sábado, 9 de julio de 2022

Por cada paso que das dos bofetadas

Leo mi currículo telemático y veo que no le hace justicia a mi currículo oficial. Veo mi currículo oficial y veo que no le hace justicia a mi currículo real. Veo mi currículo real y veo que no le hace justicia a mi agenda oculta. Te tira para atrás cada vez que buscas trabajo y, con razón, no se fían de lo que leen: hay cientos de candidatos que ofrecen lo mismo, y unos cuantos que aseguran ofrecer más. Puede que algunos de ellos realmente ofrezcan lo que aseguran. Y seguro que la mayoría consiguen colarse dentro de la oficina.

Recuerdo cuando conseguí un trabajo como delineante; de una forma o de otra una de mis compañeros estuvo intentando hacer parecer que yo era un intruso. De haber sido yo un poquito más tonto de lo que soy se lo habría permitido; pero todo lo que soy de corto lo soy de duro, y es la manera que tengo de darle una oportunidad a esos trepas para que claudiquen o me dejen en paz. En cualquier caso, nada que no pueda resolverse una llamada al jefe seguido de un discurso asertivo que esclarezcan las mentiras de la compañera - delante de la propia compañera.

Así que sí, es cierto: las oficinas están llenas de sujetos indeseables. Es un hecho, pero no me parece molesto; de hecho me encanta torear a los impostores. Tengo instinto para los subterfugios, pero un orgullo mortal a la hora de "formar parte" de ellos: odio de manera descarada y desproporcional el mentir. Me siento altamente orgulloso de ejercer el papel de caballero blanco, de cederle el puesto a quien tenga que impulsarse, ¿lo llaman ser un beta? Sé muy bien cuál es mi papel, sin mi capacidad para secundar ideas muchos no se atreverían a llevarlas a cabo; al fin y al cabo, en mitad de la producción siempre es necesario determinar cómo casar aspectos del proyecto - y para eso hace falta una iniciativa creativa en la que nadie me ha ganado. Tengo mi propia metodología a la hora de establecer la traza de los requisitos y, conmigo al menos, nunca hay bucles: no existen diálogos donde se repita lo mismo - porque soy el primero en reclamar que esa persona se está repitiendo.

Es decir, se nota a quilómetros por dónde van los tiros cuando yo formo parte de la conversación. Y eso lo han sabido todos los que me han visto defender productos, que no han sido pocos. Mi vehemencia y tolerancia son una patente..., que no puede ser expresada en ninguna clase de currículo, ni voy a conseguir demostrar que tengo eso y mucho más hasta que no me vean en acción.

Las empresas que habrían necesitado de mí habrían necesitado conocerme - pero el mercado laboral está lleno de personas, no tanto deseosas de trabajar sino deseosas de ocupar un puesto. Este caos se resolvería si solo trabajaran las personas que quisieran hacerlo, en vez de tener que hacerlo todos - tanto los que quieran como los que no.

Si todos vamos a la guerra y hay pocos fusiles, ¿entre quiénes se repartirán los fusiles? ¿Serán los mejores tiradores cuando todos somos milicianos? Si al menos solo se llamaran a los que tengan vocación de servicio militar entonces su acortada experiencia, seguida de su instinto para querer aprender a usar un fusil, darían mejores resultados.

En la guerra civil española estaban los dos bandos: los que querían levantarse y a los que los obligaban a responder. No había fusiles para todos, y además ninguno quería realmente matar a su vecino. Pero la ventaja la tuvo el bando de los que tenían más intenciones de matar, o los que tuvieron el sol de cara para no verles el rostro a esos jóvenes y vecinos. 

Por cada año que pasa muchas más personas están intentando entrar en el mercado laboral, las empresas suelen ser las mismas y cada vez el dinero se aconglomera más en menos manos..., cada vez será más y más difícil, y no porque no se tenga la formación o la vocación. Una frutería hace 80 años era mejor proyecto que una frutería de hoy día, sobretodo porque la frutería de hoy día tiene que superar todas las nuevas leyes que los políticos han inventado para hacer creer que son necesarios, a los funcionarios e inspecciones que cobran más de lo que el frutero jamás soñará les tendrá que pagar un sueldo y se tendrá que someter a sus dictámenes de estado policial cuando quieran acosar al pobre frutero... Esto es porque cada vez hay más impunidad debido a que los juzgados están cada vez más colapsados y la firmeza de las instancias superiores parece un libro de chistes.

No hay democracia ni se le espera. Y esto es debido a la impunidad del que consigue ubicarse dentro de los ciclos de producción y consumo, que acaba conformando una clase social donde los suyos le suelen proteger. Y es que, al fin y al cabo, si la gente fuera "desapareciendo"..., esos que se quejan, que molestan..., los que cuestionan los títulos que nos ganamos, o los méritos que decimos merecer... Así es como piensa realmente el liberal: olvidar lo que no encaja con nuestros esquemas individualistas.

Yo solo reconozco un tipo de responsabilidad, esta es la que emerge del colectivo. Cuando enviamos a una persona a la cárcel lo que hacemos es aislarla de toda la toxicidad que le ha provocado ambiciones culturales. Tras limpiarse de esa cultura solo le resta la bondad con la que nació, volver a ser un niño y renacer reinsertado para la sociedad. Cuando un atleta se rompe una pierna lo que tiene que hacer es aislarla, escayolarla, no puede seguir corriendo de fondo. No hasta que se le cure y vuelva a ser como cuando nació. En ocasiones la cultura nos genera tropiezos, nos desvía, rompe nuestros esquemas y pilares de pensamiento naturales en nosotros. Entonces debemos pararnos, aislarnos de lo tóxico, encontrar un momento para la reflexión, para nosotros, y recuperar el paso. 

