sábado, 10 de abril de 2021

La disciplina militar

No todo el mundo vale para ser soldado: hace falta una actitud especial, que te haga una persona más fuerte. Pasa como con los materiales: algunos son más flexibles que otros, algunos tienen más capacidad para ser amoldados según las espectativas del imperio. Y los que no aguantan se rompen.

El imperio tiene unas espectativas morales, y éstas son usadas para mantener cohesionado a la patria. Las únicas espectativas morales aceptables deberían de ser las que sean aprobadas por todos los estados de manera libre, como lo fue la carta a las Naciones Unidas de los Derechos Humanos. Otras perspectivas morales suelen incorporar perspectivas demasiado restrictivas, y podría infundir el miedo sobre los habitantes.

Hay muchos liberales y muchos socialistas que suelen abogar contra la carta de los Derechos Humanos, sin embargo desde un punto de vista formal, y con todos los años que vengo defendiendo el mismo discurso y retando a todo el que se preste, no he visto ni un alma documentada con capacidad de hacer frente a esa carta. Esa lista de derechos se convierten en el resultado de la reminiscencia por parte de las personas a la hora de definir lo que es un ser humano, lo que significa ser persona humana. Es una conclusión existencialista y que, por tanto, exige una refutación bien documentada.

Así que podemos tener una perspectiva reconocible y ampliable, así como falsacionable como siempre, que nos permita constituir una moralidad que ayude a conformar el marco a través del cual generar el modelo ético, el código deóntico humano. Y en eso consiste educar: en ayudar a que el niño cree su propio modelo ético y desarrolle su propia vocación.

Hay dos tipos de niños, o incluso se podría volver a clasificar de más maneras - pero empezaremos por aquí. Los niños que desarrollan el lado derecho y los que desarrollan el lado izquierdo. Se nos ha insistido en que la dominancia lateral es una farsa, sin embargo la teoría aborda también las excepciones. Lo importante es la capacidad que se tiene para adelantarse al fracaso escolar.

Hay dos formas de transmitir un mismo concepto, cogiendo la inspiración de la dominancia cerebral de Herrmann, se puede empezar desde lo general para luego poner ejemplos o se puede empezar desde los ejemplos para dar a entender cómo funciona lo general. Como ocurre en informática, de arriba a abajo significa lectura de izquierda a derecha, mientras que de abajo a arriba significa lectura de derecha a izquierda. Esto es: los izquierdos analizan más y los derecho sintetizan más; los izquierdos clasifican más y los derechos relacionan más.

En oriente predomina la educación derecha y en occidente la izquierda. Para aprender un lenguaje de ideogramas lo habitual es enseñarlo de manera relacional, diciendo qué palabras usan ese caracter y lo que significa en cada caso. Para enseñar qué es cierto animal se estudia por su clasificación dentro de la rama de especies. En Europa lo más importante de una vaca es que es un rumiante, o un mamífero, mientras que en China lo que importa de la vaca es que muge o da leche. A los niños se les enseña en ocasiones aspectos derechos y en ocasiones aspectos izquierdos, pero hay una cierta predominancia a la hora de dar clases.

Es por ello que las clases deberían de distinguirse entre dos grupos: A y S. El profesor al que le toca dar clase en el grupo A tendrá que enseñar desde lo más general a lo más particular, centrando la clase en definir las cosas según su clasificación. El profesor en la clase S empieza con el carácter práctico de la nueva enseñanza, mostrando cómo resuelve las cosas para que le repliquen los alumnos; así hasta explicar el principio general. No es natural que un profesor obligue a un alumno a entender las cosas de una u otra manera, sólo puede explicarla de la manera que le corresponda en su grupo.

Si un alumno no consigue avanzar en un grupo puede que la culpa sea de la manera de pensar y se le invitará a cambiar de grupo. Si un alumno avanza demasiado rápido en un grupo puede que le suponga un reto más interesante cambiar de grupo antes de considerar el que avance antes de tiempo en el curso.

