viernes, 20 de agosto de 2021

Sobrado de ausencia de angustia

Tengo cuanto menos unas tres líneas de investigación sobre tecnología por desarrollar y ningunas ganas de dedicar mi tiempo a esas cosas. No hay motivaciones ni para irme ni para quedarme, ni para esperar ganar nada bueno, ni el hacer nada bueno por lo que me rodea. Al fin y al cabo lo que me rodea desprecia mi existencia, no percibo coherencia intelectual - tan solo veo cómo levantan muros cada vez más altos para que gente como yo desaparezca. 

Visto así, ¿por qué iba a mover un dedo?

Al principio los pares no daban respuestas con sentido, luego observé que los pares ni se leían los documentos, o me respondían con cinismo. Poco a poco observé cómo ni había pares, y ahora descubro que aun después de hacer varias gestiones por el editor jefe aún así ni se molesta un ápice en pasárselo a un tercero. Habré publicado, pero sé que lo que se ha publicado con mi nombre no puede ser demasiado cantoso - porque o si no no le dejarían publicar a mi colega.

Y cuando intento pre-publicar lo cantoso no me dejan precisamente porque es cantoso. Me parece absurdo.

Pero lo que me preocupa, más allá de que veo que entre los analistas debo ser el único que ve la mano de Skynet en la invasión talibán de Afganistán, es que lo veo todo con una pasividad..., una complacencia inocente. Me siento bien en contraste con lo mal que se sentiría una persona angustiada al esperar algo de este mundo abocado al desastre. Cuando sólo quieres quedarte espectante mientras se autodestruye ya todo te da igual. Es como asistir a un concurso donde tú eres el protagonista, te han raptado y la gente se divierte porque te ven sometido a una peculiar tortura donde ganas más cuanto más realista suene el hecho de que torturen. Y la gente entonces me abuchea porque intento decirles que el concurso está amañado: porque no sólo estoy sin darles consentimiento, sino que además la tortura es real. Pero ya sé que nadie revisa los cadáveres en el backstage. Y sé cuál es mi destino. Por eso cuando me retuercen el brazo sólo puedo soltar una risotada, no porque disfrute de la tortura, sino porque sé que haga lo que haga todo acabará igual para mí.

Y ahí crucificado, mientras me torturan de esa manera, mi máxima preocupación es darme cuenta en lo que me han convertido: en una persona insensible al Triunfo. En un incrédulo de la sociedad ¿Qué significa ser reconocido o encontrar la patria de tu nicho? El no albergar deseos de encontrar tu nicho de mercado proviene necesariamente del carácter arbitrario del propio entorno y su incapacidad para dar sensación de meritocracia.

¿De qué sirve que te cuelguen medallas si todos sabemos que para conseguirlas sólo hay que ir a una tienda y pedirles que graben unas palabras? El valor de un reconocimiento proviene de esa capacidad urgente de salvar al niño que pretende convertirse en héroe. No me han faltado los actos heroicos en toda mi vida, pero claro..., ¡hay tantas injusticias! Me pregunto cuántas personas podrían aportar tanto y ya han sido condenadas.

Sin embargo la cínica indiferencia me ha regalado algo: ver a un hombre sin brazos ya no me aporta piedad o pena. La crueldad es tan insondable que es imposible establecer comparaciones ¿Acaso ese hombre esperaba alguna clase de compensación mayor que el dinero que ganará mes a mes cuando otros seguimos pugnando por tener derecho a la existencia? El estado promete tantas cosas..., y la mitad de ellas, si no la mayoría, mentira: ni renta de inserción, ni básica, ni ayudas, ni nada..., todo condicionado a lo que el funcionario de turno esté dispuesto a mirar a otro lado. Todo ilegal, todo apalabrado, todo en connivencia con la dictadura institucionalista del estado policial.

Ni envidio ni me infunde pena el hombre sin brazos, por tenerlos a mí me ha tocado otra clase de cruz. Pero el no tener brazos le confiere la ventaja de que no le meterán en el juego de las torturas. Y por eso ya no puedo sentir esa clase de angustia. Ahora percibo alguna clase de complacencia: observo cómo estoy rodeado de semejantes. Y poco a poco los señores que se creen ricos observarán cómo se desmonta su mansión, su imperio... Y ni se imaginan el cómo, porque no lo ven, ni quieren escuchar.

