sábado, 1 de abril de 2023

El mejor currículo

¿Cuál es el mejor currículo para un ajedrecista? Alguien podría considerar que es el ser creador de una apertura o gambito que nadie conozca, otros dirán que el haber estudiado en una gran escuela de ajedrez, el haber escrito libros de ejercicios, o el haber inventado sus propios ejercicios. Sin embargo, poco a poco nos vamos dando cuenta: lo que realmente nos permite saber si estamos ante un buen jugador de ajedrez no es su palmarés teórico, es el nivel ELO conseguido dentro de un club oficial de ajedrez.

Es decir, los clubes oficiales solo hacen una cosa: poner al jugador a prueba. Nada más. Es como funcionan de hecho las máquinas que juegan tan bien al ajedrez: éstas no leen libros de ajedrez, ni inventan aperturas que no se hayan inventado, ni pierden su tiempo con ejercicios de ajedrez. Lo que hace que las máquinas mejoren su termómetro es lo que se asocia con la práctica: si un concepto teórico no se traduce en victorias entonces ese concepto teórico va a la basura.

Debemos entender que hay muchas carreras, o disciplinas, que son como el ajedrez: lo que importará de ellas no es que se haya demostrado grandes teoremas, que se tengan obras muy brillantes, que se haya escrito libros teorizando sobre lo más complejo..., no. Lo que realmente cuenta es que puedas demostrar que has hecho cosas más complejas que lo que te dicen en clase y más simples que lo que te inmortaliza.

No hay que pasarse ni de lento ni de listo. Y eso ocurre especialmente ahora con trabajos de IA, programador, científicos de datos, etc... Parecería que solo hay que ponerse en contacto con la empresa y que ésta esté segura de que contigo podrá actualizarse a lo último que está en boga. Eso es una de esas cosas que nos está dando la singularidad.

De una manera o de otra, bien podría invertir en crearme un portafolio en condiciones, y creo que he encontrado al final la plataforma adecuada. Sin ir más lejos, he estado durante años y años intentando dar con esa red social: una que sea de programadores, para programadores..., y que sirva para encontrar trabajo, para demostrar a las empresas cuál es tu talento.

Y pienso que si tu talento es demasiado bueno dirán de tu perfil que lo has hackeado, o que has pagado una posición VIP, o que habrás hecho alguna clase de trampa - o copiado de alguna manera. Por eso, por el momento, me lo estoy tomando con una especial calma, equivocándome y esas cosas... Con la ventaja añadida de que así puedo hacer más aportaciones al día, lo que acelerará el que obtenga alguna estadística.

Y no me va tan mal: de vez en cuando aparecen estadísticas que dicen que supero que si al 70%, al 90%..., suena bien. Es divertido. Sobretodo cuando hago el código simplemente perfecto en su plataforma y veo que alguien lo ha hecho más rápido..., imposible. Y me imagino cómo lo habrán hecho. Pero da igual, lo importante es darme a conocer.

Ayer mismo pusieron un enunciado que, desde mi punto de vista, era una aberración de díficil de más: un enunciado inmortal que dudo que realmente lo hayan resuelto. Pero tampoco me importó, ni me interesó leer la supuesta solución. Por lo pronto prefiero tomármelo con calma, sin ser crítico de más, oteando el ambiente. Dudo que absolutamente nadie perciba mi presencia, pero me servirá para publicar estadísticas de puzzles que resuelven mis programas.

Y no descarto meterme de lleno en Roblox. Que es otra manera de darse a conocer como programador.

En cualquier caso, bien haría la educación pública de convertirse en la plataforma que te lleva a esas redes de clubes deportivos. Porque son la base para encontrar cierta clase de trabajos que muchos demandan. El currículo no sirve absolutamente para nada, así como el haber publicado en revistas. No pesa en absoluto el escribir libros, ni en español ni en inglés.

Lo que pesa son los videojuegos y los programas que haces. Y creo que cuanto más hagas mejor.


jueves, 30 de marzo de 2023

La denuncia y la crítica

En toda sociedad moderna los individuos son capaces de abordar cualquier crítica para darle un tratamiento independiente a la denuncia. Cuando no se entiende la denuncia como un instrumento del denunciado más que del propio denunciante estamos ante sociedades un tanto incivilizadas. 

