viernes, 26 de marzo de 2021

Viernes de Dolores en la cúpula creativa

Salía andando de casa para ir a mi tienda y veía que las calles estaban como si fuera fiesta ¿Fiesta de qué? Para cuando llegué a la tienda comprobé que era viernes, alguien me había robado un día - pensaba que era Jueves. Menos mal que ayer fui a por cambio en el banco. La verdad es que mi mentalidad ya es muy vieja. Me puse a buscar los días festivos por Internet y no encontré ninguno que correspondiera con el 26 de Marzo. Estaba un poco perdido... Tampoco encontré nada en las restricciones de cara a Cartagena.

Al final resultó que era Viernes de Dolores. La fiesta oculta de la patrona de Cartagena. Aunque no se le reconozca, nadie en la ciudad va a trabajar..., nadie menos yo - claro.

El asunto es que esto mismo me pasa todos los años, o casi todos. Nunca aprendo, y es triste y absurdo. 

Viniendo para acá me lo estuve planteando: ahora que ya no creo en la comunidad científica, ni tengo relaciones sociales, mi cabeza ha decidido enclaustrarse. Las redes neuronales también tienen una manera de consolidar sus posiciones para empezar a consumir de la cátedra que construyeron de cuando era más joven. Da la impresión de que es así, quería decir.

En una máquina es al contrario: cuando ya ha aprendido todo lo que tenía que aprender es cuando empezamos a usarla. Las personas, cuando dejan de ser útiles, es cuando ya aprenden todo lo que tenían que aprender - y son apartadas. 

Nos manejamos con máquinas de geriátrico, y les ponemos para que se confronten contra niñatos que no poseen su capacidad descomunal y elefantiásica de cálculo. Ningún ser humano está a la altura de lo que es capaz de calcular casi cualquier máquina y, con las técnicas de redes neuronales, además la sabiduría de cálculo de las máquinas más poderosas se pueden desplazar a máquinas más pequeñas.

Eso mismo es lo que no podemos hacer: cuando mandamos a una persona al asilo no es para reciclar sus ideas, sus impresiones. Yo, tal como me veo, estoy más por el reciclaje que por otra cosa: todo aquello que diseñé en formato de juegos, estructuras informáticas, etc..., ahora conforman un todo y me permiten conformar una suerte de cátedra. Como una teoría que me permite crear bajo parámetros y recrear de manera automática lo que en otros tiempos hubiera considerado una bombilla que se enciende.

La chispa esa que te deja absorto..., que te dejaría absorto si fueras un jovencito iluso que se crea en el interior de un mundo social. Ilusionado por un sueño de meritocracia que en realidad nunca existió.

La cúpula creativa se fundamenta en la mentira del sueño, de los méritos del trabajo duro. Cuanto más meritoria sea una sociedad, sin las barreras impuestas por la tecnocracia, sino alimentada por el desparpajo del derecho que tiene a hablar aquel que no entiende la rima suelta que se desmarca por un verso libre ausente de un sentimiento adecuado. En la medida de que el sueño no sea tan falso, y el ser humano sea libre de moverse...

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La creatividad, como ya le expliqué en una ocasión a una cazatalentos mediocre con titulitis, es un proceso de planificación: de adorar los estándares y la repetición, de querer fijarse en los detalles para verlos perfeccionados. El sujeto que más se repita y busque en el deleite de los mismos procedimientos posee más cualidades para la creatividad: obligar a una persona a salir de su estado zen, de su juego personal, de su estudio serio, de sus álgebras y perfeccionamiento, de su juego..., todo eso es tóxico, puede que incluso traumante - propio de personas que muy probablemente tengan intenciones perversas.

