sábado, 4 de junio de 2022

Composiciones que nunca se escucharán

Se me ha cruzado el cable sobre todas esas cosas que yo sé que jamás se escucharán, y que sé muy bien porqué será. Los cantantes, por ejemplo, y no es que sea culpa de ellos, tienen un estilo socioléctico de cara a su público - y ese estilo es lo que les permite vender su música. Por eso, en cuanto escuchas un cantante descubres "su voz", un estilo que le es propio dentro de su idioléctica. Pero, al mismo tiempo, no puede escaparse más allá de su público. Es decir, un cantante de rancheras - en parte - solo puede cantar rancheras y, si se pone a cantar otras cosas, esas otras cosas deben ser muy diferentes de lo que es una ranchera.

Y no digo que esté ni bien ni mal, simplemente es un hecho. Un hecho que nadie se puede atrever a negar a estas alturas porque quien lo niegue corre el riesgo de ser trivialmente refutado por una cantidad masiva de vías. Ahora bien,  las limitaciones culturales bien se puede decir que existen debido a la ausencia de multiculturalidad: por eso yo habré establecido un criterio que me funciona muy bien - persona culta equivale a persona que defiende la multiculturalidad. Este otro hecho, que parece controvertido, me lleva a una cantidad también masiva de motivaciones. Y sé que hay mucha gente considerada "progresista" que no se ven a sí mismos multiculturales; quizá este post acabe hablando de estos temas.

Hay mucho señor y señora que se autoconsidera progresista, cuando al mismo tiempo vive en un marquesado, está en contra de la multiculturalidad, es nacionalista, defiende el autoritarismo... O cualquiera de esas combinaciones infantiles. Porque sí, no hablo de otra cosa salvo de pensamientos inmaduros. Hay quien piensa que defender la imagen de un cantante supone evitar que éste mezcle sus estilos con los de otra socioléctica, y en parte tiene razón cuando la imagen es algo que debes vender.

Como es de sentido común, diré que esto ya se experimentó: lo experimentaron Gun's Roses con el efecto espaguetti. No recuerdo exactamente el nombre del disco, pero fue un fracaso en ventas. El monstruo espaguetti volador que crearon no terminó de cuajar: no es que cantaran mal, lo que pasa es que en ocasiones las rapsodias están mal acogidas. El público tiene que estar dispuesto a escuchar algo así.

Y esto nos lleva a lo de antes: si una manera de trabajar puede dar malos resultados para la producción entonces, ¿ya podemos decir que no se debe hacer? A mí se me ocurren canciones que mezclen el estilo español ibérico con el estilo italiano, pero jamás se me ocurriría proponérselas a nadie - son formas que se quedan solo para mí. Pueden descansar los productores de música...

Ahora bien, ¿qué significa público inmaduro? ¿Es lo mismo que infantil, por ejemplo? No. Para empezar, si voy a distinguir al público infantil del inmaduro entonces tengo la obligación de tener unas reglas objetivas dentro de la filología para distinguir cuándo una obra está destinada al público infantil - de lo contrario sería como decir que las obras infantiles son solo las que se venden para el público infantil, y eso último es lo siguiente que voy a refutar.

Imaginemos que es una cuestión de prosodia: contamos Guerra y Paz a un público infantil con un tono infantil. No suena convincente, ¿verdad? Podemos recordar la escena en la que Morticia Adams se dirige a un público infantil hablando con una hermosa prosodia para contarles historias de miedo. Ciertamente la prosodia, el vender que es a un público infantil por cómo se cuenta, por los tonos, no es suficiente - parece más bien irrelevante. Es decir, primero debe ser una obra infantil, y luego hay que aplicarle la prosodia correspondiente para tu público para así vender mejor tu obra de cara a su producción.

Imaginemos que es una cuestión de corpus: aprovechamos los dibujos de La Bella y la Bestia para crear una parodia, aprovechamos las palabras para montar un circo sexual..., eso no es infantil. Se puede crear un ambiente poco infantil con las palabras que se usan para un público infantil con solo incorporar algún aspecto, algún giro... Lo vemos mucho en el porno: no necesitamos esperar que la bestia se saque el miembro para saber que esa parodia no es infantil. Hay unas formas y unos entendimientos que no es para niños. Aun así el porno vende, ojo con los que creían que la multiculturalidad era autodestructiva.

Por tanto, no es una cuestión de los términos que se usan, o sus signos, ni tampoco de los tonos, o los gestos... No es cuestión de la producción: no es cuestión de que se monte un escenario para niños o contratar actores infantiles; el contenido, además, tiene que ser para niños. Entonces, ¿cuándo un contenido es para niños?

Sencillo, hace años lo estudié y no he contemplado hasta ahora refutación alguna. De hecho, con la teoría del género único veo que sigue vigente; nada se me ha hecho incoherente, así que recapturo la fórmula.

Una obra diremos que es infantil cuando cumpla tres factores: sencillez en la gramática, en la orgánica y en la ética.

La sencillez en la orgánica creo que es el término más complejo: suelo decir que es cuando tenemos una descripción kafkiana del sistema. Leer a Kafka no es fácil, igual que tampoco lo es del todo leer "Los viajes de Gulliver", pero la estructura que presenta esa historia es kafkiana. Cuando vemos a un puercoespín rosa, gigante y que habla con una voz infantil un adulto observa una aberración compleja, pero un niño observa en esa figura una representación simplificada de la complejidad del mundo natural. Es más fácil entender el significado de un animal cuando éste habla y se comporta como un humano. Es una manera simplificada de entender el sistema de la naturaleza, como en su tiempo fue la función de la religión, de cómo emergieron mitos simplificadores, y cómo se olvidaron las motivaciones de tales ritos.