Yo interpreto que cada alumno que sea capaz de abordar sus debilidades para consolidarlas como puntos fuertes lo que está desarrollando realmente es una disciplina militar, y eso es algo que sólo el alumno debe decidir hacer si quiere; así como cuando parece corresponderle el avanzar de curso antes de lo normal, debería ser el alumno el que decida y el que obligue a que se genere ese cambio. Ni los profesores ni los padres están legitimados para ponerle límites al alumno, por muy pequeño que sea: el sistema educativo debe reconocer el liderazgo del alumno frente al del mundo académico y a la patria potestad, de la misma manera que hay competencias que sólo el mundo académico puede adoptar, así como los de la genuina patria potestad.

Atentar contra estos principios podría suponer un trauma para el alumno: si éste ha nacido con una capacidad militar para ir contra lo normal entonces se debería satisfacer sus exigencias, de lo contrario lo hará igualmente oficiosamente - lo cual es terriblemente ineficiente.


viernes, 9 de abril de 2021

La formulación es la que persiste

Las excusas de Stephen Hawkins sobre porqué no defendía formulaciones en sus libros siempre me parecieron muy sosas: aseverar que un libro de física gana más éxito cuantas menos fórmulas ponga creo que es un error de bulto. Esto es, si voy a escribir un libro de filología inglesa debo poner algo en inglés, si es sobre la Biblia debo citar algún extracto, si es de matemáticas algún teorema deberá ser citado y, por supuesto, si es de física deberán ponerse fórmulas interesantes que vayan a la par con los temas que aborda el libro.

Me doy cuenta de que mis ensayos que abandoné a su suerte es lo que tienen más visitas. Es decir, mis aportaciones en medium sobre divulgación informática desde que los publiqué suelen tener unas 150 visitas a la semana; a pesar de haber abandonado casi hace dos años la publicación. Ya ni me acuerdo de cuándo dejé de publicar.

Mis aportaciones en Youtube, con el fin de experimentar, he observado que el vídeo que ha tenido mayor repercusión (sabiendo que el canal está aislado del resto de las redes sociales, sin publicidad ni nada), ha sido donde me valgo de la antropología y del F1-score para demostrar la existencia del patriarcado. Es decir, donde se ve una formulación estadística a partir de un concepto que suele estar de moda. El otro vídeo donde rectifico la plusvalía también tiene sus visitas, aunque tiene más el vídeo donde parodio una confrontación con un famoso, Armesilla. Donde le intento comunicar por teléfono sobre la existencia de dos fórmulas sencillas que nos ayudarían a corroborar lo socialista que es un país.

En este blog ha tenido más peso conceptos como el test de la consciencia o el análisis del chiste antiguo que, si bien no están llenos de fórmulas, sí parecen pretender convertir en fórmula lo que parece no tenerla.

Así que podría establecer una correlación entre mi participación exitosa y el hecho de que quiera ponerle fórmula a aquello que no parece tenerla.

Yo creo que eso es fórmula de éxito cuando no defraudas, cuando realmente esas fórmulas predicen cosas. Por eso aún siguen leyendo mis cortísimos artículos de medium, donde no se desarrolla más que la mera introducción - lo más básico. No hay un análisis pormenorizado, y aún así no paran de visitar tales artículos. El 75% de la gente les echa un vistazo, el resto se queda leyéndolos.

Sin embargo aún no han visto tan profusamente otro de mis artículos; sí se ve que valoran mis aportaciones a la pragmática en filología, que se han olvidado de mi artículo sobre la fusión entre la ética y la moral, pero no se han percatado de mis micromáquinas. En el artículo en inglés las llamaba "the micromachines". Se trata de un artículo sobre la fuerza bruta y el patrón observer. De cómo se puede obtener un resultado muy rápido apurando el número de casos analizados.