Si un niño quiere una muñeca, no sería mi caso, debemos dejar que experimente. Si prefiere un camión, igual. Detrás de un acto de repetición, del mismo juego, siempre hay una variante, una técnica para recordar, una manera de estudiar cómo redactar, cómo contar las historias, cómo fabricar la emoción, cómo afrontar los retos para perfeccionar el remate, perfeccionar la jugada final..., pero hay que repetir: repetir, repetir, repetir... Debe desear la repetición. Eso es la creación.

Tras conformar las repeticiones se olvidarán las formas más imperfectas, para conformar una cúpula jovial alrededor de las ideas. Para cuando se consolide y se consagre el exterior dejará de afectar a la creatividad. Los maestros se reciclarán desde dentro y las oportunidades no le afectarán tanto. Las amenazas, por tanto, perderán su sentido. El ente, una vez consagrado, no puede ser dañado ni tampoco será apoyado desde fuera. Salvo honrosas excepciones.

El calor de un buen entorno, mirar por la conformación de historias colmadas por la nostalgia y la sensación de poder volverlas a vivir para alimentar un estado de contemplación llena de felicidad podría confundirse con la emoción que se siente por algo externo - cuando en realidad todo eso es interno. La creatividad ya no es necesaria, ha muerto. La experiencia se ha fundido debido a ese proceso de aprendizaje continuo que se alimentaba por la debida humildad del que no sabe. Pero con el tiempo todo irá a ralentí, no supondrá ninguna clase de esfuerzo manifestar la siguiente idea - cuando sí recuperar el recuerdo.

La vejez es dura porque nos recuerda que estamos en los últimos días y el mundo no es capaz de aportar gran cosa porque ya no es capaz de sorprenderte. Los giros de los acontecimientos se convierten en un halo de falta de dignidad para aquel que creyó haber alcanzado ya el zénit de la previsión: ¿es posible realmente encontrar algo diferente a estas alturas?

Me hizo gracia Soul: una lagrimilla me salió, como a todos esos desgraciados que quisieron encontrar la chispa de la vida en la vida del protagonista - como él mismo echó en cara a esa alma perdida. La ironía, tal como la veo, es preciosa.

La cosa es: uno de mis mayores temores es que reciba un premio que realmente me sorprenda que vaya a recibir, que obtenga el reconocimiento de poder enseñar, que se reconozca en vida que mis inventos son innovadores o que simple y llanamente consiga la independencia económica..., y que no me afecte. Pasar de ser proletario a trabajador, o burgués..., y que no me afecte. Porque si no me afectara significaría que sería proletario hasta el día en el que me muera, que nunca alcanzaría ninguna independencia económica, que mis innovaciones no serían reconocidas..., todo se desmontaría.

Pero eso es cosa de dentro, ya no de fuera. No existe el esfuerzo exterior para conseguir que la cúpula se quiebre: el mundo interior es mucho más rico y está mejor dispuesto para lo que vamos a ver fuera.

Aún así, el año que viene volveré a olvidar que hay un viernes de Dolores en Cartagena.



miércoles, 24 de marzo de 2021

Besugos a juicio

Besugo 1: Señoría, exijo un trato de distinción por ser hombre.

Besugo 2: No da a lugar. Y no convierta mi instrucción en un circo.

Besugo 1: ¡Protesto!

Besugo 2: En España no se protesta, eso es en las películas de cine.

Besugo 1: ¡Protesto! La ley de igualdad dice en el preámbulo que vivimos en un patriarcado y reclamo mi cuota de privilegios.

Besugo 2: A partir de ahora vas a dejar de hablar y será tu abogado...

Besugo 1: ¡Protesto! Los tres jueces me están tratando peor que a la infanta.

Besugo 3: ¿Se está dirigiendo a mí? Yo soy el que le está acusando de robar una apalgata.

Besugo 2: Vd. no está autorizado a acusarme de nada porque se lo confesé a su ayudante en calidad de abogado de oficio bajo secreto profesional.

Besugo 3: ¡Me está hartando! Yo me voy a tomar un café.

Besugo 2: Vd. se queda aquí. Como juez se lo ordeno.

