viernes, 27 de agosto de 2021

Aún tengo mucho por descubrir

Debo sentirme agradecido por todo el conocimiento que me ha dado mi amigo el filólogo; Nicolás ha sabido completar mis fallas como investigador, considerando que este hombre es de los que se empapan en decenas y decenas de artículos - por lo que pude perfeccionar mis técnicas gracias a su documentación.

Con esa nueva visión de cómo se aprenden las lenguas, de cómo afrontar la pragmática, he querido revisitar antiguas técnicas para compilarlas todas en una estructura única lo más homogénea y simple posible. La verdad es que me ha sorprendido descubrir que ya he superado la parte sound. Tengo cierta certeza de que la adquisición de la lengua de manera natural ya no es casi un misterio para mí.

Aún así hay mucho terreno por recorrer, muchas formas de hacer lo mismo y muchas pruebas antes de ver cómo caes a mitad del trayecto. Algo me dice que toda esta tecnología no me valdrá la pena documentarla, será de las cosas que me quede hasta que observe alguna clase de demanda - o motivación para ponerla de manifiesto.

Sin embargo hay cosas que siguen ahí: si es cierto que la adquisición del lenguaje corresponde con un desarrollo científico tipo descriptivo entonces no debería costarme escribir un programa de ordenador (y me imagino cómo) y traducir el documento Voynich, sin necesidad de incorporar ninguna clase de diccionario de idiomas - que es el enfoque que creía que hasta ahora sería la única manera, un enfoque más bien circular, donde informático-filólogo-máquina intercambiarían desarrollos y pareceres. Si al final este trayecto que estoy adoptando toma forma entonces podría traducirse cualquier documento aunque fuera extraterrestre (o al menos tener la estructura gramatical, por supuesto - el vocabulario sí debería obtenerse de otra manera). 

Aún no me creo esa ciencia ficción que se me pasa por la cabeza. Recuerdo cuando estudiaba en la universidad y yo era el primero en negar que esa tecnología fuera posible: que siempre que se quería "hackear" un lenguaje desconocido hacía falta el trabajo manual de un experto vigilante. Pero claro, ¿hasta qué punto las gramáticas son tan simples como especulo? ¿Hasta qué punto tiene sentido ir más atrás de Chomsky, Early y demás? Este paradigma rompe con la teoría de autómatas, al menos en su base más estructural.

Y es que se trata de una grandiosa curiosidad más que cualquier otra cosa: el querer saber cómo sería ese código diseñado de la manera más eficiente, si los principios que estoy redactando son tales u otros... No sé, es como... Y lo que tampoco sé es que si mi compañero me pregunta en un bar si tendré lenguaje como para saber compartir mis conocimientos. Al fin y al cabo lo que uno escribe sobre el cuaderno no es lo mismo que lo que uno cree deber compartir con quien quiere comprar tu tecnología. Creo que tengo muy pocos productos terminados. O que los que tengo terminados no me interesan desarrollarlos para venderlos mejor.

Sospecho que es más lo segundo que lo primero - siempre me ha aburrido producir. Siempre he preferido dejar las cosas preparadas en crudo. Desde el punto de vista del capitalismo no debo ser más que un parásito social, un ser dependiente... Pero habré dado tanto hasta el día de hoy...

En cualquier caso veo mucho camino por delante, además de las técnicas que sé que funcionan y me harían llegar antes a mi destino - cosa que no me interesa. Ya no me interesa el pensamiento humano para la adquisición de un lenguaje, sino el pensamiento inteligente para la adquisición de un lenguaje. Creo que ya he pasado de nivel: antes no sabía cuál era el mejor camino a adoptar, y pensé que limitar las capacidades de la máquina a la estructura de pensamiento animal era lo más conveniente para hacer que los resultados fueran más innovadores. Ahora me doy cuenta de que, paradógicamente, podría ser al revés. Ya digo, me explota la cabeza. Es un lío enorme, pero me da la impresión de que ya he abarcado el ámbito completo de estudio y de que no me equivoco al pensar que el pensamiento animal no es imprescindible para adquirir un lenguaje y que sea innovador con respecto a nuestros idiomas.

