viernes, 29 de abril de 2022

El alma de la entelequia

Para Aristóteles el alma era la entelequia del cuerpo orgánico. Sin embargo el uso de la palabra entelequia en el castellano se fue transformando: un concepto que se mueve entre ideales acaba sucumbiendo hacia lo vacío, lo vanal. Cuando las personas que conforman una civilización no comprenden un corazón que late profundidades que ahonden sobre una realidad material se acusan mutuamente de constituir entelequias. La entelequia hoy día ya no es una herramienta que use el lenguaje para ayudar a entender conceptos más complejos, hoy día la entelequia es un sutil continente que no tiene contenido. Algo así como la vida que nos ha tocado vivir a algunos.

Ayer mismo lo quise comprobar: las ofertas que me rechazan no tardan ni una hora, como creía, sino que lo hacen casi prácticamente al instante - como si la plataforma me prohibiera acceder a la oferta. Tal vez ni exista la oferta. En cualquier caso me veo en una situación donde es imposible acceder al mundo laboral mientras se genera la sensación de que hay ofertas de trabajo.

De la misma manera, recuerdo cuando encontré una de esas empresas que todas las semanas, o todos los meses, siempre aparecía con una nueva oferta de empleo. Luego volvía a presentar nuevas ofertas. En realidad el trabajo era inestable, temporal, e incluso después de hacer varias entrevistas, de costearse los aspirantes su valioso tiempo, ni había evidencias de que hubiera oferta ni nada. Da la impresión de que todo es una farsa. Mientras haya ofertas de trabajo hasta parecerá que las cosas van bien, si la gente no trabaja es "porque no quiere", porque no se esfuerza, porque no se lo merece...

Visto lo visto me paro a pensar en los errores y aciertos de la filosofía de Byung-Chul Han. De que quizá deba leerlo con detenimiento antes de considerar algunas de sus apreciaciones como simplistas. Al fin y al cabo es posible que eso mismo piense él de alguien como yo, ¿realmente vivimos en mundos lo suficientemente parecidos como para que comprendamos nuestras filosofías?

El miedo que debería de suscitarnos el que nuestra sociedad se convierta en los sujetos que describe ese filósofo puede ser suficiente como para aceptar que debamos ser víctimas de alguna clase de cataclismo. Es decir, al final vamos a tener que levantarle una estatua a Putin.

Me explico, empezaré por enumerar algunas generaciones: generación X, millenials, generaxión Z y eloys. Parece que he estado dando saltos de veinte años entre generaciones; quizá no haya dado con el nombre exacto, pero más o menos me vale. Podríamos llamar a esas generaciones X, Y, Z, T. Entendiendo que por la generación eloy como la descrita por Byung-Chul Han, generación que en Europa aún no veo que estemos teniendo. En un futuro lo percibiremos, pero por el momento aún no.

Los eloys son los personajes que fueron descritos en "La máquina del tiempo", cuyos análogos eran los morlocks. Los eloys eran sujetos que vivían como hippies en la superficie del planeta, mientras los morlocks se encargaban del trabajo sucio. La maquinaria, lo que hace que todo funcione, para eso estaban los morlocks; mientras tanto, los eloys disfrutaban de la vida y no asumían los cambios o el dolor.

Lo llamativo de la historia de la máquina del tiempo es que en un momento dado una especie de sirena hacía una llamada a los eloys y estos, para sorpresa del protagonista, caminaban en fila y de manera ordenada para acabar en la cueva de los morlocks. Los que entraban allí no volvían a la superficie, no volvían a ser eloys.

Ahora debemos hacer un pequeño ejercicio mental: ¿qué debe pasar para que con solo escuchar una señal una persona abandone su voluntad y acepte un rito tan macabro? La cosa es que no necesitan que la tecnología sea compleja, se puede enseñar a un grupo a castigar a quienes no cumplan con esa moralidad. Aunque lo maravilloso del libro es que nos cuenta cómo el viajero del tiempo intentó evitar que ellos fueran a la cueva, y no fue reprendido por ello: es decir, los eloy no solo asumen su rol sino que además no necesitan enfrentarse al extraño. Ahora bien, ¿cómo se consigue esto?