Besugo 3: Por la doctrina del banquero Vd. no puede condenar a nadie sin mi consentimiento. Así que me voy a tomar un café.

Besugo 1: ¡Se sobresee la causa por ausencia del fiscal y porque soy director de un banco!

Besugo 2: ¡Ah! ¿Es que es Vd. banquero? En ese caso yo no voy a perder mi tiempo por una condena que jamás se hará firme ¡Hala! Se acabó, ¡a tomar por culo!

lunes, 22 de marzo de 2021

Demencia de clases

En la entrada anterior sobre "Historia de clases" comentaba cómo los representantes puede que no encajen con la mayoría social, o voluntad popular, mediante urnas aun funcionando éstas sin corrupción dentro de una socialdemocracia tal como la conocemos. Ahora llevaré a cabo el desarrollo contrario.

En este desarrollo análogo no veremos cómo sucumbo en una explicación a modo "lucha de clases", sino que está enfocado según el prisma que debería de plantearse desde mi punto de vista cuando hablamos de la voluntad popular frente a la voluntad del estado.

Desde el punto de vista de la lucha de clases siempre hay una clase dominante y una clase dominada, siempre hay una confrontación donde el dominado quiera imponerse contra el que está encima. Este planteamiento me obliga a tener que leer de Marx mucho más de lo que he pretendido nunca - en comparación con cualquier experto lo justo es decir que no soy más que un lego, pero es que no hay que olvidar que soy informático, no filósofo o economista. No es mi área. Y, precisamente, sobre mi certeza, es de esto mismo de lo que voy a hablar y desarrollar.

Tras leer "Sobre la certeza" de Wittgenstein debo decir que me dejó un sabor de boca agridulce; ¿cuándo podemos aseverar que nuestros colectivos intelectuales conforman un sistema intelectual (terminología propia)? ¿Cuándo podemos decir que nuestro mundo conforma un lenguaje coherente y relevante con la realidad del mundo en el que vivimos? Ése es el tema fundamental y la base de mi estudio más relevante a lo largo de los años - razón por la cual me veo en una especial posición como para desarrollar un lenguaje que trascienda a la informática y la computabilidad hasta culminarse de una filosofía que bien podría afectar a otras ciencias - como, en este caso, a las ciencias sociales.

¿Cuándo una clase social se comporta con demencia y es el estado el que debe ejercer su posición "paternal" en defensa de los intereses del propio pueblo convertido en plebe?

Hoy día es muy difícil explicar lo que es el patriarcado. Se ha puesto tan de moda que las personas más extremistas han deformado su significado, hasta el punto de crear una lucha de clases: los hombres contra las mujeres. Esta teoría es la teoría de la guerra de sexos, que habré mencionado en otros blogs: donde siempre ganará el patriarcado. Ahora bien, ¿por qué ganará el patriarcado? Porque el patriarcado no es lo que el patriarcado nos hace creer: el heteropatriarcado es ese chivo expiatorio que usa el patriarcado para que luchemos en una dirección errónea. Pero el meme patriarcal se mantendrá.

Así que, como sospecho que el que me va a leer va a estar intoxicado a estas alturas entre machistas y neomachistas - donde incluimos a influencers que se autoconsideran feministas o antisexistas, voy a usar otro tipo de chovinismo para que se entienda desde una perspectiva más trasversal - para que algunos puedan ver el problema de perfil.

- ..., estos problemas que comento son como los que se desarrollaron en el Cantón de Cartagena.

- ¡Pero si el Cantón de Cartagena no fue nada ni duró nada! Al final la gente se cansó de hacerlo.

- Se nota que eres de Madrid. En realidad Cartagena abandonó a la fuerza.

- Pero no murió nadie.

- Te digo que no sabes nada: la ciudad fue sitiada, fue bombardeada por cañones, cientos de familias murieron..., incluso lo que provocó la rendición fue la explosión de un polvorín, donde estaba toda la munición y las armas.

