jueves, 14 de mayo de 2020

Un boicot incómodo

Desde hace años los SEÑORES PODEROSOS han estado boicoteando una verdad bastante incómoda, un avance tecnológico de importancia supina. Y ahora me viene otro correo de esos grupos ofreciéndome subir un artículo, para hacer propaganda de su Journal.

ACM tiene mucho que esconder. Las mafias, la corrupción, la negación tecnológica... Incumplen sus propias normativas, son incapaces de tener unos pares en condiciones y, por supuesto, no piden disculpas por el trato vegatorio que llevan a cabo hacia sus autores. Pero claro, como hasta ahora no soy autor bien podríamos decir que me quedo fuera.

Pero es curioso: ¿por qué los avances tecnológicos más relevantes se ignoran? Y no hablo de avances teóricos donde un señor asegura que consiguió hacer algo en una ocasión con una máquina, sino avances conexionistas que funcionan en todos los casos y a escala. Y claro, entonces me vienen de nuevo con un nuevo editor en jefe: ¿me vale la pena intentarlo siquiera?

Me dan asco.

Me da asco esa comunidad falsa que sigue manteniendo la propaganda.

Poco a poco me genera una enorme repulsión todo lo que tiene que ver con la divulgación científica, la tecnología, la informática...

Tanta repulsión como la supuesta vida inteligente que hay en este planeta. Tal vez se salven los delfines y los perros. Pero no todos. Hay algunos que también son muy cabrones. Y demasiados delfines violadores. Quizá no se salve nadie.

Si no hay evidencia de...

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Ayer mismo pude encontrar una tienda de mis proveedores chinos abierta. Fue un alivio. Con enorme rigurosidad, muy por encima del resto de los establecimientos, cumplían con normativas de limpieza escrupulosamente. Las leyes de emergencia social deberían de ser redactadas de una manera mucho más inteligente: se lista una colección de estándares a cumplir considerando que con acumular varios puntos negativos es cuando empezaría la sanción - como un carnet por puntos. Si hemos descubierto cómo piensa el ser humano a la hora de comprometerse, ¿por qué no replicarlo en todos los casos donde se considere apropiado?

Pero en cualquier caso, ese establecimiento parecía una de esas instituciones serias donde se ocupan de proteger cada centímetro de la tienda. Ya no parecía un bazar, parecía algo así como un centro de desparasitación o como se llamen... Luego salía de esa tienda y veía las terrazas: como unas cinco personas como media alrededor de una mesita rozándose hombro con hombro. El camarero con la cosa esa bajada para hablar mejor. Ningún tipo de separación o mampara en las terrazas.

Un cachondeo.

Eso es la política: un cachondeo. Si me dirijo a los señores políticos para decirles que las instituciones académicas no están llevando a cabo de manera honesta sus funciones a la hora de evaluar pares entonces está claro que no recibiré ninguna atención. Porque esta gente vive del cachondeo. Puro cachondeo.

Es como el cachondeo por el que pasó el juez de Estrasburgo cuando le presenté un caso evidente de incumplimiento de uno de los protocolos más básicos aprobados por España: el derecho a ser evaluado. Un miembro de la Delegación de Alumnos que no tuvo derecho a recibir la evaluación de uno de sus exámenes para provocar que no pudiera aceptar un Trabajo muy bien remunerado en la empresa Técnicas Reunidas justo en la entrada de la crisis financiera. Algo que me terminó de hundir al completo. Pero el juez encargado se lo tomó a risa y dijo que tenía que acudir, en su caso, al Constitucional. Órgano que no tiene competencia alguna al respecto, dicho sea de paso: y no, no se trataba de un mero acto de cinismo o un mero error, hablamos de la prevaricación de un juez en lo relativo a la defensa de LOS DERECHOS HUMANOS.

Cachondeo puro.

Cachondeo también lo que me respondió el defensor del pueblo..., figura prevaricadora por definición porque, sellado queda, respondió un "evidentemente yo estaré a favor de las instituciones", como si eso fuera un argumento. Sin poder incorporar en su mensaje absolutamente nada revelador.

Cachondeo también el Director General de la Ordenación Académica que, ante las 17 irregularidades que escribí en el documento de reposición me respondió que existía un documento mágico arcoiris que lo explicaba todo..., la panacea del derecho: la respuesta que me dio a las 17 irregularidades fue que había un documento, nada más. Ni me citó el documento, ni lo trascribió, ni puso quién lo redactó, ni quién se hacía responsable y, por supuesto, yo como implicado nunca estuve citado a contradecir tal documento porque nunca fui entrevistado en todo el proceso y mi firma tampoco aparecerá. Todo un cachondeo.

