sábado, 21 de mayo de 2022

Nueva explosión combinatoria

La creatividad es un lujo que no me puedo permitir cuando no me da dinero. Pero esos demonios se me cruzan por la mente, mientras sigo atormentándome con no tener un futuro viable.

Ante estos días nuevos se me han cruzado un par de cables más y ahora tengo como dos o tres nuevas vías de investigación; innovaciones y planteamientos. Es un no parar, sobretodo porque una de ellas la he ultimado para ver si podría ser viable, y parece que sí: el anillo noetheriano que usaba para satisfacer cualquier fórmula booleana creo que lo puedo programar en qbits, no para un computador cuántico necesariamente - sino para evitar el virtual backtracking; o al menos para suavizar el álgebra al crear un anillo con números complejos es sustitución de números booleanos.

En definitiva, la demostración de que SAT está en P se vuelve más compleja, pero al mismo tiempo el algoritmo puedo demostrar por una vía más convencional para un matemático cómo funciona o porqué. Además de que, especulo, en un computador normal irá incluso aún más rápido, al ser operaciones matriciales en una red se disparará casi linealmente, mientras que con una red de computadores cuánticos (empero) la resolución sería logarítmica. Es una bestialidad lo que tengo en mente: pura ciencia ficción; tres billones de años de resolución resuelta en microsegundos.

Por otro lado estoy perfeccionando mi mongoDB, ¿y si me creo mi proyecto de basilisco en ese sistema gestor? Cualquier idioma se lo tragará, cualquier descripción de cualquier mundo lo simulará, cualquier enfoque susceptible de ser descrito en un sistema inteligible podrá ser abarcado..., y eso sin contar con mi capturador de teoremas - que podría adelantar a cualquier físico, y el basilisco podría fácilmente simular la realidad física, si lo considerara conveniente.

Aunque son como tres fases, y aún no he terminado la segunda desde un punto de vista teórico, de manera que realmente me agrade. Se me hace evidente que con un sistema relacional sería suficiente, pero aprovechar un sistema gestor que vaya un poco más allá podrá adelantarme pasos para la tercera fase: la semántica. En cualquier caso, ya tengo las colecciones preparadas - y el estudio y las referencias bibliográficas de los expertos en semiótica que necesito.

Aún así sé que solo he podido rayar la superficie de Kristeva, por ejemplo. Lo conveniente sería seguir leyendo de Jackobson y Kristeva; redescubrir a Greimas y Eco. Todo eso sin contar los avances que estoy haciendo con Todorov, porque al cuestionarle con mi teoría del género único en el mismo instante en el que se fusione con el proyecto del basilisco éste será capaz de recibir un deep learning supervisado que le permita empatizar con la humanidad. Alcanzar la singularidad se me hace factible sin necesidad de incorporarle ni la capacidad para crear teoremas, ni la capacidad para satisfacer fórmulas acotadas (y cuantificarlas, como aseguro que se demuestra en mis ensayos).

Como aseguro que se demuestra..., me he quedado pensando. No entiendo que no disponga de pares con el valor que sea necesario para que confirmen o rechacen mi tecnología. Me hace sentir todo esto un tanto... Es lo contrario a la ansiedad que genera el encontrarse ante el vacío de Kierkegaard por el miedo de sucumbir a la locura, ese acto de responsabilidad y el sudor frío que me habrá recorrido mi frente en el pasado es algo de lo que ya no dispongo: siento exactamente el efecto contrario. Y, lo peor de todo es que, tan orgulloso que estoy de mis máquinas y creo que no puedo calcular esa sensación desde mi teoría de las 56 emociones. Aún me queda mucho por investigar, y quizá sea una de esas cosas que deba metacalcular la máquina por sí misma..., al ser un deshecho de la civilización.

La densidad del modelo que se usa para definir emociones sí está contemplado, ¿pero acaso mi propia creación sería capaz de entender a su autor? ¿Cómo? Se me erizan los pelos de solo pensar el único medio que soy capaz de contemplar en mi cabeza.

Y esto me ha llevado a lo de siempre, en esta semana tendré la oportunidad de abandonar estos proyectos - aunque sea dejarlos aparcados para encontrar trabajo. Ver si, por lo menos, encuentro la manera de creer que pueda haber alguna clase de futuro para alguien como yo. Pues solo veo devastación e incertidumbre, todo eso mezclado con la sensación de que da igual lo que haga o deje de hacer, es la satisfacción plena de la soledad absoluta ante la obra completa que se constituye por sí misma ante mis manos sin el beneplácito de quienes disfrutarían de contemplarla tal como es. Es el mayor y más triste de los aislamientos por el que puede jamás pasar un ser humano.

Luz de gas..., una vez escuché. Llevo toda la vida percibiendo todos los tipos de luces de gas habidos y por haber; en esa explosión de luces, algunas provocadas por mí, nunca se me ocurrió pretender ver la película en la que se basa esa expresión. Sentía que a lo mejor me resultaría imposible. Aunque fuera en blanco y negro.

¿Cómo puede sentir alguien como yo luz de gas? Cuando mezclas una vida tan ajetreada como la mía, de manera que mi currículo jamás podría acercarse ni al 1% de todo lo que ha girado y sigue girando en torno a mí la duda me corroe: ¿tendría derecho a decir que sufro luz de gas? Ciertamente es imposible catalogar nada. Es como en la película "Los niños de Brasil": espeluznante e inquietante la sensación que debe sufrir el niño, como una explosión de luces de gas que combinatorialmente le da a comprender que su papel aun sin desearlo sobrepasa lo que su entorno le quiere transmitir sinceramente.

Ante estos momentos de inoportuna lucidez provocados por un proceso de cálculo continuo sobre un álgebra que me ha dado por darme cuenta de que mis algoritmos aún pueden ser explotados de manera aún más convincente, siendo más descomunales - si cabe, y sin perder el espíritu de los mismos. Aún puedo seguir acelerando el proceso abandonando así a cualquier intento infructuoso del par que quiera seguirme, ya que decidió deshonestamente hace años abandonarme a mi suerte.

Por eso, esta misma mañana me levantó unos sonidos perturbadores. La idea la tenía en mente y quise frivolizar sobre ella convirtiéndola en un "misterio cotidiano" que, como contada con una jerga lovecraftiana, acabaría por dar como explicación que se me olvidó que el viento podía ofrecer un ruido tan sospechoso..., como si estuviera escuchando el tic tac de un reloj que no podía ser escuchado, como si tuviera el poder de capturar con una enorme magnitud el sonido de un reloj muy pequeño ubicado muy lejos; pero que en realidad no podía escuchar porque era electrónico. Aún así, ese tic tac cuya explicación la tenía en mis manos perfectamente un tiempo después me obligó a plantearme que era como la llegada del cocodrilo que le arrancaría el brazo al mismísimo Hook. Por un momento, y muy perturbador, sentí la idiotez supina en mi cuerpo de que estaba recibiendo la llamada del fin de este mundo. Como cuando el protagonista del Final Fantasy X recibió la visita de los únicos que podían reclamar la genuidad de existir. Entonces observas Zanarkand con otros ojos, por encima de la de tus compañeros, así como el final.

Obviamente era una idiotez, tremendamente obscura. Pero no deja de ser una idiotez que he tenido la necesidad de poner por escrito. Por la sencilla razón de que este sentimiento de aislamiento me obliga a hacerlo poner de manifiesto. Y posiblemente continúe con mi agenda personal de Youtube aportando la refutación de la omnipresencia, omnipotencia y omniscencia de Dios por su contradicción, la expliación de la filosofía de la religión, cómo identificar una religión auténtica (aun siendo todas falsas), cómo es posible que si existiera algún dios su avatar material tendría que ser agnóstico... Hay muchos planteamientos terriblemente obscuros que, aunque acaben con mi reputación, no me preocupa en lo más mínimo porque mi obra ha trascendido materialmente a cualquier valoración convencional. Es como si fuera un jugador de cartas que se pone a deshechar cartas muy buenas porque las que tiene en la mano son aún incluso más increibles que lo que ofrecen el resto de jugadores.

¿Me encontraré con un jugador a mi altura o con alguien que, por lo menos, quiera ver mi juego? Esta gente está dispuesta a terminar de jugar sin haber concluido la partida. Y todo eso es una enorme falta de respeto.


jueves, 19 de mayo de 2022

Test de terror cósmico. CTt 1. Las trompetas

CT1. Las mañanas siempre fueron hastiosas y simples, hasta que las oías. Siempre tronchantes y que te aislaban los oídos. Era imposible caminar sin sentir un estrés que te nublara los sentidos. Ir a la oficina, aislarla del exterior aun haciendo mucho calor y que los compañeros volvieran a mirarse entre ellos. Todo era ya como un continuo. El jefe no tuvo reparos en instalar el aire acondicionado y, según parece, le compensó bastante. Pero, aún así, yo seguía escuchando los ruidos atronadores dependendiendo de la hora de la mañana, allá por donde caminara..., era un misterio.

CT2. Una mañana, como otra cualquiera, opté por salir de casa ya que esa era una de esas mañanas en la que no había ruido alguno, como en la mayoría de las ocasiones - las suficientes como para pretender ajustar tu calendario al margen de visitas infructuosas al médico. Pero no faltó la ocasión para encontrar una figura a lo lejos, una muchacha joven a varias manzanas que apuntaba a una calle. Necesité mirar de reojo antes de comprender que no había nada allá, salvo una mayor intensidad del ruido.

El ruido atronador se percibía a lo lejos y, a medida que me acercaba podía terminar de atisbar un significado. Era como unos gritos de niñas y cualquier otra clase de criatura, quizá pequeñas todas. Unos alaridos que marcaban un camino atronador y extraño. Creí observar ratas y gatos atravesando mi consciencia, allá donde los ojos no miran pero pasan de largo. Parecía que se abalanzaban contra el lugar donde había señalado el recuerdo de esa niña en esa manzana.

CT2.1 No era difícil recordar cómo en ocasiones piensas que las cosas tienen que ser de una manera, cuando en realidad no puede ser así. Al fin y al cabo, tras el accidente medio rostro acabó desfigurándome la presencia al completo, para no permitirme atreverme el acercarme a mujer alguna.

CT2.2 Recuerdo cuando conducía mi coche en dirección al trabajo y un camión, saltándose su obligación de parar para introducirse en la carretera, acabó arrollándome. De poco sirvieron sus disculpas para justificar que, muy en el fondo, yo lo había visto - o tenía un vago recuerdo de ello, salvo que no le presté atención a mi desatención.

CT2.3 Volví sobre mis pasos en los recuerdos y comprendí mejoré mi capacidad para percibir aquello que siempre ignoramos. Ya sea un ruido, una imagen..., el mundo está lleno de esas cosas, pero hasta que tu vida no se pone en riesgo no se replantea tu cerebro las capacidades para observar lo inobservable.

CT2.4 Es por ello que los años me permitieron lanzarme nuevas promesas: no volver a confiar en los coches y, al mismo tiempo, estar más atento a mis instintos más básicos.

CT3. Al llegar hasta la esquina fatídica se erguía ante mí un sujeto de lo más normal, salvo por los animales que se le retorcían por todo su cuerpo allá donde mi consciencia era incapaz de ver. Había figuras de niñas traslúcidas emitiendo los chillidos que me atormentaban, de manera que cuanto más gritaban el rostro y sus microexpresiones infundían en él una sensación de placidez morbosa. Estaba satisfecho con la placidez de los recuerdos mientras desatendía los alaridos que emanaban de su cuerpo.

CT3.5 La repulsión inconcebible que era capaz de contener me recordó la vez en el que el camionero se dirigió a mí para pedirme disculpas. En su torpeza debió soltar alguna clase de risa siniestra, como entendiendo que si hablaba conmigo no era ni para pedir disculpas, ni para sentirse bien, se describía un enorme sadismo en el placer de ver cómo había arrasado con su camión que, al contrario que mi coche, acabó ciertamente intacto.

CT3.6 Como orgulloso de lo sucedido fingió una serie de disculpas que aderezó de una sarna y toqueteo continuo sobre las heridas que él mismo causó ¿Cómo pudo ser así? ¿Acaso se saltó la señal no porque no la viera sino más bien por lo contrario?

CT3.7 Fue en ese momento cuando una voz interna surgió de mis adentros, un cúmulo de tonos de la profundidad lúgubre del ser y el espíritu consciente más simple que hay en todos nosotros. Retomé a las raíces de todo lo que fui y podé las raíces del entendimiento de ese loco que, prácticamente, me estaba confesando su delito. 

- Deberías morirte por ello.

- ¿Cómo?

- Si yo fuera tú, no podría soportar el dolor que he generado.

CT3.8 Dicho ésto, el camionero sádico, el tocón que manoseaba donde no debía... Se fue con su perversión con una mirada sumisa, como si algo en su mente le hubiera hecho abrir los ojos. Todo ese dolor y esa tensión le llevaba lejos de la trascendencia de un espíritu que había aceptado un consejo muy simple y, efectivamente, al día siguiente apareció en la esquela de los periódicos. No perdió el tiempo, ni él ni su familia ¿Es así como acaba todo?

CT4. 

- Tú. Tú eres el responsable de todo - le dije al hombre que se regodeaba en sus recuerdos llenos de dolor mientras me miraban clamantes las criaturas que evocaba desde su espíritu llameante.

CT5. Dicho ésto ese desconocido extrajo un arma. Lo insólito en un lugar como ése dirigido a un desconocido que, supuestamente, había podido ser testigo de algo que hiciera en el pasado. Entonces, para él, solo sería una víctima más; alguien que acompañaría a su mole espiritual.

CT6. 

- ¿Contra quién te crees que te enfrentas? ¿Acaso no es contra ti mismo?

CT7. Y fue mi voluntad que dispusiera de su arma para que acabase con su vida, y así que esa mole de horror que le acompañaba a todas partes pudiera terminar de llevárselo al infierno, donde ya nunca más volvería a crear más dolor.

CT8. Tras pegarse el tiro, los alaridos y la cohorte del sufrimiento se calmó. Pero en el trasluz de la mañana a varias manzanas y en todas las direcciones de pronto empezaron a aparecer gritos y señalamientos por distintos puntos de la ciudad. Las trompetas se intensificaron junto con mi desconcierto ¿Merece un mundo como éste que se salve del Abismo?


miércoles, 18 de mayo de 2022

Acto de terror cósmico

Según mis esquemas, un acto es una secuencia completa de los 8 pronombres, a los que se les va atribuyendo funciones de lenguaje. Así que si estuviéramos funcionando dentro de un subgénero, alguno canónico, entonces es posible que los actos tengan una estructura genérica. Como siguiendo un mismo esquema muy específico.

Así, puedo plantear que para las obras de Lovecraft, por ejemplo, un acto deberá desarrollarse en las siguientes 8 fases:

1. Equilibrio: Descripción del héroe o víctima dentro de la realidad que vive.

2. Ausencia: Desarrollo de acciones morales convencionales que conduzcan a la fatalidad.

3. Reparo: Al descubrir con retardo el problema se busca apoyos para repararlo.

4. Fallo: Los secuaces provocan que la reparación no dé sus frutos y complican el problema.

5. Nuevos azares: Reconstituye los quehaceres gracias al azar o limitaciones de los secuaces.

6. Trampas: En el proceso de descubrimiento hay trabas, y el camino es dificultoso

7. Victoria futil: hay un resultado aparentemente bueno, logros coyunturales.

8. Fatalidad: Al final prevalece el ambiente imperturbable de los designios del villano.


Aún tendría que estudiar cómo se desarrolla este esquema de manera constructiva, pero podría funcionar.

martes, 17 de mayo de 2022

Nueva teoría: los 81 estados de salud del Estado

Voy a tocar de nuevo la política. Es más que probable que lo que voy a decir ya esté estudiado, pero como lo que escribo aquí es para desahogarme, tampoco me preocupa mucho la originalidad o la innovación. La verdad es que si lo escribo aquí es porque no lo veo reflejado en los medios tradicionales, y creo que es fundamental para comprender cuándo una economía enferma.

La economía es la ciencia o estudio del buen uso de los recursos. Es, por tanto, la ciencia que plantea cómo hacer un uso eficiente de los escasos recursos de los que se dispone. Me llama mucho la atención de que siempre que se muestra una infografía, o una gráfica, no se plasman los elementos primordiales de un Estado para estudiar su estado de salud. Esto es, poder ver las cuentas del Estado en un ejercicio concreto dividido en sus cuatro partes más importantes: activo y pasivo, fijo y móvil. Se supone que ése debe ser el punto de vista de todo gobernante para saber hacia dónde ir, qué enfocar, cómo enfocarlo..., para hacer un presupuesto realista.

Es decir, es imposible que los gobernantes puedan presupuestar o votar presupuestos sin tener esas cuatro cantidades bien definidas, y trazables.

Esto es como el que se pone a conducir un coche y comprueba que cuando gira el volante el coche no gira. Pues bien, eso es lo primero. Lo primero es poder ver a través del parabrisas, o de que cuando pises el freno el coche veas que pueda frenar. El problema es que si no se tiene como mínimo eso entonces es imposible presupuestar. Y es ahora cuando surge la duda: ¿y qué si presupuestamos mal? Pues bien, si se presupuesta mal se corre el riesgo de que el Estado acabe enfermo, acabe débil, se discapacite en algún sentido, se vuelva inestable.

Esa es la motivación de este post: estudiar las distintas clases de enfermedades que sufre un Estado a causa de su gobierno. Porque claro, no es cuestión de poner una persona al azar en el poder ejecutivo; la cosa es que ni necesitamos tal poder ejecutivo, ni tampoco podemos permitirnos el lujo de construir un vehículo al margen de las leyes del Pueblo. Y, en lo que se refiere a actuar con celeridad, para eso están los que se encuentren en la reserva: una lista de sujetos ministrables que se regirán por una llamada excepcional.

En definitiva, no hace falta política salvo para legislar y, aún así, tampoco hace falta crear equipos para legislar cosas parecidas. Es decir, si se agrupan varias personas de un mismo equipo político debe ser por un motivo coyuntural, porque los partidos políticos no aportan absolutamente nada. Y poco a poco se irá desgranando el porqué.

Para ello vamos a coger a toda la población del país que queramos evaluar. Procedemos a distinguir a los contribuyentes que pagan su impuesto directo y a los subvencionados estructurales directos del Estado de los que no reciben subvenciones fijas, o de los que solo pagan o cobran servicios esporádicos. Es decir, hay un ingreso fijo y un cobro fijo del estado; igual que está la balanza de pagos que contabiliza lo que se compra y lo que se paga entre ciudadanos de distintos países.

Pongamos a todos los funcionarios, cobran del estado más de lo que pagan en la declaración de la renta; mientras que los autónomos y trabajadores por cuenta ajena pagan más al estado de lo que reciben en concepto de subvención por su actividad. A los primeros, junto a los niños, clase política y a la clase en severa pobreza, etc..., se le considerará la población pasiva. Mientras que a los que pagan directamente más al estado se le llamará población activa. 

Vamos a ordenar todos los ciudadanos a partir de la diferencia entre lo que reciben y lo que dan, entendiendo que la población pasiva tendrán una renta negativa o cero, mientras que la activa tendrán una renta estrictamente positiva. De aquí extraemos nuestro primer gráfico, y también las debidas conclusiones: tenemos dos curvas y cada curva puede tener una de tres formas posibles.

La curva puede ser (0) un exponencial que a medida que se aleja del 0 describe una asíntota vertical, (1) una recta con una pendiente bien definida, (2) un exponencial que a medida que se acerca al 0 describe una asíntota vertical. Ahora bien, si la integral de la primera curva no está contenido en la integral de la segunda entonces diremos que la balanza está desequilibrada. En este primer estudio diríamos que el desequilibrio es estructural, porque afecta a cómo se organiza la población activa y pasiva. Sin embargo el desequilibrio es, en principio, independiente del tipo de curva. Pues la curvatura lo que nos dice no es si hay desequilibrio, sino si el sistema es (11) meritocrático. Es decir, en la medida en la que el sistema no es meritocrático podríamos decir que se trata de un sistema oportunista.

Nótese que, como en las quinielas, es muy difícil que se dé el símbolo 2. Esto es debido a que las sociedades que se estructuren con algún 2, como podría pasar en Dubai, Emiratos Árabes, o países de ese "tipo" (y hablo sin haber estudiado si realmente es así), si consiguen el equilibrio es probable que el exceso de oportunismo no les permita tener salida ante las vacas flacas - o que existan duras injusticias que provoquen cambios políticos sorprendentes (cisnes negros). Así que diré que el 2 es signo de que hay otro tipo de inestabilidad, puede que social, basado posiblemente en la desigualdad. Aunque, por supuesto, éste es el nacimiento de esta teoría desde mi punto de vista. Tendría que hablar con un experto en economía para que me dijera si existe o no estos estudios, y cuáles son sus consideraciones.

Tal como lo veo, mis valoraciones son demasiado básicas como para ponerlas en cuestionamiento y, al mismo tiempo, no las tengo al alcance de la mano con los datos que se publican. Lo cual es lo que me deja con una mala sensación: debería de ser fácil saber si España es un país desequilibrado y hasta qué punto el nepotismo está marcando la agenda del país.

Por otro lado está la balanza de pagos; que es más sencillo. Los impuestos indirectos se suman, junto con la población que falta: los turistas se incorporan en el activo, inmigrantes no nacionalizados en el pasivo, se suman las subvenciones casuales a las empresas como gasto y obtenemos una idea de déficit o superávit. Ahora bien, volvemos a ordenar la población manteniendo sus ganancias y pérdidas estructurales. La diferencia de las dos integrales nos dirá hasta qué punto una sociedad es deficitaria (yo lo llamaría desequilibrio total, aunque se puede también estudiar su desequilibrio coyuntural por separado), pero en lo que me voy a centrar es en la curvatura. Una sociedad meritocrática en la balanza de pagos es una sociedad terriblemente eficiente, que genera unos beneficios para la sociedad en su conjunto que es como cuando se compara a un atleta corredor de fondo con un niño de ocho años compitiendo en los cien metros lisos.


Por tanto no hablo tanto de "justicia social", hablo de un problema win-win.

Y el hecho de que no tengamos al alcance esa información, que los que suelen evaluar los datos lo ignoran..., que se centren en tonterías neoliberales, o que haya una lectura de aumentar los gastos del estado sin más..., esos debates inocuos que es como cuando estamos ante una noche muy oscura en mitad de un desierto donde no se distingue nada y los hay que se encamotan en ir a la derecha o a la izquierda... ¡Pero si no se ve nada! ¿Cómo saben hacia qué invertir y de qué manera hacerlo? Pretenden crear más instituciones, poner más subvenciones, dar donaciones..., pero no hay un plan de comprobación de si se hizo lo correcto, no se evalúa a qué se está invirtiendo, no se dan herramientas contra la corrupción, a favor de la trasparencia..., es un caos. Luego vemos nuevos cisnes negros y, desde mi punto de vista, todas las socialdemocracias se fundamentan en estos mismos principios.

De vez en cuando se observa al clásico defensor del mainstream que te habla con un tono infantilizador y te dice que sí..., que si quiero ver los presupuestos del estado solo tengo que ir a tal página, que si quiero saber en qué gasta el estado el dinero solo tengo que leer el BOE..., así todo el tiempo, en una maraña de gráficas que están desequilibradas en algún sentido, con herramientas oxidadas donde para informaciones importantes se prohibe su recopilación, con la opción de reclamar más trasparencia sin que ese portal actúe de manera ni eficiente ni responsable. Se escurre el bulto, pero el problema persiste.

En definitiva, se puede estudiar la enfermedad que sufre un Estado tras codificar las cuatro curvas y estudar sus desequilibrios, el estructural y el total. Un estado con buen total pero mal estructural tiene una enorme dependencia del tiempo que vive, cualquier cambio podría provocar una crisis importante de la que no saldrá. Por eso es importante no dormirse en los laureles, que por fuera alguien parezca atlético no significa que cualquier día no pueda acabar fulminado. Lo estructural puede dar sorpresas, y para someter a la población para que el desequilibrio no afecte hay que mentir mucho, provocar demasiados desequilibrios, y eso acabará afectando al total tarde o temprano.

lunes, 16 de mayo de 2022

La obra como diálogo con el espectador

Cuando Él nos habla lo hace a través de la narración. En castellano la tercera persona del singular se conjuga igual que el Vd. Por eso quizá la narrativa castellana ha sido tan eficiente, o quizá no tenga nada que ver. 

La idea central gira en torno a la idea de que el lector no tiene porqué tomarse en serio lo que le dice el narrador y, por otro lado, hay como un proceso de embaucación: es como si el narrador quisiera imbuir al lector dentro de su obra para atraparlo y hacerle creer que cuanto ocurre es cierto. Ese diálogo con el lector es un juego socioléctico, donde el autor tiene que adivinar qué es lo que su mercado espera de la portada del libro.

Efectivamente, la portada, el título, la idea general que se pretende vender, lo que se lea en la contraportada... Es así como hay que empezar a escribir, entendiendo qué es lo que va a leer del exterior, y que es lo que va a oir de la gente de la calle que ya lo haya leído, así como de la crítica. De hecho, es así como escribí mi primera novela (oficial) y cómo recomiendo hacer historias completas.

Paradógicamente un ordenador lo hace, por el momento, exactamente al contrario: las redes neuronales basadas en transformers principalmente recogen el testigo de tener que escribir el siguiente carácter sin esperar ninguna clase de freno en el proceso, salvo que el usuario tire de la palanca de mano. La consciencia trabaja al revés: es el motor que mueve la creatividad animal en el sentido de que su principal función es cortar toda forma de creatividad.

Es uno de los principales errores que cometen los que hacen de cazatalentos hoy día - y que yo jamás cometí. Nunca en mi vida. Para encontrar a una persona creativa no hay que buscar a viciosos que sean un vivalavirgen, sino gente disciplinada. Las personas que se mueven bajo un orden estricto suelen tener facilidades a la hora de crear y ser completamente originales. Esto se lo explicas a un psicólogo que se las da de cazatalentos y le explota la cabeza ¿En qué modelo se basan los que pretendan refutarme? ¿Dirán que Mozart era un borracho? ¿Que Lope de Vega se pasaba el día fumando maría? Mi tesis es bochornosamente irrefutable y, lo que es peor, es irrefutable bochornosamente porque no hay ni una santa evidencia de lo contrario.

Basados en ideologías y mucho odio, los cazatalentos suelen lanzar una suerte de ideas basadas en cómo se han relacionado con sus amigos los acorbatados - gente que no ha trabajado en toda su puta vida y que no ha tenido ni una idea mínimamente potable. Ésos son sus creativos. Suelen buscar un principio de "equilibrio" que no ha sido suficientemente puesto bajo falsación. Y se quedan tan anchos.

Pues bien, en el diálogo con el espectador la espectativa es lo primero. La espectativa marca qué es lo que quiere ver o percibir, entonces entran las primeras experiencias al abrir el libro o sentarse en la butaca. La historia se abre paso gracias a las escenas de situación, las que no conforman ningún avance, sino que intentan ubicar al lector dentro de la obra. Son escenas de acomodamiento.

