viernes, 1 de enero de 2021

Los problemas insignificantes no tienen solución

Cuanto más insignificante es un problema su solución es mucho más enreversada. Cuanto más grande es un problema más cerca estará de un hecho estructural del que no tendrás competencia. Por tanto, cuanto más importante es un problema más sencilla es su solución.

Cuando vemos personas centradas en asuntos insignificantes sabemos que no tiene relevancia su manera de ver el mundo. Y será cuestión de tiempo el que se den cuenta de que son ellos los que deben doblegarse a tu manera de hacer las cosas.

Lo tenemos como ejemplo en la preocupación de que los hombres se sienten con las piernas cerradas. Un problema insignificante. Como el problema que siempre tengo cuando me siento en un autobús pegado a otra persona en uno de esos trayectos largos: en ocasiones se me cansa la pierna y se me abre en una dirección de contacto compartido.

Y eso me habrá pasado ya en todas las combinaciones: que si intento cerrarlas del todo, que si no puedo cruzarlas por culpa del asiento, que la tengo tonta..., y lo peor es cuando se da cuenta el otro. Cuando el otro se da cuenta de que tienes exactamente ese problema, porque claro..., ¿cómo le dices "ponte así", o lo que sea? Y habré escuchado un "no importa". Pero claro, me dicen eso y yo digo: "no sé a qué te refieres". Ante todo está la imagen, claro..., esa imagen protectora que demuestra que si cambias tanto de postura con tu pierna es porque eres una persona que le gusta moverse, o algo así.

Me ha llegado a pasar que al estar codo con codo con una persona de piel negra al mirarle a los ojos, con mis poses, ésta se llegó a pensar que es que me incomodaba su presencia. Y como me ha pasado con gente así en más de una ocasión he llegado a ver tanto cómo se arrinconaba uno, como que se habría piernas otro... Cualquiera de las dos circunstancias era triste de ver.

En cualquier caso, la solución a ese problema no pasa por decir hay que ponerse de tal forma, o hay que fijarse si es varón el que lo hace... Obviamente esa clase de fórmulas son los que agravan el problema: porque el problema no es la pose, sino la falta de comunicación.

Pasa con las mujeres que llevan escote; si un hombre llevara escote estaría mal visto. Si el hombre se abre de piernas y enseña un bulto está bien visto, pero si el bulto lo enseña la mujer, o muestra algo que sobresalga, eso estaría mal visto. Yo no he inventado esas normas, a mí que me registren. De vez en cuando aparecen artistas que nos ayudan a sangrarnos los ojos mostrándonos lo que creemos que está mal visto, como se ve en la película de Borat 2. Eso es algo que nos da lenguaje.

Centrarnos en los problemas no importantes, como es nicho electoral para la clase política, provoca que la gente se olvide de lo que realmente importa. Si una persona está ocupando un asiento de manera impropia por dejadez, o por lo que sea, lo ideal sería que a quien le molestara le dijera: "perdone, ¿me puede dejar algo de espacio?" y entonces le diría, "por supuesto, faltaría más", y ahí acaba el problema. Me parece que esa es la manera más correcta de enfocarlo, en vez de criminalizar comportamientos que no tienen relevancia social y desvía la atención de asuntos que sí son importantes.

Yo diría: menos votar y más participar en política.

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