- Pero eso nunca fue serio.

- ¡Y tan serio! Cartagena bombardeó Alicante y atacó a buques alemanes con la bandera española para provocar una guerra entre Alemania y España. Eran unos cafres, y lo más estúpido que se puede hacer es no tomar en serio a un grupo de cafres.

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El estudiante en Madrid recibe una formación y cree que esa formación es la correcta. Bajo esos principios ningunea según qué hitos históricos, como así ocurre en Cartagena. Sin embargo, según los propios valores del alumno lo que le enseñan es auténtico o es una manipulación. Si es auténtico el profesor ha cumplido sus objetivos, pero si es producto de una manipulación entonces vemos cómo el profesor no es más que otro "chovinista"; es el profesor el que tiene que empezar a desaprender lo que tiene entendido para después enseñar las cosas tal como sean - respetando la autenticidad de la historia.

El chovinismo que hace prevalecer la historia del varón frente a la mujer se le llama machismo. El machismo es lo que mantiene la propaganda que necesita el meme del patriarcado para que se mantengan los mal-llamados roles de género. 

De la misma manera, el patriarcado que hace prevalecer la historia de la capital frente a la de los sublevados se le llama nacionalismo centrípeto. El nacionalismo es lo que mantiene la propaganda que necesita el meme de la casta para que se mantengan los roles del lugar de nacimiento.

Tanto el patriarcado como la casta son recursos literarios que funcionan prácticamente igual. Desde el punto de vista de mis álgebras defiendo la disertación de que ese recurso literario pueda ser llamado "el emperador" - porque el esquema coincide con ese arquetipo cultural reconocible en nuestra cultura a través del arcano del tarot. Arcano que no usaré para hacer adivinaciones, sino para hacer estudios de filología.

En ocasiones las personas conforman colectivos que replican comportamientos tóxicos, autodestructivos. Estos colectivos poseen una formación que no es auténtica, no consigue mantenerse en cuanto se le ponen los hechos delante. Y la culpa no es tanto de la existencia del recurso del emperador, sino de la trasvaloración que se le da a ese recurso: el que manda siempre será un hombre o una mujer, siempre habrá nacido en una ciudad o en otra, pero eso no tiene porqué convertirse en una norma, en una repetición. En la medida de que eso se repita nuestra obligación es investigar la causa: es posible que muchas personas estén pervirtiendo la historia, la educación, etc... De ahí la importancia del pin parental.

Ni los padres ni el estado pueden aseverar ser poseedores de la verdad absoluta, de ser ellos los defensores de lo auténtico. La hegemonía de la moralidad está en los padres sobre sus hijos; si eso no se respeta entonces hablamos de un estado autocrático en estos aspectos - y quien controla la educación se hace con el futuro del país a muy largo plazo.

De la misma manera, Wittgenstein se lo preguntó: "¿tengo un cerebro?". Si se puede construir la idea de manera que te lo pongan a huevo está claro que la pregunta tendrá fácil respuesta. Decimos que tenemos cerebro porque confiamos en esos señores que han sido autentificados por el estado y los títulos que reparte. 

En EEUU cualquier hijo de vecina podría montarse una empresa y expedir un título de médico; se hace responsable el paciente de creer o no en el título de medicina de una universidad por el prestigio liberal que haya ganado. Se me va a permitir esta flexibilización en mis reflexiones: esa fórmula me parece propio de bárbaros. No entiendo a cuento de qué tenemos un país si no es para armonizar los gremios, trabajos, empresas, proyectos, ideas, fundaciones, etc...

Tenemos certeza de que tenemos un cerebro, salvo en EEUU, porque cuando íbamos al consultorio médico él nos daba un consejo - u oímos cómo se lo daba a otro - y observamos cómo curaba; así todo el repertorio que tenga que ver con el médico gana en credibilidad. Si la comunidad médica dice que hay un sistema nervioso me lo creeré como cuando el médico me dice que me toca tomarme una pastilla tras un análisis como resultado de su diagnóstico.

