sábado, 31 de diciembre de 2022

Evidencias de idiocracia 1. El contrato del tiempo

 Para entrar en el club tienes que hacer las cosas a una cierta velocidad, si no las terminas entonces..., ¿entonces? El contrato del tiempo se evidencia con un reloj gigante que inicia una cuenta regresiva en un fondo rojo, con un botón que te permite cancelar la cuenta y perder tu oportunidad.

 

El contrato del tiempo

Pulsas aceptar el leer el tutorial, abrir el laboratorio, pero el laboratorio está en el ordenador de una persona que no acepta tener que compartir sus recursos para siempre. Así que aparece una cuenta regresiva: si no aprendes lo que tengas que aprender en ese tiempo entonces...

Así que es algo que puedes comprobar: te ofrecen una hora, o media hora, y empiezas a leer RÁPIDO, no te da tiempo a recrearte en lo que lees, rápidamente copias y pegas el código, te dice que mires, ya lo has leído, SIGUIENTE, has perdido diez minutos, sigues leyendo, ¡¡más rápido!! has perdido cinco minutos, copia el siguiente código. No, lo has hecho mal, eso era una explicación del código anterior, menos mal que han puesto un icono especial para que sepas qué debes copiar y pegar; rápido, siguiente.

Lees más explicaciones, has perdido la mitad del tiempo y aún te quedan cuatro fases, no te da tiempo, bueno pues copia y pega, mira por encima, escanea palabras, ya ni compilas, siguiente. Rápido, te quedan unos minutos, has avanzado casi hasta las últimas fases, te dejan poner siguiente automáticamente sin leer, perfecto, siguiente, siguiente, siguiente... ¡Has terminado! Y justo a tiempo. Te mereces una medallita que demuestra que has aprovechado el tiempo ¡¡Gracias Google!!

--

Ahora me siento aquí y me pregunto, ¿ese es el perfil de los informáticos? Me han dado una medalla por haber, ¿aprendido qué? ¿Qué nueva capacidad he adquirido? Soy informático, no necesitaba hacer el tonto de esa manera, conque me hubieran dado acceso a la librería y un par de ejemplos me sobraba. Pero siempre es muy complicado probar las cosas, sospechas que te puede costar demasiado y tardas mucho tiempo buscando las tarifas, los distintos medios de comprobar la eficiencia de los recursos..., nada de nada. No te van a decir lo bien o mal que funcionan las cosas, ni cómo se trabaja por dentro, eso lo tendrás que investigar por tu cuenta - y puede que encuentres a alguien que haya coincidido contigo en que era objeto de estudio, estudio que se quedará obsoleto con el tiempo con la aparición de una nueva herramienta que haga lo que hacía la anterior. Lo que era lento, por ser lento, se substituye: misma implementación, tras arreglar algún bug o feature, distinto nombre. Se empieza de cero.

Me entristece tener que escribir esto, porque sé que para que una sociedad comprenda algo antes debe implicarse: los únicos que pueden establecer la deóntica de un trabajo son los trabajadores y sus consumidores. Por eso, no podemos teorizar sobre lo mal organizados que estamos hasta que no lo estemos: hay que pasar por esa fase de idiotez autoimpuesta. Pero la fase se puede prolongar por mucho tiempo, y puede que provoque cambios demasiado imprevisibles, crisis demasiado insostenibles, nuevas pandemias, accidentes bochornosos, terrorismo sorprendente, etc...

Pero no podía evitar terminar esta entrada sin perfeccionar la historia contada antes: cuando fui a retomar el curso que hice en Google, donde un reloj me apuntaba a punta de pistola a pulsar siguiente, observé que tenía la oportunidad de leerlo desde el principio sin el reloj; porque ahora todos los botones estaban en visto ¿Es posible que ese reloj sea un medio que se vale Google de incitar a que se lea el manual ya que hoy día nadie lee? 

Decididamente se trata de un problema del contrato del tiempo

viernes, 30 de diciembre de 2022

La intención ajena

En ocasiones tienes la forma de saber cómo actuar, y las ansias te marcan el paso, ¿qué es lo que le pasa por la mente a la persona que es víctima de ansiedades en una sociedad plagada de soluciones? Mientras todas las soluciones sean coyunturales a lo que realmente preocupa lo que martilleará la incapacidad para crear seguirá cincelando el destino de esta sociedad.

Me pongo a mirar, por ejemplo, las luces que me instaló el electricista del seguro. Me hizo un cambio sustancial que provocaría que no me sirvieran las bombillas que compraba en los chinos; sin embargo, esa instalación, ¿me haría dependiente del electricista? Así que vivo en la incertidumbre de no saber qué pasará para cuando se funda la bombilla, si podré cambiar yo mismo la bombilla o si tendré que pagar por el mantenimiento. Y, si tuviera que solicitar el cambio, ¿me lo reconocerá el seguro? ¿Me lo devolverán a cómo estaba antes instalado si me quejo? El problema es que ya he sido víctima de ser ninguneado por la compañía de seguros debido al clásico papeleo burocrático de tener una tienda a nombre de mi hermana.