Y es que para que se percaten de una fórmula antes deben comprenderla. Si la fórmula es sencilla entonces ya se dispara el interés, aunque tarde o temprano decaerá por su facilidad para ser reemplazada. Si es más compleja debemos entender que aguantaría por mucho tiempo en el supuesto de que otras formulaciones no fueran tan relevantes, pero antes debe haber un primer acercamiento o estudio.

Las fórmulas son lo que hacen los artículos persistentes. Siempre que hay una apreciación en cualquier clase de columna es la fórmula, o la exposición de una correlación de datos asumibles dentro de una buena teoría relevante y coherente, lo que hará que la columna de opinión persista. Si bien no puedes correlacionar nada con tan poca información siempre puedes abstraerla de manera que divagues en términos más amplios - para luego mencionar la irrelevancia de la excepcionalidad y desarrollar tu propia falsación. Pero no es posible formar una opinión sin una idea de formulación, sin una idea de regresión lineal o normal en los datos, sin una idea de persistencia en la generalización de la información. Si no existe esa generalización entonces no existe mensaje, no existe una razón por la cual leer esa opinión.

Siempre hay que sacar conclusiones.

Las conclusiones no son de cualquier manera: deben tener el formato de máximas universales. Se debe poder citar tales conclusiones para aplicarlo en todos los contextos donde el divulgador manifestó que era aplicable. Así se podrá falsacionar, que es lo que le da veracidad ¿Cómo habrían sido mis artículos si mi código no hubiera funcionado? Era tan simple como copiar y pegar. Tan simple como explicar cada extracto y la razón de ser. Y de no entrar en detalles de sentido común, como proponer un sistema de pesos cuando haces medias, sino sólo proponer la media y explicar porqué funciona. Las generalizaciones son de sentido común, para quien quiera desarrollar la teoría en su propia casa.

Yo creo que esa ha sido la fórmula de éxito, y mi experimento en Youtube creo que me ha ayudado a corroborarlo.

Hay palabras calientes que en su ámbito deben ser abordadas con la fórmula que le corresponda, y para ello nos valdremos del lenguaje técnico que se deba. En Youtube el lenguaje es uno, en Medium el lenguaje es otro. Si se plantean fórmulas que no van a servir para nada entonces es algo que se volverá un peso muerto. Si se evitan fórmulas que por coherencia deberían de ponerse en la palestra entonces correrás el riesgo de parecer no tener suficiente nivel. Si metes fórmulas de más, parecerá que alardeas de algo que no tienes. Si pones excusas de todo tipo para no formular entonces todas esas palabras serán muy pesadas, aburrirán como el discurso de un abogado hablando en sustitución a un poeta.

Jugar con las álgebras es un arte en el mundo de la divulgación. Dar con esas álgebras es pura ciencia en el mundo de la investigación.



jueves, 8 de abril de 2021

Los formalistas no han leído a Popper

Creo que hay una nueva horda de formalistas acechando las redes. Da la impresión de que si hablan de filosofía pueden montarse todas las historias que les dé la real gana. Y claro, mientras siguen hablando y teorizando, veremos materialmente a una gran cantidad de personas pasándolo mal. Pero eso es algo que a ellos les da igual, porque siguen preocupándose por las formas.

Eso que hacen, ¿es un ejercicio de ganancia de certeza o, por el contrario, es una afirmación que todos reconocemos por cierta? Lo que es natural en el ser humano no necesita ser explicado, pero si se trata de un ejercicio de ironía como suele hacer la mayéutica socrática, ¿acaso no hay una cantidad agónica de ideas que no se han tomado en cuenta? Como por ejemplo aquellas que supongan una auténtica revolución social, las que supongan un cambio material en el mundo en el que vivimos.

Así que toca hablar de la paradoja de Popper: ¿qué pasa cuando dos personas descubren que la otra tiene contenidos intolerantes? Lo propio es cortar la conversación, porque el más tolerante será el que más ceda ante los ojos de otros. También se puede plantear de otra manera: ¿cómo deben conformarse los debates, con un halo de dignidad o con un halo de confrontación? 