Lo mejor de todo es que todos estos temas son tan impactantes que ni un sólo par en la faz de la Tierra a lo largo de los años me admitiría leer una sola coma aun habiendo conseguido publicar el mejor de los ensayos previamente. Si termino mi teoría la tendré que probar, ponerla en práctica, que funcione de manera espectacular y, ya justo al final, si alguien me pregunta o me lo pide expresamente, publicaré mis fórmulas o las explicaré. Es más lógico hacerlo así. Eso si no me aburro a mitad del camino - claro.


Envejecer sin llegar a palpar la independencia

He conocido a personas que veía cómo envejecían viviendo en casa de sus padres. Se les veía dependientes de que alguien les resolviera sus asuntos, como incapaces de llevar una vida por sí mismos. Eran como niños grandes, pero envejecían como mortales que eran - como lo somos todos. Da igual la carga genética que tengamos todos y cada uno, la familia cuando agarra a una persona la puede dejar completamente inútil.

Ya en su momento lo criticó Engels, sobre la conveniencia de dejar soltar a la gente un poco del arraigo familiar. Sólo le faltó la fórmula, porque el análisis basado en la antropología era impoluto. Y fórmulas haberlas las hay: podemos hablar desde una renta básica hasta un modelo basado en la planificación económica. Pero está claro que cuando negamos el problema al final será la familia la que se encargue: "los amigos vienen y los amigos van, pero la familia es la única que siempre estará ahí". El vivir en una sociedad así es justo lo que no puede funcionar, la frase no tóxica sería: "una familia puede salir mejor o peor, pero tu puedes conformar tu propia comunidad".

A medida que la sociedad fue perdiendo esa capacidad para transformarse acabó por envejecer. No hay que olvidar que detrás de las capturas de cada clan siempre hay unas muestras de falta de méritos: sociedades donde los mejores muy probablemente acaben escondidos.

Una sociedad donde la familia impera es una sociedad nepotista, lleno de amiguismos y corporativismo. Es una sociedad donde manda más la hermandad que el currículo, quizá porque es la hermandad la que redacta tu currículo. Y no es de extrañar que eso afecte a aspectos objetivos: en mis investigaciones sobre lo que leo he encontrado muchas referencias extrañas, no todos los currículos de los investigadores más referenciados tienen sustancia. Pero la titulitis, el corporativismo y la idiocracia generalizada les siguen el juego - quizá por el intrusismo, por esa sensación que tienen algunos de que en realidad no gobiernan bien su propio barco y lo único que les sujeta es el título de capitán.

Efectivamente, en cuanto las cadenas sean rotas aparecerán muchos sujetos que tenían miedo a darse a conocer. No podemos imaginarnos cuántos: gente que no encaja con el perfil del triunfador a partir de parámetros absurdos. El facherío, que haya un ejecutivo que mire por fuera y decida si el sujeto da la talla así sin más, eso es lo que sobra.

Mucha gente no lo entiende: pero cuando una persona es acosada dentro de sus círculos más internos algo la hace cambiar. Los estudios en psicología repiten los mismos resultados: las víctimas de violencia extrema repiten como víctimas pero con otros acosadores; y no lo hacen porque ellas lo quieran, sino porque algo cambia en su comportamiento que despierta el instinto depredador de tales psicópatas.

Cuando le das la espalda a un perro con intención de atacarte automáticamente te conviertes en su presa. Y el que ya ha sido atacado por un perro es muy probable que, sin saberlo, tienda a darle la espalda y a salir corriendo en cuanto vea otro con intención de atacarle. Las víctimas deben ser tratadas bajo una educación especial, deben ser reinsertadas en la sociedad pues de su inversión obtendremos resultados insospechados. Es decir, no sólo estaremos actuando de manera coherente como una sociedad humana al rescatar a los que no pueden vivir por sí mismos, sino que además estaremos abriendo una caja llena de sorpresas; los motivos por los cuales fueron encerradas esas personas.

En una sociedad patriarcal donde no tienen excusa para tener ese perfil ni los inteligentes, ni los blancos, ni los varones, ni los que tienen dos brazos y dos piernas, ni los que pueden oir perfectamente, ni los que ven sin necesidad de gafas... Para cuando acaben en la indigencia, ¿podrán soportarlo? El hecho consumado es que no se les reconocerá el problema, porque la socialdemocracia sólo reconoce el problema sobre los grupos oficialmente reconocibles - los que conformen un lobby y fuente contrastable de votos. Pero claro, ¿de qué contingente estoy hablando yo? ¿De cuántas personas hablamos?




jueves, 26 de agosto de 2021

La nostalgia que genera la inocencia del necio

Observo cómo hace años indagaba e investigaba con el fin de mejorar aunque fuera muy poquito la sociedad en la que vivía. Entonces vivía imbuido en una enorme ignorancia: no sólo no conseguiría aportar nada sino que además, posiblemente, alimentara a los buitres que se valen de esa clase de apoyos.