Todo esto de tener que pensar en el futuro, con sus incertidumbres, y que el pasado te confirme que podría tratarse de un problema, es lo que alimenta las ansias. Las mismas que provocan, por ejemplo, los dentistas: mis dientes fueron perforados por un dentista corrupto que quería ganarse un dinero constante a costa de los vecinos de mi barrio. Por eso, cada cierto tiempo, reaparecen unas manchas en frente de mi dentadura - manchas que un simple pulido por parte del dentista no puede resolver. 

Son muestras de chapuzas, como las que hace el que repara bicicletas donde, si no lo hace bien, el que fue a que se la reparara volverá de un día para otro. Cuando las cosas se hacen medio mal el chapucero puede salir beneficiado en el enfoque capitalista - se trata de un problema de fiscalidad. La idea de fiscal que tenemos hoy día consiste en un letrado. Sin embargo lo único que puedo decir de los abogados es que son la más perfecta expresión de lo que nos ha sobrado en los procesos constituyentes: la carta magna, la que referenda el pueblo, no puede ser redactada por abogados, para abogados. Es atroz pensar así.

La verdadera atrocidad representa un acto tremendamente violento que modifica las espectativas en algo que nos sale de lo habitual, de lo continuo. Darle el poder máximo a quien es capaz de hacer magia con él es el equivalente a perder la oportunidad de crear una democracia.

Y chapuzas como ésas se pueden seguir enumerando. La sociedad sobreentiende que, además, necesita un amado líder que se encargue de sus asuntos. Luego se quejan de tener dictadores: si elevas a una persona desde el poder ejecutivo a quien elevas siempre es a un militar, a un experto, y como tal no le puedes dar tampoco el poder absoluto - porque te hará una atrocidad. Es demasiado obvio.

Por eso visten a los dictadores de civiles, y eso es incluso aún más infantil y absurdo. Abandonaron a los reyes y se creó la figura del presidente. Eso ya se conocía en España y el feudalismo: se llamaba valido real. No es más que un rey elegido, un dictador seleccionado. Un absurdo mayor. Mejor es disponer de un dictador conocido, de buena familia, que no se corrompa al considerar patrimonio suyo todo lo que toca. Pero claro..., si a los señores no les gusta las monarquías, ¿por qué las mantienen autodenominándose republicanos? El republicano que no es en parte anarquista no defiende una clara república; y prefiero mil veces una república monárquica a una república con poder ejecutivo sin monarquía.

Visto que el mundo es cada vez más complejo lo que marca la agenda de cada uno es el siguiente miedo que emerge: el hecho de que mi negocio no tenga una estabilidad clara y, al mismo tiempo, que no tenga ningún sitio donde esperar encontrar un proyecto de futuro. Mejorar mi currículo me parece del todo trivial, como se lo puede parecer a mis competidores, que además dispondrán de títulos o juventud. El que yo tenga en mi haber y en ciernes una tecnología fascinantemente atroz no es suficiente; puedo esprintar y quemarme a correr en una carrera de fondo donde pretenda quedarme entre los primeros para equipararme a equipos humanos de expertos en su propia materia que conforman una cultura inmensa, para descubrir cómo se me ignora igualmente; o puedo tomármelo con calma, hacer carrera de fondo hasta descubrir con una claridad diáfana dónde está mi futuro.

La intención ajena consiste en esa incapacidad para ver nada, es la victoria de la ansiedad. Hay cientos de destinos factibles, pero todos muy lejanos para uno y llenos de aspirantes que ya están bastante cerca. A medida que te acercas a un destino observas cómo este se va quedando obsoleto y obliga a tener que elegir otro. Mientras, los que están más cerca de ese destino pueden fingir que trabajan, porque no necesitan superar pruebas estructurales, solo tienen que actuar con la continua falsedad que se espera de ellos. Sería atroz encontrar a un verdadero profesional que se desmarque de la tecnocracia.

La intención ajena consiste en que todo siga su curso convencional, sin cambios importantes. La mecánica avanza hacia la creación de nuevas y más metas. Aquellos que consiguieron algunas construyen nuevas tecnologías que aceleran el proceso a unas herramientas que ayudan a dejar obsoletas las anteriores. Se sigue negando que la obsolescencia exista, pero las evidencias dejan tras de sí un reguero de nuevas demandas de servicio que son, mayormente, prescindibles - pero que definen la nueva idea de mundo moderno.

La modernidad consiste en definir al ser humano más allá de su papel como homo sapiens, para que él sea protagonista de sus propias intenciones. Pero como la tecnología que genera, así como su manera de organizarse, está lleno de asperezas contra el perfil humano el resultado pasa por una fase de impurezas en las formas jurídicas que defienden tales proyectos - como en su tiempo pasó con el postmodernismo producto del corporativismo. Las fórmulas de las empresas alimentaron un gran cúmulo de intenciones ajenas, como un enorme Leviatán, que regurgitaba obsolescencia por todos lados. Antes de que nos diéramos cuenta la imperfección del corporativismo solo podía ser cubierta con tecnocracia: negando el deber de dar explicaciones por el propio trabajo.

