sábado, 22 de enero de 2022

El mito de la tabula rasa y la ausencia de ley natural

En mi última entrada pudo dar a entender, por parte de quien no lee con profundidad y atención, que yo defiendo la tabula rasa o la relatividad en la moral. Es muy típico por parte de religiosos establecer que la única ley es la de "Dios" o equivalente, como dando a entender que la propia tradición que establezca la comunión con la divinidad debe ser respetada como única vía para dar con el carácter natural de las leyes.

Digamos que esta entrada es para recordar lo que es el Pacto Social y cómo los existencialistas son menos relativistas que lo que la gente se piensa.

Imaginemos un grupo de niños que se ponen a jugar a policacos. Lo primero que hacen es decidir quiénes serán policías y quiénes ladrones. Luego tendrán que jugar con unas normas: qué significa estar encarcelado, cómo se liberan y cómo son atrapados; así como los límites, si los hubiera, a la hora de elegir el espacio donde correr y si los atrapados están obligados o no de ir a la cárcel por sí mismos.

Todos esos parámetros lo establecen ellos de manera individualizada y la coherencia lo fija el sentido común, pero no es del todo cierto: ese sentido común debe ser autoenseñado. Más en concreto, si inventan unas reglas donde no hay emoción entonces el juego no sobrevive. Y es por ello que la democracia y la meritocracia deben ir cogidas de la mano a la hora de darle parámetros al juego de policacos.

Pues bien, la ley funciona igual. Si una ley es desproporcionada algunos no querrán formar parte del pacto social, porque les aburrirá. La integración con el pacto social no se basa exclusivamente en las decisiones morales de cómo nos gusta configurar nuestro estado de derecho o nuestro modelo de convivencia y trabajo, también tiene que defender posturas coherentes donde todos los individuos estén dispuestos a aceptar esas reglas - y esa coherencia se fundamenta en principios que trascienden a la cultura.

Podemos llamarlo ética, y sería correcto. En cualquier caso, funciona como una ley que es natural al objeto que se trata. Por eso, siempre que tenemos un conjunto de alternativas y posibilidades, siempre que definimos a un individuo con un poder transformador, automáticamente aparecen unas leyes naturales a los materiales y agentes con los que estamos trabajando. Donde igual que el Derecho es una ciencia social, los legisladores son cualquier cosa menos abogados: se supone que deben poder representar al Pueblo y a la Justicia que ellos desean. Los representantes filosofan a partir de una ciencia natural, que es su propia experiencia. De ahí nacen las leyes, de su código deóntico. Y hay que diferenciar a la ética del mito; pues el mito es un meme que describe un significado común de unos símbolos a través de una historia, mientras que la ética es un código que sobrevive a varias culturas y diferentes épocas de ser destruido debido a que refleja una ley natural.

La moralidad se sostiene a base de mitos, pues nunca los Principios de una persona son capaces de sobreponerse por encima del mito. Pero el código deóntico no precisa explicaciones: si las reglas del juego no se han detallado es porque hay unas leyes equilibrantes que trascienden a cualquier explicación. Tú puedes decir: "Éstos son mis Principios", pero no puedes decir "Ésta es mi ética"; pues tu ética es la de todos, y hablar de tu ética con humildad es imposible porque si hay motivos para cuestionarla entonces no puedes seguirla.

Visto de otra manera: una cosa es el ser en sí y el para sí. Lo que uno es en sí, como dice el existencialista, es lo que le es natural; mientras que lo que es para sí es lo que tiene derecho a decidir. Por tanto, lo correcto es considerar que el existencialista no es un relativista - porque no encaja ni con la defensa de la carta de los DDHH, ni tampoco con El segundo sexo. 


viernes, 21 de enero de 2022

Recapitulando

En mi anterior entrada, implícitamente, di a entender que podía crearse un sistema de creación de historias que reconocería algo así como 80 esferas (como si hubiera que elegir tres cualidades de entre seis y darle un valor entre positivo y negativo a cada una, para comprender que la mitad de las esferas serían el análogo a otra - ej: si defines la esfera de la maldad no hace falta definir la esfera del bien). Sin embargo, igual que me valen las 80 esferas que me salen ahí, también podría valerme las 21 esferas del tarot, o las siete de Propp.