Otro elemento es la sencillez de la gramática, es un tema en apariencia más simple. Y creo que es el más simple de todos porque debemos evitar caer en la sandez de pensar que la gramática son sus palabras, o que la gramática son sus reglas. Cuidado: el que me lea debería de saber dónde se confunde el que reduce la lingüística a sus palabras o a sus reglas de producción. Para empezar distinguiremos la gramática de la lingüística como que la gramática se centra en cómo se combinarán las palabras y las excepciones a esas combinaciones. Por lo que interesa reconocer unas reglas que, según la ley Zipf, son las más frecuentes: esas combinaciones, ojo, no son las reglas de transformación de Chomsky según mis teorías, porque para mí las reglas gramaticales de Chomsky son metarreglas, es metalingüística - que otro campo dentro de la lingüística, pero que es independiente de la adquisición de la lengua. Así que yo hablo de "combinaciones naturales", reglas de adquisición frecuentes: esas son las infantiles. Ya publiqué en este blog un algoritmo que calcula el nivel de adquisibilidad que tiene un texto, y por ahí se entenderán mejor los matices.

Por último, el factor que necesita un texto para ser considerado infantil es la ausencia de complicaciones éticas: en ocasiones se dice ausencia de violencia. Pero claro, la vergüenza, la tortura, el sexo, el dolor, las guerras, las ideologías extremas..., todo eso es violencia, en cierta manera, o, al menos, complicaciones éticas. Por eso es lo más fácil de comprender que pueda ser inapropiado para ciertas edades, más allá de que no sea nada sencillo redactar un buen código deóntico para delimitar qué debe mostrarse a qué público. Esto mismo es algo que está hoy día muy vigente y que también exige un estudio pormenorizado y altamente complejo. Si alguien se ha parado a leer este post esperando a ver cómo desarrollo esa parte siento defraudarle; sin esa parte este post ya será bastante largo.

Según mis valoraciones, cuando una obra contiene las tres partes diremos que es infantil, solo dos diremos que es como más juvenil, mientras que una será familiar. Ninguna será para adultos. Ahora bien, el "family friendly" estamos acostumbrados a que sea ausente de toda clase de violencia, mientras que en los otros dos aspectos dará igual. Las novelas juveniles, como "La isla del tesoro", observamos que prefieren por regla general simplificar la gramática, junto con la ausencia de violencia; porque los jóvenes quieren saber cómo está hecho el mundo realmente. Y, por tanto, parecería que toca perfeccionar esos baremos y suponer que hay un orden de vulnerabilidad.

Por otro lado, en mi teoría del género único sí he llegado a insistir en el hecho de que cada género aparece para ayudar a concebir la madurez del sujeto dentro de su entorno: parecería que las fábulas es hasta los 7 años, los cuentos folklóricos hasta los 14 y la fantasía heroica hasta los 21. Entendiendo que las historias de miedo emergen desde los 21 hasta los 35, la esperanza de vida natural del homo sapiens.

Sin embargo, igual que no debe parecernos natural vivir hasta los 35, tampoco deberíamos de esperar hasta los 21 para escuchar una historia de miedo. Ya analicé en su momento que la historia del cerdo encantado, clásico cuento infantil alemán, en realidad tiene la estructura de un thriller. Lo cual es una mezcla apropiada, una mezcla cultural que permite hacer madurar a un niño pequeño. Sería triste que un niño descubriera que había historias que le habían negado vivir cuando era imposible que le traumatizaran.

Ese tipo de composiciones somos conscientes que es más que factible el llevarlas a cabo, y hay gente que nunca las escuchará. Por ejemplo, ¿qué diferencia hay entre una novela y un cuento? Ya dije que la diferencia entre novela y poesía era el tamaño; ahora bien, ¿pasa lo mismo con los cuentos? ¿Son los cuentos necesariamente más cortos que las novelas? Tal como lo veo es al revés: los cuentos son constructos más completos que las novelas, aunque tengan menos palabras. Es decir, un cuento se acerca más al séptimo arte, a los guiones, el teatro..., se trata de una novela interpretada. En una novela el lector se percata de la voz del narrador, y la confronta con la voz de las distintas esferas. Sin embargo, en las artes escénicas hay que incorporar la interpretación de lo que se cuenta. Dentro de su ámbito semiótico, si es para un público más adulto o infantil, cabe esperar que la interpretación esté más completa o no, que te cojan de la manita o de que tu correa esté un poco más suelta - pero un cuento, aunque tenga un formato parecido al de una novela, debe incorporar de alguna manera una pedagogía, una interpretación.

--

Así que me paro a pensar por un momento. No sé si vale tanto o no la pena algunas cosas de mostrar u ocultar. Lo que es malo para la producción puede que sea debido al modelo capitalista que lo permitiría exponer; suerte que tenemos hoy día Internet como para compartir experimentos. Me imagino el problema que podría suponer perdernos interpretaciones que realmente hubieran sido cruciales para evitar conflictos por los que hemos tenido que pasar.



viernes, 3 de junio de 2022

Un hálito de esperanza

Estos últimos días he creído que las cosas me irían mal, o que no podía esperar ninguna clase de apoyo en especial. Razón por la cual estuve criticando gestiones y asuntos varios... Sin embargo, al final, creo que le he estado sacando provecho. Hay que admitirlo: quizá pequé de pesimista. Puede que en parte no fuera para tanto. Puede que siga sin encontrar un empleo, pero la verdad es que resulta que la situación actual la veo con buenas perspectivas.