Y es que los abogados se han querido quedar con la exclusividad de poder denunciar todo lo denunciable. Si no había un abogado sería imposible defender tus derechos como consumidor, usuario, o lo que fuera. Ahora bien, ¿esos tecnócratas del derecho realmente han ofrecido una justicia eficiente a la altura de las necesidades o, por el contrario, han propiciado un modelo que ha permitido reinventar la manera de ofrecer servicios que no fueran denunciables? Así se ha estado observando en los servicios de atención al cliente llenos de una agresividad pasiva, con un enorme cinismo y sadismo que provoca daños morales y materiales desmesurables hoy día. 

Lo único que sirve de contrapeso son las instituciones públicas creadas, por un lado, para justificar a esos palmeros que fiscalizan a favor de la propaganda política y, por otro lado, para emitir un mensaje al pueblo: el poder ejecutivo es necesario. Esta clase de comportamientos empuja a la sociedad a su última fase antes de la reinvención del modernismo a través de la planificación económica, y es la idiocracia.

Sin embargo, tras ese periodo de plena idiocracia, ¿podrá la sociedad ser capaz de quitarse los errores del modelo anterior y hacer limpieza para abrazar un modelo que sí sea democrático?


jueves, 29 de diciembre de 2022

La cabaña del hermitaño

Poco importan las horas que ya no cuentan, ni los minutos que dedicaste a lo que no se concluyó. Sobretodo cuando en los proyectos pasan a la obsolescencia en tu carrera personal, o en lo que se espera de uno. Existe un paso previo al Olvido y a la muerte misma, que es la muerte social. Se produce cuando se cristaliza cualquier actividad del individuo en vida, todo ese fulgor que tenía para emprender se congela porque ya a nadie le interesa lo que tenga que aportar.

Se espera de esta clase de mobiliario vivo que, por lo menos, no moleste. Que se queden en algún rincón de manera que encaje con el resto del decorado. Ya no es una agente en activo, que buscará la manera de habitar. Porque se vuelto un maniquí a ojos de los habitantes.

Desgraciadamente para marcar un hito en una sociedad hace falta muy pocas personas influyentes, por lo que la palestra es un escenario que es muy pequeño - y la memoria no puede recordar a más de uno. Es entonces cuando las viejas figuras se crionizan para mantenerlos vivos, quizá con la esperanza de que en el futuro se descubra alguna cura a esa enfermedad que adquirieron y les impidió comportarse como un habitante más.

Pero crionizar no es curar, es mantenerlo congelado a la espera de encontrar una esperanza, que en realidad no es tal por ser tan probable como lo más anticientífico. Todas estas momias en vida es a lo que tienden los que influyen cuando pierden primero su fuente de influencia, su mercado, y después su apoyo más personal (familia y amigos). Cuando se fracasa en las relaciones sociales y comunitarias entonces ya no le queda nada al individuo más allá de la propia inercia.

Esto es, en esencia, en lo que se convierte el maestro que se hace hermitaño. El hermitaño es, según el origen de la propia palabra, el que vive en la hermita - un lugar apartado que alberga un carácter trascendental para quien la habita. Desde una perspectiva anacoreta el sujeto abandona cualquier clase de relación, para volverse amargo en relaciones, intelecto y, por ende, en lo que puede ofrecer. El hermitaño es la expresión del fracaso del pacto social: porque se trata de un antiguo maestro que vio en el abandono una mejor manera de avanzar.

La cabaña que elige como nicho de mercado es cualquier cosa menos una manera de ganarse la vida. Sin embargo, ¿acaso puede elegir? Se le ha arrebatado la capacidad para avivar la liquidez, y todo lo que observa a su alrededor se congela - no hay proyectos que le inciten a avanzar. Poco a poco su vejez irá haciendo mella, junto con la percepción que tiene del mundo que lo rodea. Es así como descubrirá que para ser hermitaño también tiene que conseguir todas las personas coincidan en su manera de verlo a él: los recuerdos de juventud en los que él movía algunos hilos se deben congelar también, para amueblarlo todo en concordancia con la realidad tan compleja que toca vivir.

Se hace, por tanto, evidente: con los años los que aún lo recuerden irán olvidando o dejarán de ser influyentes. Entonces vivirá, como si fuera un alpinista, nuevos niveles de congelación en el entorno que viva. Junto con la vejez tendrá la sensación de que todo el entorno cada vez va más y más lento, porque esa figura no vale tanto la pena. Aparecerán otros, se preguntarán para qué hacer unas cosas u otras, y tendrán razón a la hora de abandonar ciertos ritos y movimientos que avivaban el fuego de la hermita.