Es conocido el experimento de colgar unos plátanos en un lugar difícil de alcanzar ante unos monos, para luego duchar con agua fría a los monos que no puedan llegar a los plátanos. Decir que se castigaba a los monos que no podían llegar a los plátanos equivale a decir que se castigaba a los monos que no intentaban llegar a los plátanos. En cualquier caso, esta primera generación de monos (X) empezó a adoptar un comportamiento agresivo contra aquel mono que intentara alcanzar al plátano. El experimento iría a más, cuando se incorporaba un nuevo mono, y a éste le atacaban los demás. En cuanto este mono descubrió ese comportamiento se volvió de la generación Y. Al ir intercambiando todos los monos se consigue eliminar a todos los de la generación X, y quedan los de Y; que se comportan exactamente igual que los de la generación X. Los de la generación X descubrieron un comportamiento sociópata por parte de los captores, los de la generación Y descubrieron un comportamiento sociópata por parte de los capturados. Y ambos asumieron el mismo rol. Ahí acaba el experimento.

Luego quiero que os imaginéis que sueltan a esos monos a la selva. Los de la generación Y tienen un virus social metido; son capturados sociópatas. En cuanto vean un manjar al que solo puede acceder uno y que el resto se quede mirando solo necesitarán ser mayoría para propagar ese comportamiento. La generalización de ese comportamiento lo vivirán los monos de la generación Z. Una vez propagado el comportamiento entre los monos de generación Z, con el tiempo descubrirán la manera de ignorar los manjares, y preferirán alimentar la falsa realidad, la moralidad, la envidia... En ese punto aparecen la generación T, que acepta el rito tal como lo ve, niega sus instintos y se somete a los comportamientos habituales. Solo el grito de los amos es suficiente para sentir vergüenza por salirse del redil.

Los elois sienten vergüenza de hacer algo que no deberían. La razón es porque sienten el alma de la entelequia que conforma su colectivo. Ellos han creado un colectivo, con unas normas, y se avergüenzan de no cumplir con sus propias normas. O eso piensan: se creen responsables de sí mismos, cuando en realidad están adoptando una alienación - un plan ajeno. Y esa vergüenza es de fábrica externa.

En Europa la generación X son las personas que aún corrían en las calles, comían menos azúcar, hacían deporte y salían por ahí. Esta generación observó como un castigo el no tener una consola de videojuegos, un móvil, teléfono propio, una televisión propia..., podría divertirse mucho más si no tuviera que compartir esos servicios. La tecnología floreciente era una propuesta atractiva para quienes eran capaces de ver su provecho. 

Con los años los millenials nacieron en entornos donde cada casa tenía varios televisores, las consolas de videojuegos ofrecían productos de alta calidad, Internet existía, la cultura era accesible y compartible..., Entonces esta segunda generación descubrió la tecnología adolescente, desde que nacieron. Esta tecnología era aún inestable, no consolidada. En esta época aparece el Tamagochi, como mecanismo previo a los móviles y así comprobar si la gente alimentaría esa tecnología o si se desesperaría con unas baterías tan cortas.

La generación Z experimentó los móviles con buenas baterías. Toda la tecnología pudo funcionar con sus redes sociales, una tecnología adulta. Esta generación se vuelve de cristal, porque se confronta en las redes sociales para más cosas de las que había sido pensada. Es una generación que ha descubierto cómo ampliar los motivos por los cuales usar las redes sociales, la tecnología, etc... Las limitaciones creadas en el 94 sobre cómo debía ser Internet se rompieron junto con la aparición de los móviles para crear así una generación de cristal. Una generación que se queje por todo, que se sienta mal consigo misma.

Así llegamos a la siguiente generación. Desde que apareció el gran impacto en los 80, la sociedad mató a Dios y desarrolló su propia tecnología. La gente quiso olvidar la moralidad que le era natural, o con la que se había alienado hasta ahora. Aceptó el clamor de la música y la cultura en general. Siguió a los ídolos que eran la entelequia de su tiempo: autores que cantaban y bailaban; tenían una vida perfecta a ojos del consumidor ¿Pero qué decían esos cantautores? Ese fue el gran impacto, el de la música pop-rock, en general: una llamada de atención a quienes se estaban dejando llevar por la vanalización del ser.

En los 80 yo era cristiano, pero las canciones tenían un extraño objetivo; se observaba en el metal: los cantantes eran los que se encargaban de pervertir la mente de los niños. La música rock era una muestra de ruptura con la moralidad anterior, y presentaba un mundo diferente. Quienes no asumían ese papel no "molaban". 

"I will rock you"

Se trata de un mensaje claro. Si bien el objetivo es que todo el mundo baile, cante y actúe al unísono; no es menos cierto que eso es exactamente lo que hacen los elois. La llamada no tiene falta de nobleza, lo que pasa es que la sociedad acabaría por comportarse así; ya sea con la tecnología o con otra clase de cosas. La diferencia está en si van a ser capaces de darse cuenta o no.

