Hace un par de posts comenté que en este peculiar mundo que nos ha tocado vivir la civilización occidental había conseguido enfrentar a las mujeres burguesas con los varones proletarios para así no afrontar el reto de configurar la moralidad y la idolatría de nuestros referentes. Patriarcado wins. Ahora la sociedad se va a enfrentar a un nuevo reto mucho más macabro, si cabe: el coronavirus.
Esta noche me ha pasado como otras tantas sueltas, de tener que despertarme porque algo me pinchaba para, un rato después, reconducir mi mente a una sensación de poder absoluto de mis sensaciones que me permita reconfigurar el sueño hacia mis apetencias más profundas y cómodas. Lo ideal sería no tener que pasar por esa fase intermedia de tormento absurdo, la verdad. Pero algunos dicen que es así como realmente la "sociedad" aprende a comportarse como conjunto.
He tenido que parar de escribir para ponerle a la palabra sociedad las comillas. La verdad es que no sé ni lo que va a salir de estas reflexiones.
Hace años se me cruzó por la mente una conversación que tuve con unos colegas en la universidad, frente a la máquina de café donde todos tomábamos, así como los profesores, un descanso. Se trata de un recuerdo que no sé si lo comenté, porque la paradoja de la felicidad es algo que ya desarrollé varios meses atrás en este blog.
- Dato, ¿qué es la Felicidad? ¿Podrías decir que lo que haces te lleva por el buen camino?
Por supuesto, me es imposible recordar tal conversación; por eso estos hechos se pueden considerar verídicos en cuanto a las bases de lo que se decía, no en el orden, el uso de las palabras, etc...
- La idea de Felicidad no es más que una farsa. Más que nada porque la persona más feliz del mundo vive una paradoja y, por tanto, no es posible que se sienta completamente triunfal en el uso de sus decisiones.
Efectivamente, varias décadas después bien pude haber reflexionado sobre lo que les dije a mis compañeros de universidad. Bien pude haber claudicado de intentar poner a prueba a la comunidad científica, de intentar formar parte; de ser uno más. Podría haberme convertido en uno de esos que se desvían de la trayectoria, que viven a costa de algún rico mientras opta por una vida acomodada. Pero claro, esa comodidad te lleva a una responsabilidad: la mujer del César no sólo tiene que ser casta, también debe parecerlo. Vivir en casa de un burgués te obliga a comportarte como un burgués y, de ahí, siempre sospeché que perdería mi..., ¿carácter bohemio?
A estas alturas esas reflexiones no valen nada. Cuando ya es demasiado tarde, cuando no recibiré más ofertas, es ahora cuando ya no me importa dejarme llevar por la burguesía; quizá porque me he estabilizado lo suficientemente como para saber ser políticamente correcto sin perder mi carácter. Y porque, en el fondo, ya no creo en la Sociedad como colectivo. Que siga siendo comunista no implica que deba creer que la gente esté dispuesta a pensar con dos dedos de frente. Puedo ser comunista no practicante: como aquel que dice que las cosas deberían de ser de otra manera, cruzar los dedos para que se produzca el milagro, desearlo con todas las fuerzas..., pero quedarse mirando al mismo tiempo a un desierto que nadie quiere transitar.
- ¿Qué quieres decir conque la Felicidad es una farsa? ¿Acaso insinúas que los hombres más ricos no son felices? Ellos son los que parten, se parten y reparten. Pueden permitirse el lujo de ser felices o de no serlo, el resto somos los desgraciados que nos tenemos que conformar con lo que dejan. Se montan un estereotipo de lo que es el triunfo: que si una casa, una pareja, un trabajo..., pero a la hora de la verdad sólo una minoría puede aspirar a conseguir algo que se le parezca.
Seguro que esperaban a que les diera un discurso de mierda sobre que los ricos son unos infelices. No sé. Tampoco sé cuáles son los verdaderos objetivos de cada uno de los que se sentaban ahí para sacarme conversación. Puede, no sé, que sólo quisieran sacar conversación.
- La persona más feliz puede ser resultado de decisiones que adoptó sin pensar; pero que en cuanto a que pudieran verse como una manera de escapar evitaría. Escapar de la infelicidad no cuenta como cobardía, cuenta como a decidir la clase de vida que uno quiere tener.
- Mucho royo.
- Bien. Yo mismo: hace varios años un abogado se me acercó y me dio un consejo para tener que abordar el problema de los profesores que empezaban a agredirme, sin que el decano hiciera nada. Me dijo que lo que tenía que hacer era matarlos. Simplemente. Me dio unas pautas y me dijo que en dos años saldría por buena conducta..., me dijo muchas cosas extrañas, y rehusé. Hoy día, a toro pasado, sé que el consejo paradógicamente fue bueno. Pero, en el fondo, el no tener un título, el no poder conseguir que los profesores me corrijan los exámenes o las prácticas, no es una traba que te impide ser feliz. De haberlos matado se habría convertido en una manera de negar la posibilidad.
- ...
- Sobre el papel no tenía evidencias de que luchando, reclamando, denunciando no podría conseguir el título. En teoría el juez me daría la razón, siempre tendría algún recurso y, por encima de todo, estaba mi talento innato, mi capacidad de arrojo, mi creatividad..., todo lo tenía a favor. Sería impensable optar por el camino fácil, por el cálculo morboso. Aún siendo deplorables mis agresores, aún con los años se cansarían de agredir..., pero me equivoqué con esa predicción y no con respecto a que debía asumir lo que pudiera pasar. De tener un título ahora en otra universidad, con o sin antecedentes penales, consiguiendo un futuro laboral estable, etc..., esa sería la falsa promesa de felicidad que no querría para mí: ¿no podía conseguirlo por otros medios? Sólo se puede saber cuando lo experimentas.
- Pero entonces, ¿por qué te has matriculado de esas asignaturas?
- Son troncales, las voy a tener que aprobar de todas maneras.
- ¿Ahora te pones moralista? Ya te hemos visto otras veces defender que la vida o la muerte de la gente es irrelevante cuando éstos son un peligro para la sociedad - dijo un profesor - si realmente crees que alguien forma parte de las cloacas del sistema, ¿qué te impide acabar con su vida? ¿No sería más propio admitir que NUNCA hay que acabar con la vida de la gente? ¿Que eso no es competencia de nadie?
- Por la defensa de los derechos más fundamentales, está claro que se podría dar que la vida de una persona podría estar en tus manos y, con ella, la capacidad para decidir quien vive: si el violador psicópata o su víctima.
- Tus palabras son peligrosas.
