viernes, 4 de octubre de 2019

El castigo automático

Nuestra sociedad tiene a unos favoritos, y eso es algo que todo el mundo sabe. Todos sabemos que es injusto, pero los que tienen el poder de defender la Igualdad se hacen los suecos, eso no va con ellos.



Defender la Igualdad puede ser complicado cuando se pone en el poder a gente que no sabe lo que significa ser un extremista. Esto mismo lo he llegado a observar en personas que incluso decían no ser extremistas por ocupar una posición "de centro", como mediadora..., como si eso les eximiera de defender políticas extremistas.

Paradogicamente es muy fácil saber lo que es el extremismo, hasta el punto de tener una definición hasta objetiva. El problema es que si realmente hubiera cultura académica al respecto este texto sonaría a la explicación de siempre y no tendría la necesidad de escribirlo.

No es país para viejos.

Hace años, cuando me estaba desvinculando de los movimientos hacktivistas españoles y, por ende, del movimiento internacional, les acusé de no estar cumpliendo con el código deóntico correspondiente a la licencia del uso de la plataforma: les hablé de la radicalidad de sus principios..., por motivos que habré olvidado y no competen para según el caso, pero que, en el fondo, sería precursor de lo que acabaría pasando en Cataluña...

Entonces me preguntaron qué problema había con ser 'radical', palabra inglesa que tradujeron como radical. El extremismo es una forma de radicalidad, pero la radicalidad podría interpretarse desde otro punto de vista: como la perfecta aplicación de las normas.

La palabra inglesa proviene de un corpus donde se aplica la palabra radical no a las personas que aplican las normas a la raja-tabla, sino a las personas que no doblegan en interpretaciones sus intenciones. Me cuestionaron porqué era malo ser radicales.

Mi respuesta, como era de entender dadas las circunstancias (estaba buscando cualquier escusa para dejar de hablar con ellos, y quería marcharme pero ya), fue lo más breve posible, aspera y cruel..., como no me acuerdo lo que les escribí reproduciré aquí la problemática en sí.

El extremismo se produce cuando se pretende extender una definición mediante el análisis aun cuando exista una experiencia sintetizada que limite su uso. Es lo que Kant denominó razón pura: no se pueden mezclar los conceptos que provienen de las ideas con los fenómenos que vivimos.

Y, con esto, poco a poco veremos si consigo explicar lo que el pobre Kant no pudo a los suyos

El propio Bertrand Russell hizo un estudio de Leibniz para su propia tesis, gracias a ello rescató su lenguaje para volver a incidir en el mismo problema: la idea del extremismo, el mal uso de la razón, cuando ésta le invade el terreno a los hechos.

Aunque el religioso de turno se ha preocupado de intentar ocultar estos hechos, existe un conjuto de afirmaciones que no encajan con el uso de la razón. Uno de ellos es, por ejemplo, la existencia de Dios. Si éste no proviene de la experiencia entonces su invasión en el mundo racional está carente de todo sentido: es imposible que una persona sana sea convencida de la existencia de Dios.

Esto era algo que defendía Kant, así como Russell. Es una idea que, en cuanto se entiende, no se puede abandonar.

La posición del agnóstico, por tanto, no es la de un señor que no sabe en qué posición ponerse. El agnóstico es una persona que, al abandonar todo extremismo, opinión sin base, rumor o dogma, limpia su cerebro de ideas que, de hecho, intoxican su ética y los pocos principios de estética que son necesarios para llevar un día a día sano.

Evadirse del mal uso de la razón y llamar a cada cosa por su nombre. Si alguien defiende algo no tiene la obligación de convencer a nadie porque, probablemente, haya tenido una posición privilegiada de ser testigo de un suceso, por lo que el agnóstico debe aceptar que haya quien sepa cosas que no le podrán demostrar. La Verdad no es el camino del agnóstico, sino el Conocimiento.

Aceptar una afirmación por una cuestión de fe lleva al desorden y a la incoherencia. Afirmar, de hecho, que creer en Dios es posible porque no se han encontrado incoherencias en su discurso es lo mismo que decir que defender que la Tierra es plana no contradice la realidad por el momento. Es decir: es obvio el cúmulo de contradicciones de primera mano relativos a que la Tierra sea plana, lo complicadas que se hacen las cosas, el mundo, de ser así..., y las evidencias que no se van a querer explicar (como el bailoteo de las estrellas). Por eso, el terraplanista tiene una idea de Tierra plana diferente a otro terraplanista: lo mismo pasa con Dios, dudo que haya dos Dios iguales. Cada cual tiene su idea de Dios y, ni aun poniéndose de acuerdo, se ponen de acuerdo.

