Esclavos del Folklore

En todas las épocas existe un cántico que se repite y perdura con los años. Es algo que persiste, pero no expresa absolutamente nada. Sólo es símbolo de un luga vacío, forma parte de la costumbre..., lo hayas escuchado o no antes.



Un toque instrumental a una historia que toca contaros...

El verdadero racismo es lo que me pasó a las 8'20 mientras atravesaba el hotel Habaneros de camino a mi negocio... No se trataba de insultos, gritos, palizas o formas expresas de vejación.

Como pillado por sorpresa, en un momento dado volvió a aparecer ante mi la misma imagen: un carromato de coches donde habían unos esclavos vestidos como con bulería. Se sentían atados a la fiesta y, dependiendo de la versión, algunos hasta bailaban ante la llegada de la mañana del Sábado.

¿Qué les empujaba a estas personas a vivir esa miseria de fiesta? ¿No estarían mejor en la cama? Fue este sábado cuando me paré a observar sus rostros: cansados, demacrados por la fiesta, no tenían ganas de nada..., y no era de extrañar ¿Qué pasa cuando estás por un motivo diferente a divertirte en mitad de una fiesta?

Estos esclavos, nada más atravesar el hotel emblemático de la ciudad, pasarían a adentrarse a uno de los barrios más poblados por inmigrantes de toda la ciudad. Así que, escoltados por unos sujetos que aparentaban policías motorizados, ponían la musica a tal nivel de decibelios que, de hecho, con mis altavoces no sería capaz de reproducir aunque me los pegue a los oídos.

Y la cosa es, estos bailarines, o gente sentada, tenían el altavoz pegado a sus orejas..., ¿cómo sería si yo hubiera tenido la agudeza de sacar rápidamente el móvil para grabar esa escena tan dantesca, tan absurda? Esos esclavos se habían marcado como fiesta su propia Tortura. Pero claro..., ¿era su tortura? Lo era. Pero debía valer la pena el martirio para algo.

No sé qué acostumbran a hacer los musulmanes los sábados por la mañana, lo normal es dormir..., pero atravesar la ciudad un "alegría, ha salido el sol, hay que despertarse" suena de lo más extraño.

Podría ser un mecanismo que tienen algunos vecinos para protestar contra los vecinos ruidosos que aprovechan el viernes anterior para marcarse una fiesta. Por cuestión de ruidos ya se ha visto incluso gente tirar lejía desde los balcones. Pero claro, el ayuntamiento estableció unas normas sobre ruidos; normas que siempre serán susceptibles de ser evitadas.

Y ahí estaban esos sujetos. Como el niñato estúpido que se pone a gritar porque sí, porque tiene razón en una discusión que nadie ha iniciado. Luego me paro a pensar qué se dirán algunos vecinos los unos a los otros: cada cual verá las cosas desde su punto de vista...

- Lo hacen porque nos odian a los que nos vamos de fiesta.

- Lo hacen porque nos odian a las putas que necesitamos dormir la mañana.

...

Pero, en el fondo, el grupo inmigrante sospechará y dará en clavo: ¿qué sentido tiene esa tortura, ese despertador absurdo lleno de odio? No será la primera vez que lo veo, pero siempre me sorprende y me quedo mirando con suma extrañeza.

Poco a poco iremos comprendiendo lo que es el verdadero techo de cristal de la integración, lo que no querrán admitir nunca y, al mismo tiempo, se preparan con sus vestimentas, sus altavoces, vestidos de guardia urbana... Todo un espectáculo de odio digno de Juzgado de Guardia y de expulsión del cuerpo de Seguridad.

....

La verdad es que en esta sociedad tan falsa el pretender formar parte de ella intentando aportar todo lo mejor de ti se convierte en una estupidez, en un acto de inmolación innecesaria ¿Por qué los inmigrantes iban a intentar dar lo mejor de sí por sí mismos? La sensación que tienen es que tienen que aprovechar cualquier circunstancia para valerse del lugar donde han nacido, y aprovechar para quedarse lo que le permitan recoger.

Ésa no es la sociedad en la que yo quiero vivir. Y ésa no es la sociedad traída por el inmigrante: es en lo que nos vamos a convertir como no seamos capaces de ser nosotros los que les influenciemos a ellos. Sería una auténtica estupidez tener que asumir que la manera que tengamos de aceptarlos sea como esclavos, obligados a aceptar trabajos que no queremos..., que se esclavicen de lo que para nosotros ya no es ser español.

De ahí las mentiras, el hacer creer que hay trabajo en el campo, el hacer creer que la socialdemocracia es un modelo que funciona, que es tolerante... No, no lo es. Y estructuralmente deja a mucha gente fuera. Y ese no es el objeto de la lucha de aquellos que, en realidad, son unos puñeteros burgueses - gente que está completamente desvinculada de los verdaderos problemas de su país.

Es por ello que, como conclusión, he encontrado la manera y las formas: no volver a publicar. Creo que es lo que mejor me funciona. Valerme de mis técnicas para sacarle el máximo provecho capitalista..., o lo que sea eso. Así poco a poco los productos adquirirán forma y, yo por mi parte, iré forjando una idea de empresario: personaje no insertado en la sociedad, sujeto sometido al techo de cristal del talento y la inteligencia a través del capital.

Poco a poco lo voy comprendiendo y, gracias a estos conceptos, puedo asumir el reto de avanzar y, al mismo tiempo, constituirme dentro de esta realidad. Es como si prostituyera mis conocimientos..., pero la verdad es que no debo esperar encontrar pares visto lo visto. 

Al menos en este tiempo.