La verdadera ruptura del demiurgo tal como lo entendemos es cuando llega el hombre a la Luna y nadie lo cuestiona. Cuando los científicos se ven con la suficiente fuerza de autoridad como para no tener que dar explicaciones. La diferencia entre la modernidad y la postmodernidad es que en la segunda se fabrica la mentira; las instituciones nos fabrican un velo de realidad que es completamente falsa. Es decir, todas las personas son sometidas por una gran cantidad de grupos (los otros) y ellos son los que conforman nuestra psique. No hay un yo, se intenta anular lo que podemos hacer, y cada institución anárquicamente adopta sus decisiones sin trasparencia.

Las cinco instituciones que tienen programa espacial, al margen de gobiernos, las ocho cabezas de familia que tienen en su posesión la mitad del planeta, las pocas productoras de cine que marcan una programación cultural..., no son los supervillanos, son simplemente unos sujetos que se dirigen hacia el mundo a través de una dialéctica negativa. Y por negativa no me refiero a que hacen cosas malas, sino que la dialéctica tiene un carácter inverso porque no tiene alma y mantiene la ruptura sin posibilidad de paz social, de síntesis. Es un juego interminable, donde tener una victoria es imposible.

Esto mismo ocurre con lo que algunos llaman la "dialéctica de estado". Esa dialéctica no parece que exista: yo no me comunico con España, ni con ningún colectivo. Todo lo más un presidente se encarga de velar por los intereses de dicho colectivo; lo cual es trampa, no necesita ningún homúnculo lo que supuestamente se mueve por sí mismo.

La idiocracia aparece cuando la sociedad se siente sometida a los intereses de la tecnocracia sin exigir trasparencia por sus conclusiones. Las instituciones, en la medida que no tengan que dar explicaciones por lo que aseveran, ya pueden obligar a las personas a que ocupen un rol fuertemente estructurado; tendrán que marchar en fila india hacia su puesto de trabajo ante el sonido de la sirena, y lo harán porque quieren, porque se habrán convertido en elois, en idiotas. En el mismo instante en el que uno se cuestione porqué va donde todos el plan se desbarata.

Esto es, la función de la cultura desde los 80 siempre tuvo el mismo mensaje: te vamos a desalienar. Luego en los 90 el sujeto es consciente del mensaje y se quiere hacer partícipe, para transmitir la necesidad romper con los esquemas. En el 00 la llamada es hacia la sirena que nos obliga a marchar y formar filas, entonces los fans se sentirán alienados a ritmos muy marcados para luego descubrir en las letras, en alguna canción, que ya es hora de abandonar la entelequia. Que disfruten de lo bailado, pero que no sean víctimas de unos pocos.

En la modernidad la gente cuestionaba lo que le decía un inventor; hoy día la institución es la que cuestiona el currículo del inventor para mantener la estructura de hermandades y corporaciones.




miércoles, 27 de abril de 2022

Los grandes proyectos dan de comer al gran Leviatán y machacan su materia gris

La lógica del mundo tal como lo conocemos se compone de un enorme y estúpido Leviatán, una criatura descerebrada que consume todo lo que tiene a su paso y posee una estirpe parasitaria que controla sus instintos más insanos. Su sistema inmune actúa en base a una ética noble, dividiéndose entre los guerreros que intentan sostener su salud y los revisores que publican cada alteración para que todo el cuerpo tenga conocimiento. Justo la musculatura del Leviatán, que compone su verdadera masa de fuerza, es sometida por los designios de unas criaturas que lo zombifican al margen de los deseos de la enorme criatura.

Tanto ayer como hoy me postulé para ofertas de empleo, y fui rechazado al momento. No creo que llegara a pasar ni una hora tan siquiera. Mi perfil es diáfano y se rechaza casi al instante. Y, al mismo tiempo, tengo un nivel bastante envidiable. Pero tengo que hacer autocrítica: las empresas ven algo que no les gusta de mi perfil, y esto debe ser que no he entrado ya sea en la profundidad de los CSS o en angular cuando me postulo en javascript.

Dicho de otra manera: mis aplicaciones que se van acercando al procesamiento del lenguaje natural no interesan. Mi gamificación no supone ningún relleno a mi currículo. Me han servido para aprender yo, y podría servir para avanzar en muchas cosas..., pero no me van a dar de comer. El sistema no quiere que yo sea investigador, y este blog va sobre eso mismo...

Puedo abandonar mis grandes proyectos y ver cómo ese gran leviatán perece por inhanición: ¿acaso veo entre mis colegas informáticos alguna clase de avance que pueda competir contra mi tecnología? Sé que lo que ofrezco es terriblemente barato e innovador a la vez. Yo eso lo sé. Pero nada de eso me va a dar de comer a mí. Así que terminaré la aplicación que tengo entre manos en algún punto y me decidiré por uno de los tres posibles caminos: css, angular y pygame. Probaré a caminar en las tres direcciones hasta encontrar uno en el que me sienta más seguro, y vea un proyecto de futuro.

Va siendo hora de que use las herramientas convencionales para compartir aplicaciones, y me una a la comunidad de programadores. No para compartir tecnología (nadie hace eso), sino para compartir técnicas (lo que acabará algún día por terminar de matar al Leviatán ante la llegada de las singularidades económicas que el sistema financiero no sea capaz de abordar).

No me parece justo que a los que nos gusta desarrollar proyectos de largo plazo se nos castigue, con el rentintín que supone ser testigos de que son realmente innovadores. Pero la verdad es que ese largo plazo me da de pensar: me siento identificado con la diosa del ataque de los titanes, tan pronto como es convertida en esclava y perseguida para matarla, luego se somete a su rey para convertirse en su arma de destrucción. Cualquiera escucha eso y piensa, ¿qué sentido tiene? Pero la verdad es que ese comportamiento es lo más habitual, y de lo más normal. Razón por la cual la liberación del mal que reside en el mundo pasa por la liberación de la diosa. Una diosa de la destrucción.

¿Qué derecho tiene este mundo para que yo pretenda protegerlo con mi tecnología? ¿No sería mejor que yo mismo sucumba al Olvido con él?


martes, 26 de abril de 2022

Toxicidad en su solución: dialéctica negativa

He estado oteando por Internet, ya que estaba seguro de que alguien debió decirlo primero. De hecho, siempre que se sostiene una joya, o teoría absurda, los propios coetáneos del filósofo son los que le corrigen. Por lo que desde que se pusiera de manifiesto la idea hasta nuestros días es probable que haya varios detractores. Algunos más lúcidos, otros simplemente más famosos, trascendentes, etc...

En mi anterior entrada manifesté las cuatro maneras en las que se puede clasificar una clasificación sémica. Esto es, más allá del positivo o negativo; para conformar en su composición un significante a partir de lo que el marco de tu lengua te permita poder trabajar. Por ejemplo, como los alemanes no tienen un marco bien definido que les permita distinguir el ser del estar como lo tienen los orientales entonces pueden hablar de su distinción como si fuera algo trascendente - cuando para un oriental es el pan de cada día.

De la misma manera, el marco puede obligar, como redacté ayer, a que algunos preceptos morales no entren en discusión por ser demasiado antiestéticos: igual que en español podemos decir "él se casa con él" y no nos suena mal, lo que sí nos suena mal es decir "elles se casaron"; paradógicamente en árabe es exactamente al contrario, hasta el punto que cuando se saludan es más común decir "kaifa jaluke" en sustitución de "jaluka" o "jaluki", que distingue si se dirige a un hombre o a una mujer.

Dicho esto, recupero de Adorno la idea de dialéctica negativa: yo no creo en la dialéctica de clases, dialéctica de estados, etc..., considero que es un planteamiento impropio. Es decir, lo que funciona bien para la elaboración de significantes no tiene porqué encajar con las álgebras necesarias del mundo de las ideas para organizar civilizaciones. Hasta ahora solo hemos dispuesto del lenguaje natural para describir cómo debe organizarse nuestro mundo, pero eso no quiere decir que sea la herramienta más apropiada; aunque sea la que estamos usando para describir esta misma problemática.

El lenguaje es un buen punto de partida, pero me viene de deformación profesional observar cómo el lenguaje natural es la fase cero - el producto final trabaja en otros lenguajes más técnicos.

Empecemos por el principio: cuando echamos en un matraz dos productos químicos, y no recuerdo mucho este lenguaje, puede darse algo así como dos posibilidades, o la mezcla compone una solución de manera espontánea o hay que aplicarle energía. Cabe esperar que para que la solución diluya lo que no necesitemos debamos usar alguna clase de catalizador, a modo de herramienta, que permita a la solución discernir lo que acabará siendo desechado dentro de nuestro laboratorio.

