viernes, 14 de mayo de 2021

Deep Microsoft es muy imaginativo a la hora de joderte

 Pues nada, que si tengo un gusano, que si me están jodiendo el equipo, que si lo dejan inestable.


Es imposible trabajar con estos sistemas operativos que no te dan la opción de controlar lo que entra o lo que sale. Los programas maliciosos entran y salen como Pedro por su casa, pero lo normal es pensar que esto es así porque alguien con privilegios se lo permite: si ni yo mismo puedo controlar mi máquina, ¿quién si no es el único responsable?

A medida que intentan hacer daño constantemente lo único que consiguen es alimentar a su propio ego; y con el tiempo ese mismo ego alimentado y del que no es posible dar con el feedback adecuado será el germen de un cúmulo de desdichas para los que se ubican en esa posición tan tóxica.


Algún día Europa podrá controlar a sus sistemas de información.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Ya tengo la estructura pero no la razón

Tengo los teoremas, el código preparado, unas referencias bibliográficas..., aunque siempre me quedará la sensación de que algún par vaya de listillo y diga que mi literatura algebraica no es válida para demostrar lo que digo. Peor aún, no es que ese sea el problema - porque nunca me han llegado a decir eso (salvo en mi primera demostración donde evito la teoría de grafos, y el par soltó un "no entiendo por qué..." para aseverar que no le valían mis pasos) el verdadero asunto es que soltarán soflamas varias con tal de que una persona sin referencias pueda publicar en un journal de prestigio.

La cosa es que puedo gastarme un dineral en traducirlo al inglés, sí ¿Y luego? Luego me vendrán y dirán que no quieren publicarlo igualmente porque son así de perros. Excusas varias: que si no es nuestra problemática, que si eso que explicas es exactamente lo contrario, etc...

La verdad es que tengo ganas de redactar este ensayo, el cual es de un nivel de apoteosis que hasta ahora no me había ni imaginado - además de que podría servir para el resto de las ciencias para entender mejor la mecánica cuántica (si no estoy en un error), que ya no me importa gastarme lo necesario sólo para recochinearles en la cara lo que han tenido delante sin excusa posible. 

Pero sea como sea, lo normal será buscar un journal que sí sea serio. Estoy de los estadounidenses y su egocentrismo imperial asquerosamente supremacista hasta el gorro. Casualmente cuando un sudamericano se pone a acosarme con sus disquisiciones por lo menos se le nota la humildad, aun dentro de la sicosis de la que no consigo sacarle. Pero un estadounidense no sé lo que pasa que, nada más descubrir que no está a la altura, empieza a insultarte y pasa de 0 a 100: una bipolaridad apabullante.

Con esta teoría tengo tres maneras de "observar", con sus tres álgebras diferentes. Pero aún no sé qué hacer con su digitalización, ni tampoco sé a quién dirigir la tecnología. De algo estoy seguro, ya lo he intentado a medios de comunicación e instituciones españolas: esperar una respuesta coherente con la inteligencia, como que no ¿Es posible que en España ningún par se atreva a decir "sí" porque se autoconsidere un intruso? Si es así prefiero buscar un país con mentalidad para saber decir que "sí" cuando corresponde decir "sí".

Un país que no sabe decir "sí" ante una oportunidad diré una cosa clara: NO ES NACIÓN imperial. No es un lugar donde la gente prosperará, no es un lugar donde habrá meritocracia y emergerán ciudades como Shenzhen. Necesitamos entidades locales con capacidad de crecimiento sin techos de cristal impuestos por motivos políticos. Está claro que debo escaparme del gulag de Cartagena del que nunca he sido responsable de que me destinaran aquí.

En una nación imperial, con una dialéctica de imperios, es factible hablar de gulags, pero sin igualdad de oportunidades, existiendo castas, o sin una defensa básica de lo material (una renta básica) es imposible creer que puedan emerger los más grandes proyectos por encima de cualquier barrera humana.

Con cualquiera que me cruce en esta ciudad va a ser para ponerme impedimentos. Es asqueroso, pero me consta. Necesito un destinatario de esta maquinaria que, supuestamente, está sobradamente premiada; pero claro, quienes lo premian son los mayores farsantes de la historia: cada vez que supero la barrera que se habían marcado vuelven a mover el listón para que sea más difícil. Y tan pronto lo vuelvo a superar lo vuelven a mover: en esa universidad son unos completos hijos de puta; vamos, que no van a soltar la pasta. Para que te fíes de un puto estadounidense.

Pero da igual, esté premiado o no lo que haré será demostrar que son unos farsantes. Sólo tengo que remover las circunstancias para hacer evidente lo que tengo constatado desde hace más de diez años. Sólo que esta vez lo puedo marcar a fuego..., podría probar a crear un producto final, pero no sé... Sigo sin ver las cosas claras: si soy demasiado contundente puede que acabe mal.

Ya veremos cómo lo enfoco, sigo en el mismo bucle.


lunes, 10 de mayo de 2021

Sobrepasar la normalidad antes de abordar la excepcionalidad

Todos tenemos nuestros fallitos, como pequeños vicios y defectos de fábrica que nos impiden ser como cualquier otro. Las circunstancias de la vida, además, nos ha impedido descubrir cuáles son las inversiones más adecuadas que debemos hacer a nuestro tiempo: esto es, si debemos gastarlo leyendo una u otra cosa, si debemos capitalizarlo según las reglas establecidas de una o tal manera, etc... Si el sistema fuera principalmente meritocrático entonces tendríamos una ligera idea de hacia dónde dirigir nuestras inversiones.

Pero claro, no lo es.

Nos podemos encontrar casinos, que son empresas pensadas para que te gastes en ellos tu dinero a cambio de diversión, que te venden que son una forma de ganar dinero. Y te puedes encontrar posibles colegas que, al no haber terminado de salir del huevo, se ven encandilados por esos casinos. No es lo mismo trabajar en un casino que ser usuario del casino o, peor aún, cliente del casino. Hay que tener cuidado con las inversiones y el modo de vida que se tiene.

Lo digo porque me he parado a pensar: hay dos tipos de países, están los tecnológicamente autóctonos y los tecnológicamente dependientes. Están los países con industria propia, y los que dependen de la industria extranjera. España es un país dependiente, y China es independiente. En EEUU me desprecian, pero en el imperio chino, ¿tendría una oportunidad?

Cuando se intentó hace más de una década crear un parque tecnológico en Fuente Álamo, a pocos kilómetros de mi casa, yo también quise creer en la oportunidad para el desarrollo de algo tangible y nuevo, de ir por cuenta propia. Pero Shenzhen no es Fuente Álamo: en Shenzhen podías encontrarte tiendas donde te venden microchips para que puedas diseñar tu propia máquina, podías crearte tu propio ordenador por piezas - y diseñar tus ranuras de superescalar... 

Recuerdo cuando fui a una tienda en Cartagena y pregunté por la compra de unas puertas lógicas para empezar a practicar la electrónica (y bien que pudo haberme vendido un entrenador electrónico), entonces tendría 19 años y estaba ilusionado por poder fabricarme mi propia calculadora. Entonces ese viejo empezó a hablarme con un enorme desprecio haciéndose el sueco, diciéndome que lo primero que tenía que hacer era leerme unos libros... Yo no tenía ningún problema con leerme libros, si el objeto es documentarse, pero ese señor lo que quería era hacerme perder el tiempo - eso era evidente. Me sentí profundamente ofendido, reprendido... Cuando se lo comenté a mi profesor éste casi que disculpó la actitud asquerosa del vendedor: ¿qué había pasado ahí? Que en España no tenemos un entorno compatible con el carácter autóctono. Se protegen las estructuras gremiales, no puedes dedicarte a algo más de lo que hayas estudiado - porque si lo haces algunos se sentirán ofendidos. Un estudiante de informática no está autorizado a experimentar con componentes electrónicos... Bueno, pero en países como China o EEUU sí. Y en la Japón revolucionaria pudieron saltarse algunas normas antes de empezar a crear transistores. Y esas normas, tras haber yo estudiado electricidad e informática, sé que son estupideces soberanas - ahora lo sé con conocimiento de causa.

Lo que falla en los parques tecnológicos españoles no sólo es la actitud corporativista de defender la titulitis, sino que es incluso peor: los propios empresarios no se fían de los que ofrecen soluciones porque el mercado laboral está lleno de intrusistas. Hay mucha gente que asegura ser capaz de hacer lo que no es capaz de hacer y, si le pillan con el carrito de los helados, no se les puede reclamar la mentira con la que entraron a trabajar.

Todavía recuerdo cómo una compañera traidora se puso a acusarme a mí de haber entrado a trabajar tras engordar mi currículo. Desde mi punto de vista esa no sólo sería una buena razón de despido, sino que además lanzar esas acusaciones a grito pelado en el despacho sin fundamento también podría serlo. Hay comportamientos que son incompatibles con el trabajo profesional en una oficina - y es en las oficinas donde supuestamente se llevan a cabo las innovaciones. Y desgraciadamente he trabajado en oficinas donde los compañeros saboteaban los trabajos de los compañeros, o se apoyaban y trepaban a partir de lo que hacían los demás. En este sentido también he sido víctima de tales comportamientos... 

Visto lo visto, ¿cómo se puede crear un entorno de trabajo orientado a la innovación en España? Para empezar no tenemos ni los empresarios, ni los trabajadores, ni los proveedores, ni el espíritu educativo. Sin ir más lejos, ¿acaso se me olvida de que en la universidad cuando un profesor se ve acorralado por falta de ideas éste se alza violento y hay que llamar a la policía? Habiendo denuncias luego está el juez que, además, disculpa al violento dentro del espíritu de la transición socialdemócrata propuesta por la UGT: el sistema vertedero, por el cual el funcionario siempre será disculpado y el empresario vivirá en un caos burocrático hasta conseguir un paraíso donde todas empresas sean sin afán de lucro.

Obviamente España necesita una revolución cultural de aúpa, o poco a poco se autoconsumirá hacia un idiocracia aún más evidente.

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Y visto lo visto. Puedo actualizarme una vez más como informático para asegurarme de que nada se me escapa. Puedo intentar ser un poquito más normal de lo mío para permitirme el lujo de abordar lo excepcional. Pero no hay que olvidar que el espíritu infantil es indomable y puede que mi error fundamental sea el quedarme en un entorno tan hostil.

Algo así me pasó en medium: creo recordar que hablamos de miles y miles de vistas de un artículo, y de sólo unos 10 aplausos. Eso es como decir que hay menos de un uno por mil de posibilidades a que guste mi tecnología - o también de que la envidia es cercana al 99'9% en la gente ¿Cuál de las dos posibilidades es más cercana a la realidad? ¿Debemos pasar a la síntesis de ambas ideas? Para empezar, ese artículo no para de ser visitado constantemente y tiene utilidad innovadora trivialmente constatable e innegable en cualquier experto en la materia. Por lo que todo apunta a una dirección predominante.

Por eso no tiene sentido seguir divulgando: hay que encontrar tu Shenzhen. Hay que encontrar el lugar donde puedas investigar y crecer.

Por el momento, la idea de tener un cliente que me pide que le ayude con la parte tecnológica en sus investigaciones es una delicia para mí, y para mi crecimiento. Pero hay un techo de cristal en lo que se refiere a lo que le puedo ofrecer, debido al miedo que tengo a que no le dejen publicar sus resultados.

Mi Shenzhen, en definitiva, bien podría ser Shenzhen. Por lo que la normalidad que tendría que conquistar sería hablar chino. Sin embargo vivir en un imperio no es algo que recomiende, es como pretender pasar de extramuros a intramuros: por muy tecnólogo que yo sea, el ruralismo no tiene que ser incompatible con el desarrollo tecnológico y - al mismo tiempo - no creo que la mentalidad cosmopolita del pensamiento único sea positivo.

Allá donde vaya siempre habrá una valla.

La cosa es simple: si publico sin más puede que me lluevan visitas, pero la represión del endurecimiento del techo también puede que aumente y probablemente mi única manera de evolucionar se quiebre.


domingo, 9 de mayo de 2021

Nueva simplificación tecnológica

Tras un momento de especial relajación me vino una idea a la mente: ¿y si...? Y, tras pasar por una decepción, entonces descubro un boquete que había dejado desapercibido y que clausura definitivamente mi libro sobre Satisfiabilidad Lógica Resuelta. Ahora toca justificarlo todo.

Y el caso es que podría pasar, esconderlo de esta sociedad y vivir una vida tranquila. Al fin y al cabo, ¿acaso no es una decepción detrás de otra tener que esperar a escuchar valoraciones que raras veces tienen sentido? Lo normal es leer graves cinismos de los pares, aspectos que no están nada claros.

Recuerdo, como contrapartida, que existe un recoveco lejano que podría inducirme el pensar que a lo mejor no llegué a ser víctima de los pares en el AMS..., que no se hayan reído de mí desde el principio, sino que me pareció un comportamiento demasiado sospechoso - y nada más - debido a que ésa era la relación que había tenido con todos hasta entonces. Pero claro...

¿Y ahora qué? En mi universidad más cercana ni se dignarán a ver el documento - aun estando tremendamente ultrasimplificado. Ahora no necesito ni los ideales de Noether. Todavía tengo que comparar el algoritmo con el de Dijkstra para saber cómo reestructuro las clases de complejidad algorítmica. Y eso sin mencionar la función extrapoladora espacio-temporal que resuelve un problema PSPACE genérico.

Son demasiadas resoluciones y cambios debido a una filosofía tecnológica que me ha abierto nuevas puertas. Pero no tengo con quien compartirlo - no hay pares. Y, aunque los hubiera, fingirán igualmente que no entienden, o dirán que no está lo suficientemente aclarado. No admitirán que no encuentran el contraejemplo, pero dirán que no quieren perder el tiempo - eso lo dicen mucho. Presuponen que no funcionarán en el exterior..., pero mis algoritmos siguen siendo visitados ininterrumpidamente, y a penas son aplaudidos. Ininterrumpidamente visitados y ligeramente leídos durante dos años. Nadie necesita leer tantas veces unos artículos tan cortos - y triviales.

¿Entonces qué pasaría con esta tecnología? ¿También sería leída y, al mismo tiempo, no apoyarían al autor? ¿Y para qué publicar entonces? Y me urge una única razón: para poder decir que he sido el primero y así chafarle a otro el mérito sólo por ser de una hermandad amiga. Y es una buena razón: una vez más las recompensas las reinventarán para no tener que dármelas. Volverán a ser cínicos y no cumplirán.

¿Me vale la pena volver a acudir a la prensa? ¿Volver a acudir al rey? Está claro que no. Tienen una reacción automática: delegarlo a quien lanzará unos pares llenos de envidia y odio. Ya lo he vivido. Y es un asco.

Otra opción: montarme una conferencia. Y no irá nadie porque no tengo poder de convocatoria. Nadie me conoce, ni tengo referencias. Ni me devuelven los correos las pocas referencias. Estoy fuera.

Se me ocurre algún aliado, sí: con el que vengo trabajando los artículos de filología. Pero obviamente esta no es su temática - y no quiero tirar piedras sobre mi tejado, pegar un intento en falso podría acabar por quemar todos mis barcos; por lo que si saliera mal me quedaría aún peor. Y nada apunta a que tiene porqué salir bien.

Por eso no tiene sentido que haya que hacer una conferencia.

Exponerlo en Youtube podría tener fuerza.


Tendría que convertirlo en un producto final que haga sangrar los ojos de lo evidente que sea.




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