Mis conclusiones después de estos días es que puedo definir mi perfil de otra manera, además de que he podido dejar mi currículo a la vista de alguna que otra empresa. Estaría bien que consiga una sensación de estabilidad, la creencia de que puedo fiarme de que hay cierta tendencia hacia la meritocracia - de que puedo encontrar mi nicho de mercado.

Si encontrara mi estabilidad financiera - que para mi caso es simplemente económica - con eso me quedaría completamente satisfecho. Un mínimo sueldo y tirar para adelante... Dar lo mejor de mí mismo en un equipo que no te da codazos ni te da puñaladas. Si alguien quiere aspirar a más, yo le dejo pista..., si así me lo quito de encima, mejor que mejor...

Por mi parte, en vez de continuar con mis investigaciones (que ya tengo demasiadas innovaciones como para darle valor a otra más), he preferido centrarme en reciclar mis frameworks - en actualizarme. Porque sé que hay muchas empresas que, aun teniendo grandes innovaciones, no van a querer ni mirar un currículo que no encaja con su perfil corporativista; pero también es cierto que justo en ese perfil de empresa es en donde no quiero estar.

Y aún quedan otras cuestiones que puedo ir rellenando en mis ratos libres: probar a hacer el guion de una película. Más que nada, porque sospecho que si después de haber escrito un libro y haber desglosado sus técnicas internas encontré unas álgebras que encajaban mejor con los recursos literarios que montaron la obra, entonces me pregunto hasta qué punto podría encontrar otros recursos en cuanto termine el guión de una película. En el sentido de que las películas te obligan a recoger una historia y, al mismo tiempo, incorporarle una interpretación.

El juego semiótico puede ser muy intenso y ayudaría a una visión complementaria que le vengo dando a mis investigaciones de programación del lenguaje natural.

Lo ideal ideal sería que una empresa se sintiera a gusto conmigo, para que yo pueda echar raíces y seguir desarrollándome con esa nueva experiencia: la experiencia de ver el mundo como un lugar donde la sociedad podría salir adelante - en vez de tener la impresión de que ese enorme ladrillo solo está pensado para que sobrevivan unos pocos, malvivan la mayor parte, vivan en la abundancia una pequeñísima parte y se suiciden o mueran tortuosamente el resto. Me gustaría pensar que este mundo no es un infierno, no es el mismísimo Abismo gobernado por los demonios más funestos que jamás hubiéramos soñado imaginar que podían existir. Criaturas creadas por nosotros y a los que hemos programado para paliar nuestras penas o atormentar al que años atrás fue nuestro compañero de colegio.

Desde una posición de poder, ¿tendré fuerzas para provocar cambios en mi propio ámbito o me acobardaré al convertirme en alguien incapaz de gestionar mi nueva realidad? Espero que la capacidad para actuar no me lleve a la frustración por no saber por dónde empezar a actuar. Sería deprimente.

En cualquier caso, es el instinto el que me tiene que llevar por el camino correcto: el factor suerte y otras fuerzas externas azarosas, como son los inspectores de Hacienda - que deberían de ser despedidos debido a que su manera de actuar es contrario a una democracia, me animarán a mantenerme conservador con mis ahorros hasta que vea que mi dinero es mío, y no de un funcionario fascista que le haya guiñado un ojo a mi banco.

Tal vez lo primero que haga sea cambiar de banco. Pero por el momento debo centrarme en abandonar mis nuevos productos para pasar a limpiar lo que tengo.


miércoles, 1 de junio de 2022

Relato. El rey del trono de almendra

Hay historias que nunca cambian, y que están muy dentro de nosotros. Como la imagen que podríamos llegar a tener de lo que es un trono; el lugar donde se asienta el que porta la corona. El poder ostentado desde una posición única, dirigido por unos únicos intereses. En eso consiste la idea de una identidad y cómo puede ser aguantada la imagen que tenemos de lo que es la consciencia. Jamás aceptaría un mundano el ser gobernado por la nada, el vacío.

Habían levantado el trono, estaba formado por las almendras que habían caído de los almendros. Habían sido picadas y mezcladas con los huesos que aún se mantenían con forma en los osarios. También la tierra del cementerio y las cenizas conformaron una buena algamasa para mezclarla con la cal. Un trono hecho de almendras, para desterrar todos los miedos lejos y encerrados en los calabozos del castillo, en el lugar más recóndito.

Se queja el bufón de que aún no han encontrado a su rey, que han levantado un trono y se siente desesperado porque no han decidido qué hacer con tanto poder. Ciertamente, hay que ser muy bufón para que ocupe en él esa clase de desesperación. Pero es que en un momento dado dejó de ser artista para ser bufón, y no se puede ser bufón sin un ser superior al que servir.

El mago, por el contrario, siempre estuvo en un claro descontento con la construcción de ese trono. Su mirada aburrida sentía la percepción del desasosiego de muchos de los futuros súbditos. Así se hace un reino, decía el chamberlán; "y del reino la paz que viene de su justicia". Pero era una paz condicionada a los designios de una persona. El mago siempre se prestó a mediar entre los conflictos, a valerse de una ley y de acuerdos..., pero no vale con un mago, ¿qué pasa si el mago falla? "¿Y qué si el rey falla?", era el mismo problema. Pero para el chamberlán no, al rey lo pueden cambiar, porque fue elegido por no fallar a su gente.