Sin ir más lejos el portátil de mi casa ya ha empezado a emitir ruidos raros, ¿es porque está sucio y lleno de polvo, es víctima de alguna clase de cortocircuito? También es posible que un virus físico lo haya atacado, como pasó con mi último portátil al que atacaron - éste último por un experto de Microsoft, y me consta. Porque una cosa es que el portátil demostrara tener la BIOS corrupta, y otra muy diferente es que el botón fuera exactamente el botón de apagado. 

Hace relativamente poco aproveché la limpieza general de mi tienda para terminar de tirar el portátil, la verdad es que no entiendo qué pretenden ganar ciertas compañías destruyendo material informático. La inestabilidad que generan en la materia gris de los portadores de ciertas divisas son futuros enemigos que centrarán su atención contra la estabilidad económica de las empresas de quienes son dueños los especuladores financieros.

El bambú puede caer por el efecto devastador de un explorador, puede ser pisoteado por un elefante, o puede ser picoteado por algún tipo de pájaro, pero esas acciones no harán desaparecer los bambús. De hecho, hace falta entender la existencia del ecosistema para saber cómo cambiarlo. Esto es debido a que quienes no comprenden su lugar dentro del mundo solo acaban formando parte de un enorme proyecto donde los hijos escupirán sobre las tumbas de sus padres.

Entonces los padres sobre los que no escupan sentirán la nostalgia que ahora yo siento, de cuando eran niños y creían que hacer lo incorrecto era lo correcto; nos movíamos con vocación de servicio y buena fe y pensábamos que era así como había que actuar. Antes veía las matemáticas como un amplio campo por explorar para luego compartir mis mapas con una comunidad deseosa de intercambiar conocimientos; una comunidad donde siempre podría encontrar un par con el que dialogar.

Hoy día la idea de par no es la de una persona que se ubica a una cierta altura de un conocimiento, sino la de un sujeto aislado que no tiene parecido con nadie - un dios en la Tierra que fija cátedra y habla con desprecio a sus semejantes, sus inferiores. Cuando se observa un punto de vista no hay intención de falsación, sólo hay soberbia educada; mucho cinismo. Es la intolerancia que tiene el que considera que trata con un loco, o con alguien molesto. Se espera, de hecho, que el catedrático actúe de manera corporativista - raro es pillarlo en un acto de honestidad, que lo honraría. Raro como observar el bambú levantarse y volverse herguir una vez pisoteado.

La realidad es tal como la dejan la comunidad científica. Y luego está la verdad, que no tiene nada que ver. En cuanto descubran que todo lo que moldean no corresponde con el objeto de su investigación no dejarán de hacer lo que vienen haciendo, hasta que no terminen de condenar a sus propios hijos.

Miro atrás y ahora sigo estudiando matemáticas, y leyendo artículos. Sigo buscando la verdad, pero porque me lo pide el cuerpo. Sigo leyendo y resolviendo, programando en una máquina rota o en otra nueva - poco importa. Para resolver mis propios sudokus no necesito la máquina más adelantada, ni tampoco necesito nada en concreto. Tal vez algún día visite el lugar donde merezca morir, pero mientras tanto sólo puedo resolver mi pasatiempo habitual mientras observo al mundo despedazarse poco a poco.

Lo que está por llegar no es el triunfo del necio. Pero siempre pasa lo mismo: ¿será otro necio el que pretenda guiar a la gente hacia una buena dirección como pasó con Podemos? Le pusimos la recta, la organización, el comienzo, los Principios..., y desvió la trayectoria hacia cualquier parte porque quería jugar a que conducía la situación y le sacaba provecho ¿Cuántas veces volverá a tener la oportunidad el necio de hacerse pasar por el guía? ¿Cuántas veces el necio, por no apartarse, prefirió convertirse en mezquino? ¿A cuántos necios habrá creado sólo por hacer creer en sus palabras una vez convertido en mezquino? ¿Hasta qué punto la sociedad que no es meritocrática está condenada a su propia extinción?

