Preparando contenidos

He estado dejándome este día libre para ir preparándome contenidos para mañana, y me han salido cuatro posts. Bueno, veremos si mañana cumplo, y luego el miércoles, etc...




Voy a arrancarme la piel a jirones para despojarme de toda esta locura y transmitir así con más libertad lo que corresponda...

Este post es para contar en qué equipo juego, he jugado y jugaré.

Una de las cosas que más motiva a una persona, por encima de todo, no es el dinero; el dinero, más bien es lo que te impide funcionar (cuando estás falto de él). Lo que más motiva a las personas es la sensación de que lo que hacen sirve de algo, que corresponde con su llamada personal - su vocación.

Cuando me pongo a mejorar los sistemas de seguridad, automáticamente me planteó la enorme duda existencial de si éstos serían usados por mala gente; y un instinto basado en la moralidad, que es el encargado de hacer pedagogía, es el que te bloquea. En mi caso, puedo pensar que mis problemas de bloqueo estarán ligados con una vida dura..., y tal. Pero antes de echarle la culpa al clima hay que hacer incapié en que lo que te frena podría ser mucho más simple.

- Hola, doctor. Resulta que antes me encantaba machacar cabezas de los chinos y ahora hay algo que me frena. Me siento decaido y no puedo con mi alma.

- ¿Y eso es lo que genera en ti tanta violencia? ¿La impotencia para encararte?

- Hay un barbas que, encima, es adolescente y que nos da una paliza a mí, ¡con la de horas de gimnasio que tengo detrás!

- ¿Estás diciendo que lo que provoca que no podáis darle una paliza a esos inmigrantes es un chaval? ¡Pues ve con unos cuantos amigos!

- Ya lo hemos hecho, pero nos da una paliza igualmente. Dice que somos predecibles. Suele atacar con sus propios puños contra los nuestros, así que cada vez que vamos a dar una paliza sentimos como que nos hacemos daño. Ahora es como si no pudiéramos volver a salir a la lucha..., es muy represivo.

- Os voy a dar una solución. Os voy a dar un anestesiante para que podáis darle una paliza a ese adolescente. Quiero ver cómo le dais una paliza, y así podréis superar vuestros miedos.

... Después de que me confesaran derrotados los skins que ése de ahí era su psiquiatra me dirigí a él:

- ¡Pero qué coño es eso de que le has dado algo para que puedas ver cómo me dan una paliza!

- Bueno, err...

- ¡Le parece divertido ver gente en mitad de la calle dándose de hostias, subnormal!

- ¿Y por qué no llamas a la policía?

- Si ellos campan aquí a sus anchas es precisamente por eso, porque no vienen. Alguno es hijo de policía - se me cambió el rostro - bueno, a ellos no les hago más responsables. Ha venido a divertirse, pues se va a divertir, eso se lo garantizo.

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Por una cuestión de estética se cree que el genio es como esos superdotados que están todo el día delante de un libro y, si encima son informáticos, seguro que están llenos de granos y son unos panolis ¿Por qué será que nunca he conocido alguien así (salvo uno, y en la facultad nos reíamos porque supuestamente cumplía ese estereotipo externamente)?

La realidad de los genios es que tenemos las neuronas especialmente desarrolladas; y eso es lo que nos confiere habilidades especiales no solo intelectuales, sino también en la educación física. Además de incorporar toda una sopa de patologías y, combinado con una vida dura, varios traumas que, si no eres rico, te los tragas y punto.

Con el tiempo he estado aprendiendo que estas cosas no se deben callar: ¿qué gano o pierdo o qué hago ganar o perder por hacer eso? Lo que sí puedo perder es la oportunidad de quitármelo de encima, para dejar sitio a cosas que sí sean realmente importantes. Siempre podré quedarme con los misterios que nunca revelaré porque, eso sí, a nadie le importa aunque crean que sí y podría hacer mucho daño el exponer esas verdades.

Cuando me he dedicado a colaborar con el sistema, los oligarcas y tantos poderosos siempre ha sido desde una posición de vigilancia activa - y ellos lo sabían. Independientemente de que lo que dé sea gratuito había un pago implícito: la vigilancia de que hacían lo que debían. Y sí: podían hacer cuanto quisieran, como quisieran, cuando quisieran..., y sin rendir cuentas a nadie nunca. Pero el tema de conversación que tuvieran conmigo siempre estaría marcado por la coherencia de aquello que se esperaba conseguir y quiénes se desviaron por su cuenta y riesgo para conseguir tales objetivos.

Decididamente ése ha sido el secreto de mi éxito. Y nadie podrá decir que había intenciones perversas de manipulación de masas o cosas raras. Todas esas teorías conspirativas nacen de aquellos que se enteraron en parte de lo que pasaba y no consiguieron enteramente sus objetivos.

El ofrecer a los usuarios un Internet gratuito, así como los distintos contenidos culturales que han ido apareciendo, son todo fórmulas que tienen una contrapartida: los usuarios ayudan a mejorar la calidad de la información que se tiene del mercado. Quien no quiera entrar en ese juego, pues que pague su privacidad de su bolsillo - eso nunca desaparecerá.

Al final la información está ahí. Nadie puede usarla: nadie es lo suficientemente inteligente, ni como programador ni como estadista. Pues bien, me he propuesto mejorar tales fórmulas - como hago siempre. Pero hay técnicas que no ofreceré..., ahí pienso seguir bloqueado.

Porque, al fin y al cabo, es como el burro del bulling que se descubre deprimido y sin ganas de golpear: ¿qué es lo que le impide a hacerlo? Ese filtro se llama moralidad, y hay que potenciarlo - y darle de hostias a quien lo merme (hostias jurídicas si viviéramos en un estado de derecho).

Al final, podemos reconquistar el buenquehacer, la democracia, la libertad..., esos papanatas podrán reinsertarse en la sociedad en cuanto se les inculque valores positivos en la vocación (motivaciones) de cada uno (que en cada uno será diferente, es un error de hostia de psiquiatras darle la misma medicina a cada matón). La motivación está en el lado frontal, la moralidad está en la parte occipital. Desaprender el yo y saber cuál es el bando en el que juegan.

Para cuando se haga de la manera correcta, la depresión desaparecerá y escucharán la llamada que sólo ellos pueden escuchar.