La vívida mentira en la que se escudan los siervos del rey les permite creer ver algo que no existe y, para desesperación del mago, va siendo hora de apartarse. No pueden prescindir de quien ve el futuro, predice las cosechas, marca el calendario. Prefieren seguir la programación del chamberlán. Tutorizados por las historias de este criado fija los objetivos a seguir. Y es que el siguiente paso que van a tener que dar es el de reconocer la figura de su rey en cuanto lo vean, ¿pero cómo pretender elegir al más adecuado del trono de almendra?

El mago, en su desesperación, decide ayudarles con su mentira y propone una fiesta de máscaras donde serán invitados todos los candidatos a ser rey. Las mejores familias, mejor avenidas, y que posean tierras o castillos, podrán venir pero, con el fin de que la elección sea lo más justa posible cada cual portará una máscara con la imagen de una criatura horrible y serán presentados en falso por un heraldo propio. Ese heraldo será un criado tomado a su elección; que también tendrá que ir enmascarado, pero de una manera diferente: el candidato elegirá un disfraz que represente al día, y el criado un disfraz que represente la noche. Asímismo, ambos portarán máscaras de criaturas fantasiosas o grandiosas; ya sea feroces o inexistentes. Que denote el esfuerzo imaginativo de sus portadores.

Ningún candidato sin heraldo, y ninguno sin su máscara. Parecía una regla sencilla. Tan sencilla como que el chamberlán no dejó nada al azar: preparó las invitaciones, doce en total - ni una más. Para cada invitación estaban puestas las reglas, y la invitación del heraldo. Parecía sencillo.

Pero el mago tampoco podía dejar nada al azar, y es que igual que hay un lugar para el trono también tiene que haberlo para los calabozos. La experiencia de haber interpretado las leyes del reino le permitió comprender mucho mejor cómo funcionaban las historias que confrontaban a los individuos, que no eran sino la verdadera razón por la cual necesitaban un rey. Las oscuras motivaciones albergaban el esperar que una persona tome las riendas de la responsabilidad de elegir un rumbo, y lo que nunca admitirían es que cualquier rumbo es admisible - cuando siempre se tiene la opción de rectificar.

- Cuando tienes un rey - decía el chamberlán - las leyes se interpretan y se ejecutan con más velocidad.

- La ley del herrero - le corregía el mago - la sabe aplicar mejor el propio herrero, y la del campesino aquel que trabaja en el campo.

- No podemos permitir que gente sin educación puedan modificar nuestros registros y legajos, la ignorancia nos permite llevarlos por el camino que ellos mismos eligieron: el sometimiento.

- Poner a un títere que no es más que otra historia solo me llena de pena - le corrigió el mago - desde hace años las obras han ido dejando de inquietarme. Es como si no estuvieran hechas del material que espero de ellas. Es como si al percibir la estructura de la mente de los individuos me volviera más y más estricto en todo lo que se ve representado ante mí.

- Si tan mal estás, no nos contagies tu depresión - le dijo el chamberlán - deja que seamos capaces de buscar la felicidad por nosotros mismos.

Y, dicho esto, llegó el día en el que los doce invitados, junto a sus heraldos fueron invitados en la fiesta de disfraces. También ahí estaban los futuros sirvientes de la corte. Los disfraces, por tanto, era el uniforme oscuro del heraldo, el uniforme pomposo del miembro del castillo y el disfraz luminoso del candidato. Cada cual jugando a un rol, o contando una historia inocente sobre su procedencia. Los siervos, en virtud de la capacidad que tenga el candidato de querer jugar al juego de la corte, a la farsa que suponía ser el rey en ese trono, de ocupar una responsabilidad a partir de los azares, se sentirán más capaces con el mejor de los actores. Ya sea rey o reina, niño o anciano, atlético o patizambo. Nada importa tras la máscara, solo la actuación - el actuar como un rey.

Una historia tras otra se sucedía en la bóveda de la sala del trono, con criaturas de todas las formas y procedencias posibles. Engendros bien conformados con tentáculos horribles, descomunales criaturas con cabeza de rinoceronte cuyas formas estaban desproporcionadas, grotescos dientes de caballos relinchantes, vestidos luminosos que deslumbraban y ocultaban la silueta en imposibles...

El mago abandonó entonces la sala y el chamberlán le paró:

- ¿A dónde vas? Hay que elegir al rey.

- Aún falta uno por llegar

Y no era cierto, estaban todos: los doce. No faltaba nadie. Para cuando el chamberlán los recontó se percató de que el mago había salido corriendo de allí. Se dirigía a las mazmorras, donde aún se conservaban los restos de realidad de las leyes de ese reino. Los uniformes de los presos eran verdaderos harapos, con rostros realmente deformados con el paso del tiempo, el hambre había hecho olvidar lo que siempre fueron y su figura, la pobredumbre hacía inaceptable su presencia...

Uno de los carceleros se acercó al mago,

- ¿Qué hacéis aquí mi señor?

- ¿Me presentas a ese preso?

- Vd. mismo lo encerró.

- ¿Yo lo invité a venir aquí?

- ¿Invitar? No, señor. Es un ladrón.

Y fue de celda en celda, comprobando que había doce celdas como tenía calculado. Que las celdas eran guardadas por tres guardias, que se turnaban los cuatro turnos del día y la noche.

- Doce celdas para doce guardias.

- ¿Doce celdas? - preguntó un guardia - son trece, ¿recuerda?

