sábado, 7 de septiembre de 2019

La teta y el Rey

Que una teta republicana con aires independentistas haya sido tocada fuera de todo consentimiento por el rey de entonces es algo que, como humano, condeno pero que, como criatura política, aplaudo.


 
Tenéis la basura socialdemócrata que queréis. Hemos conseguido una legislación que constituirá las bases de nuestra democracia donde un señor se convertirá en una figura inviolable - completamente incuestionable. Entonces aparece en la palestra una señora que, por supuesto, sin aportar mayores pruebas que su mero testimonio (al que todos parecen darle credibilidad, y no me meto ahí porque ni lo sé ni me importa) nos cuenta que esa criatura a la que no se le puede acusar de nada en ninguno de los sentidos le tocó una teta.

Es decir, el rey, que en España no puede ver ni una foto suya arder (cosa que en EEUU, por ejemplo, sí se permite quemar la propia bandera), figura que no podrá ser acusada por ningún juez ni dispositivo ni no dispositivo..., resulta que ante la teta de Rahola le toca asumir el silencio y esperar la tempestad. Cosa que, de hecho, es lo más razonable: esperar a que se deje de hablar del tema - cada vez que alguien comenta algo para ayudarlo en realidad lo que se hace es recordarlo más y más: por ejemplo, yo mismo podría olvidar el tema, pero como tampoco me dice nada ese monarca...

La cosa es que la gente aún no comprende lo que significa la socialdemocracia. Socialdemocracia significa que tenemos a un amado líder al que le damos una enorme cantidad de dinero y, acto seguido, tira ese dinero al pueblo hacia decisiones puramente arbitrarias y, mínimamente, hacia lo estructural. Ahora bien, en lo que se destina hacia lo estructural el amado líder no suele presupuestar nunca nada, ni tocarlo en absoluto - eso es cosa de las autonomías: el dinero que sacan de sus altos cargos se lo quitan a educación, sanidad, EPI's en miembros de seguridad..., entre otros.

Lo estructural existe. Hasta un tonto sabe que una asamblea no vota para acabar con la estructura. Por eso en Cuba las asambleas ciudadanas respetan el presupuesto estructural, y votan con el presupuesto sobrante, el que tiene que ver con la política. Cuando se le da a la gente a elegir el eliminar la propia estructura, como hizo Gorbachov, lo que elige la gente es la anarquía, la revolución..., ni siquiera lo hacen mediante las urnas.

Dale a un niño un chupete y lo chupará, dale un botón rojo y lo pulsará. Para eso está la educación - con una buena educación basada en la falsedad de los privilegios el botón rojo no será pulsado, tenga la forma que tenga..., esté donde esté ese puñetero botón.

El rey D. Juan Carlos I no recibió esa educación de su padre republicano. Recibió una educación mucho más intensa de su padre el dictador Franco. Y una clara muestra de ello fue que ni renunció al trono a favor de su padre, ni condenó los títulos que favorecían a  Franco. En el caso de ese rey, tira más la influencia falangista que la sangre.

Renunciar a Franco y sus títulos, podría suponer encararse a los más altos cargos del ejército; cuando el propio rey es el jefe de los mismos. Estar codeándose día tras día con gente que es capaz de ponerse delante del cañón de un arma hace que no pueda tener lo que haga falta para que asuma una renuncia a todos los lujos que le enseñó Franco que podía tener.

Como si fuera el mismísimo diablo, pero el que te da las malas costumbres de robarle con todo el cinismo del mundo al Pueblo, de él el rey aprendió que la austeridad con la que vivió con su padre, un hidalgo sin reino que se oponía al falangismo, era de gente NO AGRACIADA POR DIOS.

Y el que es bendecido por la GRACIA DE DIOS puede tocarle las tetas, los botones rojos, atropeyar a quien quiera, etc... Porque fue ELEGIDO por la GRACIA DE DIOS. Ésa es la enseñanza del falangismo, de Primo de Rivera, tanto senior como junior, de la dictadura y, un tiempo después, la gracia de Dios como de Odín: el fascismo que, si bien Mussolini no era religioso, no le faltó la componente racista..., el componente ideológico que, aunque no alcance la trascendencia existencialista del más allá, sigue siendo la misma poyez.

Bueno..., veré si simplifico ahora la gramática.


Ayer me vino una señora que, poco a poco, parece que va perdiendo la vista. Me recordó a lo que vivió mi tía - sólo que en aquellos tiempos la medicina no estaba tan bien. Hoy día las patentes han conseguido encontrar negocio en muchas curas, razón por la cual mucha gente aún puede mantener la vista.

Esta señora me contaba cuánto dinero tenía que gastar en medicinas por muy jubilada que esté. Era obvio que esas recetas médicas las necesitaba y no podía estructuralmente especular con ellas. Pero era un dinero que le tocaba a ella tener que pagar.

Luego aparecen por ahí diciendo que si tanto dinero para sanidad, que si tanto dinero para nosequé..., ¿hacia quiénes están destinados todos esos miles de euros? Obviamente a quienes gestionan todo ese dinero..., y, lo que sobre, a la excusa que hace el titular ¿Podría ser un buen ejercicio de trasparencia que se muestre con exactitud cuánto dinero se destina exactamente en cada partida? 

Demasiado trasparente, diría yo.

En situaciones como estas es cuando descubrimos la diferencia entre una democracia y una socialdemocracia: en la socialdemocracia un dictador se encarga de jugar con nuestros juguetes y, de vez en cuando, le da por pulsar un montón de botones sin que le podamos decir nada..., en una democracia hay una asamblea de personas que saben que hay cosas que aún no pueden tocar porque no ha sido habilitado tal protocolo.

Mientras no aparezca el debate de los protocolos que separan a los niñatos del poder, seguiremos necesitando el tener que educar a una persona desde su infancia con la mejor de las educaciones para que sepa respetar otra clase de protocolos ¿No queríais socialdemocracia? ¡Pues a tragarse una monarquía con una figura intocable!

La socialdemocracia, ya sea la del fascismo italiano más antiguo como la del más moderno, acaba albergando monarcas intocables (como ahora podría haberlo sido el Berlusconi)..., y si bien en España el monarca más poderoso era el Pujol, el hecho de que existiera una monarquía puede que habilitara la capacidad de perseguir su mafia... ¿Y quién persigue la mafia del rey? ¿Tiene sentido esa combinación de palabras?

El cinismo tiene extrañas lecturas. Fingir que no se entiende, hacer como que no se sabe... Ese era el mayor de los temores del rey emérito: que los principales terratenientes vulneraran la cadena de mando fingiendo no saber, mirando a otro lado..., lo que hizo él mismo con su padre.

Se trata, al final, de un juego de medios y coherencia. Y en este juego Pilar Rahola acusa a la figura del rey emérito de tocarle una teta, y los fiscales mirarán a otro lado, porque el cinismo del feminismo fascista es de una coherencia intocable ahora mismo.

No puedes quemar la foto del rey, pero sí puedes decir que te tocó una teta. Esa es la definición del cinismo incoherente con el que tienen que trabajar fiscales y jueces EN una socialdemocracia. Razón por la cual esto NO ES una democracia.


Tenemos lo que merecemos.







 

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