Cuando dejamos que un arquitecto se meta en nuestra casa es porque el estado nos asegura que no es una inmigrante con aspiraciones políticas que va a llenarla de agujeros sin un número de colegiado al que denunciar por si reduce la calidad de los pilares o los muros de carga en los alicatamientos. Un estado tan de broma como el español, que persigue o indulta dependiendo de la familia donde hayas nacido o que te acoja, puede hacerse víctima de la casta. Casta que no será como en la India, igual que el patriarcado en España no será como en los países islámicos.

Cuando las mayorías se vuelven tóxicas desearemos que nuestro modelo de participación no sea tan radical como para permitirles tomar decisiones. La manera que debe tener el pueblo para participar también debe superar filtros.

domingo, 21 de marzo de 2021

Historia de clases

Autocracia o república: o el estado nos dicta la moral o es el pueblo el que dicta la moral al estado. Una república recuerda a la idea de Marx de cómo funciona el proletariado: de abajo a arriba. Las fórmulas de participación debe ser un proceso dinámico y continuo. El gobierno, si es incompatible con los legisladores, entonces sobra - porque los legisladores son los que hacen la moral persistente, el poder ejecutivo sólo antepone su lucha contra la ley o la moral de algunos.

El problema es cuando el sistema no es capaz de distinguir entre pacto social y adecuación social. Para la socialdemocracia lo adecuado es el resultado del pacto: cuando la gente no lucha, no se queja, entonces es porque acepta el resultado. Sin embargo hay personas que sufren de un tipo de afonía, los hay que han sido amordazados y los hay, la mayoría, que quizá estén de acuerdo con estas palabras y aún no lo saben.

Un modelo injusto no es garantista de nada; eso es lo que hacen las autocracias vestidas en apariencia de democracia. Y yo creo que la culpa es de Hegel.

La historia de la humanidad no está regida por una dialéctica de clases, como corregiría Marx a partir de la bazofia hegeliana. El reciclage que hizo Marx asume la metodología: tesis y antítesis. Y no voy a negar que de la fusión de dos posturas irreconciliables nacerá una síntesis, que es objeto de alta consideración. El problema es que también es posible que igual que tesis y antítesis podrían conformar juntos una paradoja resuelta con la síntesis también es posible que tesis, antítesis y síntesis conformen un trilema - y ahí es donde muere Hegel.

La historia de la humanidad ha tenido que afrontar múltiples trilemas; de hecho, hoy día, desde 2008 se tuvo que aceptar el trilema de la trinidad imposible. Es un trilema tan importante y repercutiente que no pilló a nadie por sorpresa - salvo a los necios. Y aún hay quien quiere seguir defendiendo el actual modelo: "hagamos como si no pasara nada" ¡Necios! ¡Mezquinos! Y, mientras tanto, la gente suicidándose o muriéndose de síntomas compatibles con la mendicidad. Quien muere congelado en la calle muere de hambre, da igual el tecnicismo - sería como echarle la culpa al arma cuando un asesino aprieta el gatillo, o como cuando permites que cualquier hijo de vecina porte un arma por haberla comprado y luego te sorprenda el que la use contra alguien. La munición es demasiado barata, cuando cada bala vale por una vida - y esa bala es el argumento del que se vale el periodista para negar las estadísticas en España.

Pero hablaba de la historia de la humanidad, para negar acto seguido la lucha de clases. La historia de la humanidad, según veo yo a esta altura de lo que he investigado sobre filología, no está conformada siempre por una dialéctica de confrontación entre una clase lanzando una tesis y otra clase lanzando la antítesis. De hecho, la dialéctica socrática no es garante de pensamiento - pues Sócrates/Platón nunca nos ofreció una perspectiva innovadora para su tiempo, más allá de pretender retrotraer la democracia griega a los sometimientos de los aristócratas.