El mago se dirigió a la celda y recogió un taburete de madera. Lo colocó en esa celda para luego cerrarla y dijo: "Ahí se encuentra el prisionero número trece, ¡salve al rey!" Y los tres guardias al escuchar eso admitieron la réplica y gritaron "¡Salve al rey!" Y alguien en el castillo gritó, "ya tenemos rey". Y todos se inclinaron ante el trono con la esperanza de que apareciera el rey.

Los presos, entre las risas, los alaridos y la demencia chillaban loas al nuevo rey en las mazmorras. Algunos guardias acudieron pensando que se había producido una redada, pero la magia del mago era tan poderosa que nadie quiso cuestionar el hecho incuestionable de que ahí tenía que estar pasando algo. Y todos gritaron: "¡Viva el rey!" El mago ordenó cerrar la celda y que nunca se escape a quien tienen ahí encerrado. El heraldo ha quedado sometido para que el rey no vuelva a su castillo.

Y el chamberlán, al descubrir el engaño, no quiso decir nada. Sirvió de un símbolo al portador de la corona ante la mirada atónita de todos. Una medalla al valor que sería concedida a aquel que siga las órdenes de este rey de luz y prosperidad ante el pueblo. Ese fue su regalo ante el trono; el mayor trofeo que pudiera recibir jamás un soldado. Ante este acto ceremonial todos los soldados y siervos se arrodillaron; así como acto seguido lo hicieron los invitados y sus heraldos.

Mientras el heraldo del rey siga encerrado los miedos que caigan sobre el reino no podrán gobernar el buenquehacer de sus gentes. De vez en cuando algunos fanáticos decidirán que portan el honor del rey cuando actúan como lo hacen, pero si actúan con desmesura el chamberlán les dará caza - porque fue un regalo que él mismo le otorgó al genuino rey para que se lo otorgara al oportuno.

El mago dispuso de un calendario para que los gremios se organizaran ante el rey de manera que todo cuanto se expusiera ante él no le hiciera cuestionar su palabra, la que todos tendrían que aceptar porque es lo que dice la ley. La ley del herrero, del campesino, del soldado...

Y todos temieron a ese rey. Y así fue escrito a lo largo de los eones, sin importar cuántas vidas pasaron de largo, o cuantas civilizaciones vieron terminada su realidad y sometidas al olvido.

- Maldito seas mago - le dijo en secreto el chamberlán - igual que nosotros somos presos del tiempo ahora solo hemos repetido la misma cantinela para encerrar la demencia de esta gente en un castillo. No somos mejores que lo que criticamos.

- Quizá nunca fuimos más buenos de lo que siempre hemos sido.

- El día en el que todos descubran el ridículo que hice juro que te daré muerte y tormento. Fíjate lo bueno que soy...

Realidad contra postmodernidad prácticas

Me he despertado a mi hora esta mañana con un enorme pesar: quería escribir sobre esto, pero no va a ser sencillo ¿Quién dice que seré capaz de sintetizar todas las ideas de manera ordenada para exponer todo lo que tengo en mente?

Empezaré en el orden cronológico que me dió esta mañana...

Hace unos días tuve, junto con otros tantos usuarios, una entrevista virtual con una empresa que se dedica a hacer auditorías. Ese mismo día decidí, tras la entrevista, postularme - pero entonces descubrí que yo no tenía el perfil..., así que me postulé de manera genérica y recibí un correo de respuesta agradeciéndome mi oferta pero que, efectivamente, lo que ofertaba no les interesaba en ese momento. Ok, pero este post no va de ofertas.

El asunto es que en esa entrevista el director encargado propuso un caso práctico, un ejercicio mental. Así, frente a un dilema, podrían los usuarios virtuales ser partícipes y mostrar su valía... Vamos a ver si me expreso correctamente...

Éramos, junto con el conferenciante, y me supongo que la conferencia estará grabada, unos cinco o seis postulantes. Pero solo activamos el micrófono dos personas. De hecho, por las razones que detallaré más adelante, la otra persona no tuvo más remedio que repetir lo mismo que decía yo. A penas tuvo margen... Pero no porque no se lo permitiera, sino porque sorprendentemente, dentro de mi ámbito, yo tenía razón - dentro de mi sinrazón. Pero éste no es un post para justificar mis errores.

La propuesta que se dio fue una transformación secreta del accidente del Challenger, cuando el trasbordador espacial explotó. El error (que probablemente) cometió el conferenciante es que creyó que estaba entrevistando a cosmopolitas modernos, y no a postmodernos. Mi compañera, que me repetía, creo que era auténtica - no era una plagiadora, incluso llegó a replicarme para tener una oportunidad. De hecho, lo que me gustó de ella era que no era postmoderna. Ahora bien, ¿por qué nadie participó salvo nosotros?

La cosa es simple: el dilema tenía una dialéctica donde seguro que todo acababa mal ¿De qué sirve montar un dilema si luego no puedes decir que el que se arriesgó salió perdiendo? Lo maravilloso de todo esto es que YO LO SABÍA, y aún así di la respuesta incorrecta. Pero no porque no me quisiera postular, sino porque quería entrar en el juego - arriesgarme.

Es cierto que en ocasiones es más adecuado parecer un tonto antes que demostrarlo, y ése es un principio Fundamental en la postmodernidad. Sin embargo el dilema era justamente sobre esto, y solo sobre esto: una carrera de motos, un motor que en ocasiones fallaba y dos puntos de vista que se contraponían. A partir de los datos presentados teníamos un proyecto millonario que empujaba hacia adelante, y solo un mecánico que cuestionaba la continuación sin haber demostrado (desde mi punto de vista) sus resultados. 