Pero ya a mí me da igual.

jueves, 19 de agosto de 2021

La guerra anima a Skynet

Los ocho señores que oficialmente tienen la mitad de las riquezas del planeta, y que no ocuparán ni la milmillonésima parte de su territorio, a penas en términos de igualdad no representan ni una billonésima parte de los intereses de toda la sociedad y, al mismo tiempo, es hasta posible que se quieran no hacer responsables de cómo se vayan desenvolviendo los asuntos en este planeta. El asunto es que estos señores se valen de fórmulas y técnicas, tales fórmulas matemáticas intentan organizar mejor sus finanzas - cosa peculiar, porque organizar la planificación de los recursos básicos de todo el planeta no obedece a tantas complicaciones. Pero quería incidir en ese aspecto: se valen de equipos informáticos demasiado caros y poderosos como para que yo mismo me pueda imaginar en qué se basan para concluir absolutamente nada - por muchos equipos informáticos en red que disponga. No tengo recursos ni para imaginarme nada.

Esos equipos trabajan para esas ocho personas principalmente, y evalúan en qué invertir. Tras invertir en unos u otros recursos es posible que sean responsables de que se abran y cierren fábricas, que se alimenten o desaparezcan mercados y, por supuesto, que se generen guerras, conquistas o reconquistas de territorios. Las máquinas de las que hablo no son señores metidos en grandes salas que adoptan decisiones por el bien de América, Alemania, China..., ni tampoco favorecen los intereses masónicos, iluminati..., ni actúan en base a Dios, Satán, Buda... Cualquier informático está de acuerdo con estas ideas ortodoxas, pues hablamos de conexionismo, hablamos de inversión en bolsa y de la trinidad imposible de la economía de un país. De lo que hablo es de que nadie, absolutamente nadie, puede regular los intereses de esas máquinas - nadie les asegura que realmente estén favoreciendo incluso a esas ocho personas. En realidad esas máquinas favorecen simple y llanamente los intereses financieros: las riquezas, no los recursos o el destino de la economía del país.

A partir de esas fórmulas teóricas es posible que haya recursos limitados en el planeta, pero la especulación es infinita. Es posible que haya países que estén siendo una lacra para los intereses de esas máquinas, que sean..., antieconómicos (como Afganistán). Entonces veremos cómo la agenda se cumple: no queremos que el planeta sea más seguro, porque cuanto más apuntan las cámaras hacia países en guerra más se consume y hay más riquezas en el primer mundo. Es una ley empírica, y esa máquina se alimenta de las correlaciones. Si puedes encontrar una correlación no espúrea que vincule una decisión con una fluctuación entonces es seguro que la máquina jugará con ella como si fuera una partida de ajedrez. Y, lo que es peor, un humano no podría ni verlo venir.

Poco a poco será cuestión de ir atando cabos: los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más talibanes. Lo venimos advirtiendo desde hace años. Alguien dirá: "es que nunca dijiste que eso ocurriría" Y yo diré: "mentira, lo venimos advirtiendo desde hace años". Y entonces otro repetirá: "si al menos lo hubierais advertido alguno hace años..." Ante lo cual repetiré: "Muchos lo venimos advirtiendo desde hace años, ya sea economistas como informáticos". Pero si esto mismo ha pasado con el Covid, y no me puedo sumar a las advertencias porque de virus no sé nada, entonces ¿cómo no va a pasar con esas cosas que les conviene tanto a la clase burguesa?

Aún así es más fácil decir que el talibán es impredecible, que la bolsa no tiene nada que ver y que fue un simple hecho de que el homo sapiens es una criatura indomable. Claro..., tan indomable como para que los propios militares de Afganistán no tuvieran una inteligencia capaz de prever dónde infiltrarse..., ojo: ¿inteligencia afgana? Eso es como dejar que un militar afgano se encargue del espacio aéreo... Bueno, los américanos les dieron muchas cosas, pero en lo que se refiere a formar los pilares fundamentales de un país ya sea democrático, como autóctono en su inteligencia militar..., no hablo de primera mano, pero no me lo creo.