Yo sí creo que durante la etapa del franquismo hubo lucha de clases: la dialéctica de lo que fue España fue resultado de la lucha entre el régimen y los que se oponían al régimen. En ese caso sí hubo una tesis (el estado) una antítesis (los huelguistas) y una síntesis (leyes sociales). Marx se habría sentido orgulloso de Franco.

El problema es que esas tesis sólo funcionan con autocracias dictatoriales; cuando el sistema es más complejo, como un despotismo ilustrado, entonces corremos el riesgo de encontrarnos con trilemas: el pueblo puede elegir, el político decide por el pueblo y la mayoría no está de acuerdo con lo que hace el político - por eso existe el poder ejecutivo. Ese modelo, francamente, es estúpido.

Existen múltiples formas de demostrar que el representante salido de las urnas no hará lo que quiere la mayoría:

a) El representante hace una cosa donde la mayoría (ejemplo 60%) coincide, otra cosa donde la mayoría (ejemplo 80%) también, otra cosa donde la mayoría vuelve a coincidir (ejemplo 55%)..., pero si combinamos todas las decisiones el resultado no es representativo de la mayoría (60% · 55% · 80% < 27%). Solución aparente: que el representante no trabaje. Solución esencial: deben ser elegidos por lo que hacen.

b) El representante valora en sus pactos más a un partido que a otro (A<B), otro miembro prefiere otra combinación (B<C), sin embargo al combinar ambos pactos no es aplicable una relación de orden cuando se combina con un tercer representante (elige A>C). Este es el famoso problema de la representación, que hace que probablemente la mayoría esté en contra de los pactos políticos. Solución aparente: no ser trasparente con los pactos reales. Solución esencial: el pueblo debe sancionar los pactos.

c) El representante sabe que hay un comportamiento solidario mayoritario que cada individuo considera que es un acto de nobleza poco habitual (por ejemplo trabajar bajo renta básica), así que puede confeccionar una pregunta a modo de referendo de manera que la mayoría vote en contra (ejemplo: ¿asumes el riesgo de que la gente no trabaje habiendo renta básica (falso debate)?). Así, aunque la mayoría esté de acuerdo conque ellos sí trabajarían acabarían votando en contra por miedo a que no sea así. Solución aparente: desplazar el falso debate a los medios. Solución esencial: las opciones a referendar deben ser sancionadas por las partes.

d) El representante decide que debe de incumplirse una ley para aplicar una medida de emergencia. Sin embargo la medida de emergencia no es del mismo ámbito que la ley, por lo que es corrupción: el máximo representante adopta medidas urgentes fuera de su ámbito de aplicación sancionada por la mayoría. La incapacidad para perseguir la corrupción genera un daño estructural a la democracia. Solución aparente: perseguir la corrupción de las capas más bajas. Solución esencial: someter el poder ejecutivo al legislativo, al judicial y a la meritocracia de la tecnocracia.

e) Es más fácil para un representante hacer campaña todo el año con un logotipo por bandera para polarizar a la sociedad a la pertenencia de tu grupo antes que ser convincente al estar aislado en tu vecindario. Si el vecino fuera más convincente significaría que la minoría puede imponer su cultura a la de la mayoría, lo cual, paradógicamente sería más democrático. Solución aparente: no promocionar desde el estado a los partidos políticos. Solución esencial: hacer inocua la necesidad de un partido político mediante el sistema de participación (modelo asambleario, por ejemplo).

Y así podría seguir..., la mayoría puede que no esté de acuerdo con lo que quieren los representantes - los representantes no representan al pueblo, se representan a sí mismos en exclusividad, o los intereses de sus tenedores de deuda.

La historia de la humanidad se ha definido por conformar la construcción de clases sociales, como bien apuntó Marx. Sin embargo la constitución de esa historia no fue una confrontación entre ellas en todos los casos. Según mi última teoría, sobre el género único, las historias se distinguen entre ellas por cuatro maneras de ordenar las fases de dicha historia: la historia de lucha de clases corresponde con la historia del héroe (socialismo y franquismo), la historia del casamiento de clases corresponde con la del cuento maravilloso (nobleza y clero en el feudalismo), la historia del sometimiento moral corresponde con la de las fábulas (plebe y clero en el feudalismo) y la historia de la indefensión a lo intrínseco corresponde con el género de la confabulación (plebe y nobleza en el feudalismo).

A mi juicio una confabulación no trabaja como la historia del héroe, aunque haya quien vea lucha de clases ahí, porque la plebe no tiene ni voz ni voto ante el señor feudal - si no estoy equivocado de lo que recuerdo de las clases de historia. Así que no se puede decir que hubiera dialéctica de clases. De hecho, si Franco hubiera sido como Primo de Rivera Sr, entonces en vez de la historia del héroe habría sido una confabulación..., la que provocó su destitución como dictador. Es decir, Franco, se podría decir, lo que hizo lo hizo para librarse de confabulaciones - por cobardía.

Es decir, dependiendo del villano el pueblo actúa de una manera o de otra. Y eso puede propiciar a que algunos dictadores mueran en la cama para, a los pocos días, celebrarse una fiesta.

La historia de clases lo que nos cuenta es que un imperio no entra en dialéctica con el nuevo imperio, sino que las personas que conforman los colectivos del imperio en realidad mantienen una discusión entre ellos mismos (el individuo para-sí de Sartre) con sus responsabilidades colectivas (el nosotros que creo que no terminó de desarrollar bien Sartre). El papel que el individuo tiene con su moralidad, que es impuesto por la parte etic (república) o emic (autocracia) del imperio, es el que conforma la manera que tendremos de entender cómo funciona el imperio desde dentro (en los romanos, los ciudadanos romanos) hacia fuera (en los romanos, los bárbaros). Por lo que no hablamos de una tesis y una antítesis por necesidad, sino más bien una manera de justificar las decisiones que sea adoptan individualmente con la intención de pensar en colectivos basado en un principio antrópico.

Es decir, si es posible explicarlo en una clase de historia como si el imperio fuera una persona replicada con los problemas estereotipados de la época entonces tendremos la idea de la historia que protagonizó ese arquetipo.

En vez de imaginarse a los centuriones con sus correspondientes problemas, es el imaginarse a un único centurión representante del colectivo de los mismos, colocarlo sobre el mapa y ver su relación con el ciudadano romano, el esclavo y el colono libre. De ahí, si podemos montar una historia que recoja todos los arquetipos entonces tenemos un cuento convincente basado en el principio antrópico, donde si un ser humano lo entiende es porque lo protagonizaron seres humanos y, además, encaja con lo que se ha rescatado de la arqueología y otras pruebas.

En pocas ciencias el principio antrópico debe inclinarse a un antropocentrismo tan marcado, sin embargo en este caso es justo lo que hay que hacer: todo gira a nuestra idea de lo que es un ser humano, de las pruebas que deja intencionadamente, sus huellas abandonadas, lo que fue sus relaciones con otros seres humanos y, por supuesto, todo desde el punto de vista del prisma de la métrica de lo que es un ser humano y pensado para que no sean repetidos los errores de otros seres humanos.

Esas son, en esencia, mis discrepancias teóricas con la idea de lucha de clases que, por supuesto, corre el riesgo de ser un sistema de revolución que nace muerto. Al fin y al cabo tenemos tres caminos para la revolución: el tercero será hacerse a las armas o inducir a ellas; el primero es el más largo y supone aceptar el marco legal para adecuarse socialmente a lo que haya; el segundo es el camino más corto para llegar al pacto social, que es adonde desembocan todos los caminos, acabar con lo que no funciona dentro del marco legal, la Constitución, iniciar un proceso constituyente.


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