viernes, 18 de marzo de 2022

Las trompetas vuelven a sonar en menos de una semana

Los sonidos estridentes vuelven a inundar la ciudad de Cartagena. Mientras caminaba hacia mi tienda podía ver cómo un helicóptero sondeaba la mañana ¿Qué pretendía ver que tampoco haya podido ver los anteriores? Ahí estarán una vez más los militares intentando dar con el origen de ese estridente sonido. Un sonido atronador a trompeta que se mantiene durante ¿horas? Un sonido que a los ciudadanos de a pie ya ni les importa.

El centro de la ciudad inundada por un ruido que rivaliza con las máquinas limpiadoras. Quizá todas juntas, al unísono, conformen en sincronía un enjambre de máquinas limpiadoras que hacen un eco resonante en toda la ciudad. Los ruidos que antes hacían las abejas ahora son sustituidos por los motores de los operarios de limpieza. Así podremos descansar más tranquilos, dando a entender que tenemos un estridente origen a ese espectáculo bochornoso que parece provenir del cielo.

Segunda trompeta. Me pregunto qué estará pasando.

La última vez solo sonó una vez. Entonces los ciudadanos morían de hambre mientras la socialdemocracia miraba a otro lado. Los periodistas habían determinado fingir que la crisis no era para tanto. Los bancos se habían librado y la población en masa estaba socializando las pérdidas. Porque es así como funciona: si funciona bien es todo gracias a unos pocos, si no funciona entonces tienen que pagarlo todos. Los que menos tienen son los que más trabajan y, lo que es peor, muchos se han creído que los que menos trabajan es porque se lo merecen. Aún escucho los ecos de las loas a Franco: ¡Viva España! ¡Iba España! ¡Arriba España! El fantasma del franquismo aún vigente en sus lacayos más fieles, que le siguen el juego aun estando muerto.

Los oligarcas no tendrían poder alguno sin la clase que se encuentra entre los parásitos y los decentes. Los que fiscalizan han necesitado ser pervertidos como para que no investiguen, como para que dejen las cosas sin sancionar y sin denunciar ¿Cómo sería un país donde el fiscal es elegido por el pueblo, y no porque tenga conocimientos jurídicos sino por sus columnas de denuncia pública? ¿Cómo sería un país si la fiscalización tuviera suficiente poder como para anular una decisión judicial pervertida, como para referendar qué es firme y qué no lo es? 

Si desapareciera el poder ejecutivo, ¿quién ocuparía el puesto elucubrador que ayudaría a la inversión de empresas extranjeras? Esas que traen la prostitución, y el trabajo precario para hacerle la competencia al trabajo autóctono y a la tecnología ¿Realmente empresas con algún código ético y que tienen mucho que ofrecer tecnológicamente necesitan especular con las condiciones laborales? ¿No será que se ha fingido mucho en lo que se refiere a los derechos laborales y no se ha terminado de debatir qué es inherente al trabajador?

La socialdemocracia nos ha intentado arrebatar el derecho a clausurar las fórmulas de trabajo, la automatización de los contratos..., los smart contracts. La capacidad para llevar a cabo guan xi. Se nos impone fórmulas de negociación decimonónicas, y eso tiene un precio.

¿Sonará una tercera trompeta?

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Actualización. En realidad se trata de la huelga de trasportistas. Los cláxones los dejan puestos al unísono. Al parecer también lo hicieron hace días por la noche, razón por la que resonó en las montañas del muelle. Es lo que tiene vivir en una ciudad portuaria con refinería y cultura petrolera.

Ahora bien, lo de las trompetitas ha quedado molón.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Nubes sucias

Desde hace unos días unas nubes tremendamente sospechosas se han posado en la ciudad de Cartagena. Algunos ya sospechábamos que se trataría de contaminación..., un cielo naranja, fuera de época, nubes que no dejan ver el sol... Hoy mismo he visto la confirmación: una lluvia de barro asqueroso en gotas que chispeaban. No fue necesario sacar el paraguas, porque al terminar la caminata el pelo lo tenía completamente seco. Pero al mirar el pantalón negro de cuero..., estaba lleno de motas de barro. Asqueroso. En cuanto tenga ocasión me iré a la ducha.

Creo que ese es el precio que tenemos que pagar por la guerra. Hace varias semanas se oían unos ruidos molestos durante la noche, continuos..., provenientes del muelle. Como si se tratara de una forja que hacía ecos a kilómetros. Era la trompeta de la muerte de aquellos que nacieron en Ucrania y que jamás volverán a sus casas. El sonido de guerra de soldados rusos autoreprimidos que serán embestidos por una población civil desenfrenada.

Cuando un soldado está dispuesto a la lucha el oficial es el que le pone freno cuando ésta ya está perdida. Lo contrario es lo que no funciona: ni el soldado debe decidir dejar de luchar, pues sería un cobarde, ni el oficial debe actuar con temeridad con sus hombres.

Lo que sucede en Ucrania es una guerra sucia donde parece que no hay cuartel en el bando ucraniano. Y eso es algo que se está viendo a miles de kilómetros de allí, donde las fábricas tiñen de naranja el azul de los metales y del cielo mismo. Espero que se levanten las sanciones contra Ucrania y contra Rusia cuanto antes. El yugo de las lamentaciones debería recaer sobre los políticos que deciden contra el Pueblo, tanto el ucraniano, como el ruso o el europeo. 

Aún más, la guerra económica ya se está librando a escala casi mundial. América está preparando sus recursos, y EEUU se ha autoconvertido en filtro del continente para redefinir el imperio y el sometimiento de los pueblos. La enorme debilidad de la economía de EEUU frente a China ha provocado que quisieran promover una expansión de la OTAN más allá de lo que el propio Biden habría tolerado años atrás si lo hubiera hecho Trump. Todo una farsa, en la que Putin ha querido entrar.

Se está ensuciando más y más todo el ambiente, y nos va a afectar a todos. Todo porque unos señores quieren jugar al juego de las sillas. No tienen un papel dentro de ninguna democracia; el Pueblo puede autoorganizarse, como hicieron los camisas negras ucranianos en su tiempo. Los políticos son la clase parásita que necesita hacerse valer, y fingir que es imposible ninguna otra forma de gobierno.

Instituciones, políticas ejecutivas, urnas para elegir a quién colocar entre dos opciones posibles, sindicatos para luchar contra empresarios y, por lógica, grupos de empresarios que tendrán por objeto defraudar en los contratos laborales... Solo a un perturbado se le ocurririría llamar a eso democracia o pacto social.

lunes, 14 de marzo de 2022

Chomsky se equivoca. Proyecto Blancanieves

Desde la clandestinidad es tan cómodo hablar, criticar..., sabes que nadie te va a refutar. No ves lo que se te viene encima. Bueno, pues al menos me voy a divertir desde mi ceguera.

Conozco los trabajos de redes neuronales para simular la lectura de frases y para el reconocimiento de imágenes. Sé que usan modelos algebraicos diferentes. Pero también es cierto que esos modelos, por muchas millones de horas de trabajo que tengan por detrás, no han conseguido alcanzar la complejidad que las redes neuronales biológicas parecen ofrecer en lo que se refiere a prestaciones.

Aprovecharé esta entrada para transmitir un pesar personal, algo que me reconcome por dentro. Se trata de una teoría que cada vez va adquiriendo más forma, y poco a poco ya he conseguido ordenar la síntesis de toda la operativa necesaria. Todo, por supuesto, a falta de ponerlo a prueba en condiciones.

La cosa es ¿cómo serían las cosas si la misma red neuronal que se usara para reconocer el lenguaje natural sirviera para reconocer imágenes? ¿cómo serían las cosas si lo que nos dice qué es un ruido también sirviera para decirnos qué es bonito o feo? Y el asunto es que ya lo tengo y, lo mejor, tiene mucho que ver con este blog y mi tecnología exclusiva desarrollada desde hace años.

Un anillo para gobernarlos a todos...

Me imagino un animal, como un perro o un gato, me dirijo a él y le digo: tú también puedes hablar, y entender lo que te digo. Pero claro, ¿qué me diría cualquier persona con dos dedos de frente? Lo mínimo: que le estoy hablando a un perro, que estoy majara. Pero el matiz está en lo que le falta a todos los animales menos a los homo sapiens. Se trata de una operación que está ligada con la consciencia o, como últimamente estoy depurando, con la sincronía. Más en concreto, es un problema de eficiencia síncrona - en mis términos dentro de mi última teoría.

¿Qué es lo que hace que un humano pueda hablar y mi perro no? La diferencia no está en que el humano haya nacido con una capacidad para reconocer las reglas gramaticales de un protolenguaje, desde hace años ya renuncié a buscar tales reglas. La capacidad para reconocer el lenguaje natural consiste en la manera que tenemos de codificar el oído para encontrar las imágenes que alberga. Es decir, se trata de un problema de codificación.

Dicho de otra manera, si a un gato le pusiéramos un audífono ultratecnológico entonces podría entender perfectamente cualquier lenguaje natural humano. Y el audífono solo tendría que incorporar las funciones neuronales que desempeñan las neuronas humanas, aunque adaptadas a la capacidad de reconocimiento visual felino.

Cuanto más lo desarrollo más claro lo veo. Así como que la estructura gramatical simplificada que es usada para pensar de manera lógica al final se decodifica en cuatro coordenadas (x, y, z, t). Por lo que puedo trabajar de esa manera para ver cómo se sintetiza todo. La teoría, por el momento, no tiene flecos ni rarezas. Sé en qué etapa trabaja la codificación, y en qué etapa hay un proceso de reunificación; que es una versión más laxa de lo que entendemos por "lógica" - aunque, francamente, poco importa. Las dependencias de reunión podemos considerar que conforman una lógica práctica, más que una lógica completa - si es que existe esa otra lógica considerando el teorema de incompletitud.

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Me hace gracia el chiste de un par de humoristas que consideran que con enseñarle a hablar a un perro éste sería más que suficiente como para que éste pudiera traducir al resto lo que piensan los perros. No tendría sentido porque los ladridos no se codifican a la capacidad visual perruna, o quizá su gramática es demasiado trivial como para valorar ese lenguaje. Ya sabíamos de varios mamíferos que ladraban o se comportaban con un lenguaje corporal coherente, pero cuya gramática era demasiado trivial como para encontrar abstracciones o poesía. Aún así, los aullidos de un perro pueden entonar canciones que emiten sentimientos, así como los maullidos de los gatos a la luna, y eso en mi tierra también es poesía.

Sin embargo no podremos valernos de la capacidad que tienen los mamíferos para empatizar entre ellos mediante un lenguaje corporal más allá de lo que realmente seamos capaces de aplicar para los propios humanos: el test de la consciencia de este blog consiste exactamente en eso. Consiste en decir que a partir de las imágenes seremos capaces de decodificar una frase en un lenguaje natural (el título que le pondríamos a un vídeo). Disponer de esa función, cuando hablamos de una filosofía conexionista, equivale a disponer de la función inversa. Por lo que en todo momento siempre he estado tocando este tema coherentemente basándome en la misma idea.

Es decir, la postura de Chomsky es la que complica todo y a todas las referencias bibliográficas.

Sin embargo, para explicarlo bien habría que tener todas las referencias bien preparadas, explicar lo que es la consciencia bien explicada, y citar lo que se sabe de las redes neuronales. No es sencillo. Antes habría que verse haciéndolo, antes de construirse el relato. Y lo gracioso es que ya puedo imaginarme a otro nivel ese consejo.

Si le enseñamos a un perro nuestro idioma éste no podrá servir de traductor, salvo que sea un buen poeta o crítico de cine. Dicho de otra manera, es como si le brindáramos a un perro el trabajo más difícil bajo la premisa de que muy fácilmente podría engañarnos haciéndonos creer que realmente ese otro perro tenía unos sentimientos y no otros.

En cualquier caso, le pones un audífono a un perro y éste puede que aprenda a balbucear un "i-love-you", como hemos visto en varios vídeos de Youtube; con las clásicas limitaciones que puede tener cualquier niño con algo de retraso.

Por otro lado, ¿acaso pretendo ser testigo de esa tecnología? Me imagino a ratas rusas o pájaros rusos con audífonos correteando o viajando por toda Europa para transmitir informaciones secretas "al enemigo". No sé..., algo me dice que de desarrollarse una tecnología tendría que ir por esa dirección. Se le podría llamar "proyecto Blancanieves".

En vez de crear un muro de misiles y cosas turbias se pasa a ponerles audífonos a pajaritos, conejitos, zorritos, etc..., con las mismas, cuando el enemigo atraviese las líneas del Donbass, o algo así, éstos corretearán para avisar a sus amigos. Me imagino los cuarteles generales esperando a que llegue la paloma mensajera, pero no para cogerle ninguna nota de la patita, sino para hablar con ella y que te explique lo que le han contado al más puro estilo Dr. Dolittle.

Ciertamente..., no creo que viva lo suficiente como para encontrar un filólogo que se atreva a sostener una teoría así y, menos aún, para confrontar a Chomsky. Aquí se toca ingeniería, matemáticas y filología. Si eso, también, neurología. El simposium capaz de abordar estos temas hasta alcanzar la singularidad que yo llamé "omega" sería de lo más divertido. Aunque antes habría que alcanzar la singularidad alfa...


domingo, 13 de marzo de 2022

Tolerancia a la inexistencia ajena

- ¡Chsst! ¿A ti también te han castigado?

- ¿Yo? ¿Me dices a mí?

- Sí ¿A quién si no?

- ¡Ah! Pues no, no me han castigado. Me han dado un trofeo.

- ¡Sí, venga!

- Hablo en serio. Lo primero que deberías hacer es distinguir los trofeos de los castigos.

- Estás fuera de la clase, en el pasillo igual que yo. Te han castigado.

- Yo no sé cuál es tu caso, el mío no es un castigo. Me han recompensado.

- Pues yo veo que materialmente estamos igual [lo sé un niño de 10 años no hablaría así, pero no me podéis pedir que reproduzca la conversación al mismo nivel, porque sería más larga].

(Pasa un rato)

 - ¿Y por qué te han dado ese "trofeo"? [él ya sabe que no le voy a preguntar por su castigo por ser un par de años mayor, así que ni se molesta]

- En una conversación con el profesor mi palabra conseguí que fuera la última, de manera que no podía refutarme. Y como había una intención jocosa eso le hizo sentir inferior a mí.

- ¿Y cómo sabes que eso le hizo sentir inferior? Lo más probable es que ni le afectara.

- Porque me ha sacado de clase sin haber hecho nada malo. Eso es un trofeo. Si eres capaz de distinguir los trofeos de los castigos llegará el día en el que no los necesitarás. Simplemente te valdrás de ellos.

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Nunca quedó registrada la conversación entre esos dos colegiales. Pero el menor de los dos terminó una carrera universitaria y le fue relativamente bien para ser español [creo que le fue bien porque le vi con una bata, y la gente que trabaja con bata son gente a la que le va bien la vida, supongo].

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- ¡Oye! ¿Cómo le dices a mi hermana mayor que me castigaron?

- ¡Jajaj! Tienes que practicar lo que te dije. Puede que te castigaran aquella vez, pero ante tu hermana es posible que fuera un trofeo.

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Si hay algo que no aguanto son los sociópatas que dicen tenerlo todo controlado con el fin de sacar información de cara a la ciencia. Hay que tener cuidado con lo que registras: el hecho de que estés ahí supone un cambio - y no puede permitirse el lujo de no reconocerlo. Hace poco leí un documento donde se estudiaba hasta qué punto afecta la maquetación al aprendizaje. Lo único que demostraba el documento es que una persona podía preocuparse mejor que una máquina a la hora de hacer enseñar conceptos... Que en pleno siglo XXI se siga escribiendo documentos así..., bueno, es así como funciona la ciencia. En ocasiones la verdadera innovación no existe, simplemente se repite la constancia de lo de siempre.

El problema es cuando Internet se llena de miles, decenas de miles, cientos o miles de miles de documentos que no dicen prácticamente nada nuevo. Pero se presentan como si fueran innovadores. Es algo que le puede pasar a cualquiera, pero peor es dedicarse a la política: tan pronto como redactan una nueva ley o norma no es ni porque se necesite, ni porque aporte nada - es para dar a entender que esos parásitos sirven para algo. El trabajo de un senado permanente no favorece a llegar a ningún pacto social; pero ya llegará la gente a eso mismo, por necesidad. La orgánica democrática no es un trofeo, es un castigo para el Pueblo.

Al final cuando una idea es demasiado buena lo que suele hacerse es apartar al autor, resulta molesta su existencia. Un montón de ideas pueden resultar muy molestas porque nos recuerdan que alguien es más creativo que nosotros, aunque esas ideas no se hayan puesto de manifiesto con mala fe.

Es lo que pasa con la teoría de Chomsky sobre la creación del lenguaje. Se debe interpretar en oposición al conductismo, pero al mismo tiempo la teoría es demasiado específica como para ser real - hay una carga de la prueba que no ha superado en lo que se refiere a la exclusividad humana. Al fin y al cabo los filólogos suelen ver la gramática como un concepto demasiado gigantesco, cuando ya hay comportamientos análogos en los animales para aspectos que un informático consideraría "gramaticales".

Hoy mismo he visto algo que ocurrió en 2006: un par de gaviotas pegándose un festín a partir de una paloma muerta. Eso tiene un mensaje: cuando una gaviota se zampa una paloma en Cartagena se avecina un cisne negro.

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El asunto es que me reconcome en la cabeza: ¿me vale la pena compartir mis apreciaciones? Todos sabemos que si son demasiado diferentes no es que no sean escuchadas, me concederán el trofeo de ver cómo las intentan refutar de una manera incompetente - como estoy acostumbrado. Y a mí esos trofeos no me dicen nada, no tengo nada que ganar, pero sí mucho tiempo que perder.

 

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