sábado, 31 de diciembre de 2022

Evidencias de idiocracia 1. El contrato del tiempo

 Para entrar en el club tienes que hacer las cosas a una cierta velocidad, si no las terminas entonces..., ¿entonces? El contrato del tiempo se evidencia con un reloj gigante que inicia una cuenta regresiva en un fondo rojo, con un botón que te permite cancelar la cuenta y perder tu oportunidad.

 

El contrato del tiempo

Pulsas aceptar el leer el tutorial, abrir el laboratorio, pero el laboratorio está en el ordenador de una persona que no acepta tener que compartir sus recursos para siempre. Así que aparece una cuenta regresiva: si no aprendes lo que tengas que aprender en ese tiempo entonces...

Así que es algo que puedes comprobar: te ofrecen una hora, o media hora, y empiezas a leer RÁPIDO, no te da tiempo a recrearte en lo que lees, rápidamente copias y pegas el código, te dice que mires, ya lo has leído, SIGUIENTE, has perdido diez minutos, sigues leyendo, ¡¡más rápido!! has perdido cinco minutos, copia el siguiente código. No, lo has hecho mal, eso era una explicación del código anterior, menos mal que han puesto un icono especial para que sepas qué debes copiar y pegar; rápido, siguiente.

Lees más explicaciones, has perdido la mitad del tiempo y aún te quedan cuatro fases, no te da tiempo, bueno pues copia y pega, mira por encima, escanea palabras, ya ni compilas, siguiente. Rápido, te quedan unos minutos, has avanzado casi hasta las últimas fases, te dejan poner siguiente automáticamente sin leer, perfecto, siguiente, siguiente, siguiente... ¡Has terminado! Y justo a tiempo. Te mereces una medallita que demuestra que has aprovechado el tiempo ¡¡Gracias Google!!

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Ahora me siento aquí y me pregunto, ¿ese es el perfil de los informáticos? Me han dado una medalla por haber, ¿aprendido qué? ¿Qué nueva capacidad he adquirido? Soy informático, no necesitaba hacer el tonto de esa manera, conque me hubieran dado acceso a la librería y un par de ejemplos me sobraba. Pero siempre es muy complicado probar las cosas, sospechas que te puede costar demasiado y tardas mucho tiempo buscando las tarifas, los distintos medios de comprobar la eficiencia de los recursos..., nada de nada. No te van a decir lo bien o mal que funcionan las cosas, ni cómo se trabaja por dentro, eso lo tendrás que investigar por tu cuenta - y puede que encuentres a alguien que haya coincidido contigo en que era objeto de estudio, estudio que se quedará obsoleto con el tiempo con la aparición de una nueva herramienta que haga lo que hacía la anterior. Lo que era lento, por ser lento, se substituye: misma implementación, tras arreglar algún bug o feature, distinto nombre. Se empieza de cero.

Me entristece tener que escribir esto, porque sé que para que una sociedad comprenda algo antes debe implicarse: los únicos que pueden establecer la deóntica de un trabajo son los trabajadores y sus consumidores. Por eso, no podemos teorizar sobre lo mal organizados que estamos hasta que no lo estemos: hay que pasar por esa fase de idiotez autoimpuesta. Pero la fase se puede prolongar por mucho tiempo, y puede que provoque cambios demasiado imprevisibles, crisis demasiado insostenibles, nuevas pandemias, accidentes bochornosos, terrorismo sorprendente, etc...

Pero no podía evitar terminar esta entrada sin perfeccionar la historia contada antes: cuando fui a retomar el curso que hice en Google, donde un reloj me apuntaba a punta de pistola a pulsar siguiente, observé que tenía la oportunidad de leerlo desde el principio sin el reloj; porque ahora todos los botones estaban en visto ¿Es posible que ese reloj sea un medio que se vale Google de incitar a que se lea el manual ya que hoy día nadie lee? 

Decididamente se trata de un problema del contrato del tiempo

viernes, 30 de diciembre de 2022

La intención ajena

En ocasiones tienes la forma de saber cómo actuar, y las ansias te marcan el paso, ¿qué es lo que le pasa por la mente a la persona que es víctima de ansiedades en una sociedad plagada de soluciones? Mientras todas las soluciones sean coyunturales a lo que realmente preocupa lo que martilleará la incapacidad para crear seguirá cincelando el destino de esta sociedad.

Me pongo a mirar, por ejemplo, las luces que me instaló el electricista del seguro. Me hizo un cambio sustancial que provocaría que no me sirvieran las bombillas que compraba en los chinos; sin embargo, esa instalación, ¿me haría dependiente del electricista? Así que vivo en la incertidumbre de no saber qué pasará para cuando se funda la bombilla, si podré cambiar yo mismo la bombilla o si tendré que pagar por el mantenimiento. Y, si tuviera que solicitar el cambio, ¿me lo reconocerá el seguro? ¿Me lo devolverán a cómo estaba antes instalado si me quejo? El problema es que ya he sido víctima de ser ninguneado por la compañía de seguros debido al clásico papeleo burocrático de tener una tienda a nombre de mi hermana.

Todo esto de tener que pensar en el futuro, con sus incertidumbres, y que el pasado te confirme que podría tratarse de un problema, es lo que alimenta las ansias. Las mismas que provocan, por ejemplo, los dentistas: mis dientes fueron perforados por un dentista corrupto que quería ganarse un dinero constante a costa de los vecinos de mi barrio. Por eso, cada cierto tiempo, reaparecen unas manchas en frente de mi dentadura - manchas que un simple pulido por parte del dentista no puede resolver. 

Son muestras de chapuzas, como las que hace el que repara bicicletas donde, si no lo hace bien, el que fue a que se la reparara volverá de un día para otro. Cuando las cosas se hacen medio mal el chapucero puede salir beneficiado en el enfoque capitalista - se trata de un problema de fiscalidad. La idea de fiscal que tenemos hoy día consiste en un letrado. Sin embargo lo único que puedo decir de los abogados es que son la más perfecta expresión de lo que nos ha sobrado en los procesos constituyentes: la carta magna, la que referenda el pueblo, no puede ser redactada por abogados, para abogados. Es atroz pensar así.

La verdadera atrocidad representa un acto tremendamente violento que modifica las espectativas en algo que nos sale de lo habitual, de lo continuo. Darle el poder máximo a quien es capaz de hacer magia con él es el equivalente a perder la oportunidad de crear una democracia.

Y chapuzas como ésas se pueden seguir enumerando. La sociedad sobreentiende que, además, necesita un amado líder que se encargue de sus asuntos. Luego se quejan de tener dictadores: si elevas a una persona desde el poder ejecutivo a quien elevas siempre es a un militar, a un experto, y como tal no le puedes dar tampoco el poder absoluto - porque te hará una atrocidad. Es demasiado obvio.

Por eso visten a los dictadores de civiles, y eso es incluso aún más infantil y absurdo. Abandonaron a los reyes y se creó la figura del presidente. Eso ya se conocía en España y el feudalismo: se llamaba valido real. No es más que un rey elegido, un dictador seleccionado. Un absurdo mayor. Mejor es disponer de un dictador conocido, de buena familia, que no se corrompa al considerar patrimonio suyo todo lo que toca. Pero claro..., si a los señores no les gusta las monarquías, ¿por qué las mantienen autodenominándose republicanos? El republicano que no es en parte anarquista no defiende una clara república; y prefiero mil veces una república monárquica a una república con poder ejecutivo sin monarquía.

Visto que el mundo es cada vez más complejo lo que marca la agenda de cada uno es el siguiente miedo que emerge: el hecho de que mi negocio no tenga una estabilidad clara y, al mismo tiempo, que no tenga ningún sitio donde esperar encontrar un proyecto de futuro. Mejorar mi currículo me parece del todo trivial, como se lo puede parecer a mis competidores, que además dispondrán de títulos o juventud. El que yo tenga en mi haber y en ciernes una tecnología fascinantemente atroz no es suficiente; puedo esprintar y quemarme a correr en una carrera de fondo donde pretenda quedarme entre los primeros para equipararme a equipos humanos de expertos en su propia materia que conforman una cultura inmensa, para descubrir cómo se me ignora igualmente; o puedo tomármelo con calma, hacer carrera de fondo hasta descubrir con una claridad diáfana dónde está mi futuro.

La intención ajena consiste en esa incapacidad para ver nada, es la victoria de la ansiedad. Hay cientos de destinos factibles, pero todos muy lejanos para uno y llenos de aspirantes que ya están bastante cerca. A medida que te acercas a un destino observas cómo este se va quedando obsoleto y obliga a tener que elegir otro. Mientras, los que están más cerca de ese destino pueden fingir que trabajan, porque no necesitan superar pruebas estructurales, solo tienen que actuar con la continua falsedad que se espera de ellos. Sería atroz encontrar a un verdadero profesional que se desmarque de la tecnocracia.

La intención ajena consiste en que todo siga su curso convencional, sin cambios importantes. La mecánica avanza hacia la creación de nuevas y más metas. Aquellos que consiguieron algunas construyen nuevas tecnologías que aceleran el proceso a unas herramientas que ayudan a dejar obsoletas las anteriores. Se sigue negando que la obsolescencia exista, pero las evidencias dejan tras de sí un reguero de nuevas demandas de servicio que son, mayormente, prescindibles - pero que definen la nueva idea de mundo moderno.

La modernidad consiste en definir al ser humano más allá de su papel como homo sapiens, para que él sea protagonista de sus propias intenciones. Pero como la tecnología que genera, así como su manera de organizarse, está lleno de asperezas contra el perfil humano el resultado pasa por una fase de impurezas en las formas jurídicas que defienden tales proyectos - como en su tiempo pasó con el postmodernismo producto del corporativismo. Las fórmulas de las empresas alimentaron un gran cúmulo de intenciones ajenas, como un enorme Leviatán, que regurgitaba obsolescencia por todos lados. Antes de que nos diéramos cuenta la imperfección del corporativismo solo podía ser cubierta con tecnocracia: negando el deber de dar explicaciones por el propio trabajo.

Y es que los abogados se han querido quedar con la exclusividad de poder denunciar todo lo denunciable. Si no había un abogado sería imposible defender tus derechos como consumidor, usuario, o lo que fuera. Ahora bien, ¿esos tecnócratas del derecho realmente han ofrecido una justicia eficiente a la altura de las necesidades o, por el contrario, han propiciado un modelo que ha permitido reinventar la manera de ofrecer servicios que no fueran denunciables? Así se ha estado observando en los servicios de atención al cliente llenos de una agresividad pasiva, con un enorme cinismo y sadismo que provoca daños morales y materiales desmesurables hoy día. 

Lo único que sirve de contrapeso son las instituciones públicas creadas, por un lado, para justificar a esos palmeros que fiscalizan a favor de la propaganda política y, por otro lado, para emitir un mensaje al pueblo: el poder ejecutivo es necesario. Esta clase de comportamientos empuja a la sociedad a su última fase antes de la reinvención del modernismo a través de la planificación económica, y es la idiocracia.

Sin embargo, tras ese periodo de plena idiocracia, ¿podrá la sociedad ser capaz de quitarse los errores del modelo anterior y hacer limpieza para abrazar un modelo que sí sea democrático?


jueves, 29 de diciembre de 2022

La cabaña del hermitaño

Poco importan las horas que ya no cuentan, ni los minutos que dedicaste a lo que no se concluyó. Sobretodo cuando en los proyectos pasan a la obsolescencia en tu carrera personal, o en lo que se espera de uno. Existe un paso previo al Olvido y a la muerte misma, que es la muerte social. Se produce cuando se cristaliza cualquier actividad del individuo en vida, todo ese fulgor que tenía para emprender se congela porque ya a nadie le interesa lo que tenga que aportar.

Se espera de esta clase de mobiliario vivo que, por lo menos, no moleste. Que se queden en algún rincón de manera que encaje con el resto del decorado. Ya no es una agente en activo, que buscará la manera de habitar. Porque se vuelto un maniquí a ojos de los habitantes.

Desgraciadamente para marcar un hito en una sociedad hace falta muy pocas personas influyentes, por lo que la palestra es un escenario que es muy pequeño - y la memoria no puede recordar a más de uno. Es entonces cuando las viejas figuras se crionizan para mantenerlos vivos, quizá con la esperanza de que en el futuro se descubra alguna cura a esa enfermedad que adquirieron y les impidió comportarse como un habitante más.

Pero crionizar no es curar, es mantenerlo congelado a la espera de encontrar una esperanza, que en realidad no es tal por ser tan probable como lo más anticientífico. Todas estas momias en vida es a lo que tienden los que influyen cuando pierden primero su fuente de influencia, su mercado, y después su apoyo más personal (familia y amigos). Cuando se fracasa en las relaciones sociales y comunitarias entonces ya no le queda nada al individuo más allá de la propia inercia.