Pero es que era de suponer: cuando me fui de la universidad era porque los jueces de lo penal se tomaban a cachondeo la interpretación de la ley. Para ellos un alumno que es agredido y vejado a traición, además de forma reiterada y grautita, por unos profesores que, además, no le garantizaban su derecho a ser evaluado, era un alumno que le gustaba que le pegaran. Como si hubiera algún tipo de relación sexual entre los agresores y el que no paraba de llamar a la policía. Puro cachondeo que jamás suscribió ni la policía ni los testigos. Era algo exclusivo del juez y sus protegidos. Porque, señores, la justicia en este país es un puro cachondeo.

Y ahora, en este proceso, donde de vez en cuando me encuentro un tuitero que se ríe en mi cara porque no se cree mi historia me encuentro de vez en cuando una carta de uno de esos Journals que se toman a cachondeo la tecnología y me llenan el correo de propaganda. Una invitación a integrar mis resultados, supuestamente. Pero, de facto, como siempre el mismo CACHONDEO.

¿Cómo salir de este bucle? Me entran ganas de vomitar en cuanto pienso qué clase de GENTUZA nos gobierna, qué clase de gentuza es la que decide lo que es científico y lo que no lo es. La tecnología puede estar perfectamente congelada, o podría engangrenarse la herida con la aparición de jóvenes altamente talentosos que, sin saber porqué, se les niega un documento que, desde su corta visión de la realidad basada en la censura de los miserables, tan pronto como es de una alta calidad resulta que no es tan bueno.

¿Hay algún superdocumento que justifica la negación del mío? ¿Es posible que esto mismo le esté pasando a algún milenial?

¡Menudo cachondeo!

miércoles, 13 de mayo de 2020

Cuándo y cuánto invertir. Y en qué.

Esta entrada no será para resolver, sino para decir que no sé qué hacer. Me he venido para acá para pararme a pensar un rato cómo debo virar el rumbo, y en qué sentido. Porque lo veo todo muy oscuro.

No sé. Lo mismo me vienen días donde me pongo a vender relativamente bien. Pero entonces la gente desaparece del mapa a los pocos días. No veo un patrón claro. Aunque encaja con el movimiento que se ve fuera del recinto del hospital..., ¿qué pasa? ¿Acaso debo esperar que se dé un suceso que motive a las personas a ir al hospital?

Mientras tanto, aún sigue el hospital con las puertas de emergencia cerradas. Ya lo he aceptado tal como vienen sucediendo las cosas, y no: sigo pensando que esas políticas de estancar los gases en el interior del edificio hacen más daño que prevención. Y puede que el repartir mascarillas y hacer labarse las manos sea una buena medida para fomentar el higiene y el comportamiento riguroso en los visitantes, no niego que eso es para bien, pero sigo pensando que no se ha hecho, por un lado legalmente, y por otro lado de la manera correcta.

Pero aún así por lo menos ahora hay dos puertas. Ahora puedo ir más rápidamente hasta donde me aseo. Pero aún así sigo con la duda... Mis proveedores chinos dudo que hayan abierto, pero no quiero costearme todavía un gran pedido, no sólo porque no me saldría rentable sino porque no sé con lo inestable que es la seguridad jurídica de mi negocio en el hospital con estos gestores mafiosos si el negocio aguantaría una segunda paranoia, ya no digo una segunda oleada.

Si Madrid enferma, paralizada toda España. Menudos centristas absurdos: Franco vive.

Así que para cuándo invertir..., no sé. Y cuánto. Tan imposible de saber como este mercado que pasa de largo, o con el que tengo una relación muy poco estrecha. Podría haber invertido en mascarillas, pero en su momento decidí no hacerlo - y sospecho que acerté. Estos negocios son realmente difíciles de mantener: un locutorio en un hospital. Son los primeros en caer y yo estoy sobreviviendo incluso en tiempos de pandemia.

Pero claro..., ¿supervivencia? Para cuando esto acabe de nuevo volverán a acosarme los inspectores de Hacienda de mi ciudad, sin que me den explicaciones sobre qué tienen en la cabeza, ¿qué les hace pensar que gano o facturo lo suficiente como para que me multen por haberles recordado que no tengo que declarar el IRPF? No lo entiendo. Y por mucho que lo pienso, eso de que me multan porque "así lo han establecido" no me parece una justificación - sí me parece antidemocrático, pero no la justificación que se le debe dar a un contribuyente que paga como el 90% de lo que gana en tributaciones sociales.

