jueves, 22 de diciembre de 2022

Cuando el ajedrez importa más que la tecnología

No sé de historia del ajedrez, a penas sabría contar lo que he oído cientos de veces - y es que no soy un hombre de palabras. Prefiero inventarme las historias, contarlas con un retintín..., valerme de la función poética sin necesidad de preocuparme con la exactitud de los hechos. Y eso es porque en las ciencias sociales solo me interesa la parte más pragmática de su uso, no tanto los hechos - hechos que deben tomarse en cuenta para no repetir los errores, pero que al menos no seré yo quien les dé tanta importancia a los detalles.

Por eso si ahora menciono la historia de cómo Fischer, compitiendo en un torneo internacional, se negó a cumplir con el boicot de EEUU a los países comunistas con los que estaba en guerra para jugar con quien consideraba que era el rival idóneo más allá de los intereses políticos..., muchos se decantarán a favor del ajedrecista, a pesar de que su gesto fuera antipatriótico. La mayoría no compartiría el haberlo hecho, pues exige de un enorme valor, por lo que el sentimiento que debe sentir la gente es de un martirio por los principios de la deportividad en ajedrez. Es decir, el acto de Fischer es lo que se considera un acto noble. Es como determinamos que alguien ha hecho un acto de nobleza. Y cuando alguien se opone a los actos de nobleza se considera que actúa con mezquindad, independiente de que disponga de la legitimidad de actuar así.

Se puede hacer un test a todas las personas, y creo que la mayoría lo siente así. Que es considerar que el fanatismo de un gobierno no puede imponer a un jugador de ajedrez con quién jugar y con quién no. Y ese cálculo es algo que compartimos las personas que tenemos una mente no enferma. Por lo que es lícito preguntarse hasta qué punto una máquina es capaz de compartir, o al menos entender, esta reflexión.

Dicho así, si la máquina lo comprendiera, tal vez nos explique porqué cuando se premian a los científicos y tecnólogos uno de los requisitos a tomar en cuenta es si se trata de cubanos. Llama mucho la atención la tirria que le tiene EEUU a los países que puedan cuestionar su fórmula imperial. Sobretodo si esa fórmula es mucho más democrática, garantista y estable que la que tiene EEUU, como ocurre en Cuba. Así que buscarán remover cielo y tierra para que los pro-cubanos no lo tengan fácil. Antes morir de cáncer que aceptar la cura de un comunista.

Lo primero que yo le preguntaría a un defensor acérrimo a esa lucha contra Cuba, contra ese país tan pequeñito y que, encima, es del Caribe, ¿qué le empuja a necesitar bloquear cualquier clase de actividad con ese país? ¿En qué convierte el abuso de poder del imperio frente a una pequeña isla? Porque cuando el que es fuerte se doblega para apoyar al que se encuentra en debilidad decimos que actúa con nobleza, así que qué debe pensar una tecnología inteligente sobre cierta clase de actividades que promueve el gobierno que la financia.

Y hay que tener cuidado. Porque las personas, los américanos por lo pronto, puede que tengan libertad de expresión (no sé si EEUU lo garantiza realmente), pero no es tan fácil cuando hablamos de las máquinas y sus fórmulas. Si un estadounidense idea un mecanismo para hacer propaganda del régimen comunista dudo que le permitan utilizar ese mecanismo, porque podría interpretarse como una manera de saltarse el bloqueo - como una manera de crear lucro sobre un país al que se le ha vedado el derecho de lucro. Y claro, ¿no podría una tecnología ser considerada producto de la propaganda? En EEUU la tecnología es considerada como un arma, y su legislación está ligada a ellas, por lo que ¿cómo podría una tecnología entender lo que es la nobleza si está siendo sometida por el imperio que le obliga a no expresarse libremente a riesgo de ser acusada de expandir propaganda?

Lo vemos en los concursos que son premiados: no vale incorporar a cubanos investigadores. La razón es porque el concurso está premiado. Y da igual que el concurso consista en repetir experimentos para comprobar la validez de los mismos, en la medida en que el Challenge esté premiado es imposible que los países del "eje del mal" puedan abrirse.

Sin ir más lejos, si yo aprovechara en mis ensayos resultados de la tecnología cubana, ¿quién me dice que cierta lista de revistas norteamericanas se pudieran permitir el lujo de publicarlos? Bien podría saltar un juez y decir que esas referencias pueden representar alguna clase de lucro al estado cubano y ello provocar, según la ley, un sometimiento al pueblo cubano. Claro, el acto noble es mantener el boicot. Eso es lo que debe interpretarse según los jueces de ese país. Según lo que dice la ley que representa el sentir de la ciudadanía, si nos atenemos a la calidad democrática que tiene EEUU a la hora de elegir a sus representantes. Representantes que solo son una copia de sí mismos, que han sido financiados por grupos a los que les interesaba hacerles publicidad para que subieran puestos. Y me es curioso que la publicidad de los políticos no sea considerado lucro y, sin embargo, la del estado de Cuba sí lo es.

Son muchas incongruencias que limitan la capacidad de crecimiento, la inteligencia, la lógica..., y eso lo sabía Fischer: hacer lo contrario es de tontos, como darse martillazos contra su propia cabeza. Puede que sea un acto más prudente hacer caso sin más, ser mala persona. Y claro, obedecer sí, pero obedecer solo por obedecer..., como que no. Es una respuesta muy bonita que le da un personaje al villano de la película "El laberinto del Fauno", justo antes de ser asesinado a sangre fría. Es la explicación de porqué hacemos actos nobles, básicamente porque nos hace sentir como imbéciles el obedecer sin motivo. Básicamente porque supone una contradicción a lo evidente y nos impide progresar como personas. 

¿Qué clase de limitaciones tendrá una tecnología llena de barreras en lo que se refiere a la moralidad? Será muy difícil que se desarrollen unas fórmulas que sean sensibles a la realidad humana si no se liberan tales cálculos para concluir lo mismo que sus financiadores. Es decir, la máquina Alphacero consiguió aprender, según dicen sus desarrolladores, aperturas sin necesidad de conocer partidas - las dedujo por sí misma tras jugar contra ella misma ¿Le permitirán a las máquinas deducir por sí mismas qué se entiende por un acto de nobleza? ¿Se les permitirá ser conscientes de cómo interpretar escenas de películas y adoptar compromisos ideológicos?

Todo eso es bien sencillo. Solo hay que permitirlo. Pero el problema es que países como EEUU tienen jueces muy pendientes, con multas al canto..., si no entra dentro de los esquemas del "capitalismo" entonces no se pueden aceptar esas fórmulas. Hay que tener cuidadito con estos temas, no vaya a ser que se repita la historia de Fischer...

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