Para conseguir recoger las 21 esferas del tarot (sus arcanos mayores, y así aprovechar el álgebra que tiene) el truco sería recoger 2 de 7 cualidades y suponer que sólo hay una manera de polarizarlas, dando a entender que la versión inversa sería invirtiendo esos dos valores. Sin embargo, ¿qué dos cualidades son suficientes para definir el mal? ¿Y para definir el poder?

No digo que no se pueda hacer, considero simplemente que estos temas se oscurecen debido a que esas álgebras cuantas más espectativas tengas sobre ellas más parecerá que estás como perdiendo el tiempo.

En cualquier caso, encontrar las operaciones de grupo es factible y muy útil. Nos permite tener un lenguaje coherente que trabaje con un algoritmo primohermano del "entailment". Es decir, es una manera trascendente de responder preguntas. Como un mecanismo sabio, al encajar con las espectativas propias de una civilización, y mover las esferas según su comportamiento constructivo o destructivo.

Yo, por mi parte, puedo recoger el guante y quedarme con mis 80 esferas; como dando a entender que yo tengo un Tarot diferente que me permite crear historias en un modelo civilizado superior a cómo se creó en el medievo. Por otro lado, si a los 22 arcanos mayores le añadimos las 56 arcanos menores sólo le faltarán los dos comodines para llegar a las mismas 80 cartas. Pero, en cualquier caso, tampoco me interesa jugar tanto con los números - sé que puedo inspirarme en el tarot de Marsella, y puedo valerme de su sistema de numeración, si quisiera, para clasificar las 80 esferas.

El asunto es que tengo una tercera teoría, ésta tiene que ver con la duración de una serie. Para ello tengo pensado analizar películas genuinamente de amor, aunque sospecho que las películas épicas también funcionarán. Es decir, películas como "Lo que el viento se llevó" o "Espartaco" podrían ser buenos referentes. Aunque sería más lógico tirar por la de "Jesús de Nazaret" que tiene muchísimas horas de duración y tuvo enorme aceptación. También tengo preparado algo más cortito: dos películas de Patrick Swayze míticas como "Ghost" o "Dirty Dancing". Asímismo, me planteo también algo corto entre las comedias como "Nunca me han besado" o "Admiradora secreta". Y una mezcla que va entre lo épico, el amor, la pasión religiosa, la guerra: "Sonrisas y lágrimas".

Sospecho que si realmente me lo monto bien podré descubrir si mi teoría de hace años es cierta: supuestamente debo encontrar un ciclo de momentos de alegría, de tristeza y cosas así. Tengo los mapas ya preparados, donde uso palabras como nostalgia, complacencia, etc... También tengo la operación de grupo de algunos de esos ciclos que, en principio, se tienen que repetir indefinidamente.

Esa operación algebraica la diseñé mientras veía un programa de "Lágrimas en la lluvia", que venía con película y coloquio sobre estos temas. La verdad es que no recuerdo la película, pero cada vez que pongo a prueba la tabla que creé veo que encaja. Cada vez que se da un suceso importante solía coger mi cuaderno, apuntaba la situación actual, la sensación que impulsa el cambio y la situación resultante. Podría sospechar que cuando una película ayuda a impulsar esos órdenes de sensaciones entonces ayudará a generar emociones, y no dará la sensación de ser un peñazo de película.

Sin ir más lejos, cuando vi "El atlas de las nubes" la primera idea que se me vino a la mente es que una novela tan aparentemente tan mal estructurada debería de ser un rollo. Pero, a pesar de que parece una obra que se sale de la gráfica, creo que los momentos intensos, el hecho de que se repitan los personajes, que se vivan experiencias fuertes..., creo que eso hace que la película guste igualmente, a pesar de parecer desestructurada.

En cualquier caso, consiste en encontrar primero una norma general, para después determinar cómo los algoritmos deben depurarse a partir de ese otro conjunto de motivaciones que provocan el gusto y disgusto de la gente.


jueves, 20 de enero de 2022

Las cualidades meméticas

Es fácil encontrar autores que nos hablen de los memes, y que estudien cómo aparecen a posteriori; pero a mí lo que me interesa es la manera en la que podamos clasificarlos para estudiar sus relaciones algebraicas. En mi blog de "Explicaciones de Luces y Espectros" se puede observar cómo afronto los memes a los que llamo arcontes, y aquí los he refundado como esferas. Cada esfera tendrá un conjunto de cualidades que tendrán activadas en positivo o en negativo; al conjunto de cualidades en positivo o en negativo los llamo eones, en referencia a los memes resultantes de mantener la cualidad a través del tiempo inalterable debido a que es invocada/usada por las esferas.