Eso es lo que significa ser extremista. Esa era la razón de la crítica a la razón pura. De hecho, los coetáneos a Kant quisieron justificar sus ideas religiosas valiéndose de sus trabajos..., el cabreo y sensación de impotencia fue tal que quiza le correspondiera darse cuenta entonces que su estrategia de no enfrentarse directamente no fuera tan buena.

Eso es lo que nos lleva a ese término. Igualdad. La igualdad se justifica mediante el pacto social, la idea de que cada individuo tenga una razón por la cual formar parte de la sociedad. Se supone que nadie está obligado a asumir ninguna clase de castigo.

Cuando yo era pequeño observaba cómo daba igual lo que hiciera o cómo me defendiera, el hecho de que tus padres no te escuchen podía provocar que te torturaran hasta que confesaras lo que para ellos era su verdad, jamás admití mentira alguna, pero sólo me admitían monosílabos a sus preguntas intencionadas. Para cuando me correspondía recibir mi castigo por algo que sabían que no había hecho, y por el que ni me habían escuchado, además había recibido una tortura física previa. No es de extrañar que cuando me olía que eso mismo iba a suceder automáticamente me encerrara y me castigara; después vendrían las disculpas en falso, con media sonrisa, que por no aceptarlas provocaría otro castigo adicional.

Vivimos en esa clase de mundo. No es exclusivo de una familia. Hablo de Igualdad. La gente soez intenta convertir la Igualdad en igualitarismo, para que no se tenga que defender la Igualdad; o para atribuirse un dinero en su lucha eterna por la misma.
 
Tan pronto como una política se queja de la exhumación de un cadáver no es consciente del fuerte radicalismo de sus palabras, de lo que significa no poder mover los cadáveres por conveniencia o urgencia política, y se pone a plantearse de si las iglesias serán quemadas como siguiente acto. Acusa al que no es extremista de serlo. Y para ello usa un lenguaje extremista. Si lo hace es porque a los suyos les parece razonable ese discurso. El hecho de que parezca razonable lo que OBJETIVAMENTE no lo es representa un fracaso para los que divulgan la filosofía; para aquellos a los que llamamos filósofos.

Al mismo tiempo, en las calles pueden levantar a volandas a una señora y pasearla por motivos de mantener una tradición y si hacen lo mismo con una vagina gigante por motivos políticos, lo que es una performance, automáticamente se pretenden sentir heridos. Al mismo tiempo, en una película donde un director ha hecho una documentación de parte, los de la otra parte irrumpen en una sala obligando a desalojar el cine - tras haber pagado la entrada.

Yo reincidiría en algo fundamental: el alumno paga una matrícula para que no le endosen conferencias para las que no ha dado su permiso. El espectador paga una entrada no para que unos malnacidos le impidan ver una película. Por eso hay que tener ojo con quiénes tienen derecho a sabotear encuentros, y en base a qué - si hay legitimidad democrática para ello.

Pero la cosa es que cuando el religioso se pone a llorar el juez trae al socialista y empieza a hacerle preguntas tipo sí o no. Le empieza a torturar psicológicamente y le amenaza con perder grandes sumas, acabar en la calle si eres pobre, pasarlo mal si eres rico... El juez ya tiene la sentencia preparada y el castigo es automático, así como las leyes están preparadas para ello.

No hay ningún partido socialista entre los cuatro primeros. Podemos..., todavía suena a algo. Pero la radicalidad ha campado en el paternalismo de los igualitarismos y la barbarie de un discurso no académico lleno de contradicciones absurdas en torno a esos liderazgos que no necesitamos. No hay pacto social. No hay socialismo. De hecho, se persigue en este país.

Creo que ya me he hecho viejo para estas cosas.

¿Nueva forma de protesta? ¿Encerrarnos directamente? ¿Proceder con blasfemar todo lo blasfemable? ¿Hacernos visibles para que vean la diferencia? ¿Reclamar nuestro derecho a tener una vida social donde el religioso no tenga privilegios por defender dogmas? ¿Reclamar que se premie al fuerte de espíritu frente al ofendidito? 

En cualquier caso no tienen nada que ver conmigo.

 

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