sábado, 16 de abril de 2022

Aplicación para evaluar la adquisibilidad de un texto

Reconocedor de dominios

Se evalúa la capacidad que tiene un texto para ser adquirido

viernes, 15 de abril de 2022

Aspirantes al juego del calamar

No he visto la serie, pero me he decidido a verla; en sustitución a formar parte de ella. Hace poco tuve acceso a una información compartida en difusión a varios usuarios, en ella invitaba a los aspirantes a formar parte de una conferencia donde se expondría una tecnología - según el caso, relativa a deep learning y cosas por el estilo.

El asunto es que tengo múltiples innovaciones, y me consta, para compartir. Podría dar referencias, que de hecho tengo muy a mano, y probar a montar un articulillo suave como los que escribía en Medium. Un artículo que daría no más de una decena de referencias, que tocaría solo unas pocas cosas diferentes y expondría alguna tabla suelta con resultados recogidos de primera mano.

No me llevaría más de un día, si lo hago con ilusión; y no tengo mucha actividad en la tienda. De hecho, hoy podía ser ese día, y es para mañana para cuando tendría que entregar el documento formateado. Hasta ayer estuve desarrollando el producto en exclusivo javascript, para hoy empezar a sacar estadísticas. Como ya lo había probado un poco, no me resultaría difícil comprobar que funcionaría de nuevo, aunque esta vez lo haría "en masa". De ahí para luego compartir los resultados...

Me imagino qué pasaría después. No recuerdo los distintos deadlines, pero para cuando reciba respuesta: o ni me responden después de todo el trabajo, o me dicen una poyez como un piano que cualquier indocumentado refuta. Es decir, o no me responden o me insultan a la cara. La última vez, los de Nature, encontraron una manera sintetizada de no responderme e insultarme al mismo tiempo: convertirme en pre-researcher. Entonces yo lo vi como algo positivo (al fin y al cabo no tenía ni puñetera idea de lo que era eso). Bueno, mucho tiempo después lo acabé descubriendo: es la nueva fórmula de control al disidente. No te dicen que no, pero tampoco te dicen que sí; tu destino es un purgatorio donde se mantenga todo en la espera. Como si un par representara ante mí una especie de deidad superior, y tuviera que besarle los pies.

La cosa es que ante tanta desfachatez lo mejor que puedo hacer es sacarle provecho a mi tecnología para mi beneficio personal. El problema es que ni España ni Europa son lugares donde sacar nada en provecho; si no soy capaz de vender mi libro, ¿cómo voy a ser capaz de vender tecnología? Hacer conferencias es fácil, montarlas exige un poder de convocatoria que no tengo. Voy a una agencia de viajes, o al propio banco, y tampoco me ayudan en esa tarea: se supone que soy yo el que tiene que traer a la gente - cuando ese es justo el problema. Cuando solicité ayuda a la casa real, a la prensa, etc..., que si naranjas chinas: ese broadcast solo sirvio para que tuvieran la oportunidad de elevar a quienes se me oponen.

De hecho eso es lo único que veo: aquellos que podríamos llamar "mis enemigos", signifique lo que signifique eso, son los que tienen oportunidades ante aquellos a los que he pedido ayuda. Aquellos que DICEN ser mis aliados, o que en el pasado lo dijeron cuando hablaron conmigo, en realidad es COMO SI me dieran cuchilladas por la espalda. Claro, es el mismo DICEN y el mismo COMO SI. Todo entre bambalinas.

Lo asumo: mis conocimientos, mis aportaciones, mi tecnología..., no puedo compartirla. Pero tampoco parece que pueda sacarle provecho: antes necesitaría un mercado. Por eso me he planteado transformar mi currículo al de creador de videojuegos - lo cual me lleva a lo de siempre: si no he podido vender mi libro, ¿por qué iba a saber vender mi videojuego? 

La cosa es más triste de lo que parece: en todas partes ha subido el precio de los productos, en mi tienda no para poder llamar a la gente - pero aún así no viene la gente. Lo cómodo para muchos será decir que la culpa es mía: pues bien, eso justifica que acabe muerto - porque soy culpable. En eso consiste el juego del calamar, es a lo que debemos aspirar.