Son temas difíciles de explicar para quien no las entiende, pero que encajan muy bien cuando las comprendes. Funcionan como las matemáticas, es decir: los matemáticos no necesitan de tantas explicaciones para las mismas lecciones cuando éstas son constructivas. El formalismo matemático está mucho menos presente de lo que mucha gente se imagina. De la misma manera, las esferas definidas por la civilización se rigen por una estructura algebraica que es más susceptible de ser descubierta que lo que muchos se imaginan. Sin ir más lejos, la explicación de tales elementos habría sido un buen capítulo para el libro "Cuando fuimos máquinas" que estoy tocando como una posibilidad...

El estudio de las cualidades meméticas sé y me consta que no es un tema conocido por prácticamente casi ninguna persona, porque sólo unos pocos psicólogos suelen mencionar el hecho de que el mal es un concepto moral/cultural, y los filósofos no parece que se hayan mojado demasiado. Se observan afirmaciones aberrantes como las relativas al "machismo" que demuestran que la política no ha venido a ayudar, sino más bien a enmarranar el debate filosófico. No sirven ni para hacer propaganda ni aun cuando están compartiendo la trinchera. El político socialdemócrata ensucia los conceptos que toca porque su fin de capitalizar sus votos suelen ir en contradicción a las ideas.

Para empezar, da la impresión de que el machista es malo, y eso es un error: una cosa es ser machista y otra diferente es ser malo. Y eso tomando en cuenta ambos conceptos. Es decir, es como cuando hablamos del que es tonto: una cosa es ser tonto y otra es ser machista, por ejemplo. La cosa es que cuando se utilizan ciertas valoraciones lo primero es darse cuenta de cómo pueden trabajar las palabras.

Es decir, las palabras machista, malo, tonto, imbécil..., parten de conceptos independientes, pero se pueden combinar para redefinir el término hacia niveles superiores. Cuando yo mismo me atrevo a hacer tests que evalúen lo tonto que uno es, o qué tipo de ficha sería en mi novela, eso es porque poseo un álgebra que me permite evaluar las propias cualidades meméticas de las esferas que planteo. En la medida en la que sea capaz de comprobar que los eones son simétricos a través de las preguntas puedo estar seguro de que el test está balanceado (si no lo estuviera el sistema de puntuación debería de adulterarse multiplicándolo por un factor).

Ejemplos de cualidades meméticas podrían ser las siguientes:

- Trasgresión de las normas morales

- Seguimiento de una ética o ley natural

- Disfruta de la traición

- Respeto de lo más importante

- Respeto de lo causal y el equilibrio

- Uso del drama en oposición a tener autoridad

Si recogemos en orden esos elementos podemos establecer definiciones:

Maldad:     +++000

Justicia:     0+0++0

Derecho:    -+00+0

Logos:        0+00+-

Voluntad:    0+-0+0

Sometedor: 0+0+0-

Especulador: +0+0+0

Moralista:   -0-00- 

Bufón:         +0+0-0

Y así podría continuar..., sin estar seguro si realmente lo estoy haciendo realmente bien. Puedo observar etiquetas atribuibles a las personas, como si fuera el rol que desempeñan en la historia principal de su propia vida. Esos roles conforman un papel dentro de la sociedad a la que pertenecen. Si fueran meras bestias, y no seres civilizados, tales roles no existirían. Sin embargo en toda sociedad civilizada siempre existirá un sujeto que ejercerá el magisterio (jueces que se atienen al derecho), personas que legislan (que nos dicen qué es lo que es justo), un ejecutivo que decide cómo repartir (sometedor) y un consultor que aprovecha para mover los hilos a su favor (especulador), y así sucesivamente... Cuando observamos los rasgos comunes que tienen también podemos imaginarnos que las mismas esferas pueden estar en dos estados: constructivas o destructivas; pueden ayudar a la civilización o pueden ir contra la propia historia.

Sin embargo lo más fascinante es cuando ponemos todas esas esferas en un orden de manera que podamos operar entre ellas a través de una operación de grupo, donde puedan ejercer de medio para transformar una esfera en otra. Eso mismo ya lo expliqué en mi anterior blog hace años.

Lo que me parece triste es que esta tecnología es medieval; y que esos arcanos no los haya visto superado en los actuales ensayos de informática relativos a filología e inteligencia artificial. Aquí hablo, lógicamente, con información de primera mano. Los arcanos que explicaban cómo crear historias son mejores que el GP3 en muchos aspectos. Y esto es algo que, por un lado, me intriga y, por el otro, me apena y horroriza.

Es como si la sociedad fuera a menos.

 

miércoles, 19 de enero de 2022

¿Cómo se estructura y qué es un guion?

Un guión de una obra de teatro o de película es una construcción previa a una obra literaria, básicamente consiste en un prototipo que describe cuál es la estructura que va a tener el montaje final a través de los diálogos. Una persona como yo, que no tiene estudios en arte dramático, o que no tiene verdadera experiencia en teatro o en el séptimo arte, no es lícito pensar que pueda entrar en prolegómenos o explicaciones más o menos profundas sobre cómo hacer un guion. Sin embargo ha llegado un punto en el que toca desarrollar ese tema: porque un guion es una auditoría de la obra, y se estructura de manera parecida a cómo se audita la adquisición natural del lenguaje según mis pesquisas más actuales.

Cuando tenemos un diálogo lo más importante es saber cómo expresar lo máximo necesario con la mínima información. Este diálogo servirá para que los actores se lo preparen y se lo metan en la cabeza, así como le servirá al director para que tenga una idea general del orden de aparición de los conceptos a los que ir haciendo referencia en la obra.

Por supuesto no me voy a meter en la descomunal clasificación de actores y directores por cómo se relacionan entre ellos para convenir un conjunto de escenas con mayor o menor libertad de acción hacia una u otra parte. El objeto de esta entrada es trivializar lo más importante para ese sector para, acto seguido, centrarme en cómo se estructura el guion para transmitir los elementos más importantes de la auditoría.

Es decir, en todo momento tenemos o una cámara o un público. Es posible que haya varias cámaras, varias primeras personas, con roles diferentes (primer plano, medio plano, panorámico, de lateral, desde arriba...), de la misma manera que el protagonista es la primera persona en la historia sobre la que recae todo el peso de la identificación del público. Es por ello que, salvo que hablemos de obras peculiares como Juego de Tronos, en principio toda la obra girará bajo el punto de vista de un único personaje - insisto, en primera instancia sería así, lo que nos viene decir que darle un caracter tan solidario como en Juego de Tronos suena a propuesta artísticamente compleja e interesante que no corresponde a este nivel de estudio.

Dicho hasta ahora, tenemos un sujeto que habla y un dativo al que se dirige. Ambos son agentes, el yo sujeto es el protagonista y el yo dativo es el público. Entonces la línea del guion cuando el protagonista se dirige al público tiene que incorporar dos apartados: en el primero se especifica 1-1, dando a entender que habla el protagonista 1-? y que se dirige al público ?-1; el segundo apartado será lo que dice. Y lo que dice tiene que incorporar dos partes: una es el contenido y otra la entonación (interrogativa, exclamativa, enunciativa...). En principio, es considerada la prosodia a la manera de entonar todas y cada una de las partes en una frase; como dando a entender que los signos de escritura no pueden representar todas las maneras de leer.

Es por ello que urge la duda: ¿debe almacenarse en la auditoría la prosodia? Más bien habría que decir que para frases parecidas debe haber una entonación común para poder indexarlas y que, en virtud de lo mucho que se use alguna clase de prosodia lo que debe hacerse con ella es elevarla a nivel de acento - a modo de meme.

De la misma manera, observamos en toda obra de teatro que por muy poca información que se dé siempre el narrador debe dirigirse al público ya sea por palabras o a través del escenario. El narrador y su mundo es él, la tercera persona: toda acción que se produce en la obra es de una primera persona a una segunda, ya sea respetada o no. Y es posible dirigirse a una tribu de segundas personas, pero cuando nos dirigimos a la tercera persona del plural nos referiremos a "los otros", los bárbaros, los que están fuera, el caos, los malos... Ya digo que si pensamos en "Juego de Tronos" parecería que casitodos son "los otros", aunque este recurso lo entendemos perfectamente en la idea de que la tribu más noble es quien se enfrenta a "los otros" de manera más clara.

Yo mismo cuando escribí mi novela también quise simular lo que experimenté al leer el primer libro de "Juego de tronos", y que queda bien representado en la serie. Esa manera de escribir recuerda a "La colmena" de Cela, así como a otros tantos autores que, al parecer viejunos, pasaron desapercibidos. Las novelas realistas de Galdós, Delibes o, incluso, me atrevería con Azorín, ya mostraban cómo el escenario se volvía altamente solidario con todos los protagonistas. Sin embargo, en la literatura española, no recuerdo una obra a la que tildar del género heroico y que cumpla estos requisitos - por eso "Juego de tronos" fue una propuesta interesante, empero. Y quise simularlo en mi propia novela de "Luces y espectros".

En cualquier caso, cuando el narrador, o los escenarios, describen situaciones la diferencia de una persona hablando a mostrar directamente los hechos reside en el contenido y su entonación. Es decir, ya sea porque el narrador nos hable o porque se vea una explosión ambas circunstancias se deben traducir como 8-1; porque todo lo que viene de "él" se atiene a las reglas de la naturaleza misma, y su contenido es inescrutable y, en ocasiones, inefable. Esperaremos a través de la entonación algo empatizable con nuestros sentidos, pero debe aceptarse la información que se transmite como verdades experimentadas.

Así, visto a grandes rasgos, parecería (y quizá sea más o menos así) que un guión sólo puede ser un conjunto de líneas de diálogo. Y esas líneas son lo que representarían la auditoría en la fase de adquisición. Ahora bien, en un entorno familiar es natural que haya un Vd-padre y un Vd-madre. Es factible pensar que cuando se dirijan a su público 3-1 cada uno use patrones de lenguaje diferentes; cuando inicialmente estoy diciendo que ambos se indexan en un mismo tipo de línea.

Observo que, lógicamente, la auditoría debe almacenarlo todo y que, por tanto, al indexar lo que dice el padre empezará en un marco de página común 3-1, para luego profundizar a más largo plazo conque eso es lo que dice el padre. Ahora bien, si el padre habla en un idioma y la madre en otro entonces el contenido no podrá adivinarse por la entonación, más bien el acento ayudará a distinguir dos códigos diferentes. Por lo que cuando el código se memetiza lo que tenemos es la adquisición de dos idiomas naturales, la construcción del pensamiento bilingüe - que es diferente a aprender un idioma L2.

Este punto es, quizá, el más sensible de todos: ¿cómo implementar el código (doble sentido) dentro de la auditoría para que los patrones evoquen a dos maneras diferentes de expresar lo mismo y que ambas sean válidas por provenir de dos Vd diferentes? Otra cosa es, ¿por qué lo que proviene del séptimo pronombre (supongo que el Vds indexa lo que se aprende como L2) no va a ser lo mismo que lo que proviene del tercer pronombre (Vd en singular)?

Se puede comprender porque el lenguaje de tu clan debe ser comunitario, mientras que el lenguaje de tu pueblo debe ser racional. Y aprender un lenguaje racionalmente estará lleno de limitaciones, igual que aprender un álgebra de manera emotiva tampoco tiene mucho sentido. Por ello bien se puede hablar de que el aprendizaje de las formas del singular son emotivas, mientras que las de las formas del plural podrían ser racionales. Pero dando a entender que son dos tipos de lenguajes naturales: los que usamos para expresarnos o comunicarnos y los que usamos para razonar o calcular.

La teoría del orden de los pronombres, a mi juicio, me está dando mucho juego para poder clasificar los hechos que conocemos y, poco a poco, va adquiriendo forma. Muy probablemente haya que combinarlo inteligentemente con la teoría del género único para estudiar cuándo unos contenidos consiguen invocar individualmente a las emociones correctas dentro de su contexto, de su realidad sociopragmática.

Por otro lado, tengo preparada otra teoría - ésta se basa en la profundidad de las esferas y cómo desarrollarlas para crear un mundo complejo en ellas. Es, sin ir más lejos, esas referencias que daba de "Juego de tronos", pero aplicado a cualquier género y a temáticas específicas. Sin ir más lejos, los videojuegos del género JRPG ya habían estado desarrollando estos enfoques a través de personajes heroicos y subtramas que se entrelazaban con la historia principal. Así, los arquetipos de los personajes - las esferas, pueden experimentar las 8 fases a través de los pronombres dentro de la descripción de la obra. La cosa es, la teoría del orden de los pronombres no nos dice cuándo se cierra un ciclo; todo lo más un acto. Pero no nos explica qué se espera de cada acto, y cómo se interrelacionan. En la teoría del género único especulé con la manera estática establecida por Propp y Campbell. Sin embargo hay que ser audaces: ¿cuando una serie ha avanzado demasiado como para que tenga que morir? ¿Esperaremos a que nos lo diga la audiencia o las circunstancias externas laborales o de mercadeo? Es interesante comprender qué es la esperanza de vida en una novela; y eso lo tengo más o menos perfilado y preparado... Pero ya se verá.


domingo, 16 de enero de 2022

8 Pronombres: Test 1. Comienzo de Casablanca

Anoche sufrí un miedo atroz, un dolor penetrante e insistente me despertó de mi sueño y, junto a él, la sensación de que era imposible deshacerse de él con los medios de los que disponía. Un dolor que atravesaba mi pie, una ampolla que se había formado por los malos roces de mi calzado acabó por ennegrecerse ¿Cuándo esa forma deforme quiso volverse oscura y tétrica? ¿Pudo ser la comida inusual y picante que tomé? ¿Pudo ser la crema hidratante que me apliqué al fin a las manos para deshacerme de un continuo sangrar innecesario? ¿Pudo ser esta extraña gripe que a todos nos asola y estamos obligados a asimilar?

Y recordaba mientras caminaba a casa porqué no quise ni quiero vacunarme: sin responsabilidad legal en quien suministra un servicio no hay servicio, hay impunidad. Si van a ganar millones de euros por la vacuna, ¿qué les cuesta asumir responsabilidades económicas? Nada, demasiado turbio.

Así que hice lo que más odio, como aquella vez que volviendo a casa me perseguía un dolor incesante en uno de mis pies sin que consiguiera quitármelo. En aquella ocasión se me cruzó un fumetas, un tío que le daba al porro y, de una calada, en plan pasivo, me arrebató todo el dolor. Dolor que acumulaba durante la última media hora andando y que con sólo oler la marihuana se esfumó durante días. O semanas.

Al final hice lo que menos me gusta: cogí un sobre de ibuprofeno y me lo tomé. Tengo 44 años, debo ir asumiendo los medicamentos. Eso de una vez al año no es suficiente, me los tomo como las vacaciones. Como los días de descanso: uno y ya. Que no moleste mi día a día, que bastante exasperantemente inoperante es que no consigo ver avanzar el tiempo ni puedo esperar futuro alguno en este país.

Al tomármelo en un minuto dio efecto y el dolor se esfumó. Y entonces vino otro miedo, si bien no quería llamar a una ambulancia ahora surgía la dependencia a que esa droga funcionara, y con el cáncer las cosas algún día dejarán de funcionar. Es inevitable. Ya comprendí lo que significaba eso de depender de las drogas: me veía tomando otra y otra para mantenerme lejos del dolor, un dolor que me impedía dormir - y necesitaba dormir para estar lúcido. 

Pero a la media hora, intentando la meditación de ponerse como una antena, el dolor volvió. Por supuesto me negué a tomarme otra dosis, con una es más que suficiente. Probé entonces a meditar por el método de la respiración y, efectivamente, observé que el dolor era como cruzar una viga: que podías traerlo o llevártelo. Y a la hora el dolor cesó. Así, queriendo dormir pasó el tiempo con los miedos de tener que aceptar la lucha a muerte que me esperaba, pero al voltearme en cúbito supino, para protegerme sólo conseguí protegerme de los efectos del ibuprofeno. Efectivamente el dolor persistirá durante toda la noche, y tener predisposición de protegerme sólo podría anular los efectos de la anestesia que me administré.

Es ahí donde los miedos se abalanzan hasta el momento en el que me despierto para ir a trabajar. Compruebo para mi espanto que ese mal sueño de hace cinco horas sigue volviendo de vez en cuando. Esa ampolla, aún oscura, sigue desafiante. Por ello opto por la técnica que me funcionó con los lunares dolorosos que siempre emergían: si no era suficiente andando, en este caso, ponerme a correr. Los estiramientos de la noche anterior no fue suficiente, pero el ejercicio físico sí funcionó: si obligas a drenar y llenar de agua un vaso al final éste se enjuaga. La teoría era esa, y funcionó. Funcionó hasta el punto de que tras venir andando esos tres o cuatro kilómetros no volvió a aparecer el dolor. Sólo tengo esos peculiares síntomas gripales peculiares, menos que un catarro, más que una alergia.

Mi limpieza y cuidado puede evitar desgracias mayores, pero ahora escribo esto sin saber si esta noche volverá a pasar; si fue producto de una comida picante, de un exceso alimenticio, o de otra cosa. Tal vez estén remitiendo los síntomas y, como pasa con la llama a punto de apagarse, me estaba brindando una última aparición estelar que procurara llamarme la atención.

En cualquier caso, lo que más me ha costado ponerme a hacer es seguir innovando - y en eso estoy. Tenía este trabajo medio terminado, y hoy le he querido dar forma:

 

8 Pronombres: Test 1. Comienzo de Casablanca.

Según mi teoría, toda historia bien hecha debe regirse por una secuencia de los 8 pronombres personales secuenciados en un orden obligado, sea del género literario que sea. Si bien se salta una fase es porque debe quedar implícita, o sobreexplicada - en cualquier caso, sin probarlo con un corpus en condiciones esto no es más que... Una teoría. La cosa va tal que así: cada escena tiene un contexto + un sujeto. El sujeto sólo puede estar activo o pasivo, el yo activo es el héroe, y el yo pasivo la víctima, cuando el inicio es una de las maneras de empezar una historia..., que es contándola desde el principio.

1. Inicio + Yo pasivo (Víctima): victimario. Menciona que los protagonistas quieren ir a Lisboa para escapar de los nazis.

2. Victimario  + Tú pasivo (Ausencia): Postguerra. La fechoría es una ausencia, tal como lo describe Propp, por lo que el contexto recuerda a las situaciones de postguerra.

3. Postguerra + Vd. activo (Compañero): Pícaros. En un entorno hostil, ser activo implica estar rodeado de pícaros/aprovechados. Como el que estafa a unos indefensos turistas.

4. Pícaros + Vosotros activo (Secuaz): Policíaco. Aparecen villanos que pretenden mantener la ausencia, para ello intentarán pillar a los pícaros. Por lo que el contexto es policíaco.

5. Policíaco + Nosotros activo (Éxitos): Picaresca. Aparece el bar donde se reúnen los pícaros como un éxito empresarial donde se trapichea de manera habitual y cotidiana.

6. Picaresca + Ellos activo (Trampas):  Contraespionaje. Se lleva a cabo una detención, o captura, de uno de los pícaros tras tenderle una trampa.

7. Contraespionaje + Vds. pasivo (Compensación): Ventana. En este oscuro túnel se ve una ventana con una tenue luz porque al atrapar al pillo éste dejó un objeto de un gran valor.

8. Ventana + Él pasivo (Incertidumbre): Búsqueda. La enorme incertidumbre en la que se sitúan los acontecimientos siguientes obliga a que la historia acabe con una propuesta de Búsqueda, buscar la manera de usar el objeto para huir.

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En definitiva, Casablanca estaría clasificado según este esquema con un 3C escrito en hexadecimal y, según empero, si hubiera otra película que hubiera empezado también bajo el esquema 3C sería fácil encontrar analogías con Casablanca.

Ciertamente, todo esto sin mencionar la manera de expresar cada momento al usar una mayor cohesión referencial o menor según se quiera invocar las distintas etapas por las que se pasaría según la teoría del género único. Es decir, todas estas operaciones obligan a pensar que al margen de las 256 combinaciones haya que multiplicar por cuatro, o por cuatro elevado a la octava, los posibles géneros que se podrían crear... En cualquier caso, siguen siendo apreciaciones interesantes porque con la teoría del género único podía suponer la clase de emociones que se emitían, pero con esta teoría lo que consigo es suponer qué escena falta y cómo montarla para que las distintas partes estén bien cohesionadas y sean convincentes.

Es decir, la teoría de los 8 pronombres podría ayudar a crear sujetos (héroes) convincentes.



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