Era un buen dilema. Pero cualquiera que sepa dialéctica entiende que en esa conferencia tiene más fuerza elegir un dilema que acabe mal y, por tanto, todos los postmodernos debíamos saber que la intención era acabar con un epílogo impactante - aunque ninguno supiéramos que se trataba del trasbordador espacial. Por eso prefirieron no abrir la boca: porque todos se dieron cuenta de que los datos apuntaban a continuar el proyecto, arriesgarse, avanzar... "No hemos llegado hasta aquí para luego dejarlo todo", decía yo..., y poco a poco se me quebraba la voz porque sabía que él me iba a dar un giro. Aunque, claro, lo más gracioso es que es imposible que yo pueda demostrar que sabía que el tipo de dialéctica debía acabar mal. Más bien, si esa empresa leyera este post consideraría estas reflexiones más como un berrinche, una manera de ganar de alguna forma..., pero no me importa. Me sirve muy bien para explicar lo que es la postmodernidad.

El asunto es que no lo veía; sabía que me iba a dar un quiebro, pero no sabía por dónde. El director fue dando pistas, para que los dos únicos con valor de pronunciarse al menos tuvieran la oportunidad de darse cuenta del error. Pero no pillaba las pistas - seguía sin verlo. Eran muchos datos, y no había ninguna razón por la cual un mecánico suelto tuviera más fuerza que todos los implicados en el proyecto. Y, claro, los datos estaban ahí: ¿qué combinación había que aplicar en su interpretación de matemática aplicada en ese momento para descubrir la frase mágica?

Efectivamente, era un problema de foto pequeña y foto grande; más en concreto ya expuse un post en este blog relativo al F1-score, y si lo hubiera tenido más fresco podría haberlo mencionado. Es el problema de asistir a una conferencia sin haber investigado previamente al conferenciante. Si hubiera investigado al conferenciante probablemente le habría dejado de piedra - pero entonces no estaría escribiendo este post. Simplemente le habría parecido brillante, pero nada más; dudo que eso me garantizara un puesto de trabajo.

Al investigar la empresa para postularme comprobé que, efectivamente, estaban buscando expertos en motores; gente que fuera capaz de auditar, posiblemente, para carreras de motos. Es decir, un postmoderno puede tener una conversación de lata basada en la estadística, y ofrecer una manera brillante de defender su postura - pero lo ideal habría sido encontrar a alguien que hable de carburantes, cilindradas y cosas de esas... En cierta manera me alegro de no haber entrado en el juego. Fue un alivio. Lo que pasa es que no había nadie que fuera realmente experto en "motos".

Básicamente esa es la diferencia entre realidad y postmodernidad: la gente no trabaja, hace como que trabaja. Se virtualiza el trabajo, lo cual no permite constituir una realidad. Y los que no viven la realidad se mueven como en agua de borrajas. 

Esos señores acorbatados fingen ser expertos en unas cosas o en otras, cuando en realidad lo que sucede es que han capturado de manera artificiosa el lenguaje del experto. Como si fueran máquinas han correlacionado resultados con decisiones, y la postmodernidad ha convertido al profesional en un sujeto que debe aspirar a pensar como una máquina.

--

Creo que me he dejado el 99% de las cosas que tenía pensadas en el tintero. No he mencionado Byung Chul Han, no he contradecido a Bauver..., cuando las piensas a primera hora de mañana todo confluye mejor. Bueno, si vuelve a emerger, lo pondré por escrito.







martes, 31 de mayo de 2022

Algo malo tiene que estar pasando

Llevo siete años siendo distribuidor oficial de Lebara; he tenido mis rifirafes con esa compañía, y he vivido cómo ha estado fusionándose con Lyca, Llamayá y ahora Más Móvil. Ha sido una sorpresa, pero hoy al abrir la aplicación he descubierto que no tenía acceso. Cuando llamé me dijeron que ayer me habían cancelado la distribución. Así, sin previo aviso.

¿Qué sentido tiene todo eso? Siete años y ni un santo aviso de que, por ejemplo, no cumplía las cuotas. 

Es una auténtica locura: ni un correo, ni una llamada, nada. Al menos una aclaración. Nada de nada ¿Es así como hacen negocios? ¿Es esa la idea de firmar contratos? Yo también tengo mis proyectos, hablo con mis clientes para que activen unos productos u otros... Es terriblemente absurdo cómo tratan a los distribuidores. 

La última vez que hablé con el comercial me dijo que iba a darme unas nuevas tarjetas para poder activar Más Móvil; unos días después descubro que hace lo contrario: cancelarme directamente.

He tenido que llamarle y ha fingido que no sabía nada; que ya me llamaría. No me llamó para aclararme nada ¿Para qué el decirme que ya me llamaría? Al final le llamo de nuevo después de varias horas y me dice que es porque no cumplí unas cuotas - que muchos establecimientos se habían quedado fuera.

¿Y no podía habérmelo comunicado por lo menos?

Me parece triste cómo desprecian a la gente. Y, en el fondo, no me han hecho ninguna clase de daño moral: siempre me he visto fuera, así que no pasa nada. Pero, ¿y todas esas tonterías de motivar o incentivar las ventas? ¿Es que nunca se lo creían? Toda esta gente siempre dificultó la tarea de una buena distribución al no homogeneizar los servicios, pero claro..., ¿qué sabrá un distribuidor que se tiene que patear el discutir los asuntos con los clientes cara a cara?