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Cuando era pequeño no tenía esos problemas, y tenía la impresión de que el mundo era moldeable. Sin embargo aquellos que pretenden sacarle provecho sólo pueden esperar que otro desgraciado pisotee su tumba para que así pueda seguir pareciendo que lo que hicieron no fue despreciable.


martes, 24 de agosto de 2021

Los abanicadores

Se sientan en sus asientos, dentro de oficinas bien aclimatadas y, desde ahí, proceden a abanicar al Pueblo; se les paga para ello con sueldos que sobrepasan a la clase media. Cogen un papel y lo cambian de sitio, así abanican al Pueblo. Se les llama para hacer una u otra cosa, y entonces hacen un movimiento de aire. De vez en cuando llaman a un ciudadano para decirle que tiene que resolver una gestión que, si bien podrían resolver ellos, consideran que añadir otra piedra al sistema forma parte de su reivindicación sindical.

¿Que saben esos burgueses lo que es el trabajo cuando no se valen de él? Con toda su generosidad abanican al Pueblo y, como son necios en su mayor parte, se preocupan por el ciudadano y su bienestar mientras le abanican ¿Acaso el problema del ciudadano no se resolvía convirtiéndolo en abanicador? Si ese ciudadano al que abanicas fuera una abanicador entonces no necesitaría ser abanicado.

Pero el sistema no coge tampoco a los abanicadores con mejor músculo, ni con mejor intelecto, ni tampoco a los que conozcan mejor las leyes del abanico - tanto las físicas como las legales o las históricas, las definitorias, las elementales, éticas, financieras y especulativas. No, son elegidos por formar parte de alguna mafia: les dan el patrón de las respuestas, o les adelantan las preguntas para que los superclase tengan el cargo de abanicador.

Saben que es raro encontrar a un abanicador con vocación, de hecho suena tan absurdo que hasta es gracioso. Pero los abanicadores se sienten culpables y por eso algunos, en su necedad, deciden abanicar bien - cuando no es aire lo que necesita el ciudadano, lo que necesita el ciudadano es que le quiten la piedra del zapato, esa piedra que ha sido puesta por la necedad burguesa de quien abanica.

Es imposible vivir con normalidad en un sistema donde se genera sensación de trabajo, se alimenta el cinismo y los enchufes allá por donde corre la corriente se convierten en una forma de desmoralizar a la gente. Los cables conductores saben que existe esa conexión, pero también saben que no tienen poder para cambiar las cosas - sólo pueden abanicar.

Poco a poco el petróleo se gastará, el carbón y, con el tiempo, otros elementos que se recogen según un modelo estadístico que representa su finitud. El sistema económico y financiero colapsará por sí mismo y los que lo saben sólo pueden seguir la corriente a los que podrían cambiar las cosas. No tenemos fuerza para cambiar las cosas, y los que tienen fuerza la usan para mantener las cosas como estén. Dejando las cosas como estén no evolucionamos, y los modelos que envejecen no pueden ser renovados porque los que deben renovarlos no son los más aptos. 

La idiocracia sucumbe en el caos. Mientras tanto, seguirán abanicando.

domingo, 22 de agosto de 2021

Relato. Turbio viene de turbina

A nadie le gusta pasar por malos tragos, tener que asumir la discontinuidad del ser, plantearse la autenticidad de las cosas. Para cuando te crees artesano y moldeas la realidad a tu gusto nada es como debería, nada está al alcance de tus deseos. Los salvajes se marcan unos objetivos, todos quieren probar el botoncito del cambio; es como una droga. Si algo está para ser pulsado yo soy el que ha nacido para pulsarlo: ése es el pensamiento más salvaje, de tercer nivel.

- Recogemos a los que son excepcionales sin querer serlo. A los que gustan de la búsqueda de la normalidad.

Merlón vio el panel de control, y no quiso pulsar ningún botón. Es así como debía ser: el que pulsa aquí destruye allá, el que pulsa allá destruye por otro lado. Eso que algunos llaman conducir otros llaman destruir. Eso que algunos llaman girar otros llaman moldear.

A la llegada del Nexo los puñeteros orcos quisieron hacer revisión en la nave para comprobar que todo estaba en orden. 

- Somos la guardia del orden.