Cuando se debate en torno a la confrontación el objeto no es convencer al tertuliano, sino a su público; mientras que en un entorno basado en la dignidad los debatientes tienen miedo de insultarse mutuamente, porque hay más un apoyo mútuo de la imagen.

El falsacionismo de Popper puede ayudarnos a desechar algunas ideas, por la imposibilidad que tenemos para ponerlas en contraste; parece como producto de tus propios deseos. Esos dogmas desarrollan lo que uno desea, sin ponerle freno ninguna realidad material, ni nada.

Podemos plantearnos una duda interesante: ¿qué alimenta nuestra voluntad? ¿Es la fuerza de la voluntad un músculo? Parecería que cuanto más se ejercite más voluntad se tiene: por lo que si nos flagelamos todas las noches por "el amor de Dios" parecería que nos estamos ejercitando en la voluntad. Y parecería que todo el esfuerzo que hemos estado ejercitando justifica la nueva voluntad que tenemos, que siempre el verdadero objetivo: a medida que se autoflagela el devoto genera en él la indefensión aprendida que someterá a sus vicios, por lo que parece que sí está generando una nueva voluntad.

Esa fuerza de voluntad no ha sido puesta en cuestión, y es alimentada por la propia fe. Sin embargo, ¿acaso la indefensión aprendida no está limitando los distintos tipos de voluntades? ¿Cómo se falsaciona eso? ¿Qué actos de creatividad revolucionaria se harían materiales si no viviéramos esa indefensión aprendida? ¿Hasta dónde llegaría nuestra creatividad si no nos autoflageráramos?

La cosa es que cuando aparece una teoría que no puede ser directamente falsacionada nos queda un recurso adicional: la capacidad para la predicción. Es decir, si no es capaz ni de predecir nada entonces podemos desechar tal teoría como revolucionaria.

Y claro, ¿qué voluntad es la que conforma el mundo que conocemos sometida a un rito que nos obliga a ser menos que una figura que no vemos?

La fe, vista así, no puede ponerse en cuestión. Pero porque se mantiene a base de formalismos. Si le damos importancia a lo material entonces encontramos herramientas falsacionistas que nos permitirán poner los pies en la tierra. Y es que el formalismo es capaz de amargarnos la vida con una enorme sonrisa, crear un mundo feliz en nombre del Gran Hermano.

La agonía es saber que hay un discurso que se anhela, por parte del experto, el pretender buscarlo y no poder dar con él porque la sociedad ha preferido la idiotez. De una manera o de otra, puedes preguntar con ironía, como Sócrates, no esperando revolucionar nada - o puedes preguntar a quien ha estado albergando más experiencia que tú en su propio campo para interpretarlo en el tuyo, como hace el juez a un testigo. Cuando nuestra dialéctica se reduce a un proceso de eliminar las piedras que impiden el buen arado lo que estamos haciendo es negar nuestra interpretación revolucionaria sobre la realidad material. Hemos elegido autoflagelarnos, y el que no para de encontrar piedras yermas esperando dar con un buen testigo de un conocimiento exclusivo es como el que busca oro y sólo da con pirita. Es la agonía del que no espera dar con nada y piensa que esa mina no es más que una pérdida de tiempo.

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Me imagino el mundo de los que influencian en las redes sociales. El informático que oficialmente se suicidó, Aaron Swartz, cuando creó la red social Reddit le introdujo unos elementos especiales: ¿qué pasa cuando aparecen grupos que mienten sobre los likes, gente que intenta manipular y que presionan?

No todas las lecturas son lecturas, no todos los likes es porque le gusta al usuario, no todas las notificaciones son leídas..., en un mundo sobredimensionado, con usuarios falsos que meten una participación falsa en la red e impiden la meritocracia, es necesario un algoritmo que adopte decisiones rápidas, que no pese demasiado, y que haga una criba. Se trata de una función que lea cómo piensa la gente y le atribuya una polarización.