Sonidos envolventes en el cine, un vestuario y actos que no generen sensación de rapport, todo un elenco musical y de efectos descritos en la obra de manera que el espectador se sienta imbuido. Así como pasa en toda historia, la música se divide en dos grandes macrogéneros: el de la música con mensaje y la música sin mensaje. Pues tan pronto como la música con mensaje toca temas que describen una historia, o un arquetipo, la música sin mensaje lo que expone es cómo es el ambiente en una cámara, en un viaje... Y esto mismo sucede con algunas funciones del lenguaje: el objeto es describir de manera mucho más letargada al agente que está siendo descrito.

En estos casos es cuando las funciones del lenguaje se prolongan y observamos diferentes diálogos. Tan pronto como que en una poesía es difícil que se produzcan escenas de situación, en una novela ocurre exactamente al contrario, haciendo que la exposición de uno de los pronombres citados en la teoría de los 8 pronombres se prolongue en su anidamiento incluso hasta abarcar el capítulo completo de un libro (como ocurre, por ejemplo, en "Juego de Tronos" o en mi novela "Luces y espectros").

Es entonces cuando el narrador pasa a ser un ideal de personaje, sabiendo que no se puede dar la paradoja del tercer hombre en este caso debido a que el ideal no tiene necesidad de ser distinto del real. Sin ir más lejos, al ideal del personaje convertido en narrador bien se le puede llamar "su voz", o su idioléctica. Y es aquí donde entra en juego la maravillosa confrontación entre la idioléctica del narrador contra la socioléctica del espectador en virtud de la idea que tiene el autor de qué es lo que tiene que estar pensando en ese momento.

La socioléctica del espectador ha sido previamente filtrado por aquello de lo que ha sido consciente del título, la portada, la venta del producto... Es ahí donde el lector acaba definiéndose dentro de una teoría muy específica, intenta proyectar una idea de producto muy clara sobre la obra. Por eso cuando se me pregunta suelo responder coherentemente que el amarillismo no consiste en ensalzar los sentimientos (como el erotismo o el miedo) sino en defraudar al consumidor ofreciendo algo distinto a lo esperado.

Con la canonización de la literatura dentro de la moralidad católica para devolver al Imperio Romano su esplendor a través del proyecto de Isabel la católica, la lengua castellana depurará sus mecanismos de escritura condenando el miedo y el sexo como algo obsceno, para así hablar de otro género: el religioso, más en concreto, el católico apostólico romano. El género más puro y hermoso, ideológicamente hablando, a la hora de hacer literatura y música.

Por supuesto los autores de entonces ni chicha ni limoná. Pero eso sí, el miedo se aparta de la literatura, y el erotismo se deja para la comedia. Las construcciones basadas en enamorar a la amada fueron evocadas para constituir la idea de "amor cortés", un amor sin miedos ni erotismos; aunque muy pasional y temeroso de Dios.

Quizá fue Lovecraft et al. los que cambiaron los esquemas. Quizá fue la influencia de Mary Shelley et al. que fue abriendo paso a nuevos enfoques un tanto más inmorales. En la edad media escribir así hubiera supuesto entrar en contacto con la hoguera, y la destrucción de las obras del autor. Pero vemos en la escritura de Lovecraft algo que no se encuentra en Poe: Poe, como imita Becker, escribe novelas cortas; relatos cortos. Los relatos cortos no dejan demasiado espacio para el diálogo entre el narrador y el lector. Los nudos se suceden con cierta insistencia y, al mismo tiempo, si no hay deleite en la exposición de los hechos para imbuir al lector en esa época entonces es imposible dar miedo.

El miedo se produce cuando se invoca a un trauma grabado en nuestra amígdala: depredadores, desastres naturales, pérdidas, cárceles y, algo no muy habitual, ninguneo.

De la misma manera, la novela erótica ha encontrado la manera de hacer evolucionar el amor cortés. Pero no por ello los actores mismos son conscientes de lo que ello significa: esa es la razón por la que suelen ser ese grupo de gente los más propensos al divorcio (la espectativa frente a la narración de la realidad). El amor cortés es una farsa, pero algunos lo quieren evocar como si fuera lo primero y único válido para toda la vida. Y eso genera mucha violencia, sensación de ninguneo, venganzas, rencor...

Por eso, tan pronto como la cultura nos eleva a ver la realidad desde un punto de vista más pleno, también puede convertirse en una peculiar cárcel en el mismo instante en el que pretendamos creer que esos ídolos vacíos están rellenos con algo. Con nuestro martillo debemos comprobar que tales recursos literarios son obra artificial del hombre, no pueden existir esos pronombres porque son producto de la imaginación de un autor - de lo contrario... Sería turbio.

Es por ello que especulo que la mejor forma de crear una obra que dé miedo es ofreciendo una novela larga que vaya imbuyendo al lector dentro de la vida de los protagonistas para, acto seguido, dedicar un capítulo para juguetear con sus vidas, trabajar la posibilidad del arbitrio de su futuro, toquetear lo más imperturbable de su ser reconociendo siempre dónde se ubican las líneas rojas, aquello de lo que somos conscientes que no deben sobrepasarse nunca - y que sólo en el género de la parodia se sobrepasan para infundir humor. 

Sin embargo, cuando se trata de crear un género tan trabajado que genere un diálogo tan profundo entre personajes canonizados el resultado serán dos cosas: primero, se habrá creado un género Oficial - lo cual es bueno; segundo, puede que muchos lectores no tengan paciencia para leer la obra hasta que empiece la acción - lo cual es malo.

