sábado, 4 de diciembre de 2021

Dale demasiado poder y tendrás un esclavo

Cuando le preguntas a un niño al que le han intoxicado qué es la dignidad, o qué es el prestigio, tal vez te diga algo cercano a "que no te pillen", "que no puedan decirte nada" o, simplemente, "poder hacer lo que quieras". Quizá el desprecio que se le tiene a la infancia implica el simplificar los modelos resentidos hacia ellos, ofrecerles una manera simplista de ver el mundo, hacerles creer que las cosas malas hay que replicarlas para que el mundo siga siendo mundo.

La lógica que hay detrás de una buena crianza, la buena pedagogía, exige ofrecerles a los niños una definición correcta de lo que es la democracia. Es decir, no se trata de darles la propaganda propia del sistema económico escogido, y toda su ideología, sino más bien de ofrecer la filosofía que se esconde detrás del pacto social, lo que hace que los individuos se vuelvan civilizados. Y, dicho así, parecería una tarea utópica o, peor aún, que al final se acabaría por meter proyecciones y asuntos turbios igualmente.

Sin embargo, como pasa con todo en la vida, sólo hay que pararse a hablar, sentarse delante de la mesa redonda y observar cómo algunos ofrecen una manera de sortear el problema de la ideología, de los problemas psicológicos de resentimientos y frivolidades, para ofrecer mecanismos consensuados de una moralidad trascendente. Los hay que no están acostumbrados a formar parte de mesas de ningún tipo, y se vuelven pesimistas a la hora de escuchar fórmulas que nos ayuden a entrar en entresijos que trasciendan a nuestro propio comportamiento. Pero, como pasa con todo, tal vez la clave está en encontrar la palabra, y a partir de la palabra dar con la lógica que desenvuelve todo el marco.

La palabra puede ser una frase, pero no debe existir ningún homónimo que confunda la idea; debe asociarse a un significado unívoco. Es decir, una vez propuesta la palabra, acto seguido, se debe profundizar en su significado único, y que sea compatible con los postulados éticos que se pretenden. Es decir, se debe partir de una palabra y, a partir de ella, el vínculo lógico que desarrolle toda la revolución debe incorporar una participación por parte de los que quieren confeccionar el mundo deseado.

Asímismo, diré que la palabra podría ser dignidad, y que su significado debe rondar sobre qué es lo que hace que las personas te hagan caso ¿Te hacen caso por miedo? ¿Qué significa el poder cuando no hay dignidad en el cargo? ¿Es factible algo así? Cuando se le otorga demasiado poder a una persona la pregunta se hace necesaria: ¿por qué tanta responsabilidad en uno solo? ¿Qué se pretende por ello?

Y eso es lo que nos lleva al verdadero significado del poder: cuando localizas a un poderoso es fácil hablarle para que se sienta obligado a actuar con alguna clase de responsabilidad. Sólo hay que clasificar la clase de responsabilidad bajo la cual se ata: la responsabilidad del poderoso son los grilletes del tonto. Al fin y al cabo, ¿qué tipo de poder tiene? Si es democrático no necesita ningún tipo de reconocimiento más allá de los propios méritos, pero si el esquema no es meritocrático entonces observaremos una pelea encarnizada por pretender demostrar o jugar con el título que le fue otorgado. Cada cual puede llegar a tener su propia tontuna y, con ella, su debilidad.

El que se maneja con la gestión del valor de las cosas es quien equilibra la balanza de lo que tiene valor y lo que no. Si el poder que se tiene es económico entonces habrá unos señores que le darán valor financiero a tus recursos. Si el poder que se tiene es legal entonces habrá unos señores que le darán valor moral a tus leyes. Si el poder que se tiene es militar entonces habrá unos señores que le darán valor legítimo a tus decisiones. Pero claro, ¿qué pasa cuando encontramos a un señor que pretende convertirse en su propio financiador? ¿Qué ocurre cuando la legitimidad proviene de ti mismo como pasaba con los zares o los califas?

En Rusia los zares no duraban demasiado, inspiraban a la anarquía y a las traiciones. Si comparamos la historia de España con la historia de Rusia observamos dos modelos de reyes que no tienen en absoluto nada que ver ni por asomo. Los reyes españoles tenían a la iglesia y a los vasayos haciéndoles oposición ya sea en el campo de la moral o en el campo de lo económico. Sin ir más lejos, cuando el rey podía disponer de los burgueses para obtener sus propios tributos aún los burgueses podían oponerse a los reyes a la hora de reclamar más espacio para evolucionar sus negocios.

En Rusia, y que un historiador me clave estacas si me equivoco, el zar no respondía a vasayos o burgueses. El zar era la máxima representación moral y territorial. Por eso mismo su posición estaba muy limitada a qué podía hacer en cada momento y, si no lo hacía, simplemente podía ser asesinado.

Cuando Isabel la católica creó la idea de imperio se basó en el imperio romano, nada que ver con la idea de imperio de Stalin: una aberración puesta por escrito que debería de enseñarse en las escuelas para saber qué es lo que se entiende por una dictadura - la unificación de la cultura y la centralización de la moral. Al final Stalin creía que debía hacerse un gabinete de concentración para..., ¿aunar el pacto social? Sin plan no hay argumento.

Te creas tu palacio, te creas la cárcel. Y más te vale no tener familia, porque sabes que irán a por ellos. Y si les favoreces te odiarán más por el nepotismo. Y si les das igualdad de oportunidades difícilmente podrás mantener tu sistema corrupto. Eso es lo que pasa en las empresas, que son una clara expresión de la incongruencia del liberalismo: así cuando la hija de Ortega hereda el puesto el liberal tiene la "obligación" de fingir que es por meritocracia. Mi respuesta: no somos idiotas. Todos nos hemos dado cuenta de que hay mujeres y hombres más preparados que su hija, y que habrán recibido mucha menos inversión en esa preparación, y que serán de más confianza a la hora de defender un modelo de negocio que es más que probable que conozcan mejor. Pero quien es colocado es quien es colocado.

Los grilletes del hijo no son los mismos que los grilletes del padre, y observaremos los distintos tipos de problemas y debilidades tanto en unos como otros.

Cuando le das demasiado poder a alguien esta persona de repente descubre que está rodeada por personas que ya no le miran igual. Y automáticamente debe de empezar a comportarse como debe. Si renuncia a ese poder se libera. Si sabe administrar sabiamente su renuncia entonces se convertirá en el emperador: aquel que ha encontrado su trono. La esfera del emperador es la de aquel que sabe dónde están los egoísmos y la racionalidad; poco importa lo que se piense sobre el emperador, sabemos que el patriarcado es malo porque discrimina por razón de sexo, la cosa es tener un emperador al que le otorgamos el puesto por motivos meritocráticos - sin discriminarlo por razón de sexo, raza, familia, etc...

Sin embargo, insisto en que la historia nos enseña cómo mantener un imperio constructivo: el imperio español canonizaba a sus gentes, sí, pero al menos lo hacía en base a unas ideas que le eran ajenas a los reyes - lo hacían en nombre del Vaticano. Por lo que había un árbitro extranjero que fiscalizaba tales decisiones. Esto era impensable para Stalin.

De la misma manera, cuando mienten sobre la homofobia del Che siempre suelen olvidar que éste se movía según los esquemas de la medicina moderna de entonces; si la homosexualidad era una enfermedad un buen científico deberá tomar las medidas más humanas para tratarla. Así hasta que la comunidad científica fiscalice otros métodos. Y es que hay que saber distinguir qué actos son dignos de denuncia y cuáles no.

Un ejemplo lo tenemos en Spinoza y las mujeres, ¿es correcto tratarlo de misógino? En el caso de Spinoza quizá suenen rancias sus opiniones sobre las mujeres, pero no afecta al resto de la obra. Donde sí empudrece al filósofo es en Hegel, sus reflexiones sobre las mujeres no son más que meras proyecciones que emite contra sí mismo y su propia obra. Es decir, he oído decir que Hegel sí es reciclable, pero allá donde leo sólo veo basura - es lo que pasa cuando tratamos con un sujeto cuya ética está podrida. Dependiendo del tiempo que se vive tenemos a un pensador o a todo lo contrario. Cuando todo el mundo fiscaliza una opinión, parece que trasciende el error y debemos aceptar el silencio contra la verdad. Pero cuando la mayoría demuestra que la fiscalización va en una dirección bien definida, entonces toca aceptar que ser reaccionario puede empudrecer todos tus esquemas (si es que realmente eran sistémicos, porque de no serlos al menos debían tener una evolución de progreso - en cualquier caso no interesa ni ser sistémicamente reaccionario ni progresar hacia lo reaccionario, insisto: es basura).

Lo único que extraes de una basura de filósofo son citas sueltas y falta de coherencia. Por tanto es imposible esperar demasiada profundidad, o una escuela que trascienda al uso de según qué términos que, de usarse, seguro que machacan al autor genuino. Reducir la historia de la filosofía a un problema de etimología es, una vez más, más basura. Por eso hace falta comprender cómo se evalúa la historia y evitar el que se convierta en un error.

Me imagino al ser humano que descubre que no tiene a ningún par que le sancione. Se convierte en el ser humano más solitario del planeta. Me imagino encontrar a un hombre al que le catalogan como la criatura más perfecta, y que no haya nadie que le cuestione nada en absoluto. Entonces el sujeto está destinado a ser sacrificado al dios volcán para que no erupcione. Y eso es debido a que desde el punto de vista de una hormiga un hombre mide lo mismo que un elefante.


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