Hay quien dirá que la cultura no puede ser tóxica..., eso es como decir que lo que puede ser bueno no puede ser malo. Esa clase de personas no saben lo que es la contingencia: ¿dices que ese libro era bueno? Entonces será porque hay libros malos. No puede haber algo constructivo si no existe la posibilidad de que eso mismo hubiera sido creado de manera destructiva. Por lo que la cultura, en cuanto a que nos lleva al progreso, siempre es posible que nos lleve a la destrucción. Es un principio básico, lógico..., es una máxima universal. Es atómico en cuanto a que no obedece a análisis alguno, salvo el que pretenda seguir añadiendo aclaraciones. Por lo que diremos que no hay otra: la cultura puede ser tóxica; por la sencilla razón de que la cultura es de lo que nos valemos para progresar, y el progreso es negación del movimiento reaccionario..., que tiene apariencia de progreso.

Y yo le preguntaría a la gente, esos que me dan la segunda bofetada: ¿no veis la impunidad? ¿No veis hacia dónde nos llevan los que se están quedando con todos los billetes del Monopoly? Cuando se juega de cualquier manera, se espera que algo regule los errores de la sociedad. Pues bien, el planeta encontró la manera de hacerlo: a mayor calentamiento más rápidamente aumentan las mutaciones víricas, y si una mutación vírica se vincula con un enfriamiento global del planeta (como el ocurrido en la última pandemia) entonces el sistema regular fomentará la evolución de ese depredador hasta que baje la temperatura. Eso ya, por lo pronto: la única manera de resolverse todo es mediante el genocidio. Eso ha sido así en todos los años de evolución y de historia; y el sujeto que quiera hacerse portavoz de esa clase de fórmulas merece ser tratado con cualquier clase de apelativo antónimo al de ser humano.

El liberalismo tal como lo entienden, ¿neoliberalismo? ¡da igual! Ya sea el corporativismo como el de la escuela de Frankfurt, o cualquier enfoque que vuelve al individualismo, son enfoques contrarios a la humanidad. Somos un colectivo y necesitamos reglas que describan la realidad del colectivo y nuestros deberes de convivencia. No hay mano invisible, salvo la que asesina a masas.


viernes, 8 de julio de 2022

El criterio de la voz para elegir target

Quizá me haya venido demasiado arriba: terminar guiones puede ser fácil, pero que queden bien eso no tanto. Es decir, si me pasa como ayer que no me veo inspirado..., entonces ¿para qué hacer más de dos páginas? 

Uno de los principales miedos que tengo es que esos guiones/películas que he visto y que considero que están a la altura al escuchar la crítica observo cómo dicen que los chistes son malos, y cosas por el estilo. Si eso es así, ¿qué será con mis chistes? En alguna ocasión he llegado a poner alguno, mi primer lector no lo pilló ni por asomo, y decidí quitarlo de en medio: ¿puedo estar seguro de estar llegando a la generación destino? El target no es mi generación, supuestamente.

El problema de ponerse en la piel de otro es que la gente es muy víctima de su tiempo, el zeitgeist. Las personas hacen una mirada rápida, con sus correspondientes discriminaciones - algunas afectarán a la ética y otras no - y entonces dirán si les gusta o no. Pero hay que ser temerosos de no tener gracia.

El estilo se construye mediante el trabajo constante. De ahí puedes incluso crearte varias voces, y todo ello sin incorporarle la parte frívola necesariamente - porque para mí la voz y la comedia son cosas diferentes. Así que te diriges a una mentalidad, a un marco de pensamiento, y entonces debes enclaustrarte en una época para ser irónico o hacer comparaciones. Ahora bien, ¿cómo te clavas en la época?

Mediante esa fase de desarrollo socioléctico los espectadores observan comportamientos que pueden asumir y entender como las más lógicas, junto con los errores propios de su tiempo. Si se crea una ruptura a partir de lo que se esperaba y lo que se muestra y ésta afecta al propio mundo del espectador entonces la literatura de los acontecimientos deberán ser sensibles ante el drama. La bifurcación que emerge entre las distintas interpretaciones que se le debe dar al nudo incorpora el hacer las cosas moralmente bien y el hacer las cosas de la manera correcta; cuando los efectos resultantes descritos de una sola vez son muy discrepantes entonces, al volver a recuperar los índices de serotonina, algo quedará en la cabeza del espectador - algo le acalorará.

Esa sensación obliga a percibir anidaciones dentro de cada circunstancia: lo que moralmente siempre era de una manera se nos obliga a crear un gradiente que bifurque antes de evaluar el nudo. Así, al tomar en cuenta la previsión de lo que tiene que hacer el cerebro antes de disparar la serotonina ya habremos preparado las carreteras para ese percance.

La regla es: si SyABxE nos lleva a disonancia cognitiva entonces SyBxEABxE nos prepara para lo que nos viene encima. Quizá el puente generacional acabe convirtiendo el código en SyBxEABE y, ante una generación "kali yuga" SyBxEA. Este no es el cálculo que encuentra el antídoto a un ataque VAWM, pero fusionar ambos lenguajes me parece complejo - y no descarto que algún día sorprenda con una teoría realmente bestia que deje a más de uno de piedra..., todo depende para qué dedique mi tiempo de desarrollo.

