Hay dos tipos de épocas: las que se basan en las nuevas historias y las que se basan en novelas históricas para avanzar. Nuestra sociedad lleva mucho tiempo yendo en dirección contraria, y sigue retrocediendo.
Procederé a darle un viejo toque de héroes que se ubican entre la Posibilidad y la Magia.
Una vez saliendo de un lugar de fiesta creí estar seguro de hacia donde dirigirme para regresar a casa: podía salir hacia la izquierda o hacia la derecha del Zoco, en la Manga no hay más posibilidades. Entonces me equivoqué de camino, y me corrigió mi primo. Podía hacerle caso a él ya que la casa donde veraneaba era la suya propia. En cualquier caso me preguntó qué habría pasado si me hubiera puesto a caminar en dirección contraria:
- Acabaría dando con esa curva que asciende y me daría cuenta de que por ahí no es. Por lo que tendría que desandar lo andado.
Cuando cometemos un error sólo la historia nos salva. Los errores siempre se repiten, como lo hacen las propias historias.
Tenemos estudios bastante sólidos de filología sobre la tipología del cuento. Por ejemplo, la historia de Juego de Tronos, ¿es original? Voy a aventurarme a decir que no (cuando todos sabemos que lo es), y lo diré aludiendo a la tipografía de cuento murciano 1425B llevado a cabo desde el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM Centro de Estudios Cervantinos por el investigador Ángel Hernández Fernández.
En ese antiquísimo cuento (1425B) originario quizás por Cartagena, se recoge:
El marido, a punto de morir, pregunta a su mujer quién es el padre del único
hijo rubio que tienen, ya que todos los demás son morenos.
hijo rubio que tienen, ya que todos los demás son morenos.
La esposa le anima a que muera tranquilo pues solo el rubio es suyo.
Este cuento, para ser contado, debe adornarse con las técnicas oportunas para describir la escena con toda su riqueza literaria. Los cuentacuentos, así como hacen los cómicos hoy día, no se conforman con seguir el guión sin más, consideran interesante a partir del comportamiento del público el desarrollar más unos temas u otros. De hecho, donde ponermos un rubio podemos poner un moreno, donde hay una niña cambiémoslo por un niño...
Visto así, crear toda la historia del primer tomo de Juego de tronos a partir de esta idea suena descabellado. Pero claro, no hay que olvidar que la trama fundamental de la primera temporada era esa idea y no otra.
De la misma manera, podemos encontrar pequeñas trazas de historias YA CONTADAS por otros: la historia se repite. Sólo cambia el dragón por un mago, la princesa por un escudero gay, el caballero por una lámpara parlanchina..., crear historias está a la vuelta de la esquina cuando te conoces la estructura que se repite.
Esto mismo ya fue estudiado genialmente por Propp, en su morfología del cuento. Y, claro, la cosa es: ¿qué tipo de sociedad es la que no es capaz de darse cuenta de que la historia una y otra vez se repite cuando así ocurre?
Es como un par de amigos, uno empieza a tomar un camino equivocado y le da por no escuchar al otro. Al final deben usar de su memoria algo objetivo en lo que basarse para deducir cuál de los dos NO tiene razón. Porque sí: no hay relatividades. O se progresa o se reacciona al progreso. O se avanza o se retrocede.
Desde hace tiempo, en muchos aspectos, la izquierda se ha envalentonado marcando una pauta reaccionaria. Así que la derecha está repitiendo los avances que llevó a cabo la izquierda. Estoy viendo el discurso de Simone de Beauvoir en la derecha mientras la izquierda ¡¡la cita!! y, en su parafraseo, esos de derechas acusan a Simone de Beauvoir de aberraciones que jamás diría.
Es un claro caso de vómito hacia la historia y la filosofía. Para no aceptar que se está yendo hacia atrás lo que se hace es negar la Historia.
