Igualdad y punto

Muchas personas bienpensantes estamos hartas de cómo fingen tanta pedagogía: porque nos toman por idiotas, y por eso no pueden ser convincentes. Sabemos que hay una corriente absurda que ningunea a las mujeres: que las desmerece.




Sospecho que los tertulianos que más enarbolan las palabras del feminismo más radical son, al mismo tiempo, los más desvinculados de la interpretación social del feminismo. Es como si quisieran hacer parecer que el feminismo socialista es una aberración. Sabe raro tanto negacionismo.


El Panfleto 2-II.

La república que yo defiendo no es incompatible con un reino, pues los jefes del estado sólo molestan en la medida en la que restringen la capacidad de un pueblo para ser cada vez más determinantes sobre su futuro. El principal caballo de batalla al que hay que alimentar es a la idea de cómo defender los pilares de la igualdad, la que se hace efectiva en la sociedad.

Pues por igualdad no significa que todos tendrán todos los derechos, ni tampoco que serán igualmente unos desgraciados. Significa que ante un conflicto no habrá más adulto que el que ya lo es, ni más responsable que quien tenga la responsabilidad.

Cuando una avioneta y un globo aerostático tienen un tropiezo en mitad del aire no hay persona sensata que le atribuya al globo responsabilidad alguna por el choque, salvo que quede demostrado aun con su reducida maniobrabilidad.

Cuando un adulto y un niño pequeño tienen un tropiezo en mitad de una relación social no hay persona sensata que le atribuya al niño pequeño responsabilidad alguna por el choque, salvo que quede demostrado aun con su reducido criterio.

El deber de vigilancia es el único principio que configura a la duda razonable cargando de responsabilidad a una de las partes de forma subsidiaria frente a otra, pero porque se parte del supuesto de que no son iguales: uno puede maniobrar mejor o uno tiene mejor criterio. Sin embargo, dos electricistas en torno al tema de la electricidad tienen el mismo criterio, como dos adultos en temas generales también tienen el mismo criterio. Lo único que hace que a una persona se le atribuya mayor criterio que a otra es porque se quiere proteger la inocencia de la protegida.

En un entorno patriarcal, los hombres y las mujeres disfrutan de privilegios por razón de sexo, los privilegios que tiene impedido una mujer queda desplazado a la pareja varón de la misma, así como los privilegios que adquiere un varón suele propagarse también a su pareja. Asociar patriarcado exclusivamente como el incentivo de los derechos del varón supone no reconocer el verdadero significado de la palabra: patriarcado significa que la realidad se constituye a partir de la figura del varón - para lo bueno y para lo malo; y eso es una forma de misoginia, sobretodo cuando la sociedad ya es consciente de ello.

Cuando todo gira en torno a un tipo de persona automáticamente las guerras, las responsabilidades, los premios, los reconocimientos..., todo acaba girando en torno a esas personas. Si la gente se siente oprimida por cómo es el sistema, debido a que cada individuo no tiene un botón para inhabilitar las reglas del sistema, pues el patriarcado no funciona como un grupo organizado, entonces las primeras víctimas del patriarcado serán antes los hombres - y es por ello que en todas las sociedades patriarcales son más hombres los que se suicidan frente a las mujeres. La sociedad patriarcal se define por ser la que protege a la mujer. Es la sociedad que la tutoriza y la indefine.

Es, por tanto, un buen baremo para saber a quiénes se ningunea el descubrir quiénes tienen más carga de responsabilidad. En una sociedad igualitaria se evalúa la carga estructural que sufre un grupo a partir de quiénes son los grupos más vulnerables. Y la manera de eliminar esa carga es eliminando la necesidad de vivir bajo la individualidad: la pluralidad es la fórmula que compensa las injusticias.

Me preguntaba una funcionaria cómo podía valer su trabajo de manera equiparable al trabajo de un hombre, cuando éste está tan desligado de asuntos triviales para la corporación; y claro, ¿cómo no va a ser un problema los asuntos de cada individuo por separado cuando se considera que es el grupo el que tiene los asuntos más importantes? Quizá lo más importante no sea el trabajo, quizá sea el trabajo el que tenga que acoplarse a las necesidades de las personas. Quizá, por tanto, el contrato no debe hacerse con personas, sino con grupos que trivialicen sus asuntos personales al ofrecerse como conjunto.

¿Cómo se oferta el disminuido mental? ¿Cómo se oferta quien va en silla de ruedas? La cosa es que el empresario no necesita conocer esa oferta: el empresario quiere un resultado y hay un grupo que se oferta a llevarlo a cabo. Entonces todos esos medios humanos de los que se valgan trascienden al contrato.

Cada individuo tiene reconocido el derecho a la existencia, y este derecho es el mismo para todos por igual haya nacido como haya nacido, y sea como sea. Hay lugares donde han decidido vivir con un nivel de vida más caro, supongo que de allí partirán aquellos que no vean viable un mundo como ese. Que vengan a los pueblos, que los habiten los cultos, pues hay que empezar de cero. No quiero la sociedad de los tibios, de los que se conforman con lo que tienen, para eso ya estaba lo anterior - y lo anterior era desigual.

Los méritos no se construyen con dinero, sino con reconocimientos. No necesitan mayores pensiones los que trabajaron en despachos, esas las pudieron haber comprado por sí mismos. Porque una pensión no es más que algo de necesidad en realidad no es más que una renta del pasado, algo que se perderá con el tiempo. Y todas las cosas que se dan por necesidad se dan en perfecta igualdad ¿Quiéren que los sabios emerjan? No les compraréis, esos saben bien poco. Los más sabios, los más talentosos, no buscan dinero - y si tienen todo cuanto tienen aquello de donde huirán es de tener que rendir cuentas ante los necios. Meritocracia significa que arriba estará quien sabe y abajo el que no. Arriba estarán los más frugales, y abajo los que más ganen porque no les importó ser unos mandados.

¿Queréis meritocracia? ¡Cargaos el dinero! Cuanto más paguéis al talentoso más se pudrirá en su talento. Cuanto más honréis con responsabilidad al que más talento tiene más se le olvidará que en ningún momento se le subió el sueldo.

Señora funcionaria, ¿quieres mandar? Pues ganarás menos ¿Que dices que te volverás corrupta? ¿Cómo será posible, cuando en una democracia tendremos una asamblea que legisla y unos juristas que interpretan? ¿Tan mal cree que llevamos las cuentas los informáticos? Pues bien, quien asume la corrupción y se complica la existencia no acatando las decisiones que le corresponden es como el soldado que decide vender sus botas o prestar su armamento para una causa privada: está pidiendo a gritos no volver a ejercer jamás en la vida ¿Acaso esto nadie lo cuestiona?

Pues bien, huelga mencionar que no puedo comprender que haya criatura a la que se le trate de manera diferente que al resto. Y es por ello que cualquier trato de favor no es sino un gesto condescendiente por las trabas que supone su presencia. Cuando descubrimos actos de condescendencia en ciertas sociedades se adivina un techo de cristal a la hora de verles ascender; de ahí que cuantos más regalos te conceden en las sociedades rivales más serás consciente de cuántas personas caminan por encima de ti, pues ellos se ganaron un respeto que nunca tendrás.

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