Es decir, tenemos una generación que ha aprendido de los errores de la anterior, y que se ha desentendido de otros tantos. Cuando vamos a sorprenderles resulta que eso ya lo sabían, y cuando hablamos con normalidad resulta que les sorprendemos. Dentro de sus esquemas sociolécticos saben que hay dobles sentidos, porque el chiste es viejo, y no se puede presentar como dos alternativas. Se trata de cuatro generaciones: la primera en escuchar el chiste, la que escucha el chiste por segunda vez - le hace gracia aunque no le sorprende tanto, la que interiorizó el chiste hasta el punto de que solo hay que referenciarlo como un meme y la generación que olvidó el chiste y lo tiene sobrepasado dentro de su moralidad.

Entonces, veo películas que a mí sí me hacen gracias, me pongo a buscar críticas y observo que los machacan ¿Debo buscar las críticas que se acoplan a mis esquemas? Suena triste... ¿O más bien debo investigar cómo incorporar chistes para todas las generaciones? Quizá haya que tomar en consideración voces que llamen a los de su propia generación - si te molesta un chiste que no encaja con tu voz entonces tu crítica no me interesa. A este criterio lo llamaré el criterio de la voz para elegir el target.

Es la conclusión a la que puedo llegar. Aún así habrá que tomárselo más en serio: para fabricarse una buena comedia hay que imbuirse en la filosofía del personaje que se pretende desarrollar. Y no es fácil ser un bicho de cristal. Así que lo asumo: mis novelas sorprenderán en su normalidad y puede que sus ironías no encajen. En cualquier caso, con el criterio de la voz nos quitamos problemas como los chistes carcas (cuando el maduro se hace pasar por guay) y otras formas de intrusión cultural. Mis personajes más infantiles bien podrían ser dramáticos, mientras que los que hablen como yo podrían ser más chistosos.


jueves, 7 de julio de 2022

Mis primeros 9 minutos de experiencia

Ya he empezado a escribir mis primeros 9 minutos de guión, oficialmente. He tardado más tiempo intentando reunir toda la documentación que tenía previamente y, al mismo tiempo, no la he encontrado. Pero no importa. La parte más conspirativa, la que tiene que ver con los giros más profundos de la historia, la puedo añadir después.

El guión, técnicamente yo creo que tiene para mucho más de 9 minutos, porque la acción es algo que aún no me he parado a explicar; lo que quiere decir que para cuando empiece a rellenar los huecos, a describir con atención, se podrá observar cómo esas páginas se densifican. Se me antoja tremendamente sencillo; por el momento.

Si ahora estamos a 7 de julio entonces para cuando sea 7 de agosto tendré el guión terminado y revisado con holgura en castellano. Será interesante observar si cumplo con mis espectativas, y si realmente gano alguna clase de experiencia por ello.

Las técnicas que estoy desarrollando me han permitido conocer un poco más de mis competidores en algunos campos en los que podría aportar mis conocimientos de informática, para sacarle un aprovechamiento exclusivo. Y, más en concreto, había pensado iniciarme en el mundo de los librojuegos. Esto es, si pudiera desarrollar un librojuego bien original entonces sabré fraccionar los guiones de las películas para que puedan ser realmente interactivas - y no como las que hace Netflix.

Porque voy a dejar las cosas bien claras: esas películas de Netflix interactivas, así como los videojuegos que consisten en películas interactivas, tienen una altísima calidad en historia y en actuación por parte de los actores..., pero en gamificación me parecen horribles. Es decir, que se pare la historia para esperar a que los espectadores decidan me parece de un aburrimiento soberbio y que no tiene nada que ver con la idea de interacción.

La interacción en una película debe ser para un único objetivo: que cuando la víctima, o el héroe, huya del monstruo que deba existir la verdadera sensación de que en la película no hay nada escrito y, por tanto, aún pueda acabar mejor o peor según los azares. Y ese aspecto que hasta ahora sí se cumplían en los videojuegos, en parte, es algo que no he experimentado realmente en el cine. Es como si ya supiéramos que el bueno va a ganar, el malo acabará de cierta manera y esas cosas... 

Hemos visto películas de miedo donde la película era buena y el malo ganaba. Este modelo fue desarrollado especialmente por Lovecraft et al. Ya he comentado en este blog cuál es la estructura de esas historias..., principalmente. Y observamos, a partir de tal estructura, que - una vez más - es terriblemente sencillo imaginarse cómo va a acabar la historia. O, al menos, cómo debería de acabar para cuando acabe la serie entera. Es decir, debe acabar siempre mal para el héroe porque los únicos con derecho a persistir ante los mitos de Cthulu son los propios primigenios. De ahí, empero, que fuera una estructura jovialmente diferente a lo leído hasta el momento. Aún así, me sigue pareciendo previsible.

También tenemos un género que viene del manga y que es del tipo oficial, además de exclusivo. Me refiero al género ecci, que posiblemente se haya intentado manchar en varios autores con el fin de hacerlo parecer menos trascendente de lo que es en realidad. Este género en realidad representa lo que se lee en una cárcel en un episodio de Evangelion, cuando encierran al protagonista en ella al negarse a cumplir las órdenes de asesinato a uno de sus amigos y amenazar con destruir la base militar como represalia: la frase decía que Dios estaba ahí dentro. Es decir, el género ecci, o echchi, nos habla de un dios adolescente encerrado en su propia creación. O de múltiples dioses encerrados y que puede que sean conscientes o no de que viven en un mundo donde ellos adquieren una posición privilegiada con respecto al resto. En este género observamos cómo puede ser heroico, de misterio, etc..., porque trasciende a todos los géneros; y puede acabar bien o mal para los héroes - porque por muy divinos que sean lo que observamos más en ellos son sus decadentes comportamientos jocosos dejando el drama para el inicio de sus trasfondos y sus recuerdos - o para cuando toque sufrir una investidura, un cambio de personaje más poderoso, o su propia muerte. Es, por tanto, un género que puede acabar perfectamente bien tanto si mueren los personajes como si sobreviven aun siendo héroes o villanos.