De esa forma el algoritmo descubrirá mensajes de odio, a qué grupo pertenece un usuario..., pero no sólo eso, cuando un usuario recibe cientos de notificaciones de sus influencers cabe esperar que no lea tantas notificaciones, por lo que el algoritmo podría hacer una criba y mandarle sólo las notificaciones que crea que sí va a leer - y así reduce la carga administrativa de hacer la notificación. 

Es decir, con la llegada de las redes sociales nos encontramos con la necesidad de tratar la masificación de los servicios, que es un arma moderna que puede servir para doblegar a los que hasta ahora no habían tenido este tipo de problema tan grave.

Aaron Swartz planteó una resolución conectivista mediante un modelo estadístico para resolver el problema, mientras que las redes sociales todo apunta a que usan la filosofía conexionista mediante una red neuronal. El enfoque conectivista es trasparente, el conexionista simplemente no. Pero a una compañía que espera ganar dinero el conexionista toca correlaciones, mientras que el conectivista es más pesado para llegar hasta ahí - por eso supongo que lo habrán hecho de esa manera.

Alguno podría pensar que no tiene sentido esa clase de algoritmos, y es entonces cuando le puedo proponer un ejercicio mental: IMAGINEMOS UN CONCURSO DE PROGRAMACIÓN, en el concurso llega hasta la final dos programas que cumplen los objetivos aparentemente bien. Y, a la hora de desempatar, se empieza analizando uno de los dos y, acto seguido, hay un apagón de luz. Tras el apagón los jueces aseguran que no pudieron ver el segundo programa, pero que el primero estaba con más fallos de lo que era normal en cualquier concurso hasta el punto de haber sido sorprendentemente malo el código. La cosa es, considerando que los dos llegaron hasta la final y no tienen manera de evaluar el segundo programa con el mismo nivel de detalle, ¿deberían de compartir el premio o eliminar al que según las estadísticas era demasiado malo?

Por si el concurso de programación sonara demasiado raro, ahora planteo un concurso de tartas: imaginemos que dos concursantes llegan hasta la final. Entonces se incendian las cocinas justo antes de decidir el desempate, y descubren tras el incendio que una de las tartas estaba hecha de cucarachas. En principio es una anomalía que alguien meta cucarachas a una tarta para darle más sabor, así que correspondería expulsar al participante. Ahora bien, el que va a ser expulsado dirá: ¿y si la otra tarta también se valió de cucarachas para llegar hasta la final ya que no fuisteis capaces de distinguir cuál os gustaba más?

Pues bien, los formalistas querrán definirse con respecto el concurso de tartas y el de programación, pero la realidad material hace que posiblemente se tenga distintas respuestas para cada caso: porque aunque las matemáticas o la lógica formal no nos permita hacer muchas distinciones entre un concurso u otro nuestra experiencia material nos obliga a adoptar decisiones basadas en un criterio del cual somos más expertos, como para luego juzgar de manera diferente.

Ése puede ser el valor del materialismo filosófico llevado al mundo de la ética y la toma de decisiones.



miércoles, 7 de abril de 2021

Generación esponja. Preludio de la soberana idiotez

Lo he estado pensando, creo que sé algo más sobre esa generación con la que no tengo o he tenido realmente un verdadero contacto o convivencia personal. Hasta ahora siempre había aceptado el término generación de cristal, pero creo que la generación que se está educando a partir de nuestras redes sociales no se puede llamar de esa manera.

El feminismo hegemónico no ha creado jóvenes que se quejan por todo, no hay más que ver las entrevistas que se hacen por la calle: en realidad la juventud no ha cambiado tanto. Antes lo hegemónico era el punto de vista patriarcal, junto con la moralidad cínica del machismo; ahora lo que está de moda es ser políticamente correcto. Pero la gente no ha adoptado esa posición porque sea lo correcto, o esté reivindicando: la gente cínicamente a adoptado el rol de lo políticamente correcto.

Antes también habían personas que se quejaban por todo, y todo se denunciaba - y lo hacían desde las plataformas políticas apolíticas (sin un color político definido): los grupos de presión. Entonces se intentaba censurar según qué dibujos animados demasiado violentos, o se consideraba que había que usar un lenguaje inclusivo. Hoy día esas personas han ocupado las instituciones; como si fueran representativas. Sin embargo eso es un dogma: la democracia actual no es capaz de dar con lo representativo, sólo es capaz de difundir la propaganda mediante la prensa.

La generación no es de cristal porque no se siente afín a la clase política, pero se le ha enseñado que puede ser partícipe y que puede vigilar lo que sucede en la sociedad. Entonces encuentran mecanismos de participación en las manifestaciones o en las redes sociales; la participación efímera que necesitan para marcarse su fiesta personal, su forma de hacer "hate" en la sociedad.

Esta generación ha adoptado el rol de coger algo tan efímero como el machismo y lo ha convertido en el demonio a ritmo de reguetón. Se meten en una fiesta y, para cuando termina su juego, se cuelan en la siguiente. La consigna: "quiero volver borracha a casa" es ahora cuando ya se entiende - eso no es feminismo, no el que yo defendía cuando era veinteañero.

Poco a poco va sucediendo lo que nos avisó Simone de Beauvoir, y yo no paro de citarla y citarla, y volverla a citar. Creo que voy a tener que hacer algo para terminar de mencionar a este gran filósofo. Esta señora nos advirtió de que el feminismo radical le hacía el juego al patriarcado. Lo cual es obvio: de tanto repetir que todo es machista y, además, que es el demonio al final el término deja de ser coherente y deja de ser relevante - pierde su razón memética y se vuelve vacuo mientras se siga repitiendo.

Si el machismo pierde su sentido interno entonces el patriarcado se convierte en meros números. Por lo que no valdrá la pena luchar contra él: el neomachismo gana.

Esta generación lo ve todo, lo oye todo y está en todo: se ha endiosado y es la generación esponja. Quiere vivirlo todo y estar en todo, incluso pasar de todo como hace el dios cristiano. Están legitimados a todo ello porque esos son los valores que les hemos inculcado. Y es ahora cuando me doy cuenta de que no es una generación de cristal: se endiosa mucho y finge hacerse daño para luego romperse. En realidad creo que son irrompibles, creo que se divierten haciendo daño y haciéndose daño, son crueles... No he tenido el placer masoca de convivir con ellos, pero ahora poco a poco los voy comprendiendo.

Por eso es tan difícil mantener una conversación más o menos normal: porque absorven todo. Y si no se rompe su esquema de hegemonía de lo políticamente correcto al final ese esquema se adherirá a las últimas hordas feministas que queden y que sean auténticas. Podría ser la victoria absoluta de la misoginia.

Y se confirma: las feministas radicales que fueron advertidas por mí de que eso era algo que podría pasar no actúan por mezquindad, son cínicas que saben que su único dinero - lo que ganan, es a costa del movimiento. Son parásitos sociales, manipulan a las generaciones más jóvenes sin que se sepan víctimas. Las únicas personas que parecen reconocer la manipulación son los neomachistas primero, y luego algunos grupitos cuya contigencia sigo sin saber divisar del todo.

En una sociedad democrática, donde hay igualdad, la victoria de la misoginia es una ecuación simple: el estado marca los dictámenes de la moralidad. Así hasta que voten a partidos manifiéstamente misóginos. Pero, en cualquier caso, se trata de someterse a la tecnocracia en los asuntos donde el Pueblo debería tener opinión.

Cuando cocinas algo así al fuego lento de dos generaciones el resultado es idiocracia.

Y tenemos evidencias: cada vez que configuro el navegador, o el sistema operativo, automáticamente aparece una actualización que me desconfigura todo ¿Por qué ocurre? Porque nadie se queja, o porque le añaden una funcionalidad que nadie usa. En cualquier caso, se trata de un signo de completa idiotez. 

No es coña.


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