Me parece realmente lamentable.

Por otro lado, ¿qué pasa con la renta de inserción? ¿Por qué la han hecho condicionada? El cúmulo de problemas que va a generar y el posible paro estructural que va a generar demuestra lo poco útil que resulta tener políticos en el poder. La cosa no es decir: mejor esto que nada; no, el problema es que en cuanto se le caiga todo no le echarán la culpa al pensamiento socialdemócrata incompetente de crear clientelismos y de someter a la población a tener que vivir de una renta áustera a la espera de que el buen samaritano funcionario se la quiera conceder. El hecho consumado es que si los propios inspectores de Hacienda se comportan como los fascistas que son: atacando a la clase proletaria, respetando a sus amiguetes y razas superiores, fomentando los suicidios para propagar la mentira de que sostienen el estado de derecho..., considerando la clase de funcionarios que se permite tener, si encima se les da el poder de la concesión de una renta..., ¡ah! Todos sabemos qué pasará.

Si por trabajar tengo que dar explicaciones a Hacienda, sin importar las explicaciones, entonces no me vale la pena trabajar. Así lo digo.

Los señores que ganan un millón de euros pagan el 2% o así..., y todavía se quejan. A mi juicio no necesitamos ni un solo español viviendo en este país en esas condiciones. Para mí son unos completos apestados que son protegidos por los inspectores de Hacienda. Por eso quiero irme de este país..., y claro, ¿qué pasará cuando vivamos un episodio de estabilidad sin pandemias? ¿Aprovecharé el pasaporte para escaparme un momento? ¿Querré vivir la posibilidad y jugar alguna clase de baza en otro país? No lo sé..., no sería propio de mí. Pero mi cuerpo me pide desaparecer. No puedo seguir consiguiendo grandes logros contrastables y que la sociedad siga ignorándome. No quiero seguir viviendo esta mentira impuesta por mi medio ambiente.

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Vuelvo a soñar, una y otra vez, esta vez sueño que camino y camino en sueños. En estos mundos diferentes donde encuentro parajes que nunca había visitado y que sólo en sueños se me aparecen como comunes. Vuelvo a sentir una y otra vez esa nostalgia falsa para volver a una tierra que no conozco, con el pesar de la muerte en cuanto la visite. Un sentimiento que parece haberse visto enmarañado con las experiencias de la Pandemia.

La apatía me bloquea tanto... Y el tonto soy yo porque sé que cuando me ponga a interactuar en Twitter me encontraré con otro usuario que sólo investigará lo que necesite para intentar hacerme daño psicológicamente, o ese otro usuario que sólo indagará para volverse un experto intrusista y decir barbaridades constatables por quienes tengan la experiencia mínima suficiente. No sé qué hago en Twitter si no tengo nada que ganar allí, la verdad.

Y ahora me planteaba tocar cierto modelo matemático, ideal para epidemias, que ayudara a esclarecer qué políticas son las más eficientes - que sería ideal combinado con simuladores para que coincidan ambos parámetros y tengan un mecanismo de contraste. Sin embargo, ya hemos visto cómo funcionan los gobiernos: los científicos y sus fórmulas a la basura, son los políticos los que tienen que llevarse el mérito. La socialdemocracia es Twitter ampliado. Para llevarse las manos a la cabeza: creo que mi instinto no me falló al decirme que me dejara de modelos antipandemias... No me equivoqué en absoluto: si llego a tener ese modelo y me toca observar con mis propios ojos cómo se está devastando la vida de mucha gente al no querer reconocer los cálculos, ya me da algo. La depresión sería de tal calibre..., ansiedad, pena, asco, interpelación, ansia..., serían tantos sentimientos acumulados que puede que no pudiera aguantarlo. No lo sé.

A demasiados factores le repercute el tema de la pandemia como para que no genere una cantidad descomunal de disparadores que genere en suma un estado de parálisis demasiado profunda.

Quizá por eso sigo bloqueado.

Quizá por eso en momentos de crisis sólo los poderosos son los que pueden sacarnos de ésta. Justicia poética, supongo.

O hubo meritocracia o sucumbimos en la idiocracia.