Aún así, debido a que el ecci es muy usado y de manera osada por muchos autores, no supone ningún problema para muchos críticos el decir que se trata de "pornografía" blanda. Concretamente, pornografía machista - debido a la preferencia de que los dioses sean varones. Ahora bien, tan pronto como atrapen a adolescentes varones ese tipo de historias como para que se sientan identificados descubrirán en los personajes femeninos un carácter muy duro y, por ello, bastante atractivo y gracioso como para montar una buena historia.

Los JPRGs se fundamentan en el fenómeno ecci, o se alimentan muy bien de él, y a través de esos esquemas hemos visto videojuegos que incorporan múltiples finales a modo de librojuegos de rol, donde los personajes evolucionan dentro de un calendario. Es fácil citar éxitos como Persona o Mana Alkhemia; aunque si yo fuera una persona muy ducha en videojuegos seguro que tendría títulos más significativos y modernos. A mí, personalmente, me encantó Streambot Chronicles; que era, por definición, un elige tu propia aventura. Y su guión era de un nivel técnico que supera con creces cualquier espectativa: debido a su enorme coherencia, con mucha simpatía y poder para el que quiera jugar varias veces el juego. Aunque lo malo es que era un juego de experiencia.

¿Qué es un juego de experiencia? Significa que el juego una vez jugado no puede volverse a jugar porque ya te conoces la solución - tienes que olvidar la experiencia para que te cunda. Y es aquí donde entra mi técnica: si mis estimaciones no me confunden, creo que soy capaz de transformar casi cualquier juego de experiencia en uno que no sea de experiencia - esto es, la máquina podría preocuparse de parametrizar los posibles finales para que concuerden con las pistas sin perder el rapport.

Obviamente eso hasta ahora no se ha hecho; pero es un buen objetivo considerando que tengo una idea mucho más simple que podría funcionar en lo que se respecta a crear un librojuego: "Como la noche y el día". Mi idea es vender dos librojuegos, y que sean dos personas las que lo lean al mismo tiempo, que sea de misterio y además que lo que haga uno repercuta en lo que lea el otro. Se puede hacer, pero está basado en la tecnología blockchain aplicado sobre librojuegos - algo que creo que no se ha hecho hasta ahora.




miércoles, 6 de julio de 2022

Se hizo rey rodeado de idiotas

Hedonistas, tradicionalistas y postmodernistas son tres grandes vicios en el ser humano: ya sea el que desentiende del colectivo y su historia, el que se aferra una idea que tiene del pasado o, en último lugar, el que monta toda su deóntica en una campaña publicitaria. La visión de progreso, el enfoque modernista limpio, que es necesario necesita limpiarse de esas tres toxicidades.

Es cuestión de imaginar cómo sería ascender al poder y que tengas a tres idiotas, cada uno con su idiotez personal, para explicarte cómo debes funcionar una vez arriba. Nos podemos imaginar cuál sería el destino de un país cuanto más monopolizador esté el poder cerca de sujetos sometidos a la idiotez. Porque sí, ser hedonista tiene el fallo de que no mira a largo plazo desde el punto de vista de la mejora de la civilización, y la inversión del tiempo. Ser tradicionalista tiene el fallo de que se aliena por una moralidad que ha sido superada y está condenado a repetir los mismos errores. Ser postmodernista supone ser corporativista, tecnocrático..., y todo ello sucumbe a la idiocracia debido a que cada cual sería incapaz de ser confiable ante situaciones imprevistas (como lo que pasaría ante una pandemia, por ejemplo, o cualquier otra crisis que podría convertirse en "la última").

Curiosamente, los idiotas que pueden aprovecharse de los otros idiotas se rigen por un gracioso trilema que puede representarse gráficamente como lo que ocurre en el camarote de los tres chiflados: el hedonista es superado por el tradicionalista, del tradicionalista se aprovecha el postmoderno y el postmoderno sucumbe ante la dictadura del hedonista... Esto último que acabo de decir se puede considerar (me estoy riendo ahora mismo porque es una verdad como un templo...) como una afirmación de las más "profundas" que puede contemplarse en estos momentos... ¿Es posible que no haya filósofo que se haya planteado esta soberana vanalidad? ¿Inclusive los actuales críticos del postmodernismo que, de hecho, coinciden en mi discurso? Nótese que por un lado los críticos del postmodernismo no hablan de simiocracia, los defensores de la simiocracia no plantean una "época mejor", y así... Da la impresión de que se mantienen en el trilema: que no han encontrado lo que yo llamo la contratesis.

Y es que la idea de contratesis es la idea de progreso, la que tiene el que habla con esos señores con corbata y provoca que se te queden mirando como si hubieras dicho algo muy extraño, o como si quisieras atacarles. El corporativismo no entiende, se pierde en su idiotez. Pero, al mismo tiempo, si un hedonista no quiere trabajar en su empresa entonces le ofrecen millones por a penas hacer algo más que nada. Es pura idiocracia.

Así que me pongo a pensar, ¿qué se le pudo pasar por la cabeza a Su Majestad cuando le planteé que mi tecnología debía ser enfrentada a pares debido a la repercusión que tenía y la discriminación a la que me veía sometido? Me supongo que algún idiota le soplaría cosas al oído, le diría: Juan Manuel Dato es el autor de "Luces y Espectros", es una novela donde se menciona que hay dos infantas de la casa de los borbones; y no parece que deje a una de ellas muy bien, la toma como si fuera una cualquiera. Y hace bromas sobre la casa de los borbones...

