Me hizo mucha gracia el suceso, y tuve un momento de control entre los que se dejan llevar por el odio. Pero no hay que olvidar cuáles son los pilares de Twitter: "¿Qué está pasando?". La prensa amarillista de El Confidencial decidió centrar su tiro contra un influencer que había declarado la guerra contra Twitter. Una vez leído su artículo, que en una democracia podría llevar a esa empresa a una situación conflictiva, no tuve más remedio que criticar las maneras vertidas en tal artículo.
Lo que pasa es que las críticas hay que condensarlas, así que sólo envié dos mensajes que, por supuesto, no recuerdo exactamente - no hay que olvidar que no he vuelto a poder entrar en Twitter. El primero recordaba el papel que juega los derechos humanos en todo esto: atacar a una persona sin tener información de primera mano va contra el código deontológico de un buen periodista, ahora bien, si además lo publican, cuando hablamos de un famoso que tiene por costumbre desmentir y no dar exclusivas a la prensa, entonces vemos que el asunto ya se engranguena.
Poco a poco se va haciendo evidente qué es lo más probable, y mi segundo mensaje intenta encontrar un QUID PRODES. Que me equivocara, que no..., todo eso me parece secundario. Yo apunté al Opus Dei y a una serie que el influencer dalas iba a volver a rehacer contra la creencia de la existencia de Dios. Es decir, dalas no iba a hacer una serie para volver a atacar a las feministas pop, que bien podría, digamos que apunté a una posibilidad considerando que la fiscalía todo apuntaba que había caído en un error de bulto.
¿Desde cuándo la fiscalía se dedica a aceptar información que no sea de primera mano? Ahí había algo que no me cuadraba. Mi experiencia me dice que cuando la fiscalía defiende cosas raras es porque son acusación particular. En cualquier caso, mis sospechas, fundadas o no, independientemente de que lo poco que he podido saber del juicio por youtube me ha confirmado esas hipótesis, no ayudarían a la defensa de dalas, así que, considerando que a nadie le iba a importar, a mí tampoco me interesaba desarrollar esos vertederos del sistema.
Los administradores de Twitter, más ligados al feminismo pop (feminazismo), descubren una enorme fuente de "me gustas" en los chovinismos marcados por la sociedad: sólo hay que encontrar a la víctima pertinente. Por un lado necesitan una prensa sensacionalista que fomente el narcisismo, a través de la oficialidad, y así fomentar cualquier idea a base de repetirla. Puro Goebels.
Muchos usuarios ya habrán descubierto esto mismo antes que yo, pero como dependen o ganan mucho con Twitter preferirán no pronunciarse. Éstos son los peligros de las redes sociales: consiste en que los propios administradores usan tales redes como su propio cortijo particular.
Por eso, ya les comenté a los administradores que debían despedir a los responsables de mi bloqueo. De lo contrario, un tipo como yo, que no es feliz con sucedáneos de sociedades que no siente, no ríe, no se queja..., en esas condiciones, sabiendo que los administradores saltarían de manera arbitraria de nuevo contra cualquier tontería que escriba con el fin de echarme (de obligarme a borrar mi cuenta, como los mismos usuarios decían antes de que me bloquearan)..., está claro con qué clase de gente estamos tratando.
Los peores matones de Twitter son sus administradores.
Así que, allá quedarán mis poesías, mis reflexiones sobre la consciencia y la inteligencia artificial, allá quedarán mis denuncias sociales por una renta básica..., todas mis reclamaciones por los derechos más fundamentales serán borradas sólo por satisfacer la visceralidad de unos milenials. Esto es un hecho.
Me pregunto qué pasara con esos usuarios de Twitter que tanto alababan mis poesías, que gustaban de mis reflexiones..., se les pasará, se olvidarán por un momento: ya los administradores de Twitter buscarán un mensaje que sea mentira para hacerles sentir mejor. Así podrán seguir todos los usuarios en ese entorno peculiar, mientras los administradores eligen a la siguiente víctima a la que incitar a que suicide.
Hasta luego
sucedáneos
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