lunes, 1 de julio de 2019

Presidente Calígula de Venezuela

Voy a necesitar mucho valor para empezar a probar una clase que tenía pensada. Luego la publicaré por dos medios y tal... El metaclasificador por excelencia. Ahora bien, ¿qué significa clasificar?




Hoy iba a desahogarme con una entrada política, sin embargo tenía previsto escribir un código demasiado diferente y del que especulo que se podría extraer, bien configurada la máquina, una enorme innovación en el campo de la clasificación no supervisada y las bases de datos..., una serie de usos que creo que no se han investigado/compartido mucho por el momento.

Las conclusiones a las que estoy llegando son demasiado graves como para que me atreva a hacerlo sin más - y tampoco me veo obligado a trabajar más rápido (no-ganaré lo mismo). Así que me lo iré tomando con calma para que el análisis más profundo lo dé el propio autor.

Y este análisis consiste en intentar averiguar qué significa clasificar, sobretodo cuando es algo más que simples datos...

Venezuela está siendo gobernada por un sujeto bastante peculiar, alguien que ha sido elegido por el pueblo. Sin embargo existe una razón por la cual es bastante molesto. Otros presidentes no lo son tanto, como el de Ecuador o incluso el de Uruguay. Esta entrada nos hablará de cómo existe una clasificación para las personas - más allá de lo jugoso que sea un país por su petroleo o su coltán.

Cuando clasifico cualidades de personas, sociedades, etc..., los recursos que necesitamos, características o comportamientos que tenemos, me gusta hacerlo de cuatro en cuatro. La razón es porque suelo encontrar tres simetrías: como si pudiéramos encontrar ocho maneras de clasificar el elemento y prohibiéramos la mitad - lo que nos da una información de un bit extra al usar ese mecanismo de clasificación.

Cada clasificador se centra en una razón o motivo por el cual se lleva a cabo la clasificación. Por tanto, podemos clasificar a las personas de cuatro maneras, sí, pero de una cantidad ilimitada de formas de clasificar de esas cuatro maneras - dependiendo del punto de vista en el que nos queramos centrar.

Si nos fijáramos en la primera clasificación que reciben las personas (su papel dentro de la sociedad) observamos esos cuatro tipos que yo, por lo pronto denomino:
  1. Offsiders. Indigentes sin cultura que malviven como parásitos incivilizados.
  2. Indigentes. Pueblo consumista que no tiene futuro en la sociedad en la que pertenece.
  3. Siervos Burgueses. Los sacrificados trabajadores con un nicho de propiedad.
  4. Amos Inútiles. Los inútiles acorbatados. Necios mesiánicos.
En una sociedad no democrática, cuando está regida por la plutocracia, esa clasificación se mantiene y se establece. Cuando una persona acumula grandes cantidades de dinero la gran duda corroe: ¿por qué lo hace? ¿Qué gana por ello? ¿Ganar dinero por ganarlo? ¿Teme no poder dar de comer a sus hijos? No - la mayoría de los casos es porque se considera un mesías y un ejemplo a seguir, un orgullo acumular tanto dinero, disponer de él para hacer grandes proyectos imposibles para la plebe. Además, todos caen en ese sesgo gracioso: es SU dinero.

El dinero... Entiendo que le costó ganarlo, que tuvo tiempo y esfuerzo. Que asumió riesgos jugando limpio. Entiendo que la manera de conseguirlo fue resultado de un talento digno de orgullo, un ejemplo a seguir. Sin embargo, la mayoría de las veces el dinero no se consigue por ninguna de esas razones y, sin embargo, es SU dinero.

Yo entiendo: es su tiempo, es su esfuerzo, es su riesgo, es su talento..., pero no: en realidad suele ser su robo, su herencia, su regalo, su extorsión, su mentira... Por eso son unos inútiles, y no lo saben. En la sociedad plutocrática a estos inútiles hay que darles cuotas de poder, y convertirlos en presidentes.

Los burgueses han considerado que su vida no merece la pena vivirla por el dinero más que por el poder, igual que los inútiles tienen mucho poder y están siempre ávidos por el dinero, los burgueses tienen mucho dinero y están ávidos por el poder. Los burgueses acostumbran a gastar y entran en el juego de la especulación financiera marcada por los inútiles. Cuando reciben un incentivo económico el burgués, el muy idiota, se siente incentivado porque es un burgués plutocrático. Cuando al inútil le dan una pequeña cuota de poder el muy idiota se siente motivado, como si realmente hubiera ganado absolutamente nada. En definitiva, limitados por los principios plutocráticos son los que rigen y regulan la rueda de la fortuna en este mundo.

Está claro que todas las personas acaban siendo clasificadas dentro de estos esquemas, mientras exista la plutocracia. Y aquellos que la alimenten se mantienen entre las cuatro clasificaciones correctas.

Según el modelo que vivimos yo sería un indigente. No tengo propiedades ni nada. Pero tengo suficiente cultura como para que en un sistema meritocrático me corresponda una vida estable. Al estar tan desubicado de los esquemas plutocráticos, entonces empiezo a ser molesto. Otro gallo cantaría si no tuviera cultura: entonces poco a poco me iría apartando de la civilización, del mundo que me rodea..., acabaría convirtiéndome en un offsider.

El offsider es un freak, puede tener mucho o poco dinero, tener carreras o no, ser o no un genio..., pero lo que lo identifica es su sociopatía e incapacidad para entrar en el juego. Los vemos cometiendo delitos de gravedad, matando gente, expresando caricaturas de la realidad sin coherencia ni sentido, haciendo como que filosofan, haciendo como que escriben..., incapaces de mantener una teoría con sentido. En realidad lo que hacen es ocupar una posición dentro del sistema y, como los inútiles, parasitan de él. Marx los llamaba los lumpens. No son mucho mejores que los que tienen grandes propiedades y dinero.

Cuando en un país ponemos a un offsider como presidente veremos cómo el país sucumbe por sí mismo y se cae por su propio peso. Entonces el imperio sólo tiene que estar cerca para recoger los pedazos que queden, para extorsionar a los dirigentes sin principios y negociar como perros. Pero cuando se pone como presidente a un indigente entonces la cosa cambia.

Para el inútil que quiere gobernar con sus intereses plutocráticos, el indigente le romperá los esquemas. Por eso cuando Evo Morales subió al poder los inútiles tuvieron la imperiosa necesidad de hablar con él: ¿qué es Evo Morales? ¿Un indigente o un offsider? Si tiene cultura, entonces es incompatible conque no tenga poder. Correa tiene cultura, pero tiene poder, así que será un deep presidente - pero como Ecuador tiene vínculos muy estrechos con EEUU..., tiene pase. Múgica tiene cultura y proviene de la peligrosa austeridad, pero Uruguay no tiene recursos tan interesantes - sólo hay llamas, un puñao de campesinos y un buen equipo de fútbol.

A Evo no le tomaron en serio..., quizá porque se subyugaba al movimiento de Chávez...

En cualquier caso, lo que sí es innegable es que Maduro tiene todas las cartas: conductor de autobuses sin mayor futuro rescatado para ser guardaespaldas de Hugo Chávez y aprender de él, adquirir la cultura suficiente como para entender cómo dirigir el poder. Así que de ahí nace el deseo de reescribir la historia, intentar potenciar al máximo la imagen que le haga más débil en el poder: el de la legitimidad de las urnas, por ejemplo.

El plutócrata sabe que es demasiado inútil como para saber negociar en igualdad de condiciones, aunque lleve muchos metros de ventaja. Se ven a sí mismos como inútiles - porque saben que lo son y, los que no lo saben, lo sospechan. Y el que trabaja para el inútil, desde el estado profundo, sabe a lo que se atiene. Por eso necesitan engañar, cambiar las reglas del juego - fingir que lo que es democrático es dictatorial, pero porque no es compatible con la plutocracia. Mandar un ejército de trolls que modifiquen la imagen internacional del país. Ir a por los medios de comunicación. Ganar en la propaganda tipo Goebels.

Así nos llegó a nuestros oídos de un césar que gobernó Roma que hizo a los más ricos necesitados de trabajo, y a los más pobres les dio visibilidad. Pero los patricios no aceptarían un modelo así. Así que tras el golpe de estado se preocuparían de cambiar la historia. Hacer parecer que un líder es capaz de ocupar el poder y obligar a los más altos aristócratas a prostituirse o prostituir a sus esposas, como si eso tuviera sentido. Intentar convertirlo en un monstruo: aparentar algo que no es sólo porque podría ser causante de romper la rueda de la fortuna plutocrática.

Sin embargo, existe una manera menos devastadora de acabar con esa clasificación: Renta Básica Universal..., no todo se tiene que hacer según los esquemas de una única clasificación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tierra: Día 19/07/24 punto de inflexión

Ayer se produjo el punto de inflexión a escala mundial. Dependiendo de lo que hagan y no hagan los gobiernos tras lo sucedido ayer las dos c...

Entradas populares