jueves, 6 de junio de 2019

Tiranía Vs Dictadura

Estaba recopilando ideas para exponer mis micromáquinas, que no son sino una aplicación del patrón Observer para resolver problemas, y entonces se me cruzaron ideas que no se habían expresado sobre tiranos y dictadores.




No creo que deba ponerlo como si fuera un panfleto. Pero sí me sirve para evaluar lo que estamos viviendo en estos momentos. Tenemos un supremo de lo contencioso que le dice al poder ejecutivo lo que puede y lo que no puede hacer..., ahora bien, a los bancos ni los toca. Reflexionemos un poco...


¿Qué es una tiranía y qué una dictadura?

En muchas ocasiones hacemos juicios comparativos con otros sistemas y nos sentimos realmente afortunados. Eso es, por ejemplo, lo que les pasa a la mayoría de los chinos. Ellos saben perfectamente que pueden elegir el partido político que quieran, pero ya sea el comunista como el no tan comunista, al final para lo importante se ponen de acuerdo. Y, por lo que parece, es como si no les importara. Al fin y al cabo, si les importara, posiblemente llegue la policía a hacerles una visita.

Y, claro, yo a eso no lo llamo comunismo. Marx tampoco lo habría hecho. Porque el comunismo es una forma de democracia, no una dictadura.

Sabemos que un modelo es dictatorial cuando existe una forma sencilla de mejorar el sistema y, precisamente por ser sencilla, se evita el llevarla a cabo.

Es lo que ocurre en España con una enorme cantidad de medidas que se proponen: la renta básica universal se suele pintar de compleja, ¿qué tiene de complicado poner en los presupuestos un reparto incondicional?  ¿Es complicado subir impuestos para asegurar esa renta? Hay países donde la tasa impositiva es más alta, y eso que no tienen nuestras macroempresas ¿Se cree que las empresas se marcharán del país? Es evidente que las del tercer sector obtendrían más ventajas, el primer sector ganaría por los inmigrantes (motivos exclusivos que tiene España) y el segundo sector podría ver cómo los trabajadores están más formados...

En definitiva, tras un estudio minucioso, todas esas ayudas, funcionarios, cargos, informes supercaros, auditorías, fundaciones...., todo eso que es tan costoso y exige mucho mantenimiento, sería fácilmente sustituible por: reparte la pasta y punto. Ahora bien, ¿por qué no se hace? Porque sería liberal, sería una manera de hacer que la gente se hiciera más autónoma del gobierno, tendría mayor capacidad para decir que no, adquiriría una calidad democrática fundamental...

Así que ahí están los perdonavidas que monopolizan el poder y deciden por todos nosotros, por las mayorías, qué es lo que las mayorías les demandan. Y eso no es democracia - es una dictadura.

Cuando hay una manera sencilla de que el que está en el poder pueda perderlo, automáticamente existen dos formas de actuar: el dictador se pone a levantar puertas en el campo, pero el presidente potencia la pérdida de dicho poder porque, en definitiva, esa pérdida se puede convertir en una diversificación hacia el Pueblo.

Un ejemplo está en la trasparencia: si se potencia entonces no sólo el presidente podría perder el poder, sino que además este poder estaría diversificado entre muchos más ciudadanos - para potenciar así la meritocracia, la justicia social...

La tiranía, sin embargo, consiste en reclamar para sí las motivaciones que no necesita el líder de su Pueblo. Cuando el presidente empieza a reclamar más por sus egos, que le mimen, que le traten como a un mesías, puede que esté seguro de la posición de poder, puede que no se comporte como un dictador, pero las mismas leyes vigentes, llevadas al extremo, se pueden volver inhumanas.

Un conjunto de promesas, directrices, criterios escogidos..., palabras que marcaban el rumbo. El tirano se volverá un adanista literal y lo convertirá en la excusa perfecta para comportarse según criterios puramente arbitrarios; criterios inhumanos.

La tiranía establece que el gobierno adoptado actúa con valentía, mientras que la dictadura encorseta al sistema por un instinto paranoide. A mi juicio, todos los líderes tienen un lado tirano y otro dictador, esto es porque sólo los que tienen las actitudes democráticas, marcadas por la asertividad y la sensibilidad, son merecedores de ser líderes por sus contenidos.

Cuando un líder falla en la asertividad, sucumbe a los ad hominem, ve conspiraciones reptilianas, impone normas absurdas para que nadie le traicione y pretende tenerlo todo bajo control. Es un dictador.

Cuando un líder falla en sensibilidad, sucumbe en sociopatías, entorpece las relaciones, se vuelve un extremista insufrible incapaz de juzgar lo adecuado y pretende que todo el mundo le siga. Es un tirano.

Los errores de imprecisión a la hora de juzgar cuáles son tus competencias, así como los errores de ceguera a la hora de ponerte límites, constituyen dos valores independientes que deben minimizarse a la vez, como establece el F1-Score de la matriz de la confusión.

En estos últimos días queda patente que no sólo el Supremo de lo contencioso es dictatorial, sino que además lo son los políticos que conforman el ejecutivo, así como los catalanes que quisieron saltarse la ley y convocar un referendum para adoptar o no una decisión unilateral.

Tiranía son los comportamientos de los líderes políticos cada vez que un amigo les falla, cuando no ven el ridículo que hacen porque tienen un ego que se lo pisan, cuando están convencidos de que la corrupción de su partido no les va a hacer perder votos, y tiranía es la de los que votan a esos corruptos dejándonos a los demócratas con la cara de imbécil.

Mucha dictadura y mucha tiranía es lo que veo aquí. Y esto sólo sería posible en una socialdemocracia, donde ese tipo de actos se potencian mediante la mercadotecnia de la política a través de los medios de comunicación.


En fin, son mis opiniones.


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