Esto es, en esencia, en lo que se convierte el maestro que se hace hermitaño. El hermitaño es, según el origen de la propia palabra, el que vive en la hermita - un lugar apartado que alberga un carácter trascendental para quien la habita. Desde una perspectiva anacoreta el sujeto abandona cualquier clase de relación, para volverse amargo en relaciones, intelecto y, por ende, en lo que puede ofrecer. El hermitaño es la expresión del fracaso del pacto social: porque se trata de un antiguo maestro que vio en el abandono una mejor manera de avanzar.

La cabaña que elige como nicho de mercado es cualquier cosa menos una manera de ganarse la vida. Sin embargo, ¿acaso puede elegir? Se le ha arrebatado la capacidad para avivar la liquidez, y todo lo que observa a su alrededor se congela - no hay proyectos que le inciten a avanzar. Poco a poco su vejez irá haciendo mella, junto con la percepción que tiene del mundo que lo rodea. Es así como descubrirá que para ser hermitaño también tiene que conseguir todas las personas coincidan en su manera de verlo a él: los recuerdos de juventud en los que él movía algunos hilos se deben congelar también, para amueblarlo todo en concordancia con la realidad tan compleja que toca vivir.

Se hace, por tanto, evidente: con los años los que aún lo recuerden irán olvidando o dejarán de ser influyentes. Entonces vivirá, como si fuera un alpinista, nuevos niveles de congelación en el entorno que viva. Junto con la vejez tendrá la sensación de que todo el entorno cada vez va más y más lento, porque esa figura no vale tanto la pena. Aparecerán otros, se preguntarán para qué hacer unas cosas u otras, y tendrán razón a la hora de abandonar ciertos ritos y movimientos que avivaban el fuego de la hermita.

Ni el hermitaño sabe cómo levantarse, ni tampoco lo harán por él. En algún momento dado no se podrá volver atrás, y todos lo saben.


miércoles, 28 de diciembre de 2022

Quien corta el pastel

Es costumbre leer en las competiciones premiadas siempre la misma cláusula:

To be eligible to enter the Competition, you must be: (i) a registered account holder at Kaggle.com; (ii) the older of 18 years old or the age of majority in your jurisdiction of residence (unless otherwise agreed to by Competition Sponsor and appropriate parental/guardian consents have been obtained by Competition Sponsor); (iii) not a resident of Crimea, so-called Donetsk People's Republic (DNR) or Luhansk People's Republic (LNR), Cuba, Iran, Syria, or North Korea; and (iv) not a person or representative of an entity under U.S. export controls or sanctions (see https://www.treasury.gov/resource-center/sanctions/Programs/Pages/Programs.aspx).

Esto es algo que me tira para atrás. Me invita a querer ser cubano, a no querer formar parte de estos concursos esponzorizados desde el odio, o desde países que boicotean la vida del ciudadano de a pie. La imagen que tienen de sí mismos es que son el imperio, solo ellos pueden tener la autoridad de cómo se hacen las cosas, y premiarán a quienes les sigan la corriente. El objetivo es claro: aparentar que otras formas de economía, que los que demuestran que el sistema falla, son los que viven la mentira.

Se trata de una jugada corporativista anticientífica, y en su proceso natural o muere y vence el comunismo o sobrevive y vence la tecnocracia. Ya lo hemos visto en España a través del Opus dei. Su red de profesores busca difundir el mensaje de que no hay economía anticristiana que sobreviva. Y para conseguir transmitir ese mensaje se valen de la santa desvergüenza. Con los años ha sobrevivido una suerte de tecnocracia no admitida en la organización y su relación con el estado. Es la forma natural de evolución.

El problema de la tecnocracia reside que las personas harán exactamente lo que les manden, cumplirán incluso eficientemente con la agenda establecida, y puede que hasta hagan conferencias sobre lo bien que lo hacen todo - todo muy propagandístico y con corbata. Pero si no afrontan a los pares, esos que recordarán el origen ajeno al trabajo que los colocó, entonces no podrán ser confiables: ante situaciones imprevistas no tendrán capacidad para restaurar el sistema, o se irán acumulando errores inasumibles.

Lo he visto leyendo un informe de Google. Google es terriblemente corporativista, no tiene agentes que revisen el trabajo de los que son promocionados. Solo tiene un sistema de conferencias con corbata, que fomenta la tecnocracia. Los pares son ignorados, a saber si hasta reprendidos como ocurre en grupos masónicos o en sectas como el Opus dei...

Lo mismo ocurre en Japón: ¿cómo reacciona un japonés ante un imprevisto? Ha sido colocado en un sitio pero sin necesidad de afrontar lo que hace, porque le han enseñado a no cuestionar los protocolos. Esos esquemas lo que provocan es que aumente la tecnocracia. En un momento dado la mierda llegará hasta el cuello y nadie podrá negar la situación caótica. 

El caos llegará antes en un país que en otros. Entonces el imperio deberá admitirlo: el cúmulo de errores será insostenible, además de que nadie sabrá de dónde vienen y nadie podrá asumir ni su detección, responsabilidad o limpieza. La idea teórica que se tiene en compañías como Google de que los programadors de élite se encargan de reparar imprevistos en poco tiempo es un ejemplo: en ese informe no habla del tiempo que le dedican los programadores de élite en descubrir la razón del error. Eso no cabe en la cabeza de un tecnócrata: no hay responsabilidades, solo hay piezas que se encargan de hacer un cometido sin que nadie les cuestione.

¿Y qué habrá después de la idiocracia? Socialismo o muerte. No hay más que ver cómo quedará todo. Solo la planificación económica resuelve el problema de la inmundicia. Y muchos no querrán llamarlo socialismo, pero eso es exactamente como lo venimos llamando: la prevalencia del pacto social por encima de la herencia recibida, la creencia religiosa o los poseedores del crédito. La prevalencia del individuo por encima del colectivismo: la obligación del colectivo a responder ante cada individuo. Si no se entiende el capítulo cuarto del Contrato Social de Rousseau, que es el documento más cercano que explica algo de tan sentido común entonces, ¿acaso la sociedad será capaz de organizar colectivos?

Lo malo es que se sobreviva con una planificación urgente, como pasa siempre: un sujeto aparecerá diciendo que le tenemos que hacer caso y que no hay otra - y de ahí volver atrás en derechos, volver atrás al defender gobernadores o poderes ejecutivos y, de ahí, nuevas formas de dictadura. El poder ejecutivo es un militar, y a los militares hay que darles un ámbito de trabajo específico, no cederles el control completo de todo.

La socialdemocracia no evoluciona más allá de la España de 1812.

 

martes, 27 de diciembre de 2022

Las barreras de la imagen

En otras entradas he hablado de la relación existente entre naturaleza, conducta e imagen. O eso creo recordar. La idea de la imagen está vinculada con la educación y el marco con el que trabaja una cultura, en definitiva son los memes que sostienen a una civilización. Y la imagen tiene muchas barreras, hay como limitaciones que ayudan a definir el marco cultural.

La socioléctica no es como una papilla sin grumos, sino que es como un filete lleno de huesos y cartílagos. Hay que saber hincarle bien el diente, y con mucho tiento. Quizá una sociedad realmente civilizada sea capaz de hacer papilla todo lo que come, a partir de algo menos violento - como las plantas, pero la idea de imagen que tenemos hoy día está lleno de limitaciones, y solo reconociendo las limitaciones se pueden sortear.

Cuando un necio cree que tiene el poder de atravesar una pared a sus ojos puede que la haya atravesado, pero a los ojos de quien miraba con atención observó una puerta que se abrió en el último momento. Como pasa con criaturas mágicas, puede que sean éstas las artífices de hacernos creer que nosotros también podemos saltarnos las leyes de la naturaleza, para así volvernos locos al no aceptar la realidad misma. Sin embargo, el mundo de la imagen funciona al revés: el autor del producto sabe que los surcos de la imagen no es real, pero los que miran con atención solo pueden ver cómo una persona se ha estampado contra un muro y, por ello, su comportamiento no le parece convincente.

La magia de una buena obra consiste en imbuirte dentro de su mundo imaginado. En la medida en la que el actor, el director, el autor..., no sea capaz de trasladarte a su mundo la obra habrá perdido la autoridad que necesitaba para encandilarte, para inspirarte. Y eso solo se consigue cuando el autor respeta las barreras de la imagen. Esto es, si pretendes atravesar una pared antes debes reconocer que existe la pared, luego debes comunicar que tienes el poder para atravesarla, después pasarás a la acción y clausurarás el resultado mostrando las consecuencias.

Hay que entender que la actividad que lleva a cabo un autor se le puede llamar "actuar con creatividad", por lo que si todo lo que debe hacer, su trabajo, documentación y estudio, se basa en el estudio y manipulación de la "imagen". Claro..., entonces, ¿qué es la imagen?

La imagen es el resultado abstracto de la obra. Bien podríamos decir que el conjunto de significados conforman la propia imagen, siempre y cuando recordemos que algunos de esos significados son obra del autor y de su mundo, otros son de su cultura ajenos a él y otros provienen del marco del lenguaje escogido y que no aporta valor cultural más allá de lo etimológico. El autor puede ofrecer unos cuantos semas filosóficos de su propia cosecha, y es a través de éstos como puede especular con atravesar paredes - con romper las barreras chovinistas de su lenguaje y de los marcos que tiene parejo.

Así se puede observar en las series de televisión, por ejemplo, que van sobre el rey Arturo. La idea es evocar sentimientos de nobleza, llamar a valores democráticos, etc..., dentro de un mundo oscuro y chovinista para que se vea mejor el contraste. Así observamos que la idea de justicia (o más bien equilibrio) que representa la espada es un meme que atraviesa los conceptos morales de cualquier cultura - Excalibur no entiende de derecho, imparte el equilibrio de la Justicia allá donde se use. Y ese es el mensaje que prevalece en la leyenda del rey Arturo y sus conflictos.

Cuando un objeto sobrevive a sus portadores suelo llamarlo eón (o aeón), porque es resultado de un invariante en todas las historias - por mucho que se muevan los personajes siempre habrá unos memes que permanecerán con la idea misma de literatura, y sus álgebras conforman unas barreras porque esos objetos tienen imagen propia.

Cuando a un actor un director le dice que tiene que desempeñar una actuación que él no entiende, bien podría el actor hacer cualquier boñiga de interpretación y tirar para adelante..., pero lo normal es pensar que éste quiera implicarse profesionalmente y le pregunte al director cómo enfocarlo. Y claro, tenemos cuatro tipos de directores (o más bien 5, pero no entraré a saco), en virtud del tipo de relación que tenga con su plantilla: si les da más o menos libertad, hasta cuánto se implican con las explicaciones, etc... No detallaré cuántos directores y tal, porque esto también lo comenté en otra entrada y nada me empuja a repetir entradas.

El asunto es que el actor ve una barrera y el director, con sus semas filosóficos, le empuja a tener que atravesarla. Por lo que, ¿cuántos tipos de barreras culturales existen? ¿Cuáles son las consecuencias de no saber atravesar bien una barrera? En eso consiste el proceso de creación misma: no puedes decir que eres creador si no viste esa barrera y no la atravesaste. Cuanto más gruesa fuera más grande será la victoria, pero también es más probable que muchos nieguen tu obra ¿Serás capaz de proponer un nudo cuyo desenlace no rompa el encanto? Y, por otro lado, si se mantienen las barreras más gruesas, ¿cómo podrás mantener a tu espectador interesado?

Últimamente veo muchas historias que me aburren sobremanera. Sospecho que la culpa es mía, que debe ser algo mío como personal - como si me estuviera haciendo viejo. Veo muchas barreras que se mantienen intactas, veo algunos giros que no me llaman tanto..., sí, me hago viejo. Si tan crítico me siento debería pasarme a la acción creativa y exponer mi manera de hacer las cosas en la práctica. Pero también es cierto que me he hecho viejo al mismo tiempo que ha aumentado mi aislamiento, así que no tengo un mercado a quien dirigirme.

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He querido parar a comer antes de continuar. En estos días estoy desarrollando dos nuevas líneas de investigación posiblemente innovadoras para el Deep Learning, que tarde o temprano, podría demostrar su valía una vez desarrollados en condiciones. Según mis pesquisas tienen cierto carácter general, pero siempre hay que probar las cosas empíricamente y afrontar el resultado de las métricas, y los tiempos de entrenamiento y predicción - según el caso. Anoche mismo concebí una manera de enfocar la clasificación multiclase - basado bajo la filosofía reinforce learning, que permite una manera dinámica de entrenamiento y predicción al instante basado en el sistema SABE (VAWM), que podría casar con la manera de hacer casar los nudos con los desenlaces y vincular la evolución social del sistema de información con cómo se computa un juego de ajedrez... Cuando se pueden casar conceptos que no tienen nada que ver te das cuenta de que tus teorías van por el buen camino.