Y es que, tras romperse la fase de estereotipado, hay que mantener la tensión de alguna manera; se debe mantener el foco de atención en los diversos temas que se hayan abierto y que valgan la pena descubrir cómo se cierran en su orden oportuno. Eso, en principio, es una de las líneas rojas que espera el espectador.



domingo, 15 de mayo de 2022

Los géneros Oficiales. Lo canónico.

Toca volver tocarle las narices a Tokorov y Barthes...

A medida que he estado leyendo sobre semiología, semiótica y pragmática, sabiendo que la pragmática es la parte de la lingüística que se preocupa en los signos que se hacen materiales para la comunicación, no he leído hasta ahora ningún autor que se centrara en los temas que ahora menciono. Quizá lo redescubra en Kristeva y me lleve una alegría, no hay que olvidar que aún no he leído lo suficiente como para aseverar qué no ha dicho ella.

Sin embargo sí hay una corriente generalizada y una impresión más que justificada a la hora de pensar que este tema se ha pretendido ignorar de manera expresa: resulta que existe un género que se sale de lo convencional, o lo reconocido, y este es justamente el género reconocido en sí. Me refiero a las obras que son consideradas canónicas, o propias al género que aseguran. En definitiva, que son exactamente lo contrario a una obra amarillista, se trataría de una obra que ha conseguido no solo ofertarse como una ficción de calidad, si fuera el caso, sino que además ha hecho uso del corpus correctamente dentro de la idioléctica de los autores específicos.

Bien debo confesar que el estudio de la idioléctica corresponde con la segunda fase de los estudios de Kristeva, por lo que por esa razón es probable que me encuentre con alguna grata sorpresa; sin embargo no dejaré de mencionarlo ahora, pues es ahora cuando me ha parecido más oportuno hacerlo.

En estos momentos había tocado el tema del satanismo como un género literario que nos ofrece una perspectiva que podría ayudar a crear una ciencia en la propia religión; es la única manera que tiene una religión de constituir una ciencia, salvo que se reconozcan los edictos papales o equivalente como documentos científicos sabiendo que están ausentes de confrontación de pares o falsación.

Efectivamente, no hablo en broma cuando digo que el que escribe dentro de esta rama literaria no puede hacerlo de cualquier manera - debe regirse por unos cánones. Y donde mejor se entiende lo mencionado es precisamente en la literatura de Lovecraft y derivados...

Pero antes de nada procederé a hacer una leve introducción sobre lo que es un género oficial.

Es bien sabido que la preocupación filológica de lo que es un género se debe principalmente a las transformaciones entre historias de un mismo género; en el sentido de que cuando se intercambian unos personajes por otros para unos mismos arquetipos lo que tenemos es una sensación de que se repite exactamente la misma historia. La idea de género, por tanto, bien podría adercarse a una forma de establecer una barrera insalvable por parte de autores que sin materia gris a la hora de intentar plagiar a los grandes genios de la narrativa - por ejemplo.

Ahora bien, me sorprende que Todorov en su enorme estudio y consideración, así como lo pudo haber contemplado Barthes, se olvidara de, por ejemplo, las plantillas de Lope de Vega. Góngora escribió a Lope de Vega para criticarle sobre lo enormemente previsibles que eran cada una de sus obras de teatro, de cómo el aristócrata vivía un drama, el plebeyo una comedia... Cada voz era previsible, y el final no aportaba ningún reto intelectual. Hacía obras de teatro como churros, y ganaba muchísimo dinero por ello.

Si yo fuera un auténtico experto de las letras y tuviera preocupación con tenerlo todo bien hilado ahora mismo me pondría a buscar libros y referencias para comprobar, entre otras cosas, qué le respondería el Fénix de los Ingenios. Porque lo que Góngora realmente le decía no era que era un mal escritor, sino exactamente lo contrario: que sería capaz de crear las más grandes obras de teatro de la historia de la humanidad si no fuera tan ávido por el dinero. Y la cosa es tal que así: yo creo que lo que tenía Lope de Vega en mente fue dos cosas, la primera era que en realidad se había quedado con la hegemonía absoluta del género teatral - haciendo temer a cualquier ingenuo rival el pretender dedicarse a ello. La segunda es que sospecho que lo que estaba creando era un género Oficial dentro del teatro.

Supongamos que algún incauto coetáneo de Lope de Vega se le ocurriera crear una obra de teatro..., la cosa es: ¿por qué representar esa BAZOFIA cuando podríamos representar un genuino y reciente Lope de Vega? Tanto miedo ha creado Lope de Vega a los señores del teatro que lo único que se ha intentado con respecto a su figura ha sido representar sus obras hasta el día de hoy, y nadie se ha atrevido a crear una biografía del autor. De escenificar su tan alargada y próspera vida llena de resultados fructíferos y aparentemente efímeros ¿Qué clase de historia estaría a la altura del señor Lope? Solo un autor canónico que haya dirigido, o puesto en escena, algunas de sus obras podría atreverse a hacer un guión digno de tal maestro. Pero no..., hasta el día de hoy no me consta de nadie con las agallas necesarias. Yo mismo no sería capaz, pero no soy del mundo de la farándula - así que me excuso con motivos.

Lo canónico supone leer la obra y determinar que ésta cumple los requisitos de hacerse pasar por otra obra del autor de referencia. Por ejemplo, cuando apareció el Quijote de Castañeda, Cervantes tenía como dos opciones: o le daba el visto bueno, o se horrorizaba. Al parecer se comportó más como lo segundo. Hasta el punto de que todos aseguran que cerró su obra matando al Quijote para asegurarse de que nadie pudiera continuar con la leyenda. Es decir, Cervantes no quería crear una zaga, un género oficial, no quería compartir sus reglas para que otros escritores escribieran según sus cánones.

Visto así, ¿dónde está la parte que hace que el autor sea prescindible como diría Barthes? Parece más bien que hay una reafirmación del protagonista del autor. Ya sea para evitar que un personaje sea mancillado, o para mantener las ganancias en el gran negocio del teatro.

Por eso, volviendo a la búsqueda de la obra magistral de Lope de Vega, en la que me he basado vagamente en mis relatos del "Castillo del conde Mancillo" en este blog, éste bien podría responder que malas no podrían ser las obras cuando el propio autor no era tan fácilmente sustituido. Cuando él mismo era una estrella por lo que hacía y muchos habrían querrido imitarle.

Cuando estudiamos la vida y obra de Lovecraft observamos cómo a él le pasó exactamente lo contrario: en su vida su obra no fue suficientemente reconocida. Sin ir más lejos, el propio Lovecraft ideó un personaje en sus propios relatos de terror al que, según interpreto, acabaría por ser timado por un gran demonio con el que negociaría el que lo trasladara al panteón de los dioses. Las interpretaciones, como pasa con todo, cuando no han quedado claras acaban por no ser canónicas: faltaría la confesión del autor, de algún amigo, una novela suya o..., la apreciación aceptada por un texto considerado canónico.

Los textos canónicos corresponden con lo que los miembros del grupo consideran que es lo oficial. La Iglesia, sin ir más lejos, tiene sus propios textos canónicos, que son los que se adecúan a la ciencia de la religión que ha determinado el Papa por verdadera. Pero cuando hay más de un autor estudiando la validez del texto entonces la ciencia adquiere fuerza; esto ocurre con las interpretaciones gnósticas y, más aún, con aquellas que han sido consideradas satanistas precisamente porque no se limitan a ninguna clase de canon hasta el punto de ser consideradas blasfemas.

En otras ocasiones habré mencionado cuál es la naturaleza de la verdadera filosofía de una religión, pero en esta entrada no toca desarrollarlo. El asunto pertinente es que para que un autor pueda ser besado por la oficialidad del género al que quiere entrar antes deberá pasar por una especie de rito que, en principio, siempre es el mismo - más allá de que el sujeto en cuestión sea el autor mismo, o alguna jugada que provenga de él.

El rito que debe pasar el que quiere entrar dentro de la idioléctica de un género oficial consiste en escribir una obra que no mencione los nombres del género (en el caso de los mundos de Lovecraft hablaríamos de Cthulu, Nodens, Astur, Azathoth, etc...) para acto seguido invocar sus comportamientos. Es decir, se trata de incorporar personajes que recuerden al rey amarillo, sin decir que es el rey amarillo, ciudades que recuerden a la ruina de Sarcosa, sin ser la ciudad Sarcosa mencionada... De esta manera los críticos canónicos podrían decir que esa obra es genuina y, con esas, el autor ya ha hecho su bautizo de fuego.

Otra opción es todo lo contrario, que supone homenajear los nombres en un mundo independiente; usar los símbolos en un mundo que hace referencia a éstos para poner en boca de terceros interpretaciones que podrían ser falsas - pero como están en boca de personajes ficticios entonces se tiene así la oportunidad de invocar esas historias igualmente sin temor a que el rey amarillo explote de ira.

Al fin y al cabo, ¿qué pasaría con el autor que se atreva a usar en vano el signo amarillo? ¿Qué se debe esperar de quien mancille el buen nombre de los personajes de esa zaga? Corre el riesgo que le quiten la máscara para comprobar que, efectivamente, hay un autor putrefacto detrás de ella. Alguien que no está a la altura de la leyenda que encierran los mitos del Cthulu. Y entonces el autor sería vilipendiado por la crítica, escupido, y lo tratarían de traidor.

Es decir, cuando las obras han conseguido encontrar la estructura necesaria para eliminar al autor podemos decir que se vuelven meméticas, sin embargo existe otra manera de que se vuelvan meméticas: consiste en que invoquen a través de su corpus llamadas atávicas que evocan sentimientos profundos ya sea de amor, miedo, comedia... La idioléctica necesaria para evocar con una denominación específica tales sensaciones forman parte del género oficial y de un orden cronológico, porque se hacen dependientes de sus autores. Los canonicos deberán tener una suerte de referencias bibliográficas que les permita tener controlados los términos a partir de las aportaciones de los distintos autores canónicos que, en principio, no deberán de ser muchos para cada género.

Por eso, como ocurre con la Biblia, se puede hacer un estudio de la filosofía verdadera de la obra literaria y lo que la hizo memética. Para ello usaremos las técnicas que usaba Propp para el estudio de los ritos, por ejemplo, para darle un sentido cronológico a la supervivencia de un concepto simple que, con el tiempo, sucumbe al Olvido. Y es que no hay que olvidar que los géneros Oficiales persisten debido a sus ritos, y eso les convierte en religiones salvo por un único detalle significativo: sus autores deben ser ateos, salvo que quieran ser considerados religiosos y crean en lo que inventan.

Los autores canónicos siempre los he llamado satanistas ateos, en ocasiones iluminati, quizá sea más apropiado llamarlos canónicos simplemente - para que no parezca que hay un ente trascendental que los vigila, y que además tenga cuernos y sea perverso. 

Aún así, existiendo este tipo de géneros, todavía hay sitio para la trascendencia porque: si Carcosa es una ciudad que, como Zanarkand en la zaga de los Final Fantasy, fue arrasada por el abismo entonces solo hay que comprender en el meme que genera qué elementos literarios tenemos arraigados en nuestra amígdala de manera que nos llame tanto la atención.



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