Tras los diversos ataques de Microsoft al mundo de la configuración de sus propios equipos, crear un estudio de grabación que, a los pocos días, se desconfigurará es absurdo: tendría que usar programas externos y preparar un kit de instalación para las veces en el que le dé al sistema operativo volverse inútil...
Pero claro, no puedo permitirme el lujo de perder cuatro horas, como pasó ayer, para grabar un vídeo de diez minutos para Youtube. Porque, técnicamente, la grabación me costó 30 minutos debido a las interrupciones de la gente, que entraba en la tienda cuando grababa (y luego dejaba completamente aislada la tienda en el 99% del tiempo), pero tener que pelearme cuatro horas con la sensibilidad del micrófono, la amplificación, combinarlo con el mezclador y el volumen general..., para ver cómo lo interpreta un programa que lo mismo se reconfigura mañana a voluntad de Microsoft y sin pedirte permiso. No es en absoluto ni nada profesional ni nada práctico trabajar con los productos de serie de Microsoft.
Y es que algunas empresas se comportan como si el producto que tienes en tus manos no fuera tuyo, sino de ellos. Es más, para cuando las empresas son grandes corporaciones automáticamente lo ponen en sus licencias, y el que acepte la licencia debe asumir la legalidad de la misma..., ¿lo debe asumir? Diremos que en países que no conforman democracias (probablemente todos) eso es algo que se asume, mientras que en el resto de los estados democráticos es probable que no quieran aceptarlo pero, al ser meros estados temerosos de quedarse atrás, no emprenden acciones legales que les son legítimas.
Y es que es muy fácil conformar un estado, desde un punto de vista antropológico: el estado antropológico mejor definido quizá sea el de Gustavo Bueno, no seré yo quien tenga capacidades para replicar su definición, pero entiendo que éste se reproduce, más o menos, para cuando es necesario un código de leyes o normas para que se respete el trabajo de los que están integrados en el mismo.
Es decir, cuando tenemos un trabajo propio automáticamente levantamos una frontera alrededor y si somos capaces de manetenerlo de manera autóctona entonces todo apunta a que hemos creado un estado, aunque no seamos conscientes de él como tal.
Un país es un concepto mucho más social, porque representa un poder que una mera corporación no puede afrontar como fuerza enemiga o rival. Un páis tiene tres elementos que cualquier corporación debe asumir y afrontar: posee un tamaño poblacional, que representará un mercado potencial que se moverá al unísono; posee una historia compleja, que llevará parejo una serie de valores intrínsecos y una literatura; por último, también posee una serie de recursos naturales o un lugar estratégico interesante geopolíticamente hablando, que convierte a sus dueños en personas con las que negociar o tratar. Cuando una corporación trata a un país como España como si fuera el estado de Dinamarca ahí se la está jugando. Igual que no se puede tratar a un imperio como China como si fuera España, pues cuando se tienen los tres rasgos bien desarrollados y, además, alguno de ellos superdesarrollado entonces tendremos un imperio: no se puede extrapolar las políticas de España a China, pero sí podemos hacer lo contrario.
Una vez comprendido esto, sigo pensando que Microsoft, al margen de que su facturación sea muy superior que la facturación de toda España (cosa que no sé), y aunque su patrimonio también lo supere, o tenga los más inteligentes científicos, etc..., todo eso es irrelevante para su futuro: publicidad, moralidad y negociación. Si falla en uno de esas tres patas el resto de la empresa podría tambalearse, dependiendo del arbitrio de la socialdemocracia en la que se sostenga, y cómo pueda someter a la clase política..., lo cual es mucho más efímero de lo que la gente se piensa.
Pero comentaba que me urge volver a este mundo sucedáneo, pero porque me veo hablando sólo por las calles..., no recuerdo si hablando en voz alta, media, baja, nula..., la mascarilla te oculta mucho. Si la grabación en mi equipo se hace imposible, es decir: si no puedo hacerlo de manera espontánea, muy probablemente acabe usando mi propio móvil para estudiar si me vale la pena y me inspira grabarme mientras ando por las calles.
