La mejor manera de revelarse ante una población de indígenas es presentarse con una fachada educada y sólida llena de regalos o muestras de enorme tecnología. Y, por otro lado, la mejor manera de revelarse ante una población culturalizada bajo esquemas de una laicidad débil es refortaleciendo su calidad escéptica antes de exponerse.
La paraufología es una ciencia que estudia cómo el testigo condiciona con su cultura dogmática lo que no puede explicarse con la ciencia, lo que no puede identificarse. Si vemos un coche sin una matrícula eso no puede ser un OVNI, ni tampoco un OTNI. Es cuando vemos un objeto que, volando o no - poco importa, tiene comportamientos en su movimiento, en su forma, etc..., que lo hacen fuera de lo común.
Hoy día, con los bots voladores se debería de decir que se observan menos OVNIs, por la sencilla razón de que es más probable que sea un artefacto sin identificar - pero nada fuera de lo normal.
La cosa en sí es que la paraufología bien podría considerar la aparición de religiones u otra clase de dogmas asociado con los sucesos inexplicables en los cielos. Y es que poco importa clasificar el encuentro en cómo llegan a interactuar con los testigos si no conseguimos etiquetar el encuentro dentro de su quid prodes. Es decir, el objeto es ¿alimentar dogmas, infundir el miedo, explorar la zona, probar una patente, etc...?
Entiendo que si de por sí la propia paraufología estudia algo tan complejo como la reacción del testigo para ponerlo en entredicho, difícilmente se va a preocupar de estudiar el quid prodes; aunque no seré yo quien se las dé de entendido en estos temas: por eso no entraré a hacer juicios de valor sobre los autores e investigadores.
La razón por la cual quería centrar en este sentido el debate es porque bien podría clasificarse el encuentro con los nativos de cuatro maneras: para fomentar cuatro tipos de relaciones dogmáticas, dependiendo del modo en el que se vinculan con el testigo y permiten que éste se quede con unas u otras impresiones. Donde la relación menos extrecha generaría un dogma más milenial y la más extrecha permitiría constituir un personaje de ficción al más puro estilo del cristianismo.
Una vez aparecido en el mundo civilizado la aportación del testigo, como si fuera un catalizador usado por los químicos, servirá para que la civilización active a los pares y su escepticismo y, de esta manera, en cuanto aparezcan los que se quieren revelar los mismos escépticos no podrán valerse de su argumentario - y callarán.
Un ataque en pinza de lo más básico por el que ya hemos pasado: inicialmente hubo un accidente, o eso tengo entendido, en Nuevo México. Entonces aparecen testigos que se pasan de rosca y, contra estos, los escépticos se definen usando unos argumentos sólidos. Un tiempo después, un día antes de mi nacimiento, la BBC recibe una señal de esa civilización extraña - para lo cual hay una respuesta clara: serán unos estudiantes bromistas. A día de hoy no se ha localizado a tales bromistas. Es la broma más absurda de la historia, y contradice el argumento del quid prodes.
Como al parecer el mensaje no pudo afrontar los pares escépticos de manera que se pudiera corroborar que se contradecían eso sólo podía significar dos cosas:
a) La gente no entendió porqué los escépticos se contradecían o decían cosas irrelevantes.
b) No fue lo suficientemente impactante los sucesos a catalizar mediante los "testigos desechables"
La resolución que probablemente se adoptó fue potenciar el número de encuentros o, quizá, dar más muestras de hechos que ilustren lo irrelevante de la opinión escéptica. Sin embargo, como todo buen estudio paraufológico, siempre tendrían que operar dentro de unos márgenes psico-sociales: porque si algo pudiera ser demasiado revelador entonces estaríamos ante otro hito a estudiar.
Personalmente, con lo poco documentado que estoy al respecto, no sé si desde mi nacimiento la tercera civilización ha pretendido llevar a cabo alguna clase de hito de revelación, pero es innegable de que, poco a poco, en estos últimos años se está apuntando a nuevas formas. Sea como fuere, desde mi más modesta y humilde opinión, la estafa del COVID me demuestra que aún la sociedad está colmada de gilipollas (excepto en Alemania y otros pocos países): ha sido esperar a que suceda un problema de envergadura para que automáticamente el estado promulgue leyes tiránicas.
Y sí, hablo de tiranía, hablo del final de Juego de Tronos. Bien pudo haber sido otro final, uno que la gente hubiera entendido mejor. Pero se eligió ese, y ese final habla de cómo una persona se puede convertir en tirana y cómo puede ser seguida por su pueblo guerrero sin pestañear; al sentirse afín a la muerte de su mejor amiga.
El poder entiende de amigos, la democracia no. El poder entiende de amigos, la ciencia no. Aquellos que pueden, pueden volverse tiranos - y la gente se lo permite. Un juez puede enclaustrar una localidad entera, aun no habiendo fundamentos jurídicos que lo sostenga - pero los poderes fácticos le seguirán, sin estudiar bajo la completa rigurosidad de unos pares correctamente escépticos si es lícita una orden así.
De la misma manera, un alcalde puede obligar a un asistente en su pleno a apagar la cámara. Puede hacerlo, lo que SIEMPRE será ilegal. Pero puede hacerlo, porque las autoridades le seguirán el juego; se lo consienten. Ése es el nacimiento de la tiranía y, por no disentir, la democracia puede tornarse a una dictadura..., la ciencia puede convertirse en puro dogma y, claro, la cultura..., desaparece. O desaparece o se hace inocua y sin ningún valor, al convertirse en meros chovinismos y memes por el estilo.
Algo así me está pasando a mí personalmente con mi tecnología. Aún no he recibido un correo electrónico de una persona que sea capaz de decirme algo que sí sea inteligente. Y hablo muy, pero que muy en serio. Y por inteligente me refiero a que o me cuestione mi tecnología o, simplemente, me lo agradezca sin más. Porque es inteligente darse cuenta de que si esa tecnología es cierta es innegable que estaré siendo ninguneado y si el que me manda el correo no tiene poder o ganas, pues al menos que me dé las gracias...
Pero da la casualidad de que los correos que he recibido han sido hasta ahora de gente o muy oscura y, por tanto sospechosa, o muy vaga a la hora de hacer comprobaciones básicas. Y eso también es sospechoso. Ya no digo la de payasos que me exponían absurdeces como si fueran importantes: cuando intentas pillar a un experto en lógica es más que probable que seas tú el que no tenga el nivel, por tanto hay que ser un pelín humildes. Se trata de sentido común.
Y en este sentido hay consenso internacional. Razón por la cual no creo en la sociedad actual - me consta de que no podría asumir la existencia de una superpotencia trascendente: los terceros. Así que de Agosto pasaremos a Septiembre. De Septiembre a Noviembre, Diciembre...
Y yo pensando: ¿y si soy yo el que revela mi tecnología mediante una campaña publicitaria que me deje sin pasta? ¿Sería boicoteado por los envidiosos? Sin evidencias de un mercado, un público..., es como echar margaritas a los cerdos. No tengo ninguna ratio o indicador que me induzca a pensar que el negocio tendría sentido: desconozco al 100% mi poder de convocatoria.
Y esta es la clase de cosas que me vuelve a echar para atrás. Si ahora me da por diseñar una estructura capaz de generar un léxico, o algo por el estilo, ¿entonces qué? Si el producto es demasiado bueno no será ni apreciado.
Hoy mismo acabo de responder a un correo que me acaba de llegar de alguien que me ha hecho una pregunta sobre mi tema. Y el caso es que si hiciéramos analogías: supongamos que Einstein estuviera a la espera de que le acepten su teoría de la relatividad y, entonces, alguien se le acerca y le pregunta que cómo es posible que calcule la velocidad de la luz desde dos puntos con el mismo cálculo, que eso contradice la cinemática más básica, y le enseña fórmulas de cinemática que yo habría estudiado en EGB... "Pero muchacho, ¿es que no entiendes lo que es un postulado?"
La gente no lo entiende. Pero se las dan de ofendidos cuando se lo explicas - es como si te hubieran "pillado".
Relevancia no es lo mismo que coherencia. Es lógica básica. Los aspectos que no se pueden explicar se dejan en el cajón de lo irrelevante para el escéptico, pero sigue siendo interesante para el heterodoxo. Malo es que el heterodoxo se dirija a un filósofo científico como si él tuviera la ortodoxia del lenguaje, como si estuviera falsando afirmaciones. Cuando en realidad lo único que demuestra es que no es capaz de ponerse a discutir sobre el tema.
Me gustaría encontrarme buenos pares que me respondan cosas que aspiren a más de meras sandeces. Lo digo muy en serio: la única crítica aprovechable que he leído ha sido que mi inglés no es bueno. De ahí en adelante, pura bazofia o ni eso; más bien una vergüenza que expone al jefe de la editorial.
Con razón la ciencia no es tomada en serio.