viernes, 24 de abril de 2020

Homo Sapiens Coronae

Al final puede que no pase nada en absoluto, puede que esta no sea la Pandemia. Bueno..., quién sabe, lo mismo para la siguiente.

He insinuado que las pandemias pueden usarse para aprender cómo una especie conocida cambia de una generación para la siguiente, sabiendo que el contagio vertical no tiene porqué darse. Y es que, si se diera un contagio vertical, entonces no hablaríamos de ninguna clase de descubrimiento: el modelo conocido seguiría manteniéndose.

La cosa es: ¿qué efectos colaterales podrían afectar a las futuras generaciones debido a la "sabiduría" de la naturaleza de nuestro sistema reproductivo/inmunitario?

Entonces dejé caer de que posiblemente emerja una nueva raza: dos razas en los homo sapiens, lo cual es fascinante. Pero claro, aún es muy pronto para aseverar incluso que haya pistas de nada.

Se ha descubierto que el aplicar una cierta química en el cuerpo, combinado con el ataque al hígado del virus, puede provocar unos residuos en la piel de manera que acabe con el tono oscuro propio de los negros. Suena fascinante, ni sabía que éramos tan coloreables. Por supuesto, en la medida que esos compuestos químicos, usados para tratar el coronavirus, vayan perdiéndose la piel volverá a su pigmentación original. Por lo que es algo temporal. Ahora bien, ¿y si su descendencia aprende a generar los químicos esos por sí misma (una vacuna natural) de manera que nacerán directamente negros?

Bueno, pues ahí tendríamos un caso inaudito..., o por lo menos dado mi reducido conocimiento. No soy biólogo, claro. Pero no dejaría de ser gracioso: ahora el que a dos irlandeses de ojos azules le nazca un negro congoleño ya no tendría que asociarse a que la mujer le puso al marido los cuernos. Lo que sale de todo eso sería el coronavirus..., de ocurrir, claro ¡Y tendría explicación científica! Pero, lo más importante, la explicación podría incorporar justo lo que aún hoy día es un misterio: la evolución de la forma celular a la multicelular desde el útero materno.

Pero no vendamos la piel del oso antes de cazarlo. Aún todo eso es ciencia ficción.

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Ayer vi una especie de cucaracha que no me era familiar. La vi atravesando un parque y, juraría, estaba medio pisada - o era muy rara. No eran las clásicas cucarachas, ésta era muy diferente. No sería de extrañar que las cucarachas experimenten cambios significativos en su población debido a la aparición de una pandemia entre los humanos. De hecho, un estudio de los cambios migratorios, genotipos, etc..., quién sabe si podría vincularse justamente con la de los propios humanos.

Por ejemplo, la pandemia en España está provocando, según parece, la huída de inmigrantes de vuelta a África. Algo así podría pasar en Miami... Y suena interesante cómo pueden cambiar muchas cosas en nuestro medio ambiente: cómo afectará a la biodiversidad y al ecosistema en general la reducción de gases contaminantes - lo que permitirá hacer mediciones que servirá para contrastar aspectos como el cambio climático.

Es decir, los científicos de las ciencias naturales estarán de enhorabuena: les va a llegar información a mansalva, y completamente nueva y renovada. Se podría convertir en el semestre de oro de la ciencia.

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Mientras tanto, veo que siguen leyendo mis artículos en medium.com. Pero no veo muchos "pulgares arriba", lo cual me suscita muchas dudas: son consultados desde distintas plataformas de búsqueda, pero se mantiene la discreción de opiniones. No sé..., es como si estuvieran desarrollando mis propuestas de ingeniería informática desde distintos lugares del planeta, y en secreto.

Ya digo, las ciencias naturales estarán de enhorabuena y, quien sabe, puede que además de la ingeniería también la filología: si los que leen uno de mis artículos insistentemente son filólogos, puede que también observemos cambios significativos en ese campo.

Los únicos que parece que se no avanzan son los de ciencias humanas..., cruzo los dedos por la renta básica. Ésa es la gran revolución que necesitan todos los países para evitar volver a caer al abismo.




jueves, 23 de abril de 2020

Boicots, robos y cintas de vídeo

Hoy toca despotricar contra el mundo, otra vez. Y es que hago revisión, y observo que, de vez en cuando, a algún clientucho le da la gana de meter la mano..., robarme. Y no es que roben algo que alimente, son bolsas de chuches y cosas por el estilo.

Me obligan a ponerme más alerta. Y son adultos. Pero hay que ser realmente cutres, todo hay que decirlo. Todo ese estrés que generan a una persona que ya de por sí es pobre me parece completamente fuera de lugar.

Los problemas habituales a los que me tengo que enfrentar suelen ser el ver cómo me devuelven un producto que está en perfectas condiciones, o tener que explicar en qué consiste un servicio de telecomunicaciones para luego ver cómo me echan las culpas de que ese servicio no fuera lo que les dio la gana de entender. Han sido ya muchos años, y sé qué palabras usar y en qué insistir. Experiencia no me falta. Aunque, en raras ocasiones, todavía se puede encontrar algún despistado con exceso de orgullo.

Pero por si eso no fuera poco aún tengo que comprobar cómo algún anónimo con credenciales le dice a Google que la foto de mi tienda es un hueco donde no hay nada, o que mi tienda ha cerrado cuando en realidad sigue abierta. Y es curioso, el resto de los establecimientos permanecen abiertos, así que ¿quién ha podido actualizar el estado de mi tienda a ponerla cerrada? ¿Quiénes han conseguido convencer a Google de que mi tienda está cerrada cuando en realidad siempre se mantuvo abierta de manera ininterrumpida?

Esta clase de cosas algo me dice que jamás se explicarán. Nunca nadie me dará una santa explicación sobre qué credenciales se pusieron para intentar hacer daño a mi negocio. Pero una y otra vez lo estoy viendo. Tan pronto como les da por boicotearme, luego una compañía de reparto y mensajería le da por ignorar mi dirección - como si no existiera, y sin llamar por teléfono ante cualquier duda que surja por una dirección que está sobreindicada.

Es como el libro de Coelho pero al contrario: el mundo, sin ningún motivo, sin conocerme, sin que les haya podido dar la oportunidad de caerles mal, me trata de destruir. Cualquier iniciativa de negocio, o lo que sea, es como si se pusiera de acuerdo el mundo para intentar ponerme otra zancadilla.

Ya me pasó con Microsoft: cada vez que "arreglaba" mi laptop una tecla físicamente dejaba de funcionar. Era algo tan terriblemente tétrico que el pánico se sale del medidor de solo pensar que algún futuro producto sanitario o financiero tuviera como marca Microsoft. Ya me imagino al pobre hombre al que le pongan un marcapasos de esa marca, los miedos y extorsiones a los que tendría que enfrentarse.

Pero nada. Google me ha dicho que aceptaba mis cambios, aquellos que hoy he comunicado. Que probablemente mañana se hagan efectivos - ya se verá. Y es que ser un "local guide" parece que tiene sus problemas: da igual lo que ponga, habrá otro que, no sé si hackeando, inhabilitará las informaciones de mi negocio. Y Google volverá a ocultarme.

Para Google mi tienda es como los ojos del Guadiana: aparezco y desaparezco. Deberían de percatarse de que el único que cambia esa dirección de manera coherente es, casualmente, quien dice ser su dueño. Veré si dentro de esos días me llega esa tarjeta postal para testificar que realmente la tienda es mía.

¿Qué ganará esa gente haciendo creer que la tienda es otra? ¿Por qué intentar cerrar un locutorio que sé que es muy útil en un hospital público tan importante en la región? Me vuelven a asaltar los temores de la clase de mundo en el que nos encontramos. Cómo hay gente que especula con el bienestar y la vida de la gente. Y además le sale bien.

Yo, por mi parte, he decidido seguir darle algo de vidilla al kiosko, aunque aún no sé si seguir liquidando: al fin y al cabo el hospital me boicoteó ilegalmente - en el pliego de condiciones no había legitimidad por parte de un gestor de hospital como para saltarse las normas de urbanismo básicas. Ese boicot de cerrarme las puertas me ahogó mi clientela, y luego tuve el problema con el banco - que se negó a darme monedas para poder dar cambio o tenerlo. Y tuve una hora de burocracia sólo para conseguir cambio de 50 euros, cambio que no conseguí (conseguí sólo 30) una vez más incumpliendo compromisos por parte de terceros, para demostrar incertidumbres y un afán ilegal de lucro: lo que quieren es que me costee un TPV, como si eso resolviera el problema, como si tuvieran legitimidad como para obligar a que la gente deje de usar monedas.

Ya se lo expliqué a la banquera, si no me dan cambio no ayudan a que se "intente" a pagar con tarjeta, lo que se hace es cerrar mi negocio directamente. Pero ella erre que erre: estudió economía en una tómbola. Ésos son los que tienen nuestro dinero. Ésos son los que deciden el futuro de las empresas. Pero el pequeño comerciante siempre, siempre, siempre dice lo mismo: los bancos no resuelven, dan problemas. El sistema debe volver a ser como era antes, y entonces ya se vería cómo los bancos se verían obligados a ofrecer servicios sin extorsiones, al perder su oligopolio.

Cambiar la filosofía de la economía es crucial para comprender cómo asumir pandemias sin que ello nos lleve a una crisis financiera. Si la economía está bien fundada todas las recesiones y cisnes tendrán forma de V. Y la renta básica, la auténtica, es crucial para conseguir todo eso de facto.

Pero no tengo tanto por lo que quejarme: comprobé que cada vez que criticaba a la policía en Twitter me llegaba por correo una sextorsion de algún anónimo que me reclamaba un dinero..., la gente es muy pervertida. Y hace un par de días volví a criticar a la policía por tener en nómina a un payaso que no sabe cuándo un coche está en parada para carga y descarga y cuándo está estacionado. Demasiado básico.

Cualquier día vemos un policía poniendo una multa a un coche por ceder el paso ante un ceda el paso.

Pero decía que no tengo tanto por lo que quejarme porque no he vuelto a recibir sextorsiones. Ni ha habido consecuencias de ningún tipo. Las únicas consecuencias sobre mi equipo las he sufrido justo cuando me involucraba con empresas que ofrecen un servicio de asesoramiento informático. Entonces sí que mi equipo era destrozado de todas las formas posibles. Microsoft, Apple, etc..., cuanto más grandes más daño hacen. Son sectas de poder que deberían de ser perseguidas por destruir la tecnología.

¿Dudas sobre los crackers y la gente peligrosa? Pues el perfil es claro: trabajó o trabaja para una gran compañía. Lo demás, es tirar del hilo. Porque aún algunos podrían ser hasta policías. El Deep Internet en realidad es mucho más macabro y oscuro en el sentido de que no se trata necesariamente de unos meros desgraciados que merecen la cárcel, sino de sujetos que no tendrían ni que hacer lo que hacen porque promueven exactamente lo contrario de cara a la galería.

Mientras tanto, el gobierno está abriéndose frente al coronavirus. Me parece bien, y no hace falta ser demasiado exigente con las estrategias..., si no fuera porque no está siendo en absoluto trasparente. Al fin y al cabo, si se es trasparente los errores son asumibles, cuando te cuentan milongas es cuando hay problemas.

Entiendo que la función de la guardia civil es rebajar la tensión que tiene la gente con la autoridad, el estado, la democracia, el país..., si el jefe de la guardia civil dice que su misión es rebajar la tensión contra el gobierno, el partido, el PSOE..., pues siempre quedará la duda de porqué se equivocó de palabra, si es para tanto, etc... Luego vemos que el gobierno y el estado no guardan diferencias..., yo mismo, ¿me podría haber equivocado? Ya digo: si fueran trasparentes entonces nadie se quejaría, lo entenderían.

La única gestión que yo sí que entiendo es que debieron haber subyugado la gestión de dirección de todos los hospitales españoles a la dirección de un oficial del ejército. Si se hubiera hecho eso, y aún están a tiempo de rectificar, entonces todos esos respiradores que han estado sobrando podrían haber sido cesionados a los centros donde se salvarían más vidas. Así nos habríamos librado de esos mafiosos que gestionan los hospitales, que también se llevan muy mala fama entre los médicos. Dan asco, y lo sé.

Tan sólo los acólitos al director hospitalario le siguen el juego, y les parece bien lo que hace. Obviamente se mueven entre la necedad y la mezquindad, porque quien comete infracciones graves no debería de ser digno de elogio. Pero sí: tengo graves problemas con el director del hospital, y se supone que pretendo llevar un negocio en él. Es una situación completamente inestable, pero que es no tengo futuro en ninguna parte. No hay manera de saber cómo escapar de esta situación.

Si mi negocio parecía que podía empezar a ir bien, entonces llegan nuevas decisiones rodeando a mi negocio que lo vuelven a sabotear.

Pero claro, al mismo tiempo, todo lo malo que me ha estado sucediendo a mí, de alguna forma, luego lo veo revertido en toda la sociedad al completo..., aunque es una peculiar sugestión que ya comenté hace días por aquí... La misma sugestión que podría hacerme creer que vivo sujeto al acoso de unos señores que quieren joderme.

Vamos..., que vivo una película dentro de un absurdo absoluto. Y ahora me tocará cruzar los dedos para ver si las compañías de mensajería cumplen con su compromiso y, si no dieran con la dirección, pues que llamen por tlf. en vez de ir abandonando los bultos de cualquier manera.


¡En menudo país de mierda me ha tocado vivir! Si por lo menos hubiera una renta básica...


martes, 21 de abril de 2020

Vd no usa la lógica, se monta historias

Cuando era pequeño me montaron una barrera que separaba las ciencias de las letras. Y sí es cierto que existe una gran diferencia entre los que piensan como científicos y los que piensan como artistas. No es lo mismo pensar en torno al espectáculo que pensar en torno a los contenidos.

Pero entonces aparece el filósofo: ¿de ciencias o de letras? Estaba claro que pocas álgebras se leen entre sus documentos. Y, al mismo tiempo, cuando tiramos de la lógica a partir de Fregue, se empiezan a dislumbrar mecanismos mucho más complejos. Sin ir más lejos, la lógica circunstancial ya introduce principios axiomáticos de una complejidad matemática más que interesante.

Y es que el filósofo sostiene que debe haber un mecanismo racional para llegar a una afirmación o a otra. Un mecanismo basado en la lógica. Así lo establecía Aristóteles, todo en torno a los preceptos de la escuela pitagórica. Es como si con una cuerda, una tiza y una regla se pudiera razonar cualquier cosa.

¿Qué fue del díscolo que afirmaba que la raíz cuadrada de dos no tenía representación como fracción de dos enteros? Le fue mucho peor que al díscolo de Gödel, suerte que Russell sí estuvo dispuesto a claudicar y replantearse sus creencias. Ahora bien, incluso hoy día gente muy leída, con sus títulos y todo, desconocen la repercusión del teorema de Gödel.

Da la impresión de que debemos retomar a cómo planteó Hegel la filosofía, pero sin que suene a chiste. Es decir, la gente no es cierto que haga uso de álgebras o técnicas lógicas para pensar. El proceso de llevar a cabo razonamientos no está ligado con la idea que se tiene de lo que es una demostración matemática, o la resolución de algunos de los problemas.

Cuando un ingeniero, o técnico, tiene que hacer una memoria para instalar un mecanismo, los cálculos justificativos no son los pasos previos para deducir necesariamente la configuración final del producto. Es perfectamente factible pensar que los cálculos justificativos sean en parte un proceso de validación para demostrar que tal instalación no se romperá, no explotará, no será peligrosa, etc...

Es por ello que, al existir un proceso de validación independiente del proceso de construcción, se debe uno parar a pensar cómo se generan las ideas - de dónde viene la creatividad. Y, poco a poco, como si estuviera jugando al Cluedo, he ido descartando los elementos de juicio que no parecían convencer.

Ya en su momento Propp lo supo defender bastante bien: el estudio de la filología corresponde con el estudio de lo convincente. De ahí la fusión entre cuento y mito, y cómo podemos comprender la antropología desde un punto de vista más ambicioso: en torno a los orígenes del hombre.

La filología ha sido usada por otro autor para explicar el origen de las especies y de la consciencia en el ser humano. No es, por tanto, de extrañar que igual que en la ciencia se usa la palabra "literatura" para explicar cómo se forman los ensayos científicos eso es porque en el fondo la creatividad de los mismos podría explicarse mediante estudios filológicos, no filosóficos.

Cuando de adolescente yo mismo me habría subido sobre la silla, pegado un puñetazo en la mesa y argumentar, dentro de mis conocimientos, que era completamente absurdo arrebatarle a la filosofía el arte de la creación dentro de la ciencia, ahora me vuelvo a sentar, observo las lecturas de tantos filólogos y analizo lo poco que entienda de neurología. Es como si para ser convincentes simple y llanamente hiciera falta un cuento, una historia. El exponer los hechos no es suficiente, el dejar las herramientas y citar las fuentes no vale. Incluso presentar las maquinarias y resultados de manera ordenada, por tablas o gráficas, no tiene fuerza alguna si no hay una historia que se acople a la vivencia del que lee el artículo.

Si el que lee el artículo no está viviendo un thriller en la historia que le presentes, entonces no podrá pensar como un médico o un físico que quiera descubrir al "asesino" que justifica tus exposiciones científicas.

De la misma manera, cabe esperar que un documento innovador y rompedor pueda dejar al alcance del lector las herramientas necesarias para que pueda vivir unas sensaciones de heroicidad - fundamental para que pueda atribuírselas al autor de la obra. Si no, no querrá reconocerle la innovación.

Algo así lo podemos observar en la obra "Principe y Mendigo". Ayer quise rememorarla a través de la película de Disney: ¿qué pasa cuando tienes a dos niños, uno vestido de príncipe y otro de plebeyo y los dos te aseguran de que el príncipe es el que va vestido como un plebeyo? La lógica nos dice que no hay objeto de discusión: el príncipe es el que va vestido de plebeyo, y la carga de la prueba la tendrá quien crea que es al contrario. Sin embargo, como bien se expone en la historia, fue necesario una larga escena para convencer a los ahí presentes.

La larga escena que pueda usarse para convencer consistiría en explicar la historia desde el principio. O bien la tontería de saber en dónde se encuentra el sello real. En cualquier caso, tiene que ser una escena elaborada para ayudar a quien escucha a pasar por las distintas fases antes de llegar a la aceptación.

Algo parecido pasa con la renta básica. Cualquier persona con dos dedos de frente, en cuanto se le ponga todos los datos OBJETIVOS delante no podría poner en duda, porque así lo dice la ciencia del comportamiento humano, que la gente trabajaría con una renta áustera, que esa renta se tendría que dar sin condiciones y sin burocracias. Sin más. Pero se demuestra que es necesario que el experto le endulce la píldora a la gente: porque hablamos de una auténtica revolución social que rompería con los cimientos de lo que se entiende por trabajar.

Recuerdo cuando hablaba conmigo un taxista, de esos que hablaban como cuñados. Me decía que el que diga que le gusta trabajar miente, que si él trabajaba era por obligación, que nadie trabajaba gratis..., y esas cosas. También me decía que entendía a los corruptos en el poder: al fin y al cabo, me decía, ¿acaso de estar en el poder no pondríamos a nuestros familiares y amigos? Y una vez me habló de un negocio que se montó, una carpintería, como muestra quizá de lo que era el capitalismo: había trabajado de taxista durante mucho tiempo, y si quería invertir en un negocio, un sueño, que tenía derecho a hacerlo aunque sus familiares le llamen loco.

Loco..., eso pensaba yo porque ese hombre era completamente ilógico e irracional. Tres afirmaciones que me daba, las tres contradictorias: yo le decía que si yo llegaba al poder, mi familia era el Pueblo, y que la corrupción haría que todas las familias lo pasen peor - incluida la mía más personal. La corrupción lo que hace es romper familias: cuando se descubre que tus actos no son dignos de orgullo entonces a tus seres más queridos les cuesta mucho más usarte de ejemplo, no pueden mirarte a la cara. Es como los vagos: ¿un ejemplo a seguir? Él mismo decía que quería ser carpintero, quería trabajar de carpintero. Por tanto, le gustaba trabajar. Lo que pasa es que el capitalismo, como decía Marx hace siglos, obliga a la gente a dedicarse a una sola cosa. Que pudiera invertir en un negocio diferente no era una contradicción al marxismo, sino una reafirmación a esa crítica: sólo los que tienen dinero pueden permitirse el lujo de cambiar de actividad. Y se lo gastarán porque les gustaría probar, pasado un tiempo, a hacer otra cosa.