- Imaginad que ahora mismo me estuviera escuchando un policía borracho, a lo Torrente. Y éste concluyera que hay que dar segundas oportunidades. En un bar, un amigo suyo le confiesa que va a salir por esa puerta y que va a violar y matar a una tía. Y se lo dice al policía borracho. Si bien al principio lo detiene, lo para en seco, luego se ríen los dos, y como si nada. Pero nuestro policía borracho sigue a su amigo y observa la escena: efectivamente está violando a una chica y, de un momento a otro podría acabar con ella o no. La cosa es simple: si el policía borracho le llama la atención perderá su factor sorpresa y eso facilitará al violador a que pueda matar a la chica; si por el contrario adopta una decisión, deberá en ese momento aprovechar para reducir a su amigo, con el riesgo de tener que matarlo dadas las circunstancias. O es la víctima o es su amigo. Y hay veces en las que no se puede tomar decisiones intermedias, porque supondrá darle ventaja al psicópata.
- ...
- Pero podrías irte de la universidad.
- Me parecería más propio haber seguido el consejo del abogado: no es mi estilo dejar las cosas a medias, o hacer que terceras personas se coman un marrón sin limpiar.
- No, a mí me interesa saber por qué no te dejas esas asignaturas para el final, para acabar en otra universidad o esperar a que los agresores se vayan.
- Para entenderlo debemos ir varios años atrás. Cuando yo era preadolescente y, de viaje de estudios, acabamos en un albergue - para estos flashbacks escuchar Mono es de putísima madre - entonces nos sirvieron un asado y, algo muy típico que dicen los profesores en esa situación es "quiero ver los platos limpios". Yo, por mi parte, observé en el plato un hígado. No recordaba por qué nunca comía hígado. Supuestamente no me gustaba. Así que probé una cosa: me comí todo el plato hasta llegar al hígado. Cuando llegué hasta ese punto, con un buen vaso de agua lleno preparado, y algo de pan, probé a zampármelo de golpe - a ver qué pasaba. Resulta que era alérgico al hígado y no lo sabía. Pero por suerte para mí no era una alergia importante..., sólo me llevé un calentón visible por parte de mis compañeros. Y ellos fueron los que lo alertaron, yo por mi parte ya había cumplido y sólo necesitaba terminar de digerir el último bocado desde el estómago..., pasarlo por el hígado, literalmente.
- ¿Qué intentas decir con eso? No guarda mucha relación con lo que dices.
- Bueno, lo que pasa es que no puedo acudir al truco del policía borracho siempre; debo intercalar entre ejercicios mentales y anécdotas. Y no siempre se tiene un buen anecdotario como para tener el ejemplo perfecto. Sin embargo, está claro que si hubiera empezado por el hígado muy probablemente me hubiera quedado sin comer...
- Me das la razón.
- Bien, lo que intento decir es que cuando se hace un asado la carne y las patatas no pueden mirar con malos ojos al hígado por generar alergias. En lo que se refiere a la comida pasa como con muchos profesores: creen que lo suyo es independiente y que o lo tragas o a la mierda. La comida funciona al revés. Yo no puedo trabajar codo con codo y dar todo de mí en una sociedad donde se tolera la discriminación.
Discriminación, violencia... Hace gracia pensar lo que está pasando ahora con el coronavirus. Es como si...
Me imagino a los niños pobres, cuyo principal enemigo es la gripe común, ya veo todas las medidas que se habían adoptado hasta ahora para evitar que esos niños acabaran contagiados. Ahora resulta que aparece un bicho que se contagia a una velocidad de vértido y que, como buen parásito, en vez de matar a su víctima habita en ella..., quizá en un futuro amoldemos nuestros genes a ella para crear una proteina más adaptada a la contaminación que generamos. En cualquier caso, para evolucionar debemos pasar por un genocidio natural. Y lo normal es resistirse, porque los primeros en morir serán los que menos capacidad tengan para adaptarse: ¿los ricos? También, yo diría los viejos.
La ironía de esta clase de acontecimientos es que es la ciencia la que, por inadaptada, fue incapaz de prever que esto iba a ocurrir y, al mismo tiempo, los especialistas han sido los primeros en darse cuenta de que ya ocurría. Obviamente, no será por nuestros modelos de evolución natural - hace falta un resultado empírico.
¿Y cuál será el resultado? Quizá se reduzca la esperanza de vida de todo el planeta varios años. En especial en aquellos que tienen una vida más artificiosa (la clase burguesa). Quizá el planeta haya vivido de manera natural y pueda aprovechar los cambios proteínicos para desarrollar una nueva clase de inmunidad a ese tipo de ARN. En cualquier caso, se trata de una de las singularidades por las que tenía que pasar nuestra Humanidad.
Mientras tanto, en los laboratorios...
- Aquí tenemos el coronavirus, en el microscopio.
- Pse.
- Señor, ¿lo empezamos a decodificar? ¿Lo secuenciamos?
- Pse.
- ¿Qué tal si vamos poco a poco hasta que nos digas qué hacer?
- Pse.
- ¿Podríamos ver si es más o menos eficiente invadiendo la proteína víctima del SARS?
- Pse.
Señores, ésa es la versión oficial ¡Bravíssimo!
- Hola agente, ¿por qué lleva mascarilla de protección externa, está aislado y lleva un arma de repetición?
- Por si me contagias el coronavirus, pero no te preocupes: eso es menos que cualquier gripe.
- Pero...
- ¡¡Manténgase alejado!! ¡NI UN PASO MÁS! ¡Dése la vuelta y no se preocupe! ¡Hala! Circulando...
¿Y dicen que su tasa de mortandad es menor que el SARS? Claro, a mayor capacidad de propagación mayor idoneidad a nuestro cuerpo. Por lo que es posible que se vincule con enfermedades autoinmunes..., ¿y dónde está la preocupación sobre los viejos pobres con enfermedades autoinmunes?
Aquí tenemos un heteropatriarcado 2. Versión genocidio.
Pero nada: quien nada debe nada teme. Aquí estaré todo feliz por las decisiones que me han llevado a alcanzar la vejez siendo pobre. Que es como las decisiones que me llevaron a ser del proletariado siendo varón.
Con razón luego el magistrado se inventó en los hechos probados que yo era alguna clase de masoca que disfrutaba cuando le hacían daño. Lo cual me recuerda la puñalada trapera que le están haciendo a Irene Montero filtrando sus mierdas en su gabinete superguachi que se ha montado; obviamente es una venganza por todas las filtraciones que hacía Podemos a los ministros socialistas en la primera investidura de Sánchez... Es una pena que acaben autoinmunizándose los unos de los otros para, al final, acabar compartiendo sus cloacas.
Sólo espero que no terminen de haber filtraciones, en cuanto dejen de haberlas la política se estancará en sus cloacas.
¡Qué post más turbio! Uffff.....
Éste es un blog pensado como último reducto para la fusión entre lo más humano y lo más tecnológico sin perder ni humanidad ni eficiencia.
sábado, 7 de marzo de 2020
jueves, 5 de marzo de 2020
Parábolas
Hace dos días un fuerte vendaval casi me lleva volando con toda la tienda. Supe entonces que esos vientos favorecerían la salud en casi toda la provincia..., y no me equivoqué. Se respiró, al terminar el día, un aire limpio y renovador. Se podía respirar, sin sufrir la putrefacción coronaria general.
