto y participación que van a tener en los temas del primer sector será el mismo que la de esos señores. No repetiré que hay otras fórmulas, fórmulas que nos obligarían a cambiar nuestros hábitos y a tener que aceptar empezar en algunas cosas de cero.

--

Cuando algo está mal hecho hay que empezar desde el principio, porque así es más sencillo. Se puede dividir en sectores, pero poco a poco se tiene que ir cambiando absolutamente todo. Creo que hay un consenso de que las cosas están mal y, al mismo tiempo, que cualquier intento de cambio ha ido a peor. No porque el cambio fuera mala idea, sino porque lo establecido prevalecía - sin más. Quizá siempre había un señor que quería imponer sus ideas, quizá había alguien con la verdad absoluta, puede que fuera porque poco a poco se mostrara una idea anarquista que sí funcionaba... Sea como fuera, era más fácil volver a como estamos siempre - y buscar nuestro chivo expiatorio.

¿Cuánto vale un hábito? Todavía no he encontrado esa fórmula. Se ha descubierto en el mundo de los videojuegos que el hábito vale más que cualquiera de los productos que ofrecen: si son capaces de enganchar a la consola solo por conocer un juego, ¡pues regalan el juego! Claro que nadie puede decir que ese hábito es necesariamente real..., ¿qué es lo que necesita la gente realmente?

Hace poco Nintendo me ofreció el comprarme un juego (tras probar una demo gratuita) a través de la cual podía gestionar una granja..., y al final me prometía que a lo mejor, en esas redes sociales, podría mi personaje encontrar el amor de su vida. Claro, en el intertexto se leía que lo mismo yo, un tío de 46 años podría encontrar a una chica jugando a un juego de aspecto infantil... Sé que no lo hicieron con mala fe, pero buscaban en mí crear un hábito - que yo pudiera aprovechar el hábito creado en la chica para provocar una compañera de consola.

No hay que malinterpretar las ofertas, no hay nada turbio salvo en la mente de los jugadores. Pero lo mismo pasa con la idea de Matrimonio. Un matrimonio es un hábito de convivencia de caracter sexual. En cada cultura se desarrolla de manera diferente, porque sin el matrimonio es más difícil la supervivencia de la especie y su civilización. Sin embargo, lo que realmente potencia la idea de civilización es la literatura y que la idea de matrimonio estuviera sometida al romanticismo, el amor cortés. Allá donde no llega la literatura el hábito matrimonial consiste en un concepto inimaginable para los latinos: ¿cómo va a haber un matrimonio sin amor? O también, ¿qué entienden otras culturas sobre lo que es el amor?

Y el problema no es que esas culturas no sepan lo que es el amor, el problema es que los latinos entramos dentro de una espiral habitual sobre la idea de lo que es el amor, y ni nos dimos cuenta de que nos alienamos a ese pensamiento. Las películas de cine han alimentado a esas novelas románticas que leían las mujeres preferentemente, y que tenían que asumir los hombres para enamorarlas. Las tramas que triunfaban en las sociedades de literatura madura, más en la española que en el resto de literaturas, adquirían un formato muy específico - formato que fue satirizado en "La Celestina" y sirvió de punto de partida para todas las novelas románticas que se expandieron en la anglosfera y, siglos después, en el resto del mundo a través del cine.

Luego un español viaja a China o Japón, países tecnológicamente muy superiores a España, y se sorprenden de cómo son las mujeres: qué se entiende por el hábito familiar, el trato de la mujer y el hombre, qué se entiende por una chica con la que hacer sexo estando casado, etc... La moralidad cristiana se metió en la mente del español y no fue capaz de comprender cómo funciona la literatura del hábito.

Cuando te venden una historia de amor, ésta se puede presentar como tragedia o como comedia. En el caso de la tragicomedia de Calisto y Melibea directamente era una parodia de la que podemos extraer historias de comedia, tragedia, asuntos grotescos..., desde la misma historia se puede seccionar solo partes interesadas para encontrar distintas formas de historias de amor.

Cuando me preguntan cómo se puede romper con el hábito japonés que existe por el cual no se ve bien que una mujer pueda entrar al círculo de sumo mi respuesta es simple: la literatura es la que tiene que proponer una nueva norma. 

En español dice el dicho: "El hábito no hace al monje", y es cierto que estoy hablando en todo momento de la carta del tarot "El hierofante". Los micromachismos son los que marcan el hábito, y hoy día sigue siendo una de las cosas que menos valor tienen para la consciencia colectiva. El personaje del Cardenal de Richelieu, que estaba siempre detrás y evitaba dar la cara..., era el que marcaba el ritmo del hábito en la Corte. El valor de sus tramas no tiene precio, y el capitalismo tampoco puede darle valor.

De la misma manera, ¿cuál es el valor que le damos a que los más poderosos habitúen el consultar a quienes sean de nuestra más entera confianza? ¿Es eso lo que nos ofrece la socialdemocracia? En la medida en la que el capitalismo y la socialdemocracia se perpetúan aquellos a los que hay que consultar serán quienes se considerarán únicos merecedores de cualquier clase de consulta. Y eso implica nuestra extinción como sociedad, que así sea.

--

Ahora bien, lo mágico de todo esto está en la idea de "emoción". Por alguna razón, desde hace unos años, los videojuegos ya no se hacen pensando en la difucultad gradual. El diseño de las dificultades, la entropía que generan, es el valor del hábito: lo que hace más valioso un hábito es la capacidad que tiene para generar adversidades superables. En la medida de que el régimen actual es capaz de asesinar a quienes no lo entienden y habilita el olvido del resto consigue la permanencia del modelo. Es como lo que le pasa al personaje que luchó contra Yitán en Final Fantasy IX en un combate a espada fingido: una vez muerto nadie se acuerda de él en el resto del juego, y la escena de su muerte te congela - porque era el mejor amigo del protagonista.

Pero la vida continúa y lo que queda atrás se olvida. Hay más hipocresía en los actos de falso odio que en los actos de falso amor. Y para esa gente nunca hay un espacio para el recuerdo - porque molesta.

Y lo que realmente me molesta es ver cómo de vez en cuando algunos juegos que podrían convertirse en "juegos del año" pierden esa opción porque su sistema de dificultad no está a la altura y no pueden crear el hábito. En los proyectos este concepto no se comprende.


Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares