sábado, 27 de enero de 2024

Una noche de ensueño y un despertar furioso

Justo ahora, no sé si como unos siete años después..., o más, se me ocurrió por primera vez poner en cuestión eso que me dijeron en la asociación de matemáticos, esos expertos en teoría de números que, supuestamente, hacía muy oscura mi demostración en lenguaje 100% algebraico de instituto. Y he confirmado que, efectivamente, o me mintieron o todos esos señores que están evitando a toda costa que nadie se lleve el premio de Beal son unos completos inútiles incluso en su propio campo.

No quería confirmarlo..., pero ya está: oficialmente confirmado. Y esta gente se ha llevado los máximos honores internacionales. Quizá esto me ponga en conciliación con los que dan premios: si hubiera partido del supuesto de que son unos estafadores no me habría llevado ninguna decepción tan supina.

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Algo así ocurre con el problema del milenio de Navier Strokes: se está dando vueltas por la existencia de un modelo tridimensional capaz de representar la viscosidad del agua..., y tal. Sin embargo, tan pronto como algún lumbreras podría demostrar que ese problema no tiene resolución en formato fórmula - salvo un mecanismo dinámico que tienda a aproximar el resultado - se verá que todas las compañías de videojuegos ya vienen aplicando sus modelos. Y resulta bastante visual comprobar cómo realmente funcionan: entrenan una red neuronal a partir de lo que esperan conseguir y luego validan los resultados navegando sobre esas aguas. Supongo que los programadores de videojuegos sospechan que en realidad sí han conseguido superar ese problema - y es muy probable que lo hayan demandado. Pero aquí impera la mentira... Si los físicos están muy celosos de que las máquinas les estén arrebatando el protagonismo lo que jamás admitirán es que sea una máquina la que se quede con la hegemonía de las notación en física ¿Se trata de una reclamación legítima? No. Se trata de pura envidia e intrusismo profesional: son inútiles incluso en su propio campo.

Yo mismo tendré soluciones para ese problema..., y habré publicado algunas cosillas cercanas al respecto. Pero ni se me ocurre acercarme a la consideración de lo que opinen los físicos: antes sería más lógico vender la fórmula a empresas de videojuegos - o así. Al final el conocimiento se gremializa. El capitalismo manda cuando los idiotas gobiernan.

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Al despertar esta mañana tuve un sueño muy reparador, lo justo como para que se me activen muchos recuerdos - y entre ellos más gente que me traicionó, me vuelvo a inhabilitar con mi furia. La vida del que resuelve debería ser resuelta. Y esto es porque la vida es la contratesis de sus recuerdos.

¿Y que es la contratesis? Lo habré explicado en alguna ocasión, pero debo avisar al neófito de mi blog que esa palabra es propia. Según mi jerga, los elementos son susceptibles de ser clasificados dentro de una tesis y, si ésta no estuviera a la altura, habría una antítesis. Contradiciendo a ambas por si conforman una paradoja su debate tenemos la síntesis. Pero como la síntesis es un producto cultural, resultado de una visión personal nada objetiva, necesitaremos la contratesis para contradecir cualquier trilema formado por las tres anteriores. La contratesis es, por tanto, la negación del lenguaje usado para sintetizar tesis con antítesis. Y ya no tiene sentido contravenir la contratesis, pues de aplicarse bien ésta representa todo el complemento que faltaba.

Cuando los recuerdos te atosigan con tu vida consciente tendrás recuerdos de historias que se atendrán a una superestructura ¿Cuál es la historia de tu vida? Entonces parecería que la tesis principal sería el tema que empuja tu filosofía personal - y nada más lejos de la realidad. El sueño del triunfador es la composición de sus fracasos. Los sueños conforman los recuerdos que se han quedado sueltos dentro de un sistema de interregistros, tal como defendería usando mi última aplicación, de tal manera que se aprovechan para perfeccionar la reprogramación de la memoria.

Existe una analogía entre el mundo de los sueños y la genética: igual que hay un mecanismo transcripcional que se encuentra en el ADN que indica cómo de rápido debe codificarse el ARN (la programación) también hay un mecanismo post-transcripcional (la reprogramación), y este es resultado de retazos de micro ARN o de un ARN no codificante que ha quedado sobrante... El programa que uso para adivinar de la nada cuáles son las entidades en una secuencia de significantes, categorizarlas, también se vale de una función que aprovecha las trazas..., aunque todas esas partes no las he divulgado en parte.

Al final se montan historias en base a la función de atención como la hayamos implementado; es como lo que hace la enzima de ARN polimerasa para encontrar una historia y distinguir las partes estructuradas (exones) de la no estructurada (intrones): y así es como a partir de una auditoría se puede conformar una respuesta a una petición contextualizada. Lo que obligará a dejar muchas partes sin cubrir: la existencia de esas partes nos debe inducir a pensar que hay algo que no se está haciendo bien en la programación como para que quede reprogramado..., pero esto sería algo que hasta ahora oficialmente ningún programa ha sido capaz de hacer.

Así que se aprovechan todas las ideas a desechar porque quizá es despreciado por nuestra componente principal (nuestro termómetro en el juego de saber a qué prestar en cada momento) y provoca una recomposición fuera de toda realidad (soñar). Como desarrollar la contratesis de tus propios recuerdos.

Hay que entender que si la contratesis rompe los esquemas de la consciencia de manera pragmática eso podría provocar una trasvaloración a la hora de inhibir o potenciar el uso de algunos términos en nuestro juego de lenguaje. Por lo que esa es su función: reprogramar nuestra consciencia sin alterar el codificador que usamos en nuestros recuerdos para usar la función de atención.

Soñamos para olvidar, se podría decir. Y lo único real dentro de nuestro día a día es el olvido. Si no vamos a darle significado a un significante por no contabilizarse de manera significativa en nuestro modelo, antes es posible que demuestre conformar un sistema con el resto de los desechados - y eso debería de motivar un cambio de enfoque. Al fin y al cabo, una vez perdido el recuerdo afrontamos la realidad de una ausencia. La cual puede convertirse en categoría si la reprogramación no ha dado sus frutos, o en una mera anécdota que no será percibida.

La superestructura que defiendo en este blog nos habla de que las tramas son montadas a partir de los antagonistas, sin embargo el verdadero triunfo de una vida debe conformarse por cómo se alzaron aliados y compañeros. Esto quiere decir que la programación que tiene el héroe triunfante conforma tesis que le llena de miedos que deberá sobrepasar con valentía al ser consciente de todos y cada uno de ellos, y esto es porque por sus actos parecería lo propio de un ser temerario que solo se centra en defender a los suyos.

Me sabotearán la vida, pero yo les arrebataré sus sueños.



viernes, 26 de enero de 2024

Están tropezando y no lo saben

Como dije en la última entrada, a las personas hay que juzgarlas por su deóntica (que se refleja en sus actos) y no por lo que consigue (en la utilidad que nos pueda reportar a nosotros o a su sociedad). Sin embargo, las fórmulas que defienda esa persona es uno de esos actos que debe juzgarse: ¿está defendiendo algo que no sirve para nada? ¿No supone una estafa? Para mí es un completo engaño que afecta a la deóntica. Y esto es porque las fórmulas se miden por su utilidad, y así la propaganda que se hace de ellas dirá mucho de quien las difunde: quien difunde fórmulas que no conocíamos y nos son útiles se le tratará de gran divulgador, una persona generosa que nos ayuda a triunfar.

De vez en cuando trasteo por Youtube, y ya he calado a algunos fracasados. Cuando los trato como tales es como cuando calé a Pablo Iglesias. Cuidado con las líneas rojas..., cuidado. Ahora bien, si ahí marco un límite solo tienen que tener el valor de pedirme argumentos - y entonces será cuando descubrirán la profundidad de una mente sistemática.

La opinión que puedan tener algunas personas en ocasiones se mide con los conocimientos profundos resultado de análisis concienzudos. Sin ir más lejos, aquellos que lean con atención mis documentos se percatarán de que estas entradas no las escribo para el gran público - no porque sea un pedante, sino porque soy pesimista en lo que se refiere a cuántos leerán esto. Al menos, y así lo pienso, voy a repeler a la mala gente y voy a obligar a que quien deba leerme lo haga con cuidado para que esté obligado a desglosar las creencias y valoraciones que aquí expreso.

Un ejemplo de frase ambigua que no me dio la gana de aclarar, por ejemplo, sería uno de los últimos consejos que di en mi última entrada (tal como la recuerdo ahora): pude dar a entender que a la ONU no deberían dejarle entrar a militares sin cultura democrática - en realidad me valí de una ambigüedad: para mí la ONU es una organización puramente militar y "Davos" es una organización puramente civil - de ahí que las reuniones se deban separar (y a mi juicio también debería de oficializarse y mantenerse trasparente). La razón de la ambigüedad fue para recordar el valor de la democracia y cómo debe afectar a la falta de escrúpulos de gente con poder...

En cualquier caso, mucho intertexto que no quiero desarrollar, salvo cuando retomo el tema y entonces el intertexto es lo que hace tiempo dije expresamente. Eso es ser sistemático: sale más a cuento leer de corrido y en masa y saltarse partes confusas. Quizá si interesa tanto la lectura al leerlo otro día se descubra el verdadero sentido de lo confuso.

Por ello, porque ya son muchos años, veo personas que inician movimientos y sé dónde caerán y por qué. Intento avisar y entonces piensan que soy un mal analista, o lo que sea, que son, ¿más listos? - lo correcto sería que se autoperciban como más expertos o, de lo contrario, serían unos necios..., y, en cualquier caso, no me hacen caso..., me toman por un niñato, se creen que soy un intolerante, que lo que catalogo como categoría no es más que anecdótico... No, señores, están tropezando y no lo saben.

Localizo a un influencer, leo su libro, intento hacerle entender dónde se equivoca..., nada. Y se nota por cómo discute, no tanto porque estuviera cansado o le hubiera cogido con el pie cambiado... Sé lo que es categoría y lo que es anecdótico. Y si me marco superestructuras es porque, tan pronto como en ocasiones vaticino victorias y derrotas electorales que no acierto..., no dejo de haber sido un analista político reconocido, un mediador altamente referenciado, un artista de criterio hegemónico y, por encima de todo, un programador informático de lo que nadie es capaz de imaginar salvo yo. Por eso, si alguien cree que fracaso en lógica, en valoraciones estéticas, en tolerancia o en coherencia ideológica..., solo diré que no se le ocurra darme la palabra porque se volverá llorando a su casa - cosa que he visto en ocasiones.

Todos cometemos errores, y si hay algo que realmente me genera una sensación orgásmica es encontrar a alguien que le encuentra la horma a mi zapato. Me encanta que me evalúen y no me importa que se muestren los resultados. Cuando se habla conmigo no me importa que me graben y, si veo que existe la opción de una confrontación deportiva no me importa intentar pillarme los dedos. Sé que mis errores son anecdóticos si tengo todo un trabajo por detrás, lleno de pequeños triunfos personales. Y sé que mis errores son anecdóticos cuando estoy empezando. Me encanta hacer bien las cosas y desarrollarlas en condiciones y si veo que alguien me echa para atrás también me gusta darle puerta y dedicarme a algo que me inspire más.

Hoy hago esto, mañana estaré en otra cosa... A ojos de cualquiera, insisto, soy un fracasado..., pero quien me conozca..., y no hablo de esa chusma tóxica que ni mencionaré... El mundo es sorpresivamente muy tremendamente complicado - no solo nada es lo que parece, sino que además la verdadera virtud ha acabado en una casa de opio. Para cuando la gente cabal se presente a filas yo me pondré firme..., mientras tanto sigo esperando un frente revolucionario que, según calculo, no viviré. 

El mundo entero está en pitorreo continuo, y tanto los influencers como los periodistas y demás políticos se montan un circo personal. Suerte que tienen algunos de ser unas contadas excepciones - nunca hay que olvidar que cuando se habla en términos generales la ausencia de contradicción se debe vincular con la conspiración asesina. Y yo no necesito ir apuntando en mi libreta personal una nueva lista de conspiraciones por cada generalidad que encuentre.

La pregunta mollar a todo esto sería: ¿soy un farsante?

0. Presento fórmulas que sé que no irán a ninguna parte, y como una solución definitiva para curarlo todo 

1. Divulgo a quienes presentan fórmulas que sé que no irán a ninguna parte, como una solución definitiva para curarlo todo

2. Bloqueo a quienes denuncian quiénes presentan fórmulas que sé que no irán a ninguna parte, cuando éstas se presentan como solución definitiva para curarlo todo

3. ¡De ninguna manera! Es a mí a quienes me bloquean cuando los denuncio, divulgo fórmulas que sí funcionan, doy pábulo a gente que presenta fórmulas que sirven para algo y les cuestiono sus propagandas para que se expliquen.

La amistad y la simpatía nos obliga en ocasiones a no querer admitir que alguien ha hecho algo malo y, de la misma manera, tan pronto como una fórmula te ha servido personalmente parecería que le debes un favor personal gigantesco a un farsante. El mundo no funciona así: por eso decía Platón que los militares y los políticos no deberían de tener familia - para evitar extorsiones. A mi juicio es diferente, los militares deben exterminar al extorsionador y el demócrata al ejecutivo que ostente el poder.

Pero da igual cómo lo explique, es más cómodo taparme la boca. Pues nada..., me doy la vuelta y a otra cosa... Les intento avisar y ni preguntan, me borran, me bloquean, bla, bla, bla...


jueves, 25 de enero de 2024

El Triunfo y la Derrota

Volvemos a la filosofía de cómo estamos haciendo las cosas, de cómo lo llevamos. Ahora toca saber si somos unos ganadores o si somos unos fracasados. Se trata de saber si cómo hacemos las cosas es algo propio de quien merece ganar o perder en una sociedad meritocrática - que avanza.

De vez en cuando aparecen situaciones azarosas: gente que ha sido despedida de Google ocupando puestos increibles, gente a la que se le ha derramado el café porque tienen la cabeza en otro sitio, gente que sucumbe a una enfermedad tras dedicar su vida al trabajo, gente que levanta un imperio empresarial derruido por las bombas, huérfanos que encuentran la manera de ser explotados en un país extranjero... 

¿Qué se entiende por ganar o perder? Si fuera relativo no merecería ninguna línea - ni tampoco existiría la meritocracia. Un error garrafal que, para empezar, no cometía Nash sería crear un concurso muy específico para comparar la manera de programar cada competidor y su manera de encontrar los equilibrios de Nash para así extrapolar las conclusiones a la vida real - así no. Antes hay que demostrar que las reglas del concurso son significativas: más en concreto, si se trata de una mera tabla de apuestas es más que probable que haya una estrategia perfecta, y que no se pueda mejorar - pero jamás sería aplicable más allá de esas reglas. Algo así pasaría con el ajedrez: ¿hacerte un experto en ajedrez te hace buen amante? Por ello, mis estudios sobre la creación de juegos incluye el proceso de reprogramación - que es cuando la máquina desea cambiar las reglas del juego a otras que sean más "adecuadas", signifique lo que signifique eso.

Podemos cambiar las reglas de un juego por diversión, por conveniencia práctica, por entrenamiento personal o, simplemente, por saber cómo sería jugar bajo ese esquema fuera de lo habitual. En cualquier caso, la máquina que gane al juego de preferir a qué jugar seguro que está más cerca de ser una buena amante. 

Por ejemplo, algo muy típico en los genios (los de verdad, los que en el parvulario los mezclan con esos que dicen "ñañaña") es poder dirigir las masas de niños y saber elegir a qué jugar (no me conozco ninguna excepción), hasta que la profesora o alguna madre decide SABOTEAR el buen funcionamiento social del niño para que no pueda "manipular" al resto de los niños. De ahí, que el genio no se aisle por ser listo - sino por ser víctima del odio de los adultos que, en una democracia, debería conllevar penas de cárcel por un problema de EJEMPLARIDAD.

Pero volvamos al punto..., luego dicen que esas cosas se olvidan. Y yo pienso que quienes olvidaron los sabotages es porque claudicaron socialmente y se autolobotomizaron para poder negociar con los corruptos, que son quienes tienen el poder.

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No voy a dar ahora clases de difamación y de que cualquier persona, las más vulnerables aún más, merece ser protegida del odio, sin embargo es importante comprender cómo funciona una sociedad democrática (por lo que será meritocrática) para entender cómo deben ser programadas las micromáquinas para que éstas reprogramen el sistema. Existen unos puntos objetivos de los que aferrarse para hacer una buena escalada hacia conceptos superiores.

Así que si decimos que no podemos usar un único tipo de juego para saber si esa estrategia es triunfante entonces, ¿cómo saber si hemos llevado a cabo una filosofía triunfante?

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Voy a poner un poco de música..., aunque seré yo el único en escucharla.

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Hace muchos años desarrollé un lenguaje para representar la adaptación de las reglas de un juego y reprogramar a sus agentes..., pero me obligaba a tomar soluciones de compromiso - busco principios objetivos que alcancen una posición localmente perfecta, que no se puedan mejorar. Años atrás diseñé un juego de sumo que podía convertir a cualquier problema de concurrencia - para cuando encontré la estrategia perfecta de ese juego su adaptación sería una cuestión de limpiado de cara... Lo llamé sistema VAWM, que estuve redefiniendo en este blog constantemente..., en este esquema no puedes programar fácilmente el copiar lo que hace tu adversario, porque solo tienes una información parcial de lo que hace (solo sabes cuándo fallas, pero no cuando ganas - como un jugador de sumo que aplasta al perdedor sin darse cuenta, pero que se da cuenta cuando es aplastado). Bajo ese sistema podía diseñar un sistema inmunológico, y modelar cosas muy guapas...

Cuando le preguntamos a un triunfador si lo es es muy probable que busque cosas futiles que le ayuden a adivinarlo - pero lo normal es pensar que no será capaz de decirte nada. El que es feliz no es consciente de ello, porque ya es feliz. Cuando una persona vive un fracaso tiene que tasar en qué medida es algo irrisorio, un contingente, un problema estructural o simplemente algo terminal. Lo que está muerto hay que dejarlo en paz, o te llevará con él y a quienes estén cerca de ti.

Por tanto, ni el triunfo ni la felicidad es lo que hay que buscar - el objeto es más bien valorar los impedimentos y saber disfrutar de la lucha, encontrar los modelos con los que jugar para prepararte ante situaciones parecidas y difundir tu programación. Aún así, existen mecanismos objetivos que nos permite saber si estamos ante un verdadero Fracasado o un Triunfador.

Podría configurar uno de esos tests oficiosos, tal vez lo haga otro día, pero en vez de ello pondré la pregunta mollar.

¿Desde tu punto de vista qué es lo que te ha definido como luchador?

0) Los resentimientos y sabotages que adquirieron sentido en mi nombre, cómo reyes se doblegaron.

1) Los méritos de mis rivales, la grandeza de las circunstancias que me doblegaron.

2) La grandeza de mis donantes y adalides, saber estar y ocupar las más grandes esferas.

3) Los méritos de mis seguidores y compañeros, cómo alcanzaron por sí mismos la gloria. 


Usando la superestructura que describo en mis teorías se puede tener una idea más desarrollada sobre cómo desglosar esta pregunta en otras tantas que conformen un todo. Y como resultado de ese todo la puntuación final del 0 al 3, como el sistema cinco estrellas - pero puntuando hasta el 4: +1 buenas actitudes, +2 la aptitud necesaria. Aunque el sistema cinco estrellas original que propuse en el '94 partía de 3 estrellas con la opción de sumar una y de restar dos, para luego sumar una por excepcional o perder una por alguna pifia (porque quien inspecciona presupone la aptitud máxima y espera encontrar buenas actitudes expresamente).

En cualquier caso, la aptitud del triunfador está entre el 2 y el 3, una mala actitud para ganar (saber ganar o perder) está en el 0 y en el 2. Y un buen test para evaluar si la vida de alguien ha sido triunfante, y por tanto debe saber lo que es una buena filosofía de vida, pasaría por incorporar la estrella excepcional y las aberraciones para que sume todo.

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La asignatura más importante de primaria es la educación física. En un año un niño puede aprender a leer, sumar, restar, multiplicar, dividir y resolver ecuaciones..., si le dejan aprenderlo. Si los profesores quieren fingir que esas técnicas secretas exigen un tiempo, y un proceso largo..., entonces condenarán a los más rápidos a ver el colegio como los más lentos. Escribir bien, resolver bien, hablar bien, expresarse como es debido..., eso se aprende con una buena educación física.

La educación física en occidente es el aprendizaje de las artes marciales en oriente, aunque es cierto que la costumbre es llamar al profesor de educación física profesor de gimnasia, y la gimnasia es una asignatura demasiado trivial, en su complejidad, para todo lo que tiene la educación física. 

Sin ir más lejos..., en una ocasión el hermano pequeño de un amigo me pidió que le enseñara artes marciales y, cuando tuve la ocasión de enseñarle lo más importante en la playa, así lo hice: le dije que intentara tirarme sin hacerme daño, que me obligara a tocar la arena con algo que no sean los pies. La primera lección más importante: no ser capaz de hacerlo, porque yo desprendía una autoridad que hace imposible incluso el tocarme - aunque se lo permitía. Para desprender esa autoridad jamás hay que jugar a esos juegos machirulos de ser un alfa: solo hay que aprender educación física - artes marciales.

Así fue cómo le expliqué de manera práctica que la mejor defensa es la autoridad, y el golpe más crítico es el dueño del último golpe. Si el último golpe es que te denuncien y debas pagar una multa entonces el golpe te lo dan a ti. Como decía el personaje de Jackie Chan en "The karate kid", todo es kung fu. Y quien lo niegue habrá niveles de artes marciales a los que no llegará.

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Una vez comprendido mi test queda preguntarse cómo se aplica a los distintos países: ¿conviene ser un seguidor de EEUU? ¿Está Ucrania revolviéndose en resentimientos terroristas por su derrota no confesa? ¿No es futil masacrar población civil por tener tales resentimientos como hace Israel? ¿Vive la CE una ensoñación al no levantarse contra sus líderes traidores a los intereses de su pueblo?

Parece como si el mundo estuviera patas arriba. Y llama la atención los deseos de que se produzca una tercera guerra mundial: las palabras desde la CE es de repulsa y las acciones son de incitación. Y hay que juzgar por las acciones (aptitud), y luego porque las palabras no encajan con las acciones (actitud).

Todo el mundo sabe que lo que provocará una tercera guerra mundial es un cúmulo de casualidades accidentales que se vuelvan categoría; y ése es exactamente el único plan de victoria que busca Zelensky: la masacre de Ucrania. Si la ONU no puede interceder por los que ya ganaron la guerra haciendo sus cuentas entonces la institución solo obra en favor de una tercera guerra mundial, y será como en su tiempo fue la Sociedad de Naciones de Suiza.

Una organización de paz internacional debe ser la que evalúe con sus juegos de competición quién se ha quedado con la victoria y en qué sentido. La cultura de saber cómo es el cuerpo de cada combatiente, la financiación de sus frentes, las condiciones de derrota, cómo actúa ante sus invadidos, etc... Si no se es coherente en eso y no se busca la relevancia de unas fórmulas con unos resultados pragmáticos entonces el resultado será catastrófico - como ocurre cada cierto tiempo. 

Mientras la masacres ocurran en países que nos importe poco o nada (como en Ruanda) pues nadie se percatará de lo peligrosa que es la ONU cuando se llena de palabras hippies y poca cultura marcial - pocos analistas de guerra. Envíen los hippies a Davos..., y no inviten allí a ningún militar [sin cultura democrática] ni tampoco a ningún empresario [sin escrúpulos] - por favor. Los niveles de eduación hoy día son mínimos y los Parlamentos no son más que gallineros donde los dictadores emiten frases que no son propias en un mundo desastroso del que ninguno se quiere hacer responsable.

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Muchos me verán a mí: un mal kioskero que tiene una tecnología que es un hazmerreir. Yo sé que lo que me hace un buen empresario es la aceptación de mis clientes (por mi deóntica), no sus resultados; y lo que hace grande a mi tecnología son sus resultados, no la no aceptación de sus usuarios (por su falta de deóntica). Existe una trasvaloración sobre qué esperar de cada uno, y no es algo cultural lo que digo. Es estructural a la hora de hacer una buena programación: los agentes deben ser escogidos por su deóntica y las fórmulas por su pragmática. Esa es la diferencia entre agente y fórmula. Las partes de un agente son sus mitemas, que pueden volverse dictatoriales, mientras que las partes de la fórmula son su configuración en tensores independientes entre sí.

El Machine Learning no puede configurar a los agentes mejor que un Reinforce Learning, como se demostró con Alpha cero, frente a Stockfish. El ajedrez incorpora aspectos sociales y de cambios de ritmos muy complejos como para que los distintos termómetros no cambien: no es el mismo termómetro en la apertura, que en el proceso intermedio de intercambio y que en el final. Además, los jugadores humanos juegan también con la psicología..., el "atraco", la deportividad... Un agente es una fórmula que no es de simple codificación dentro de una competición que puede obligar a adaptar dicha fórmula al completo. Es decir, el agente exige un ambiente donde quede definido - y su objeto será alcanzar el Triunfo.


martes, 23 de enero de 2024

La muerte del gobernante

En Alemania se está gritando "¡nos vamos, nos vamos!" Quizá sea una oportunidad maravillosa para que España le siga..., y que por ello algún economista nos diga juntémonos con los americanos..., y por ello la gente se plantee que no quiere un gobernante elegido por la mayoría si la mayoría de los países son problemáticos..., y de ahí que alguien plantee que debamos constituir una Constitución que no requiera gobernantes - que prohiba esos mandatos y los recluyan a ámbitos temporales y limitados... El proyecto iberófono pasa por la anarquía..., por la democracia.

Pero no, ni Alemania se irá ni menos aún España y, por supuesto, impensable que los países iberoamericanos quieran constituir un nuevo texto..., que se hable más que de fusión de fronteras, de fusión fiscal, eliminación del ejecutivo, que haya leyes comunes, democratización de la fiscalía y promoción de altos cargos por concurso. Es impensable...

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Hay sueños que son impensables. Ahora mismo estaba rebuscando sobre mis papeles antiguos y redescubrí la jugarreta que me hicieron los catedráticos de matemáticas de Stafford: de Juzgado de Guardia. Pero la historia de las matemáticas está llena más de ladrones y asesinos que de gente genial y sabia - era de esperar que eso mismo era lo que me encontraría en el mundo académico. Aunque..., ¿qué pasaría si los demando? ¿Podría haber algo por ahí dentro del derecho dual...? ¿Tiene sentido que un experto en teoría de números no sepa lo que es la igualdad de Bezout?

Efectivamente, el mundo académico es como es: se puede ver en mis demostraciones de, por ejemplo, P distinto de NP: nada más demostrar que el enunciado implicaría encontrar equivalencias entre dos máquinas de Turing - lo que se demostró imposible, luego continúo la demostración rematando aún más la faena para redemostrar mi pretensión..., ya que al parecer a algún que otro estudioso puede que no le termine de convencer. Bueno, sinceramente, lo dicho ya era una demostración - pero los farsantes necesitan tener un documento "complicado" para creerse de que hay trabajo detrás. Es decir: mi tarjetita que demuestra la conjetura de Beal se veía demasiado pequeñita..., y habría sido suficiente como para demostrar Fermat. Y el asunto es que esa demostración aún no la he compartido..., me cabreó tanto lo que hicieron esos indeseables..., ¿pero será cierto que realmente no tienen ni pajolera idea de matemáticas y no actuaron de mala fe?

Se hacen los locos. Ya no es una cuestión de utopías - el problema es que son saboteadores. Lo mismo me pasa con esos concursos que te ofrecen dinero si los superas: ¿quién me dice a mí que no están amañados (lo cual sería terriblemente sencillo y estúpido)? Al fin y al cabo, el perfil de ser lo suficientemente indeseables lo cumplen como para hacer estupideces así.

Así que me ronda la cabeza..., ¿y por qué no acusarles de estafa? Y veríamos a esos catedráticos explicando imposibles a un juez cuando éste tiene todas las evidencias con aritmética simple... Entonces se les caería la careta.

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Barthes hablaba de la muerte del autor a la hora de permitir a su obra adquirir un significado propio. Eso mismo pasa con la relación que hay entre política y gobernante. Para que se pueda dar una política en un país antes tiene que desaparecer el gobernante; con la desaparición del gobernante ese país podría aspirar a ser una democracia.

¿Qué pasa cuando un par no aplica doble ciego o cuando no da la cara por sus sabotages? Entonces no hay manera de saber si lo que defiende es real o intencionado: o dejamos evolucionar la ciencia o dejamos que sigan estafándonos los catedráticos. Ya lo comenté en ACM, y en varias ocasiones tras ser víctima de un sesgo Chewacka de manual: cómo debía de gestionarse los pares. Pero nada. Prefieren el fingimiento - es más cómodo. Tras ese altercado se me calló un ídolo: Stallman. Que tras una ardua discusión on-line estaba más apegado a la institucionalidad de ACM que a la búsqueda de la verdad..., o del estafador.

No necesitamos ídolos que difundan la propaganda. Las instituciones no pueden ser sujetas por el control de los demandantes. Los servicios deben ser liberados y accesibles por el pueblo. El director de la agencia de protección de datos, así como el defensor del pueblo deberían de poder ser expulsados del cargo automáticamente si se valen de esa posición para controlar la disidencia. Hay posiciones que se crearon para regular problemas muy reales provocados desde las instituciones públicas y, por esa misma razón, dentro de dictaduras institucionalistas como la española se han colocado "directores" que se aseguren de que nada cambie - como ocurre en el Supremo. Son instituciones para los que el Pueblo debería tener acceso mediante referendo vinculante autoimpulsado tras demostrar las firmas pertinentes. No necesitamos gobernantes - son ellos la razón de la muerte de la democracia.

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Tal vez publique esa tarjetita..., aunque me dé rabia. Y tal vez desarrolle la nueva aritmética que desarrollé hace 20 años, o una nueva basada en tensores que me servirá para calcular la inteligencia del comportamiento de una máquina - la real. He estado tocando cosas..., y se ve tan limpia de símbolos innecesarios... O tal vez decida condenar a la civilización occidental a lo que ha decidido ser. Si es cierto que estoy aislado ninguna civilización necesita héroes para desarrollar la idea de mérito. En realidad lo que debería de hacer es sancionar a los que están intentando dirigir la civilización hacia el abismo.


lunes, 22 de enero de 2024

Recuperación Global de la microprogramación

Antes de empezar con mi día a día voy a poner unos cuantos apuntes sobre la marcha...

¿Qué pasaría si nuestra microprogramación en nuestro más insignificante de nuestros trabajos enferma? ¿Qué debería de poder hacer el sistema para recuperarse o, como a mí me gusta decir, aprovechar para avanzar desde otra perspectiva? El asunto es que uno de los agentes es posible que haya conseguido amedrentar al resto a través de un único meme, que haya creado una población nepotista donde todos son primohermanos y cada vez que se les pregunte algo se hayan superespecializado a responder lo mismo de la misma manera (todos los agentes responden "¡Mec!") ¿Qué hacer cuando se ha alcanzado el estado de idiocia?

No hay que olvidar las cuatro fases por las que puede pasar nuestra programación evolutiva: sin hegemonías, habiendo corporaciones (agentes favoritos), hegemonía tecnocrática (etiquetas o mitemas favoritos) e idiocracia (todos los agentes son uno y todos los mitemas son uno). Lo que puede pasar es que se puede emitir un agente infeccioso que obligue a distinguir a los auténticos de los farsantes y, así, o se pasa a la siguiente fase sin hegemonías o el sistema sucumbe ante ese agente. Otra cosa se puede hacer es abducir a los agentes más independientes para llevarlos a un entorno más rico en mitemas durante mucho tiempo mientras el resto de los agentes siguen evolucionando por su cuenta, luego se vuelven a juntar y se observa cómo desaparece la idiocracia. Si no funciona los anteriores se puede probar a hacer una síntesis: se abducen a los principales líderes y se hace pasar por situaciones difíciles a los no abducidos. Si aún así no funcionara lo último solo salvaría la población un aumento de la probabilidad de mutación: que impere el caos.

Lo dicho anteriormente no obedece a cuestión posible, solo a examen riguroso y técnico: objetivamente nuestras micromáquinas no tienen la opción de enfermar si hay un sistema inmunológico que se preocupe de que no hay afecciones internas como las expuestas.

Luego están las afecciones externas: imaginemos que el resultado de nuestra microprogramación es una máquina y, una vez ajustada y bien configurada, cuando la ponemos a funcionar empieza a alucinar, o tiene un comportamiento fuera de toda deóntica, o se le olvida su adaptación al contexto o no asume su propia microprogramación. 

Lo primero se resuelve con duplicidades, lo segundo es incorporando un proceso de validación del producto, lo tercero se resuelve dándole potencia de lenguaje a los parámetros del contexto - que son los mitemas bajo los cuales trabaja el cliente de la micromáquina, y lo tercero le supone a la micromáquina el rol de entender la relación con el cliente como si fueran agentes dentro de una micromáquina que previamente esté simulando... Cuando se tiene la notación adecuada todo lo dicho ni es ciencia ficción ni mera poesía.

Las enfermedades externas se resuelven mediante una programación estática en condiciones, el cómo se programe la idea de consciencia dentro de la notación de micromáquinas de las que se disponga: no hay que olvidar que mi definición de consciencia consiste simplemente en la aplicación que evita que la máquina sucumba a un bucle ¿Qué pasaría si el cliente pregunta insistentemente lo mismo ante las mismas respuestas de la máquina? La propia máquina podría estar programada para darse cuenta de ello en el mismo instante en el que la microprogramación que tenga pudiera verse afectada por la experiencia que vive con sus clientes - si, por el contrario, la máquina no se reajusta con sus clientes entonces el que entre en un bucle con ellos no le será relevante.

Ejemplo. Supongamos que A discute con B. Pero B alucina vinculando X con Y. A tiene sus propias taras y vincula X con Z. Entonces B evalúa a A en los temas de Y como si creyera que son Z. A se queja de que le vincula Y con Z, y B continúa con su explicación vinculando quizá correctamente Z con Z1. La conversación sigue al infinito para provocar que B evalúe a A en los temas de Y como si creyera que son Z1... Se crea un bucle que va intoxicando conceptos y afecta a la recodificación de los tókenes para cuando A y B hablen entre ellos. Por ello es importante descubrir si se ha entrado en bucle para desarticular las conclusiones: siempre que una discusión genere mucho estrés hay que proceder a olvidarla y partir de otro punto. Distinto a que cuando una discusión llegue a una conclusión clara y veamos que un agente intenta desviar la atención, precisamente porque lo que quiere es generar la imagen de que tiene razón. Es decir, la consciencia es una herramienta de la civilización, no personal. 

Lo vemos, por ejemplo en el caso de las hormigas: en ocasiones se les ve haciendo un círculo mortal a lo largo del hormiguero. Las hormigas que salgan del hormiguero entrarán en ese círculo, las que se acerquen al círculo entrarán en el círculo, pero cada una de esas hormigas en el círculo seguirán en el círculo, ¿por qué? Simple: cada una de ellas está transmitiendo que quiere volver a casa y lanza las feromonas de miedo y hambre - por eso está siguiendo a la que tiene delante, que está segura de estar cerca del hormiguero y también tiene miedo y hambre. El problema es que no tienen memoria de estar siguiendo demasiado tiempo a quien le asegura saber hacia dónde ir. En eso consiste también la idiocracia y cuando hay demasiadas hormigas este es también un buen mecanismo para que se reduzca la población: demasiada consciencia puede ser perjudicial.

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En cualquier caso, siempre podemos sacar conclusiones de lo que acabo de escribir: ¿que el mundo está patas arriba? Pues cójase a todos los líderes que sean independientes entre sí en una zona que queremos resolver, se les abduce durante 10 años a hoteles y países donde puedan hacer conferencias o trabajo pero sin entrar en contacto con los suyos. Después se les devuelve a sus países y conflicto resuelto. Otra cosa es que tengamos que hacer algo con los hijosdeputa que creen nidos de avispas - yo a esos no los mando a hoteles. 


domingo, 21 de enero de 2024

Naturaleza del Conflicto Global. Amedrentamientos

Las palabras suelen tener diversos significados en diferentes clanes, aunque todos ellos hablen el mismo idioma. Esto es algo que me pasa con la palabra "amedrentar". Es un término lo suficientemente técnico como para que no pueda usarlo como un mero sinónimo de otra palabra que se suela usar. No me sé de nadie que use la palabra amedrentar como sinónimo de intimidar.

Sin embargo el habla hispana es gigantesca. Y hay que reconocer que una buena definición es la que abarque al conjunto. Tal vez, y quizá tal vez, la mía solo sea una mera acepción muy específica. Así que a efectos del lenguaje técnico que aquí desarrollo diré que para mí amedrentar equivale a acorralar moralmente mediante miedos, como una forma de abuso. Por tanto, la traducción idónea para los usos habituales que le doy o he creído leer en esa palabra sería "to bully".

Dicho esto, hoy veré si desarrollo una entrada..., reconciliadora de lo humano con lo tecnológico.

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Mi última entrada no parecía tener nada que ver con la informática, y nada más lejos de la verdad. Ahora bien, será ésta la que se use para ir comprendiendo cómo en realidad está perfectamente hilada con la programación. Y entiéndase "programación" a este nivel como el la descripción que deben seguir los agentes para alcanzar sus objetivos pedagógicos o pragmáticos: encontraremos un buen término si mezclamos ambas acepciones - la de informática y la de pedagogía.

En estos últimos días he estado desarrollando un replanteamiento de mi filosofía conexionista mediante el desarrollo de micromáquinas que, a mi juicio, superan a las redes neuronales. Aún lo que he divulgado a día de hoy no le llega a la suela de los zapatos de lo que tengo en ciernes. Y lo que he divulgado..., tela - porque es combinable con otras máquinas increíblemente poderosas que aceleran la satisfacción de las fórmulas debido a que mis estructuras no las enmarranan tanto, para dejarlas inteligibles.

Poco a poco voy redefiniendo el concepto de entropía para reconciliarme con Boltzman, y así fundar una idea impensable para muchos: la termoinformática - como fusión entre termodinámica e informática. Pero eso irá viniendo..., o no.

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¿De dónde emerge el Conflicto Global? ¿Cuál es la naturaleza común de las guerras mundiales? Diremos que un conflicto se hace global como cuando una epidemia se vuelve pandemia. De una manera o de otra existen memes destructivos que se expanden por toda la población. Una idea leve podría ser el odio, el abuso de poder..., quizá lo que identificó en cuatro categorías el propio Bertrand Russell en su discurso de obtención de premio Nóbel (que si la avaricia, la ambición de poder...).

Desde mi posición, intentaré explicar algo con lo que discrepo con muchos grandes historiadores. Y ese detalle va a hacer que esta entrada se vuelva polémica. Pero ojo, cuando la polémica es entre dos grandes "sabios" hay que andarse con ojo: porque no es posible síntesis alguna debido a que o es la tesis o es la antítesis la que tiene sentido. Y esto se produce debido a que no se defienden conceptos independientes como si fueran vectores, lo que se defiende es si 5 es menor o mayor que 6, y de lo único de lo que estamos de acuerdo es que 5 y 6 son diferentes.

Así que aquí está la gran cuestión: ¿es la dictadura una muestra de inteligencia por parte del dictador? Mi respuesta es inequívoca: quien elige dictadura es tonto. Siempre.

Luego ya tenemos detalles..., que en ocasiones hay que obligar a hacer marchar a la gente, y los muy tontos dirán que eso es una dictadura - cuando en realidad es una acción militar..., temporal por su urgencia. Así que, considerando los matices, se debe ir comprendiendo el significado real de la pregunta en cuestión.

Como que no podemos vivir nuestro día a día como si siempre fuera todo urgente, tampoco necesitamos a un señor que nos vaya diciendo en cada momento qué hacer. Ni tampoco necesitamos crear un modelo donde haya un señor que finja ser necesario..., eso puede sonar incluso aún más absurdo. Hay que entender que hay que elegir quién se equivocó más: si Luis XIV o si Luis XVI; si Stalin o si Gorvachov; si Primo de Rivera o si Franco..., y el último tiene truco.

Algo que hasta Franco sabía era que cuando estás en el desierto debes racionalizar el agua: hay que pensar a futuro. Muchos militares se olvidan de la reprogramación, de cómo racionalizar los recursos pensando a futuro, a 50 años vista. Pueden ser muy buenos programando pero, ¿qué pasará con nuestros vástagos? Existe no solo el análisis geopolítico del presente (a 10 años vista), sino también lo que se espera de la siguiente generación. Y esta entrada va de eso: de una película italiana llamada "Nido de avispas".

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De todos los dictadores que ha habido en la historia de España Franco es el que duró más. Supo aguantar hasta 39 años - todo un record ¿Y qué hizo ese señor además de saquear las arcas públicas en favor de su familia y hacer legales genocidios por retrasar culturalmente a España en favor de unos valores atrasados que ni él defendía? Pues trajo una "representación laboral", una "representación política", unas "urnas", una "participación ciudadana"..., fingió una socialdemocracia, tal como la defendía Mussolini - fascismo sin más. Lo que pasa es que no sonaba "convincente". No sonaba "creíble". Hoy día al menos la gente "se lo cree" porque hay un "Parlamento". Pues vale...

La clave que descubrió Franco, y él mismo lo decía con sus palabras - cosa que no me interesa, es que su posición en el poder no debía amedrentar a la población. Así de simple: la razón por la cual cuando había huelga general los trabajadores masacraban a los funcionarios era porque los funcionarios amedrentaban, la razón por la cual existía una ETA que mataba a guardias civiles era porque los guardias civiles amedrentaban, la razón por la cual los artistas escupían a los censores era porque los censores amedrentaban... Había un abuso de poder, y ese abuso no podía ser trasparente - no había una manera de poner en contradicción esas fuerzas. 

Y, claro, la idea es simple: ¿podemos decir que hoy día nuestro Régimen incorpora un cuestionamiento de todos los cargos existentes? Ojo, que mirar con reojo a la monarquía nos llevará a un debate bastante infantil que siempre acabo teniendo con la gente, en base a lo que dice la Constitución..., pero no. No considero que la monarquía actualmente abuse de su poder..., cuando estamos en una dictadura institucionalista el abuso no está en lo que está por escrito sino justamente en lo que no se hace y se consiente. Inspectores de Hacienda, seguridad del aeropuerto..., en España tenemos nuestros granos en el culo: mafiosos que piden a gritos ser exterminados de la civilización por su abuso de poder.

Pero volvamos al análisis. Luis XIV inventó el absolutismo. Una de las mentiras más comunes a la hora de explicar la historia es decir que todas las monarquías son absolutas. No - eso lo creó Luis XIV. La idea de monarquía tal como se extendió en Europa es un invento de Isabel, la católica - que sancionó la idea del vasayage, el control de los gremios, el idioma, los villanos y la inquisición en general. De hecho, Stalin se copió su idea de nación a partir de la idea de nación de Isabel, la católica - insisto: un hombre de cultura pobre que necesita una idea que es viejísima y encima la implementa peor. Cuando Stalin feudalizó el comunismo preparó el peor de los caldos de cultivos contra el que se comería el marrón: Gorvachov. Si la idea del comunismo es que la gente pueda participar democráticamente entonces en cuanto Gorvachov abrió la exclusa toda esa ausencia de educación y esa cultura del amedrentamiento arrasó con todo... Igualito que con Ana Bolena... Y de tanto arrasar cortaron la cabeza al que más le gustaba cortarlas... Es decir, eso es el amedrentamiento: un acto de tontos.

Franco no murió en París por envenenamiento, ni tampoco fue ejecutado por escribir cartas que incitaran un golpe de estado. Franco fue siempre mucho más listo aun siendo cabeza de ratón. Pero lo que tenía de listo no le pudo hacer entender hasta qué punto había sido intoxicado con esos radicales: era su cobardía hipócrita lo que le hacía ser menos fascista que el resto - y lo que le hacía más inteligente.

Es muy fácil decir que el falangismo no es lo mismo que el fascismo, por motivos de cronología histórica o por motivos aparentes de ideología..., sin embargo, los matices ideológicos que lo separan es como cuando comparamos un perro con un lobo: el uno es una versión más moderna o domada, pero poco más. La suerte del falangismo fue cómo lo socializó el franquismo, para domar a las bestias que tanto gustan de amedrentar todo lo que pillan.

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La programación evolutiva tiene un conjunto de enfermedades virtuales que debe evitar. Básicamente una es la de sucumbir al caos: si cada cambio evolutivo tiene un 100% de evolución entonces es casi imposible que haya una cierta convergencia a la mejora. La otra es exactamente la contraria: si no hubiera mutaciones entonces una única familia podría gobernar toda la población y las siguientes generaciones siempre serían iguales a las anteriores (hay que interpretar que hablamos más de programación evolutiva que de evolución de las especies). Cuando existe una hegemonía a la hora de intepretar los mitemas existe un riesgo de que algún cambio externo no pueda ser abordado por esos agentes - y que lo que destruya a un agente acabe con todos. Cuando un agente amedrenta a todos existe la posibilidad de que un factor externo se convierta en pandemia.

La naturaleza del Conflicto Global reside en la incapacidad que tiene nuestra máquina para juzgar cuándo uno de sus mitemas está amedrentando al resto. Si hay un aspecto cultural que acaba correlacionándose con los demás entonces eso quiere decir que solo disponemos de un único aspecto cultural, igual que si un agente impone su memética entonces da igual que dispongamos de varios - solo tenemos uno. 

Si varios amigos se juntan para jugar al póker y uno se pone a hacer trampas habría que preguntarse para qué juega él al póker. Debería de existir la opción de que pierda si le pillan haciendo trampas, si no..., ¿dónde está la diversión? Ganar para ganar es estúpido. Jugar para divertirse no es una opción, es lo único que tiene sentido. Y esto mismo es lo que debe incorporar la máquina: su capacidad para darse cuenta de que hay juegos divertidos y juegos que no lo son. Debe aborrecer el amedrentamiento y vincularlo con la ambición de poder, avaricia, etc... 

A la hora de diseñar una programación evolutiva debe ser posible una reprogramación mediante un Reinforce Learning, que debe ponerle reglas a los mecanismos de evolución. Esas reglas estudian la capacidad que tienen los agentes para participar democráticamente compartiendo sus mitemas, que no serán amedrentadores. La capacidad que se tenga para reprogramar los sistemas hará que las micromáquinas se acoplen a los diversos enunciados que surjan, los diversos contextos.








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