- Que sí, que sí. Todo en regla... - así que me dirigí a Merlón - no les digas nada. Quédate pegado a mí y ya me encargo yo.

En cuanto Merlón vio unas criaturas como reptilianas andromorfas no pudo evitar su cara de espanto. El parecido con los humanos es tal que suscita las más terribles de las dudas sobre el homo sapiens: ¿cómo puede existir una criatura tan terriblemente semejante y, al mismo tiempo, dentro de su coherencia tan distinta? 

- Dos ojos como los reptiles, escamosos, pero hablan como los humanos, y tienen dos piernas - me susurraba Merlón - parece sacados de alguna historia de niños pequeños.

- ¿Nunca ha visitado el nexo? - preguntó uno de esos orcos de mierda.

- Poco a poco. No sabe lo que es una historia. Pero no es mesiánico ni nada de eso.

Merlón no quiso reaccionar, mientras observaba dedos prensibles y un posible sistema circulatorio basado en sangre caliente ¿Tiene eso sentido? ¿Cómo podría una criatura tan grande tener un sistema de sangre fría, o ser de sangre caliente y ser reptiliana? Es cualquier cosa menos científica. Era definitivamente de otro mundo.

- ¿Vosotros tenéis parentesco con las aves? - preguntó Merlón a uno de esos infectos orcos mientras mostraba el papeleo al otro.

- No se me autoriza el hablarle a un neonato.

- Bien, no me hables - le dijo Merlón. Y acto seguido miró cada centímetro del cuerpo del orco.

A pesar de que intenté hacerle señas, yo me veía obligado a ayudar a encontrar la siguiente traza de la caja negra que me pedía el gilipollas con el que hablaba. Y, claro, antes de que me diera cuenta acabó por pasar: al orco se le torció un cable y desintegró a Merlón.

- ¡Pero venga hombre qué haces! - le dije.

Con las mismas reajustó su arma con unos cuantos giros...

- Sólo son moléculas, aquí lo tienes de vuelta.

Y de un disparo volvió otro sujeto, al que me dio por bautizarle por otro nombre. Vestía con unas ropas extrañas, ni me imagino cuál debía ser su planeta de origen o qué recuerdos debía tener que fueran compatibles con los de Merlón.

- ¿No has rellenado el documento que cumplimenta las especies protegidas por su gran memoria? - le pregunté al orco que disparó.

- Pero si esa especie es idiota.

Y entonces el otro orco disparó a su compañero.

- Bien, continuemos con la caja negra. No sabía que tenía por compañero a uno con gatillo fácil.

Para cuando se hubieron marchado le quise explicar a mi nuevo compañero cuáles eran las normas en este mundo pero, ya de paso, también me entró la curiosidad de conocer el mundo del que venía. Y entonces me contó una historia:

- Había dos grandes comandantes. Uno de ellos estaba especulando con iniciar una guerra con el fin de paliar el poder destructivo del imperio del otro. Así que el comandante imperial intentó envenenar al comandante contraimperial porque pensaba que era poco probable que pudiera convencerle y, si moría en su casa a causa del veneno, al menos con otro comandante sería más fácil mantener la paz. Sin embargo el veneno no sólo no surtió efecto sino que además le hizo encararse contra el comandante imperial. El comandante imperial entonces decidió romper la tregua y mató al comandante contraimperial. Cuando los embajadores le preguntaron por qué cometió un crimen de guerra éste respondió que así, por lo menos, evitaría una guerra y que murieran muchos soldados inocentes. Y tras expiar él las culpas de los viciosos evitó una guerra.

- ¿Cuál fue el delito que cometió la sociedad como para que condenara a un héroe?

- Fue condenado, pero con los años se le condecoró postmortem.

- ¿Y cómo se resuelve esa paradoja?

- Acabando con los dueños de los imperios. Nadie es tan importante como para hacer que su historia represente la historia de toda una civilización ¿Sabes cómo son llamados los imperios que tienen a un comandante que los dirige?

- ¿Aunque sea elegido por el pueblo?

- Sí

- Nosotros los llamamos sociedades probeta. 

- Tiranía. Cuando un único ser lo gobierna todo a escalas demasiado descomunales, da igual que haya leyes. Al final se impone la tiranía.

- Bien, muchacho. Descansa... Te voy a llevar a un mundo donde podrás intercambiar muchas historias.




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