Se me hace evidente de que las personas que ocupan posiciones intermedias en las compañías poco a poco volverán a traer la siguiente crisis - en esta ocasión sobre las telecomunicaciones. Y es que no han parado en estos 7 años de hacer muchos movimientos y, como resultado, se ponen a echar "lastre"... No es inteligente: son muestras de que algo huele mal...

Y lo que huele mal, con forma de semiconductor..., creo que están haciendo una criba en virtud de la nueva realidad que están viviendo los fabricantes. Y si está afectando a la capacidad que tienen las empresas para ponerse a correr, eso es que se les está parando el corazón. Cuidadito, porque en esta carrera de fondo..., el que se rezaga se queda fuera: es así como funciona el capitalismo, o haces consumir o te consumes. Y no podemos hacer consumir mientras se congela el dinero en manos de unos pocos habiendo cada vez más superpoblación - además de la crisis ecológica. 

El modelo empieza a echar espulmarajos por la boca.

domingo, 29 de mayo de 2022

La respuesta ingenierilmente más tóxica posible

Esta mañana me he vuelto a quedar con una sensación de ira reprimida extrema. Una percepción de la realidad que me ha obligado a no recordar que necesitaría suplirme de un buen zumo y bebida para terminar el día. Así que tendré que comprarlo a lo largo del día.

De manera ingenieril, un sujeto anónimo ha buscado la manera más tóxica posible de intentar refutar mis aportaciones sobre NP Vs P. Se ha buscado la manera de que se pueda frenar a toda costa la verdad del hallazgo mediante una exposición de medias verdades; por supuesto protegidas por los administradores de la logística que usamos para discutir. Algo me dice que si expongo con una realidad supina lo tóxico que es el usuario anónimo de turno entonces directamente me borrarán la conversación (como ya me ha pasado en otras ocasiones).

De una forma o de otra tiene que parecer que el tóxico tiene la última palabra.

Y yo me pregunto: si por hacer la sociedad el papel de no averiguar las cosas por sí misma esto provoca su propia autodestrucción a través de la idiocracia entonces, ¿podría compensar ser testigo de su propia aniquilación todo el daño que se me ha estado haciendo? Ya a estas alturas, lo que antes me habría pasado por la mente como horrible e impensable, ahora lo veo como que me da exactamente igual.

¿Y si te conceden alguna medalla o premio o reconocimiento? Esos que han tardado tanto en percatarse, que han gustado de intoxicar y tragarse las toxicidades ¿Acaso tendría valor el reconocimiento? ¿No tendría en ti una ligera sospecha de que a otro le están haciendo lo mismo? ¿Qué valor tendría esa medalla? Sería como el símbolo amarillo de mi novela: una medalla sin valor que habla del valor del individuo, que se transmite por herencia, por amistad... ¿Qué mérito tiene ese traspaso?

Cuando observamos ese individuo inexistente que es el ideal que se mantiene, como un mito, para convertirme en "Héroe de leyenda". Como en la canción de "Héroes del Silencio". Parece como divertido ir siempre contra el mismo: lo que hacen algunos por los motivos que sean lo replicamos a nuestra manera en nuestro ámbito. Se convierte en un proceso como ritualístico. Pero, por encima de todo, en un castigo inmerecido: en una manera que tienen algunos de divertirse.

Presento una demostración de que NP y P no son iguales bajo una máquina que sea independiente de la entrada. Incorporo el resultado de que si la máquina es dependiente del resultado en algún sentido entonces se podría contabilizar el número de casos de un NP (#P) en tiempo polinomial. Y presento la construcción de ese manual. A esa manera de construir el manual lo considero un formalismo, y nos da un resultado complementario a decir que la máquina es independiente de la entrada (constructivismo).

Mis explicaciones son terriblemente simples: como para devolver una respuesta simple, pues las demostraciones no ocupan más que unas pocas líneas. Incluso tengo varias demostraciones cuyos resultados no entran en contradicción. Tan simple como responder sí o no. Y, en vez de eso: los pares se interbloquean constradiciéndose entre ellos (A: dice X pero no Y, B: dice Y pero no X) o simplemente manifestando aberraciones que cualquiera que no sepa informática leería fácilmente que son falsas (la expresión "cualquiera que no sepa informática" hace alusión a un juez, por ejemplo, lo que quiere decir que si alguien lee que me refiero a un "pardillo" al que estafar como me pasó con Llorentç y me echa en cara su malicia entonces es para pensar que estoy tratando con estafadores).

No harto con lo que veo, aún avanzo en mis resultados y presento un solver; lo cual es independiente de la demostración. El solver de SAT, como no pude demostrar que se resolvía en tiempo polinomial se me ocurrió demostrarlo con otro solver más lento. Es decir, refutar ese solver lento no invalida el documento, solo la creencia de que SAT está en P desde un punto de vista constructivista. Sin embargo, aparece un usuario que cree encontrar una refutación del solver rápido, para luego decir que eso invalida el solver lento (lo cual él sabe que es mentira) y genera la impresión de que también invalida mis demostraciones sobre P y NP - lo cual es radicalmente estúpido (lo siguiente a falaz, a la altura de un perfecto imbécil indocumentado).

Y claro, tras tener esa conversación con ese farsante luego me borran la conversación por haberlo expuesto. Por lo que se genera un estado de..., duda ¿Duda? Rabia, diría yo. Asquerosidad. A mí no me infunde duda.