En el juego del calamar, al menos, la gente iba menos engañada. No hay nada más superficial como ganar en ese juego; y es la clase de juego en el que nos obligan a encontrarnos: ¿qué pasará si consigo todo lo que necesito? Es decir, me invitan a dar una conferencia en Suiza para mostrar mi producto, lo enseño, la conferencia - como no podía ser de otra manera - la culmino dentro de la ortodoxia de manera correcta para responder a cada pregunta y, finalmente, supongamos que consigo hasta un aplauso por mi aportación. Claro - ¿luego qué? Me he gastado un dineral para ir a Suiza y poder publicar en un journal. Pero todo el esfuerzo se va a quedar en nada. A nadie le va a interesar realmente mi aportación por muy innovadora que sea.

Ya he hecho otras aportaciones cuyo título era sangrante, y obligaba a comprobar si era cierto. Entonces se podía comprobar que no había mentira detrás, pero aún así nada cambiaba. Todo seguía igual, y entonces me quejaría de que volvería a mi kiosko para no obtener ninguna clase de reconocimiento material - sería una nueva forma de síntesis entre que te manden a la mierda y te digan una poyez como un piano. Solo que ahora además has perdido tu tiempo, has tenido que pagar por una estancia y has tenido que entrar en su juego mortal donde muy probablemente esté también invitado el propio anfitrión con toda su perversión.

Creo que debo aceptarlo: mi perfil es el de un indigente. Le doy click a ofertas de trabajo, pero eso no significa nada. Ya no me creo nada de nada. Y poco a poco la cuenta de mi banco va en barrena... ¿De qué me sirve que le diga a mi banco dónde quiero que inviertan si luego me cosen a comisiones? Y eso cuando no le siguen el juego a las invenciones de Hacienda y su manera de multar como indocumentados. Sigo sin ver mi propio capital como propio, ni veo un proyecto de futuro en algo claro.

Cada opción es como un nuevo juego donde el que pierda acabará muerto, y a la gente le parece hasta normal. Me parece todo esto un juego de muy mal gusto.



martes, 12 de abril de 2022

El papel de la filosofía

Hasta el momento no me había querido plantear en serio el escribir ningún libro que sea de filosofía. De hecho, aún sigo sin planteármelo. Sin embargo, como me gusta tocar todos los temas éste no será uno de los que evite. La filosofía ocupa en mis estudios filológicos un lugar muy específico: igual que existe la retórica, los mitos y la ciencia, con su literatura, donde el autor no es creador sino descubridor; existe un lugar para la filosofía al margen de retórica, historias o el mundo científico.

La filosofía es el área que no alberga ningún campo, sino que se maneja mediante las analogías para definir principios que se consideran verdaderos. Sin embargo esos principios no serán distinguibles de manera objetiva mediante un instrumento de medición, en ese sentido diferirá del lenguaje científico. Debemos entender que si es cierta la teoría sobre los invariantes entonces se puede localizar una filosofía científica dividida en tres grandes grupos, como ocurriría, por tanto con las teorías filosóficas.

Si reconozco una literatura que desarrolle la filosofía de la ingeniería, como una literatura para la filosofía del descubrimiento..., está claro que tales filosofías no pueden ser "iguales" y, al mismo tiempo, parecería que deben ser combinables porque todas hacen referencia a la realidad. Por tanto, la idea del filosófo es la de un sujeto que se adscribe a los tres campos: los que considero cardinal, fijo y móvil.

Al fin y al cabo soy heredero de la filosofía griega y parece difícil escapar de sus álgebras. Y, por otro lado, me llama la atención cómo cuando cogemos a los más contemporáneos de los filósofos de la filología, como Derrida, éste se quede a medio camino de las cuatro grandes verdades del budismo: es decir, las afirmaciones de Derrida son refutables mediante un budismo no religioso. El más arcaico de los más arcaicos conocimientos.

 En algún sentido podemos imaginarnos al propio príncipe Sidharta, negando la exclusividad que le ofrecía el hinduísmo de su época para promulgar el derecho de todos a alcanzar el Nirvana: la adecuada combinación de las cuatro grandes verdades.

¿Y cuáles son las cuatro grandes verdades? Se han traducido y transformado de todas las maneras posibles, y al final la esencia se mantiene. Pero Derrida nos decía que todo se reducía a lo que pensamos, que derivaba en lo que decimos, para pasar a lo que escribimos: las tres últimas grandes verdades del budismo; la sabiduría, el respeto y la belleza según mis lecturas. Pero la primera gran verdad es el dolor, o la agonía... La experiencia, el placer, eso es algo que Derrida pretende decir que queda por escrito; cuando las decisiones que adoptamos las emprendemos precisamente porque algo nos llama o nos duele. Y eso no es expresable. Si lo fuera los informáticos lo habríamos incorporado fácilmente a la tecnología.

El tema central a tocar es cómo trabaja la literatura de la filosofía, que es la literatura de los contextos y las referencias. Es la literatura de las analogías aplicadas sobre un mundo real que nos afecta. Podría ser como el mundo de las parábolas que supuestamente habría hecho el Jesús de Nazaret histórico; una filosofía verdadera al margen de religiones posiblemente, con un discurso propio de su tiempo. Un discurso que, en esos lares, debía incorporar a Dios por necesidad - no porque fuera necesariamente creyente.

En cualquier caso, empezaré por el principio: ¿para qué la filosofía? La ciencia y la tecnología sabemos para qué, los mitos adelanto que es para afrontar correspondencias que aún no hemos vivido, la retórica y la propaganda para movilizar a las masas socialmente..., así que, ¿qué le queda a la filosofía? El papel de la filosofía, para mí, no es el de la autosatisfacción o el Nirvana, nada más lejos; si se quiere uno satisfacer conociendo la verdad misma para eso está la ciencia, si se quiere uno satisfacer acercarse a entenderla antes de albergar la capacidad para comprenderla para eso están los mitos - la ciencia ficción, si queremos conformar una sociedad de acuerdo con una utopía entonces hablamos de retórica..., insisto, ¿dónde queda la filosofía cuando no nos interesa ningún paraíso ni verdad universal?

Buscar la satisfacción personal es algo que de pequeño me parecía propio de filósofos, porque era lo que parecía su función. Y ahora menciono que la ciencia tiene una filosofía asociada, como los mitos o la retórica, por lo que parecería que el papel de la filosofía tiene carácter accesorio - suplementario. Si fuera así sería cuanto menos extraño, el que no sea autóctona, sino dependiente de otras ciencias y conocimientos.

No, que nadie busque la autosatisfacción en un proceso que debe ser autóctono y que se mueva en el campo de la filosofía. La filosofía supone encontrar la analogía de una pregunta simple aplicada a un enfoque que trascienda de manera que sus respuestas simples sirvan de herramientas trascendentes. Porque, ¿qué es la trascendencia? Es justo el paso que se da de una gran verdad a la siguiente. Y el camino de unas acciones trascendentes llevan a un pensamiento trascendente, del pensaniento a un respeto trascendente y del respeto a las actuaciones cuya belleza trasciendan.

Podemos comprender lo dicho de manera material y clara con una simple cuestión: ¿cuándo estamos ante una persona auténtica? Entendemos que una persona de verdad es una persona que no es intrusa de sí misma; y comprendemos las superficialidades, que lo son, de lo que significa un ser un dasein para entender que la agonía del que dice sufrir no es suficiente como para ser auténtico.

Para entenderlo puedo poner como ejemplo a un profesor que tuve de instalaciones electrotécnicas, en aquel tiempo estaba de moda la serie "House", y el muy imbécil, para sentirse agónico, solía gritar mucho en clase e insultaba a sus alumnos. Se creía guay. Se creía un temeroso de la muerte, una persona agonizante por hacer ver a los insensatos de sus alumnos que debían esforzarse para cumplir con los plazos... Se agobiaba él solo y nos agobiaba a todos. Cuando a mí me preguntaban porqué me reía cuando ese tipo se comportaba así mi respuesta era clara: se trata de un imbécil, y cuando estás ante un imbécil solo puedes reirte.

Una persona auténtica es la que tiene una vida normal y que, al mismo tiempo, su currículo es lo suficientemente complejo como para que no pueda hacerle justicia. Mi currículo, cuanto más extenso que lo procuro, no puede representar todo lo que he hecho de manera significativa: eso es lo que me hace auténtico y, cuanto más largo es mi currículo, más auténtico soy - pues mi realidad trasciende a las palabras, a la moral establecida, a lo oficial.

Una sociedad democrática debe ser capaz de albergar un lugar a las personas más auténticas, pues de ahí nacen los méritos y el orden social. Cuando las personas descubren la verdad de las injusticias que no pueden ser resueltas éstas empiezan a desarrollar una angustia que supera a los que han descubierto su miedo a la muerte. La muerte puede generar ansiedad, pero el dolor constante es la primera gran verdad, y ésta machaca cualquier estupidez nazi.

Nietzsche ya nos dejaba claro que habíamos vivido una historia del error. Él mismo veía entre los conocimientos antiguos el propio budismo como un pensamiento interesante. No es de extrañar que hayamos sido víctimas de auténticos energúmenos que se hicieron pasar por filósofos, solo porque movieron a muchas masas o porque vivieron de la venta de libros.

El papel de la filosofía consiste en rescatar las ideas del yo, del tú, de todas las esferas..., y concederle una justificación sobre el papel de importancia que adquirió en su sociedad. El hombre más sabio hay una cosa que no sabe: el porqué de lo tonta que es la gente. Cuando se ponen de moda esperpentos como Hegel, que es desmontable por todas las citas posibles, urge plantearse cómo algunos reciclan de la basura para montar revoluciones marxistas. Es una filosofía de la retórica, como en ocasiones aparece una filosofía de las verdades. Asímismo, el origen verdadero del mito es el tema de la filosofía misma: de cómo encontramos propiedades que en los memes que nos parecen atractivas. Mediante el estudio en retrospectiva podemos darnos cuenta de en qué hemos decidido convertirnos con nuestro propio poder. La filosofía es el único arte que viaja atrás en el tiempo para evaluar los vericuetos del pensamiento. Y, en cuanto a ser un arte puro, el que plantea las preguntas importantes puede morir de autor para convertirse en su descubridor; mientras que el que obre desde la falta de autenticidad se matará a reclamar autorías, chillarle a sus opositores, reclamar su puesto, decir que siente agonía..., creerá haber descubierto algo, cuando en realidad forma parte de la historia de la filosofía, es carne de cañón de filósofos.

Recoger una pregunta fundamental es un ejercicio también sencillo, con el cual cualquier hijo de vecina podría escribir un libro de filosofía, autoayuda y esas cosas sin pestañear.

Paso 1. Plantéate una pregunta básica a partir de una historia típica. 

Pepe tiene éxito en su empresa gracias a una técnica. Juan le pregunta por su éxito. Pero Pepe no le responde. Pregunta básica: ¿por qué no comparte su éxito?

Paso 2. Pasa a generalizar la pregunta para que no se vea el contexto.

¿Por qué las personas no pueden decir cómo alcanzan el éxito?

Paso 3. Procede a responder de la manera más ordenada sin perder la relevancia (sound).

a) Porque nadie se creería cómo lo ha conseguido.

b) Porque podrían convertirse en competencia.

c) Porque de todas formas no puede aprovechar la información.

d) Porque en realidad ese éxito no es para tanto.

Paso 4. Encuentra un problema que supuso en el pasado un error histórico que pueda resolver este planteamiento.

El capitalismo como sistema meritocrático.

..

Y con las mismas, ¡bum! Aquel que quiera entender que entienda. 

Se pueden escribir libros, sentir la angustia de darse cuenta de que no puedes saber si lo haces bien porque por cada nuevo reto tienes nuevas razones para hablar de tu filosofía; poco a poco lo mal maestro que se es es lo que lo convierte en carne de cañón ¡Esa es la verdadera angustia existencial! Y, por otro lado, ¡qué gran satisfacción comunicar algo en el que todos estén de acuerdo como para pensar que no has descubierto nada! Es lo que te hace aún más auténtico, un verdadero filósofo en toda regla, y no será reflejado en tu currículo como para que otros filósofos puedan valerse de tu trabajo.



domingo, 10 de abril de 2022

La negación de la estructura

Strauss, a mi juicio, no era tan estructuralista como decía. Nos vemos obligados a tener que estudiar según qué valoraciones hacia cada autor. Cuando leemos el "Ser y la nada" podría parecer, por ejemplo, un compendio de mitos relativos al sujeto. Ahora bien, ¿estamos hablando de una religión? Para decir algo así necesitamos algo más, y en este sentido Strauss no necesitaba nada más, emitía el juicio y tiraba para adelante.

En España lo hemos visto gracias a Gustavo Bueno, cómo él se autodefinía cristiano cultural. Y eso no quería decir que fuera cristiano, no: significaba que su escala de valores se había definido a partir de cómo hablaban los cristianos. Si atendemos a lo que dice Derrida parecería que aquel que ha vivido en una casa cristiana debería de ser necesariamente cristiano, y no, leyendo un poco más a Derrida puede que descubramos tanto esa afirmación como la contraria... No seré yo quien critique a ese autor sin haberlo leído en profundidad. Y esto es lo que dicen todos de Derrida, que no pueden criticarlo y evitar que otros lo lean, lo cual es una de las más fuertes críticas y crueles que se le puede hacer a un autor: que no pueda ser referenciado por otros.

En cualquier caso, podría empezar criticando el postestructuralismo con la misma contundencia con la que critico al fundador del estructuralismo; para luego definirme estructuralista o postestructuralista también. Y es que las cosas como son, cójase el martillo de Nietzsche y, como un diapasón, dejemos caer todo lo que sobra de estas palabras.

Lo he dicho y me repetiré cuantas veces sean necesarias: lo importante es la acción. La experiencia de lo que vivimos depende de nuestras acciones, y a partir de ahí emergen los pensamientos, luego el habla, luego la escritura y, ¿de qué escribimos? Sobre lo que hacemos, lo que vivimos. Escribimos sobre cómo experimentamos nuestras decisiones. Escribimos sobre la moralidad para ver cómo el 80% de la gente actúa según nuestra moralidad: los chovinistas. Los alienados no son capaces de ser autores de sí mismos, y no lo veo mal - ojo.

Ya lo dice el panfleto comunista de Marx: la historia ha sido elaborada mediante la lucha de clases. Es una afirmación, desde mi punto de vista, muy dura. Haría falta indagar en muchos aspectos. En cualquier caso una de sus afirmaciones en oposición sabemos que es rotundamente falsa: creer que la historia no ha considerado la lucha de clases como un contingente representativo es vivir en el país de las Maravillas. Es decir, sabemos que la historia es contada por los sujetos, se hace memética por nuestra propia cultura, y al final lo que vemos más habitualmente es, como mínimo, muchas clases: burgueses, clero, siervos, aritocracia, etc... Negar esta manera de ver el mundo como un contingente es obviamente de necios: o nos dan una explicación de premio Nóbel o no hay manera de negar el contingente.

Sin embargo aún es posible que haya quien vea su historia no como una lucha de clases; podemos ir por la calle y preguntarle a un pescadero cómo le afectó a él la Revolución Francesa, o cómo le afectó a él la revolución del neolítico. La cosa es que el pescadero vive en democracia, o al menos oficialmente, y percibe su mundo en igualdad. Por lo que aprendió en el colegio puede que no le sirva para nada. Puede que ya se haya alienado a los términos democráticos conseguidos en la Revolución Francesa, y puede que su negocio le vaya bien tras la cultura de la revolución del neolítico, pero nada de eso forma parte de su historia. La historia del pescadero es lo que va a provocar que haga unas cosas u otras; a gran escala pensará en su esposa, el futuro de sus hijos, tendrá idealmente unas problemáticas ausente de toda lucha porque puede que el pescadero haya encontrado la paz social, el estado en el cual ya no existe lucha de clases y se toma como si fuera arqueología.

Parecería que eso no contradiría el hecho de que la historia se haya formado por la lucha de clases, sino más bien que los que sacan beneficio de esa lucha han decidido olvidar esa parte de la historia. Y el planteamiento que quiero exponer como una posibilidad es otro: el matiz es decir que si la lucha de clases no es lo importante eso es porque posiblemente conceptos sociales como el amor a los tuyos, a tu patria, a los problemas materiales del día a día, puede que sea lo que siempre prevalezca y que, a gran escala, pareciera una lucha de clases. Que es como decir que al final lo que prevalece es lo importante, que podríamos decir que es lo material.

Sin embargo no diré que realmente puedo dar por argumentado esa posibilidad. Al fin y al cabo es posible que el problema sea realmente la lucha de clases.

Así que defino con claridad qué es la lucha de clases: habiendo cuenta de que hay distintas clases sociales, debido al rol que desempeña cada una en desigualdad para conseguir mayores ventajas en la civilización, llamémosles privilegios. Los privilegios es una de esas cosas que muchos quieren negar que existen, y lo único que consiguen al negarlos es no ser capaces de pasar un tercer grado. A golpe de martillo se le puede preguntar al negacionista de los privilegios cómo consigue poner de acuerdo a millones de personas, cómo consigue que sea un conferenciante el que hable y el resto el que escuche, etc... El privilegio es el que permite que una persona disfrute de unas ventajas con respecto a los demás; la cosa es que ese privilegio debería de ser resultado de los méritos, como bien solía apuntar Marx en su crítica al capitalismo: el capital suele comprarse privilegios, y el capital no está asociado a tener méritos, de ahí la lucha de clases. Y así lo pone de manifiesto en su crítica al programa de Goethe.

Por tanto, tenemos bien definida la lucha de clases no porque existan las clases o el capital, sino porque éstas obran contra la meritocracia. En este punto concreto es donde yo me declaro marxista.

La suerte de poder citar a Marx, en oposición a la dificultad de poder citar a Derrida, es lo que hace que algunos podamos denominarnos en algunos aspectos marxistas aun siendo postestructuralistas. Ahora bien, ¿qué significa ser postestructuralista? En principio podría ser ser un estructuralista que acepta la deconstrucción.

Y es que debo deconstruir a Derrida: sospecho que pocos informáticos aceptarían la creencia de que todo lo que es está por escrito. Eso sí puede funcionar con aquellos a los que podemos citar, pero no con todo en general. Más en concreto, ¿cómo va a considerarse que todo es susceptible de escribirse, que todo se subyuga a una lengua? Más en concreto, la filosofía conexionista en informática se fundamenta justamente en que no existe una lengua, que lo que tenemos es una estructura que aborda las funciones de la lengua, y de otras tantas cosas como el reconocimiento de imágenes, pero no todo se atiene a una estructura lingüística. Ese dogma no va de la mano con la tecnología tal como la conocemos.

Errores tan superestructuralistas que intentan ver estructuras donde no las hay es lo primero que hay que tomar en cuenta antes de intentar entender el papel que juega el estructuralismo. Ya sea Strauss no viendo estructuras en unos autores, como Derrida viendo estructuras donde no las hay. 

Los hipoestructuralistas podrían leer a Sartre como si fuera un forofo de su propio ego, un sujeto que se cree aspirante a Dios..., cuando en realidad la manera de leerlo es como reclama Simone de Beauvoir en "El segundo sexo", que es un ejemplo que pasa a la acción de cómo aplicar uno de los monstruos meméticos que son denunciados desde el existencialismo: el patriarcado. Como si fuera el Leviatán de Locke, Simone de B. se ocupa capítulo a capítulo de mostrar la estructura del señor patriarcado y así matar a la gran bestia, para hacerla víctima del lenguaje. Aquellos que dominen el existencialismo y sepan leer "El segundo sexo" sabrán deconstruir su yo para dar con la definición que sea más acorde con el para-sí que les corresponde tener.

Los superestructuralistas, por el contrario, llegarán a decir cosas tan raras como que el inconsciente se rige por un lenguaje. Y eso es algo que llama la atención: tan pronto como en una revista de divulgación como Quo se les ocurrió escribir qué conjunto de cosas tenía que tener un futbolista en mente para controlar un balón, a la hora de hacer un pase, etc..., que si operaciones aritméticas, rozamiento del cesped, etc..., no tardó un lector en dar una respuesta obvia: los futbolistas no tienen en absoluto en mente todos esos cálculos, sino que lo que tiene en mente es marcar goles. De hecho, lo que subyace de su inconsciente no es un mal cálculo de senos y cosenos, sino otra serie de actos de mismo calado social como la relación con la pareja, si erró un disparo, etc... Sin ir más lejos, la capacidad que tienen las neuronas de un jugador para adaptarse al juego no parece que se rija por ningún lenguaje, sino que es un proceso de adaptación que puede ser una mezcla de adaptación de una función en base a unos resultados que tiene que dar y la simple evolución natural. Es decir, ninguno de los dos se rige por una lingüística, pues en ambos casos se trata de un ámbito diferente. Y, al mismo tiempo, todas esas acciones que son inconscientes para nosotros nos afectará a la propia consciencia, dándonos a entender que somos torpes, listos, etc...

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Recuerdo cómo hace años tuve un conflicto con mis amigos. Y hay que decir que debo aceptar la vida que me ha tocado vivir. Volviendo ayer por la noche coincidí con unos adolescentes que habían puesto la música muy fuerte. Creo que a eso lo llaman reguetón; sonaba bien. Cantaban al unísono canciones que desconocía y que tenían gancho; había función poética y mucho ritmo. Aprovechaban que la ciudad celebraba el sábado santo, para salir todos juntos por las calles poniendo esa música a todo trapo. Era hermosísimo... No pude evitar sentir la melancolía de pensar que eso es algo que nunca he vivido ni viviré. Pero mataría por conseguir que esos jovencitos que se divertían desde tan adentro nada les perturbara; haría lo que fuera necesario por generar esa paz, porque ese es mi modelo. Nada que ver con lo que yo viví hace años:

Nos reunimos los compañeros de COU para celebrar el final de curso. Personalmente odio esa clase de fiestas, porque reunirse para celebrar el final de curso junta a gente que probablemente no se lleve bien. Pero bueno, fui en esa ocasión. Y estuvimos en un restaurante que daba a unas vistas preciosas al muelle. Al terminar de cenar yo y un amigo decidimos descansar del bullicio para mantener una conversación, o ver las olas chapotear los barcos. Así que nos sentamos en uno de los muelles.

Ahí nació el conflicto. Al parecer desde el interior del edificio mis propios compañeros sentían que ver dos siluetas en el muelle les rompía su momento, su paisaje. Algunos decían que esos dos estaban pinchándose, otros que eran dos gays..., la cosa es que todo lo que se les estaba pasando por la mente calenturienta no tenía ninguna base ¿De dónde venía todo ese odio? Yo ahí veo clases...

Así que la cosa se endureció más: consiguieron hablar con el dueño del restaurante para ver si podía disolver a "esos dos" que estaban en el muelle. Es decir, si ya de por sí acabaría descubriendo que mis compañeros eran escoria, ahora además lo hacían oficial. Y para oficial que, mediante engaños, el dueño del restaurante convenció a la policía para que se acercaran y así poder echar a dos personas libres de estar ahí de un lugar público.

En cuanto llegó el dueño del restaurante y vi los dos agentes detrás lo primero que se me pasó por la mente fue hablar con los policías, sin embargo este hombre ya tenía experiencia timando a las fuerzas del orden para cometer cohecho. De alguna manera mi amigo quiso hablar con el dueño diciéndole que él sí tenía derecho a estar ahí porque uno de esos barcos era de su familia... Y claro, aquí llegamos al siguiente nivel: por eso renuncié a querer hablar con los policías, me interesaba lo que tenía que decir mi amigo. Y entonces vi, una vez más, otra lucha de clases: ¿acaso yo solo podía estar en el muelle sentado hablando con un amigo en el mismo instante en el que fuera dueño de uno de los veleros que estaban ahí aparcados? De ser cierto debería de haber alguna clase de edicto municipal, o algo. Pero lo que me indignó fue ver cómo mi amigo entendía que él tenía un privilegio, de nacimiento, y que tenía derecho a ejercerlo.

Es innegable que vivimos en una sociedad llena de clases, no todos somos iguales - y debemos ser diferentes. Pero esa obsesión de algunos por mantener la propiedad como un eje vertebrador de las clases sociales... Quien heredó el banco Santander fue la hija del presidente, se lo dices a una persona con dos dedos de frente y lo mismo hasta se lo cuestiona; como podría alguien cuestionarse la existencia de exclavitud en los tiempos de la Grecia antigua. La ética tiene que ver con lo que hacemos, y cuando todos somos nazis lo normal es ser nazi también, pero los que se deconstruyen al menos pueden ser héroes o villanos.

Por eso en cuanto hablé con la alcaldesa, luego con la policía, y así..., ese restaurante cerró. Así la fiesta que se vive ahora es probable que sea más multicultural, con más personas, más tolerancia..., y la historia que se forme se regirá por estructuras que nos sean más materiales y menos formales.

 

Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

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