Recordaba las motivaciones por las que las personas se juntan, y los sociólogos reconocían como dos o tres grupos, dos o tres razones: los grupos sociales, comunitarios y casuales. Entendiendo por casuales los grupos que se generan debido a una eventualidad y, por tanto, bien podrían abarcarse entre los grupos sociales, está claro que lo que diferencia a los grupos sociales de los comunitarios es que en los sociales existe un pacto social, una razón explícita para integrarse en el grupo, mientras que en el comunitario éste es producido por motivos más internos: como familiares, amistades, etc...
Entonces es cuando debíamos reconocer la existencia de un cuarto grupo, un cuarto nosotros, que es cuando aparecen las urgencias. En el pacto social se distinguen relaciones horizontales, pero en este cuarto grupo debe existir siempre una cadena de mando: y es cuando aparecen las brigadas; esto es, grupos de cuatro o cinco personas que tienen que afrontar una urgencia.
Las urgencias pueden ser desde apagar un incendio, salvarle la vida a una persona con un montón de heridas, afrontar una crisis epidemiológica..., o enfrentarse contra un enemigo hostil. En cualquier caso, ahí no es posible hablar de un pacto social: el pacto social del que hablaba Rousseau es la motivación de una persona para formar parte de un grupo, con sus obligaciones y prestaciones de cara al grupo. En el caso de formar parte de una brigada lo que motiva a sus miembros no es la relación que hay entre las partes, de hecho se parece un poco más a los grupos que se forman casualmente.
Lo que motiva a un brigadista es su mirada ante la muerte. El hecho de que no quiera ver a nadie quemado en llamas le llamará a ser bombero, el hecho de que no quiera verse nunca abierto en canal sin que nadie le ayude le convertirá en médico de urgencias. Sin embargo, no es lo mismo un médico de hospital que un médico de urgencias: el médico de hospital puede tener motivaciones científicas, de cuidados de emergencia..., conceptos sociales, horizontales, democráticos.
Cuando hablamos de soldados observamos una motivación de integrarse en el ejército en virtud de cómo quieran morir: deben elegir ser de la Armada, Aire o Tierra. Armada significa que el soldado formará parte del arma, Aire significa que el soldado (que, al menos, será oficial) dirigirá el arma y Tierra significa que usará el arma como un instrumento personal. Dependiendo del valor de tu arma conformas un equipo u otro... De la misma manera, si incorporamos a la inteligencia militar observamos otra manera de afrontar la muerte: que es mucho más compleja porque, en cierta manera, estos miembros también se clasificarán dentro de esos tres grupos.
Digamos que la existencia de las brigadas asume la paradoja de la pistola de un policía: el buen policía lleva la pistola encima con la esperanza de no tener ni que desenfundarla nunca o, todo lo más, de dispararla.
Esos podrían ser los cuatro tipos grupos y una corporación es sólo un grupo social. No posee ejército, podría provocar afectados en su contra, el que se incorporen grupos comunitarios la hace más débil...
Por eso las corporaciones no están a la altura de cualquier país, el cual siempre tiene poderes coercitivos lo suficientemente desarrollados como para arrollar con cualquier iniciativa o tontería que se le pase por la cabeza a cualquier compañía, por muy grande que sea.
Es decir, lo único que sostiene la indecencia en las grandes compañías que se comportan como sectas es la incompetencia de la clase política - nada más. En cuanto aparezca un político que no sea un completo incompetente..., muchas de esas empresas caerán, primero en bolsa y después en todo lo demás. Vivirán una revolución en sus directivas, se limpiarán de sus tonterías o perecerán con todo el negocio por delante.
Es así..., y no importará que tengan a los más listos, a los más ricos, a los más..., todo eso será completamente irrelevante porque en el mismo instante en el que le toques las narices a los miembros de una misma Patria y éstos encuentren a un representante que vehicule tal descontento..., todo se irá a la porra.