La refutación, por otro lado, supone un compromiso nuevo que demuestra que el algoritmo "rápido" solo funciona así de rápido en un 99% de las veces; y que en un porcentaje muy pequeño funcionaría más lento. Para aquellos que estén familiarizados con el mundo P saben que si las excepciones no superan al logaritmo del tamaño de la entrada estudiada hasta ese punto entonces no suponen una contradicción al teorema. Lo curioso es que ni siquiera contradice el teorema, más bien contradiría al solver rápido, que no tiene teorema. Pero es más, es aún más vanal si cabe: al usar la librería que propongo donde falla es al usar un método - y esto es como decir que si no usas ese método en realidad puedes comprobar que todo estructuralmente funciona a la perfección. Es decir: el fallo excepcional es que te dice que hay solución donde no la hay; y cuando preguntas por ella la librería te devuelve una excepción. Pues bien, queda poco elegante, de acuerdo..., pero una excepción es un resultado: significa que no ha encontrado solución. No hay verdadera contradicción, falla un método, es coyuntural.

Y aún así, ¿por qué no copió y pegó su contradicción y me la mandó por correo? En su momento recibí un correo lleno de pretensiones y absurdos, de un sujeto que no era capaz de articular palabras con sentido. Le respondí y entre sus pretensiones aún intentaba intoxicarme con sus insultos. Obviamente eso no es nada bueno de mantener ¿A santo de qué tienen esa clase de comportamiento conmigo? ¿Qué les impulsa a actuar con tanto odio y deseo de destrucción contra mi persona?

Por eso el usuario buscó fingir que toda la documentación y los resultados eran falsos, cuando en realidad había dado con una refutación coyuntural que no estaba ni a la altura de refutar los métodos que propuse en mi primer libro "Satisfiabilidad lógica resuelta", donde exponía que en ocasiones hay que hacer un backtracking virtual - que significa que hay que probar a convertir un cero en un uno, testear a ver si se rompe todo y luego volver al estado anterior. Eso no genera backtracking porque la altura del salto es constante. Pero como ciertos sujetos quieren fingir que han refutado mi algoritmo entonces llegan a decir mentiras constatables como que mi solver funciona lento o que no innova: la cosa es que los demás solvers, que funcionan más rápido, son los que no pueden ofrecer más del 75% de la fiabilidad y, encima, ya los he implementado y explicado en el libro que ya he citado. Se fundamentan en el patrón Observer, que expliqué en su momento - no tienen ningún misterio y, en comparación con mi tecnología, TODOS SON UNA ESTAFA. Eso sí, en comparación - no digo que no tengan su trabajo y su utilidad.

Por eso me cabrea. Y, por otra lado, me consuela: porque lo puedo poner todo junto por escrito. Y he sido un tonto: porque podría haberlo puesto antes por escrito y así quedarme tranquilo.

Los pares, en vez de ayudarme a mejorar mis solvers para poder ofrecer los mejores productos a disposición de todos y publicar cuáles son los protocolos de seguridad más seguros que existen (porque eso es una de los corolarios que se deduce de mi documentación), prefieren jugar al juego del corporativismo y la protección de los inútiles. 

Mis últimos intentos de publicar, que ya he desistido prácticamente, fue en lo referente a anular los trabajos de Cook, Fajin, etc... Toda esa maraña de pretensiones sobre la "completitud" dentro del campo de la ingeniería informática. Se notaba que eran matemáticos, todo formalismos y truquitos..., nada compatible con la ingeniería, ni con la lógica. Así que puse mis refutaciones por ahí, en un documento; junto con unas tesis sobre cómo conseguir solvers rapiditos que ayudan a satisfacer fórmulas booleanas con algoritmos casi manuales.

¿Y qué problema tenían en Nature? ¿No podían decir sí o no? Todavía se leía algún artículo en donde sí se definían ¿Y conmigo no? Aún se las dan de que me habían hecho un favor al dejar el artículo en una posición intermedia de publicarse: ni sí ni no. 

Yo les escupo a la cara. 

 

Cobardes y Traidores.

--

Me he llegado a plantear iniciar una denuncia por lo mercantil. Si no fuera porque no tengo ninguna confianza en que se quiera reconocer el daño a mi imagen, o el aprovechamiento de un producto que existe y que comparto abiertamente en la red. Sé que esto en una democracia sería motivos suficientes como para que un señor pierda su cátedra y un editor su derecho a mantener la línea editorial del journal. Pero no puedo esperar que se comprenda lo que es una democracia cuando mi impresión generalizada es que a la gente lo que le gusta es ser comandada por un dictador que han elegido previa y libremente.

Me queda la sensación de que puedo decirle a quien me pregunte que lea este documento para que se haga una idea... Y luego el hecho consumado de que puedo resolver problemas que habrían abaratado la creación de vacunas, como demostré en otro artículo mediante el modelo de la asignación cuadrática. Pero sin clientes no hay problemas, sin problemas no hay soluciones brillantes y, sin soluciones brillantes nadie considerará el hecho consumado de que he resuelto tales problemas.

Salir del bucle publicando una API..., una tecnología accesible... No sé. El problema también es que cada vez que hago algo otro agente tóxico inventa una nueva manera de esconder lo que debería de hacerse público y, entonces, vuelven de nuevo las plagas y los problemas porque esto es algo que revienta a todo el que sabe de ello.

Por cada jugarreta que se inventan conmigo, siempre hay unos cuantos que pierden la fe en esa gente..., esto es un sindios, un infierno continuo lleno de luchas donde no hay buenos y malos. Tan solo mediocridad continua que tiende a la autodestrucción.



Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares