sábado, 7 de agosto de 2021

Merlón añora su mundo

Mientras la nave giraba sobre sí misma como una pelota, el espacio le daba vueltas a la cabeza de mi amigo Merlón. Se había resignado a la nueva realidad que le tocaba vivir mientras se preguntaba por el destino de todas las cosas. Eso mismo era lo que titubeaba como entre lágrimas secas que elucubraban despejar su alma risueña.

¿Es este el mundo nuevo en el que deberá formar parte? Quizá nunca mereció el mundo anterior un minuto de su tiempo. Pero el asunto es, ¡había tantas cosas buenas! Bien que pudo haberse aprovechado de alguna manera. Por todas las cosas bonitas que aún quedaron rezagadas en un recuerdo que ya no tenía derecho a hacerse nostalgia, pues la melancolía se hace persistente ante la nueva realidad.

¿Qué es lo que empuja a la gente a actuar de manera tan estúpida? Se ubican en posiciones de alta responsabilidad y se valen desde ahí para hacer actos tremendamente irresponsables. Saben que actúan desde la sensación de control, no desde un afán objetivo - no para la razón por la cual debían estar ahí. Saben que actúan de manera corporativista, y muchos esperan que actúen así. Como por venganza. Pero otros tantos no saben qué financian, se mienten a sí mismos.

¿Es esa la comunidad que se quiere crear? Para algo así no merece la pena ni el intento. Ahora ve a todo ese mundo destruido, aniquilado..., no volverá a saber nunca más de ellos, pero no puede sentir pena. Porque las oportunidades fueron perdidas. Ese mundo lleno de vida, que tanto podía dar, y que no tenía brazos no necesitaría los de ese terrícola; porque esa criatura no tiene la capacidad para cargar con todos los males de ese mundo. Ahora verá a los necesitados con indiferencia, porque nunca fueron de ese mundo. El mundo es de los indeseables, y aquellos que más hubieran querido poner a alguien adecuado al final optaron alienados por los menos adecuados.

- ¿Añoras tu mundo?

- Creo que no. El mundo que yo cree para ellos ellos mismos lo destruyeron. 

- Muy poca gente es capaz de apreciar la belleza de un quásar, cuando nos metamos dentro nos fundiremos en la estrella y seremos un haz de luz. Luego nos resintetizaremos en otro quásar gracias a esos cristales de cuarzo ¿Lo has entendido?

- ¿Dolerá?

- La nave ya se encarga de crear en nuestra mente una sensación de viaje. Sólo percibirás un recuerdo de fundirte en la luz.

- De acuerdo, ¿podría salir algo mal?

- Podrías desear quedarte, por eso tienes que tener las ideas bien claras: tú decides cuál es tu mundo.

- ¿Podríamos acabar en dos caminos distintos?

- Será mejor que no te meta muchas ideas en la cabeza. Lo que quiero decir es que podrías quedarte en el interior del quásar, y yo no iré a buscarte si así sucediera.

- Tú que has recorrido muchos mundos, ¿qué es lo más importante en la vida?

- Saber qué es lo más importante, y que todos lo sepan ¿Estás listo...?

- Dar con un mundo que se centre en lo importante..., ¡estoy listo!


viernes, 6 de agosto de 2021

La parábola del juez. El cierre categorial.

Imaginemos que estamos en un juicio y se presenta ante un juez una evidencia ¿Qué es una evidencia? Una evidencia es un elemento introducido en el juicio que podrá servir de herramienta para confirmar una serie de hechos que son relevantes. La evidencia en un juicio proviene del mundo de la experiencia, y a través de ella podemos introducir en el tribunal el lenguaje adecuado que sirva para demostrar lo oportuno.

Cabe esperar, por tanto, que la ciencia se mueve a base de evidencias. Que cada una de las partes, los científicos, se dedican a exponer sus evidencias y éstas constituirán el lenguaje científico. Y, ciertamente, es así como lo entienden las personas que gustan de darle un enfoque descriptivo a la ciencia: la ciencia es el resultado de describir todas las evidencias que se han ido presentando.

Pero entonces aparece entre las evidencias una prueba para la que necesita un perito. La defensa asegura que la sangre no es del acusado, que todo eso no son más que especulaciones. Por lo que pone en entredicho el hecho de que esa evidencia tenga sentido, y se constituye la verdad a partir de lo que un perito sea capaz de poner sobre la mesa: hasta que no aparezca otro perito que sea capaz de constituir un lenguaje aún más veraz el juez deberá quedarse con el último perito al que no pudieron falsar su lenguaje. Es decir, el lenguaje objetivo del juez será del perito más veraz. Por tanto, el juicio no se basará en las evidencias más que en lo que ponga de manifiesto los peritos.

Ante la tesis de las evidencias su antítesis conforma una paradoja: ¿cómo puede el perito conformar el lenguaje del juez si es el juez el que le da validez al perito? Pero claro, en eso consisten los formalismos: lo que se busca es rizar el rizo mediante los juegos del lenguaje. El proceso creativo científico es el que acaba describiendo qué es lo susceptible de ser percibido; por lo que a este enfoque se le llama formalismo científico.

A todo esto llega un periodista y tiene que resumir el fallo judicial, observados los peritajes y las conclusiones del propio juez. El periodista ha observado cómo el perito ha estado describiendo una serie de sucesos con su lenguaje y el juez ha estado describiendo los mismos con el judicial. Deduce en su artículo que las evidencias y los formalismos del perito se mueven por coincidencias, coinciden con la verdad misma. Es cuando el articulista se introduce en un peculiar trilema producido por los llamados adecuacionistas: las evidencias por un lado se manifiestan como la ciencia por el otro, mediante operaciones que van a la par. Pero claro, ¿cuál es el papel del científico que actúa en libertad? ¿Son sus ensayos artífices de las evidencias que usará el juez? Porque de ser así entonces las evidencias no podrían ser usadas por el juez ¿O quizá las evidencias mismas se mueven bajo los mismos parámetros que la ciencia haciendo innecesario el lenguaje científico?

Así que para resolver este trilema nos valemos del cierre categorial que introdujo Gustavo Bueno en el 82, cuando yo sólo tenía 5 añitos. Bueno defiende la única manera viable de describir cómo funciona la ciencia: esto es, el mecanismo circular que se planteó Aristóteles y que en esta entrada podremos observar con algún que otro ejemplo práctico. Resulta que hay una participación por parte del científico como para conformar un lenguaje que afectará a los fenómenos futuros, como el hecho mismo de que hace años los criminales podían cometer todos los delitos que les daba la gana porque sus huellas eran difíciles de encontrar en el cuerpo del delito - pero desde que los forenses incorporaron las pruebas de la procedencia de la sangre y su exclusividad los jueces observan una nueva gama de evidencias que tienen como huella la necesidad de valerse de tales peritos.

Es por ello que existe una influencia mutua que afecta diametralmente entre los distintos hechos, es decir: afecta a la estructura inherente del sistema más que a formas explícitas para hacer que la ciencia provoque cambios en los fenómenos que estudia, al mismo tiempo que los fenómenos afectan al propio lenguaje científico.

Esta posición es fácil de comprender cuando observamos la relación entre la computación cuántica y la computación de semiconductores: los semiconductores describen una suerte de maquinaria perfecta que funciona para cualquier entrada que sea capaz de admitir. Nos dan resultados exactos y cuanto más tiempo les damos para que consoliden su información más estable se vuelve. Sin embargo los superconductores es lo que se usa para crear computadores cuánticos, cualquiera que los haya programado sabe que un computador cuántico tiene un número máximo de operaciones a llevar a cabo antes de que sucumba a la decoherencia. Una vez pasado el tiempo de cómputo debe almacenarse el estado bajo los esquemas de los semiconductores.

La cosa es que gracias a la aportación probabilística de los supercomputadores es posible computar una explosión combinatoria de casos en el tiempo del chasquido que dura el cómputo estable de la máquina. Así que es necesario ir combinando los resultados de una computación cuántica con la computación convencional retroalimentándose mutuamente para poder ofrecer resultados eficientes.

De la misma manera, existe un conjunto de realidades que tienen un caracter esencial que nos permite reconocer algunos datos que calcula la máquina como evidentes tras aplicar el principio antrópico; es decir, sólo porque la computación cuántica nos devuelva resultados probables, para luego volver a operar con ellos eso no implica que la copia de la copia deba perder calidad - porque es posible que tras culminar algunos de los cálculos se llegue a vincular esos resultados con una realidad material, o como se dice en informática, requisitos funcionales. Con el cumplimiento de los requisitos funcionales establecidos por el cliente, que no es sino la descripción útil del problema o razón por la cual se está usando la máquina, no hará falta seguir llevando a cabo más cálculos salvo que se use como punto de partida el hecho de que tales requisitos ya fueron íntegramente cumplidos.

Así, un resultado del 99% se puede convertir en 100%.

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Estos mismos principios son los que he creído que era el primero en haber defendido al comprobar el reducido nivel de los distintos pares que me iban respondiendo, sin saber que era un tema ya debatido desde que era pequeño - pero mal enfocado por parte de los detractores. Quizá se llegó a pensar que realmente la ciencia era objeto de opinión si tenía carácter constructivo o formal, cuando en realidad no hay objeto de debate: se trata de un resultado matemático, hay certeza absoluta como demuestran mis resultados.

Las matemáticas tienen dos filosofías bien diferenciadas, la formalista y la constructivista. El constructivismo matemático tiene como fundamento describir los invariantes, que no son sino evidencias, que se van descubriendo en los conjuntos enumerables. Con el fin de abordar temas más complejos se crearon ideas más formales, donde los matemáticos empezaron a desarrollar un lenguaje matemático que podría ser usado con fines prácticos ultrasimplificadores de cara a la vida real, al mismo tiempo que perdían rigor dentro del campo de lo constructivo. Esos esquemas permitían tener apreciaciones exactas sobre lo que se observaba: se podía determinar lo que se veía en un microscopio mejor, se podía estimar mejores cálculos ocultando lo despreciablemente pequeño e inservible a efectos prácticos. Estos formalismos eran producto de los matemáticos, y llegaba a pasar que incluso se llegó a crear formalismos matemáticos que sólo los propios matemáticos eran capaces de aprovechar para hablar entre ellos: es decir, el matemático se convirtió en un filólogo.

La idea es simple, por muy importantes que algunos se crean el conjunto de los números primos, escrito con la base que sea, y añadiendo o quitando números al principio, siempre será el mismo conjunto en cualquier universo posible. Así como todos los teoremas que impliquen a los números primos. Se trata de tener una mínima cultura matemática. Y, por otro lado, la idea de que exista el infinito, la matemática de los números grandes, las ecuaciones diferenciales, los números reales, transfinitos, etc..., es una matemática completamente dependiente de la cultura matemática.

Sin embargo el asunto es mucho más turbio de lo que estoy contando...

En mi documento que establezco la pertenencia del problema TQBF dentro de la clase P se observan dos definiciones de lo que es la MT. Ahora bien, ¿qué es una máquina de Turing? Una MT se puede interpretar como una notación científica, es decir: cualquier problema para el que se espere que la ciencia tenga respuesta existe una configuración de una MT que sirve para responder a todas las preguntas para las cuales el científico debería de responder.

Se puede considerar como un gran diccionario científico, o como una base de datos gigantesca. Pero en cualquier caso la ciencia no es susceptible de escaparse de la configuración de una máquina de Turing. Por tanto, todas las problemáticas y clasificaciones en las que se divide las máquinas de Turing es cómo podrían clasificarse las ciencias. 

Más en concreto, a mí me habría resultado terriblemente sencillo al comprobar de la existencia de una recompensa de un millón de dólares limitarme a dar la respuesta: muestro una configuración que establece que un cierto problema se resuelve en tiempo polinomial y a partir de ahí todos esos señores deducirían que NP=P.

Pero no lo hice así, porque no sería honesto.

Tan pronto como en "The ultimate definition of NP" mostré un mecanismo para resolver formalmente cualquier problema NP en tiempo polinomial también demostré constructivamente que NP era distinto de P. Esa apreciación parecería propio de gente que está mal de la cabeza, para una persona poco atenta o que no sea capaz de ver las cosas con disciplina: hay que entender de lo que se está hablando. Hablamos de dos máquinas de Turing diferentes y, por tanto, de dos clasificaciones diferentes. Y es normal que si usamos una definición de MT más laxa las clases de complejidad que eran diferentes pudieran ser iguales. Por tanto mi posición nunca fue contradictoria.

Sin embargo no me conformé con algo tan obvio.

Resulta que demostré constructivamente que SAT estaba en P y había una demostración formal que decía que si SAT estaba en P entonces NP = P. Así que por eso reafirmé mi demostración constructiva de que NP era distinto de P. Así doy a entender que los problemas se clasifican de manera diferente en virtud de cómo se demuestra su pertenencia. Lo cual debería de ser obvio para cualquiera que finge saber matemáticas. Y ya noté en mis carnes cómo no lo era tanto.

Tras comprobar cuál era el nivel aparente, o práctico, procedí a pegar el gran aldabonazo final con "TQBF in P", más allá de que siguiera avanzando en el tema de SAT en P. Entonces describo cómo son las ciencias formales a diferencia de las ciencias constructivistas usando para ello lógica de predicados de primer orden con cuantificadores, es decir: de manera rigurosa, lógica, defino la diferencia entre una ciencia formal y una constructivista. Es decir, entre formalistas y descriptivos.

La diferencia, tal como está por escrito y divulgado en archive.org, es que la configuración de la MT en los formalistas depende de la entrada, mientras que en los constructivistas la configuración es independiente de la entrada. Dicho de otra manera, las leyes que defienden los descriptivistas tienen carácter universal, mientras que las leyes formalistas son meros contingentes.

Desde un punto de vista práctico más de uno podría creer que esto no es más que teoría. Pero hasta aquí ya sabemos que sí es aplicable a la tecnología: el formalismo corresponde con la filosofía conexionista, mientras que en informática el constructivismo corresponde con el conectivismo. Por tanto, cuando se crea una aplicación conexionista ya se sabe cuáles son sus ventajas, sus inconvenientes y su naturaleza. Y, además, es algo que no se debate, porque, una vez más, es un concepto básico que cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de informática y de deep learning sabrá sin margen de error. Lo que se sabe es que para entrenar a una máquina hay que partir de saber qué entradas hay que aplicarle a la máquina y así generar una estructura que se ha adecuado a la plataforma en la que se está trabajando. Y esa manera de trabajar es muy diferente al conectivismo, cuyos resultados son escalables a cualquier plataforma.

Pero volvamos a la historia de mi vida. Resulta que descubro que un algoritmo importante es P, y luego desautorizo al matemático que dijo que eso significaría que P=NP. Pues bien, ahora viene lo bueno. HASTA aquí cualquiera lee y piensa, "pues cágate en el señor Cook y di simplemente que hay dos filosofías: la constructivista y la formalista. Y ve por ahí diciendo y saltando entre margaritas de que la realidad en ocasiones va de la mano del constructivismo y en ocasiones del formalismo". 

Y tampoco. Lo que dije fue que usando el "truco de Cook" se podía recoger la definición de NP-completo, es decir la idea de "completitud", para interconectar los dos mundos. Para mí el teorema de Cook ya no era un teorema, sino un puente que ayudaría a entender un concepto tan enreversado y complejo como la idea de "completitud". Concepto que, por supuesto, Stephen Cook no da ni una a la hora de explicarlo.

Esto es debido a que la idea de completitud se intenta abordar desde un punto de vista de que el teorema de Cook es un teorema, cuando no puede tener validez tal como está expresado. El resultado de Cook lo que sí podemos decir es que a través de cierta clase de problemas si se entrenan con sus entradas correspondientes podría propagarse un cierre, clausura, de manera que se genere la impresión o que se entrene un código que cumpla las espectativas del teorema original.

Pero claro, de ahí a decir que todos los sistemas de seguridad o todos los teoremas matemáticos serán resueltos hay un mundo. Porque el criptoanálisis se fundamenta en la variabilidad de los datos, lo cual no es compatible con el tipo de entrada con la que se maneja el deep learning y el conexionismo. Se dice, de hecho, que un sistema criptográfico es perfecto cuando la probabilidad a que se haya hecho uso de cualquier tipo de mensaje es equiprobable. Por lo que el conexionismo está fuera de lugar por definición.

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Pero lo que más me molesta de todo esto no es que no haya sido yo el primero en darse cuenta, sino que ya se haya dicho siendo un pequeñajo y aquí todo quisqui se ha estado haciendo el sueco.

Tengo sobrados derechos a reclamar que ya he dado las explicaciones suficientes que resuelven el problema de la equivalencia entre las clases P y NP y aquí estoy..., llorándole al ordenador.


jueves, 5 de agosto de 2021

Teoría de la estabilidad criminal

Hoy estoy pletórico. Es posible que tras tomarme ayer tres Red Bulls mi cabeza haya encontrado los nutrientes que necesita para despertarse en condiciones. O puede que me quitara demonios de la cabeza, sea como fuere hoy voy a retomar algunas explicaciones que tengo a modo de conclusiones sobre cuál es la naturaleza de los actos violentos y que no suele encontrarse en muchas referencias.

Algunos modelos se presentan con suficiente capacidad para validarse como para tener que aceptarlos. Y no, no voy a hablar de algo tan específico que me pasó ayer como que recibí 8 notificaciones de Hacienda con número de identificación diferente (8 notificaciones diferentes) para un aparentemente mismo documento. Ya me tomaré mi tiempo para mirarlo por encima, aunque lo mejor que se puede hacer con Hacienda es ignorar a esos hijos de puta que deberían de recibir un mansalva de despidos para que empiece a funcionar de cara al Pueblo y deje de hacerlo de cara a los intereses de "los suyos" sean quienes sean esos "suyos". Y que conste que les pedí que me hicieran las notificaciones en papel, pero nada: para eso no tienen cojones.

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Partamos del conocidísimo experimento de Milgram del coche abandonado, para luego confluir en los famosos experimentos que nos dicen que una víctima de abusos repite como víctima con distintos abusadores.

Rápidamente: el experimentador deja un coche abandonado y sin cerrar en una calle, ya sea en barrios altos o bajos, y observa que prácticamente respetan el coche. Esto es, parece difícil dar con la criminalidad en casos normales. Sin embargo, ahora prueba a hacer algo: prueba a ponerle una mácula al coche, prueba a romperlo un poco, sabotearlo..., un tiempo después, independientemente de si es un barrio rico o pobre, el coche tiende a ser saboteado y aniquilado.

Ha habido una artista que se expuso a sí misma para que hicieran con ella lo que quisieran los probandos. Podían desnudarla, violarla, pegarla..., y al principio parece que la dejaban como en paz, o que sólo la abrazaban. Pero poco a poco llegarían los besos, los toqueteos, las exposiciones violentas, los pellizcos sádicos, etc... Como en una escalada exponencial del dolor y la violencia.

Tenemos también el experimento de los barrios, donde se comprobaba que existía una correlación entre la suciedad en la calle y los índices de violencia. De la misma manera, también hay una correlación, pero inversa, entre los barrios con polideportivos y los índices de violencia. Se han desarrollado varias explicaciones con los deportes de equipos, yo me quedo con la idea de que quien juega a deportes de equipos aprende por sí mismo el valor del respeto a las reglas del juego. Lo cual puede recordarnos mucho a Wittgenstein.

Una vez puestos estos datos sobre la mesa me planteo qué debe ser la violencia, y cómo se activa en un individuo normal. Ya digo que a mí Hacienda me ha inspirado mucha, muchísima, violencia. Nadie se imagina a qué niveles. Pero eso es otra cosa, ahora prefiero ignorar a esa pandilla de mafiosos inventahistorias aspirantes a fascistas. Seguro que si un inspector de Hacienda español lee esto se estará riendo cínicamente por dentro diciendo: "¡Cómo nos ha calado!"

Imaginemos un barrio con un índice de criminalidad establecida a un cierto nivel. Entonces un hombre con mucho dinero y que especula financieramente decide tirar basura en las calles de ese barrio para estudiar las fluctuaciones del mercado que produce esa clase de acciones. Se entiende que si una persona tiene un conocimiento previo a la aparición de fluctuaciones en el mercado entonces podrá ganar una enorme cantidad de dinero; por lo que si lo que acabo de decir no es delito y no está perseguido entonces ya es probable que ocurra y genera dinero - eso quiere decir, aplicando la ley Lithe, que eso mismo ya debe estar ocurriendo en alguna parte.

Con las mismas una persona va andando por esas calles, tiene una lata de cerveza, está harta de la vida que lleva y no tiene ganas de llegar hasta la papelera..., ve toda esa basura, es normal tirar las cosas al suelo, también tira esa persona la lata; ya alimenta el problema. De la misma manera, aparece un criminal que ha salido de prisión, tiene ganas de robar, violar, extorsionar, hurtar algo..., y observa que se encuentra en un barrio que no es digno, con gente que va andando por esas calles indignas, que están integrados en la indignidad y lo normal es agredirles. Eso es lo normativo.

Y esto pasará para esas ideas que surgen en momentos de flaqueza, como en esos días malos, como si estuvieran a la espera de surgir. Esperan alguna clase de inspiración y tenemos todo tipo de criminales: el que tirará la lata fuera de la papelera, el que hurtará, el que robará, el que agredirá para robar, el que abusará sexualmente, el que violará, el que asesinará, etc... Cada uno espera su pequeña inspiración para incorporar su pequeño granito a la suma de la escalada de violencia, ese momento de inspiración para delinquir. 

La mayoría tirará una lata, unos pocos menos hurtarán un objeto olvidado, otros pocos menos se arriesgarán a meterse en propiedad ajena sin ser vistos... Cada uno dará su aportación, pero como si fuera una escalada exponencial las latas de cerveza se dispararán con los papeles en la calle, habrá más basura hasta encontrar lo que yo llamaría la estabilidad criminal.

¿En qué consiste la estabilidad criminal? Es bastante simple: da igual cuánta basura vea yo por el suelo, el ser humano es una criatura racional y no se comporta según principios conductistas. Eso quiere decir que no empezaré a violar a nadie por muy estercolero que sea un sitio. Que da igual incluso que EEUU decida convertir mi ciudad en un lugar desértico a causa de las bombas porque yo no empezaré a saquear las tiendas ni a violar mujeres. Ese límite racional queda establecido por otros principios que podría desarrollar, pero que ya habré hablado de tales en otros pequeños ensayos como éste. Es aquí donde hablo de esos orbitales de violencia donde fluctuará como si fuera una divisa los índices de criminalidad.

Es decir, al final por haber echado una cierta cantidad de basura por las calles de un barrio los índices de criminalidad habrán aumentado para pasar a un orbital diferente, como si fuera un electrón activado por la interacción fotónica. Así que el ayuntamiento decidirá limpiar el barrio de esa basura para devolverlo a su estado anterior. Sin embargo, a pesar de que eso debe ayudar a reducir la criminalidad, el hombre es una criatura racional y el tiempo que haya estado la criminalidad dañando al sistema provocará un estado intermedio de criminalidad: ni como estaban al principio, ni como antes de que todo se limpiara. Se ha pasado a un estado de no retorno - o, al menos, el no retorno exigirá el paso de muchísimo tiempo, si no para siempre.

Aún hay que considerar otros factores externos que provoca la criminalidad, como ya estudió en su tiempo el propio Bertrand Russell en su discurso de obtención del premio nóbel - cuando analizó el origen de la avaricia y las ansias de poder de la gente poderosa, cuando analizó la maldad de la gente que cree actuar racionalmente.

Ciertamente muchos dirán que el origen de la maldad está en la basura y el sadismo de la gente, otros dirán que el origen de la maldad está en la gente que tira la basura para sacarle un beneficio personal, otros le echarán la culpa al sistema bursátil y al capitalismo..., estos últimos están bastante acertados, pero no va por ahí la cosa: yo estoy con Russell, el origen de la maldad proviene de una mala lectura de la meritocracia, de una mala lectura de lo que tenemos que hacer para sobrevivir, de una serie de cosas que nos han podido traumar en la vida, de un recuerdo generacional de haber pasado hambre y nos obliga a ser avariciosos, etc... 

Yo en su momento reconocía distintos tipos de maldades, sin embargo es muy difícil de entender lo que escribo cuando uno tiene como espectativas funcionar con el Leviatán. Leerme obliga al lector a ver el Leviatán de Hobbes como un ser inconcluso, absurdo, un golem de poca monta. En mi otro blog me puse a desarrollar de manera no muy trasparente, las cosas hay que decirlas, los distintos memes que vigilan la sociedad y conforman la civilización.

Pero, como ya he dicho, este breve ensayo no va de esas cosas.




miércoles, 4 de agosto de 2021

El COVID nos vuelve gilipollas

Un placer escribir esto mientras escucho a la reina madre de la flauta mágica..., no pongo enlace.

Muchos no me creerán, pero los virus pandémicos tienen un poder que mucha gente desconoce: atacan no sólo al punto flaco del organismo al que ataca sino además al punto flaco del sistema civilizado al que pertenece - a sus arcontes, a sus memes. La inteligencia, mal entendida, podría parecer un elemento inherente al ser humano. Cuando en realidad sólo es una convención cultural: el llamado coeficiente intelectual está altamente correlacionado con el éxito académico, nada más. Y es apropiado darse cuenta de lo que eso significa.

¿Qué significa recuperarse del COVID y por qué ataca a la capacidad del ser humano para tener ventaja académica? Esa es la lectura correcta, no la que nos da el titular de The Lancet. Muy presuntuoso por mi parte, lo sé: pero el problema es que lo estoy viendo con ojos de informático, no con ojos de médico - pues de medicina sólo sabró lo que cualquier hijo de vecina y algo más.

Un virus pandémico, cuando es anulado, se lleva la peor parte del sujeto y le destroza en la parte que le sea más débil ¿Desde cuándo usábamos nuestras aptitudes académicas?

Le voy a dar de nuevo al vídeo..., es inspirador, muy inspirador.

El mundo se va a la mierda, he ahí el cuchillo con el que debe ser asesinado el amor, el meme de las relaciones humanas, un ente que vigila a la reina de la noche de su afán manipulador y de independencia malévola. Acabando con la idea de que se tiene de lo que es una relación humana el colectivo desaparecerá y todos serán sometidos como individuos a los juegos de la noche en los días más sombríos de la civilización.

El virus, lejos de ayudar a hacernos mejores personas, está ayudando a destruir un poquito más a la propia sociedad: nos estamos alejando de lo académico, de lo cultural, de lo intelectual. Nos falta el yugo y aceptarlo para preocuparnos de trabajar para el estado vigente. Mientras tanto, los que estén en las posición de máximo poder creerán que saldrán beneficiados... ¡Qué ilusos! Como decía Tolkien en la voz de Gandalf: quien ansía el poder no lo comparte. No hay sitio deseable cuando todo es oscuridad.

Y los científicos se lo plantean: ¿es posible que el COVID se haya valido de ataques mágicos para atacar a las neuronas? ¿De dónde emerge su capacidad? ¿No será..., que es el propio humano el que ha decidido dejar de usar sus capacidades cognitivas? El deportista no abandonará sus músculos, el músico no dejará de tocar su música, el cantante no dejará de cantar..., pero algo se ha perdido por en medio: se han recuperado y el ser humano evolucionará por ello, y afectará a las siguientes generaciones, ¿pero en qué sentido?

Le doy de nuevo al vídeo, la soprano canta muy bien - con esas notas tan bien colocadas, riéndose de su hija diciéndole que nunca que ah ah, que ah ah ah ah ah... que ni se le ocurra creer que de no hacerle caso podría seguir siendo hija suya. Además, los tonos son perfectamente elegidos para arrebatarle a una persona la capacidad para creer que tiene la más leve oportunidad para disentir.

Es el más perfecto ejemplo de cómo se puede crear un meme cultural que convierte al ser humano en un títere. La más perfecta composición para la reina de la noche.

Me hizo gracia cuando vi cómo los ministros, ahora defenestrados, pretendían convertir las relaciones amorosas en un problema de "dependencia emocional"; uno de tantos experimentos intentados por el gobierno, de los fracasos más absurdos - ahora, molestas esas ministras, a la calle; como hizo Zapatero.

Pero el COVID está haciendo lo que ningún ser humano es capaz de diseñar; y el verdadero autor como criatura suprema, la gran emperatriz, no cederá su control a nadie. Pero esas pocas empresas que le sacarán provecho ya veremos en qué acabarán sucumbiendo porque no hay que olvidar que toda empresa no es como una ninfa que vive del aire y que vuela por donde quiere con sus superpoderes. Las empresas que saquen beneficio de esta destrucción serán las siguientes víctimas en esta escala de pérdida hacia la idiocracia.

No será ni la primera ni la última vez que lo diga.




martes, 3 de agosto de 2021

La parábola de Marta y Darío. Los tres mundos de Popper.

De vez en cuando reaparezco en Youtube, no descarto descargarme por esa vía. Y tenía pensado exponer la simplificación de porqué es más fácil modelizar la realidad con tres mundos, como punto de partida para abrir discusiones filosóficas.

Popper reservaba para el primer mundo el mundo de lo físico, el segundo sería otro mundo que nos es ajeno, que es el que nos afecta a los vivos y tiene que ver con el placer y el dolor. Así, si nos lo pensamos bien nos queda otro mundo, uno que no es moral como lo no lo es el primero, y que es mental: el mundo que construye el ser humano. Un tiempo después Popper recompuso su explicación de los tres mundos desde otros puntos de vista, lo dicho en el 78 fue reinventado más adelante; pero sea como fuere parece necesario reconocer tres maneras de ver los hechos: lo físico, lo moral y lo ingeniado.

Para ilustrar muy fácilmente la necesidad operante de los tres mundos uso una simple parábola: un ingeniero, un juez y un lugareño están ante un puente roto delante del alcalde del municipio. El alcalde hace una pregunta y los tres coinciden en las cuatro palabras que le responden pero cada uno desde su mundo dice una cosa diferente.

Alcalde: ¿Se puede construir el puente?

Lugareño: ¡Es imposible construir ahí!

Juez: ¡Es imposible construir ahí!

Ingeniero: ¡Es imposible construir ahí!

El alcalde ha hecho una pregunta única, y ha recibido tres respuestas diferentes. El lugareño ha observado, como que el sol sale todos los días, que cada vez que construyen ahí un puente éste es derribado por los vientos. Los hechos le han inducido a pensar que no es posible construir ahí porque hasta ahora nadie lo ha conseguido. El lugareño no es un académico y no habla de manera correcta, no es capaz de prever un eclipse de sol, porque para él las cosas que hasta ahora han sido de una manera seguirán ocurriendo.

Sin embargo el juez responde otra cosa diferente. Cuando un juez dice que algo no se puede hacer no se refiere a si se ha intentado antes, sino a que según la ley no se debe hacer. Para un jurista lo que no se puede hacer es lo que no se debe hacer. Los actos que se llevan a cabo se rigen por una moral, no se sostienen por las posibilidades ni por la experiencia. El juez, muy académico, transmite una realidad que le es objetiva en cuanto a que sabe de la decisión adoptada por los legisladores, por la jurisprudencia u otros fundamentos de derecho. Cuando el juez dice que algo no se puede hacer lo hace fundado en derecho, y es una respuesta académica.

Ante lo cual descubrimos una tercera respuesta diferente, que es lo que dice el ingeniero. Al margen de que hasta ahora nadie haya podido construir un puente, sea legal o no hacerlo, resulta que el ingeniero ha hecho un estudio de cargas, de los materiales y demás cálculos que le son objetivos. La empiria le ha dicho que esos modelos matemáticos funcionan y trabaja con una probabilidad lo suficientemente alta como para aseverar con contundencia qué se puede construir y qué no se puede construir. Cuando el ingeniero dice que algo no se puede hacer, como hace el juez, necesita demostrarlo - en su caso, valiéndose de teoremas matemáticos y postulados validados por los estándares aceptados por la comunidad científica.

Es por ello que si no existiera el tercer mundo sería como cuestionar la labor de la comunidad científica y su capacidad para estandarizar su aportación dentro de la realidad; de la misma manera, el segundo mundo se constituye gracias a la existencia de legisladores y la jurisprudencia que emana de la interpretación más justa de estas leyes en su correcta aplicación. Negar la existencia del segundo mundo sería como negar el poder legislativo. 

Nótese que cuando decimos tres cosas diferentes usando las mismas cuatro palabras y el mismo tono de voz eso quiere decir que nuestra sociedad (civilización) ha habilitado la creación de algo que trasciende a la realidad misma. Porque los ríos mojarán y la nieve estará fría, pero eso no tiene nada que ver conque se redacten leyes y éstas, a su misma vez, no tienen nada que ver con el diseño de efificios, las composiciones musicales o la ropa.

Sin embargo, hoy quería plantear el problema que subyace del monismo y el dualismo: la idea de que todo se reduzca a la física, como defendería Marta la monista, o de que haya una alma que lo gobierna todo como defendería Darío el monista.

Marta a Darío: Tu problema es que todo lo tienes en tu mente, todo eso es inventado, no existen esas ideas.

Darío: Yo no me invento nada, de hecho reconozco que existe la ingeniería y el arte, y no tiene nada que ver con el mundo que describo.

Darío a Marta: Tu problema es que no reconoces los sentimientos y la complejidad del cuerpo, eres una conductista y para ti todo son estímulos y respuestas.

Marta: Yo no soy una conductista, reconozco el mundo del dolor, la moralidad. Aunque no haya libre albedrío siguen existiendo las leyes.

Lo que observamos en esta discusión es que es un diálogo de besugos porque los dos tienen razón en las respuestas que dan, pero no en las acusaciones que hacen. Y esto nos lleva a una paradoja, si negamos ambas posturas para sintetizar lo que defienden en común descubrimos los tres mundos de Popper. Al mismo tiempo que no reconocen que defienden dos mundos dentro de su mundo en oposición resulta que en suma defienden los mismos tres mundos siempre y cuando renuncien en parte a la hegemonía de su planteamiento inicial.

Es decir: Marta debería de renunciar al poder inquebrantable del reduccionismo de la fisica y Darío debería de renunciar al poder místico del alma y a los infinitos terceros hombres.

El tema del tercer hombre ya fue rebatido ante Platón, pero para rebatir a Marta - cosa que es propio de finales del siglo pasado, lo mejor es llevarla a mi terreno:

1. Es posible que todo venga de la física, ¿pero cómo se demuestra que la psicología tiene una correspondencia con un subconjunto de los elementos de la física? ¿Cómo encontrar un isomorfismo de un subconjunto de los principios de la física con la psicología? Si la física es una teoría incompleta y siempre lo va a ser si partimos de los corolarios de Gödel, ¿cómo se va a confirmar en su incompletitud que ya se alberga a la psicología?

2. Resuelto el 1, ¿cómo aseverar que esa correspondencia es decidible? ¿Cómo se asegura que existe un lenguaje que explica con un número limitado de pasos cada afirmación? ¿Cómo se puede confirmar que la física puede demostrar un teorema de la psicología?

3. Resuelto el 2, ¿cómo aseverar que esa demostración sea tratable? ¿Cómo se pretende decir que cuando tengamos una cuestión de psicología se pueda encontrar una explicación que no sucumba a una explosión combinatoria de términos muy complejos y que nos obligaría a computarlos por millones de años cuando desde la propia psicología se podría resolver en un chasquido? ¿Cómo aseverar que realmente la física puede aportar algo útil o innovador a la ciencia de la psicología?

4. Resuelto el 3, ¿cómo aseverar que las innovaciones de la física no son mejorables desde un punto de vista de la propia psicología? Es posible que por aceptar un lenguaje que explique de manera más sencilla a través de la física lo que es de naturaleza psicológica estemos limitando nuestra capacidad de demostración a un campo que nos impida darnos cuenta la incompletitud de nuestras teorías ¿Cómo puede aseverar el reduccionista que no ha sucumbido a esa situación?

Pues bien, considero que esas cuatro cuestiones son fundamentales a la hora de entender qué entiende el monista por lo que entiende. Al fin y al cabo es aceptable constituir modelos físicos y de conducta desde el punto de vista monista, siempre y cuando no se le otorgue cierta clase de hegemonía que ninguna ciencia es capaz de soportar.


domingo, 1 de agosto de 2021

Las estatuas de la familia. Relato

Rosa llevaba de la mano al trasgo que había encontrado entre los matorrales, para darle cobijo en su hogar. Para ir de vuelta a su casa optó por ir por el gran camino de los carros, para ver si con un poco de suerte encuentra uno de su compañía y vuelven subidos en él. En la larga caminata tuvieron la oportunidad de intentar adivinar algo más del otro:

- Así que no recuerdas tu nombre ¿Quieres que te dé uno? También buscaremos un oficio para ti.

- Bien - dijo el trasgo.

- Te llamaremos 23. Porque no sabemos cuánto tiempo estarás entre nosotros, y no eres el primero que nos encontramos.

- ¿Qué le pasó a los anteriores?

- Algunos murieron de enfermedades, otros simplemente no aguantaron y se marcharon. Pero no te preocupes, sólo tienes que hacer lo que te diga mi padre; recuerda que lo que vendemos no es tuyo, y ya te cuidaremos.

Mientras andaban a un lado de la carretera, Rosa se percató de un carro con un emblema que pudo reconocer. Efectivamente, era uno de su familia, así que no tendrían que seguir a pie. Al llegar el carro a la misma altura no necesitó argumentar demasiado, considerando que era la hija del jefe, y así pudieron sentarse en la parte de atrás del carro mientras ella seguía poniéndole al día a 23.

Al subirse al carro Rosa observó ciertas estrías en la piel, además de un hedor insoportable. Adivinó que como mínimo debía ser un adolescente desnutrido en la piel de un niño. Si bien no podía ser adulto, un niño tampoco, aunque por la estatura bien podría haberlo sido.

- Al primer sitio que iremos será al gran embalse, que riega los latifundios de mi padre. Depende de qué te interese hacer siempre habrá sitio para ti, pero tienes que poner de tu parte empezando por hacer todo cuanto te digamos.

- Puedo bañarme por mí mismo.

- Sé que eso no será suficiente. Yo misma te daré unas piedras porosas muy buenas para quitarte todo lo que te sobra. Te echaré alcoholes y así te ganarás dormir en el sótano.

- No, si yo me conformo con el establo. 

- Espero que no seas de esos, los que se conforman con el establo acaban formando parte de los parajes del Olivo.

- ¿Qué son los parajes del olivo?

Y fue justo entonces cuando observó un olivo alineado con otro mientras seguía el carro adentrándose en unas tierras privadas, dentro de un gran latifundio lleno de cultivos diversos donde habían personas coschando. Mientras 23 observaba a lo lejos los trabajos plácidos de esas personas, otro olivo alineado con el anterior, abandonado a su suerte, se erguía. Pero habían cosas con él, como estatuas de barro sentadas marcaban su paradero de manera imperturbable.

Mientras el carro avanzaba se observaba a Ismael en lo alto de uno de los olivos estrujando las olivas para dejar caer su jugo sobre una de las estatuas.

- Le tenemos dicho que no haga esas cosas. Pero claro, como nadie se da cuenta de que existen estos olivos.

Es así como 23 se percató que esas estatuas de barro se acumulaban y permanecían quietas, pero también pudo distinguir de algunas una suerte de ojos en cuanto consiguió la perspectiva adecuada. Ojos perfectamente cristalinos y humanos que advertían que en un tiempo esas criaturas nacieron en el seno de una madre como cualquiera de todos nosotros. Y ahí estaban esas criaturas, sentadas imperturbables con el tiempo.

- Las lluvias les dan de beber, pero insisten en quedarse donde están. No hay nadie que se atreva a echarlos. Yo no les doy de comer, mi familia se lo prohibe a los criados. El conde no quiere saber nada de ellos, ni manda nadie.

Al decir eso el carro giró 90 grados y dejó ver un enorme olivo donde parecían yacer cadáveres perfectos convertidos en estatuas. Tumbas respetadas de trolls gigantescos que habían visto secar la tierra que les protegía del frío. En ocasiones estas criaturas conformaban ejércitos de voces que acechaban el paraje de las aventuras que Ismael usaba para ahuyentar a los turistas del cementerio. Si bien los trolls no precisaban de mucha atención y alimento, con el tiempo se congelaban por la noche y quedaban apostados con su piel de arcilla resecada con el sol.

- ¿De dónde vienen?

- De las montañas. Es el único sitio que queda para el que quiera vivir bajo techo.

- Allí no se puede vivir porque los techos son húmedos y te llenan de barro.

- Son los trolls de las montañas, que decidieron bajar y vivir bajo los parajes del Olivo. Alejados del mundo civilizado han encontrado un pacto que les ayuda a alimentarse de vez en cuando. Pero no todos sobreviven al día a día. Algunos se quedan quietos y, para cuando llega el amanecer, no los distinguimos de los muertos.

- ¿Y por qué no los quitáis?

- Servirá de advertencia para el resto de los trolls que quieran pactar con el clan del herrero.

- ¿Qué es lo que ata al clan del herrero a pactar con los trolls?

- Nadie lo sabe. Ya hemos llegado. Yo voy a entrar a por ropas limpias, tú empieza a bañarte allí...

Con el pudor que caracteriza a quien asume su relación con un semejante 23 se dirigió al enorme embalse temeroso de no poder nadar y caerse hasta las profundidades del abismo. Volvió a mirar atrás y observó cómo Rosa le había dejado completamente solo con el dilema pendiente de si aprovechar para huir de ahí, querer correr para hablar con Ismael sobre lo que le empujaba estrujar olivas sobre esas estatuas o, simplemente, obedecer.

Una brisa de pétalos en flor dejó recorrer un lamento entremezclado de muerte y aroma fertil. El olivo, con las sustancias desprendidas de sus frutos, ofrecía un sabor de olor de la fragancia que desprende el incorrupto junto con los pétalos de rosas bañados en almíbar. Así que se asomó a mirar al fondo del embalse y unos vendajes se dejaban entrever, junto con el gorro de algún que otro trasgo.

Recordaba 23 que esos gorros eran administrados por el clan del herrero para ocupar el camino de aventuras y llenar de sonidos atroces ese camino. Con la esperanza de recoger algún que otro tesoro, llenar con algo el menaje que disponían, los trasgos del camino se quedaban con lo que podían. Así que si uno de esos gorros flotaban, ¿qué era que lo que formaba parte del embalse? ¿qué se escondía más allá de las plantas submarinas? Así que probó a tirarse al agua sólo por demorar el tiempo en esa nueva estancia y así satisfacer mejor su curiosidad.

Mientras braceaba sin abandonar el borde el agua se fue disipando hasta observar que el fondo que nutría los campos y las plantas submarinas no eran sino huesos. Así que, del susto, saltó rápido fuera del embalse por miedo a ahogarse y dejar como recuerdo sus propios tejidos y todo lo que quedaba de él.

- No te salgas tan pronto - dijo Rosa tras volver con utensilios y ropa - si no quieres bañarte en el embalse por ti mismo podrás hacerlo en mis aposentos, pero te aviso que ahí sí tendrás que hacer exactamente lo que yo te diga y, si pego un grito, el servicio vendrá en mi ayuda.

En ese momento 23 comprendió en qué consistía el carácter tan caritativo de Rosa, cuál debía ser el precio que debía pagar por formar parte de su plantilla. Siempre podría asumir tener algo de independencia y ahogarse en el intento medio humillante de valerse por uno mismo, o siempre podría tomar el camino del olivo, el más digno de todos para estar a la misma altura que el clan del herrero, con el que siempre podría negociar su supervivencia y ofrecer servicios. Si necesitaba un techo puede que le quedaran las montañas, para convertirse en un troll del camino. Pero había algo que le permitía el lujo de querer convertirse en 23, y era que en el fondo no se observaba del mismo material que Rosa: él no era un monstruo y ante aberraciones no era posible sentirse humillado.


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