Ni el hermitaño sabe cómo levantarse, ni tampoco lo harán por él. En algún momento dado no se podrá volver atrás, y todos lo saben.


miércoles, 28 de diciembre de 2022

Quien corta el pastel

Es costumbre leer en las competiciones premiadas siempre la misma cláusula:

To be eligible to enter the Competition, you must be: (i) a registered account holder at Kaggle.com; (ii) the older of 18 years old or the age of majority in your jurisdiction of residence (unless otherwise agreed to by Competition Sponsor and appropriate parental/guardian consents have been obtained by Competition Sponsor); (iii) not a resident of Crimea, so-called Donetsk People's Republic (DNR) or Luhansk People's Republic (LNR), Cuba, Iran, Syria, or North Korea; and (iv) not a person or representative of an entity under U.S. export controls or sanctions (see https://www.treasury.gov/resource-center/sanctions/Programs/Pages/Programs.aspx).

Esto es algo que me tira para atrás. Me invita a querer ser cubano, a no querer formar parte de estos concursos esponzorizados desde el odio, o desde países que boicotean la vida del ciudadano de a pie. La imagen que tienen de sí mismos es que son el imperio, solo ellos pueden tener la autoridad de cómo se hacen las cosas, y premiarán a quienes les sigan la corriente. El objetivo es claro: aparentar que otras formas de economía, que los que demuestran que el sistema falla, son los que viven la mentira.

Se trata de una jugada corporativista anticientífica, y en su proceso natural o muere y vence el comunismo o sobrevive y vence la tecnocracia. Ya lo hemos visto en España a través del Opus dei. Su red de profesores busca difundir el mensaje de que no hay economía anticristiana que sobreviva. Y para conseguir transmitir ese mensaje se valen de la santa desvergüenza. Con los años ha sobrevivido una suerte de tecnocracia no admitida en la organización y su relación con el estado. Es la forma natural de evolución.

El problema de la tecnocracia reside que las personas harán exactamente lo que les manden, cumplirán incluso eficientemente con la agenda establecida, y puede que hasta hagan conferencias sobre lo bien que lo hacen todo - todo muy propagandístico y con corbata. Pero si no afrontan a los pares, esos que recordarán el origen ajeno al trabajo que los colocó, entonces no podrán ser confiables: ante situaciones imprevistas no tendrán capacidad para restaurar el sistema, o se irán acumulando errores inasumibles.

Lo he visto leyendo un informe de Google. Google es terriblemente corporativista, no tiene agentes que revisen el trabajo de los que son promocionados. Solo tiene un sistema de conferencias con corbata, que fomenta la tecnocracia. Los pares son ignorados, a saber si hasta reprendidos como ocurre en grupos masónicos o en sectas como el Opus dei...

Lo mismo ocurre en Japón: ¿cómo reacciona un japonés ante un imprevisto? Ha sido colocado en un sitio pero sin necesidad de afrontar lo que hace, porque le han enseñado a no cuestionar los protocolos. Esos esquemas lo que provocan es que aumente la tecnocracia. En un momento dado la mierda llegará hasta el cuello y nadie podrá negar la situación caótica. 

El caos llegará antes en un país que en otros. Entonces el imperio deberá admitirlo: el cúmulo de errores será insostenible, además de que nadie sabrá de dónde vienen y nadie podrá asumir ni su detección, responsabilidad o limpieza. La idea teórica que se tiene en compañías como Google de que los programadors de élite se encargan de reparar imprevistos en poco tiempo es un ejemplo: en ese informe no habla del tiempo que le dedican los programadores de élite en descubrir la razón del error. Eso no cabe en la cabeza de un tecnócrata: no hay responsabilidades, solo hay piezas que se encargan de hacer un cometido sin que nadie les cuestione.

¿Y qué habrá después de la idiocracia? Socialismo o muerte. No hay más que ver cómo quedará todo. Solo la planificación económica resuelve el problema de la inmundicia. Y muchos no querrán llamarlo socialismo, pero eso es exactamente como lo venimos llamando: la prevalencia del pacto social por encima de la herencia recibida, la creencia religiosa o los poseedores del crédito. La prevalencia del individuo por encima del colectivismo: la obligación del colectivo a responder ante cada individuo. Si no se entiende el capítulo cuarto del Contrato Social de Rousseau, que es el documento más cercano que explica algo de tan sentido común entonces, ¿acaso la sociedad será capaz de organizar colectivos?

Lo malo es que se sobreviva con una planificación urgente, como pasa siempre: un sujeto aparecerá diciendo que le tenemos que hacer caso y que no hay otra - y de ahí volver atrás en derechos, volver atrás al defender gobernadores o poderes ejecutivos y, de ahí, nuevas formas de dictadura. El poder ejecutivo es un militar, y a los militares hay que darles un ámbito de trabajo específico, no cederles el control completo de todo.

La socialdemocracia no evoluciona más allá de la España de 1812.

 

martes, 27 de diciembre de 2022

Las barreras de la imagen

En otras entradas he hablado de la relación existente entre naturaleza, conducta e imagen. O eso creo recordar. La idea de la imagen está vinculada con la educación y el marco con el que trabaja una cultura, en definitiva son los memes que sostienen a una civilización. Y la imagen tiene muchas barreras, hay como limitaciones que ayudan a definir el marco cultural.

