Cuando se capitalizan mis intereses

Siempre que busco un objetivo que raye lo imposible se me encienden las luces, vibra mi mente con la emoción..., me entran ganas de avanzar y descubrir, de arrojarme al vacío y comprobar qué es cierto y qué no...




Siempre que me plantean un modelo algebraico que sea un reto..., entonces se me encienden todas las luces de la cabeza. Sé que consiga o no ese reto, el tiempo invertido ha sido realmente divertido. Me ha llevado a un lugar en el que antes no estaba. A ojos de muchos, un enigma que no se resuelve equivale a una manera bastante absurda de perder el tiempo..., pero se equivocan.

Existe una enorme cantidad de problemas que no se pueden resolver. Y a mí todos me parecen fascinantes. Tal es mi fascinación que lo primero que hago es ordenarlos para ver cuál toca resolver, cuál depende de los demás.

Sé que hay muchos señores con títulos y doctorados que insisten en que la mejor manera de llevar a cabo investigaciones es dedicándose a tareas conocidas; aquello que no se encuentre en el propio límite. Pero esas tareas, ya resueltas por otros, serían de mayor interés si pudieras tener acceso a cómo lo resolvieron tales otros. No son de especial interés si resultan estar medio ocultadas, falseadas, justificadas...

La ciencia que conozco no tiene interés para mí, pues no entiendo sus dimes y diretes ¿Cómo fue la última vez? En medium me ofrecen ser editor de una publicación, una manera de promocionarme, y para ello tenía que ofrecer unos datos; los envío y, acto seguido, no recibo ni el acuse de recibo.

Ese es un comportamiento al parecer bastante típico, ¿fallo cultural? ¿errores normales? La cosa es simple: me dice un vicerrector que le interesa mi trabajo, tomamos un café y me dice que me pasará un modelo real que viene demandándose a la universidad, para poner a prueba mi tecnología de una santa vez..., como veo que no me lo manda le envío un correo, otro..., ni acuse de recibo.

De algo estoy seguro: esta gente no ha investigado en su santa vida. Y lo pienso de verdad.

Es muy fácil conseguir tesis doctorales, que te premien en concursos, que te contraten en empresas..., sin ir más lejos, mis investigaciones superan la mayoría de las tesis doctorales existentes en su campo (nadie podría rebatirme esta evidencia básica), he conseguido pasar concursos públicos por los proyectos arquitectónicos que yo editaba y firmaba (autorizaba y organizaba) mi jefe... De hecho, por cómo hacía los proyectos arquitectonicos de ejecución mi jefe llegó a adquirir la extraña creencia de que podía coger a cualquier tipo de la calle que fuera capaz de pintar en Autocad y ya está... ¡Ay la vieja escuela...! Pero era un gran tipo, y un enorme profesional.

No puedo decir lo mismo de esos profesores que en el instituto tenían por objeto explicar cómo hacer proyectos ¡Claro! Yo, con mi experiencia, podría habérselo explicado a ellos pero, ¿qué pasa? Que precisamente por tener tal experiencia observaba comportamientos agresivos, falseamientos de notas, sabotages de trabajos, difamaciones, injurias... Y muchos griteríos absurdos a partir de cuestiones que, por supuesto, consideraba necesarias. Ante un gesto tan discriminatorio ninguna administración pública quiso darme cobertura: ¿que no te corrigen tus exámenes aun siendo miembro de la junta de delegados? Pues te jodes, y además no tendrás derecho a saber los informes difamatorios que escribirán sobre ti. Una ilegalidad sobre otra ilegalidad..., nada digno de ser investigado ni por el Gobierno de España ni por Estrasburgo. Toda una vergüenza.

Lo único que hace que el sistema arranque y se ponga a funcionar son las amenazas de muerte. Obviamente hablo de un estado completamente fallido: los partidos que amenazan a jueces son los que salen más impunes. Cuanto más se presiona, pero mortalmente, a los jueces más hacen su trabajo. Deleznable. Sobretodo porque, para que funcione, necesitas un grupo organizado y llevar a cabo varias acciones terroristas para que te tomen en serio.

A mi juicio esos partidos políticos, esos grupos terroristas, esos jueces que ningunean..., todo esos deberían de estar permanentemente lejos de los poderes públicos. Sin excedencias, sin multas..., simplemente que no vuelvan a tocar poder alguno y, acto seguido, además juzgarles por sus crímenes, ya sea prevaricación, amenazas, etc...

Pero el caso es que este mes estoy refundando mis actitudes hacia la capitalización de mi tiempo. Y me provoca un especial cansancio. No es para nada un reto plantearse problemas que sabes que vas a solucionar. No supone nada para mí ponerme a trabajar sobre una maquetación o de lo que sea..., me duermo. Y me amuermo.

De pequeño me habría parecido muy ilusionante, pero ahora, con todo lo que sé, tras haber alcanzado la percepción de lo que signfican tantas cosas... No hay lenguaje que me permita explicar lo que sé sin que me tomen por loco - o por mago. Y no sé qué suena peor, la verdad.

Y sí, lo he pensado: crear un folleto de pasatiempos, editarlos..., meterles mensajes subliminales y así mantener el meme que me activó de niño. Porque fue cuando vi unos pasatiempos y unos mensajes lanzados por el que hacía los pasatiempos lo que me activó la curiosidad..., una manera de hacer publicidad de fórmulas y mecanismos que de otra manera parece que es imposible de mostrar.


Si uno se para a pensar, todo suena triste porque tiene un punto mágico. 

Pero, al menos, yo ya he asumido que si realmente me gustaba investigar no era por una razón - porque buscarle causa a las cosas es un sesgo cognitivo animal: me gustaba investigar porque es para lo que he nacido; ya está. Me encanta documentarme, replicar experimentos, mejorarlos, buscar explicaciones..., pero en este modelo socialdemócrata sobro. Y, aprovechando que no he dejado raíces, podría moverme a cualquier punto casi de un día para otro...

Aunque no tengo dónde ir. Claro.