Y claro, para cuando tengamos un momento de intermitencia para esta pandemia..., ¿se seguirán haciendo las cosas de la misma manera como ocurrió con la crisis del 2008? ¿Se optará por la autodestrucción complaciente o se revolucionará para estar mejor preparados para la siguiente?

Ya por lo pronto, con lo mal que se está haciendo dudo que se puedan aprovechar los datos técnicos que han ido apareciendo en las bases de datos de cada país. Principalmente porque para poder juntar los datos de una muestra éstos deben cumplir un principio de homogeneidad y homocedasticidad que no se da cuando los políticos empiezan a enmarranar la información con distintas maneras de afrontar una misma crisis.

Así que tenemos múltiples muestras pequeñas, por lo que sólo tenemos la muestra pequeña de mayor tamaño. Aberrante. Y, para aberrante, lo que vemos en el listillo de turno: cómo se pone a juntar datos y datos que no tienen nada que ver los unos con los otros..., pero porque, claro, muertos son muertos, están en la caja igualmente, ¿no?

Exceso de políticos. Exceso de idiotez.

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Mientras venía andando a mi kiosko me vino a la mente la única política que podría haber pasado a la historia de este país para cuando pasen los siglos. Una política que sobrepasará las tonterías del feminismo, economistas cegatos o tontás ideológicas... Yo creo que a Soraya Sáenz de Santamaría no se la recordará por su éxito ante el Ébola en España o por su fracaso en las prenegociaciones de la República Catalana. Alguno es posible que la recuerde como hoy día los historiadores recuerdan a Carlos II, el hechizado. Sus coetáneos pensaban que sería el rey más mediocre de la historia del reino de España, y que peor que él nunca habría otro igual en mucho tiempo. Sin embargo los historiadores (serios) suelen recordar algo que muy pocos tienen en mente: la revolución industrial, o al menos la intención de modernizar España y empujarla más allá del feudalismo.

Si alguna vez hacen una película sobre ese rey, sería imperdonable que el guionista dejara pasar el momento más clave de la historia de España: la intención de objetivizar o, lo que años después se llamaría liberalizar, el poder.

Nada más inteligente que eliminar del poder al político, como lo que intentó Soraya cuando decretó que las bases de datos de todas las comunidades y administraciones tendrían que ser únicas. No sé cómo se plasmó ese intento, como que también es cierto que el intento de Carlos II no pudo materializarse del todo. Pero sólo el ir contracorriente, contra el periodismo de entonces, contra todos los políticos sin importar su color, contra todos los expertos cegatos que no querían algo así..., sólo el tener esa visión de futuro inapelable conque ésa debería de ser la dirección correcta... Se me ponen los pelos de gallina de sólo pensar que, por un momento, pudimos tener una buena política - aun de derechas - en este país.

Cójeme uno de estos que hagan de fontanero y que no les preocupe que sus coetáneos aprecien su trabajo. Pero cuando hay que objetivizar el poder del Pueblo es de obligado cumplimiento continuar ese proceso hasta conseguir la automatización de todo lo que debe ser manejado de manera no interpretativa.

El movimiento liberal del Pueblo es el movimiento que inhabilita al poder ejecutivo en las tareas en las que las fórmulas le permiten al cargo actuar sin impunidad ante los afectados. No se puede ser liberal sin ser trasparente, sin demostrar las razones de sus planteamientos. Una sociedad sin el entendimiento de lo que es un par, sin la cultura del escéptico..., es una sociedad de borregos que no tienen derecho a ser tomados en cuenta ni para preguntarles por cuánto es 2 más 2.


martes, 12 de mayo de 2020

Interiorizar para proyectar

La mala fe de la gente a la hora de juzgar, a la hora de lanzar sus instintos de ira, suelen ser producto de ideas que estuvieron interiorizando con los años, ideas que luego creyeron que era ley de vida. De ahí nace la proyección airada de los defectos propios en los demás.

Vemos muchos individuos que se abalanzan con una enorme ira. Y claro, ¿qué es la ira? La ira la tengo en mis modelos perfectamente ubicada: existe para interpelar a un semejante para que haga las cosas de otra manera, para que la manada no tenga que ir en su auxilio. Así lo expresó la famosa antropóloga que quería discutirle a Chomsky su idea del protolenguaje: la idea de que hay un lenguaje universal que usamos todos para conformar el lenguaje que aprendemos de pequeños.

Cuando me pongo a hablar en Twitter me puedo encontrar con gente que se ríe, otros que se desesperan..., pero es curioso cómo la desesperación la intentan ocultar, ese drama personal que tienen lo quieren escudar en las apariencias, lo que es el facherío por definición: pretender crear una apariencia en sustitución del argumento ¡Cuántas veces he visto al clásico facha allá donde estudié de adolescente!

Pero ahora en las redes sociales no se dan cuenta de que son víctimas de sí mismos, creen que están ante un débil porque él mismo se autoanula: se autodenomina rojo, por ejemplo. Así que ya pueden ir a por esa persona. Da la impresión de que se le ha puesto la carnaza para que eche espulmarajos por la boca. Y, claro, ¿acaso no pasaría lo mismo si alguien dijera ser de derechas o española con orgullo?

La razón por la cual se desprende tanto odio no es tanto porque la gente quiera actuar de mala fe: principalmente existe un movimiento de proyección a partir del comportamiento que tienen ellos mismos. Es decir, el que critica a un rojo por corrupto es porque, en el fondo, ha interiorizado el hecho de que la corrupción forma parte de él mismo. Sólo necesita alguna clase de excusa para vincular comunismo con corrupción. La excusa puede ser ciertos hitos históricos conocidos, claro. No será los preceptos que eran defendidos por los comunistas; de la misma manera que podríamos asociar a todos los cristianos el sadismo de sus inquisidores. Un despropósito.

Ahora bien, ¿de dónde viene ese sesgo cognitivo? En realidad es sencillo. Sí podemos decir que es un mecanismo, o eso sería así con mi teoría de la mente, que se utiliza para extrapolar información cuando no tienes manera de recordar un suceso que no has vivido. Estos mecanismos de extrapolación es algo que aún nadie ha sabido ni sabe controlar, el propio Deep Learning tiene tres grandes filosofías entre sus estrategias y, por supuesto, cada una con sus limitaciones y roles...

Digamos que yo también iba a tener mis propios mecanismos, y si empíricamente empiezan a funcionar entonces la teoría quedaría validada.

Esa clase de sesgo cognitivo proviene de cómo le ha estado funcionando al agente cierta clase de valoraciones. Si a un agente de la policía le aplaudimos para que se sienta orgulloso por su esfuerzo lo más probable es que tienda a querer esforzarse más. Si sólo se le reprende entonces es posible que el lenguaje de la represión sea el sistema de medición que use para adivinar comportamientos.

Se trata, por tanto, de un mecanismo social que adivina la manera de pensar de una sociedad para saber si estamos ante una tribu amiga o enemiga. Para saber si debemos interpelar nuestra moralidad porque creemos en la fortaleza de esa tribu o si, por el contrario, nos debe producir alguna clase de repulsión o pena porque esa tribu nos inspira debilidad. La ira debe ayudar a trasvalorar los errores del que tienes delante. Pero también es preludio de un enfrentamiento hostil.

Cuando se interioriza el carácter hostil de algo el baremo que fija qué es bueno y qué es malo en el medio ambiente de nuestro agente se vuelve más perverso.

Algo así me pasó en la universidad: si la mayoría de los profesores no me corregían los exámenes entonces en cuanto veía un profesor que se comportaba con normalidad, según sus fueros más internos, pero que a mí me recordaba un comportamiento malintencionado de sus compañeros eso provocaría que desconfiara terriblemente de sus intenciones, que no me valiera la pena ni presentar examen alguno, práctica... Mi época en la universidad fue de tal nivel de toxicidad que no entiendo cómo no me marché de allí antes.

Pero lo mismo ocurre en los matrimonios fracasados. Interiorizan lo que no quieren admitir y, en cuanto ven un matrimonio bien avenido, sólo tienen que esperar encontrar rasgos sutiles, algún aspecto que despierte su malicia..., y entonces les atribuirá que fracasarán. Es decir, sus mecanismos de adivinar comportamientos se pervierten. Y mis cuatro algoritmos corren el riesgo de sufrir algo parecido, de eso me doy cuenta.

Sin ir más lejos, si aplicamos los mecanismos convencionales que intentan adherirse a una moralidad dentro del Deep Learning observamos cómo los mecanismos actuales actúan como una auténtica esponja. Y eso la comunidad científica lo sabe perfectamente. No podemos fiarnos de los algoritmos que usa la máquina para determinar la buena o la mala fé: el famoso "algoritmo" de las redes sociales. Ahora bien, esos mecanismos de interiorización que aún no se sabe combinar con la lógica el problema es cómo confrontarlos con un cierto orgullo de lo que uno es como para que tengan que pugnar con valores que sean propios del agente.

Ya habré teorizado al respecto, y no tengo motivos para echarme para atrás. Sin embargo, con mis nuevas máquinas puede que la interiorización deba planteármelo de otra manera. Aún no lo sé. Porque hay dos formas de interiorizar con mis técnicas: uno es planteándose el problema como si se estuviera recorriendo un laberinto para rellenar las partes del estado que se desconocen con las valoraciones oportunas, y el otro es activando un lenguaje que reconfigure la red que recoge la interpretación de los hechos. No habría que descartar que haya dos maneras de interiorizar una idea: la intrínseca y la extrínseca. Ambas de una complejidad realmente interesante e independiente a la hora de llevarlas a cabo.

Pero, como pasa con todo en la vida, una vez más mi instinto me dice que nadie va a leer lo que escribo; que no pasará examen alguno, ni par, ni valoración. El mundo es hosco y absurdo y la gente sólo investiga para intentar hacer daño o para llorar en solidaridad, pero no para aprender.



lunes, 11 de mayo de 2020

La comisión del delito. Naturaleza

Me he levantado esta mañana después de haber dormido una media hora para aliviar un dolor en el costado. Me ha sentado bastante bien. Y ha provocado que al despertar se me olvidara por completo mis obligaciones, hasta que decidí actuar por mi cuenta para levantarme a tiempo.

El comportamiento sociopático tiene que ver no sólo con lo que hacemos y lo que no hacemos, sino también con las medidas que adoptamos ante situaciones imprevistas. Esto es, por nuestro caracter confiable o, por así decirlo, por lo robusto de nuestro comportamiento ante cualquier circunstancia.

Podemos pensar, por ejemplo, en el vendedor que sabe que ante su cliente le está vendiendo algo que no necesita y, como el capitalismo manda, se ve obligado a tener ese comportamiento sociopático porque, supuestamente, el parásito social es el mal vendedor, no el buen vendedor.

De ahí a establecer lo que sea la ley, o la norma, poco importa porque la propia ley podría fomentar la sociopatía, podría ser lo que para muchos debería ser hasta un delito.

Dicho esto, ayer incorporé un par de postulados para fijar los principios de orientación dentro del desarrollo mental en el sistema de información, y regulé los preceptos mínimos imprescindibles para que cualquier sistema, en teoría, pueda aprender cualquier lenguaje natural pensado para la comunicación - o al menos del que tenemos conocimiento en el planeta Tierra.

Estos preceptos me han sabido bastante esclarecedores y simplificadores, hasta provocar la duda de que a lo mejor algunos mecanismos que ya había incluído pudieran estar fuera de lugar.

Por otro lado, sospecho que no podré usar el motor que ofrece Julia para crear un entorno usando su sistema de tipos abstractos, hay conceptos que necesito dentro de la programación del polimorfismo y que no se ha planteado hasta ahora en la literatura de la orientación a objetos a la hora de estudiar cuándo dos clases son compatibles. Implementar la clausura es algo que ya había hecho, lo que pasa es que me hacía ilusión redefinir un lenguaje existente..., pero nada.

Ahora que me he quitado asuntos básicos por hacer en el montaje que me estoy marcando dentro de "De cuando éramos máquinas", título provisional y que aún no sé si lo publicaré, qué publicaré, cómo..., pues me ha venido esta misma mañana un comportamiento irracional que la máquina primigenia creo que no habría sabido impulsar entre sus posibilidades...

Había terminado mi jornada laboral y, como quería pasar por el cuarto de baño antes de iniciar la caminata hasta mi casa, pasé otra vez por el control del hospital para poder acceder al edificio. Entonces, al terminar el control para entrar, la enfermera me dijo: "adiós".

Le respondí de manera refleja con una sonrisa, reverencia..., etc..., pero mientras iba al cuarto de baño lo estuve pensando: ¿por qué una máquina iba a cometer el "error" de decir adiós? ¿Existe una justificación racional para hacerlo o es como lo que escribiría en mi última aportación ese fin de semana sobre los cuatro tipos de errores que se pueden producir en una comunicación?

Cuando ya has parametrizado en ese documento las dimensiones que debe tener una "mente" para que incorpore capacidad para discernir el lenguaje, delegar en otros sujetos, gestionar la inferencia cuando sea oportuna..., es innegable que responder "adiós" cuando la persona entra en el recinto y que vas a tener que volver a cruzarte con ella para cuando vuelva a salir parecería un error y, sin embargo, no lo es.