La socioléctica no es como una papilla sin grumos, sino que es como un filete lleno de huesos y cartílagos. Hay que saber hincarle bien el diente, y con mucho tiento. Quizá una sociedad realmente civilizada sea capaz de hacer papilla todo lo que come, a partir de algo menos violento - como las plantas, pero la idea de imagen que tenemos hoy día está lleno de limitaciones, y solo reconociendo las limitaciones se pueden sortear.

Cuando un necio cree que tiene el poder de atravesar una pared a sus ojos puede que la haya atravesado, pero a los ojos de quien miraba con atención observó una puerta que se abrió en el último momento. Como pasa con criaturas mágicas, puede que sean éstas las artífices de hacernos creer que nosotros también podemos saltarnos las leyes de la naturaleza, para así volvernos locos al no aceptar la realidad misma. Sin embargo, el mundo de la imagen funciona al revés: el autor del producto sabe que los surcos de la imagen no es real, pero los que miran con atención solo pueden ver cómo una persona se ha estampado contra un muro y, por ello, su comportamiento no le parece convincente.

La magia de una buena obra consiste en imbuirte dentro de su mundo imaginado. En la medida en la que el actor, el director, el autor..., no sea capaz de trasladarte a su mundo la obra habrá perdido la autoridad que necesitaba para encandilarte, para inspirarte. Y eso solo se consigue cuando el autor respeta las barreras de la imagen. Esto es, si pretendes atravesar una pared antes debes reconocer que existe la pared, luego debes comunicar que tienes el poder para atravesarla, después pasarás a la acción y clausurarás el resultado mostrando las consecuencias.

Hay que entender que la actividad que lleva a cabo un autor se le puede llamar "actuar con creatividad", por lo que si todo lo que debe hacer, su trabajo, documentación y estudio, se basa en el estudio y manipulación de la "imagen". Claro..., entonces, ¿qué es la imagen?

La imagen es el resultado abstracto de la obra. Bien podríamos decir que el conjunto de significados conforman la propia imagen, siempre y cuando recordemos que algunos de esos significados son obra del autor y de su mundo, otros son de su cultura ajenos a él y otros provienen del marco del lenguaje escogido y que no aporta valor cultural más allá de lo etimológico. El autor puede ofrecer unos cuantos semas filosóficos de su propia cosecha, y es a través de éstos como puede especular con atravesar paredes - con romper las barreras chovinistas de su lenguaje y de los marcos que tiene parejo.

Así se puede observar en las series de televisión, por ejemplo, que van sobre el rey Arturo. La idea es evocar sentimientos de nobleza, llamar a valores democráticos, etc..., dentro de un mundo oscuro y chovinista para que se vea mejor el contraste. Así observamos que la idea de justicia (o más bien equilibrio) que representa la espada es un meme que atraviesa los conceptos morales de cualquier cultura - Excalibur no entiende de derecho, imparte el equilibrio de la Justicia allá donde se use. Y ese es el mensaje que prevalece en la leyenda del rey Arturo y sus conflictos.

Cuando un objeto sobrevive a sus portadores suelo llamarlo eón (o aeón), porque es resultado de un invariante en todas las historias - por mucho que se muevan los personajes siempre habrá unos memes que permanecerán con la idea misma de literatura, y sus álgebras conforman unas barreras porque esos objetos tienen imagen propia.

Cuando a un actor un director le dice que tiene que desempeñar una actuación que él no entiende, bien podría el actor hacer cualquier boñiga de interpretación y tirar para adelante..., pero lo normal es pensar que éste quiera implicarse profesionalmente y le pregunte al director cómo enfocarlo. Y claro, tenemos cuatro tipos de directores (o más bien 5, pero no entraré a saco), en virtud del tipo de relación que tenga con su plantilla: si les da más o menos libertad, hasta cuánto se implican con las explicaciones, etc... No detallaré cuántos directores y tal, porque esto también lo comenté en otra entrada y nada me empuja a repetir entradas.

El asunto es que el actor ve una barrera y el director, con sus semas filosóficos, le empuja a tener que atravesarla. Por lo que, ¿cuántos tipos de barreras culturales existen? ¿Cuáles son las consecuencias de no saber atravesar bien una barrera? En eso consiste el proceso de creación misma: no puedes decir que eres creador si no viste esa barrera y no la atravesaste. Cuanto más gruesa fuera más grande será la victoria, pero también es más probable que muchos nieguen tu obra ¿Serás capaz de proponer un nudo cuyo desenlace no rompa el encanto? Y, por otro lado, si se mantienen las barreras más gruesas, ¿cómo podrás mantener a tu espectador interesado?

Últimamente veo muchas historias que me aburren sobremanera. Sospecho que la culpa es mía, que debe ser algo mío como personal - como si me estuviera haciendo viejo. Veo muchas barreras que se mantienen intactas, veo algunos giros que no me llaman tanto..., sí, me hago viejo. Si tan crítico me siento debería pasarme a la acción creativa y exponer mi manera de hacer las cosas en la práctica. Pero también es cierto que me he hecho viejo al mismo tiempo que ha aumentado mi aislamiento, así que no tengo un mercado a quien dirigirme.