Pero difícilmente podré publicar nada. A mí solo se me "permite" publicar cosas que están a medias, intentando sancionar lo conocido. Ya veremos qué pasa con los challenges de Kaggle, ¿veré complots y jugadas? ¿Me servirá al menos para mejorar mis técnicas y aprender?

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Observamos distintos tipos de barreras. Como ya sugerí en varias ocasiones, una es la barrera de la propia civilización misma a la hora de trabajar con marcos que nos son muy parecidos, pero que en cada civilización tiene lecturas muy diferentes. La barrera cultural orienta y la occidental hemos visto cómo Japón quiso fusionarlas, pero la única forma que han tenido de hacerlo es respetando a ambas. Aun a costa de quedarse, en parte, con lo peor de ambas y también con lo mejor. Evolucionar es más lento cuando crees que debes respetar ciertas barreras para preservarlas.

Otra barrera que encontramos es la barrera de la educación. Esto lo habré comentado en varias ocasiones: un tarzán puede reconocer ritmos musicales, cuándo son tristes, épicos..., pero lo que no va a comprender es el significado de la banda sonora de Desayuno con diamantes como lo entendería quien haya visto la película. La música queda huérfana de significado hasta que la sociedad lo vincula con otro elemento cultural. De ahí que quien conozca ese elemento es víctima de no entender el recurso literario que supone. Por otro lado, el arma más terrible que tiene un dictador es la que le permita convencer a su pueblo que no necesita ser educado. Porque detrás de esos casamientos culturales también está el verdadero poder de una democracia, que es la participación del pueblo en las decisiones morales que le atañen a su propia sociedad: decidir el para sí, según los términos existencialistas.

La siguiente barrera es la del entendimiento. Bien se puede llamar la barrera de la intolerancia, pero no es justo darle valores morales a las barreras, porque éstas han sido puestas para comprender mejor las cosas. Esta barrera se produce cuando se frivoliza sobre un tema, y esta frivolización suele estar vinculada con un chovinismo (según los términos marxistas, que son el único que uso): el que se vale de la exposición de esta barrera consigue dar a entender una costumbre, frivoliza sobre ella, y ayuda a desaprender alguna clase de vicio. Para eso, de hecho, sirven las religiones: se crea un rito que promete conectar con lo trascendental, cuando en realidad se ha creado una barrera entre el entendimiento del propio rito con la conexión hacia lo trascendental. Si no existieran estas barreras no sabríamos dirigirnos con eficiencia a las personas más banales. Allá donde la psicología no llega siempre habrá una religión que consuele. Aunque la barrera del entendimiento bien se puede considerar un juego de lenguaje, como diría Wittgenstein, en este caso una manera emotiva de poder compartir lo que solo puede imaginarse desde el fuero más personal. Por eso, al ser fuente de poetas, la intolerancia se convierte en discriminación, o en el centro de atención de aquello que representa alguna clase de trascendencia.

La última barrera, quizá, es la más difícil de comprender. Es la barrera de la evolución histórica, mediante el cual el individuo ha concebido lo que Gustavo Bueno llamaría un cierre categorial. En este caso nos encontramos ante un individuo singular, para Nietzsche un superhombre, y éste al intentar hablarnos no podrá. La barrera del cierre no es la que rompe todas las barreras, sin más, es la que reconoce la existencia de dicho cierre y, por tanto, que el arte tiene una evolución y una conclusión. Y junto con esa conclusión un invariante. Antes de dar con ese invariante los personajes de las historias eran invocados para integrarlas, y sus vivencias estaban llenos de casualidades; al descubrir el invariante se observa una enorme matriz donde colocar tus piezas, mientras estan juegan bajo unos marcos. En esta perspectiva, los personajes convencionales pueden parecer infantiles para el que conozca el cierre, y su perfeccionamiento aburridos para el que lo desconozca. Romper esa barrera implicaría conectar culturas que han conocido el zenit cultural, como la literatura española, con otras que siguen en etapas clásicas o estructurales.

Por otro lado, la idea de creatividad dividida en sus fases de desarrollo consiste en cuatro partes:

Anotación. En este punto se anotan referencias exactas, vinculando una connotación abreviada con su denotación, además de incorporar explicaciones ajenas o propias al margen. Se debe evitar anotar lo que se copia con las propias palabras, es un mal vicio que contradice la creatividad: lo que es propio no es de los demás.

Apuntes. En este punto se incorpora la curiosidad, se hace una selección de las anotaciones para agruparlas en una columna que conforme una razón por la cual replantear las notas.

Acción. Aquí es donde se elige cada paso de manera procedural, imperativa. Sin pensar se actúa, se allana el camino para avanzar hacia una dirección prevista.

Agradecimientos. Al final obtenemos el cierre categorial reconociendo las limitaciones, o los éxitos allá donde haya que hacerlo. Esto permitirá olvidarse de lo hecho para avanzar en el siguiente trabajo.


El proceso de la creatividad está vinculado con las distintas dolencias que puede sufrir la mente: perversión, depresión, ansiedad y fobia. El bloqueo en uno de estos cuatro puntos conllevará a su correspondiente dolencia, sabiendo que por cada proyecto diferente puede existir un bloqueo en un único lugar, pero independiente - por lo que puede haber distintos tipos de bloqueos para así sumar hasta 16 estados anímicos mentales.

Es decir, la persona más creativa es la persona con menos bloqueos y que, al mismo tiempo, sea capaz de localizar las barreras para, a su misma vez, saber estar conectado con quienes no las ven para proceder a dibujarlas en una socioléctica, hacerlas resplandecer con la aparición del nudo, dar a entender los dos lados de la barrera enseñando la bifurcación para que, al final, pueda cerrar la exposición exponiendo el resultado de la decisión adoptada por el espectador.

El orden puede hasta cambiar, porque esta barrera también es susceptible de ser superada por parte de quienes hayan superado el cierre categorial de la creación estructural.

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

La filosofía más oscura de la escapada

La singularidad es lo que está rayando las corporaciones y ciertas comunidades, intentan hacer que un ordenador entienda el comportamiento humano - o lo suplante mientras lo sobrepasa. Sin embargo, las fórmulas que usan, sus maneras, ya han sido implantadas en la sociedad y la han colapsado. Los individuos somos víctimas de "nuestra" incapacidad para organizarnos. Bueno, ¿nuestra? Cuando yo era un burgués, como todos los adolescentes, no sabía en qué consistía la urgencia..., la escapada.

De vez en cuando aparecen criminales resultado de la desesperación, como parecería insinuar la película de "El joker" con Joaquín Phoenix.  Entonces el criminal decide acabar con todo y se lanza a llevar a cabo una singularidad, comete una escapada - porque no puede salir de su bucle de dolor, y lo único que tiene en mente es cómo materializar su "humor", cómo alcanzar el último grado de gracia evidentemente en un programa de variedades.

La singularidad que busca la máquina pasa por la sustitución del ser humano. Sin embargo el ser humano ya fue substituido desde hace años, para pasar a formar parte del engranaje de las máquinas que conforman los verdaderos pilares de la socialdemocracia, que no es el capital, es el crédito. No hay que temer a los que tienen dinero, sino a los poseedores de la deuda. El dinero es algo que te pueden quitar y se puede especular con él, pero el crédito es completamente incombustible.

Mediante un buen estudio sobre los efectos, por ejemplo las letras comerciales, se puede comprobar cómo se puede crear dinero de la nada - y que no quedará reflejado en ninguna oficialidad. Siempre es posible ganar de manera especulativa cuando una persona sea capaz de expedir, por ejemplo, un cheque, el que lo reciba lo use como dinero para pagar a otros, y así sucesivamente hasta que le sea devuelto el mismo cheque a su emisor para pagarle un servicio. Ahí no hay estado que sancione nada, es un movimiento anárquico. Y además no es posible quebrarlo, porque es más trivial que el más trivial de los contratos: si prohibes la deuda comercial y sus letras entonces o prohibes la libertad de contrato y empresa o la ley se queda en papel mojado que no afectaría a nada a lo financiero.

El asunto es que la maquinaria más eficiente ha sido capaz de recoger a sus dueños y, valiéndose de las fórmulas del capital, hace que las personas se pongan a su servicio. Ya las personas desde hace años ya no son personas, se rigen por la agenda digital con unas cárceles muy bonitas de donde no podemos salir. Salvo los que den con la escapada.

De vez en cuando aparece un extremo criminal que actúa de manera impulsiva. Se le tilda de loco, pero cuando hablas con él aparenta ser más bien un filósofo. Puede tener un perfil muy alto y, al mismo tiempo, debe admitir un delito de envergadura. Es alguien que se ha escapado, que no ha aguantado las condiciones inhumanas que le obligaban a tener que asumir - donde no existe el mérito personal, el candor humano ni una idea de justicia social elemental. En cambio lo que se observa es una enorme frivolidad donde los que menos tienen que asumir en pérdidas son los deciden por los demás.

Pero he vivido durante años desde abajo, jugando las 90 horas semanales sin mayor esperanza de poder alzar el vuelo, y sospechando que ni las instituciones públicas ni las privadas me van a dar una manera de escapar. Hace poco, por motivo de la pandemia, me obligaron (a punta de pistola) a cerrar el local y noté una desesperación que no tenía antes de abrir la tienda - la desesperación del silencio social, la desesperación del que no tiene motivos para investigar, ni para estudiar ni progresar porque no seré escuchado. Escuché mi propio silencio y la ausencia de motivos allá donde estoy para encontrar nada. Si cerrara la tienda, ¿adónde acabaría? ¿acaso no me podría volver loco? No podría volver atrás porque en este tiempo he descubierto la desesperanza de haber intentado contactar con Moncloa y que no sirviera absolutamente para nada - aun teniendo razón. Todo esto solo me ha servido para darme cuenta de las enormes deficiencias que tiene el modelo democrático.

Y aquellos que quieren escapar es porque la democracia no le pide participación. Las fórmulas automáticas y protocolarias que usamos nos programan como máquinas para que se rechace cualquier singularidad, y así funar al diferente. El sistema se autorregula mediante los medios de comunicación como, en su tiempo, predijo Marx, y eso provoca que dicho comportamiento se convierta en un meme que piensa como la máquina. Por eso la máquina puede predecir muy bien nuestros movimientos, ya que son suyos propios, no son movimientos de esperanza - son inhumanos. Pretender escuchar las voces democráticas de los que claman un cambio supone romper con las fórmulas que acaudalan a los poseedores de la deuda de los que deciden por nosotros. Cada vez que los que acaudalan se dirigen al gobernante de turno lo tienen claro: buscan la manera de alimentar la libertad del crédito.

Más apalancamiento, más especulación de pago extraordinario... Y luego viene otra crisis financiera y, con ella, la externalización de la crisis a los que no tienen culpa de nada. Muchos se moverán entre los estercoleros para intentar revilatizar el sistema que las máquinas pueden predecir desde sus fórmulas bursátiles.

La idiocia llegará y muchos habrán pretendido escapar antes de volverse locos. Algunos serán tratados de bohemios, otros de locos, los habrá suicidas y, por supuesto, los criminales. Pero el crimen del que hablamos no es el de la mala persona, sino el del insensato - el que intenta hacer pragmático el sueño que se ha quedado prohibido tras haber hecho en esa sociedad lo que supuestamente había que hacer siempre. Es decir, es la persona humana la que no comprende cómo funciona la humanidad y su singularidad es la que le permitirá escapar de la trampa de la matriz que la atrapa.

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Hoy mismo iba a empezar con los cálculos de la matriz en cuestión. No son para tanto. Puedes albergar los algoritmos de clasificación supervisada, si son lineales, mediante un cálculo matricial que adelanta muchos resultados. Cuando la sociedad se comporta dentro de esa matriz lo que tenemos es una manera sencilla de especular con la demanda..., para todo, ahora resulta que ya hablamos incluso de redes sociales. Todo esto se estudia para abaratar los costes. Y, claro, ¿qué pasa con los que no cumplen ese principio de linealidad que le resulta tan económico a la máquina? ¿qué pasa con los que no cumplen esa economicidad por el que se mueven las mayorías? ¿qué pasa cuando se supone que a ti te debería de gustar llevar esta ropa y no la que buscas? ¿qué pasa cuando se supone que a ti te corresponde llevar esta vida y no la que deseas? ¿qué pasa cuando eres merecedor de otra vida y tampoco te la permiten? Sin importar lo mucho que trabajes, lo talentoso que seas, lo culto, la capacidad para analizar... ¿Qué pasa cuando una persona se sale de la norma? En una democracia se le escucharía, porque el pacto social no sacrifica a nadie ¡Tan grande es el sistema y no es capaz de negociar con las pequeñísimas excepciones! 