La verdadera razón por la cual la enfermera se saltó el protocolo de comunicaciones que tanto estudiamos los informáticos y que tiene horas y horas de trabajo sudoroso para programarlo con esmero y cuidar de cada detalle ante cada pregunta y respuesta es que la enfermera se percató de que estaba vestido para marcharme para mi casa, en vez de vestido para volver a mi kiosko a trabajar. Por tanto, el "adiós" muy probablemente se haya disparado debido a que quería dar constancia de que se había percatado de que me marchaba del hospital por ese día.

Los protocolos de comunicaciones que tienen las enfermeras con sus pacientes suelen tener el máximo nivel de rigurosidad técnica, y es oro para los informáticos. La mayoría de las personas nos solemos equivocar en el lenguaje de supervivencia, sin embargo las enfermeras tienen ese lenguaje como algo tan habitual que se convierte en un elemento de estudio fundamental para quienes estudiamos la programación de lenguajes naturales. Por eso tenía la obligación de intrigarme para intentar averiguar cómo pudo cometer ese supuesto error, o dónde había cometido yo el mío - por supuesto sería lo segundo.

Dicho esto, podemos comprobar que el orgullo toma un papel muy importante: dar a saber que eres una persona inteligente, demostrarle que eres mucho más que quien se queda tomando temperaturas y apuntando datos..., la verdad es que cuando me marché y me la crucé para marcharme pensé que lo más conveniente era no despedirme de ella e ignorarla, ella hizo lo mismo. Y ese coste de vergüenza es el nivel de orgullo que debía compensar la decisión que, al ser una enfermera, no debió ser resultado de un azar ¡Tengo fórmula!

Cuando un pavo real muestra sus plumas a decenas de metros de distancia lo que hace es exponerse ante los depredadores, el orgullo que siente por sus genes sólo es justificable para su reproducción. Obviamente, reducir las pulsiones al sexo como hizo Freud no va a ser la respuesta: lo que movió a la enfermera no era fardar de su juventud y capacidad reproductora ante mí - para mí eso es obvio. Sin embargo, el orgullo existirá en la medida de que fuera en su tiempo capaz de hacer que se reprodujeran nuestros ancestros y, hoy día, el sexo no impera nuestros sentidos sociales. Es cosa del cerebro antiguo..., como suele explicar Dawkins..., y no me molestan esas teorías.

Así que tenemos orgullo, que está justificado para competir mejor socialmente; por ejemplo, la cría que quiera ser atendida por sus padres puede que lo consiga gracias a sus instintos de orgullo, asímismo, no encontraremos un buen líder si no se siente orgulloso de sus logros..., con los años y la evolución social, las ventajas de la manada, la sinergia..., todo eso redefine al orgullo y lo convierte en una herramienta muy útil para mejorar.

Sin embargo, también hay un tipo de dolor: la vergüenza. Y sospecho que vergüenza no es "ausencia de orgullo", sino que es un dolor independiente. Parece que es como si dijéramos que se puede sentir orgullo y vergüenza a la vez, uno sí y el otro no o no sentir ninguno de los dos. También se puede decir que la vergüenza es orgullo negativo en los parámetros o componentes donde se active, entendiendo que el punto que representa el estado de orgullo de un individuo debe ser un vector multidimensional, o circunstancial a distintos escenarios independientes.

Se enfoque como se enfoque, y se nota que no tengo nada establecido aún porque si no no lo estaría exponiendo como lo expongo, la naturaleza de los comportamientos irracionales dependerá de ese vector multidimensional que establece en qué aspectos sientes orgullo positivo, negativo o anulado. Y eso, por supuesto, sin tomar en consideración de la teoría de la mente y de cómo en ocasiones la vergüenza se siente en la piel de otros.

Pero ya digo, esta consideración se debería de combinar con lo que sí tengo consolidado.

El asunto en cuestión es que el comportamiento sociopático se distingue cuando una persona se sale de los preceptos morales y, por supuesto, se considera grave en la medida de que esa escapada se intensifica con comportamientos no éticos. Si tales comportamientos impropios provocan un daño a terceros entonces es cuando para muchos el problema se colma.