En un modelo basado en la renta básica invertir no supone un verdadero coste, salvo de tiempo. Y el que trabaja lo hará porque quiere, o porque le compensa - que es otra manera de decir que lo hace porque quiere. Y, por si fuera poco, sabemos que la mayoría, en su fuero interno, considera que ellos sí trabajarían - aunque especulen erróneamente que la mayoría no respondería igual en el mismo test.

La gente se monta historias, y la economía sólo puede ser impulsada por las multitudes en cuanto vivamos en una sociedad formada por multitudes. La superpoblación no puede ser sostenida desde la socialdemocracia, ni por las microeconomías. Hace falta una revolución que perjudique en apariencia resultados tanto microeconómicos como macroeconómicos para empezar a funcionar bajo una economía basada a 10 años vista o a nivel de economía imperial.

¿Por qué los imperios deben estar vinculados con la exclusión de grandes cantidades de personas? No hay historias que justifiquen leyes que reconozcan a los grandes grupos. Sólo el comunismo incorpora esos "relatos". Así que el socialdemócrata buscará la manera de crear otra clase de relato, y lo someterá a la propaganda de partido, para que adquiera mayor fortaleza de oportunidad - pero tener un relato más oportuno no significa que sea más racional. Para que los relatos oportunos sean racionales antes debe haber meritocracia, debe haber una justificación dentro de la teoría de juegos. Una justificación, por así decirlo, egoísta. De esa manera, usando una cierta lógica circunstancial sobre qué es necesario y qué contingente, se puede establecer cuándo un relato oportuno es además racional.

Y mi conclusión es que hoy día no vivimos una verdadera meritocracia. Los autores de distopías así lo confirman con sus obras que representan una crítica a la sociedad, una crítica en el sentido de que aseveran de que en un futuro (desde su punto de vista) el mundo podría convertirse en eso.

Yo mismo me incluyo. Parto de una guerra nuclear para hablar de una sociedad donde los ancianos perecen y sólo sobreviven los niños y jóvenes. Menciono bichos mutantes que aparecen y un estado extraño de zombificación de individuos, razón por la cual todos los pueblos se aislan en búnkeres y se vuelven temerosos ante un enemigo común.

No puedo alardear de que se parezca mucho a lo que estamos viviendo..., pero vosotros darme tiempo. Ya veréis..., que aún se puede poner peor; considerando que la crisis del petroleo está empezando ahora. Es decir, el petrodólar empieza a toser una tos seca bastante sospechosa. Razón por la cual Trump está contando historias de cómo otros países están con una mala economía..., y claro, la economía no entiende de historias, ni cuentos..., la economía es la economía.

Puedes intentar convencer a un tonto para que actúe de la manera correcta. Pero no bastará conque se lo demuestres. Convencer exige más, como cuñada es la gente y vaga de cojones a la hora de pararse a pensar por sí mismos. Se contradicen con sus propios trilemas, y ni se dan cuenta. La socialdemocracia se sabe que genera un paro estructural debido a la existencia del trilema sobre cómo proteger la economía manteniendo un cierto régimen de liberalismo, pero a la gente no le importa: no quiere aceptar ese hecho científicamente incontestable. Y ese paro estructural, la crisis del petróleo, una pandemia..., poco a poco se va generando la tormenta perfecta. La explosión nuclear propia de un estado de guerra.

Y sí: la solución también se leyó en mi libro. Dos formas de renta básica: a elegir. Una basada en el rol que desempeñas dentro de la sociedad, por la cual te corresponde un número de estrellas mensuales. Y otra basada simplemente en que todos ganan lo mismo y que cada cual se pague sus asuntos.

Yo también me monto historias. Pero al menos las justifico; intento ser consecuente.



Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

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