En ocasiones los medios transmiten un mensaje lleno de violencia, algo que supone de enorme provecho para quienes quieran ocupar una posición de antiliderazgo, sin intención de que el Pueblo sea capaz de sentarse y discutir.
Los mensajes de violencia que calan más fácilmente en la sociedad son los que provienen de los padrinos de las sociedades que no son democráticas. Resulta muy sencillo creer que vivimos en una sociedad democrática, sin embargo también es probable que con el tiempo las fórmulas usadas se puedan considerar demasiado trasnochadas y antiguas.
Nos traen demonios y monstruos, nos intentan meter miedo y hacer creer que no fracasan como líderes porque hay circunstancias externas. Poco a poco nos traen un discurso de odio, y hacen crecer el sentimiento de frustración del diálogo, del contenido, de la reflexión.
Algunos no se dan cuenta de que los mensajes populistas pueden traer el peor de los disensos: el que está en la antesala de la violencia. Hablamos de que España podría volverse de nuevo violenta.
Franco sabía muy bien cómo destruir a los violentos: los mataba o dejaba que los suyos lo hicieran por él. Asímismo, ¿qué hacer con los hijos y amigos? Vigilarlos, encarcelarlos, perseguirlos..., y tarde o temprano..., ya lo hacía Pinochet que es de la misma escuela. Sólo hay que controlar la estadística y crear un monstruo común: para los religiosos serían los rojos masones, para los rojos y masones sería el mismísimo Franco. Muerto el perro se acabaron las pulgas, sería cuestión de tiempo que también fuera decayendo la violencia... Aunque aún quedan vestigios de franquismo.
No hay que engañarse: para que la violencia vuelva, como está pasando en EEUU, falta sólo la chispa pero el ambiente debe estar caldeado - y en España el ambiente está frío para la violencia. Ahora bien, según se observan en las redes sociales da la impresión de que los discursos están cambiando para generar conversaciones infructuosas: todos sabemos que la conversación política no sirve de nada, los usuarios trasversales (los que tienen amigos de los dos bandos) han estado perdiendo su carisma.
Y claro, elimina los puentes y potencia las plataformas que favorecen el engaño..., y ya veremos lo que genera.
En Latinoamérica lo vemos: la fórmula de la condena no funciona porque los "tuyos" (sean quienes sean) también tienen por lo que pedir perdón. Y amnistiar a todos no es lo conveniente, lo conveniente es particularizar cada caso y llevarlo a los tribunales..., por eso mismo, para destruir gobiernos, se intenta atacar ese tipo de iniciativas. Y el resultado es como está ahora Venezuela.
Mientras no se puedan meter a los criminales en la cárcel, mientras se sigan indultando a corruptos y la sociedad no lo entienda, tendremos el debate siempre manchado por los "míos" y los "tuyos". Por lo que la fórmula de la condena no funcionará.
Condenar la violencia se puede convertir en una mentira más cuando te recompensan sólo por conseguir crear una imagen de benevolencia, o moralidad impoluta (aunque tu séquito te conozca y sepa lo hipócrita que eres).
Ese tipo de modelo, cuanto más tiempo se mantenga, más se calentará el ambiente, más y más, hasta observar cómo España se convierte en EEUU - pero sin el calmante del patriotismo: un auténtico polvorín.
Por otro lado, aunque siempre puede convenirme postularme como analista político y vanangloriarme de haber predicho los primeros enfrentamientos grupales por motivos políticos, la vuelta de los skin - pero con una temática nacionalista de la región de cada cual o española, el refortalecimiento de los ninis reconvertidos en profesionales de la estafa y el crimen organizado al más puro estilo de los guetos estadounidenses, así como la polarización de las fuerzas de seguridad desvinculándose del resto de los ciudadanos a una posición irreconciliable y altamente corporativista..., aunque me dé por dar más datos y ser más preciso para luego decir que lo predije y así salir "ganando" alguna clase de prestigio para proponer alguna clase de pastilla..., mi patriotismo me obliga a exponer los aspectos que habría que cambiar cuanto antes.
Y es que es más fácil cambiar las cosas desde el caos absoluto cuando se observa a unos pocos con capacidad de predicción y objetividad. Pero nunca quise ocupar esa posición tan sencilla: ya he rechazado ser líder político de tres partidos políticos diferentes - y cada vez que me ofrecían un puesto cada vez era más alto y más acorde con mis principios, las cosas hay que decirlas. Quizá deba arrepentirme de la última, de mi pálpito de humildad y de mi error analítico al proponer a otro. A alguien que acabó siendo un completo traidor. Con todas y cada una de las letras.
Para evitar que España se vuelva violenta sólo tenemos que reconstruir los puentes. Nada más: encontrar figuras apolíticas que quieran jugar ese papel y hacer que se pronuncien. De la misma manera, hay que buscar el ejercicio de la claudicación allá donde corresponda: debe ser más fuerte el discurso y el diálogo que la excusa.
Según sospecho, las redes sociales están anticipándose a un comportamiento que acabará por localizarse en los hogares. Lo que no sé es cuánto tiempo deberá pasar antes de que aparezcan los primeros grupos "impropios" de nuestras costumbres: ¿dos años?
Si los tribunales castigaran a los políticos o éstos dimitieran ésa sería otra manera de evitar la catástrofe social y la bipolaridad. Los grupos políticos podrían volverse violentos al descubrir que no hay referentes intelectuales a los que citar. Hay que andarse con ojo: si supieran cómo avivar la llama, y no sé si tienen talento para eso, podrían mantenerse más tiempo en el poder - a expensas de quemar al Pueblo. Han destruido los libros de la izquierda, y ahora les toca acabar con cualquier clase de analogía de pensamiento.
Primero apartaron los Principios de su programa, sus orígenes y motivaciones, así como sus promesas más básicas. Para ello eliminaron cualquier rastro de orgánica, justo la misma crítica que hago a Primo de Rivera hijo: es el truco del falangismo, todo palabras bonitas y, por supuesto, el amado líder y todos los que se le parezcan serán los beneficiarios de esa "meritocracia"..., un mundo maravilloso donde se atan los perros con longaniza, y no te dicen cómo lo consiguen, sólo que ellos son los mejores. Puro facherío..., pura fachada... Los orígenes del disenso y, por supuesto, tras una fuerte derrota, los orígenes de la guerra civil. Primo de Rivera sí sabía emitir las cartas hacia donde había que emitirlas, tenía los contactos, las motivaciones...
Avivar la llama en el lugar adecuado mientras dice cosas bonitas en el micrófono es muy sencillo. Pero algunos políticos no se dan cuenta de en qué terreno se están metiendo: Primo de Rivera tenía a sus más acérrimos enemigos a dos pasos de él, así como a sus aliados. Su invocación continua de que el coco quería acabar con él y el hecho de que había fuerzas paramilitares que ya estaban quemando iglesias, e infundiendo el caos... No estaré demasiado documentado al respecto, pero he oído muchas versiones disparatadas, y a río revuelto ha salido ganando alguna clase de criterio por mi parte.
Los bancos, las tiendas de chinos y las tiendas marroquíes son centros calientes. Asímismo los juzgados, asambleas regionales (¡qué os va a contar un cartagenero!) y sucursales importantes de grandes compañías. Todos esos lugares podrían convertirse en un especial combustible de algo.
Pero no creo que la gente olvide. Ya los hemos visto visitar a algunos la casa de Iglesias. Y prohibir los escraches, cuando no son una expresión de violencia, sino una manera de disiparla sólo acrecentaría el problema ya que perro ladrador, poco mordedor.
En definitiva, como los tribunales no sean autoritarios y no puedan definirse de manera que suene convincente (en vez de a la típica broma de mal gusto que la gente referenciará en cada tertulia) entonces la llama se avivará y los líderes que mencionen esos temas podrían ser apartados por los antilíderes, que buscarán la manera de convertir la radicalidad de ser rigurosos en el extremismo de ser violentos en masa.
Tiempo para el primer saqueo: menos de un año. Y entonces sabremos qué tipo de violencia será.