A mí ya me pasó que en los años '90, aprovechando que era informático, pues era común ese tratamiento con la idea de lo que para qué sirve un hacker, una funcionaria me quiso preguntar lo que en aquél entonces era un misterio: ¿qué es eso de un virus? ¿por qué lo hacen?

Entonces yo era un joven informático que tenía solución para todo, y esa pregunta dadas las circunstancias era obligada ¿Quién programa los virus y por qué? Decir que un virus es un programa malicioso es lo fácil, lo díficil es saber qué empuja a un programador tocar las narices de esa manera.

La misma pregunta, pero a la inversa, la recibí de un amigo para cuando el 2000 ya estaba avanzando en su primera década: ¿qué es lo que hace que la gente dé tanta información en Internet? ¿Por qué esos cursos gratuitos o esos trabajos que se comparten?

Yo creo que ambas preguntas, de caracter polarizador opuesto, se responden de la misma manera. Pero ahora mismo recuerdo también a un compañero programador - pero un milenial - que, a finales de la primera década me hizo una pregunta parecida: ¿qué es lo que hace que la gente se grabe haciendo pornografía? ¿Por qué las parejas adoptan esa decisión (cuando así lo deciden)?

Se trata de la misma pregunta, misma naturaleza. Los efectos pueden producir actos inmorales o no, puede generarse situaciones no éticas, o puede que sean comportamientos heróicos, altamente altruístas.

La respuesta racional de difícil acatamiento pasa por el puro egoísmo. En el puro egoísmo se hace un estudio basado en lógica circunstancial y se evalúa de todos los mundos posibles cuáles son las acciones necesarias para que empujen hacia la mejor situación. Es algo así como no sólo ser consecuente, sino ser sabiamente consecuente: porque esa evaluación exige un estudio racional profundo y un análisis de cómo funciona la sociedad con un cierto carácter predictivo.

Sin embargo, esa no puede ser la respuesta a la cuestión más básica..., no es creíble que los crackers se comporten como se comporten por un nivel de egoísmo que no podamos comprender, tras hacer un estudio de los pros y los contras. O que una pareja haya querido publicar sus vergüenzas porque han determinado las enormes ventajas financieras que ello conlleva... La respuesta tiene que ser más visceral y, en el mayor número de veces, inconsecuente - independientemente de que acabe conveniendo por egoísmo puro.

Lo que le respondí a esa funcionaria, la que me preguntó por los virus, fue que la naturaleza del delito se basa en dos parámetros: el anonimato que impide hacer que la gente sienta vergüenza por lo que ha hecho y el orgullo de dirigirse a una comunidad para alardear de hacer lo que muy pocos podrían.

Básicamente, la gente busca la aprobación de su comunidad, su reconocimiento, y lo hace de manera instintiva. Como cuando un gato atrapa a un ratón y lo pone ante los pies de su amo, como señal de dominio para decir: "yo te doy de comer a ti". Pero no es racional, lo hace por instinto; por muchos gritos que se dé al ver el pajarito muerto, es como si necesitara hacerlo.

Esos instintos también los tenemos las personas. Los perros, por ejemplo, cuando se ponen a ladrar necesitan tener la última palabra..., tienen ese orgullo. Y para sentirse refortalecidos, para cuando dejen de ladrar, no podrán evitar un refunfuño en forma de ladrido, como una reacción poco sonora para satisfacer así a su propio orgullo personal ya que saben que deben callar, que molestan, y que se cansan por ladrar. Saben que ese comportamiento sociopático le traerá consecuencias, pero ladran porque necesitan hacerlo. Es un impulso que les fue necesario quizá a nuestros ancestros para sobrevivir.

Ahora tenemos un cúmulo de vergüenzas y orgullos con los que vivir. Yo he llegado a escuchar que los perros "buscan al amo" cuando hacen sus necesidades..., siempre he pensado que lo que hacen es vigilar que nadie les vea porque sienten vergüenza de hacerlas. Es decir, esa vergüenza debe provenir de lo antiguo, de cuando había que alejarse para hacer esa clase de cosas y no contaminar a la tribu, al conjunto de clanes familiares.

Por ello, todo se resume a determinar que en ocasiones somos conscientes de una técnica o hemos sido capaces de hacer una proeza y eso exige alguna clase de aplauso o reconocimiento. Entonces es cuando ese instinto de orgullo se pone a hacer cosas de todo tipo para obtener tal reconocimiento. En ocasiones es algo irracional, pero a veces encaja con un principio lógico que puede hacernos merecedores de grandes premios.




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