Obviamente el lenguaje que usamos son nuestras herramientas de cristal, los matraces, el mechero incluso..., la tesis y la antítesis tienen que sintetizarse en algo que podamos usar para desprendernos de lo que no necesitemos. Si sospechamos que nuestra solución no está del todo diluida, más allá de todas las energías que queramos aplicar, alguna contratesis puede ayudar a reenfocar las ideas para que se catalicen las partes que bloquean la mezcla.

Ahora bien, ¿por qué replanteo la cuestión explicada en la entrada anterior? Eso es impropio de mí: no me gusta repetirme. Bien, la cosa es que en la entrada anterior estaba hablando de filología, concretamente semiología. En esta entrada quería tocar el tema de la dialéctica, como rama de la filosofía. Es decir, tan pronto como me pareció que Derrida se equivocaba a la hora de mezclar algunas ideas, ahora en estos aspectos estaré un poco más cerca de él - aunque no demasiado.

El lenguaje no sirve para entenderse; ya lo decía Theodor Adorno, la dialéctica no es garantía de que las ideas conformen una solución. Y, por tanto, usar la dialéctica como algo "positivo" puede ser un error. Es decir, ¿qué es eso que llaman dialéctica de estado, por ejemplo? ¿De dónde se saca la diálectica entre las partes del sistema? Cuando un informático crea un sistema de información no necesita imaginarse mayor dialéctica que el diagrama de flujos, o el de historia de vida de entidades. Y esas técnicas no tienen formato al lenguaje natural, salvo para redundar. El objeto de usar esas técnicas es la captura de requisitos, determinar posibles errores y diseñar el invariante en el lenguaje de programación que se haya elegido para la plataforma ideal. Al final, en el lenguaje de programación no habrá una mayor dialéctica que la que permita a los datos acoplarse entre sí mediante la filosofía cliente-servidor, o equivalente. Pero nada más.

¿Y todo esto qué quiere decir?

Que toda dialéctica que debe conformarse en un sistema, si bien puede correlacionarse con los nombres y una orgánica bien definida, no está sujeta a un diálogo susceptible de ser investigado - no hay causa, es casual. Es decir, si cogemos una de las partes de un programa informático y se la ponemos delante a su creador es probable que éste nos diga que esa parte escogida no tiene un significado propio, por ser una mezcla de varias partes. En ocasiones hay átomos de bloques de sentencias usados para describir el invariante de clase, de bucle, etc... Por lo que se puede explicar cada bloque de sentencias, pero no las partes de éstos, porque ya no sería una descripción del sistema, sino una descripción de la plataforma y el lenguaje de programación escogidos.

Así, cuando un sistema de información FALLA disponemos de todas esas herramientas para revisar en qué momento surgió el error. Disponemos de herramientas en negativo, por lo que no son herramientas que nos digan cómo construir la dialéctica, sino que son herramientas que nos permitan localizar lo que destruye al sistema. Trabajamos con una dialéctica en negativo, las pruebas es para localizar fallos, las fases previas a la programación es para no arrastrar los sesgos de nuestro cliente, etc...

Un ejemplo claro sería el error de Marx en su manifiesto al decir que la historia ha sido producto de una dialéctica de clases - entre los que trabajaban y los que se apropiaban del trabajo ajeno. El matiz viene a decir que la historia de la humanidad y de sus conflictos proviene de una dialéctica negativa de clases. De cómo ha habido grupos que han querido aprovecharse de otros; para provocar guerras, enfrentamientos, crisis económicas, etc...

Un ejemplo claro lo tenemos en Foucault: ¿cómo es posible escribir "Crimen y castigo" sin que se te echen encima por psicópata? La explicación es bastante simple: lo que garantiza el éxito de un "filósofo" es que haya una horda de seguidores que se sientan identificados, o inspirados con tu discurso. Da igual se esa horda son un cúmulo de desgraciados. Aunque, por otro lado, también el autor tiene que parecer un intelectual: si el sujeto es como Belen Esteban, y aparece exclusivamente en los programas de corazón, entonces poco importará que desarrolle en su best seller una filosofía de la vida bastante completa - nadie la tomará en serio. Además, es rubia.

Bueno, pues con lo poco que sé de ambos: prefiero intelectualemente a Belen Esteban antes que a Foucault. Pero claro, la gente se va a quedar con una idea: la apariencia de sabio, el encontrar citas..., esas cosas. Si la showman, o como se diga, fuera en batín y fumara pipa en esos programas de televisión puede que hasta a algún imbécil se le acabara de abrir los ojos de que ella ha superado a Foucault y podría ser su futuro líder. Gente que necesita que alguien les someta, fans..., imbéciles por definición. Actúan sin ningún criterio porque se mueven por las apariencias, y esta entrada pretende ser un buen catalizador de obras como "Crimen y castigo" - muy presuntuoso por mi parte.

Cuando lees una obra tan pornográfica, donde pasan las páginas una detrás de la siguiente y solo ves datos gráficos de exposición y deleite en los detalles, el sadismo mismo que demuestra que algunos solo son capaces de rellenar y rellenar con un cúmulo de despropósitos morbosos que afecten a nuestro cerebro más límbico..., cuando ocurre eso, piensas: ¿cuánto hay que ver de esta obra para observar cómo avanza su dialéctica en alguna dirección? Argumentos, ninguno. Todo se convierte en una piedra descomunal que destroza el riñón del sentido común: dice que el poder existe, que el castigo debe estar ligado a la justicia, que el castigo enseña, la disciplina es generatriz de ideas... ¡Menudo esperpento! Todo al revés. El marqués de sade era menos sexual porque, por lo menos él, era honesto.

Al seguidor de Foucault le encanta que haya alguien por encima de él, y por debajo. Sin embargo se trata de la misma filosofía que la que tiene un fan: y hay que tener cuidado con los fans que se hacen pasar por pares, porque esos son los que quieren destruirte.

Un par es una persona que se ubica en una posición independiente a ti para contrastar de que en tu dialéctica no te has equivocado. Un fan, sin embargo, es una persona a la que todo lo que sale de tu boca lo convierte en motivos para masturbarse - prácticamente. Ambos roles son como el agua y el aceite, son imposibles de mezclar. Yo mismo expliqué en Medium.com cómo me equivoqué con un fan al que traté como si fuera un par; se trataba de un tío que estaba obsesionado conmigo sin yo saberlo. Me puse a intercambiar ideas para que entendiera mi tecnología, pero claro, como el tipo se creía superior a mí (esa es la parte del masturbador) entonces no terminaba de cuajar mi manera de explicarme - así que me medio divinizaba y me medio diabolizaba. Así hasta que no aguanta más y empieza a volverse violento. El error era suyo: no hay que divinizar ni diabolizar, nadie está por encima ni por debajo - el poder no existe, se trata de una filosofía tóxica por parte de Foucault.

Cuando él me decía que no entendía yo le daba herramientas; las herramientas podían ser imperfectas, no la guía suprema de la verdad universal absoluta, y entonces tenía que darme él a mí herramientas para entender porqué no funcionan, y así... El par es par de su par..., no sé si me he liado diciendo algo obvio. Cuando un profesor se dirige a un alumno, el alumno le dice qué le tiene que enseñar, el profesor escoge cómo: se trata de un proceso de clientela y servicio. Cuando el profesor se arroga en el derecho de escoger qué enseñar y cómo observamos el deterioro de un derecho fundamental: o el de recibir una educación o el de la igualdad o el que le otorga a tus padres a determinar tu educación..., por ejemplo. Y cuando se obra contra derechos tan básicos, y se deleitan de ello, podemos decir que es por motivos sádicos - la pulsión sexual que en casos muy específicos sí funciona muy bien. Aquí sí tiraría de psicoanálisis, es de los poquísimos ejemplos.

Cuando una persona se deleita desde el poder, cuando el poder no existe, eso es porque el placer está en su cabeza. Y ese placer no tiene otra que provenir de una pulsión sexual. Se trata de una paja mental, por definición. Es más apropiado poner en el poder a quien no lo desea, como concluía la filosofía oriental - ya sea Confucio o Lao Tse ¿Te puedes fiar de quien disfruta de un rol que somete a la población? Aunque los matices más interesantes reside en qué hacer con un trono que está siendo reclamado el ser ocupado por las masas. Es decir, como pasa en España: según la Constitución no hace falta un poder ejecutivo (un presidente del Gobierno) para que el país sea gobernado, pero todos los partidos hacen como si estuvieran obligados y, no solo eso - sino que, además cobran todos los días sueldos millonarios aunque no hayan elegido gobernante y, por tanto, no inicien ninguna clase de pleno ni trabajen en ninguna votación. A eso se le llama extorsión, insumisión, desacato, etc..., y desde mi punto de vista iletrada es motivo de cárcel con la ley vigente.

Pero claro, cuando las masas reclaman que debe haber alguien en el poder ¿qué haces? ¿Destruyes el trono, pones a alguien escogido en unas urnas, te pones tú mismo o permites que una tradición familiar prevalezca por encima de cualquier clase de conflicto? Si no te permiten destruir lo que sobra en tu casa mejor no cambies nada; antes monarquista que defender que un oportunista alcance un poder absoluto.

Así que hasta que no se deshuesen a los amantes de Foucault tendremos monarquía para rato.


lunes, 25 de abril de 2022

Algo nuevo: Lógica de cuatro valores con los morfosemas

Con la lentitud de seguir documentándome poco a poco y de desarrollar mi propia aplicación he observado cómo he podido aportar algo realmente nuevo en el campo de la semiótica. Por pequeño que sea o lo poco contrastado que esté.

Podríamos empezar con una pequeña crítica a Derrida: ¿cómo es posible que los semas, tal como los define Greimas, se dividen siempre en dos valores posibles? Aún es más, uno es el vacío y el otro el relleno. De ahí que la categoría sémica "género" tenga un masculino y un femenino; ¿debemos entonces entender que el masculino es el relleno y el femenino el vacío? Desde el punto de vista de que solo son datos, que no aporta contenido intelectual la valoración entonces, ¿para qué esa catalogación? ¿En qué afectaría negativamente decir que el femenino es el relleno y el masculino el vacío? No lo entiendo.

Más bien parecería que se intenta justificar una visión de conjunto y, a modo de ejemplo, se manifiesta alguna clase de preferencia. Ahora bien, ¿no es eso también como decir que tal preferencia algunos intentan extrapolarla al mundo de las ideas, como si tuvieran carácter filosófico? Porque si es así entonces creo que Derrida o no se expresó bien o mezcló sustancias.

En oposición a ese aspecto hay un autor, ya reconocido en su estudio de la semántica por el mismo Greimas, que además de la tesis y la antítesis de la misma categoría sémica incorporaba la existencia de un tercer valor posible. Como en la oposición posible entre alto y bajo, donde reconocer un mediano. Y es lógico entender que como las categorías sémicas descritas por Saussure pueden ser cualquier cosa lo raro sería encontrar solo respuestas rellenas y su antítesis vacías. Es decir, si hasta un esperpéntico Hegel era capaz de darse cuenta de algo como eso para cualquier concepto, ¿cómo es posible que Derrida, muy contemporáneo a todos esos autores, no se adscribiera a ese lenguaje? La impresión que me deja es que los autores modernos olvidan a los antiguos; como Hegel olvidaba a Platón y a los múltiples errores que subyacen de los maximales. Otro que gustaba de mezclar sustancias.

Desde mi punto de vista, observo que el propio Hegel se quedaba con la síntesis para explicar la paradoja que puede montarse ante falsos dilemas; ahora bien, ¿y si la síntesis conforma con sus predecesoras un falso trilema? En ese caso habría que tirar de lo que yo llamo la contratesis; y no hará falta más, porque los cuatrilemas son constructos de trilemas - o eso aseguro.

A la hora de trabajar con los semas distinguiré entre los filosóficos y los morfológicos. Y bien es cierto que podría llamarlos como lo hace Greimas, y no me importará hacerlo, pero en esta entrada los llamaré filosóficos porque delimitan todo significado asociado al significante. Así, todos los semas que sean trasladados a ser morfológicos conformarán el marco del lenguaje y, de ahí, que la construcción no adquiera significado - aunque se pretenda por ser políticamente correctos.

Es decir, la vaca y el toro tienen el mismo significado, a menos que la categoría morfosémica de género no se les reconozca y el lenguaje los ubique a ambos en el mismo registro. Algo así ocurriría con el japonés, por ejemplo, donde ambos significantes parten de una misma palabra "ushi", seguida de un complemento que en japonés significa "de género masculino/femenino". Obviamente el significante al completo "toro de género masculino" tendrá un significado diferente al de "toro de género femenino", de lo contrario no se habría especificado el complemento de su género en oposición a usar solo la palabra ushi.

Visto así, el significado de hombre y mujer recluye al español a tener que atribuirles exactamente el mismo pues en nuestro idioma el género cambia a las palabras de registro. De lo contrario obligaría a tener que definir una categoría morfosémica adicional para ayudar a ver hombre y mujer como palabras que no son del mismo registro y, al mismo tiempo, poseen significados distintos. Más adelante explico esto mediante la lógica de cuatro valores.

Ahora fijémonos en un verbo que existe en árabe y que a los europeos nos parecerá terriblemente chovinista: tatzawaj. Huelga mencionar que la latinización del verbo a mí me repugna; así que me limitaré a decir "casar" directamente. Pero antes procederé a explicar por encima dónde están los semas en la palabra tatzawaj: digamos que la raíz está en sus tres consonantes "tz-w-j" y los morfemas sería todo lo demás. Por lo que los semas filosóficos del verbo estaría en esas tres consonantes, mientras que, por ejemplo, el "ta" inicial hace referencia a quién es el sujeto, la elección de las vocales nos permite jugar con el caso (sustantivarlo, volverlo gerundio, etc) y el sufijo también permite determinar no solo el sujeto sino también el dativo (con quién te casas).

Dicho esto, ¿por qué es importante? Resulta que cualquier arabista sabe que a un árabe - no necesariamente musulmán - le suena "mal" la construcción "él se casa con él". Ese significante observamos que tiene un fuerte calado moral, así que no podemos decir que la referencia que vincula significante y significado trabaja con ambos de manera arbitraria. Lo mismo ocurre por ejemplo en español cuando se nos pide que hablemos de "elles" en sustitución del masculino o el femenino. Sorprendentemente, para mí, a Chomsky no le parecía descabellada la idea. Ahora bien, ¿de dónde reside la dificultad de esa clase de deconstrucción? Al fin y al cabo, ¿no tenemos derecho a modificar el español a nuestra conveniencia como el árabe querrá que su idioma esté a la par de sus espectativas morales?

Vamos a ver si lo desarrollo bien y ya de paso se comprende la función de la contratesis sémica. La idea es que a un árabe le suena mal, no porque le parezca mal, el significante "hombre que se casa con hombre" porque de la raíz emergen dos categorías sémicas: una de género del sujeto y otra del género del dativo. Visto así al primero podremos llamarlo "solar" o "lunar" (masculino o femenino), pero al segundo habría que llamarlo "al-sol" o "a-la-luna". De ahí que él en nominativo sea solar/indiferente, pero "a él" sería más bien indiferente/al-sol. Por lo que observamos al menos tres valores. El asunto está en qué pasa con el verbo casarse: ¿solo pueden casarse los hombres? ¿no tiene género? Cuando deben casar todos los morfosemas la operación debe ser equivalente a la biyección, por lo que siempre existirá una operación que permita decir que "hacer casar" dos morfosemas equivale a hacer que sean "el mismo" morfosema. Así que en eso consiste la operación cuarta: casarse en árabe se construiría como indiferente/excepcional, para luego establecer que él debe leerse como "solar"/"a-la-luna" y ella como "lunar/"al sol", y así encajarían todos los registros.

Obviamente explicado en lenguaje natural es más difícil que programarlo directamente, escrito en javascript. Pero es que yo, personalmente, no puedo entender la semiótica si no es a través del código. Es decir, comprendo que hay como varios niveles de informáticos desde lo más irrisorio hasta el más amplio: están los que atienden un conjunto de requisitos para hacer una aplicación (nivel 2: te hacen una entrevista y de ahí sale la aplicación adhoc), luego están los que desarrollan el producto a partir de una microespecificación matemática (nivel 1: computabilidad, dirección de la producción...), los habrá también que pasarán de cualquier especificación y harán sus propias aplicaciones sin tener en cuenta a nadie salvo a ellos mismos (nivel 0: se les suele llamar autoinmunes, o lamers si se replantea de otra manera) y luego están los que tienen que adivinar las especificaciones a partir de toda una referencia bibliográfica inmensa y muy abstracta (nivel 3: me pregunto cuántos habrá así, que crean la aplicación a partir de libros y libros de explicaciones que intentan atinar en alguna dirección muy indefinida).

De una forma o de otra, la lógica de cuatro valores ya fue planteada por Codd - pero resulta que a los que estudian filosofía nunca les interesó las bases de datos. Luego se limitan a lo que puede representar la lógica modal sin percatarse de que la idea del modelo y el marco no tienen tanta potencia como una base de datos y su esquema.

Es como si viviéramos en un mundo donde todos se desentienden del trabajo de todos. Y eso pasará también con la idea del valor excepcional que sería aplicable en los morfosemas para establecer dependencias de reunión entre distintos significantes de colecciones que son invocadas por un contexto. La serialización de la invocación a tales significantes conforma un significante mucho mayor dentro de un marco, y el emisor solo puede elegir mezclar los significados de sus partes dentro del margen que le otorgue esos semas filosóficos que permitirá recalcar unos significantes por delante de otros.

Gracias al lenguaje simplificado que le otorgo a la semántica me resulta tremendamente sencillo operar con el sistema gestor. Ya solo es cuestión de que se pueda experimentar con la aplicación para ver si permite fortalecer la mentalidad de una persona dentro de un idioma.



Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

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