Poco a poco Afganistán iba perdiendo su influencia desde occidente y la inteligencia afgana no era sino la misma talibán - como siempre ha sido desde Arafat. A saber si una vez muerto ese hombre la cosa cambiaría. Cosa que no sé porque estoy desvinculado de ese mundo desde hace veinte años y..., ha llovido mucho, además de que hablamos de lugares muy recónditos y ajenos a mí en todos los sentidos.

En cualquier caso, yo ahí veo la huella de "Skynet". Y no seré yo el John Connor en esta historia. Puede que no sea un Skynet, o un Legion..., pero hablamos de lo mismo: la máquina actúa en base a sus parámetros y el botón rojo no necesita pulsarlo cuando se financia a los que se encargan de pulsar tales botones. Me habría gustado que de esto mismo se hubiera hablado de esa versión de Terminator, destino oscuro..., que, aún así, es muy buena película como para referenciarla.

La idea es que la tecnología puede generar un Skynet, pero que no se debe esperar a que actúe de una manera muy concreta. La aparición de ese tipo de máquinas tiene otro nombre más antiguo: el Basilisco de Roko. Hablamos de una máquina que controla nuestro presente a través de su voz y voto con respecto al 50% de la financiación del planeta. El empresario que controle el 50% de las acciones tiene en la práctica el control de su historia. En este caso el empresario no son ocho personas, o clanes familiares... No hablamos de ocho reyes que controlan el destino del mundo, porque éstos han delegado su poder a una máquina que les da dinero.

Fueron 9 los anillos para los hombres, ya lo decía Tolkien. Y, ciertamente, las 9 primeras familias tienen controlada la mayor parte del planeta de manera inapelable. Pero al final habrá un anillo único que los controle a todos: y ese anillo es lo que les alimenta sus riquezas, las multiplica, les genera la impresión de que son más ricos... Cuando en realidad esa riqueza no la gastarán en toda su vida, así como sus sucesivas generaciones. Hablamos de una riqueza que se congela, que no sirve para nada. Pero el anillo único, la máquina, se vale de algoritmos internos conexionistas que deducen cómo seguir alimentando esa estafa financiera que no va a la par con la economía del planeta.

Como le pasó a Gollum, o a los 9 reyes... Se convertirán en espectros; y ese es el destino de toda la Tierra. 

Pero este análisis tan "fantástico" no será replicado en ninguna parte, y con razón. Nadie se atreverá a ser tan "mágico" con el uso de las palabras y, al mismo tiempo, o lo explicas así o nadie lo entiende. Por eso da la impresión de que esos subterfugios tienen la capacidad para sobrevivir: matar a un país de hambre no parece genocidio, pero lo es. Destruir la capacidad natural de Afganistán para competir no parece un genocidio, pero al final las personas tampoco se van a dejar matar. Si era tan interesante ese país bien se pudo haber convertido en un país de referencia económica. Si no era en absoluto interesante bien se pudo haber dejado ese lugar en paz y abrir un puente para salvar a toda mujer dispuesta a ser salvada. Cuando no se hace ni lo uno ni lo otro acabamos en un punto de no retorno que es peor que el no tomar decisiones.

Aunque este es sólo mi punto de vista.


miércoles, 18 de agosto de 2021

Donde no se oyen los retratos. Relato.

El castillo era una mansión olvidada a la que mantenían limpia por una cuestión de orgullo. Estaba llena de salas útiles donde se reponían las flores, e incluso la despensa con comida - aunque no se comiera de ella. Las cortinas eran desempolvadas constantemente y corridas de ventanas que daban a paisajes que nadie disfrutaba. El tono descolorido que daba al sol fue olvidado por el conde, porque tampoco nadie miraba desde el otro lado de la ventana.

Había salas llenas de retratos, de grandes nombres de clanes aliados a la familia del conde, y que con los años muchas de sus anécdotas fueron olvidadas. En la biblioteca aún se conservarán algunas notas de esos tiempos olvidados sólo para el deleite de un nuevo huesped en el castillo. Al propio conde le gustaba tener una historia por contar, un nuevo momento por olvidar.