---

He querido parar a comer antes de continuar. En estos días estoy desarrollando dos nuevas líneas de investigación posiblemente innovadoras para el Deep Learning, que tarde o temprano, podría demostrar su valía una vez desarrollados en condiciones. Según mis pesquisas tienen cierto carácter general, pero siempre hay que probar las cosas empíricamente y afrontar el resultado de las métricas, y los tiempos de entrenamiento y predicción - según el caso. Anoche mismo concebí una manera de enfocar la clasificación multiclase - basado bajo la filosofía reinforce learning, que permite una manera dinámica de entrenamiento y predicción al instante basado en el sistema SABE (VAWM), que podría casar con la manera de hacer casar los nudos con los desenlaces y vincular la evolución social del sistema de información con cómo se computa un juego de ajedrez... Cuando se pueden casar conceptos que no tienen nada que ver te das cuenta de que tus teorías van por el buen camino.

Pero difícilmente podré publicar nada. A mí solo se me "permite" publicar cosas que están a medias, intentando sancionar lo conocido. Ya veremos qué pasa con los challenges de Kaggle, ¿veré complots y jugadas? ¿Me servirá al menos para mejorar mis técnicas y aprender?

--

Observamos distintos tipos de barreras. Como ya sugerí en varias ocasiones, una es la barrera de la propia civilización misma a la hora de trabajar con marcos que nos son muy parecidos, pero que en cada civilización tiene lecturas muy diferentes. La barrera cultural orienta y la occidental hemos visto cómo Japón quiso fusionarlas, pero la única forma que han tenido de hacerlo es respetando a ambas. Aun a costa de quedarse, en parte, con lo peor de ambas y también con lo mejor. Evolucionar es más lento cuando crees que debes respetar ciertas barreras para preservarlas.

Otra barrera que encontramos es la barrera de la educación. Esto lo habré comentado en varias ocasiones: un tarzán puede reconocer ritmos musicales, cuándo son tristes, épicos..., pero lo que no va a comprender es el significado de la banda sonora de Desayuno con diamantes como lo entendería quien haya visto la película. La música queda huérfana de significado hasta que la sociedad lo vincula con otro elemento cultural. De ahí que quien conozca ese elemento es víctima de no entender el recurso literario que supone. Por otro lado, el arma más terrible que tiene un dictador es la que le permita convencer a su pueblo que no necesita ser educado. Porque detrás de esos casamientos culturales también está el verdadero poder de una democracia, que es la participación del pueblo en las decisiones morales que le atañen a su propia sociedad: decidir el para sí, según los términos existencialistas.

La siguiente barrera es la del entendimiento. Bien se puede llamar la barrera de la intolerancia, pero no es justo darle valores morales a las barreras, porque éstas han sido puestas para comprender mejor las cosas. Esta barrera se produce cuando se frivoliza sobre un tema, y esta frivolización suele estar vinculada con un chovinismo (según los términos marxistas, que son el único que uso): el que se vale de la exposición de esta barrera consigue dar a entender una costumbre, frivoliza sobre ella, y ayuda a desaprender alguna clase de vicio. Para eso, de hecho, sirven las religiones: se crea un rito que promete conectar con lo trascendental, cuando en realidad se ha creado una barrera entre el entendimiento del propio rito con la conexión hacia lo trascendental. Si no existieran estas barreras no sabríamos dirigirnos con eficiencia a las personas más banales. Allá donde la psicología no llega siempre habrá una religión que consuele. Aunque la barrera del entendimiento bien se puede considerar un juego de lenguaje, como diría Wittgenstein, en este caso una manera emotiva de poder compartir lo que solo puede imaginarse desde el fuero más personal. Por eso, al ser fuente de poetas, la intolerancia se convierte en discriminación, o en el centro de atención de aquello que representa alguna clase de trascendencia.

La última barrera, quizá, es la más difícil de comprender. Es la barrera de la evolución histórica, mediante el cual el individuo ha concebido lo que Gustavo Bueno llamaría un cierre categorial. En este caso nos encontramos ante un individuo singular, para Nietzsche un superhombre, y éste al intentar hablarnos no podrá. La barrera del cierre no es la que rompe todas las barreras, sin más, es la que reconoce la existencia de dicho cierre y, por tanto, que el arte tiene una evolución y una conclusión. Y junto con esa conclusión un invariante. Antes de dar con ese invariante los personajes de las historias eran invocados para integrarlas, y sus vivencias estaban llenos de casualidades; al descubrir el invariante se observa una enorme matriz donde colocar tus piezas, mientras estan juegan bajo unos marcos. En esta perspectiva, los personajes convencionales pueden parecer infantiles para el que conozca el cierre, y su perfeccionamiento aburridos para el que lo desconozca. Romper esa barrera implicaría conectar culturas que han conocido el zenit cultural, como la literatura española, con otras que siguen en etapas clásicas o estructurales.

Por otro lado, la idea de creatividad dividida en sus fases de desarrollo consiste en cuatro partes:

Anotación. En este punto se anotan referencias exactas, vinculando una connotación abreviada con su denotación, además de incorporar explicaciones ajenas o propias al margen. Se debe evitar anotar lo que se copia con las propias palabras, es un mal vicio que contradice la creatividad: lo que es propio no es de los demás.