La auditoría interna, la resolución creativa y las denuncia y crítica sociales son las cuatro maneras de balancear una posición cultural dentro de un colectivo. La cultura, en ocasiones, tiene posicionamientos - pero si no queremos considerar éstos como meros contingentes susceptibles de no ser respetados se obliga a que haya un lenguaje que establezca unos protocolos que ubique tales posicionamientos como dentro de lo necesario. Para ello antes debemos identificar los tipos de conflictos que suelen suceder, lo que hace que un colectivo no sea capaz de abordar su propia convivencia con sus propias normas.

Una sociedad moderna recoge los símbolos necesarios para representar los términos oportunos: lo que hace que los meros individuos se constituyan como personas es precisamente nuestra capacidad para definir esa humanidad que le hace falta a una civilización para que no sea incivilizada. Y es aquí donde debemos pararnos un poco: ¿de qué manera una sociedad acabará pasando por etapas de falta de madurez?

Un individuo aislado es capaz de madurar a su ritmo, y éste posee un gobierno sobre su persona que es inalienable. Sin embargo, el colectivo al que pertenece se mueve por unos cambios que vive el individuo con una cierta sensación de impaciencia, y el gobierno de ese colectivo, en ocasiones, ha sido usurpado por un dictador que, generalmente, se autoproclama como representante democrático. En la medida en la que la democracia sea una farsa el hombre moderno vive impurezas en su entorno colectivo, y esas impurezas convierte al hombre moderno en postmoderno en una suerte de transformación cultural conjunta.

La hegemonía cultural que lleva al colectivo a comportarse de una u otra manera en ocasiones, por tanto, sucumbe a contradicciones y errores de base. Y es que lo hegemónico no tiene porqué ser como un teorema, coherente; lo hegemónico, simplemente, es hegemónico porque es lo que se repite. Sin embargo, la naturaleza de cualquier sistema que es incoherente es o sucumbir a una vuelta a la coherencia o ser testigo de su autodestrucción - con una suerte de aceleramiento, por lo menos, el suplicio puede hacerse menos tortuoso.

Y eso es lo que se puede llegar a vivir en entornos corruptos, cuando no se puede distinguir entre denuncia y crítica: si se comete alguna infracción legislada el que lo expone denuncia, mientras que si una persona comete una infracción contra algún mundo moral entonces probablemente será criticada. Son dos conceptos claramente diferenciados por la oficialidad de la ley, por lo que sería muy preocupante que justo los propios funcionarios no entiendan un matiz tan básico.

Sin embargo es lo que suele suceder con demasiada frecuencia. Cuando se critica a un tercero negativamente lo propio es hacerlo teniendo al aludido delante o tras haberle pedido permiso para hacer propaganda de sus valoraciones necesarias. Mientras que cuando se denuncia el denunciado debe asumir la primera denuncia a través de la oficialidad, y luego el resto de los actos de denuncia en virtud de cómo se hizo firme el conflicto - pero siempre desde la independiencia del denunciado.

Son ideas básicas: si denunciamos a un cura por pederastria su opinión, o la de su comunidad, es irrelevante. Si denunciamos a un profesor por agresiones y sigue siendo profesor, entonces su pasado podrá ser recuperado constantemente con el fin de advertir al resto de los estudiantes... La denuncia no es un rumor; difundir rumores es antidemocrático, como acallar las denuncias sociales. Son formas de cohartar la libertad de expresión.

Las sociedades postmodernas se descalibran y evolucionan contra las personas, y los convierten en instrumentos del poder - concepto que no existe si no es a través de los miembros de ese colectivo. Por eso, ese poder, hoy día llamado capitalismo, funcionará muy bien con las fórmulas que permitan entrar en ese juego y sobrevivir mejor que lo que haría cualquier ser humano. Es la irrupción de las máquinas, y de las fórmulas financieras.

Como si estuvieran dando de comer a una especie de homúnculo, que es un ser humano que tiene un capital desbordado, la máquina persiste y le da instrucciones para "gobernar" al mundo. Para el que vive en ese paraíso es bastante idílico, porque materialmente no le falta de nada. Pero, muy en el fondo, sabe que no adopta decisiones propias - y eso le deshumaniza. Cada vez que toca algo vive una nueva crisis financiera, ¿me equivoco acaso? La maquinaria es tan compleja que la planificación no necesita segundos de a bordo, el capitán es la máquina, y la auditoría interna es su Legado.