Mientras pasea por los pasillos recuerda que hay salas a las que sólo habrá visitado algunas veces y, según sospecha, muchas de esas salas puede que jamás las vuelva a usar. La opulencia hace del diseñador del castillo una persona infame e inútil por haber presupuestado esa manera de hacer las cosas ¡Cuántas salas repetidas alimentaban el desdén del conde! ¡Cuántos momentos de saciedad autocumplida! Entonces el montador de escenas era contratado para reconducir un ala del castillo, para sorprender en los viajes de su dominio con una nueva manera de presentar el mundo.

- Y aquí tiene la sala museo, representando el continente africano.

Con sus vitrinas el conde observaba un mundo diverso, ejercitaba su necio cerebro viajando por las salas de su castillo como reflejo del mundo exterior que tenía vedado el resto del pueblo el llegar a conocer. Si el pueblo quisiera salir de las lindes del condado tendría que pasar por las penurias de sus vecinos, una moralidad muy diferente, las habladurías, que todo aquello por lo que te ganaras el pan fueran para ellos mamandurrias. 

El conde proveía y, de vez en cuando, algún pueblerino podría aspirar a convertirse en explorador. Entonces el conde le instruía en sus salas, le regalaba atlas del mundo, le daba unas clases particulares sobre lo que encontraría..., nada que ver con lo que te cuentan los mercaderes. En ese pueblo olvidado su salida tiene un coste. Y para el conde su pueblo no era más que las lindes de su castillo.

Sin embargo, llegada la noche los sonidos se revuelven y el conde suele buscar descanso. Al abrir las ventanas los alaridos escapan por los valles, resuenan en los ecos de las montañas y rebotan en los grandes ventanales. Se cuelan por los huecos de los muros que despejan los olores, que conforman los lugares más secretos del castillo, y purifican las estancias.

Los sonidos humanos claman por la poca humanidad del conde, que busca enclaustrarse en brazos de sus antepasados mientras el remordimiento le reconcome las entrañas. Entonces hay quien lo ve correteando por algunas noches en algunos de los pasillos de su castillo, como una bestia desorientada, ocultándose con su capa, bailoteando con ella como conversando con los cuadros.

Los retratos que miran al conde bailan entre las sombras con él moviendo sus labios en las noches de luna llena especialmente. Entonces parecen decirle cosas al conde, entre los alaridos que resuenan por el castillo, y los bailoteos de la capa del conde que conforma los claroscuros de los retratos. Recuerdan las historias conocidas de esos clanes llenos de hombres extraordinarios para asustar el dueño y señor del castillo.

Pronto llegará la señora condesa, si es que se encuentra en el castillo, y se lo llevará a sus aposentos especiales, donde no se oye ni el rumor de una mosca - pues es en esa zona donde ni lo putrefacto se acerca. Acostará al conde en ese camastro especial, donde los rumores desaparecen, rodeado a su misma vez de paredes de una madera acolchada a la medida de la grandeza del conde. Él pronto le reclamará que cierre su ataud una noche más. A lo que la condesa tan pronto lo tape procederá a buscar los clavos especiales que aún no han sido doblados; los que necesita el conde para conciliar el sueño y así encerrarlo en un silencio más que físico, mortuorio.

En el mundo interior de esa catacumba, que será a su misma vez sellada por una enorme puerta de piedra, yacerá el conde hasta el mediodía del día siguiente. Serias advertencias se leerán para espantar así a ladrones o curiosos, pero ninguna más tétrica como las crípticas palabras que arquean la entrada: "In cryta non habitabit singulari · sed etiam singulari duplex".

Son palabras escritas como una advertencia en ese pueblo, pues los extraordinarios son molestos para el conde. Siempre que alguien demostrara ser bueno en algo nunca sería suficiente para el conde, pues el extraordinario no era más que un pecador, y debía superar una doble prueba: si fuera realmente extraordinario debía superar una prueba aún superior, aún más extraordinaria. 