Esto provoca que, en ocasiones, la derecha sea progresista y la izquierda reaccionaria. La inversión política se produce cuando las historias sobre memoria histórica no han sido convenientemente bien desarrolladas. Ahora más que nunca hay que ver más películas sobre historia, de personajes conocidos, de sus obras..., y hay que crear comisiones que obliguen a los juristas a valerse o no de sentencias de según qué épocas, así como sus leyes, influenciando a la jurisprudencia. Una comisión de expertos que nos diga qué pasó podría quitarle a la derecha la batuta progresista para enderezar la situación a lo natural: el socialismo debe ser progresivamente creativo.
Uno de los principales problemas que vivió el socialismo fue algunas de las creencias de Marx de que la economía más familiar pudiera controlarse bajo una ciencia; hay otras fórmulas, más laxas, que también planifican lo importante y dejan hacer a las pequeñas economías - burocratizan menos, porque las utopías se preocupan de controlar lo que a nadie le importa cuando el liberalismo debería de estar impreso en su formato.
En cualquier caso, es la sociedad la que debe decidir qué impulsar y qué reprender. En un entorno familiar, por ejemplo, tenemos el ejemplo más perfecto: siempre el psicópata es el que es incapaz de saber cuándo impulsar y promover comportamientos y cuándo castigar o reprenderlos. Es decir, el que no comprende el entorno familiar suele intoxicar con su influencia las relaciones: suele reprender donde no hay malicia, o suele promover comportamientos viciosos.
Ocurre como el caso que nos explica la famosa abogada justo aquí, resulta que se pretende promover que "El amor de una madre debe prevalecer por encima de sus faltas" y se pretende castigar que "Un padre pueda ofrecer una educación donde la madre no pueda". Bajo esas premisas que el sentido común nos dice que son aberraciones, el psicópata (y el sociópata, que es el que se hace) opta por defender su ideología - porque moverse bajo los parámetros de la ley o del código deóntico se le hace pequeño.
Es decir: las personas que tienen problemas sociopáticos graves suelen creerse por encima de la ley y, automáticamente, incumplen preceptos éticos expresos sabiendo que cometen alguna clase de infracción (en este caso un delito de prevaricación con alevosía y en coordinación conjunta y para generar daños GRAVÍSIMOS de por vida que podrían generar discapacidad en dos menores perfectamente sanos).
Visto así se debe comprender el enorme daño que genera no tener mecanismos contra los comportamientos reaccionarios. Ciertamente se trata de actos de terrorismo de estado que, si se persiguen correctamente, hablaríamos de algo así como 11 años por persona implicada. No es poquita cosa: son crímenes importantes.
A medida de que la izquierda siga avanzando hacia atrás, es posible que los medios de comunicación se lucren con más y más noticias bárbaras. De ahí surgen serias preguntas sobre su profesionalidad: ¿realmente son tan mezquinos? En muchos casos se ha descubierto columnistas cuyo nivel de cinismo demostraba que no sólo mentían, sino que además tonteaban con datos técnicos negando una realidad científica y unos datos que erán unánimes en su contra. Hablamos de una Inquisición que adoctrina, censura la historia y que intenta coger el máximo impulso en contra del derecho de los seres humanos. Y todo (posiblemente en muchos casos) por dinero...
Aún así las líneas editoriales, no como en otros tiempos en los que gente como yo teníamos algo de influencia, siguen tratando con tales expertos. Se quiere probar a colocar gente manipuladora y cínica, ¿qué hacer entonces? ¿Sabotearlos? ¿Destruir sus vidas? Entonces se harían las víctimas, ¿cómo declararles la guerra de manera que la gente lo entienda? ¿Seguir esperando hasta que se arruinen sus jefes?
Ciertamente vivimos tiempos muy tétricos donde el progresismo no tiene poder de convocatoria para manifestarse, para reunirse contra una posición... Si se hace, debe estudiarse todos los frentes, y los convencionales no son los adecuados.
En la URSS se inventó el boicot, ¿funcionaría? Creer que todo se resolverá solo..., lo hará, la historia es lo que nos cuenta: pero hay muchos terraplanistas que niegan los hechos y, mientras tanto, volverá a resurgir las hordas de señores bebedores de leche cruda. Lamentable.
Seguiré aquí lamentándome de mi presidio de cristal.
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