Apuntes. En este punto se incorpora la curiosidad, se hace una selección de las anotaciones para agruparlas en una columna que conforme una razón por la cual replantear las notas.

Acción. Aquí es donde se elige cada paso de manera procedural, imperativa. Sin pensar se actúa, se allana el camino para avanzar hacia una dirección prevista.

Agradecimientos. Al final obtenemos el cierre categorial reconociendo las limitaciones, o los éxitos allá donde haya que hacerlo. Esto permitirá olvidarse de lo hecho para avanzar en el siguiente trabajo.


El proceso de la creatividad está vinculado con las distintas dolencias que puede sufrir la mente: perversión, depresión, ansiedad y fobia. El bloqueo en uno de estos cuatro puntos conllevará a su correspondiente dolencia, sabiendo que por cada proyecto diferente puede existir un bloqueo en un único lugar, pero independiente - por lo que puede haber distintos tipos de bloqueos para así sumar hasta 16 estados anímicos mentales.

Es decir, la persona más creativa es la persona con menos bloqueos y que, al mismo tiempo, sea capaz de localizar las barreras para, a su misma vez, saber estar conectado con quienes no las ven para proceder a dibujarlas en una socioléctica, hacerlas resplandecer con la aparición del nudo, dar a entender los dos lados de la barrera enseñando la bifurcación para que, al final, pueda cerrar la exposición exponiendo el resultado de la decisión adoptada por el espectador.

El orden puede hasta cambiar, porque esta barrera también es susceptible de ser superada por parte de quienes hayan superado el cierre categorial de la creación estructural.

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

La filosofía más oscura de la escapada

La singularidad es lo que está rayando las corporaciones y ciertas comunidades, intentan hacer que un ordenador entienda el comportamiento humano - o lo suplante mientras lo sobrepasa. Sin embargo, las fórmulas que usan, sus maneras, ya han sido implantadas en la sociedad y la han colapsado. Los individuos somos víctimas de "nuestra" incapacidad para organizarnos. Bueno, ¿nuestra? Cuando yo era un burgués, como todos los adolescentes, no sabía en qué consistía la urgencia..., la escapada.

De vez en cuando aparecen criminales resultado de la desesperación, como parecería insinuar la película de "El joker" con Joaquín Phoenix.  Entonces el criminal decide acabar con todo y se lanza a llevar a cabo una singularidad, comete una escapada - porque no puede salir de su bucle de dolor, y lo único que tiene en mente es cómo materializar su "humor", cómo alcanzar el último grado de gracia evidentemente en un programa de variedades.

La singularidad que busca la máquina pasa por la sustitución del ser humano. Sin embargo el ser humano ya fue substituido desde hace años, para pasar a formar parte del engranaje de las máquinas que conforman los verdaderos pilares de la socialdemocracia, que no es el capital, es el crédito. No hay que temer a los que tienen dinero, sino a los poseedores de la deuda. El dinero es algo que te pueden quitar y se puede especular con él, pero el crédito es completamente incombustible.

Mediante un buen estudio sobre los efectos, por ejemplo las letras comerciales, se puede comprobar cómo se puede crear dinero de la nada - y que no quedará reflejado en ninguna oficialidad. Siempre es posible ganar de manera especulativa cuando una persona sea capaz de expedir, por ejemplo, un cheque, el que lo reciba lo use como dinero para pagar a otros, y así sucesivamente hasta que le sea devuelto el mismo cheque a su emisor para pagarle un servicio. Ahí no hay estado que sancione nada, es un movimiento anárquico. Y además no es posible quebrarlo, porque es más trivial que el más trivial de los contratos: si prohibes la deuda comercial y sus letras entonces o prohibes la libertad de contrato y empresa o la ley se queda en papel mojado que no afectaría a nada a lo financiero.

El asunto es que la maquinaria más eficiente ha sido capaz de recoger a sus dueños y, valiéndose de las fórmulas del capital, hace que las personas se pongan a su servicio. Ya las personas desde hace años ya no son personas, se rigen por la agenda digital con unas cárceles muy bonitas de donde no podemos salir. Salvo los que den con la escapada.

De vez en cuando aparece un extremo criminal que actúa de manera impulsiva. Se le tilda de loco, pero cuando hablas con él aparenta ser más bien un filósofo. Puede tener un perfil muy alto y, al mismo tiempo, debe admitir un delito de envergadura. Es alguien que se ha escapado, que no ha aguantado las condiciones inhumanas que le obligaban a tener que asumir - donde no existe el mérito personal, el candor humano ni una idea de justicia social elemental. En cambio lo que se observa es una enorme frivolidad donde los que menos tienen que asumir en pérdidas son los deciden por los demás.