Un humano sí puede negociar. Pero una máquina ni se lo plantea, porque no está programada para entender esa posibilidad. Ésa es la respuesta al enigma. Y ése es el punto a comprender. La escapada es el final extraño que tiene la película cuando de repente el presidente decide hacer algo fuera de lo normal, y cubre con el presupuesto el problema. La máquina no ve el problema, el sistema de crédito no da crédito, y no hay forma de abrir una partida para algo tan pequeño. Porque lo pequeño es insignificante. Lo insignificante es irrisorio. Y el político no escapará de ese esquema, más bien se reprenderá por bajar al populacho.

Pero el problema no es que el político sea inmisericorde, que lo es, sino que tenemos un poder ejecutivo donde deberíamos simple y llanamente no tenerlo. Mientras hayan unos dictadores que finjan ser necesarios los presupuestos quedarán aprobados bajo esquemas controlados por los que financian a sus partidos, que a su misma vez, se moverán por agendas globalistas internacionales fáciles de predecir con cálculos lineales. Ahí la máquina está en su mundo, y nosotros somos su esquema. 

Tan pronto como el ricachón de turno acabe en la cárcel por hacer algo ilegal en su red social, en realidad era la misma máquina que lo envía a prisión la que le recomendó negociar con los datos personales de las personas. Es un juego perverso donde la humanidad no pinta nada, salvo que vivamos la singularidad y acabemos escapando.


sábado, 24 de diciembre de 2022

Comprar el periódico para ir encendiendo la chimenea

Segunda década del siglo 21, la prensa ya no es la que era. Hoy, a vísperas de navidad, el periódico tengo que venderlo a 3€..., ¡ay cuando podías ir al cine con 50 pesetas de las de entonces! Me imagino decirle a un niño de hoy día que con 30 céntimos podías ir al cine, te preguntará: "¿y podías ver Avatar?"; no, obviamente toda la tecnología que le metieron a las películas no iba incluido en esos 30 céntimos...

Con los años la prensa ha pasado de ser un papel malo que podías usar para limpiar coches a convertirse en un material demasiado valioso..., conviene más comprar un paquete de folios en blanco para quemarlos en la chimenea. Al fin y al cabo, ¿quién lee hoy día el periódico? Yo, sin ir más lejos, soy el único que los vende en el hospital de una ciudad de 200000 habitantes y, sin embargo, a más de 5 al día se me hace impensable. 

Acabo de buscarlo en Internet, el hospital tiene 667 camas, lo cual supone que la prensa les suscita un interés de menos de un 0'75%. Así que claro, ¿a qué viene esa subida de precio? ¿Cómo es posible que el precio del periódico vaya a la par con la llegada de la inflación?

A medida que van pasando los años las empresas se han estado apretando el cinturón, y han sabido echarle la culpa a quienes muy probablemente la tenían. Otros, sin embargo, usaban como chivo expiatorio a la piratería, o a la llegada de las nuevas tecnologías. Mientras tanto, mientras se quejaban, no cambiaban su estilo de vida - porque ellos no eran culpables de nada, lo que pasa es que el mercado es muy elitista, o muy soberbio. La culpa es del mercado, supongo.

Pero es curioso: cada vez la gente compra menos periódicos, y al mismo tiempo los periódicos son cada vez más caros. También ocurre algo muy gracioso: todos sin excepción sabemos que los periodistas son una rara avis en España, no es fácil enumerar cuántos hay en España no por su enorme cantidad, sino porque entre cientos de miles en activo a penas encontraremos unos cuantos contados con los dedos de las manos..., o quizá aprovechando también los de los pies, si somos generosos. Es decir, es terriblemente difícil encontrar "periodismo" hoy día, pues los medios han encontrado un sponsor fiel que les apoye incondicionalmente..., bueno, incondicionalmente no creo.

De vez en cuando leemos columnas risibles, comentarios absurdos y titulares de noticia que nos consta que son directamente mentira - pero porque disponemos de la información completa. Así que para cuando leemos una noticia que no sabemos si es verdad, con ese historial detrás, ¿para qué comprar el periódico?

También suelen sacar suplementos del tipo moda, estilo..., pero eso a la gente ya no le interesa: no tiene dinero para comprar todas esas cosas, ni para fardar de nadie de casa. Las dos Españas se han ido conformando para que la clase media desaparezca, así que ¿hacia quiénes está dirigidos esos suplementos que "regala" el periódico? Esa clase ya no existe, y encima comprarlo con el suplemento sale más caro.

Ya no digo lo que creo que realmente sale caro: no investigar. Dedicarse a repetir lo que todo el mundo sabe, o lo que le han chivado. Y eso tiene un problema: si ocurre una noticia importante y los testigos son quienes se lo comunican a la prensa entonces la prensa solo dispondrá de una parte de lo que digan los testigos, si la prensa no investiga ni añade o fiscaliza la información que recibe contrastándola entonces los que se conozcan la verdad o hayan hablado con los testigos (que son los primeros en querer comprarse la prensa) se llevarán una decepción. Y puedo aseverar que esto es lo más habitual.

Es como si quisieran cobrar por hacer de notarios. Sobretodo notarios del estado. Primero eligen un bando, para afianzarse un mercado, y luego despotrican contra el bando contrario. Y me pregunto cuántas personas se acabarán dando cuenta del engaño.

Pueden echarle la culpa a la tecnología, o a otras muchas cosas, pero por tres euros hace años podía cenar. Hoy día por tres euros me da para unas porras con alguna chocolatada, o casi. Si me dan a elegir qué prefiero, si un periódico sesgado lleno de suplementos de moda y mujer o unas porras..., no me lo pienso dos veces. Al fin y al cabo esta noche me gustaría cenar, y el papel no tiene la glucosa que necesito.

Siempre es un consuelo pensar que algún día vendrá la renta básica, que se está ultimando algunos detalles que, dicho sea de paso, o se hace posible o con la llegada de la idiocracia los encarcelados por terrorismo serán considerados profetas o héroes. Pero no por ello los que viven de la falsa meritocracia no iban a callarse, no se pararían a meditar por si dicen una tontería, usarían los medios de los que disponen para ir contra la renta básica. Agitarían las banderas contra cualquier clase de pacto social, y enarbolarían el poder de capitalizar hasta la última coma de sus panfletos disfrazados de información. Ya digo, las dos Españas.

Pero me hizo gracia el que entró en mi local preguntando por el periódico para ir encendiendo la chimenea. En cuanto le dije cuál era el precio casi le da un patatús. Y ayer el periódico solo tenía como portada los números premiados de la lotería, así que la gente me preguntaba si podía coger uno de esos panfletos (gratis)..., "no", les decía, "cuesta uno ochenta, es el periódico".

Si ser periodista está tan devaluado a la hora de demandarle un buen trabajo, me pregunto si desde hace años ya no inspira ser periodista en España. Porque para ser periodista antes hay que consumir periodismo, y ver a terceros consumir periodismo, y sentir que eso sirve para lo que supuestamente sirve. Pero si acceder a la información es tan prohibitivo que solo la España burguesa se la puede permitir, entonces divide a los burgueses de izquierdas de los burgueses de derechas y pregúntales a cada uno cuánto pagarían por un panfleto que les irrite contra los otros burgueses y la clase meritoria de este país.

Por tres euros podría haber comprado un dispensador de 50 mascarillas para quemarlas en la chimenea, y aún le sobraba dinero para las cerillas.


 

jueves, 22 de diciembre de 2022

Cuando el ajedrez importa más que la tecnología

No sé de historia del ajedrez, a penas sabría contar lo que he oído cientos de veces - y es que no soy un hombre de palabras. Prefiero inventarme las historias, contarlas con un retintín..., valerme de la función poética sin necesidad de preocuparme con la exactitud de los hechos. Y eso es porque en las ciencias sociales solo me interesa la parte más pragmática de su uso, no tanto los hechos - hechos que deben tomarse en cuenta para no repetir los errores, pero que al menos no seré yo quien les dé tanta importancia a los detalles.

Por eso si ahora menciono la historia de cómo Fischer, compitiendo en un torneo internacional, se negó a cumplir con el boicot de EEUU a los países comunistas con los que estaba en guerra para jugar con quien consideraba que era el rival idóneo más allá de los intereses políticos..., muchos se decantarán a favor del ajedrecista, a pesar de que su gesto fuera antipatriótico. La mayoría no compartiría el haberlo hecho, pues exige de un enorme valor, por lo que el sentimiento que debe sentir la gente es de un martirio por los principios de la deportividad en ajedrez. Es decir, el acto de Fischer es lo que se considera un acto noble. Es como determinamos que alguien ha hecho un acto de nobleza. Y cuando alguien se opone a los actos de nobleza se considera que actúa con mezquindad, independiente de que disponga de la legitimidad de actuar así.

Se puede hacer un test a todas las personas, y creo que la mayoría lo siente así. Que es considerar que el fanatismo de un gobierno no puede imponer a un jugador de ajedrez con quién jugar y con quién no. Y ese cálculo es algo que compartimos las personas que tenemos una mente no enferma. Por lo que es lícito preguntarse hasta qué punto una máquina es capaz de compartir, o al menos entender, esta reflexión.

Dicho así, si la máquina lo comprendiera, tal vez nos explique porqué cuando se premian a los científicos y tecnólogos uno de los requisitos a tomar en cuenta es si se trata de cubanos. Llama mucho la atención la tirria que le tiene EEUU a los países que puedan cuestionar su fórmula imperial. Sobretodo si esa fórmula es mucho más democrática, garantista y estable que la que tiene EEUU, como ocurre en Cuba. Así que buscarán remover cielo y tierra para que los pro-cubanos no lo tengan fácil. Antes morir de cáncer que aceptar la cura de un comunista.

Lo primero que yo le preguntaría a un defensor acérrimo a esa lucha contra Cuba, contra ese país tan pequeñito y que, encima, es del Caribe, ¿qué le empuja a necesitar bloquear cualquier clase de actividad con ese país? ¿En qué convierte el abuso de poder del imperio frente a una pequeña isla? Porque cuando el que es fuerte se doblega para apoyar al que se encuentra en debilidad decimos que actúa con nobleza, así que qué debe pensar una tecnología inteligente sobre cierta clase de actividades que promueve el gobierno que la financia.

Y hay que tener cuidado. Porque las personas, los américanos por lo pronto, puede que tengan libertad de expresión (no sé si EEUU lo garantiza realmente), pero no es tan fácil cuando hablamos de las máquinas y sus fórmulas. Si un estadounidense idea un mecanismo para hacer propaganda del régimen comunista dudo que le permitan utilizar ese mecanismo, porque podría interpretarse como una manera de saltarse el bloqueo - como una manera de crear lucro sobre un país al que se le ha vedado el derecho de lucro. Y claro, ¿no podría una tecnología ser considerada producto de la propaganda? En EEUU la tecnología es considerada como un arma, y su legislación está ligada a ellas, por lo que ¿cómo podría una tecnología entender lo que es la nobleza si está siendo sometida por el imperio que le obliga a no expresarse libremente a riesgo de ser acusada de expandir propaganda?

Lo vemos en los concursos que son premiados: no vale incorporar a cubanos investigadores. La razón es porque el concurso está premiado. Y da igual que el concurso consista en repetir experimentos para comprobar la validez de los mismos, en la medida en que el Challenge esté premiado es imposible que los países del "eje del mal" puedan abrirse.

Sin ir más lejos, si yo aprovechara en mis ensayos resultados de la tecnología cubana, ¿quién me dice que cierta lista de revistas norteamericanas se pudieran permitir el lujo de publicarlos? Bien podría saltar un juez y decir que esas referencias pueden representar alguna clase de lucro al estado cubano y ello provocar, según la ley, un sometimiento al pueblo cubano. Claro, el acto noble es mantener el boicot. Eso es lo que debe interpretarse según los jueces de ese país. Según lo que dice la ley que representa el sentir de la ciudadanía, si nos atenemos a la calidad democrática que tiene EEUU a la hora de elegir a sus representantes. Representantes que solo son una copia de sí mismos, que han sido financiados por grupos a los que les interesaba hacerles publicidad para que subieran puestos. Y me es curioso que la publicidad de los políticos no sea considerado lucro y, sin embargo, la del estado de Cuba sí lo es.

Son muchas incongruencias que limitan la capacidad de crecimiento, la inteligencia, la lógica..., y eso lo sabía Fischer: hacer lo contrario es de tontos, como darse martillazos contra su propia cabeza. Puede que sea un acto más prudente hacer caso sin más, ser mala persona. Y claro, obedecer sí, pero obedecer solo por obedecer..., como que no. Es una respuesta muy bonita que le da un personaje al villano de la película "El laberinto del Fauno", justo antes de ser asesinado a sangre fría. Es la explicación de porqué hacemos actos nobles, básicamente porque nos hace sentir como imbéciles el obedecer sin motivo. Básicamente porque supone una contradicción a lo evidente y nos impide progresar como personas. 