Pasan los días y me doy cuenta de que las feminazis han llegado hasta Operación Triunfo. Como empiecen a intoxicar las letras de las canciones entonces poco a poco irán invadiendo la literatura hasta conseguir tocar a la real academia..., no, es broma: tenemos a un antivirus llamado Reverte. Además de que no he visto en toda mi vida una sola feminazi con cultura.
El feminismo tiene aspectos culturales interesantes de incorporar; el problema es cuando se pasan de la raya..., ¿cómo las llamaban Bloody Mary? O algo así..., y tampoco estoy de acuerdo con la idea: creo que cuando era el tío el que se comportaba como Dios en la Tierra a nadie le importaba. Pero claro, si van a utilizar fórmulas heroicas hacia la mujer entonces se le debería de preguntar a los propios fans qué es lo que esperan de sus heroinas. Algo así como lo que decía S. de Beauvoir, pero al revés.
He llegado a escuchar santas críticas contra Tomb Raider, por parte de críticos que consideran que esa tía era simplemente un Indiana Jones pero con tetas. Craso error. O espero que en los últimos títulos no se cometiera ese error.
Y es que no me gustaría encontrarme con personajes que no tengan un carácter mágico e increible, o que su carácter mágico e increible sea el hecho de ser mujeres..., ése sí sería el gran error.
El elemento mágico de Indiana Jones era el látigo con el que nos atrapaba y el sombrero con el que se montaba una imagen con suspense. Lara Croft, sin embargo, tenía dos pistolas y habilidades para la escalada. Son personajes muy opuestos.
Yo me pregunto cuál era el poder especial y mágico de la novia del Joker, ¿acaso no eran sus dos hienas? Quizá no sea yo tan experto en esos temas: ¿era su maquillaje y su cinismo? Cuando hablo de un superpoder me refiero como en la película de Adam Sandler en el que el tío era un golfista con una fuerza descomunal, con la capacidad para sorprender en el primer golpe: ¡eso sí que es un gancho!
Así es como convencen los héroes.
Luego vemos a Luke Skywalker, ese otro tipo de héroe: lo vemos y es un completo inútil. No tiene el encanto, ni la nave, ni el compañero de Solo. Así que tendrá que currárselo muuuuuucho con Yoda. Esa es la explicación de lo convincente que sonó.
Los héroes que empiezan siendo nada tienen que pasar por un proceso de entrenamiento. Y el entrenamiento debe parecer absurdo: en The karate kid, vemos un héroe convincente con el hijo de Will Smith. Pero claro, ya no estamos en los '80, la gente es cada vez más crítica: aunque vean una gran película no serán capaces de reconocerla. Se está jugando con desventaja porque hay que adaptarse a los nuevos tiempos.
A todo esto, se han inventado a John Wick contracorriente, y lo han petado. Parecería que la pura adrenalina, el gore al máximo nivel y los tópicos condensados eran mala idea: si funcionó con Kill Bill, ¿por qué no repetirlo pero con un tío? Se cambia el sable por las pistolas y ya tenemos un personajes puteado, como Machete, pero con el atractivo de Keanu Reeves.
Las películas de tipos duros parece que están como inventadas; por eso me sorprende la toxicidad de las feminazis: creen que con poner personajes femeninos que sean perfectas es suficiente. Así no funciona. No sólo no será convincente, sino que además en cuanto se haga bien intoxicará las formas correctas.
Lo vemos en las obras de Reverte, cómo son las mujeres. Sin embargo no veo que las femitontas se den cuenta. Siguen con su victimismo y, poco a poco, se van a cargar (o ya se han cargado) la palabra feminismo, la crítica al Patriarcado (que aún existe)... El cine será más duro con las actrices que con los actores, pero al seguir errando el tiro se le va a dar alas a los esquemas más clásicos y, con un vendabal, se limpiará de tonterías todo el mercado laboral del cine/stream...
Cuando me planteo las ideas que parecen defender las feminazis que fingen ser feministas al final emerge la definición de que machismo es crearle privilegios a los varones por haber nacido varón. Sin embargo, en cuanto hacemos un barrido de las leyes, ayudas y otros tantos privilegios, observamos que, con respecto a esa definición, es exactamente al revés (y en contra de los derechos más fundamentales). Es decir, se está dando una discriminación contra los varones por el hecho de haber nacido varones, y esta discriminación es perfectamente medible - y a prueba de tontos.
Al mismo tiempo de que se genera una discriminación de pacotilla contra los hombres el señor Patriarcado se queda inmune. Y eso es porque no tiene en absoluto nada que ver o, incluso, ese comportamiento le alimenta.
Mientras tanto más varones son asesinados por ser varones (muchos más que mujeres por ser mujeres), y aumenta el número de suicidios por haber nacido varón (pues de ser mujer habría obtenido ayudas)..., el Patriarcado tiene una agenda muy ocupada torturando a las burguesas y aplastando a los varones proletarios. Mientras tanto, los políticos intentando invadir a la cultura general.
Y ahí, en esa academia de milenials faltaba yo..., para reirme en la mandada por los políticos - para hacerles un pin artístico.
¿Qué pasó con Def Con 2 en cuanto criticaron a las femimonjas? Los artistas tienen que comer: es muy valiente atreverse a ser trasgresor... Tener que decir que estaban siendo irónicos... Es muy duro ser artista y tener miedo a que no te contraten ni los de un partido ni los del contrario. Cualquier parecido con la democracia es pura ficción.
Los partidos políticos son muy dados a romper contratos con artistas - no lo harán con los terroristas de la OTAN o con los funcionarios corruptos que machacan a los usuarios, pero los artistas, si los contratamos, es porque les hacen un favor..., claro.
¿Cómo sería el mundo si los poderes fácticos coincidieran con los poderes culturales?
Se crean el chivo expiatorio del heteropatriarcado blanco, como si el trabajo de fontanero se hubiera diseñado a partir de heteros blancos varones. Me imagino una llave de paso diseñada contra negros gays... Pero sí, es cierto que en cuanto vemos en el cine la poca diversidad ahí es donde debería de entrar la discriminación positiva: mismo currículo, preferencia en diversidad. Simple. A prueba de imbéciles. Pero las femitontas no dan para tanto.
Dentro de tres días viviremos la agenda extraterrestre de la masacre de las femitontas: saldrán a la calle, se contagiarán de coronavirus, contagiarán a sus manginas de parejas y, tras terminar la enorme plaga, aumentará en uno o dos el coeficiente intelectual general. Y, con un poco de suerte, se limpia un poco el ambiente - que ya hace falta.
Humor negro a parte, he creído encontrar un falso trilema detrás de la idea central que tiene una femimonja en oposición al feminista.
¿Por qué las mujeres merecemos un trato especial por encima de un varón?
a) Porque hemos sido bendecidas por Dios como una raza superior que tiene que ser venerada.
b) Porque la evolución nos ha dotado de una capacidad superior para sobrevivir por encima del varón.
c) Porque la evolución nos ha convertido en discapacitadas mentales y niñas frente al varón.
d) No se debería de beneficiar a ningún individuo por formar parte de ningún colectivo.
Si analizamos las cuatro opciones anteriores nos daremos cuenta de que no es posible más opciones. La opción d) es la que defendía Martin Luther King en su discurso del sueño: que los integrantes de pequeños colectivos puedan formar parte de grandes colectivos, que no haya tratos especiales por ser de un colectivo u otro. Lo cual, tampoco es igualdad, pero el discurso femitonto es lo que siempre repite: los individuos pueden sentirse orgullosos de formar parte de un colectivo. La pertenencia al colectivo es una preocupación sectaria, y los liberales están aprovechando para asociar al comunismo con los sectarios.
El falso trilema de las feminazis gira en torno a las tres opciones a), b) y c). Dicen que son seres superiores, pero necesitan vivir de la subvención de sus inferiores. Si admiten ser unas discapacitadas, ¿acaso eso no es misoginia? Incluso creer que Dios creó a la mujer para que sea cuidada por el varón también es misógino.
El femimonjismo es misoginia encubierta.
Y como pasa con las mentiras, necesitan la propaganda de Goebels para insistir machaconamente, mientras los santos varones se suicidan por el negro futuro que les crean. O por ser abandonados por sus esposas con una acusación en falso que incorpora la rémora de pagarles de por vida un dinero que difícilmente podrían conseguir.
Ya no digo el clásico: a los varones no les gusta vivir con sus hijos, a los varones les encanta suicidarse, a las madres de los varones no les gusta sus nietos, etc..., es un despropósito contra la realidad. Es como pasaba en la Edad Media con los casos en los que los Señores Feudales robaban a sus propios criados, algo que no se daba nunca porque no había denuncias significativas..., claro.
A ver si termina este Marzo y desaparecen las femimonjas y el nuevo liberalismo absurdo del neomachismo. Se ha retrocedido de forma absurda en el mundo civilizado. Y el principal problema es el no haber leído "El segundo sexo". Siguen enviado a iletradas a hacer cursos dogmáticos y anticientíficos para divulgar por televisión, y a los niños más pequeños, ideas fugaces de odio a la mujer encubiertos.
¡Coronavirus! Cárgate a unos cuantos más...
Pasan los días y me doy cuenta de que las feminazis han llegado hasta Operación Triunfo. Como empiecen a intoxicar las letras de las canciones entonces poco a poco irán invadiendo la literatura hasta conseguir tocar a la real academia..., no, es broma: tenemos a un antivirus llamado Reverte. Además de que no he visto en toda mi vida una sola feminazi con cultura.
El feminismo tiene aspectos culturales interesantes de incorporar; el problema es cuando se pasan de la raya..., ¿cómo las llamaban Bloody Mary? O algo así..., y tampoco estoy de acuerdo con la idea: creo que cuando era el tío el que se comportaba como Dios en la Tierra a nadie le importaba. Pero claro, si van a utilizar fórmulas heroicas hacia la mujer entonces se le debería de preguntar a los propios fans qué es lo que esperan de sus heroinas. Algo así como lo que decía S. de Beauvoir, pero al revés.
He llegado a escuchar santas críticas contra Tomb Raider, por parte de críticos que consideran que esa tía era simplemente un Indiana Jones pero con tetas. Craso error. O espero que en los últimos títulos no se cometiera ese error.
Y es que no me gustaría encontrarme con personajes que no tengan un carácter mágico e increible, o que su carácter mágico e increible sea el hecho de ser mujeres..., ése sí sería el gran error.
El elemento mágico de Indiana Jones era el látigo con el que nos atrapaba y el sombrero con el que se montaba una imagen con suspense. Lara Croft, sin embargo, tenía dos pistolas y habilidades para la escalada. Son personajes muy opuestos.
Yo me pregunto cuál era el poder especial y mágico de la novia del Joker, ¿acaso no eran sus dos hienas? Quizá no sea yo tan experto en esos temas: ¿era su maquillaje y su cinismo? Cuando hablo de un superpoder me refiero como en la película de Adam Sandler en el que el tío era un golfista con una fuerza descomunal, con la capacidad para sorprender en el primer golpe: ¡eso sí que es un gancho!
Así es como convencen los héroes.
Luego vemos a Luke Skywalker, ese otro tipo de héroe: lo vemos y es un completo inútil. No tiene el encanto, ni la nave, ni el compañero de Solo. Así que tendrá que currárselo muuuuuucho con Yoda. Esa es la explicación de lo convincente que sonó.
Los héroes que empiezan siendo nada tienen que pasar por un proceso de entrenamiento. Y el entrenamiento debe parecer absurdo: en The karate kid, vemos un héroe convincente con el hijo de Will Smith. Pero claro, ya no estamos en los '80, la gente es cada vez más crítica: aunque vean una gran película no serán capaces de reconocerla. Se está jugando con desventaja porque hay que adaptarse a los nuevos tiempos.
A todo esto, se han inventado a John Wick contracorriente, y lo han petado. Parecería que la pura adrenalina, el gore al máximo nivel y los tópicos condensados eran mala idea: si funcionó con Kill Bill, ¿por qué no repetirlo pero con un tío? Se cambia el sable por las pistolas y ya tenemos un personajes puteado, como Machete, pero con el atractivo de Keanu Reeves.
Las películas de tipos duros parece que están como inventadas; por eso me sorprende la toxicidad de las feminazis: creen que con poner personajes femeninos que sean perfectas es suficiente. Así no funciona. No sólo no será convincente, sino que además en cuanto se haga bien intoxicará las formas correctas.
Lo vemos en las obras de Reverte, cómo son las mujeres. Sin embargo no veo que las femitontas se den cuenta. Siguen con su victimismo y, poco a poco, se van a cargar (o ya se han cargado) la palabra feminismo, la crítica al Patriarcado (que aún existe)... El cine será más duro con las actrices que con los actores, pero al seguir errando el tiro se le va a dar alas a los esquemas más clásicos y, con un vendabal, se limpiará de tonterías todo el mercado laboral del cine/stream...
Cuando me planteo las ideas que parecen defender las feminazis que fingen ser feministas al final emerge la definición de que machismo es crearle privilegios a los varones por haber nacido varón. Sin embargo, en cuanto hacemos un barrido de las leyes, ayudas y otros tantos privilegios, observamos que, con respecto a esa definición, es exactamente al revés (y en contra de los derechos más fundamentales). Es decir, se está dando una discriminación contra los varones por el hecho de haber nacido varones, y esta discriminación es perfectamente medible - y a prueba de tontos.
Al mismo tiempo de que se genera una discriminación de pacotilla contra los hombres el señor Patriarcado se queda inmune. Y eso es porque no tiene en absoluto nada que ver o, incluso, ese comportamiento le alimenta.
Mientras tanto más varones son asesinados por ser varones (muchos más que mujeres por ser mujeres), y aumenta el número de suicidios por haber nacido varón (pues de ser mujer habría obtenido ayudas)..., el Patriarcado tiene una agenda muy ocupada torturando a las burguesas y aplastando a los varones proletarios. Mientras tanto, los políticos intentando invadir a la cultura general.
Y ahí, en esa academia de milenials faltaba yo..., para reirme en la mandada por los políticos - para hacerles un pin artístico.
¿Qué pasó con Def Con 2 en cuanto criticaron a las femimonjas? Los artistas tienen que comer: es muy valiente atreverse a ser trasgresor... Tener que decir que estaban siendo irónicos... Es muy duro ser artista y tener miedo a que no te contraten ni los de un partido ni los del contrario. Cualquier parecido con la democracia es pura ficción.
Los partidos políticos son muy dados a romper contratos con artistas - no lo harán con los terroristas de la OTAN o con los funcionarios corruptos que machacan a los usuarios, pero los artistas, si los contratamos, es porque les hacen un favor..., claro.
¿Cómo sería el mundo si los poderes fácticos coincidieran con los poderes culturales?
Se crean el chivo expiatorio del heteropatriarcado blanco, como si el trabajo de fontanero se hubiera diseñado a partir de heteros blancos varones. Me imagino una llave de paso diseñada contra negros gays... Pero sí, es cierto que en cuanto vemos en el cine la poca diversidad ahí es donde debería de entrar la discriminación positiva: mismo currículo, preferencia en diversidad. Simple. A prueba de imbéciles. Pero las femitontas no dan para tanto.
Dentro de tres días viviremos la agenda extraterrestre de la masacre de las femitontas: saldrán a la calle, se contagiarán de coronavirus, contagiarán a sus manginas de parejas y, tras terminar la enorme plaga, aumentará en uno o dos el coeficiente intelectual general. Y, con un poco de suerte, se limpia un poco el ambiente - que ya hace falta.
Humor negro a parte, he creído encontrar un falso trilema detrás de la idea central que tiene una femimonja en oposición al feminista.
¿Por qué las mujeres merecemos un trato especial por encima de un varón?
a) Porque hemos sido bendecidas por Dios como una raza superior que tiene que ser venerada.
b) Porque la evolución nos ha dotado de una capacidad superior para sobrevivir por encima del varón.
c) Porque la evolución nos ha convertido en discapacitadas mentales y niñas frente al varón.
d) No se debería de beneficiar a ningún individuo por formar parte de ningún colectivo.
Si analizamos las cuatro opciones anteriores nos daremos cuenta de que no es posible más opciones. La opción d) es la que defendía Martin Luther King en su discurso del sueño: que los integrantes de pequeños colectivos puedan formar parte de grandes colectivos, que no haya tratos especiales por ser de un colectivo u otro. Lo cual, tampoco es igualdad, pero el discurso femitonto es lo que siempre repite: los individuos pueden sentirse orgullosos de formar parte de un colectivo. La pertenencia al colectivo es una preocupación sectaria, y los liberales están aprovechando para asociar al comunismo con los sectarios.
El falso trilema de las feminazis gira en torno a las tres opciones a), b) y c). Dicen que son seres superiores, pero necesitan vivir de la subvención de sus inferiores. Si admiten ser unas discapacitadas, ¿acaso eso no es misoginia? Incluso creer que Dios creó a la mujer para que sea cuidada por el varón también es misógino.
El femimonjismo es misoginia encubierta.
Y como pasa con las mentiras, necesitan la propaganda de Goebels para insistir machaconamente, mientras los santos varones se suicidan por el negro futuro que les crean. O por ser abandonados por sus esposas con una acusación en falso que incorpora la rémora de pagarles de por vida un dinero que difícilmente podrían conseguir.
Ya no digo el clásico: a los varones no les gusta vivir con sus hijos, a los varones les encanta suicidarse, a las madres de los varones no les gusta sus nietos, etc..., es un despropósito contra la realidad. Es como pasaba en la Edad Media con los casos en los que los Señores Feudales robaban a sus propios criados, algo que no se daba nunca porque no había denuncias significativas..., claro.
A ver si termina este Marzo y desaparecen las femimonjas y el nuevo liberalismo absurdo del neomachismo. Se ha retrocedido de forma absurda en el mundo civilizado. Y el principal problema es el no haber leído "El segundo sexo". Siguen enviado a iletradas a hacer cursos dogmáticos y anticientíficos para divulgar por televisión, y a los niños más pequeños, ideas fugaces de odio a la mujer encubiertos.
¡Coronavirus! Cárgate a unos cuantos más...
martes, 3 de marzo de 2020
Escapando de la estupidez
El ser humano no puede decir ni que es un ser ni tampoco humano hasta que no crea su propia bibliografía. Cualquier clase de cosa es capaz de dejarse llevar por la inercia, y no tomar decisiones. Pero son los humanos los que han decidido identificarse por su capacidad para etiquetar sus conocimientos, de albergar distintos significantes.
Hoy se podría decir que ha sido fructífero. He descubierto otro autor al que vale la pena investigar y que, muy probablemente, ponga claves interesantes de cara a la programación de lenguajes naturales. Nunca había sido mencionado por ninguno de mis colegas y, al mismo tiempo, por lo que he visto es una figura importante.
Ya me he fijado en cómo han intentado encasillarnos a todos con los mismos nombres, las mismas citas y las mismas ideas. Justo ésas han sido las que nos hacían dar vueltas como tontos; no será la primera vez que comento que el fallo está en cómo se enfoca el modelo académico superior. Y habré puesto las fórmulas pertinentes - como también he puesto fórmulas estructuralmente distintas para la revisión de pares. Mecanismos que eleven la capacidad de independizarse del autor frente a quien evalúa. Hasta el punto que hace más díficil que haya corrupción.
Pero esos esquemas serían especialmente perseguidos, no queridos. Porque si una técnica permite que el alumno no pueda ser amedrentado por el sistema entonces esa técnica buscarán la manera de prohibirla..., ya lo hemos visto con el pin parental: el mundo completamente al revés, distópico y contra los derechos más fundamentales. Incluso, para aborrecible, el hecho de que Amnistía Internacional haya luchado contra el pin parental.
Ya digo: aborrecible el nivel de mundo al revés en el que vivimos.
Pero he encontrado un nuevo autor. Ya lo iré leyendo tranquilamente. Puede que me aporte algo - o sólo me sirva para seguir viendo este mundo como un estercolero donde, de vez en cuando, se aprecia algo que vive y perdura.
Me he bajado el documento escrito por el ministro Duque. Este documento pretende cambiar la agenda digital: ya le está haciendo el trabajo a otro ministerio - bien podría hacer él su propio trabajo y centrarse en el paupérrimo sistema universitario. Y ya podrían los del ministerio digital hacer su puñetero trabajo y redactar los informes que escribe Pedro Duque en lugar de ellos.
Menudos papanatas.
Cuando me quejé al rey que mis innovaciones debían ser revisadas en serio, que se podía comprobar que existía la tecnología que mencionaba, él me remitía a los ministerios de la delegación de funciones. Y sí, son educados; sí, no hacen pares de tontos..., pero callan. No son muy extraordinarios en su función; son, digamos, políticamente correctos. Y así no vamos a ninguna parte: mi tecnología debe ser protegida con alguna clase de estructura a prueba de tontos. Se debe combatir el intrusismo. Y la envidia.
Como si fuera una de las etapas de Propp, bien podrían haberse montado un cuento - una historia. Donde intentarían poner a prueba mi documentación; como poniendo a prueba a distintos héroes, para ver quién es el farsante. Podría haberse convertido en una historia digna de contar.
Pero claro, ésa es la función de los ministerios: convertir sus acciones en historias dignas de contar. Y eso es justamente lo que al final no acaban haciendo. Ya digo: unos papanatas.
Me gustaría saber qué pasará para cuando termine este mes y me haya jalado estos dos autores que vengo tanteando; si no lo hago antes. Por lo pronto voy comprendiendo mejor algunos de los errores que se han estado adoptando: ahora que tengo la bibliografía completa, ya puedo ver las cosas con perspectiva. Esas medias verdades lanzadas por esos medio expertos que medio te insinuaban que no era cierto lo que decías y medio tampoco te decían el porqué. Ahora, por lo menos, lo veo más claro. Incluso probaría a escribir algunos de mis artículos de otra manera.
Pero ya es tarde: aunque fingieran interés en el fondo sabría que no serviría de nada, salvo para malgastar mi tiempo y satisfacer sus gónadas al manifestar a modo de respuesta sus odios más viscerales fuertemente orgásmicos.
Hoy mismo he recibido una rectificación de un grupo por el que pagué para formar parte: de esos que resuelven problemas. Lo hice para que hubiera constancia de mi tecnología, por imposición. También había una apuesta: si lograba publicar mi artículo entonces optaría por obtener un premio para celebrarlo. La rectificación que he recibido es sobre la cuantía del premio: lo van a reducir. Ahora ya no importa. También notificó que se podían enviar mensajes a tal lista de correo... Tampoco importa ya.
Lo que quiera que estaba buscando ya no lo voy a encontrar.
La buena noticia de la caída del número de casos de coronavirus en España la voy a combinar con la poca esperanza que me infunde la inteligencia superviviente en este país. Había estado barajando la posibilidad de viajar..., pero ha sido el coronavirus el que me ha inducido a pensar de que realmente quiero irme de este país - porque ahora mismo las fronteras están casi cerradas.
Pero, como siempre, si me voy: ¿a dónde? ¿por cuánto tiempo? ¿a qué?
Pues helo ahí: la estupidez me tiene realmente agarrado. No puedo ni planificar, ni buscar motivos, ni salir de mi encasillamiento general.
Muy probablemente me quede..., para ver cómo Europa afronta su nueva crisis, la de los refugiados. Cómo la ONU nos perdona todas, y luego ganarán esos cínicos otro premio.
La estupidez tiene las zarpas muy largas. No hay dónde ir, y tengo las piernas llenas hasta las rodillas. A este paso me quedaré plantado, como sin vida.
Hoy se podría decir que ha sido fructífero. He descubierto otro autor al que vale la pena investigar y que, muy probablemente, ponga claves interesantes de cara a la programación de lenguajes naturales. Nunca había sido mencionado por ninguno de mis colegas y, al mismo tiempo, por lo que he visto es una figura importante.
Ya me he fijado en cómo han intentado encasillarnos a todos con los mismos nombres, las mismas citas y las mismas ideas. Justo ésas han sido las que nos hacían dar vueltas como tontos; no será la primera vez que comento que el fallo está en cómo se enfoca el modelo académico superior. Y habré puesto las fórmulas pertinentes - como también he puesto fórmulas estructuralmente distintas para la revisión de pares. Mecanismos que eleven la capacidad de independizarse del autor frente a quien evalúa. Hasta el punto que hace más díficil que haya corrupción.
Pero esos esquemas serían especialmente perseguidos, no queridos. Porque si una técnica permite que el alumno no pueda ser amedrentado por el sistema entonces esa técnica buscarán la manera de prohibirla..., ya lo hemos visto con el pin parental: el mundo completamente al revés, distópico y contra los derechos más fundamentales. Incluso, para aborrecible, el hecho de que Amnistía Internacional haya luchado contra el pin parental.
Ya digo: aborrecible el nivel de mundo al revés en el que vivimos.
Pero he encontrado un nuevo autor. Ya lo iré leyendo tranquilamente. Puede que me aporte algo - o sólo me sirva para seguir viendo este mundo como un estercolero donde, de vez en cuando, se aprecia algo que vive y perdura.
Me he bajado el documento escrito por el ministro Duque. Este documento pretende cambiar la agenda digital: ya le está haciendo el trabajo a otro ministerio - bien podría hacer él su propio trabajo y centrarse en el paupérrimo sistema universitario. Y ya podrían los del ministerio digital hacer su puñetero trabajo y redactar los informes que escribe Pedro Duque en lugar de ellos.
Menudos papanatas.
Cuando me quejé al rey que mis innovaciones debían ser revisadas en serio, que se podía comprobar que existía la tecnología que mencionaba, él me remitía a los ministerios de la delegación de funciones. Y sí, son educados; sí, no hacen pares de tontos..., pero callan. No son muy extraordinarios en su función; son, digamos, políticamente correctos. Y así no vamos a ninguna parte: mi tecnología debe ser protegida con alguna clase de estructura a prueba de tontos. Se debe combatir el intrusismo. Y la envidia.
Como si fuera una de las etapas de Propp, bien podrían haberse montado un cuento - una historia. Donde intentarían poner a prueba mi documentación; como poniendo a prueba a distintos héroes, para ver quién es el farsante. Podría haberse convertido en una historia digna de contar.
Pero claro, ésa es la función de los ministerios: convertir sus acciones en historias dignas de contar. Y eso es justamente lo que al final no acaban haciendo. Ya digo: unos papanatas.
Me gustaría saber qué pasará para cuando termine este mes y me haya jalado estos dos autores que vengo tanteando; si no lo hago antes. Por lo pronto voy comprendiendo mejor algunos de los errores que se han estado adoptando: ahora que tengo la bibliografía completa, ya puedo ver las cosas con perspectiva. Esas medias verdades lanzadas por esos medio expertos que medio te insinuaban que no era cierto lo que decías y medio tampoco te decían el porqué. Ahora, por lo menos, lo veo más claro. Incluso probaría a escribir algunos de mis artículos de otra manera.
Pero ya es tarde: aunque fingieran interés en el fondo sabría que no serviría de nada, salvo para malgastar mi tiempo y satisfacer sus gónadas al manifestar a modo de respuesta sus odios más viscerales fuertemente orgásmicos.
Hoy mismo he recibido una rectificación de un grupo por el que pagué para formar parte: de esos que resuelven problemas. Lo hice para que hubiera constancia de mi tecnología, por imposición. También había una apuesta: si lograba publicar mi artículo entonces optaría por obtener un premio para celebrarlo. La rectificación que he recibido es sobre la cuantía del premio: lo van a reducir. Ahora ya no importa. También notificó que se podían enviar mensajes a tal lista de correo... Tampoco importa ya.
Lo que quiera que estaba buscando ya no lo voy a encontrar.
La buena noticia de la caída del número de casos de coronavirus en España la voy a combinar con la poca esperanza que me infunde la inteligencia superviviente en este país. Había estado barajando la posibilidad de viajar..., pero ha sido el coronavirus el que me ha inducido a pensar de que realmente quiero irme de este país - porque ahora mismo las fronteras están casi cerradas.
Pero, como siempre, si me voy: ¿a dónde? ¿por cuánto tiempo? ¿a qué?
Pues helo ahí: la estupidez me tiene realmente agarrado. No puedo ni planificar, ni buscar motivos, ni salir de mi encasillamiento general.
Muy probablemente me quede..., para ver cómo Europa afronta su nueva crisis, la de los refugiados. Cómo la ONU nos perdona todas, y luego ganarán esos cínicos otro premio.
La estupidez tiene las zarpas muy largas. No hay dónde ir, y tengo las piernas llenas hasta las rodillas. A este paso me quedaré plantado, como sin vida.
lunes, 2 de marzo de 2020
Hablar sin motivaciones es hablar solo
Todo buen monólogo alberga buenas motivaciones de porqué se lleva a cabo. Creo recordar un momento estelar en mi carrera como actor, cuando me dirigí al gran público siendo mi personaje un perro y, éste, no pudiendo articular palabra alguna salvo el ladrido, emitió un elocuente monólogo que, muy probablemente, tras treinta años de esa peculiar función dudo que nadie recuerde.
Dirán que un soliloquio es como hablar solo, y claro: por un lado no les faltará razón, pero también están ausentes de ella. Es como escribir en este blog, ¿qué empuja a ponerse a escribir de manera seguida y sin una parada clara? Mi aversión a revisar lo que escribo, lo que hago, como aversión tiene el que pretende evaluar mi trabajo - no quiero ser el único que le dedica su atención a lo que hace. En eso consiste el hablar solo: no es más que un acto de locura.
Y, dicho esto, me voy al cuarto de baño, que me estoy cagando.
----
Música de la banda sonora de "Little big adventure"..., ¡y acción!
¡Qué a gustito me he quedao! Pues eso..., que recuerdo cuando me dijeron mis compañeros del colegio que necesitaban a alguien que hiciera de perro; y me presté. Toda mi actuación se reducía a fingir que gruñía, moverme a cuatro patas..., y el aullido aterrador que no me salió bien justo al principio.
Pero fue el caso que, en mitad de la actuación, se atoraron, no podían recordar el papel, y me pidieron que hiciera un monólogo - para improvisar y tal. Así que, yo en mi papel, me dirigí al gran público y, a cuatro patas, gruñí, ladré y argumenté. Y, según parece, conseguí transmitir el mensaje. Y el mensaje no era que no era capaz de hacerme entender. El mensaje era coherente con la manera que había tenido de expresarme durante toda la obra: quería dar a entender que había un extraño, que yo tenía a una protegida que no me hacía caso, etc... Y tenía que hacer el monólogo sin articular palabras.
Fue divertido. Pero claro: que nadie pudiera estar plenamente seguro de que me entendieran no significaba que estuviera hablando solo. Existe un mensaje en lo que no se dice; en la estructura de lo que se transmite. En el todo siempre debe haber un mensaje. Si no hay un todo entonces, ¿para qué?
Sin motivaciones no hay mensaje. Pero con unas claras motivaciones en ocasiones las palabras son meros bastones sin mayor relevancia. El el que se usen esos símbolos acaba siendo lo de menos - y eso mis colegas informáticos y filólogos es lo que no comprenden. Ésa es mi ventaja. Y estoy plenamente seguro de ello, la tengo y a varias cabezas.
Cuando mis colegas están diseñando una neurona, yo, en la misma unidad celular, tengo diseñado una red. Cuando mis colegas están diseñando problemas con una cierta lógica, yo, con sus mismos enunciados, estoy rediseñando las estructuras a enunciados que les son desconocidos. Cuando mis colegas se mueven por frecuencias relativas, yo, en sus mismos cálculos, encuentro las deltas de Dirac que estudian las probabilidades... Y, sí, he llegado a imaginarme algoritmos a los que no llego; objetivamente, lo he percibido, pero, al mismo tiempo, supongo que existen..., ¿cómo han dado con ellos? ¿Maquinas potentes? ¿Grandes estructuras de diseño? Si al menos se publicara lo más interesante...
Pero tengo ante mí algo por lo que hace una década me había puesto a remover cielo y tierra. Ese libro/manual lo tengo ante mí, con sus 800 páginas, y puede que aprenda cosas nuevas, o puede que renueve algunos vicios que tengo como investigador. Quién sabe, pero sin una buena razón esos documentos no sirven para nada.
Lo mismo me pasaba cuando hace varias y varias décadas me planteé que el código genético no era más que basura, que no podía albergar ningún tipo de interés. Varios lustros después acabé encontrando el puñetero ensayo al que todos referenciaban siempre lo suficientemente mal como para que fuera imposible de encontrar y, efectivamente, acabé encontrando el lenguaje..., pude observar que había algo interesante. Pude jugar con esas estructuras por un tiempo.
Hasta que no tienes acceso al puñetero artículo, artículo que el catedrático de turno esconde, no tienes una visión real de los contenidos tecnológicos.
Y si alguien se piensa que el modelo académico es normal que sea así entonces esa persona lo que defiende es cualquier cosa menos la vocación académica.
Tenía yo más motivaciones cuando me dirigía a mi publico ladrando en un escenario que usando el perfecto inglés o castellano hacia mis colegas los tecnólogos. Es como si me dirigiera a animales de granja.
Recuerdo cuando tenía entre tres y cuatro años que sólo era capaz de entenderme con una niña que, al igual que yo, era otra genio. Le comentaba que no comprendía cómo cuando intentaba decirles algo éstos parecían tener problemas articulatorios. Ella tuvo la suerte de que su familia le quiso lo suficiente como para explicarle lo que significa ser un genio; y me ofertó el buscar entre los demás niños si había otro más como nosotros dos.
Recuerdo esos días porque, efectivamente, algo propio de mi forma de ser, acabé presentándole una chica que me caía especialmente bien. Cuando la otra genio habló conmigo se dirigió hacia mí muy decepcionada: "es normal, no es capaz de articular palabras". A lo cual le corregí: "ésta, al menos, es callada".
¡Qué grandes serían los pares de nuestro tiempo si no abrieran la boca!
¿Has descubierto un documento que te deja sin palabras? ¿Cuál es la motivación que te lleva a querer estropear ese momento? Es molesto que te hagan un vacío por la ausencia de palabras y miradas, pero más molesto es que te hagan un vacío de que no puedas relacionarte con quienes quieren compartir vida contigo debido a los acosos continuos de quienes gustan sádicamente de perturbar a algunos de los que tienen las claves de nuestro tiempo.
Ahora, durante un mes, me gustaría aprecibirme de todo ruido innecesario - aislarme. Quiero tantear el silencio mientras leo este nuevo manual sobre lenguajes y procesamiento. Veo que estoy estornudando con fuerza de manera aislada, es un virus. Trabajar en un hospital tiene eso. Se ha acabado la música. Ya veremos si tengo necesidad de seguir en este blog, o si cambio algunos esquemas.
Dirán que un soliloquio es como hablar solo, y claro: por un lado no les faltará razón, pero también están ausentes de ella. Es como escribir en este blog, ¿qué empuja a ponerse a escribir de manera seguida y sin una parada clara? Mi aversión a revisar lo que escribo, lo que hago, como aversión tiene el que pretende evaluar mi trabajo - no quiero ser el único que le dedica su atención a lo que hace. En eso consiste el hablar solo: no es más que un acto de locura.
Y, dicho esto, me voy al cuarto de baño, que me estoy cagando.
----
Música de la banda sonora de "Little big adventure"..., ¡y acción!
¡Qué a gustito me he quedao! Pues eso..., que recuerdo cuando me dijeron mis compañeros del colegio que necesitaban a alguien que hiciera de perro; y me presté. Toda mi actuación se reducía a fingir que gruñía, moverme a cuatro patas..., y el aullido aterrador que no me salió bien justo al principio.
Pero fue el caso que, en mitad de la actuación, se atoraron, no podían recordar el papel, y me pidieron que hiciera un monólogo - para improvisar y tal. Así que, yo en mi papel, me dirigí al gran público y, a cuatro patas, gruñí, ladré y argumenté. Y, según parece, conseguí transmitir el mensaje. Y el mensaje no era que no era capaz de hacerme entender. El mensaje era coherente con la manera que había tenido de expresarme durante toda la obra: quería dar a entender que había un extraño, que yo tenía a una protegida que no me hacía caso, etc... Y tenía que hacer el monólogo sin articular palabras.
Fue divertido. Pero claro: que nadie pudiera estar plenamente seguro de que me entendieran no significaba que estuviera hablando solo. Existe un mensaje en lo que no se dice; en la estructura de lo que se transmite. En el todo siempre debe haber un mensaje. Si no hay un todo entonces, ¿para qué?
Sin motivaciones no hay mensaje. Pero con unas claras motivaciones en ocasiones las palabras son meros bastones sin mayor relevancia. El el que se usen esos símbolos acaba siendo lo de menos - y eso mis colegas informáticos y filólogos es lo que no comprenden. Ésa es mi ventaja. Y estoy plenamente seguro de ello, la tengo y a varias cabezas.
Cuando mis colegas están diseñando una neurona, yo, en la misma unidad celular, tengo diseñado una red. Cuando mis colegas están diseñando problemas con una cierta lógica, yo, con sus mismos enunciados, estoy rediseñando las estructuras a enunciados que les son desconocidos. Cuando mis colegas se mueven por frecuencias relativas, yo, en sus mismos cálculos, encuentro las deltas de Dirac que estudian las probabilidades... Y, sí, he llegado a imaginarme algoritmos a los que no llego; objetivamente, lo he percibido, pero, al mismo tiempo, supongo que existen..., ¿cómo han dado con ellos? ¿Maquinas potentes? ¿Grandes estructuras de diseño? Si al menos se publicara lo más interesante...
Pero tengo ante mí algo por lo que hace una década me había puesto a remover cielo y tierra. Ese libro/manual lo tengo ante mí, con sus 800 páginas, y puede que aprenda cosas nuevas, o puede que renueve algunos vicios que tengo como investigador. Quién sabe, pero sin una buena razón esos documentos no sirven para nada.
Lo mismo me pasaba cuando hace varias y varias décadas me planteé que el código genético no era más que basura, que no podía albergar ningún tipo de interés. Varios lustros después acabé encontrando el puñetero ensayo al que todos referenciaban siempre lo suficientemente mal como para que fuera imposible de encontrar y, efectivamente, acabé encontrando el lenguaje..., pude observar que había algo interesante. Pude jugar con esas estructuras por un tiempo.
Hasta que no tienes acceso al puñetero artículo, artículo que el catedrático de turno esconde, no tienes una visión real de los contenidos tecnológicos.
Y si alguien se piensa que el modelo académico es normal que sea así entonces esa persona lo que defiende es cualquier cosa menos la vocación académica.
Tenía yo más motivaciones cuando me dirigía a mi publico ladrando en un escenario que usando el perfecto inglés o castellano hacia mis colegas los tecnólogos. Es como si me dirigiera a animales de granja.
Recuerdo cuando tenía entre tres y cuatro años que sólo era capaz de entenderme con una niña que, al igual que yo, era otra genio. Le comentaba que no comprendía cómo cuando intentaba decirles algo éstos parecían tener problemas articulatorios. Ella tuvo la suerte de que su familia le quiso lo suficiente como para explicarle lo que significa ser un genio; y me ofertó el buscar entre los demás niños si había otro más como nosotros dos.
Recuerdo esos días porque, efectivamente, algo propio de mi forma de ser, acabé presentándole una chica que me caía especialmente bien. Cuando la otra genio habló conmigo se dirigió hacia mí muy decepcionada: "es normal, no es capaz de articular palabras". A lo cual le corregí: "ésta, al menos, es callada".
¡Qué grandes serían los pares de nuestro tiempo si no abrieran la boca!
¿Has descubierto un documento que te deja sin palabras? ¿Cuál es la motivación que te lleva a querer estropear ese momento? Es molesto que te hagan un vacío por la ausencia de palabras y miradas, pero más molesto es que te hagan un vacío de que no puedas relacionarte con quienes quieren compartir vida contigo debido a los acosos continuos de quienes gustan sádicamente de perturbar a algunos de los que tienen las claves de nuestro tiempo.
Ahora, durante un mes, me gustaría aprecibirme de todo ruido innecesario - aislarme. Quiero tantear el silencio mientras leo este nuevo manual sobre lenguajes y procesamiento. Veo que estoy estornudando con fuerza de manera aislada, es un virus. Trabajar en un hospital tiene eso. Se ha acabado la música. Ya veremos si tengo necesidad de seguir en este blog, o si cambio algunos esquemas.
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