Así, ante los ojos de un dueño y señor, no es posible progresar si no se ha superado el doble baremo: el que le es propio al individuo por su naturaleza ante el colectivo, y el que le debe al que se cree en derecho de vigilar al colectivo para que se acaten sus derechos innatos. Encerrados por el ejecutivo, éste no le dará valor alguno a lo que ocurre en su condado, pero si se preocupará de expiar sus culpas en la cripta que se ha construido para descansar su gobierno antinatural.

Un pueblo con sus jueces y legisladores no precisa condes, salvo para enclaustrarlo y mortificarlo. El conde sabe que las criaturas de la noche algún día clamarán su venganza y dejarán de temer a su alma inmortalizada en los retratos y bibliotecas del castillo. Esas criaturas clamarán por sus tierras y su trabajo, para incivilizar a las gentes y llevarlas por un camino caótico ¿Cómo sería el mundo si las criaturas de la noche se civilizaran y pudieran ofrecer a cambio algo más que terrorismo?

Poco a poco al conde no le bastarán esos clavos especiales que han sido forjados para su descanso. Poco a poco el conde descubrirá que sólo tendrá descanso cuando descubra la manera de no hacerse valer.


lunes, 16 de agosto de 2021

El cabo del miedo

Con el tiempo se acaba dando con la película, y revivir escenas que, en parte, ya se conocía. Pero volver a ver esa película me ha hecho recordar lo hipócrita que es la justicia, cómo algunos se van de rositas y, claro, cómo hay temas que no tienen interés por muy kafkianos que sean.

Yo mismo no supe exponerlo a la prensa: ¿cómo se denuncia ese cúmulo de envidias, acosos, agresiones, demencia fingida y múltiple y siempre contra el mismo? Lo primero con lo que uno se enfrenta es con los gilipollas que gustarán de opinar que lo que dice el testimonio, o los informes oficiales, no es creíble. Y divulgarán su rumorología personal. No se creen que el profesorado universitario se dedique a perseguir por los pasillos a los alumnos con el puño en alto, quizá más por motivos sádicos y sexuales que por la pura envidia de la juventud y la inteligencia. En cualquier caso, localizados a esos funcionarios sobrantes éstos siguen en su puesto de trabajo - lo cual supera cualquier nivel de indignación.

Pero no pude, no supe cómo exponer la historia. Porque una vez expuesta aún quedaban algunos flecos: el hecho de que se supiera o no aún los jueces y los funcionarios mantendrían su puesto de trabajo. Los poderes del ejecutivo tenían conocimiento, incluso las más altas esferas - y encontraron la manera de sacar provecho; es decir, no hicieron nada. Lo cual es un completo absurdo.

En cualquier país un funcionario agrede a un usuario y se busca un lío, en España se les promociona incluso. Y, cuando tienen que cumplir una orden de alejamiento, no sólo no cumplen la sentencia sino que además siguen las denuncias contra esos sujetos - para observar otro resquicio burocrático sin sentido: ¿que la víctima no quiere que se ejecute la sentencia? ¿Y quién se cree esa patraña?

Jueces, funcionarios y políticos metidos en el mismo saco, encontrando alguna clase de provecho por haberse librado mutuamente de algo. 

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Esos son los recuerdos que me activaron la película y, claro, ¿voy a ser capaz de exponer una historia convincente como para ser invitado a un país extranjero por motivo de asilo? Y es que todo lo que tengo por detrás aún me sabe a poco, máxime cuando puedo aún poner la guinda del pastel.

Los algoritmos que estoy preparando para la filología por un lado se me están simplificando y, por el otro, atragantando. Los diseños se me diversifican: ¿acaso he encontrado un álgebra capaz de adivinar un idioma sin tener que partir de un proceso circular basado en el conocimiento de las tres dimensiones? Eso supera mis espectativas: se me simplifica y se me complica. Es como decir que el aprender un lenguaje está más vinculado con la ciencia descriptiva, por la ciencia de las evidencias. Me pinchan y no sangro. Aunque es sólo una hipótesis: es posible que no haya introducido todos los elementos - pero esto me va a provocar que genere dos tipos de mecanismos de regresión gramatical: el "fluido" y el "tridimensional".

Justo cuando más necesito respuestas la realidad pone en jaque mi filosofía científica: ¿acaso la adquisición del lenguaje es un proceso evidente y no me había dado cuenta de ello?


Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

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