domingo, 5 de diciembre de 2021

Salvajismo. Fórmula y tratamiento

Si hay algo que realmente le puede inquietar a un informático que trata los temas del soporte lógico es el del salvajismo. Es decir, tanto si le gusta los temas de gestión como los de procesamiento del lenguaje interesa saber cuándo en el sistema un agente podría salirse de los procedimientos establecidos para así diseñar sistemas robustos (confiabilidad), así como determinar qué pasaría si la máquina adopta posiciones aparentemente azarosas, ¿sería para mejor, cómo se comportaría ante un salvaje?

Un ejemplo peculiar es la reacción que tuvo Kasparov cuando perdió ante Deep Blue, al tirar la silla en la que estaba sentado. Es un comportamiento impredecible, la reacción de la ira por perder es algo que se convierte en un misterio para psicólogos e informáticos: ¿nos hace más inteligentes tener esos desmanes?

Así que lo primero que hay que hacer es definir el salvajismo. Debemos comprender que la Justicia, como tal, es un conjunto de convenciones morales establecidos por la sociedad en aras a la ética humana que debe trascender a su cultura. Por eso debemos comprender que en ocasiones el salvajismo no tiene porqué ir contra el código deóntico, y es un carácter digno de ser estudiado para desarrollar la idea de lo que es la Libertad.

En principio no podemos esperar fundar un imperio si éste es liderado por salvajes, y creo que esa es una buena forma de definir las cosas: como condición sine qua nom, es imposible hablar de un imperio de salvajes, todo lo más, una agrupación connivente y numerosa de salvajes; algo que no se ha dado nunca en la historia de la civilización humana. Debemos suponer, porque así nos lo dice la empiria, que cuando los salvajes comandan el destino de la civilización es su autodestrucción y un proceso de tribalización, o vuelta a las aldeas.

Esas serán las consecuencias del salvajismo colectivo, ahora bien: ¿cuál es la microfórmula que lo activa en el comportamiento individual? Decimos que una persona es salvaje, si se lo atribuimos a un colectivo es porque en el grupo los salvajes han ganado - porque la sociedad ha sucumbido y no es ya un estado de derecho.

Diremos que un sujeto es salvaje cuando no tenga disciplina y es idiota. Es decir, ser disciplinado es un atributo no persistente, mientras que la idiotez se queda pegada - y no me refiero a tener alguna discapacidad o sufrir algún trastorno o enfermedad. Es como decir que el salvajismo es un vicio indisciplinado por parte de los idiotas, los que no superan el test de la tontez que ya puse en este blog.

Repasemos un poco: catalogo por tonto a quien trasvalora lo realmente importante, cuando esos valores son trascendentes a toda cultura. El tonto es el que no tiene las aptitudes necesarias para actuar con sentido común. Cuando le señalas la luna el verdadero tonto es el que se queda jugando con la aplicación del móvil. Cuando en una interacción entre dos personas hay un desentendimiento se corre el riesgo de que uno de los dos sea el verdadero tonto, aunque le parezca lo contrario al que lo es. Por eso ser tonto es muy peligroso, podríamos hablar de necios que no saben lo tontos que son; o incluso de mezquinos que han avanzado en su idiotez hasta el punto de crear escuela. La mezquindad debe ser tratada.

Por otro lado está la poca disciplina. Esto se produce cuando una persona rehusa a ser educada, a trata a los demás con aparente respeto - no con respeto, sino con aparente respeto. Así, si no se guarda ni el más mínimo decoro los problemas de disciplina ya se disparan.

Podemos abogar por el liderazgo dinámico para estudiar cómo tratar con cada caso: no querer ser civilizado es no ser disciplinado y no saber ser civilizado es ser tonto. Así, si no se quiere pero se puede entonces hay que intentar participar de su progresismo, de su carácter trasgresor, para determinar cuáles deben ser las formas correctas. Si se quiere pero no se puede entonces estamos ante alguien muy educado que se equivoca de pe a pa, pero podemos dialogar con esa persona y darle directrices creativas.

El asunto es cuando estamos ante un maleducado que, encima, es tonto perdido. Entonces estamos ante un salvaje y el tratamiento que merece es la dictadura, el que le digan qué hacer, cómo, etc... Cuando tratamos con auténticos mezquinos es absurdo darle un tratamiento esperanzador, lo que hay que hacer con ellos es directamente encerrarlos hasta que se les baje los humos. Hablamos de que el salvajismo es una forma de sociopatía que, en ocasiones puede ser hasta mortalmente peligrosa debido al vínculo que tiene con la violencia.

Obviamente, en una sociedad civilizada una persona puede elegir cómo presentarse: si se ve que grita, que babea, que se pone como en plan verde, o algo así, parecería lógico encerrarlo primero y luego ya..., si eso tal. 

Por ejemplo, ¿qué pasa cuando algo tan básico como lo que aquí escribo no lo entiende un juez de guardia? Un profesor agrede casi mortalmente a un alumno y es detenido por ello, además ya le han detenido otras veces también por agredir al mismo alumno y siempre por la espalda, y el juicio aún está en ciernes. El juez español, como es un señor adinerado, pone en valía el hecho de que he mencionado la palabra "profesor", y eso anula cualquier idea de salvajismo. Pues bien, a mi juicio tanto profesor como juez deberían de estar entre rejas.

Cuando una sociedad defiende principios pro-salvajes con la excusa de la burocracia obtenemos un modelo novelesco muy propio de Kafka. Da igual si el modelo es socialista o liberal. Por eso el mejor tratamiento pasa por examinar las medidas cautelares que aplican los jueces o los poderes ejecutivos para defender "a los suyos". Y eso es debido a que el tonto no ve en su semejante a otro tonto. Algunos confunden tontez con ideología, y eso es porque no se percatan de que su ideología es de tontos. Y lo malo de la socialdemocracia es que relativiza las fórmulas necesarias para acabar con la idiocracia, es decir, con el tiempo puede acabar o no en un sistema más o menos de idiotas y, si tiramos de la teoríad el caos, eso quiere decir que es cuestión de tiempo o (combinado con la ley Lithe) cuestión de número de personas.

¿Imperio socialdemócrata? A ojos de los países pequeños se antoja como un imperio de gente estúpida. Y eso es debido a que el azar puede llevarles a caminos más que superados en otros países, caminos que en otros países se sabe que no se debe pasar por ahí.

Cuando veo a sujetos como Donald Trump lo primero que se me pasa por la cabeza es la palabra "salvaje". Y lo elijo a él expresamente porque llama mucho la atención su figura y su carrera. Me da igual cuál es el lider actual de los republicanos en EEUU porque, insisto, no es un problema político. Pero cuando veo a gente que finge ser apolíticos apoyando a Trump..., pues sí, lo que veo es mucho salvajismo, mucha tontez... Y contra un tonto educado se puede discutir, pero contra un salvaje no hay nada que hacer: hasta que no lo vea por sí mismo, hasta que no se pare y descubra el engaño no reaccionará - sobretodo si el sistema le da alas para que siga manteniendo su postura. Y no seré yo quien imponga mi pensamiento por encima de la de los demás, eso está claro.

Sin embargo debemos comprender que por esa razón debe establecerse una programación oficial que permita saber qué se entiende por disciplina, por historia y cómo determinar lo que es realmente importante. Y ése es el papel de una educación pública única.


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