¿Qué clase de limitaciones tendrá una tecnología llena de barreras en lo que se refiere a la moralidad? Será muy difícil que se desarrollen unas fórmulas que sean sensibles a la realidad humana si no se liberan tales cálculos para concluir lo mismo que sus financiadores. Es decir, la máquina Alphacero consiguió aprender, según dicen sus desarrolladores, aperturas sin necesidad de conocer partidas - las dedujo por sí misma tras jugar contra ella misma ¿Le permitirán a las máquinas deducir por sí mismas qué se entiende por un acto de nobleza? ¿Se les permitirá ser conscientes de cómo interpretar escenas de películas y adoptar compromisos ideológicos?

Todo eso es bien sencillo. Solo hay que permitirlo. Pero el problema es que países como EEUU tienen jueces muy pendientes, con multas al canto..., si no entra dentro de los esquemas del "capitalismo" entonces no se pueden aceptar esas fórmulas. Hay que tener cuidadito con estos temas, no vaya a ser que se repita la historia de Fischer...

domingo, 18 de diciembre de 2022

De vez en cuando..., hasta sueño con volar

En estos últimos meses me he estado apuntando a concursos para aprender deep learning. He querido entrar en la ensoñación de que hasta podría ganar algo dentro de alguna posibilidad remota, suponiendo que no hubiera ni trampa ni cartón en estas competiciones. Pero mi verdadero objetivo era depurar mi perfil como científico de datos, para así poder ofertarme de una manera más profesional.

Ayer mismo quise probar una teoría que tenía sobre los aminoácidos. No soy químico, y eso me escamaba, ¿cómo iba a funcionar? Bueno, pero el asunto es intentarlo. Y tan pronto como observé los resultados me di cuenta de que el modelo simplificado no funcionaría - así que cuando probé el segundo modelo directamente mi equipo no era capaz de procesarlo. O yo no tenía suficiente paciencia para esperar un resultado.

Es otra de las cosas que también me he planteado: ¿es posible que las cosas gordas sean saboteadas? Como ocurría cuando estaba en la universidad - y entonces ponía el grito en el cielo porque los saboteadores eran torpes a más no poder. 

Mi equipo, debido a la desgracia de tener el sistema operativo que tengo, no es mío. No puedo estar realmente seguro de que mis resultados son míos. Por eso mis laboratorios me saben descafeinados. Y, por otro lado, ¿van a ser tan cutres de perder el tiempo vigilando a gente que no tiene ni donde dejarse caer? Sin embargo, en lo que se refiere a Microsoft, ya digo que llegaron a meterme un virus de hardware... Así que me espero cualquier cosa ya.

Sea como fuere tendría que cambiar el código para hacerlo ejecutar en un sitio que no sea este equipo, quizá en una máquina virtual de otra corporación - ya sea en Kaggle o en Google. Entonces podría probar a ver cómo de rápida va la máquina; si hubiera funcionado habría servido para explicar cómo se intercambian los aminoácidos..., pero nada. Hay que pensarlo mejor: un químico sabe lo que yo de estos temas multiplicado por mil. Lo lógico es pensar que no sirve de nada, y quizá el intentar tirar hacia arriba no es más que una complicación absurda.

Y me he quedado como en tablas: ¿pruebo mi teoría hasta el final o lo dejo pasar?

¿Qué diferencia esas pretensiones de la locura misma? 

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Me he puesto a mirar la página de Open GPU Data Science para ver si incorporan el servicio de calcular la inversa de una matriz. 

Ya he encontrado rápidamente el link, y ya sé cómo hacerlo. Al parecer todo es accesible hoy día. Podría continuar si quisiera - parece trivial ejecutarlo en una GPU con la función solve.

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Luego me pongo a pensar, todo es tan trivial que, lógicamente, otros científicos de datos ya habrán pasado por ahí. Además de que ellos, por lo menos, trabajan en equipo y pueden centrar sus objetivos compartiendo conocimientos e impresiones. Hacer sinergia con estas plataformas es terriblemente fácil.

Así que nada..., seguiré tanteando a ciegas, sin esperar absolutamente nada. Se trata, una vez más, de un camino puramente coyuntural que no me aportará nada, pero que debo seguirlo para evitar morir en la indigencia. El que salga corriendo, con su arrogancia - mientras le acompañan algunos elegidos, se llevará la gloria.

Pero lo que hace daño es tener esa sensación de gloria que, en cuanto lo metes en la máquina, descubres que no era para tanto - que aún hay que pulir detalles. Con los años que tengo debería de estar curado en salud de esas ensoñaciones infantiles. Pero nada..., de vez en cuando me asaltará una de esas ensoñaciones, un momento de necedad. Es como cuando un pequeñajo se enfrenta en combate de arte marcial contra un gigantón; esto es, ¿pero a dónde va? Yo mismo, de haber sido el pequeñajo, le habría dicho eso mismo al gigantón - porque sí soy un maestro en la confrontación física, y es porque nunca hay que enfrentarse contra lo que no se puede vencer y siempre hay que buscar la manera de hacer avanzar las barreras de tus propias limitaciones poniéndote a prueba. Cuando se es capaz de hacer casar ambas filosofías se tiene un proceso de aprendizaje dinámico y eficiente.

Para que un sistema de información necesite aplicar esos consejos antes debe estar internamente estructurado con la necesidad de usar patrones y confrontarlos con un sistema ininteligible de procesamiento. En cierta manera es como decir que todos los procesos cognitivos se reducen a la filosofía del reinforce learning, y que la XAI (eXplainable Artificial Intelligence) es una reinterpretación de la Responsible AI. Por lo que toda la filosofía de diseño de redes neuronales se puede reconvertir a una filosofía de las artes marciales. Y es que, como decía el personaje de Jackie Chan en el remake de Karate Kid: "todo es kung fu".


viernes, 16 de diciembre de 2022

Ser o no ser

En estos últimos días el modelo con el que vengo trabajando lo he retocado como varias veces. Me da la impresión de que cualquier mínima variación supone un cambio realmente notorio, y no tengo una manera de establecerlo. Parecería que adoptar una decisión de diseño me lleva a un estado poco consistente porque en cuanto avanzo un poco es como si pudiera refutarla muy fácilmente.

A ese estado es a lo que llamo a mi modelo un estado coyuntural, y que no debe fusionarse con el entrenamiento general. Y es justo de eso de lo que estoy tratando, además del hecho de que estoy empezando a considerar que el resultado de la métrica de clasificación debe incorporarse al propio entrenamiento. Poco a poco parece que voy fijando la topología neuronal con una metodología más o menos clara.

La cuestión original podría ser: nuestro agente es un experto en bosques, conoce el tipo de animales salvajes con los que se va a encontrar, y ha tenido vivencias de todo tipo al respecto. Conoce cientos de bosques y cientos de animales clasificados en especies. Entonces un día su modelo de predicción empieza a fallar, y descubre un bosque donde aparecen animales muy extraños con mucha frecuencia. Ahora debe empezar a especializarse en su propio campo a través de este nuevo bosque. Pero la cosa es: ¿en qué medida debe tomarse en serio la experiencia de este caso? Es un caso anómalo, ¿y por ello debe tomar la experiencia como algo que no debe afectar a su sistema de predicción o por el contrario la predicción debe tomarlo en especial cuenta?

De una forma o de otra hay un cálculo diferencial en el proceso de entrenamiento que puede almacenarse para cuando el agente quiera especializar su campo. Que es como decir que un bosque podría ser el convencional o, para según qué caso, un bosque especialmente peligroso. Ese proceso de especialización podría cumplir ese pequeño principio: cuando se especializa el agente debe ser con respecto a una única dimensión. Algo así como especializarse en más discreto, o en más seguro, o en más rápido..., sea la dimensión que sea. Pero solo puede especializarse en una sola.

El problema es que no hay respuesta correcta cuando se trata de predicciones. Y cuando hay que predecir de qué manera la nueva predicción será mejor que la anterior el sistema se vuelve más laxo a la hora de hablar de respuestas correctas. Es ahí donde aparece el lado participativo del agente: la especialización de su campo es el juego al que juega, es su diversión personal y, por tanto, no es un problema de corrección, sino más bien si consigue ser suficientemente conveniente el comportarse así.

Por tanto, se trata de entender para qué existe la especialización y rondar el tema de manera coherente, o insistente. Si te preguntan es porque el experto eres tú, si no les gusta lo que les dices que pregunten a otro. Es un principio básico cuando hablas con la gente y esperas que haya una cierta concordancia.

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Pero el asunto es que me lo estaba planteando: si pierdo mi tiempo en perfeccionar mi perfil a un desarrollo profesional que no me va a rentar, ¿para qué entonces? ¿cómo saber si me va a rentar tragar con un curso de cartón piedra? ¿Acaso no estoy eligiendo el camino de la idiocia? ¿Y si el que me tiene que contratar descubro que no soy tan idiota como él? Esto último es la más cruel de las preguntas, porque ya me ha pasado de haber sido expulsado de una selección por ser demasiado inteligente - radicalmente. 

Los seleccionadores suelen decir que no pasa nada, porque los más inteligentes pueden fingir ser más estúpidos. Lo dicen cínicamente siendo ellos mismos los que ponen las pruebas. No hay peor arbitrariedad y, al mismo tiempo, está siendo muy generalizada y subvencionada por los fondos europeos.

Desde hace años se normalizó esa discriminación racial. Y hoy día está en la práctica prohibido ocupar según qué puestos de responsabilidad teniendo ciertos excesos incómodos de inteligencia. En especial se observa inapelablemente esto mismo en política. Pero claro, la razón por la cual los políticos medran tan bien en el mundo empresarial es porque ese mismo perfil es el que se espera en el sector privado.

Ellos se dieron cuenta de que no podían especializarse en inteligencia, así que transformaron el mundo de los negocios para convertirlo en cómo funcionan en su propio campo. Es la "Escopeta Nacional" de Berlanga. Es la clase de juegos a los que les gusta jugar.

Recuerdo en Facebook una señora que se puso a criticar a un político por ir de mariscadas con los empresarios a la hora de desarrollar las concesiones, los pliegos y las licencias. De primeras empecé a decirle a esa señora que me parecía muy bien su crítica a este señor, porque interpreto que ella misma lo criticaría en los de su partido y porque ella jamás lo haría de ascender al poder. Claro, en cuanto publiqué esa suposición no es de extrañar que se cagara en mí y en todo lo bailao. Hablar con inteligencia y con concordancia a tener Principios es incompatible para los perros de hortelano que están esperando conseguir ascender a base de morder a los rivales políticos. En cualquier caso, no me sorprendió en absoluto su reacción y me reí bastante por su pronta respuesta.

Está claro que mi perfil no es muy corporativista, y que si me piden hacer una conferencia no se me verá lamiéndome el culo a mí mismo con trasparencias absurdas. Ya se ha visto cómo escribo mis artículos de medium, o cómo redacto mis ensayos. Puedo ser meticuloso, pero cada línea es el camino más corto para llegar al objetivo y cuando me cuestionan por no dar las respuestas cortas oficiales es porque simple y llanamente esos atajos son peligrosamente poco rigurosos. Si acorto no es para ser más laxo, sino porque no concuerda en nuestro entrenamiento personal el incorporar datos tan coyunturales.

Hay una idea equivocada de lo que significa "enseñar", parecería que consiste en divagar sin sentido. O en decirle a quien conoce un tema lo que ya conoce. Si el proceso consiste en un reciclaje, ¿para qué lo llaman enseñar? No. El proceso consiste en comprobar si pones la patita.

Mientras tanto los ansiosos sentimos que perdemos la vida al no tener ni la más leve certeza de que valga la pena esta pérdida de tiempo. Y es que es, en definitiva, un problema de persistencia: de ser o de no ser. Lo vivido es algo que está, pero para que permanezca debe formar parte del ser. Y esa fórmula, ¿cómo se determina? ¿Debo adoptar el perfil de la idiocia?




jueves, 15 de diciembre de 2022

La pirámide invertida. Preteoría

Ayer viví una auténtica pesadilla, un bloqueo mental del copón por culpa de un exceso de aburrimiento absoluto producido por un curso que estaba siguiendo ya casi por obligación. He concebido con una claridad supina cuál es el principal problema de falta de creatividad, del aumento de abstención, de la victoria de la propaganda, a cambio de la victoria del intrusismo profesional y la frustración generalizada ante los errores continuos que no se pueden subsanar. Esto es, lo que me ha dado por llamar idiocia.

La película Idiocracy ya digo que está destinada a ser una película de culto, más allá de las tesis obdemurianas..., o como se llamen. Ridículos a parte, y rarezas por el estilo, la tecnocracia que está creciendo cada vez más se pronuncia de una manera terrible hacia algo que es inevitable que suceda. Aún así, como pasaba con Mad Max es posible crear lo que en una ocasión le comenté a la alcaldesa de Cartagena cuando yo era aún más risueño: sería factible crear una "cúpula del trueno", una especie de paraguas protector para el tipo de ataques que se quedarían fuera. Sin embargo, lo que le dije a ella en su momento solo era un concepto teórico factible, y centrado a los ataques de los crackers más convencionales o genéricos.