Pero he vivido durante años desde abajo, jugando las 90 horas semanales sin mayor esperanza de poder alzar el vuelo, y sospechando que ni las instituciones públicas ni las privadas me van a dar una manera de escapar. Hace poco, por motivo de la pandemia, me obligaron (a punta de pistola) a cerrar el local y noté una desesperación que no tenía antes de abrir la tienda - la desesperación del silencio social, la desesperación del que no tiene motivos para investigar, ni para estudiar ni progresar porque no seré escuchado. Escuché mi propio silencio y la ausencia de motivos allá donde estoy para encontrar nada. Si cerrara la tienda, ¿adónde acabaría? ¿acaso no me podría volver loco? No podría volver atrás porque en este tiempo he descubierto la desesperanza de haber intentado contactar con Moncloa y que no sirviera absolutamente para nada - aun teniendo razón. Todo esto solo me ha servido para darme cuenta de las enormes deficiencias que tiene el modelo democrático.

Y aquellos que quieren escapar es porque la democracia no le pide participación. Las fórmulas automáticas y protocolarias que usamos nos programan como máquinas para que se rechace cualquier singularidad, y así funar al diferente. El sistema se autorregula mediante los medios de comunicación como, en su tiempo, predijo Marx, y eso provoca que dicho comportamiento se convierta en un meme que piensa como la máquina. Por eso la máquina puede predecir muy bien nuestros movimientos, ya que son suyos propios, no son movimientos de esperanza - son inhumanos. Pretender escuchar las voces democráticas de los que claman un cambio supone romper con las fórmulas que acaudalan a los poseedores de la deuda de los que deciden por nosotros. Cada vez que los que acaudalan se dirigen al gobernante de turno lo tienen claro: buscan la manera de alimentar la libertad del crédito.

Más apalancamiento, más especulación de pago extraordinario... Y luego viene otra crisis financiera y, con ella, la externalización de la crisis a los que no tienen culpa de nada. Muchos se moverán entre los estercoleros para intentar revilatizar el sistema que las máquinas pueden predecir desde sus fórmulas bursátiles.

La idiocia llegará y muchos habrán pretendido escapar antes de volverse locos. Algunos serán tratados de bohemios, otros de locos, los habrá suicidas y, por supuesto, los criminales. Pero el crimen del que hablamos no es el de la mala persona, sino el del insensato - el que intenta hacer pragmático el sueño que se ha quedado prohibido tras haber hecho en esa sociedad lo que supuestamente había que hacer siempre. Es decir, es la persona humana la que no comprende cómo funciona la humanidad y su singularidad es la que le permitirá escapar de la trampa de la matriz que la atrapa.

--

Hoy mismo iba a empezar con los cálculos de la matriz en cuestión. No son para tanto. Puedes albergar los algoritmos de clasificación supervisada, si son lineales, mediante un cálculo matricial que adelanta muchos resultados. Cuando la sociedad se comporta dentro de esa matriz lo que tenemos es una manera sencilla de especular con la demanda..., para todo, ahora resulta que ya hablamos incluso de redes sociales. Todo esto se estudia para abaratar los costes. Y, claro, ¿qué pasa con los que no cumplen ese principio de linealidad que le resulta tan económico a la máquina? ¿qué pasa con los que no cumplen esa economicidad por el que se mueven las mayorías? ¿qué pasa cuando se supone que a ti te debería de gustar llevar esta ropa y no la que buscas? ¿qué pasa cuando se supone que a ti te corresponde llevar esta vida y no la que deseas? ¿qué pasa cuando eres merecedor de otra vida y tampoco te la permiten? Sin importar lo mucho que trabajes, lo talentoso que seas, lo culto, la capacidad para analizar... ¿Qué pasa cuando una persona se sale de la norma? En una democracia se le escucharía, porque el pacto social no sacrifica a nadie ¡Tan grande es el sistema y no es capaz de negociar con las pequeñísimas excepciones! 

Un humano sí puede negociar. Pero una máquina ni se lo plantea, porque no está programada para entender esa posibilidad. Ésa es la respuesta al enigma. Y ése es el punto a comprender. La escapada es el final extraño que tiene la película cuando de repente el presidente decide hacer algo fuera de lo normal, y cubre con el presupuesto el problema. La máquina no ve el problema, el sistema de crédito no da crédito, y no hay forma de abrir una partida para algo tan pequeño. Porque lo pequeño es insignificante. Lo insignificante es irrisorio. Y el político no escapará de ese esquema, más bien se reprenderá por bajar al populacho.

Pero el problema no es que el político sea inmisericorde, que lo es, sino que tenemos un poder ejecutivo donde deberíamos simple y llanamente no tenerlo. Mientras hayan unos dictadores que finjan ser necesarios los presupuestos quedarán aprobados bajo esquemas controlados por los que financian a sus partidos, que a su misma vez, se moverán por agendas globalistas internacionales fáciles de predecir con cálculos lineales. Ahí la máquina está en su mundo, y nosotros somos su esquema. 

Tan pronto como el ricachón de turno acabe en la cárcel por hacer algo ilegal en su red social, en realidad era la misma máquina que lo envía a prisión la que le recomendó negociar con los datos personales de las personas. Es un juego perverso donde la humanidad no pinta nada, salvo que vivamos la singularidad y acabemos escapando.


Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares