miércoles, 6 de marzo de 2019

Porqué son disidencia controlada

Cuando muchas personas en la izquierda decidimos castigar a la clase política es porque sostienen un discurso de disidencia controlada; por lo que aplicar eso de votar con la nariz tapada no es aplicable en ninguno de los casos. Consejo: Si su discurso es de disidencia controlada, y no de trasparencia, no les votes.




Recuerdo cuando nació No LES votes. Por supuesto, su nacimiento me pilló telemáticamente, pero aún así lo recuerdo con mucha cercanía: los primeros en lanzar esa consigna hablaban de que ni PP ni PSOE estaban haciendo nada para evitar meter sus manazas administrativas donde deberían de actuar los jueces. La conclusión era: si siguen queriendo imponer esa clase de dictadura, no les votes. Y es que, efectivamente, LES eran las siglas de la ley conflictiva (la ley Sinde), una aberración que nos volvía hacia atrás - y nos volvía hacia atrás porque no necesitamos representantes políticos, necesitamos leyes y jueces. Necesitamos funcionarios que gestionen. Y, quizá, todo lo más: un sistema excepcional para designar una cadena de mando de excepción en un ámbito temporal y específico (no necesitamos ni ministros persistentes ni dictadores temporales).

Hasta aquí puro sentido común, espero.

Sin embargo, no faltará el politólogo de turno que se ponga a darnos la murga de contaminar la historia para hacernos creer que no son una casta, como si las leyes estuvieran hechas para ellos también. Y, para ello, blanquearán la historia de esa gente. Contra esos politólogos..., tenemos contrastes, que no sé si será verdad todo lo que dicen, pero sirven de ejemplo.

Así que queda la duda: ¿cuándo seremos capaces de saber si el periodista es del régimen? No tiene que ser porque repita las mismas consignas de un político - obviamente la regla a aplicar debe ser otra.

La técnica que puedo aconsejar es la que aplico: el periodista del régimen argumenta con datos sin cocinarlos, y ADEMÁS (c. sine c.) que han sido generados por el estado para ocultar información.

Dicho esto, me pregunto qué tertuliano que sale por la tele, que sale por youtube, etc..., sale como independiente del régimen. Y que conste que me lo pregunto porque en cuanto parecía que podía romper la lanza por alguno veo que acaba cayendo en uno de esos hoyos propios o de indocumentados o de manipuladores.

Alguien podría considerar que la condición necesaria establecida es muy difícil verla aplicar, y no: es muy común - por desgracia. Sin ir más lejos, tenemos distintas estadísticas clásicas que suelen oscurecerse de forma expresa: suicidios Vs personas que se quitaron la vida, sueldo medio Vs edad esperada de independencia económica, probabilidad de denuncia falsa Vs recursos para la presunción de inocencia de un inocente, asesinatos machistas Vs feminicidios provocados por la educación machista española, etc..., todos esos casos tienen un factor común: un decreto o ley que censura desde el estado una interpretación sociológica que sobrepase lo ideológico: la ley establece qué se contabiliza y qué no se contabiliza.

De esta manera si vemos un hombre gritarle a una mujer automáticamente es un agresor machista.

- ¿Y quién dice eso?

- Lo dice que si ella lo denuncia por agresión psicológica automáticamente la ley establece que es una agresión machista, porque él tendrá que demostrar su inocencia.

- Eso será si es su padre o su marido.

- No, señora periodista utópica, ya se están haciendo firmes interpretaciones más flexibles como para que incluso no haga falta un juez para que algo tan trivial sea considerado agresión machista.

Desde mi punto de vista, que sí defiendo que vivimos en un patriarcado, este tipo de aberraciones sólo hacen lo que ya nos advirtió Simone de Beauvoir en "El segundo sexo": al final las leyes absurdas por mucho Goebbels que se aplique, acabarán cayendo. Y a algunos no nos valdrá la misma excusa que puso Aznar: nadie sabía que en Iraq no hubieran armas de destrucción masiva. Obviamente esta entrada va sobre los periodistas que forman parte de la disidencia controlada.

Pero hay muchos más datos: como decir que los inmigrantes trabajan en lo que los españoles no quieren, y se les olvida que son los propios funcionarios del paro y los servicios sociales los que encasillan a cada uno en los distintos departamentos: ¿cuántos inmigrantes (que muchos vienen con su título y todo) acaban superando alguna clase de oposición? Las medidas que se adoptan de puro proteccionismo no suelen ser aplicados a quienes han estado viviendo en este país toda su vida. Los datos del estado incorporan leyes que garantizan a todos el acceso al trabajo, pero el poder fáctico incumple la ley, contamina la estadística y retroalimenta la mentira sabiendo que el poder fáctico es inmune a cualquier denuncia por discriminación (cuando el que discrimine sea blanco, por ejemplo).

Pero esto se lo explicas a un socialdemócrata y no lo entiende..., tiene que masticarlo un poco. Le dices que él no es comunista, ni marxista y, por supuesto, que no le ves la izquierda por ningún lado, y tampoco lo entiende..., que es él quien no respeta los derechos humanos, lo más básico..., y todavía no lo entiende, que es él el que alimenta el patriarcado con esas consignas absurdas contra hombres y mujeres sacados de la pandereta de una feminazi y no lo entiende tampoco porque no ha sabido o no ha querido leer lo que siempre referencias, lo que expones como buenamente sabes o puedes..., nada.

Bueno..., para la recta final una música condescendiente a ver si relajo un poco las espectativas.

Anoche me asaltó un recuerdo de la universidad, supongo que, al ser diferente a los que expongo en este blog, me invadió para que lo pusiera por escrito y poder clausurarlo antes de volver a dormir.

Estando en mitad del proceso por lo penal, el agresor, que era un profesor que tenía en la facultad, llegó a pegarse a menos de medio metro a mi espalda mientras caminaba. Cuando giraba a la izquierda, él automáticamente me seguía, cuando giraba a la derecha repetía..., sin respetar mi espacio. Poco a poco fui comprendiendo lo que intentaba hacer: él miraba constantemente a los múltiples testigos, cuando nadie mirara me daría un fuerte golpe en la nuca. Siempre a traición. Pero ese comportamiento patológico quedó reconocido por los ahí presentes.

Se están descubriendo muchos casos de personas que ahora están denunciando agresiones sexuales y cosas por el estilo. Algunos han esperado a que sus agresores acabaran siendo ya muy viejos, pero hay que pensar en dos factores: la gente juzga a la víctima por denunciar y, por otro lado, la propia víctima no quiere asumir recordar tan pronto esas vivencias de nuevo.

Cuando hablamos de agresores que aprovechan la estructura para cometer actos de la más funesta violencia su perfil suele ser muy trasparentemente psicopático por los actos escogidos: insinuar que la mayoría de los varones somos así es de tal nivel de aberración que me entran ganas de vomitar. Sobretodo cuando hacemos un estudio estadístico del marginal.

Por otro lado, no es mérito del psicópata aprovechar la estructura para que el delito se quede impune: en realidad necesita una estructura en las fuerzas de seguridad o de poder que le dé esa carta blanca - tiene que haber un tipo de prevaricación que entren ganas de vomitar también. Si no se sabe luchar contra esos poderes fácticos entonces las sentencias más aberrantes seguirán produciéndose independientemente de que se escriban leyes que sean capaces de acallar a la disidencia.

Es un problema de vertederos del estado.






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