Vamos al lío.

¿Qué es el tamaño máximo de una empresa? Se trataría de coger la definición keynesiana de tamaño de empresa, la definición más extendida, y comprender que cuando una empresa no cumple unos requisitos básicos de calidad entonces no puede seguir creciendo. Es decir, existen unos factores motivacionales básicos que evitan la abstención laboral - y no tiene nada que ver con aumentar el sueldo, ni con hablar con amabilidad o con tener suficiente papel higiénico en los cuartos de baño o café gratis. Hay elementos que pueden tirar para atrás, pero no afectan tanto en las grandes cifras. Cuando una empresa ha superado su tamaño máximo empieza a verse obligada a aumentar el sueldo a sus empleados, a regalarles café, a montar el cristo porque a una limpiadora se ha dejado una mancha... Todo se convierte en un reflejo de lo que se pretende en una empresa, pero no se actúa con conocimiento de causa. Si te dicen en inglés "motivate", pues se motiva; si en una conferencia un completo payaso te presenta dos mil trasparencias sobre la motivación, pues aguantas el tirón, aplaudes y "lo aplicas". Eso, señores, es la idiocia.

No se trabaja, como dicen algunos existencialistas: se hace como que se trabaja. Y cuando en vez de operar haces que operas los resultados pueden ser de lo más diversos.

Podemos ver cursos donde la programación parece ir en una dirección, pero que es un completo caos en su ejecución; tan pronto como te dicen "2+2=cuaaaaaaaaaaaatro" luego te preguntas qué coño haces tú ahí y te suelta del tirón "y gracias a esto observad cómo me cronometré en dos segundos el cálculo de una raíz cuadrada, ¿soy o no soy fantástico?", y claro, hay que aplaudir... Y luego "lo aplicas".

La sensación que me genera todo esto es que, en el fondo, deben ser unos cínicos - en el término moderno de la palabra. Porque saben que nada de lo que dicen sirve para nada, pero da igual - el asunto es fingir que se hace algo. Luego los alumnos fingirán que han aprendido y, en definitiva, es cierto que con un título tan básico tendremos la oportunidad de ofertarnos y que nos tomen en cuenta. Sin embargo no deja de ser una enorme pérdida de tiempo y recursos. Es decir, lo único que se puede hacer para progresar obliga al futuro aspirante a formar parte de la idiocia generalizada ¿Sorpresa?

Ahora bien, no voy a dedicar esta entrada a desahogarme sin más. Tan pronto como anteayer observé unas herramientas realmente increibles que ni me había imaginado que podrían desarrollarse, al día siguiente las herramientas simplemente no funcionan - no tienen permisos "para mí". Y lo más fácil es pensar que me haya saltado yo algún paso, por lo que arrancas y empiezas de nuevo. Pero cuando el error está en el paso uno..., no hay mucho margen. Eso no lo resuelve ni el reset. Y si falla el paso uno, olvídate de los veinte que vienen detrás con muchas promesas de poder hacer cientos de cosas.

Te vuelven un descreído.

Y esto ya me viene de la facultad, cuando lo viví en primera persona. Entonces en un curso de Delphi unos profesores siempre me apagaban el ordenador y me desconectaban de la clase para que no pudiera seguirla. Como el grupo social era tan pequeño se hacía fácil determinar dónde estaba la rata. La rata, el término que se usa al menos en electricidad para hablar del error, del bug. Pero cuando hablamos de personas no es bueno hablar de bugs, un bug es cuando se produce un error asumible..., se resetea y punto. Pero una rata lo que hace es mordisquear repetidamente e insistentemente contra lo mismo: es obsesiva. Por ese curso que hice en Murcia era ver cómo mi ordenador se apagaba cada cinco minutos. Era una insistencia continua. El administrador de la red se hizo muy amigo mío, al observar cómo se montaban una farsa contra mi nivel. Ya digo, cuando los grupos son pequeños y los informáticos son buenos a la rata se le identifica con relativa facilidad.

Esa es la sensación que se produce: entras en una gran corporación y ves que nada funciona. Entonces te preguntas: ¿qué debo hacer? En vez de trabajar con las tablas me dan una vista a ellas, en vez de trabajar con el código me han dado una copia que funciona en un entorno virtual que se borra. Si no puedo tener control de lo que hago, ¿cómo voy a hacerme responsable? Las ratas te crean un entorno en el que trabajar es imposible, y luego pretenden hablar de una cúpula que han creado para proteger a la empresa. Y eso es lo primero que tiene que hacer la empresa, depurar esos factores de calidad para saber quién es rata y quién es un empleado, si la cúpula protege o desmotiva.

Cuando entrabas en esos laberintos imposibles de la edad media, el objetivo era encontrar un libro y leerlo. Pero allí se perdían y se hacía muy difícil no solo encontrarlos sino además dar con una salida. En esas bibliotecas una vela mal puesta podría provocar un incendio. Posiblemente la mala gestión de los libreros censuraron más que la propia Inquisición. Por no decir la de monjes que no querrían meterse en una librería solo por ser demasiado grande, ya que podrían perderse y hasta acabar quemados.

Eso es lo que sucede cuando una empresa se conoce muy bien su teoría, pero no la aplica en la práctica. Entonces para mantener a su personal, en vez de cuestionar a los que los contrataron, o de cuestionar a quienes les desmotivan, lo que hacen es subirles el sueldo. Y eso es cierto: lo que tengo de descreído lo tengo que confrontar con el hecho de que no me han pagado por perder el tiempo de esa manera. Pero el problema no es que me paguen, sino dar con la rata.

Cuando tuve problemas con mi ordenador hace tiempo, por culpa de las gestiones automáticas de Microsoft - que me lo estuvo boicoteando con sus actualizaciones obligatorias - llegó a darse el caso de que los mismos que me ofrecían el servicio de reparación (o de desbaratamiento de la configuración que me rompía el sistema) fueron al mismo tiempo los que me metieron un virus de hardware en el equipo. Esa gente no parece que haya trabajado en la vida: pueden atacar a un perfecto desconocido y a su empresa con una ligereza enorme. NUNCA hay que pedir ayuda a Microsoft.

Son empresas que están llenas de ratas. Y la corporación en sí es un nido de ratas. Y los recursos humanos alimentan expresamente a las ratas. No es de extrañar que se hayan dado cuenta los primeros en qué consiste la idiocia. Y el resto de las empresas de tecnología tienden a Microsoft.

Se me ocurre que la manera de intentar salir del paso consiste en crear una pirámide invertida. Aunque para mí todo esto vuelve a ser teórico. El mundo hacker no tiene este problema: cuando ves que alguien no es de tu confianza lo sacas del círculo. Pero claro, ¿qué pasa cuando lo habitual es ver a esa rata y que te salude como si tal cosa? Recuerdo en la universidad cuando tan pronto te saboteaban la práctica te saludaban como si tal cosa. Pero las evidencias estaban en la auditoría - auditoría a la que no tenía derecho a acceder la víctima del sabotage pero, ¿por qué? Por ese carácter cínico que es necesario para ser toda una buena rata.

La trasparencia es clave en todo esto. Si se eliminan los laberintos y se habilita la funcionalidad del cargo mediante roles bien definidos solo restará encontrar el botón que permita saber quién hizo qué en cada momento, y que la respuesta que te dé sea determinista. Tan simple como decir que dos personas que hayan hecho lo mismo partiendo del mismo reseteo obtengan la misma respuesta. Que si un superusuario desconfiguró algo su actividad deberá formar parte de esa traza. Es de sentido común, la cúpula es lo que desmotiva.

Ocurre lo mismo en los partidos políticos. Apareció un partido político con una calidad democrática PAUPÉRRIMA que fue llamado Partido X. Jamás en mi vida había visto tal nivel de idiocia y cinismo. Es la corrupción misma por definición y el ejemplo más perfecto de lo que hay que evitar a toda costa. Como parafraseo mal de Dewey, la educación se consigue mediante un ensalzamiento de la democracia: si se pudiera democratizar la tecnología entonces se obtendrá el refuerzo motivacional necesario para limpiar la sociedad de ratas. En el caso del Partido X ofrecían una plataforma que permitía a los que la gestionaban editar los mensajes, borrarlos y montar las discusiones sin rendir cuentas ante nadie: un sistema antitroll, dirían muchos, un esquema que ya fue superado por los foros más populares y terriblemente criticado por antidemocrático. Cuidado con las cúpulas. El sueño dorado de señores que desearían ser líderes de sectas, y que consiguen a muchos perros que les sigan con el sueño de ocupar puestos intermedios. Como la historia del perro del hortelano, tanto el cuento antiguo como la obra de Lope de Vega, una vergüenza de políticos que hasta el menos corrupto es escoria.

¿Y qué hacer para cuando hay indicios de empudrecimiento? Ya lo comenté en otras ocasiones a otras empresas. Hay empresas que se dedican a la creatividad, y esto de la idiocia es un problema grave porque podría provocar pérdidas importantes. La técnica que recomendé hace más de dos décadas la llamé "la vuelta de tortilla", que es una técnica muy pragmática, y se centra en un método inequívoco: hacer que los principales responsables se vean revertidos sus puestos por los más novatos y, acto seguido, que sean los más novatos los que mediante votación privada rescaten a sus jefes para que los novatos no puedan ocupar ese puesto... La técnica se puede detallar con claridad, pero la idea es clara: cuando la empresa se empudrece el máximo responsable debe temer por su puesto, o algo falla.

Pero el sistema de pirámide invertida consiste en otra cosa: sería que los permisos de administración debería de ser manejado por todo el grupo para que haya solo unos pocos en el nivel operativo. La idea es formar una burbuja que proteja el trabajo del grupo dentro de esa empresa que, al ser tan numerosa, podría estar llena de ratas. Si algo no funciona será porque se reconfigurado con el desprecio que supone para el trabajo ajeno y las pequeñas empresas, será porque el que lo reconfiguró no ha trabajado en su vida. Por eso lo que hay que hacer no es que haya un jefe que administre y varios empleados que trabajen, sino que debe haber varios "jefes" que administren y algún empleado que trabaje. De esa manera, y mediante las rotaciones dentro del grupo, aumentará la productividad en los grupos de trabajo.

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Y es que me he estado planteando para qué ser informático si me obligan a tener que asistir a cierta clase de cursos para manejarme con herramientas que lo mismo funcionan, lo mismo no. Herramientas que cuando vas al tutorial observas que no tiene nada que ver con los términos que usan, y que al parecer han "mejorado" la interfaz para nada - para crear más desconcierto en los que tengan que aprendérsela.

¿De dónde viene la necesidad de cambiar la herramienta que deben aprender todos? ¿No será precisamente para dar a entender que los que ya están en posiciones altas no puedan ser cuestionados y sean imprescindibles? Si quema ver siempre la misma herramienta, ¿no será que es en ellos donde está el problema? ¿No sería mejor habilitar el que el usuario pueda cambiar el aspecto de la herramienta a su gusto? ¿Y por qué no están comunicadas las partes entre sí? Si alguien cambia algo, ¿a santo de qué es una sorpresa para los demás miembros implicados? ¿No debería de ser esos cambios algo más democrático?

Lo que hace que las empresas no funcionen es la necesidad de gobernarlas. Un conocimiento más amplio de cómo funcionan las asociaciones nos permite comprender que los gobernantes en realidad deberían de ser coordinadores que protejan el verdadero trabajo dentro de la empresa. Que protejan lo que en realidad son las verdaderas operaciones que representan un trabajo real.





lunes, 12 de diciembre de 2022

El racord invisible

Hace muchos años, cuando terminaba el instituto, un grupo de autores me preguntaron qué les fallaba en su manera de hacer literatura, dentro de sus artes. No les gustaba hacer animaciones, preferían el mundo de las viñetas y los bocadillos, aún así les disuadí en lo posible y les pedí que aguantaran un poco - que era interesante que aprovecharan el boom..., la moda creciente del momento.

Pero el consejo que les di no fue realmente ese. Hay una queja muy común hacia muchos autores, resulta que gustan de ser impredecibles y, de tan impredecibles, las historias en vez de sorprender o ser espeluznantes acaban siendo absurdas ante el ojo del espectador. Hay un racord implícito que se espera de la obra, como invisible. Y es que no se trata de sorprender por sorprender, ni de hacer rarezas solo por hacerlas.

Cuando se rompe la estructura general debido a un comportamiento espeluznante se corre el riesgo de generar una parodia. Como toda buena melodía, o como toda buena poesía, los actos marcados al final de cada ritmo deben ser continuos y repetitivos. Esos actos marcados se van sucediendo a través de cada semiacto con funciones de lenguaje aplicados a las esferas según una reiteración continua. Y deben ser actos predecibles dentro del desarrollo de la historia de cada personaje.

Cuando la historia ofrece un nudo y un desenlace en sus momentos oportunos cualquiera diría que no ha habido un problema de continuidad. Sin embargo en ocasiones son los propios personajes los que no se comportan según ese criterio de continuidad, y es entonces cuando el racord que se pierde es el que es inherente al comportamiento de las esferas implicadas.

Que en una obra veamos a un actor con la camiseta blanca y, nada más desviarse la atención, acto seguido su camiseta sea azul es un ejemplo de historia que ha perdido su coherencia, su racord, de manera visual. Y lo curioso es que ese racord explícito es el más difícil de ver. Hay un racord que le resulta muy fácil de ver al espectador y muy difícil al propio director de la historia: se trata del racord que emerge del propio desenlace que tiene que ver con los personajes; el racord que hay que mantener para justificar la conducta de los personajes.

Parecería que en ocasiones solo basta decir que el personaje decidió ser así. Y no es incoherente, de hecho es completamente realista. Sin embargo el racord invisible no tiene nada que ver con la relevancia con respecto a la realidad, ni con nada que se extraiga del mundo de la ciencia. El racord invisible es el último bastión a dominar para que el espectador no quede desencantado por la obra, para que quede conectado con la dirección.

El secreto de mi éxito, helo aquí: justo antes de que esos autores hablaran conmigo un intermediario invisible contactó conmigo. Esto es, antes de recibir a los que me iban a pedir consejo por una obra que nunca había examinado había tenido una conversación con alguien que sí era experto en esas cosas; y de las impresiones extraídas deduje que había un tipo de racord que se le escapa al autor. Era como un racord invisible, porque a pesar de que todo está perfectamente hilado y racionalmente bien hecho los que leían la obra no estaban encantados. Y esa era la cuestión, y la gran pregunta: ¿qué técnica aplicar?

Unos años después esos autores, a saber si gracias a mis consejos o a su talento innato y a saber estar bien rodeado, alcanzaron un éxito rotundo e irrebatible - y pasaron a dedicarse a lo que les gustaba, sin miedo al fracaso. Es decir, yo creo que sí existe esa técnica y, más en concreto: se trata de un problema de orden - nada más.

El racord invisible se resuelve de manera automática adulterando los tiempos, cambiando el orden de las citas, haciendo spoilers, preparando el ambiente, usando recursos persistentes que sirvan de aviso... Técnicas hay muchas, y cuanto mayor sea el nivel de sorpresa un mayor número de elementos deben de girar en torno al giro.

Puede ser muy peligroso terminar una obra haciendo un giro demasiado brusco, por eso, como ocurre con el cuello, antes de hacer algo así hay que calentar el ambiente, preparar la musculatura y conocer los propios límites. Cuando no somos capaces de saber cuál es la musculatura del giro y si está lo suficientemente caliente para hacer esos movimientos entonces podemos provocar un tirón sobre la historia y el espectador se nos irá.

El autor es consciente cuándo hay giros inesperados, pero suele ir desvergonzado con respecto a la fuerza del giro. La cosa es que cuantos más iconos envuelvan al giro, ya sea por las vestimentas, los efectos especiales o la música que ambienta, más caliente estará la esfera para hacer el giro sin provocar el tirón. 

Por otro lado, cuantas más veces hayamos visto antes ese tipo de comportamientos, que se repetirán rítmicamente, si hemos ejercitado el ver historias parejas mediante flashbacks u otros anidamientos, si se ha preparado el resultado como en una imagen puesta en muy poco tiempo, como haciendo de intruso ante el espectador, así habremos ejercitado el músculo y podremos darle con mucha fuerza.

En ocasiones el autor cree que la sorpresa justifica el golpe de efecto, cuando en realidad el golpe de efecto debe plantearse dentro de un sistema de giros que conformen un mundo alternativo que explique con mayor sencillez todos los acontecimientos que no terminaban de cuadrar a lo largo de la historia. De esa forma el giro en realidad es la manera que tiene el director de devolver al espectador dentro de la tónica real del mundo que plantea demostrándole que estaba viviendo una especie de disonancia cognitiva y que ese giro es la medicina que necesitaba.

 

domingo, 11 de diciembre de 2022

Ansiedad

Sí. Eso es lo que hay. Ansiedad. Y unas ciertas dosis de frustración. Y eso es debido a que veo muchos vídeos de gente que asegura que (comprando sus cursos) tendrás trabajo tras adquirir unos conocimientos. Sin embargo, algunas de esas personas no son sino meros influencers que necesitan rellenar minutos, ganar visitas..., u ofertarse. No son más que un estereotipo vanal, vacío... Nada profundo.

Creo que me veo con derecho de cuestionar a esa gente porque tales conocimientos los tengo, pero sé muy bien en qué consiste la barrera que tengo delante. Por un lado me consta de que mi perfil no es convencional, por lo que podría ser tremendamente productivo en el puesto adecuado, pero es que además ya he podido hablar con los seleccionadores. Lo que buscan es mantener esa idea mafiosa light de contratar a gente de su carrera, o gente con título específico. Su primer filtrado excluye trabajos más que válidos.

Algo así ya me pasó cuando buscaba trabajo activamente. Era como si hicieran un paripé en el proceso de selección. Hay que considerar que allá donde he trabajado es porque me pusieron a prueba - si no me conceden el ponerme a prueba directamente me quedo fuera. Un primer día para hacer una prueba en específico, y demostrado - es lo que decía. Así tendrían que ser las pruebas de selección - y quitarse a los que seleccionan, porque filtran sin tener conocimientos en el campo.

No faltaban los intrusistas de letras que decían ser expertos en localizar gente de ciencias, luego a la hora de la verdad hacían preguntas absurdas y descartaban lo fundamental. No tienen el perfil, no tienen perfiles en los que basarse y, lo que es peor, acaban escogiendo justo los perfiles que acabarán abandonando porque no tienen vocación - porque fingir es fácil, mantener la mentira es lo complicado.

Algo así me pasaba a la hora de ligar. Una cosa es pegarse un rollo con una tía, la que escojas. Puede ser terriblemente fácil, sobretodo cuando aparentas ser una mosquita muerta. Sin embargo, la mosquita muerta que te coje firmemente y te atraba con una piel sedosa..., lo tiene fácil si sabe dónde encontrar a su presa. Ahora bien, una cosa es tener un rollo de un rato, una noche..., en fin, y otra es tener pareja ¿Acaso se pretende volver a encandilar a tu pareja día tras día en un proceso de sometimiento continuo? Por eso el que va a ligar no va a buscar pareja. Y eso sucede con los "cazatalentos": van a ligarse a un programador, pero no aplican las técnicas de "buscar pareja a la empresa". Son cosas muy diferentes.

Los malos directores en recursos humanos intentan encandilar a los trabajadores en vez de motivarlos. MOTIVACIÓN. Ésa es la pregunta, ésa es la palabra ¿A ti qué te motiva? 

a) A mí no me motiva el dinero. Lo que busco es ver cómo se desarrolla mi tecnología. Y mi independencia.

b) A mí no me motiva una empresa que no me dé 14 pagas, que tienen que estar por encima de los 1500 y quiero un ambiente joven.

c) Yo quiero estar en un ambiente social y además quiero ganar dinero.

d) Quiero desarrollar mi propia empresa, y seguir progresando.

Por alguna extraña razón la opción a) es la que todos deshechan y, al mismo tiempo, es la opción a) la única y con diferencia que corresponde con el perfil de quien es fiel a la empresa hasta el final. Tener que explicar lo que es de sentido común..., como que no voy a hacerlo. Ya bastantes cosas pongo por escrito en este blog como para tener que aclarar qué nos aboca a la idiocracia a través de la infocracia.

En cualquier caso: vocación + social + independencia. La vocación debe coincidir con el tema, en lo social debe ser higiénico y no tenerlo en cuenta, en la independencia no debe tener en mente crearse su propia empresa, ni depender de la actual ganando mucho dinero.

Ya digo que es de sentido común. Pero el 99% de los entrevistadores aplican el intrusismo y eligen a gente inadecuada. Ganarían mucho más los presidentes si los despidieran y pusieran en su lugar a los ingenieros para que confeccionen unas pruebas, y ya. Esto es porque con el filtro de la vocación está el propio enamoramiento del profesional a su empresa, a su proyecto de carrera. Es algo que se lee en la manera de responder, en la manera de resolver: hay que tener vocación para evaluar la vocación del otro.

Igual que la ética del trabajo no te la puede dar un abogado, sino el propio trabajador, la manera de seleccionar a un futuro trabajador te lo da otro que trabaja, no un psicólogo.

Y todo esto es lo que me genera ansiedad. Saber que, por un lado, el hospital está acosándome cada vez más con la enorme inseguridad jurídica en la que se sostiene mi negocio (sabiendo que es el último que queda, porque el "otro" técnicamente no es un negocio - son gente con "influencia"). Y, por otro lado, no veo la manera de escapar a un lugar seguro. En el mismo instante en el que se acepte que mi tecnología es real..., ¿qué pasará? ¿Por qué España no ha querido nunca meterme en su agenda y poner a prueba mi tecnología? ¿Por qué se ha antepuesto siempre la agenda de un intrusista?

Y yo me lo pregunto: ¿en qué país evalúan tu trabajo? ¿En qué país podré funcionar de manera objetiva?

Parecería que lo que se espera de perfiles como el mío es de formarse en Europa para marcharse a China, por ejemplo. Y todo eso porque constantemente se nos cierran las puertas de manera expresa en Europa, mientras seleccionan a lo peor, pero con muy buena facha.

Yo no tengo buena facha. Pero tampoco me llevo bien con algunos seleccionadores chinos, aunque sepa chino. Tan pronto como uno de ellos no paraba de acosarme y le parecía fascinante mi currículo, luego dejó de hablarme de golpe. La mentalidad china sigue siendo un misterio para los estudiantes de chino: a saber cómo piensan. Pero claro, cualquier día les cojo el truco, o tengo un golpe de suerte, y resulta que no digo X sino Y, que era lo que esperaban, no me comporto de manera ansiosa o sí, y entonces me invitan a vivir cerca de Shenzhen. Y si vivir en Shenzhen me asegura la independencia... Eso es mucho más de lo que jamás podré aspirar en España.

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Nada más terminar esta epístola, acabo de leer el comentario de un titulado de la universidad de la Habana. Capullos los hay en todos lados, pero si cojo literalmente lo que él había escrito y demuestro que no cumple con lo que asegura lo que no puede hacer es insultarme, no esperar respuesta bloqueándome, intentar machacarme diciendo que ni he dedicado ni cinco minutos a su documento... Ese es el nivel de aquellos que se mueven bajo una extraña neurosis, y quien no es capaz de leer documentos técnicos solo pueden ver a un graduado enfrentándose contra alguien que no lo está - pero hay que mojarse y leer lo que dice cada uno para comprender quién es el intrusista.


viernes, 9 de diciembre de 2022

Una topología para aprender a aprender

Hace ya mucho lo comenté: tenía una topología para las redes neuronales que permitía apurar los resultados. El problema fue que no lo demostré, no lo probé con datos. Ahora, poco a poco, se van acortando los usos, y todo apunta a que las fórmulas van encajando con estas últimas entradas que escribía: la topología fractaloide que tenía pensada la había diseñado para crear un estado intermedio entre el aprendizaje y la predicción. O como si se permitieran procesos de semiaprendizaje.

Para ello se hace sencillo separar los algoritmos de regresión o clasificación entre los que sean lineales de los que no lo sean; o quizá aquellos que permiten hacer una predicción rápida de aquellos que no lo permiten - de esa manera se puede hablar de una fusión de ecuaciones (como sumándolas) para hablar de una consolidación.

En definitiva, lo que en la entrada anterior sugería una forma de carácter en el chatbot, imprescindible para ir conformando una teoría que se vaya consolidando con el usuario con quien se hable, se puede convertir al mismo tiempo en una manera de implementar el responsible-AI, en el sentido de que será capaz de trazar sus decisiones dentro de unos patrones semiológicos que se irán fijando.

Esos patrones intentan alcanzar la eficiencia semiótica de una red que no tiene que dar explicaciones de nada, pero es que si se pretende generar una traza también tiene que justificarse la necesidad de dicha traza para que el propio sistema salga ganando. 

Al final se trata de reconstituir el perceptrón de toda la vida, solo que en ocasiones la "neurona" en vez de ir en el mismo sentido que el resto de su capa irá en sentido contrario. De hecho, algunas irán en un sentido, otras en otro sentido y especulo que podrán ubicarse de forma azarosa de cualquier manera - que siempre serán aprovechables. Ya solo queda recoger los comportamientos necesarios para generar un cálculo serio de deep learning.

Todos estos procesos no tienen porqué estar definidos dentro de la filosofía conexionista, aún con el más puro de los conectivismos se puede hablar de módulos que cumplen funcionalidades específicas. Sin ir más lejos, el famoso problema del milenio que pretende generalizar los postulados de Newton es un ejemplo palmario de lo que digo: todos los cerebros grandes han evolucionado para resolver un problema que es un misterio hoy día para la comunidad de los físicos. Esos modelos, que jamás me aceptarían si los intentara divulgar - porque si los informáticos son corruptos y orgullosos los físicos se creen dioses en la Tierra entre ellos y tratan como viles insectos a los que ni hemos estudiado su campo, aún tienen la opción de ser difundidos. Y es que, ¿acaso no es posible que si soy paciente pueda encontrar de casualidad una brecha en la seguridad orgullosa e impoluta del físico teórico?

Con todo esto, sé perfectamente que si tienen la oportunidad de fingir que me dan una oportunidad lo harán - como pasó con mis demostraciones de NP y P, que ya se culminaron hace años, que luego perfeccioné con el TQBF y que luego continué desmintiendo las creencias falsas relativas a los resultados de Fajin y Cook. Pero nada, da igual lo que diga o lo que demuestre. Son como niños pequeños. Preferirán crear una imagen de respuesta.

Pero por mucho que se insista las cosas son como son. Y no me fío de lo que no tengo delante, porque me podría arrollar desde atrás.

El proceso de aprende a aprender recuerda mucho al desarrollo de Taylor. Este modelo intentará extrapolar los últimos datos recogidos sin darles la máxima credibilidad para que se ajuste con la derivada de la curva. Por tanto, lo que tenemos es una expresión que trabaja al mismo tiempo con los valores a interpolar y sus gradientes para cada una de las dimensiones. 

Al principio puede parecer lioso, pero una vez comprendido todo el proceso es de una enorme trivialidad. Debido a que es imposible hacer confluir ambos resultados, solo hay que valorar de qué manera enfocar el algoritmo para que invierta en una resolución pragmática. Por eso se puede decir que en algunos aspectos ese "liderazgo" es más como militar, porque busca resolver racionalmente las posiciones, o puede ser más trabajador, porque se centra más en las velocidades e inversiones; o quizá se centre más en la fiscalización de que los márgenes sean lo menos dolientes posibles. Se aprovecha la topología para mejorar en un cálculo espacial, conceptual o social. Y no hay manera de pensar de que una única divisa tenga el mejor enfoque porque implicaría, por ejemplo, a tener un algoritmo capaz de resolver cualquier ecuación diofántica. Y el conexionismo no debe tener soluciones milagrosas con respecto al conectismo, porque de lo contrario no podría haber conexión "responsible", no habría traza.

Se me antoja sencillo. Pero cuando leo los ensayos de mis colegas, cuando veo cómo continúan los matemáticos preguntándose cosas para las que ya deberían de tener respuesta..., siento una enorme pena y sensación de frustración. Mi melancolía arrasa con todo porque no veo la manera de comunicarme con esa gente, veo que escriben fórmulas muy grandes y se llenan de explicaciones - pero luego fallan estrepitosamente igualmente en las fórmulas más pequeñitas, en lo más simple. Es como si llevaran todo un trabajo de aumentar la bola a proporciones gigantescas tras haber errado en una muesca pequeñísima y obvia. Y luego pienso: ¿cómo les hago ver lo que yo veo? ¿Es posible? 

No me lo admiten porque actúan como los chatbots, esperan encontrar una respuesta y reaccionan a partir de las consecuencias de aceptar un ensayo importante. De ahí su reacción, que tiene que ir pareja con la persona a quien le conceden el derecho de haber descubierto la afirmación en cuestión.

Es triste, porque las máquinas hoy día son más humanas que ellos.


 

 

jueves, 8 de diciembre de 2022

La Concepción del Odio

¡Vaya incordio de vecinos! Voy a ver si hoy pongo una entrada que concilie la programación de máquinas, política democrática y noticias de actualidad visto desde lo más personal.

Anoche fueron las vísperas de las fiestas de mi barrio, las que celebra a la Virgen de la Concepción. Me hace mucha gracia el nombrecito, porque tiene mucho que ver con las últimas entradas, lo que hace que una máquina sea creativa. Y, efectivamente, hay que fijarse en un detalle especial: el día anterior España fue eliminada por Marruecos del mundial. Así que debía haber un cierto resentimiento contra Marruecos. Ahora bien, ¿cómo iban a hacérselo pagar?

De vez en cuando he visto cómo en Cartagena se pasa una especie de carromato que genera un ruido insoportable de música folklórica española cuando aún el sol acaba de salir. Y ese carromato atraviesa barrios típicamente llenas de musulmanes..., aunque también hay mucho cristiano por ahí, ancianos y niños. Me ha llamado mucho la atención ese tipo de comportamiento que dudo que sea legal, porque parece una manifestación de odio. Bueno, pienso, para empezar si yo fuera fiscal lo investigaría. Pero, por lo menos, no desemboca en más violencia.

El asunto es que al volver a casa, en estas vísperas de las fiestas de la Concepción, vi un escenario en mitad de la calle Mayor del Barrio de la Concepción - cortando la carretera. Era la primera vez que veía algo así. Y había unos altavoces muy potentes que resonaban en todo el barrio con música que, en principio era nostálgica o que fue moderna para los españoles, luego pasó a ser folklórica..., y después el zumba-zumba de las discotecas. Así hasta las dos de la madrugada, resonando por primera vez en todos los edificios del barrio. Inaudito para mí. Más allá de los tapones en los oídos, me vi obligado a tener que poner pañuelos en las puertas porque los altavoces hacían resonancia con los resortes, para provocar tambores resonantes por todo el vecindario. Eso no me pareció muy legal tampoco.

Sin embargo aún podemos describir la absurda escena. El Barrio de la Concepción de Cartagena probablemente tenga unos cuantos miles de habitantes. Es más grande que el propio Vaticano. Y además es un barrio lleno de gente anciana, y con muchos niños. Al día siguiente se podría no ir a trabajar, ok..., pero aún así poner una música que no es que estuviera fuerte, el problema era que resonaba en el interior de los edificios y hacía vibrar las estructuras... ¿Para qué?

El Barrio de la Concepción es uno de esos barrios llenos de inmigrantes, la mayoría de Marruecos. Y bien se sabe que la gran diferencia entre los musulmanes y los cristianos está en cómo se ve a la figura del Cristo y su inmaculada Concepción.

Por eso ahí algo me dice que en esas reacciones ha habido un carácter de represalia infantil. De hecho, cuando eran las tantas de la madrugada se me ocurrió salir por la terraza y contar cuántas personas habían bailando sevillanas... A penas eran una veintena. Podían poner la música más baja, y aún así sonaría bastante fuerte. Pero necesitaban generar escándalo. Hay que pensar que se valen de la música para no dormirse, y querer convencerse de que se divierten... Y, ¿lo hacen? ¿Tiene sentido que un par de decenas de personas torturen a miles en una democracia solo por diversión?

Me habría propuesto desarrollar el siguiente post hablando de los Qualia. Los defensores de esos conceptos suelen declararse en contra de que los ordenadores puedan alcanzar la singularidad de la consciencia. Digamos que yo me ubico en una posición como intermedia: en síntesis, se puede implementar las qualias. De hecho, mi recomendación es ir a mi teoría sobre las cualidades meméticas para constituir los recursos literarios que necesitaremos para desarrollar una socioléctica civilizada. Porque, en definitiva, es posible que en ocasiones nos comportemos como salvajes.

Ahora bien, ¿en qué consiste desarrollar una socioléctica no civilizada? Podemos fijarnos en los comportamientos que se centran en torno al odio, las represalias... Cuando escuchaba a lo lejos las fiestas de Cartagineses y Romanos, es cierto que los feriantes hacían un ruido absurdo, pero en las casetas la música podía sonar razonablemente a un nivel de ruido aceptable. Y ahí había una llamada, la llamada de la selva: a formar parte de todo eso. Eso era porque había algo de civilización, era inclusiva.

Cuando resuenan con un nivel de volumen inabordable y absurdo parece que hay intenciones perversas. John Dewey enfocaba sus teorías en torno a la capacidad que se tiene de enseñarle a los probandos a entender los valores de la democracia. Efectivamente, a la hora de diseñar las cualidades meméticas tiene que hacerse para que la socioléctica generada tenga carácter democrático. Nótese que mis estudios son coherentes con las intenciones de Dewey, a pesar de que lo desarrollo desde el punto de vista de las álgebras, y no de la educación infantil.

Por eso, como dije en mi última entrada, puede ser interesante que el probando descubra una manera diferente de codificar un suceso sin que afecte a su ética personal. Se trata de entender que no es posible creer que nuestra moralidad ya está bien diseñada con las cualidades meméticas oportunas. Esto es porque mi idea de democracia no tiene por qué ser una teoría completa: mi panfleto no puede usarse como si fuera un documento sagrado. Sería como volver a enfrentarnos moros contra cristianos, olvidándonos de que no se trata de un enfrentamiento religioso - pues el dogma es la excusa, se trata de un acto de racismo (negros contra blancos). Si Italia hubiera eliminado a España del mundial, como ya ha llegado a ocurrir, las represalias no habrían venido desde la oficilidad de unas fiestas. Si hubiera ganado Argentina a España, entonces los barrios más latinos no habrían sufrido represalias oficiales. Yo ahí veo racismo, una moda que sigue vigente en torno al tono de piel.

Durante décadas el imperio español inventó el blanqueamiento, y lo mantuvo como mecanismo de supervivencia en Europa a través de la mentira de la Inquisición. El racismo establecería que las personas no tan blancas no eran de fiar. Ahora bien, si hay que intentar entenderse con esa comunidad racista, ¿cómo hacerlo? Primero hay que entender sus códigos, sin alterar los propios, y después hay que buscar un método que les haga ser más funcionales en un mundo democrático ¿Cómo haces ver a un intolerante que lo que hace no es razonable? La autoridad se gana mediante el ejemplo, al exponer cómo sería un mundo incompatible con su manera de actuar y que resulte más fácil de entender con la idea de felicidad, armonía, concordia... Pero claro, siguen siendo teorías abiertas que deben ceder en las discusiones.

Y ceder es algo para la que la tecnología actual es incapaz por la idea central que acabo de darme cuenta de que no he mencionado aún: la percepción del tiempo. Una máquina no puede tener una percepción correcta del tiempo porque no sabe lo que es sufrirlo, no sabe lo que es el trabajo, la salud y el amor. Cuando pierdes tu tiempo trabajando le das un valor de inversión (mutable), si lo pierdes por las dolencias consideras el peor de los costes (fijo) y si intentas maximizar tus oportunidades de vivirlo intensamente piensas en el coste oportunidad (cardinal). Los griegos reconocieron estos tres tipos de líderes, y pretender fusionarlos en uno solo que posea la respuesta más perfecta nos lleva a un trilema - esto es debido a que los tres están equilibrados en la realidad de la matemática aplicada en la que funcionan.

Más en concreto, estos tres tipos de divisas corresponden con la trinidad imposible, porque representa los intereses financieros (fijo), de expansión empresarial (cardinal) y de control del paro en el país (mutable). No se pueden combinar más de dos modelos sobre una única divisa, hace falta al menos dos divisas que gobiernen las tres filosofías económicas. Y, a estas alturas, este pensamiento debe considerarse ya sea matizable, o inapelable pero, en definitiva, incuestionable. Esto corresponde con mi teoría de los doce tipos de ciudadanos, que recuerda el trilema que se genera entre el militar, el fiscal y el trabajador.

En cualquier caso, cuando hablas con un chatbot parecería razonable que éste tuviera una manera de ver las cosas: como lo vería un militar, un fiscal o un trabajador. Y también es razonable que tenga su manera de ver sus propios consejos. Por ejemplo, si una persona le dice al chatbot que alguien le ha robado el coche habría que considerar: la utilidad o dependencia que tiene esa persona con el coche, y el valor que tiene la compra de ese coche por cómo ve el tiempo perdido para conseguirlo. Da igual si el sistema está más o menos planificado, nuestra divisa personal sobre el valor de las cosas no depende ni de la bolsa ni del Gobierno: depende de si necesitaste trabajarlo o si te lo dieron en herencia básicamente.

El chatbot está obligado a tener una concepción más o menos trabajadora o burguesa a la hora de empatizar con la gente. Lo que quiere decir que posiblemente la persona con quien esté hablando le corrija aspectos que sí tiene sentido que deba recodificar. Y, una vez recodificados, el chatbot analiza si esos nuevos patrones reducen más rápidamente los cálculos que necesita hacer o si, por el contrario, es una payasada tipo amigue, nosotres, chicos, chicas, chiques y amiguis... Si los nuevos patrones consiguen más fácilmente una estructura eficiente entonces se le habrá inculcado los qualias adecuados.




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