Un programa te dice si vas a delinquir, o te dice si vas a votar a un partido político u otro..., y hay quien no comprende en qué se fundamenta esa tecnología. Pues bien, es la misma que se usa para que una máquina pueda ganarle al ajedrez a un maestro del ajedrez hoy día. Pero antes de nada, voy a ir aclarando posibles malentendidos que haya generado con estas afirmaciones.
Cuando Deep Blue venció a Kasparov lo que se hizo fue aprovechar toda la tecnología en hardware de la época para conseguir que la máquina sea capaz de incorporar no sólo la notación de una partida de ajedrez sino además el mayor número de posibilidades en mínimo tiempo de cómputo. Esto es, calcular a palo seco millones de jugadas por segundo es algo que da vértigo. De ahí surgía la duda: la capacidad de análisis del ser humano más experto de la época en un juego muy específico contra el poder de cálculo puro y duro.
Y la cosa es que parecía que sólo con teoría de aperturas y poder de cálculo Kasparov pudo ser capaz de rayar la victoria. Así que los programadores, para las últimas partidas, incorporaron en la base de datos de la máquina las partidas de Kasparov; y fue cuando el ordenador empezó a hacer cosas tan raras como sacrificar una torre sólo para obtener ventaja estratégica.
La victoria fue aplastante, y entonces las técnicas del software no habían dado el cante: todo era hardware.
Con los años ahora se han presentado una serie de técnicas que al parecer los militares venían aprovechando - pero que al estar en secreto el resto de la comunidad no tenía derecho a conocer los detalles válidos, científicos, de dicha tecnología. "Es útil", decían. Pero no había evidencias de ello. Tenían que pasar muchos años antes de ver en qué se basaban para decir que esas técnicas servían para algo.
Y es que cuando una máquina coge a un afroamericano y dice que será un futuro delincuente cualquiera podría pensar que la máquina nos está diciendo que la razón por la cual será delincuente es por ser negro. Cuando en realidad lo único que ha hecho es constatar una correlación dentro de un sector de la población.
Sin ir más lejos, este mismo estudio si se hiciera en Kuwait, sabiendo que los más blanquitos suelen ser extranjeros y viven en situación mal pagada, todo apunta a que los resultados se inviertan. Lo que quiere decir que es interesante distinguir entre los resultados más factuales y lo que conformaría la teoría en sí misma.
Decía Bueno, si no recuerdo haberlo leído mal de Armesilla, que todas esas afirmaciones podían dividirse en tres grandes grupos; como no recuerdo sus nombres usaré una técnica nemotécnica: afirmaciones presentes, pasadas y futuras. Y debo decir que esos planteamientos de cara al dualismo y el monismo me saben a una grata mejora, que encajan perfectamente con mi artículo de filología sobre la pragmática. Aunque no lo desarrollaré aquí.
Dicho esto, en las afirmaciones pasadas encontramos todo lo muerto y, por tanto, lo que ya está perfecto. Ahí podemos colocar la idea de Dios, los teoremas matemáticos, las teorías que justifican las cosas, etc... Si decimos que los negros son delincuentes deberemos colocar esa afirmación en el pasado.
Por otro lado, las afirmaciones presentes son esas cosas que existen. Lo que existe no se puede mezclar con esos maximales que están muertos, pues lo que existe es perceptible en su imperfección. Podemos dar fe de lo que vemos, y suena extraño que alguien insinúe que ha sido testigo de la presencia de Dios. Es decir, aquí colocamos las afirmaciones factuales, los hechos, lo real, lo tangible..., cuando algo se correlaciona lo ponemos aquí. Pero conectarlo con las afirmaciones pasadas puede ser pretencioso: porque no tenemos mecanismos para asegurar que es correcto lo que hacemos.
Por último tendremos las afirmaciones futuras..., que es donde colocamos nuestros deseos, intenciones... Ahí es donde definimos, por ejemplo, nuestros roles dentro de la sociedad: el significado de ser mujer, por ejemplo, el para-sí del existencialismo, etc... Nada que ver ni con los genitales fácticos ni con el papel ritualístico que desempeña el feligrés ante la idea de Dios.
Dicho esto, como buena introducción, podremos comprender que cuando una persona cree que el sol va a salir mañana en realidad no lo cree porque un físico se lo haya dicho. Si alguien piensa que necesita un experto para asegurarle porqué el sol saldrá mañana también entonces esa persona debe ser bastante pánfila.
Lo que hace que la gente se constituya una teoría del comportamiento de nuestro sol es porque le asume a los hechos a los que está habituado un papel importante: cuando vemos fenómenos naturales no nos importará que tales fenómenos se adueñen del imperio del pasado para así poder asumir mejor los retos del presente compatibilizándolos hacia nuestras pretensiones futuras. Así es como nacen los dioses, las creencias, los ritos... Desde ese miedo. Y es el miedo al desorden también el que provoca la creación de orgánicas, de posiciones de poder, como esas cosas existieran o tuvieran relevancia en la realidad.
Son ideologías y dogmas porque no reconocen las tres naturalezas diferentes de las afirmaciones: presente, pasado y futuro. Naturalezas que ya desarrolló Gustavo Bueno de manera mucho más detallada, inteligente y, por supuesto, con nombres más adecuados. Recuerdo, sin ir más lejos, la conferencia donde este filósofo demostró la inexistencia de Dios - sé que tiene nivel para estos temas. Ya he escuchado su lenguaje en una conferencia. Aunque en otros temas, a mi juicio, errara...
Una vez dicho esto se puede comprender cómo una máquina puede correlacionar el rostro de una persona con el partido al que va a votar. Es decir: a quién votará es un concepto futuro, por lo que la máquina sólo puede especular y probablemente acertará o no. Sin embargo, el hecho de que exista tal estudio y unas conclusiones cercanas al 77% significa necesariamente que las masas se comportan de alguna manera o, incluso, que el lenguaje progresista o conservador afecta al crecimiento celular o la psicología de la gente. Es decir, la teoría de Mises de que los comunistas están como una chota quedaría reflejada en este estudio..., o lo contrario, pues las correlaciones no tienen color: puede que el estudio demuestre que quienes están como una chota son los liberales.
Hubo otro estudio que demostró que el cerebro de un progresista internamente se organiza diferente que la de un conservador. Así, no es de extrañar que ante un crecimiento diferente éste pueda generar facciones visibles en una máquina y que sean discriminables aplicando la técnica del "Principal Component". Es decir, la misma técnica que han tenido que usar para crear las famosas PCR que adivinan cuándo una persona tiene el coronavirus.
Estas técnicas tienen muchos falsos positivos; pero funcionan bajo una probabilidad: 80%, 70%, etc..., y hay que comprender que si existe esa probabilidad entonces debe haber alguna ley que conecte los hechos.
Por ejemplo, vemos que los afroamericanos delinquen; ¿es posible que sea por la brecha salarial? ¿es posible que haya un techo de cristal social? Entonces la afirmación en forma de teoría nos hablaría de la existencia de una estructura racista en el país que induce a que una persona se vuelva delincuente. Pero claro, todo esto es tan difícil de demostrar como aseverar que los negros nacen para la delincuencia. Hay que establecer dónde colocar la teoría más conservadora - y lo normal es partir de los Derechos Humanos, pues lo sorprendente sería descubrir que el tono de piel te vuelve gilipollas. Si fuera eso se prohibiría a la gente el tomar el sol en la playa..., digo yo.
Por eso he escrito este post para que la gente entienda el papel de la estadística y no la confunda con el papel de la lógica o con el papel de los deseos. Son tres conceptos que funcionan en tiempos diferentes e irreconciliables.