Poco a poco los engranajes se van haciendo más exactos y la planificación del Capital tiene que ser como ella diga: el estudio de la calidad del trabajo se mide a través de las auditorías internas, para así saber cuál es el engranaje que falla, dónde hay que echarle aceite. Si en ese sistema hubiera alguna clase de hueco aún habría sitio para la creatividad, pero la máquina ya decidirá por ti: su planificación es la planificación de la economía, y nadie ha votado por esa política - simplemente representa las ideas del liberalismo, supuestamente.

En este proceso de idiotización, tarde o temprano la humanidad acabará por darse cuenta del valor que tienen esas monedas; y los que no se den cuenta tarde o temprano acabarán igualmente autodestruyéndose con la propia máquina, así que para el caso es lo mismo.


martes, 28 de marzo de 2023

El último tren, si es bueno, es como los demás

Algunos tenemos la oportunidad de mirar atrás y observar todos los trenes que no cogimos; por un lado algunos de ellos eran un último tren, por otro lado todos eran el último tren. Se puede ser nihilista, que nada te importe, y decir que todas las oportunidades que no aprovechaste no tienen relevancia alguna - que todas podrían ser substituidas por una nuevas oportunidades igual de buenas. Sin embargo, esa manera de ver el mundo no es realista: hay que superarse dejando morir lo que está muerto.

El asunto práctico está en también evitar decir que todas las oportunidades que una vez alguien tuvo fueron oportunidades que nunca volverán: el que piensa así en realidad no ve el mundo categorizado, se ha liberalizado de tener que afrontar decisiones y se somete a cualquier oportunidad que deba asumir como válida. Tal como veo las cosas, esa manera de ver el mundo tampoco es responsable.

Así que nos queda plantearnos, por si fuera interesante, que en ocasiones nos vienen las oportunidades - algunas son únicas y no volverán, otras se presentarán de nuevo en la vida para tu beneficio. Sin embargo, ¿qué es una oportunidad susceptible de perder? La pérdida no existe realmente, está en el valor que le da el colectivo como civilización. En un momento dado esperamos algo de nosotros-para-sí, y ese algo es una espectativa: la espectativa que tenemos es lo que nos convierte en estrellas, porque si no somos capaces de imaginarnos más de lo que somos entonces nunca lo seremos.

Hay quien ha descubierto el estrellato sin saber lo que se le venía encima. Entonces lo han vivido como quien pasa un resfriado. Para ser consciente de la vida que se tiene antes tiene que estar ésta constituida en la cabeza de cada protagonista. En eso consiste la cultura, la literatura. Nosotros creamos las estrellas, su mundo, lo que es espera de ellas, el trato...

Es como un matrimonio: si la mujer, por ejemplo, espera una relación romántica y el hombre espera sexo gratis es por el tipo de "películas" que se han montado cada uno. La relación de pareja se constituye por la literatura que se consume, porque el amor cortés no existe - lo crean los autores.

Pero el objeto a conseguir, ya sea el matrimonio que se desea, el trabajo de tus sueños, la empresa próspera..., al final son convenios horizontales que cumplen, como ya expliqué en mi teoría del género único (cuando dije que "Marx me daría un beso"), la morfología del cuento de Propp. Es decir, ese tipo de sueños se rigen por una morfología donde hay reconocidas, según Propp, unas siete esferas (agentes protagonistas, que en mi teoría son ocho cuando añado al narrador) y hay como una treintena de funciones de lenguaje (en mi teoría son 64, si no mal recuerdo, bien pensado yo pienso en potencias de dos - salvo en mi teoría sobre la prosodia...).

Sea como fuere, las oportunidades en ocasiones aparecen para iniciar una revolución, para independizarse, para actuar como un héroe..., en esos casos el orden de las funciones de lenguaje será diferente. Pero como todo buen estructuralista, el orden es lo que realmente importa.

En cualquier caso, una persona tiene un objetivo - y desea ir a más. Y puede pasarle que mire atrás y observe que cualquier tiempo pasado fue psicológicamente mejor para él, es posible que descubra que socialmente alcanzó un zénit en un momento dado, o que puede que alcanzara el zénit académico, o el zénit en salud física, etc... Cuando uno visita todas esas colinas y mira atrás observa todos esos cúmulos vividos, son como trenes que no cogió. Luego vuelve la mirada al frente y es muy difícil mirar más allá: es muy fácil mirar atrás, pero somos cortos de vista con lo que se nos viene encima - la niebla es cosa del futuro. Se disipa mientras avanzamos, pero sin niebla no hay autoría, ni civilización.

Allá donde se espera que podamos configurar nuestro mundo para-sí todos, en democracia, tenemos derecho a opiniar, a ocupar un lugar. No todos pueden ser estrellas, al mismo tiempo menos todavía. Hay que ir dejando sitio para que se ensalcen los proyectos de la manera más esplendorosa posible, y entonces ellos formarán parte de tu proyecto personal - y te sentirás orgulloso por ellos, es un hecho, no un autoengaño, ni una estafa, como muchos me han intentado repetir constantemente.

Hay que entender que el mundo de la envidia existe, y esta gente ha estado apaleándome allá donde han podido. Muchos trenes salieron para poder escapar de su influjo..., así hasta que pasara el último de todos, ¿fue un último tren? Jamás lo sabré. Es un hecho.

Cuando se habla del mundo de la prospección de futuro no existen los hechos, salvo los que describen la incertidumbre de la niebla, que es la libertad misma del colectivo. Cuando una persona quiere ir a mejor lo primero que tiene que hacer es confeccionar su propia historia, y jugar en su mente el rol que le corresponde: deleitarse con ese personaje imaginado. La confrontación existente entre lo que uno quiere ser y lo que uno es lo que hace es generar dos voltages diferentes en dos partes diferentes del cerebro: uno en el temporal, y otro en el occipital - pasando por el frontal que evalúa el presente del yo y el parietal que ubica el tipo de dolor. Ese rayo es una trayectoria, y de la trayectoria una idea de avance.

Esas cuatro fases, según mis teorías, conforman un semiacto, que barajan cuatro funciones de lenguaje. Esas funciones de lenguaje se definen dentro de uno de los cuatro órdenes posibles; dos de ellos el de los cuentos maravillosos de Propp y el del viaje del héroe de Campbell. Si la agenda que conforma el semiacto es lo suficientemente realista, allá en la niebla, se dislumbrará un tren - un tren en el que te podrás montar para viajar hacia algo que se parezca a tus espectativas. Y así ver adónde te lleva tu civilización, qué es lo que espera el colectivo de tu ser-para-sí.

Ahora bien, hay un hecho en todo esto: es incontestable que cuando veas ese tren será imposible saber si es el último o si podrás permitirte el lujo de esperar otro igual o mejor. Es un tren, y tal vez sea el último. Tal vez por coger este tren debas despreciar otros, como nos habrá pasado crucialmente tantas y tantas veces. Puede pasar que durante meses no te llegue ninguna oferta y, justo en una fecha concreta, te llegan dos a la vez - y luego eliges justo la oferta donde el tipo no tenía ningún interés porque solo quería "quedar bien" y no confesó que ya estaba desinteresado. Por cosas así he perdido muchas oportunidades, y seguro que a millones de personas les habrá pasado igual.

En cualquier caso, es como un actor de cine. Lo primero que tiene que hacerse es imaginarse que se le presenta la oportunidad, y entonces en cuanto la vea sabrá cómo montarse en ella - de lo contrario, si se sube a un trasporte que no sabe a dónde le lleva será muy difícil que se sepa ubicar en todo lo que viva..., así que para cuando se disipe la niebla mirará atrás y solo verá montículos por los que pasó y que sospecha que jamás podrá volver a pasar.

Las espectativas que tienen las personas sobre sí mismas en realidad son constructos estereotipados que tienen un carácter genérico y, al mismo tiempo, tienen persistencia. Esto es otro hecho. Y es que el existencialismo está lleno de hechos, porque la niebla es como un bosque lleno de árboles y hay dos clase de personas que se pierden en un bosque: el niño por inconsciente y el botánico por tener una mente tan jovial. 

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En este punto Jazztel me volvió a dejar sin Internet, razón por la cual se perdió mi último párrafo..., o se habría perdido si no hubiera capturado la pantalla en el último momento. La vida está llena de idiotas, y ellos tienen el poder. Ojo porque yo denuncio muchas cosas, cada vez el sistema judicial se hace más corporativista, luego más tecnocrático y, finalmente, defenderá la idiocracia misma. Por eso pueden actuar desde la impunidad. En cualquier caso, pasaré a reescribir ese último párrafo y terminaré aquí la entrada.

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Al final indagar en todo lo que se nos viene encima puede ser objeto de un buen estudio filológico, de cómo estructuramos el lenguaje y nuestras historias; no es de extrañar que la singularidad en la consciencia de las máquinas haya venido de un programa que se dedicaba a autocompletar las historias por su repetición estructural.

Los que ven los árboles disfrutan del bosque.

 

 

 


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