Pero claro, eso solo era una licencia literaria - y de una sociedad futura. Por otro lado en la novela menciono que la monarquía española sobrevivirá para gobernar Europa entera..., también podría verse como algo positivo... En cualquier caso, la ficción no es más que eso: ficción. Y mi petición era sobre un teorema de las matemáticas que tenía repercusión sobre el desarrollo tecnológico en todas las ciencias. Ni más ni menos. 

Por eso, una persona que es postmoderna podría pensar, ¿cómo va a el rey a hacer algo que le contradice? Y no, no es esa la cosa, la cosa es: por apoyar el rey a un sujeto que le contradice en su propaganda así justifica mejor su posición como árbitro, como monarca. Si realmente su posición no es pura propaganda.

Ahora bien, es cuestión de ser inteligentes: el mismo año que le expuse al monarca que había mafias en la ciencia y que no obtenía una respuesta sincera consideró concederle un premio monárquico a justamente al sujeto al que contradecía, un lord inglés. Y es aquí donde se pegó un disparo en su propio pie: para otorgarle un premio a un sujeto que había sido refutado por mi documentación antes tenía que haber puesto a pares mi documentación, que era justo lo que pedía, sin embargo tras concederle el premio al lord inglés yo no recibí una contestación de esa investigación.

Es cuestión de imaginarse: ¿le habían concedido el premio al lord inglés Stephen Cook porque sus hallazgos no tenían contradicción o porque apoyándolo la monarquía obtendría ventajas corporativistas? Si es por lo primero le habría salido gratis enviarme un correo comunicándome oficialmente lo que necesitaba: una respuesta sobre mi tecnología, podrían haberme dicho: "chaval, eres un puto neurótico por esta razón" Ante lo cual me podría cagar en quien diera esa respuesta, pero no mancharía a la monarquía. En cualquier caso, la idea de delegar al Gobierno para luego tener que hacer en apariencia lo que pedía sin ser trasparente dentro del portal de trasparencia no es más que un ejemplo claro de idiotez. Y dejar al rey por un idiota debería tener recompensa. Porque todo lo que digo es oficial y constatable.

Claro, si me hubiera hecho caso (y, por ende, no hubiera encontrado par que niegue mi tecnología) la gente habría leído mi novela y se habría sorprendido de que hubiera sido apoyado por alguien que supuestamente lo contradice. Es evidente para el que no es idiota que eso le habría refortalecido como monarca.

Así que no, no lo entiendo. No entiendo qué pasó: si tenía evidencias de que la tecnología no era correcta, ¿por qué no me lo transmitió? Si no tenía evidencias e iba a tener que investigarlo igualmente ¿por qué no me transmitió sus conclusiones igualmente? Si creía que mi tecnología era buena pero no tenía apariencia de ganar menciones o apoyos, ¿dónde deja eso la tecnología si realmente estoy poniendo en la palestra pasos necesarios para el progreso?

Nada de esto para mí tiene el más mínimo sentido..., salvo la hipótesis de la idiotez.

martes, 5 de julio de 2022

El contagio cultural

Existe una dolencia que en una máquina es difícil de implementar, y está basada en la percepción de la incontinencia que se tiene para expresar un sentimiento interno. Algo así se produjo en mí cuando de viaje de estudios acabé en Madrid y se introdujo en la programación ver el Guernica, después de haber visto ese cuadro cientos de veces en pequeñas fotografías y haberlo comentado en clase.

Era el viaje de estudios del colegio, y el asunto era que conocía el cuadro perfectamente ya; conocía sus símbolos, lo que significaban... Había tenido la oportunidad de esperar con mis compañeros en un enorme pasillo mientras veía los bocetos del cuadro. La espectación bien podía ser espectacular, pero en realidad yo iba con el grupo y ya conocía el cuadro. Es decir: analíticamente conocía el cuadro, consideraba que no había ningún aspecto físico que no conociera de él. Y era cierto, antes de venir para allá a mí siempre me gusta prepararme las cosas, saber qué es lo siguiente que va a pasar..., por lo que prácticamente sabía incluso cuáles iban a ser las dimensiones del cuadro, y que habría un cristal en medio. 

Así que para cuando entramos en la sala nada fue una sorpresa para mí. Nada me llamaba especialmente la atención. Quise dejar a mis compañeros que ocuparan el centro de la sala, que se maravillaran de la obra de Picasso. Mientras, miré un poco las estatuas que habían, el entorno..., me acomodé en una esquinita para ver el cuadro entre los trasluces y dejé pasar el tiempo intentando pensar por mis compañeros.

Sin embargo la guía me echó el ojo, así como mi tutor, me insistieron en que desde donde estaba no podía ver bien el cuadro; y yo se los agradecía, pero ¿para qué? Ya conocía el cuadro.

Pues bien, el asunto es que sí, conocía el cuadro, pero no la experiencia de ver el cuadro. Y eso lo sé porque me convencieron para mirarlo desde el centro mismo, desde el lugar idóneo en el que las luces alimentan los colores en blanco y negro de El Guernica. Y, desde el lugar idóneo en el que me colocaron percibí algo inaudito: la enorme diferencia entre conocerlo y vivirlo. Resulta que realmente era cierto que no es lo mismo una fotocopia o foto pequeñita que ver el cuadro en sí con toda su magnitud.

Dicho esto, lo siguiente que ocurre es: ¿qué sensación pude tener entonces si no era capaz de haber sido escrita como un conocimiento que pudiera leer en un libro o comunicado por un profesor? Y, claro, ¿esa sensación es susceptible de ser programada en una máquina? La cosa es que hay que "saber" hacerlo bien, con un buen modelo la máquina debe ser capaz de prestar atención a los distintos aspectos para percibir una diferencia entre lo que vive y lo que conocía de la obra.

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Ayer mismo acabé resolviendo el problema que tenía con mi portátil. Ya tengo tres proyectos preparados para convertirlos en guión de película: un largometraje convencional de romperte la cabeza, un guión pedagógico para adquirir L2 mientras ves una parodia y una idea rompedora de librojuego que necesita un montaje tan complejo como la creación de un guión y que podría usar para darle un rendimiento lucrativo autónomo con ideas filosóficas que le romperían la cabeza al jugador que viva la experiencia (porque ese tipo de cosas no se suele ver en los librojuegos).

Sin ir más lejos, cuando iba al instituto - en el último año, conseguí que un grupo de amigos consideraran mis reglas de juegos de rol como un pelín más trascendentes de lo que están acostumbrados. No se trata de meras historias que eran divertidas de jugar, la gamificación solía esconder un "algo más". Pero para percibir ese "algo más" no te lo podían contar, porque sería como un spoiler, tenías que vivirlo. Y, en ocasiones, aunque te lo contaran, había cosas que no se podían explicar: como vivencias propias del que le divierte cierta clase de cosas y encuentra variaciones específicas. Creo que en la jerga de los guiones se suele llamar..., ¿escribir entre líneas? Es como una referencia o huevo de pascua. La gracia de escribir entre líneas no está en incorporar la referencia sin más, que eso es lo primero que hay que hacer, hay que buscar la manera de que tus referencias conformen un sistema y puedan dar aparición según el código DOS, TRES o CUATRO. Porque si solo aparece una vez entonces solo será un huevo de pascua y, para que adquiera un significado sistémico, deberá de vincularse con otros objetos para que cumpla un pseudocódigo DOS, TRES o CUATRO. Ya mencioné que habían como 12 tipos de aeones, o divinidades, y ese tipo de maximales describen simetrías entre ellos si están bien descritos.

Pero vamos..., cuando se crean historias entre líneas lo que se suele buscar es el doble sentido, el guiño, alguna comparación, ironías..., si se observa algo interesante como una evolución entonces ya podemos tirar por el TRES, se mete transformaciones y, si entre líneas, se puede montar una historia de trasfondo con todos sus elementos..., claro, todo eso sería lo ideal. Sería resultado de un trabajo duro y profundo. Aunque hay que tener cuidado con el perfeccionismo: planificar es bueno, pero no se debe volver a la planificación para cuando has empezado a trabajar - podrías acabar en bucle. En ocasiones hay que apostar por la acción, la experiencia. Aprender a partir de lo que haces, no de lo que te imaginas.

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Me acaba de entrar una cagalera... Yo me pregunto porqué cuando pongo mi currículo no consigo un trabajo: creo que el poner este blog como ejemplo debe ser muy bueno para transmitir mi compromiso. Pero bueno, me voy al cuarto de baño un momento...

Ya he vuelto. Y es un hecho: una vida sedentaria, sin especiales objetivos que cumplir, con la necesidad de tomarse un café de vez en cuando..., al final acudes al cuarto de baño. Lo normal sería tener un poco más de vida social, para que el cuerpo cierre más los splinters..., o como se llamen esas cosas.

El asunto que quedaba por contar era las ganas que tiene un artista para transmitir ese demonio interior, de plasmar ese mensaje por escrito. En un momento dado observa unas herramientas y genera con ellas la experiencia de la creación. Paradógicamente, para cuando haya terminado de hacer el producto observará en su derredor cómo ha creado una nueva víctima: la sensación que tenía el creador dentro se replicado en el espectador. El espectador de la obra, como crítico, buscará la manera de analizar la obra, de ponerle un contexto y de resumir las ideas que expresa. Pero, de una forma o de otra, su comentario crítico es la única manera de plasmar su experiencia. Y tiene la sensación de que o consigue que otra persona viva su misma experiencia o no conseguirá transmitir todo lo que tenía en mente.

Es como una enfermedad. Es como un virus que se contagia de una persona a otra naciendo en el propio autor. No está reconocido en la OMS, pero recuerda a los intentos que tienen algunos con declarar el amor como una enfermedad - llamarlo dependencia emocional a todo no es más que la derrota de la civilización. Por suerte la mayoría de las personas los verán como panolis: lo que escribo en estas líneas es de sentido común, los instintos mayoritarios de la gente les induce a pensar que, como tal, todos estos memes culturales no son ninguna enfermedad. No se trata, por tanto, de una demencia compartida.

Ya en su momento se lo eché en cara a uno del opus: ¿por qué acercarse a la tentación supone un acto pecaminoso si no se hace el acto en sí? ¿Acaso no debe considerarse el acercarse a la tentación como un mecanismo para entrenar a la voluntad? Más en concreto, es el mismo camino del asceta: el áscesis consiste en doblegar la propia voluntad para entrenarla de cara a los designios de la voluntad de Dios. Pero claro, hay que pensarlo bien: ¿acaso el matrimonio no es un evento cultural que podría saltarse el individuo para entrenar mejor la voluntad? Bien podría haber relaciones prematrimoniales en la pareja para que aprendan a convivir, y estos actos serían del mismo nivel asceta que cuando el señor del opus se flagela o se pone un cirilo en la pierna. El dolor del que sufre el encuentro prematrimonial reside en que asume una relación que no termina de ser consumada mediante la oficialidad y, por tanto, siempre sería susceptible de ser finalizada unilateralmente. Quien asuma la posibilidad de perder en cualquier momento a su pareja está alcanzando las mejores dosis de fuerza de voluntad posibles. Mucho mejor que hacer sangrar el cuerpo sin motivo.

En cualquier caso, el exceso de relativismo en los religiosos lo suelen resolver gritando mucho y acusando en falso a los existencialistas de ser relativistas; cuando en realidad, con la lógica en la mano, el existencialista defiende la ley natural del ser humano de manera mucho más férrea que la mayoría de (o quizá que todos) los religiosos. Y esto es por el trilema que se forma entre el ascetismo, la tentación y la utilidad del rito convertido en una liturgia. Al fin y al cabo, si la tentación formara parte de la religión entonces no existiría ese principio básico de aprendizaje religioso y, si la religión no fuera ejemplar, entonces tampoco existirían los referentes religiosos... Es una cuestión de lógica: y por lógica el religioso está abocado a ser un relativista moral, atenido a las ideas alienadas que tenga por escrito en alguna clase de texto sagrado.

Y ahora es cuando digo..., ¿no es posible que sí sea considerado ese contagio cultural de la alienación como una enfermedad? El creador de obras siente una satisfacción cuando crea, pero también hay un proceso de construcción de una realidad que es compartida en la sociedad y que hace a los integrantes de la misma en personas más modernas. Es la idea de progreso, idea que no es compatible con la defensa del rito ¿No podemos perfeccionar nuestra voluntad evitando ir a misa? Algo así como obligando a nuestra alma a que encuentre el camino de su conversión con Dios sin necesidad de ritos, al más puro estilo de san Francisco - desde lo natural, desde la maravilla de lo cotidiano. Si se hiciera así..., ¿acabaría siendo expulsada de la creación al propio dueño del paraíso?



lunes, 4 de julio de 2022

Relato. El salmo de la ira

Como decía el profeta Isaías: "Ira, envío mi mensajero delante de ti, que preparará tu camino; una voz grita desde el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos". Así reza la cita montada en una montaña de citas al nuevo testamento y a la versión de Marcos inundada por kilómetros de tinta de sus traductores (Piñero et al.) que, además, nos cuentan que era habitual en aquella época enderezar las citas y parafrasearlas de esa manera, aunque no fueran literales.

 

El salmo de la ira

En los lugares más recónditos del hogar de las divinidades y demás seres de luz, allá donde no habita el dolor, se puede escuchar la agonía de los benditos que siguieron la palabra de Dios. Como perros abandonados acabaron encontrando la dicha de vivir en un patio donde no habrá ni frío ni calor, al margen de precipitaciones molestas y siempre con una mirada hacia el cielo - a su Dios.

Clamaban los seres de carne que toda palabra escrita no obedecía a transformación alguna en el ser, que no hay manera de encontrar criatura capaz de saber más que el antiguo, y que toda palabra escrita gana en su desgana porque invade en el intelecto tanto del joven como del viejo a lo largo de los tiempos. Clamaban, a su misma vez, que la historia no era cíclica, que el mundo no se repetía si no era para congelar los instintos y someterlos a la gracia divina de su Creador.

Así, fueron marcando un camino para que sus almas encontraran sitio entre aquellos que nunca sintieron la necesidad de pecar para manchar sus palacios con el recuerdo de la carne, para llenar de los orines y la incontinencia los azulejos trasparentes que no dejan reflejar oscuridad o mácula alguna. Allá es hacia donde van destinadas esas criaturas cuyo afán de vida se fundamenta en el caos continuo, en la necesidad de un Maligno, un villano, que endulce de vez en cuando sus historias. 

Han clamado su lugar después de décadas de martirio continuo en esa tienda de mascotas que es la vida misma, donde se aguanta el suplicio de seres de luz que dejan a su infortunio a tales criaturas para poder ser observadas desde un escaparate. Y es entonces, cuando muere la mascota cuando nace la compañía. Y de la compañía la promesa a ser ubicado a un lugar donde moran las plantas que nunca mueren, los frutos más dulces, el agua más limpia y la soledad más absoluta. Pues no hay forma inmaculada más pura que la que no esta manchada por la impiedad del colectivo.

Allá se encuentra el creyente, se le escucha sus clamores no ausentes de pena y sorpresa. Todo cuando había oído hablar de ese sitio, al margen del dolor, de la angustia por el devenir, de la mancha que genera no tener controlado el destino..., en el fondo no era más que una cárcel para aquello que levanta las pasiones que siempre fueron dictadas como enfermizas por parte del otro, del ser de luz que nunca fue de carne, que no es más que un alguien cuya felicidad no tiene nada que ver con la de aquel que vive entre ausencias lucha por liberarse de ellas.

Los seres de luz entonces escuchan el salmo continuo, un lamento que no son más que ladridos de ira, para clamar la entrada a los pasillos, el recorrer los grandes palacios, con sus retales aterciopelados en cortinas de cordones dorados y bordados de alabastro. Poder observar por un momento los grandes comedores donde la luz entra y rebota sobre los manjares cuya apreciación ha sido considerada solo para el deleite del conocimiento que supone esa experiencia única dada por feligreses a modo de sacrificio.

"Dennos a nosotros nuestro holocausto" Grita el salmo. Pero son monosílabos llenos de ira: ¿cuándo la carne es digna de holocausto cuando éste está hecho de carne? Es la luz la que se come a la oscuridad, no al revés. No hay dignidad en el lamento ni nunca hubo tierra más prometida que la que se le ofrece para acabar encerrado en su impiedad eternamente.

Algunos seres de luz se apiadan y dicen: "¿No es mejor esto a pasar por los suplicios de los infiernos?" Y allá en los infiernos estará Jimmy Hendrix tocando la guitarra, valiéndose entre demonios por superar sus sufrimientos y las historias que le marquen una nueva tortura que no será capaz de matarle, sino de engordarle de nuevas ganas de vivir la siguiente. "Criaturas infernales, sufriréis en las cazuelas y comeremos vuestra carne", eso dicen los señores de luz ¡Qué grandes son y qué benévolos!

Y entre los infiernos veremos a Platón, el esclavista, que nunca supo de los seres de luz y que quedó vagando en la incertidumbre de haber sabido quién era el dios verdadero y no el que él mismo inventó. "¡Ah de aquellos que no fueron bautizados! ¡Pudríos en el infierno y vagaréis libres de nuestros cuidados!", ironizaba el Obstinado. "Diles que se arrepientan", decía otro ser luminoso e iluminado en su gracia divina.

La gracia que le hace al que se pone de rodillas a la espera de que pueda encontrar a su amo; a un ser que quiera apadrinarlo, limpiarle el culito y sacarle de paseo entre los lindes del paraíso. El psicopompo se le aparecerá en sueños de vez en cuando, para cuando la carne no pesa, y volverá a plantearle cómo aprender ciertos trucos que no comprenderá porque el que es carne a la carne vuelve, el que es ceniza en polvo se convertirá.

En sueños aún es libre el feligrés que consiguió su paraíso. Entonces es acompañado de un lugar para otro sin tener la opción de ir más allá de lo que el psicopompo le permita. Pero cerradas las puertas aún es posible que le suelte la correa un poco, no demasiado, porque pronto despertará en mitad de la noche y volverá a emitir un salmo, el salmo de la ira incomprendido por parte de los seres de luz y que inspira a todos los feligreses que chillan lo mismo al Obstinado y clamarán hasta el fin de los días.


domingo, 3 de julio de 2022

Rúbrica. La criba tabú

Dispóngase de una clase con un número de alumnos razonablemente grande, unas tarjetas de cartulina y una pizarra - además de utensilios de escritura. A falta de una pizarra siempre es posible que cada participante disponga de un cuaderno.

El objetivo es adquirir sin usar L1 nuevas palabras de L2 y su gramática.

El profesor empieza a repartir las tarjetas entre los participantes y, acto seguido, les describe a los alumnos las siguientes reglas:

1. A cada alumno se le dirá una palabra nueva en L2, se dispone de cada tarjeta en vertical y se apunta en lo alto de la tarjeta.

2. El profesor busca la manera de dar a entender el significado de esa palabra. En este punto se puede usar L1, ya que no repercute en el proceso mental. Aunque si encuentra un mecanismo para que se adivine por gestos o de cualquier manera también es compatible con la dinámica.

3. El alumno no puede apuntar el significado de la palabra y ninguna pista en la tarjeta. Sin embargo, por cada alumno que ya haya cogido una tarjeta y le haya puesto una palabra podrá preguntar al profesor si es posible encontrar un vínculo entre las dos.

Ejemplo. Un alumno tiene la tarjeta "mar" y otro alumno dice tener la tarjeta "agua"

3.1a Si el profesor encuentra relación busca en la pizarra si esa relación ya fue encontrada antes (la pizarra empieza vacía, la primera vez no se dará esta posibilidad).

3.1a.1a Si no se encontró la relación, entonces se apunta en la pizarra en una nueva línea una palabra seguida de un símbolo (inventado, nuevo y abstracto), además de la otra palabra mencionada y una frase en L2 que describe la relación. Tanto en un sentido como en el contrario en otra línea diferente.

Ejemplo. El profesor apunta dos líneas: "mar $ agua  En el mar hay agua" y "agua % mar  Hay agua en el mar".

Es posible que los alumnos descubran que del idioma algunas construcciones no necesiten aclararse con nuevos símbolos, en este sentido elegir los símbolos que se usan puede ser flexible.

3.1a.1b Si ya se usó una relación que encaje, entonces se comunica a los alumnos cuáles son los símbolos que deben usar

3.1a.2  Los alumnos apuntan en su tarjeta la combinación "símbolo" "palabra", donde la palabra es la de la tarjeta del compañero y el símbolo el que hace que encaje que su propia palabra sea la primera en la terna.

Aclaración. El profesor puede dibujar en la pizarra cómo debe quedar una tarjeta ejemplo, por ejemplo la que él esté rellenando. "Agua" en la primera línea, "% mar" en la segunda.

4. Se procede con todos los alumnos hasta que cada uno tenga una palabra en su tarjeta.

5. Tras rellenar todas las tarjetas se recogen y se vuelven a repartir tras haberlas barajado.

6. Cada alumno deberá intentar explicar qué carta le ha tocado usando L2 teniendo prohibido usar cualquiera de las palabras que aparezca en la tarjeta.

7. El profesor puede apuntar los éxitos de los alumnos para ganar, si hubo participación de los compañeros como para descubrir si el alumno cometió una infracción, la capacidad del alumno para adivinar el significado de la palabra que le ha tocado al no pedir ayuda al profesor.

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Esas mismas cartas pueden ser usadas para juegos como el chinchón, la brisca o el uno - tras variar ligeramente las reglas del juego.


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