Éramos pocos y parió la abuela

En esta etapa extraña en la que los proyectos ya no merecen ser defendidos, aún los hay que no dudan en sabotear a un negocio tan pequeño como el mío. Trabajo 12 horas al día y 7 días a la semana, con la idea en el cuerpo de que haga lo que haga no hay nada más que pueda hacer y, sin embargo, los hay rapiñas que quieren extorsionarme aún más.

Windows con sus insistencias y sus actualizaciones. Anoche me pidió un imposible: demasiado espacio libre en el disco duro como para concedérselo. Entonces hoy me vino con su venganza..., y claro, a saber si fue la mafia de Microsoft o vete tú a saber...

En un momento dado, esta mañana, el servicio que usa el teclado empezó a pulsar "la tecla izquierda". Es decir, que si me ponía a escribir, automáticamente, se iba el puntero lo más a la izquierda posible - de manera compulsiva.

Esto provocó que automáticamente el vídeo que estaba viendo en Youtube se reiniciara para mi sorpresa y, claro, empecé a buscar los motivos. Busqué en el registro: no había ningún programa nuevo, ni tampoco en el inicio ¿Entonces, dónde se había metido el virus? Consulté en el antivirus, nada raro - todo en condiciones. Además de que sabía que no había instalado ningún programa en el equipo. La única incidencia: una actualización de Windows que no pude instalar porque no me cabía.

Así que sólo había dos opciones: o era Microsoft o era la empresa que se encarga de la seguridad de mi equipo Anytech365, cuyo comportamiento también era doloso.

El dolo de Microsoft consistía en que te insistía y te insistía, se metía en tu interfaz, te ponía ventanas, ocupaba una enorme cantidad de espacio en tu equipo, te volvía a insistir, así hasta que actualizaras a una versión de prueba que no habían probado con nadie. Te puteaban hasta que no aguantaras más sus intromisiones. Y la cosa es que esto es una empresa: la mía es un kiosko y no necesito el 99% de las estúpidas funcionalidades que me ofrecen, ni tampoco quiero asumir los costes del cambio de un sistema a otro; pero me lo imponen.

El dolo de Anytech365 es que tanto en este equipo como en el otro que les di acceso para que me lo tocaran cada cierto tiempo el servicio del botón derecho del ratón se activa solo. Es algo que ya les comenté, y la respuesta que recibí, por supuesto, no fue en absoluto satisfactoria. Pero la cosa es que el sistema judicial español es hasta cierto punto tan execrable que, si fuera a acudir a la policía, que tampoco son unos lumbreras, entonces conque sólo uno de los dos falle (y lo harán los dos) entonces pensar en una denuncia se convierte en un imposible.

En casos como estos lo mejor es pensar que estamos ante las mafias del siglo XXI. Es decir, ya no te siguen unos desconocidos con maletines, o no te masacran desde una limusina con ametralladoras. En estos casos la extorsión es tan sutil como que se te meta un software malicioso y, automáticamente, te veas obligado a acudir a una empresa de mantenimiento del software. Y esas empresas son de pago.

Eso es lo que pasa cuando no hay dinero. Eso es lo que pasa cuando prima el desperdicio en la sociedad, la anarquía.

Es lo mismo que pasa cuando comparamos la renta básica con la tributación negativa. Con la renta básica automáticamente todo el mundo gana una cantidad de dinero, yo recomiendo que la cantidad sea una proporción de lo que necesitaría una familia. Mientras que con la tributación negativa, al declarar a Hacienda, el resultado sería al terminar el año el mismo..., bueno, el mismo no: cada vez que tributes Hacienda deberá de suministrarte la cantidad oportuna ¿declaras todos los meses? ¿O pretenden darnos lo cobrado todos los meses hasta llegar el año? ¿Cuál es el matiz? Pues tan simple como que llega el funcionario y dice: "Pues no te la doy" Y claro, ¿eso por qué? Simple y llanamente PORQUE NO LE DA LA REAL GANA.

Y esto que denuncio es la realidad. Nada que ver con la mierda que sueltan los políticos. Algo tan trivial como ponerse de alta de autónomo para un kiosko por parte de un informático con experiencia en varios años de los servicios que ahí se prestan..., eso fue para mí una epopeya el conseguir que ese prevaricador de Hacienda se prestara simple y llanamente a ponerme de alta. Y la cosa es que alguien podría pensar que tal vez la culpa fuera mía: lo dudo, porque para cuando decidí explotar lo hice de un chillido aislado combinado con una amenaza de muerte. Lo normal sería que si yo no hubiera tenido razón automáticamente me habría visto rodeado de policías y envuelto en una denuncia por amenazas - pero la realidad es que donde manda el mafioso de turno sus propios compañeros ya se intuyen dónde estaba el problema.

El problema es que donde aún hay restos de falangismo aún veremos ese paternalismo de esos señores que deberían de acabar en el paro. De la misma manera vemos distintas formas sutiles de extorsionar, por ejemplo, en los aeropuertos (aquí sí que he tenido la suerte de procurar no visitar ninguno). La dictadura institucionalista aparece allá donde el poder político decidió tirar la toalla. Y claro, cuando observamos casos de extorsión suave siempre surge la pregunta: ¿qué hacer?

Son casos donde la sorpresa te invade. Hay personas que han sabido adaptarse para hacerle la pelota al funcionario, o megacorporación, de turno. Pero el problema es que cuando se hace la pelota de esa manera no es para evitar una demanda, con los costes de tiempo y dinero que supone se tenga o no razón, sino porque en el fondo todo esto no es más que un caos enmascarado. La Justicia, aun estando las cosas completamente claras, es una auténtica mierda.

Tan solo, de vez en cuando, cuando son conscientes de que corre peligro su integridad física, hasta el punto de que podrían morir por hacer el ganso, entonces hasta es probable que abandonen ese lenguaje de extorsión blanda. Esa compulsión constante que hace que tengas que acudir constantemente al mismo chapuzas.

La cosa cambiaría en un entorno donde no necesites trabajar. En un entorno donde podrían echar a alguien sin que tengas que sentirte mal. La cosa cambia cuando una decisión deja de afectar a la economía para afectar exclusivamente a la financiación.

El que no vivamos todavía en un mundo así, con la cultura que tenemos, es como para tildar a este sistema de no democrático. Dictadura institucionalista.